XoXoX POV de Harry XoXoX
Jueves, 31 de Julio, Harry se despertó con el repiqueteo de una lechuza en su ventana. Había pasado los últimos días enseñando a Malfoy lecciones de cuidado infantil, llegando a conocer al fastidioso rubio e intentando orientarse por la mansión. La verdad es que era increíblemente enorme, y se había perdido más de una vez. Afortunadamente, cuando se perdía sólo tenía que llamar a Hetty, la elfina doméstica, y ella acudía rápidamente a su rescate. Resultó que ella era una amiga de Dobby y ella le había acogido rápidamente en su corazón.
Ahora había amanecido la mañana de su cumpleaños, y Harry se levantó para abrir la ventana, dejando entrar a Hedwig, Pig y una de las lechuzas del colegio. Llevaban cuatro paquetes y bastantes cartas entre ellos y Harry las cogió con rapidez y les dio a cada lechuza un par de golosinas. Volviéndose para ponerlas encima de una mesa a su lado notó que allí había una bandeja con el desayuno sobre ella, y al lado de la bandeja había un regalo y una nota. Harry se dirigió hacia ella, puso los paquetes y cartas encima de su cama, entonces recogió la nota y la leyó.
Feliz cumpleaños.
Eso era todo lo que decía. Nada más, ni siquiera un nombre. Pero eso no importaba, Harry reconocía la caligrafía pulcra de Malfoy. Sonrió como una tonta Hufflepuff de tercer año y abrió el regalo, preguntándose qué sería.
Era una foto con un bonito marco plateado. Harry lo identificó como aquella que fue tomada justo ayer y aparecía él sentado en el sofá del dormitorio de Malfoy, acunando a Medea. Ni siquiera había notado al otro tomando la foto, tan absorto estaba en el bebé. Ella le había sonreído y él estaba intentando que dijera su nombre. El pensamiento le hizo sonreír a Harry, y colocó la foto al lado de la bandeja y continuó con el resto de los regalos.
El primero era de Ron y era un libro titulado "Volaba como un loco" sobre el famoso jugador de Quidditch, Dai Llewellyn. El segundo era de Ginny y era un suéter verde del color de sus ojos. En su regalo había también un pequeño paquete de la Sra. Weasley en el que contenían dulces caseros de varios tipos. El tercero era de los gemelos, mandándole algunos artículos nuevos de su tienda, y el último era de Hermione. Le había enviado un libro titulado "Bebés mágicos y cómo criarlo; consejos y hechizos", una pluma de fénix, una botella nueva de tinta invisible y un revelador.
Cada uno de los regalos iban acompañados de una carta, y Harry leyó con rapidez todas ellas. Ron y los gemelos le deseaban feliz cumpleaños, Ginny le informó que Ron y Hermione eran ahora pareja oficial, y Hermione tenía diez palmos dedicados por completo a hechizos vinculantes y cuidado infantil. No había nada nuevo de lo que no habían averiguado ya con la ayuda de un muy reacio Bob, pero aún así era interesante leerla. Sin embargo, la última carta era la más esperada. Era un sobre amarillento con el emblema de Hogwarts, y la escritura era con la familiar tinta verde esmeralda. Harry lo rasgó y no pudo reprimir un grito de regocijo cuando leyó el contenido. Era oficialmente mayor de edad y tenía permiso para hacer magia fuera del colegio. Agarrando su varita, realizó rápidamente un par de hechizos, sólo porque sabía que podía.
Sin embargo fue interrumpido cuando Draco Malfoy entró corriendo a su habitación, sólo vestido de cintura para abajo y con una mirada de preocupación en su cara. Harry no pudo evitar mirar su ancho y bien desarrollado pecho. Sintió que sus latidos se aceleraban y tuvo que obligarse a mirar su cara en cambio.
- ¡Ven Harry! Medea está llorando y no puedo hacerla callar - Malfoy agarró su brazo y le arrastró fuera de la habitación. Obviamente estaba muy preocupado, pero Harry no pudo evitar sonreír. El rubio acababa de llamarle Harry.
Cuando entraron en la otra habitación, Harry se dirigió directamente hacia la cuna de Medea y miró a la pequeña. Estaba llorando y retorciéndose, su puño en su boca. Harry alargó la mano y retiró su puño, luego pasó un dedo por las encías. Justo lo que pensaba. Le estaban saliendo los dientes - Lección número 226 - Dijo y se volvió para sonreír a Malfoy, ¿o se suponía que tenía que llamarle Draco ahora? - Sólo le están saliendo los dientes. No es nada por lo que preocuparse.
- Oh - Draco se sonrojó ligeramente - Siento haberte arrastrado aquí por nada.
- Está bien, me preocupo por ella tanto como tú, Draco - Esperó con nerviosismo, pero el otro no le corrigió por el uso de su nombre. Sólo le sonrió y entonces le deseó un feliz cumpleaños - Gracias - Dijo Harry - Y gracias por el regalo. Era precioso.
Mal… no, Draco sólo se encogió de hombros - Me alegro de que te gustara.
- Oh - exclamó Harry - Casi me olvido, recibí una carta de Hermione sobre el hechizo vinculante.
La cabeza de Draco se levantó bruscamente - ¿Qué averiguó?
- Bueno, dijo que era un hechizo realmente avanzado y que es usado normalmente en casos de adopción, para unir al bebé con sus nuevos padres. La unión entrega toda la responsabilidad a los nuevos padres, y les convierte en guardianes legales del bebé. Ya sabes, tienen registros mágicos de cada bebé mágico nacido y de sus guardianes, y los registros son actualizados automáticamente cuando se realiza el hechizo. Es irreversible, pero es posible que entregues a Medea en adopción a otra pareja y entregar la responsabilidad a ellos.
- Nada que Bob no nos haya contado ya - Murmuró el rubio, y Harry sacudió la cabeza con pena - Bueno, no pensemos en eso ahora, ¡es tu cumpleaños! - Dijo Draco, con alegría forzada - ¿Has desayunado? ¿No? Estupendo, entonces eres más que bienvenido a desayunar aquí conmigo y con Medea. Tengo un espejo que se muere por conocerte hace días.
Harry le miró con expresión perpleja, pero se encogió de hombros y fue a por la bandeja con comida de su habitación. Cuando volvió Draco estaba dando de comer a Medea en uno de los sofás, y en el centro de la habitación había un gran espejo de marco dorado. Harry lo miró con un poco de suspicacia y miró interrogante a Draco - Adelante - Dijo el rubio, y Harry se dirigió al espejo, sin saber exactamente qué esperar.
- ¡Vaya, vaya! ¿Qué tenemos aquí? - Dijo el sin lugar a dudas espejo masculino con voz baja y ronca - Date la vuelta, cariño, vamos - Harry lanzó una mirada de temor a Draco, pero hizo lo que se le dijo - Dios mío, eso sí que es un pedazo de trasero sabroso, veo sin duda lo que ves en ése, queridísimo Draco - Harry se sonrojó furiosamente mientras Draco parecía muy incómodo, y el espejo rió guturalmente - Ahora, si alguna vez decidís pasarlo bien, que sea en el baño, ¿queréis? Nada como un buen espectáculo antes de la cena - Los dos muchachos se sonrojaron aún más que antes, y Harry decidió que era momento de huir de la habitación. Intentando librarse desesperadamente de imágenes de él y Draco teniendo sexo en el baño, decidió que una ducha probablemente sería lo mejor, una realmente fría.
N/T: Muchas gracias por todo, por los reviews, por el apoyo que me dáis en esos días. Espero que os guste el capi, sobre todo la parte concerniente al espejo, juas juas! Me habría encantado ver vuestras caras cuando lo leíais!
Besotes a tots!
