XoXoX POV de Draco XoXoX

Enrollándose una toalla alrededor de su cintura, Draco salió del baño después de casi una hora duchándose y media hora quejándose a su espejo. Echó un vistazo a sus dos bellezas durmientes, luego se dirigió a la mesa y cogió la carta que le había entregado la lechuza. Al abrirla descubrió pronto que era del "tío Bob". Bob había encontrado al menos cinco familias interesadas en adoptar a Medea, y estaban todos más que dispuestos a reunirse con Draco para hablar. Buscando una pluma y pergamino, Draco le respondió que estaría disponible el resto del día, así Bob podría mandar a las familias uno a uno a la Mansión.

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Dos horas más tarde Draco había despertado a Harry y estaban los dos sentados en la sala de estar, esperando a que llegara la primera familia. Mirando al reloj, Draco frunció el ceño amenazadoramente ¡Llevaban diez minutos de retraso! Evidentemente no eran de confianza.

Cuando sonó el timbre otros diez minutos más tarde, Draco se sentía absolutamente lívido. Veinte minutos de retraso; ¡Eso era intolerable! ¡Inaudito! ¿No merecía Medea algo más que eso?

Él y Harry abrieron juntos la puerta y, mientras Harry saludaba a la pareja, Draco intentaba intimidar a la mujer. Por la mirada de nerviosismo que esta le dirigió estaba funcionando. Sonriendo con satisfacción estrechó la mano que le ofreció el hombre y se presentó.

- Draco Malfoy.

- Edgar Kelly – El hombre le sonrió con nerviosismo e hizo un gesto hacia la mujer – Ésta es mi mujer, Mariah, y nuestro hijo, Isaac. Eh, ¿querida? ¿Dónde está Isaac? ¿No está contigo? Oh. Eh. Discúlpanos.

Draco cerró bruscamente la puerta y miró con incredulidad a Harry ¿Olvidaron a su propio hijo? ¡Buen Señor, de ninguna manera permitirían que Medea se acercara a esa gente! A juzgar por la mirada escandalizada que Harry mandó a la puerta, estaba de acuerdo.

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Media hora más tarde sonó otra vez el timbre y Draco estaba encantado de comprobar que eran puntuales. Al abrir la puerta, fue recibido por la vista de una pareja aparentemente feliz rodeada por una horda de niños. Draco no estaba totalmente seguro de cuántos había pero podían superar fácilmente a los Weasley, de eso estaba seguro.

Draco les miró con disgusto, pero después de que Harry le diera un codazo violento en las costillas se cubrió con una sonrisa falsa y dio la bienvenida a la pareja.

- Draco Malfoy – Dijo, extendiendo su mano al hombre para estrecharla. Era alto y de hombros anchos y cuando la soltó Draco estaba bastante seguro de que todos los huesos de su mano estaban rotos.

- ¡Jimmy Jones, encantado de conoceros! – Bramó con una voz baja, de contrabajo. Parecía bastante jovial, de hecho parecía un poco demasiado jovial. Draco no estaba seguro de ello, pero definitivamente había algo en él que no le gustaba. Observando al grupo de niños, Draco arrugó la nariz en disgusto. Estaban pobremente vestidos, sucios, y al menos tres de ellos tenían las narices moqueantes. Parecía que su familia era igualmente tan pobre como los Weasley además de tener tantos niños, si no más.

De repente su atención fue atraída por Harry, quien acababa de entrar con Medea.

- ¿Ése es el bebé? – Exclamó la mujer con una voz estridente que lastimó los oídos de Draco.

Harry asintió en confirmación y pronto la pareja estaba a su lado mirando a la pequeña.

- Es un poco pequeña pero parece bastante sana – Comentó el hombre, y la mujer asintió.

- Aunque está muy roja, y no muy bonita, pero supongo que cambiará con el tiempo – Dijo ella, y Draco casi aúlla de indignación ¿No muy bonita? ¿Muy roja? ¡Cómo se atrevían! ¡Era de su bebé de quien estaban hablando! ¡Su bebé no era más que perfecta!

- ¡Fuera! – Rugió y abrió la puerta - ¡Fuera, fuera, fuera! ¡Y llevaos a vuestra mugrienta prole con vosotros! – Cerró la puerta de un portazo detrás de ellos, y miró enfurecido a la puerta sólo por el gusto de mirar ferozmente a algo.

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La siguiente familia sobrevivió los veinte minutos enteros antes de ser echados a patadas, y a la cuarta familia se le enseñó la puerta por un Harry Potter de aspecto muy lívido después de ser abordado para un autógrafo.

Cuando el timbre sonó por quinta vez esa tarde, dos muchachos de aspecto cansado se dirigieron al vestíbulo, esperando más allá de toda esperanza que esta última familia fuera la que estaban buscando.

Al abrir la puerta, Draco fue recibido con la vista de dos hombres de unos treinta y pocos años de aspecto muy feliz. Uno era alto, de aspecto robusto y con el pelo y mostacho pelirrojos, y el otro era más pequeño, de aspecto delicado, con pelo negro y unos ojos marrones y amables. Estaban cogidos de la mano y sonriendo a Draco y a Harry.

- Hola – Dijo el pelirrojo, y alargó una mano para que Draco la estrechara – Me llamo Matthew Brocklehurst-Frobisher y éste es mi marido, Daniel.

Draco sólo les miraba, pero sacudió la mano del hombre cuando Harry le miró amenazadoramente – Draco Malfoy, y éste es mi… eh – Después de la noche anterior y esta mañana, Draco no estaba totalmente seguro de qué era Harry ¿Su amigo? ¿Novio? ¿Amante? Sin saberlo, dijo lo primero que se le ocurrió – Éste es mi Harry.

El Harry en cuestión le miró de forma extraña, pero bastante complacido, así que Draco concluyó que a él no le importaba ser el Harry de Draco.

- Un placer – Dijo el pelirrojo y estrechó la mano de Harry, sujetándola un poco más de lo que era correcto. Draco miró al hombre con el ceño fruncido, y a la luz de la lámpara por un momento casi parecía tener los ojos verdes.

- No te preocupes – Susurró el moreno llamado Daniel – Tiene algo por los morenos, pero se comportará. Es un hombre casado – Se rió, y Draco se sintió mucho más calmado sabiendo que el marido no le daba importancia.

Moviéndose hacia los asientos de la sala de estar, Harry y Draco empezaron a interrogar a la pareja. Pronto averiguaron que mientras Matthew tenía un trabajo bien pagado en el Ministerio, Daniel era músico. Llevaban casados seis años, y querían un niño desde hacía dos años. Ya habían decidido que Daniel se quedaría en casa con el bebé mientras Matthew les mantendría con su trabajo. Mirándoles, Draco decidió que parecían seguros de sí mismos y que estaban en un buen momento de sus vidas para tener un niño. Pero todavía había algo en ellos que no le gustaba bastante. Si tan sólo pudiera averiguar qué era.

N/T: Ya volví, ha sido estupendo desconectar de todo unos días y he vuelto con los ánimos renovados y con algunos planes ya que le quedan pocos capítulos a esta historia y algo habrá que hacer para llenar el hueco que deje esta historia, ¿no creen?

¡Muchas gracias a todos por sus buenos deseos! Os quiero mucho, ¡muacks!