XoXoX Draco's POV XoXoX

Draco despidió a Ambrosius con la carta, diciéndole que no volviera hasta que tuviera una respuesta consigo. Se dejó caer al lado de la puerta en la lechucería y esperó. Los minutos se volvieron horas, pero Draco no lo notó. Estaba demasiado ocupado pensando. Desde aquel día cuando vio por primera vez a Medea en el cesto, había sido cuidadoso de no encariñarse demasiado. Sabía que tenía que renunciar a ella pronto o tarde, y cuanto más cariño sintiera por ella, más duro sería. Pero no le importaba. No estaba encariñado con el bebé, y no le importaba si ella se marchaba. Sólo era otro bebé, ¿cierto? Nada especial en ella, sólo otro bebé. Y a él no le importaba, de verdad que no ¿Por qué debería? Sólo era un bebé. Y sólo la conocía de hacía seis días. No puedes encariñarte en sólo seis días. Y era algo bueno, porque si se hubiera encariñado, probablemente dolería mucho más ahora mismo. Pero no era un problema, porque no le importaba. Y con ese pensamiento Draco empezó a construir su casita en los peligrosos bancos del Nilo.

Después de Merlín sabe cuántas horas hubieron pasado, la atención de Draco fue de pronto atraída por una gran lechuza negra volando hacia él. Ambrosius estaba de vuelta. Retirando con cuidado la carta de la pata de la lechuza, Draco lo desenrolló y empezó a leer.

Mr. Malfoy,

Nos alegramos mucho de que hayas decidido darnos en adopción a tu preciosa niña. Por consejo de Bob, el agente de adopción, hemos decidido venir esta noche a recogerla. Bob dijo que querías deshacerte de ella tan rápidamente como fuera posible, así que pensábamos que sería mejor si pasaba la noche con nosotros. Nos reuniremos contigo para firmar los papeles de adopción en el despacho de Bob, y pasar porlos hechizos y otras formalidades.

Daniel y Matthew Brocklehurst-Frobisher

Draco arrugó el pergamino y lo tiró contra la pared ¿Quiénes se creían que eran? ¡Diciendo que quería deshacerse de su bebé, y entonces decidir que se la llevarían esa misma tarde! Seguro, él quería darla en adopción, pero decir que quería deshacerse de ella, ¡eso era rudo! Ningún bebé debería crecer diciéndosele que sus padres querían deshacerse de ella. Y se la llevarían esta tarde. Era demasiado pronto. Draco cerró sus ojos y respiró profundamente.

- No me importa – Se dijo a sí mismo, repitiéndose que estaba bien, de camino a convertirse en su nuevo mantra. Se levantó y empezó a caminar hacia su habitación. Tenía que preparar a Medea, e informar a Harry.

Harry.

¿Qué pensaría él de todo esto? ¿Seguramente querría que Draco diera en adopción a Medea? Nadie en su juicio querría salir con un mago con un bebé.

Huh.

Salir.

La verdad nunca había pensado en salir con Harry. Seguro, quería estar con él, pero nunca había pensado realmente en continuar con una cita actual con él ¿Y si no quería Harry? Quizá él no gustara a Harry para nada, aunque fuera sólo un polvo fácil. Claro que no pensaba eso realmente; Harry era un puñetero Gryffindor con demasiadas ideas sobre lo que estaba bien o mal para hacer semejante cosa, ¿Pero y si? ¿Y si, cuando dijera a Harry que Medea se iba, recogiera sus cosas y se fuera también? Podría. Nunca había prometido nada a Draco, y la verdad no tenían una relación real. Sí, habían dormido juntos, pero ¿y qué? Nunca habían hablado de eso, nunca acordaron qué eran realmente. A Draco le encantaría si Harry se convirtiera en su novio, pero por todo lo que sabía, Harry podría no querer eso para nada.

De repente Draco se sentía muy confuso e inseguro, y cuando un Malfoy se siente confuso, lo enmascara con ira ¿Y qué si Harry no le quería? Se las podía arreglar sin ese bueno-para-nada Gryffindor. La mitad de la población de Hogwarts se desmayaría si Draco Malfoy les mirara siquiera, podía tener a quien quisiera. Harry Potter podía irse y joderse él mismo, porque a Draco no le importaba ¡No le importaba, maldición!

Draco llegó a sus habitaciones y abrió la puerta de un empujón, y entró pisando fuerte. Cuando vio que Harry estaba sentado en el alféizar meciendo a Medea, su enfado se encendió aún más ¡Ése era su bebé! ¡No el de Potter, suyo! Caminó hacia el moreno y cogió al bebé de sus brazos. Harry le miró con confusión, pero Draco sólo le miraba enfurecido.

- Los Brockle-lo-que-sean vendrán a por ella en cualquier momento, tengo que prepararla – Se dio la vuelta y caminó hacia el baño y no pudo ver la expresión triste en la cara de Harry. Ni vio cuando el muchacho de ojos verdes se retiró silenciosamente del alféizar y salió de la habitación, o cuando empaquetó sus cosas y salió por la puerta principal, baúl en mano. La única cosa en su mente era el hecho de que no le importaba. Porque no le importaba. No podía. Dolería demasiado.

XoXoX

Dentro del baño, Draco colocó a Medea en el mostrador y empezó a desvestirla.

- Oh, mi dios, querido Draco ¿No crees que esa niña es un poquito demasiado joven para ti? Yo digo que mantengas este semental negro tuyo, seguro que parece disfrutar de una buena cabalgata.

Draco saltó medio metro del bebé, y miró ferozmente al espejo – Estás enfermo, ¿lo sabías? ¡Un espejo enfermo, enfermo! Para tu información, sólo le estoy cambiando el pañal ¡No voy a hacer nada como eso con ella! Enfermo. Enfermo ¡Enfermo!

- Bueno, siento decírtelo entonces, pero podrías haberme engañado. La forma en que la miras, diría que has caído fuerte, cara de muñeco.

- ¡No es así! ¿Y qué si fuera así? Si la quisiera, lo cual no es así, sólo sería un amor del tipo paternal ¡Nada más, pedazo de cristal enfermo! Y no la quiero.

- Alguien está en negación – Cantó el espejo con voz cantarina, para gran molestia de Draco.

- ¡No lo estoy!

- Afróntalo, cariño. Quieres a esa pequeña como si fuera tuya. Y creo que quieres que lo sea. Secretamente, deseas que sea tuya. Tuya y de ese chico mono tuyo.

- ¡No es así! ¡No la quiero, no me importa, y Harry no es mi chico mono! No es mi nada, porque él no me importa ¡Nunca lo hice, nunca lo haré! Así está.

El espejo tosió algo que sonaba sospechosamente a 'negación', pero antes de que Draco pudiera mencionarlo, continuó – Lo que tú digas, cariñito, lo que tú digas.

- Exactamente. Lo que yo diga.

XoXoX

Mäs adelante, esa tarde, Draco observaba en silencio mientras la puerta se cerraba, entonces se desplomó contra la pared más cercana. Se habían ido. Ella se había ido. Los Brocklehurst-Frobishers habían venido a llevarse a su bebé, y ahora se habían ido. Se sentía como si su corazón fuera a romperse, y tenía un nudo en la garganta. De no haber sabido mejor, habría pensado que estaba a punto de llorar. Pero los Malfoy no lloran. Y no les importa.

No lloran.

No les importa.

No…

Draco se sorbió la nariz.

… lloran.

Que se joda todo, parecía que los Malfoy sí lloraban. Dándose por vencido en intentar contenerlos, Draco dejó que las lágrimas rodaran libremente por sus mejillas. Había intentado convencerse de que no le importaba, pero la verdad era que incluso su espejo sabía más sobre sus sentimientos que él. Le importaba. Le importaba mucho. Le importaba más de lo que alguna vez pensó fuera posible que le importara. Le importaba tanto que sentía como si su corazón fuera a estallar. Y eso le asustaba. Le asustaba a muerte.

En ese momento Draco hubiera dado casi todo por tener a Harry a su lado, tener al otro muchacho abrazándole y susurrándole palabras tranquilizadoras, pero él también se había ido. Cuando Draco había ido a su habitación antes para ver si quería decirle adiós a Medea, había encontrado la habitación vacía. La única cosa que dejó el moreno era una carta. La había leído tantas vedes que se lo sabía de corazón.

Draco,

Por favor no te enfades conmigo. Es sólo que no puedo hacer esto. La quiero. Ya lo sé, sólo han sido seis días, y realmente debería ser demasiado pronto para encariñarse, pero no importa. Me importa ella más de lo que alguna vez pensé que fuera posible importarle un niño, y no puedo estar allí cuando se vaya. Y no puedo verte. Creo que podría amarte, quizá, algún día, pero ahora mismo sólo me recordarás a ella. He vuelto con los Dursley. Por favor dale un beso de despedida por mí, ¿lo harás? Y dile que la quiero. Probablemente no se acordará, o incluso comprenderlo, pero de alguna manera, todavía quiero que lo sepa.

Harry

Draco nunca había sabido que Harry sintiera tanto cariño por Medea. Demonios, nunca había sabido que él mismo sintiera tanto cariño por ella. Y ahora, por renunciar a ella, también había perdido a la otra persona que sentía que podía ser él mismo de verdad a su alrededor. El que hacía latir su corazón, el que había escrito que podría haberle amado, algún día ¿De verdad era esto lo que quería Draco? Sí, por fin había recuperado su libertad, pero ¿valía la pena? Había perdido a Harry, había perdido a su bebé, y había perdido una parte de sí mismo.

Sentándose en la oscuridad, Draco comprendió de repente que había cometido un error. Un error muy grande.

N/T: Holaaaa, ¿les ha gustado el capitulo? Sigue el angst y es un poco más largo que los anteriores, ¡aleluya! Y… (seguir leyendo en el siguiente capitulo, ¿os gustará mi sorpresa final? juas juas)