Vidas pasadas encuentros futuros
Capitulo uno
Tanto tiempo sin verte
Una noche hermosa, en la cual ni una nube se atrevía a cruzar el nocturno firmamento, un solitario rayo de luna, iluminaba directamente un pequeño libro que se encontraba sobre un escritorio, el cual se encontraba en una habitación, que aunque perteneciente a una adolescente era bastante ordenada.
Las paredes eran de un amarillo opaco, casi verde, el armario formaba parte de la misma pared y era de color verde, al igual que el mueble repleto de peluches que se encontraba al lado del escritorio, la cama estaba cubierta por un acolchado rosa y, sobre esta había un almanaque pegado en la pared. Al lado había una mesita de luz que contenía tres despertadores y detrás de estos dos había una especie de estante que contenía una muñeca y una especie de pelota o bola grande de color blanco. Finalmente el escritorio, estaba compuesto por tres cajones, superiores y tres inferiores, sobre los tres cajones superiores había un estante, que al igual que todo el escritorio estaba repleto de cosas, pero la que mas sobresalía de todo el escritorio era precisamente el libro al que iluminaba la luna.
El cuarto estaba sumido en la oscuridad excepto por el rayo de luna que entraba por la ventana. A simple vista provocaba paz, pero si se lo observaba demasiado comenzaba a tener un aspecto siniestro, como casi todas las cosas sumidas en la oscuridad. Repentinamente se escucharon unos pasos en la escalera y unos segundos más tarde una chica…no, perdón ya no era una chica…una adolescente entró en la habitación con una profunda tristeza marcada en su hermoso rostro.
Todos los años en aquella fecha le sucedía lo mismo, no podía sacarse de la cabeza su rostro diciéndole adiós dulcemente, su mirada llena de tristeza y sus ojos con llanto contenido. Hacía ya cuatro años desde que no lo veía y cada año le pasaba lo mismo, no importaba que le dijeran que con el tiempo la situación de su clan se arreglaría y que él podría regresar con ella, lo cierto era que hacía tres años que no sabía nada de él y lo más probable era que ya se hubiera olvidado de ella y que en ese momento estuviera celebrando su compromiso con alguna hermosa joven china.
Sollozó amargamente mientras evocaba su hermoso rostro, su cabello castaño oscuro, la determinación en sus hermosos ojos marrones. No había duda..., aunque en un principio había pensado que lo podría olvidar cada año se daba cuenta de que eso era imposible, y que aún habiendo pasado tanto tiempo cada vez que sonaba el teléfono se le aceleraba el corazón pensando que podía ser él, que llamaba para decirle que había regresado a Japón y que ansiaba verla tanto como ella a él.
-Shaoran- murmuró entre sollozos.
Aún no podía creer que después de esos maravillosos meses que habían pasado juntos había tenido que marcharse por que su tío, el responsable del clan Li había enfermado y él tendría que empezar con su entrenamiento mágico para estar preparado ante una eventualidad.
Y ella... ella había tenido que decirle adiós con una sonrisa, mientras su corazón se rompía en mil pedazos.
Y todo esto un día antes de su cumpleaños...
Aunque se habían mantenido en contacto durante un año, enseguida las obligaciones del clan empezaron a aumentar, y de pronto Shaoran había empezado a viajar a distintas partes del mundo, manteniéndose en contacto nada mas que por mail.
Y justo cuando ella había pensado que nada podría separarlos, ya que aunque uno estuviera en una punta del mundo y el otro en la otra seguían escribiéndose mails todos los días y hablaban por teléfono una vez por semana, repentinamente esos esperados correos electrónicos y llamadas desaparecieron y ella no había sabido nada más de él.
Y así habían pasado tres años... tres solitarios y vacíos años.
Su desaparición hizo pasar a Sakura por varias etapas: en un principio hizo que lo extrañara aún mas, después el tardío despertar de su mal genio provocó que se enojara con ese hermoso joven chino ( aunque parezca increíble ), mas tarde comenzó a preocuparse, porque siempre existía la posibilidad de que le hubiera pasado algo, pero luego pensó que de ser así le habrían avisado y finalmente había caído en la más profunda tristeza y resignación ( aunque, a su parecer nadie lo notara porque siempre la escondía con una sonrisa en su rostro, sin embargo…como es lógico, las personas que más la conocían, sabían exactamente que le pasaba), porque pensaba que él había dejado de hablar con ella porque su familia no aceptaba que saliera con una joven japonesa, que aunque tuviera poderes mágicos, no había sido criada en el mismo habiente que él.
En ese momento no sabía a ciencia cierta si aún seguía enamorada de él pero lo cierto era que siempre que llegaba ese día, la invadía una nostalgia terrible, y toda la tristeza que ella lograba ocultar afluía a la superficie dejando que cualquiera que tuviera ojos la viera en su rostro. Gracias a Dios, su padre sólo le había preguntado una sola vez que le ocurría, pero como ella le había respondido que nada, él sólo había dicho que cuando tuviera necesidad de hablar podía hacerlo con él cuando quisiera.
Pero Sakura no estaba dispuesta hablar de algo que ni ella entendía.
Porque ni ella misma entendía que le pasaba..., a veces tenía la sensación de que Tomoyo entendía más lo que le pasaba, que ella misma.
De repente se levantó y abrió la puerta del placard donde se encontraba un espejo de cuerpo entero, su reflejo le mostró a una chica de 15 años, que cumpliría 16 al día siguiente, con un rostro perfectamente ovalado y de una gran belleza, el cabello castaño claro apenas le pasaba los hombros. Sus ojos verdes como jade hacían que la joven tuviera un encanto poco común, y en donde se podía leer inocencia, una cosa totalmente extraña en una joven de esa edad.
De repente la puerta de su habitación se abrió y por ella se asomó la cabeza de un joven muy apuesto que rondaba los 23 años. Aunque tenía una apariencia común, era el típico chico de pelo negro y ojos oscuros, la decisión que brillaba en sus ojos lo hacía extrañamente atractivo, ya que parecía que ocultaba algo, le daba un toque de misterio a toda su personalidad, que ya de por si no dejaba de ser un misterio para su propia familia.
-monstruo, tienes visita-dijo luego de encender la luz
Sakura salió de adentro del armario, luego de pasarse la mano por el rostro para asegurarse que no le quedaba ninguna lágrima corriendo por el rostro, sólo para encontrarse con la ya acostumbrada cara llena de seriedad de su hermano y a una sonriente Tomoyo detrás de él. Estaba tan deprimida que ni se había dado cuenta de cómo la había llamado su hermano.
- Ah! Tomoyo, qué bueno que estés aquí- aunque en realidad lo que más deseo en este momento es estar sola -dijo con la voz más alegre que pudo
Touya estaba totalmente desconcertado, Sakura no sólo, no había dicho nada ante su habitual " monstruo" sino que además, apenas lo había mirado.
Se alejó de la habitación en silencio, Sakura había estado muy extraña todo el día. Por empezar se había levantado más temprano que todos y había hecho el desayuno de forma que cuando su padre y él se levantaron ya estaba servido en la mesa, y cuando él hizo el primer comentario ácido del día, ella sólo siguió comiendo su desayuno y casi imperceptiblemente había asentido como si le estuviera dando la razón, eso le había dejado totalmente estupefacto..., ya era extraño que su hermana no le contestara, pero que además le diera la razón...
Luego de desayunar se levantó y empezó a lavar los platos y aunque ese domingo le tocaba a él hacer los labores, le dijo que no se preocupara que se tomara el día para organizar su mudanza.
De pronto lo recordó...
Ese dìa hacía exactamente cuatro años desde que ese mocoso chino se había ido nuevamente a su país.
Pero su hermana no podía estar así por ese sujeto, él mismo había visto como salía con sus amigas y se divertía, no podía estar tan deprimida por un sujeto al que no veía hace cuatro años... ¿o, sí?
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-¿Sakura?
-¿si?- dijo esta distraída
Tomoyo suspiró, llevaba cinco minutos en la habitación y Sakura lo único que había hecho había sido permanecer callada y con la mirada perdida, su amiga había embellecido muchísimo en los cuatro años que pasaron desde la partida de Li, había dejado de ser la linda y simpática niña para convertirse en una hermosa adolescente que atraía todas las miradas mientras caminaba por la calle, aunque ella parecía no darse cuenta, parecía que aunque hubieran pasado todos esos años ella seguía esperando que "su Shaoran" apareciera a la vuelta de la esquina sonriente y con un ramo de rosas en las manos. Ella sabía que ese día era especialmente difícil para Sakura, pero había pensado que ese año sería diferente, aunque sólo se había estado engañando a si misma, aunque Sakura estaba todo el tiempo con un sonrisa en la cara, ella podía leer en sus ojos a la perfección su sufrimiento.
- Sakura se que este día es muy especial para ti, pero si tanto amas a Li deberías ir a buscarlo tu misma.
Ante esta frase Sakura pareció volver a la realidad.
- Qué, yo... yo ya no amo a Shaoran, es más no estoy segura de haberlo hecho nunca, si le tuve gran cariño, pero a los once años no se puede distinguir bien entre el amor y el cariño.
Tomoyo no daba crédito a lo que oía sabia bien que Sakura estaba bastante confundida, pero de ahí a que negara algo que era tan evidente había un gran paso, tendría que empezar a actuar rápido si no quería que su amiga se convirtiera en la típica adolescente que ocultaba lo que sentía porque era más cómodo o sufría menos. Más tarde cuando los guardaespaldas fueran a buscarla empezaría a pensar como hacer que Sakura fuera la misma que hace cuatro años. Mientras tanto sería mejor cambiar de tema, era mejor no atormentar mas a su amiga.
-Sakura, sabes algo de Kero y Yue?
- Eh, pues la verdad la ultima vez que hable con ellos, estaban pasándolo de maravilla con Eriol en Inglaterra, aunque ninguno de los dos lo admitió, por supuesto
- y entonces, como te diste cuenta de que lo estaban pasando bien?
- Pues- dijo Sakura sonriendo por primera vez en la noche- cuando les pregunté si querían volver, Kero empezó a decirme que todavía tenía que darle una paliza a Spinel, que mientras estos últimos años que no se vieron, se había vuelto muy hábil con eso de los video juegos, aunque por supuesto enseguida me preguntó si ocurría algo y necesitaba que volviera como le dije que no, enseguida me preguntó si no había ningún chico molestándome, que él se encargaría de sacármelo de encima, puedes creerlo? No se de donde sacó eso de que hay algún chico molestándome- dijo aún sonriendo
Tomoyo sofocó una sonrisa, si Sakura supiera que la mitad de sus compañeros estaban interesados en ella...
- igual por lo que se, Yue vuelve dentro de dos semanas porque Yukito quiere ayudar a mi hermano con la mudanza.
-Ah, cierto que tu hermano se esta mudando, se va muy lejos de aquí?
- bueno, en realidad no, sabes cómo es mi hermano, es imposible sacárselo de encima del todo- aunque en realidad lo iba a extrañar un montón pero... bueno al fin y al cabo no se iba tan lejos y la mudanza podría llegar a ser conveniente.
Tomoyo sonrió, Sakura estaba volviendo a ser la misma poco a poco.
-ja, ja!- se rió- tu siempre igual-pero a dónde se muda?
- bueno en realidad se muda muy cerca de tu casa, creo que en frente o algo por el estilo, así que ahora yo puedo ir a pasar alguna que otra noche en la casa de mi hermano y así nos veríamos a la noche también.
- En serio?- dijo Tomoyo con una sonrisa en la cara- qué extraño- dijo frunciendo el ceño de repente- esa casa sale una fortuna, es bastante grande...
- si, así es, pero mi hermano ha estado ahorrando desde que tiene 14 años y empezó a trabajar.
- wuau, pero bueno eso no importa ahora, lo que importa es que al fin tenemos una buena noticia, y cuando tu hermano se mude podemos organizar una fiesta para estrenar la casa, podemos invitar a Rika, Chiharu, Yamazaki, por supuesto a Eriol... bueno luego haré bien la lista... pero espera me estoy adelantando, después de todo todavía falta terminar de organizar tu cumpleaños...
- escucha Tomoyo- dijo Sakura interrumpiéndola- no hace falta, en serio, eso de festejar mis 16 años es una costumbre estado unidense, en verdad no hace fal...
- QUE, ya bastante que no me dejaste organizar tus 15 años, además tan sólo falta terminar el vestido, y eso porque no pude tomarte las medidas adecuadamente, todo el resto ya esta preparado, el salón, las participaciones, todo está listo para que festejemos tus sweet sixteen dentro de una semana así que..., lo que me recuerda...- dijo levantándose y sacando un centímetro de su bolso.
Sakura suspiró resignada, mientras se levantaba y Tomoyo comenzaba a tomarle las medidas. Nunca cambiará- pensó. Aunque hacía tiempo que había abandonado el habito de filmar cada cosa que hacía, nunca había desistido de celebrar cada cosa "importante" que le pasaba, aunque ellas dos tenían distintos significado de la palabra" importante".
En fin, ese asunto de los sweet sixteen la había tomado totalmente por sorpresa, sí fue que un día entró en su casa y vio a su padre viendo un álbum donde había fotos de chicas que festejaban sus sweet sixteen, y lo peor no era eso sino ¡que parecía haberle encantado!
-y por qué no? si podemos permitírnoslo...- había dicho su padre con un sonrisa en la cara.
A partir de ese momento Tomoyo contó con la absoluta autorización de su padre para organizar la fiesta entera, y ella ya no pudo negarse más.
Después de eso habían empezado los verdaderos problemas, por lo menos dos veces a la semana tenía que recorrer un montón de lugares para buscar un salón que les gustara a ella y a Tomoyo, lo cual fue muy difícil de encontrar, ya que Tomoyo quería un salón enorme con un montón de espacio, que a Sakura le parecía inutilizable, pero como siempre Tomoyo terminó por convérsenla:
-Sakura, vamos a tener una fiesta de doscientos invitados, con esa cantidad de gente no podemos alquilar un salón de dos por dos.
Y así la había convencido, y había terminado por alquilar un salón enorme, muy lindo pero enorme al fin y al cabo.
- Wuaw, eres casi perfecta,92-63-90 tienes un cuerpo envidiable Sakura!
- no es para tanto Tomoyo, lo tengo casi de regalo, si no me cuido para nada.
- bueno, ese no es el caso, lo que importa es que tienes un cuerpo de modelo, te estás pareciendo mucho a tu mamá.
- no digas tonterías Tomoyo, yo? un cuerpo de modelo, por favor- y seguido de eso lanzó una carajada
Tomoyo estaba muy feliz porque había logrado que su amiga recuperara el ánimo, y Sakura estaba muy feliz porque Tomoyo la había hecho volver a la realidad
Siempre lo logra, no se como hace.
Y así estuvieron hablando alegremente hasta que se hicieron las diez de la noche y vinieron a buscar a Tomoyo.
Más tarde, a eso de las doce de la noche Sakura seguía dando vueltas en la cama y pensando sólo me gustaría saber porque despareció así y ni siquiera se despidió.
Mientras tanto Tomoyo, estaba buscando la forma se Saber, por qué se había ido así, estaba decidida a averiguarlo, aun así tuviera que viajar hasta Hong kong, estaba dispuesta a hacer cualquier cosa para que Li estuviera presente para cuando Sakura festejara sus 16 años y para eso solo le quedaba una semana de modo que tendría que apurarse, pues sabía perfectamente que sin él la fiesta estaría incompleta.
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-madre, se me permites me levantaré de la mesa, ya terminé de cenar y aún tengo que terminar algunos asuntos antes poder irme a dormir.
- si, adelante hijo, puedes ir
El joven se levantó como si lo corriera un rayo, y por poco salió corriendo a su cuarto, estaba tan apurado que casi se olvida de hacer la reverencia hacia su madre antes de salir de la habitación.
La cabecera de la mesa en la que antes había estado sentado el joven, estaba ocupada por una mujer china de una belleza absoluta, su pelo negro como la noche le pasaba la cintura y tenía un porte especial que hacia que todo el mundo le tuviera respeto. Aunque la mayoría del tiempo estaba en silencio, a ella se aplicaba perfectamente el dicho hay silencios que dicen mas que mil palabras.
La mujer suspiró
- Aun sigue intentándolo, no es cierto?- pregunto como al vacío
La única con el valor suficiente como para contestarle fue una muchacha de alrededor de dieciséis años y cabello negro del mismo largo de la mujer, pero a diferencia de esta se notaba que era una muchacha llena de vida, eso se podía leer claramente en sus ojos, mientras que en los de la mujer solo se podía leer un terrible vacío y dolor pero también mucha fortaleza.
- Ay tía, sabes como es Shaoran no va a parar hasta descubrir como romper el hechizo, el otro día casi lo logra, solo que a último momento, sus fuerzas lo abandonaron y se desmayo.
- si, ya lo se Mei-Ling- dijo la mujer mientras suspiraba- Shaoran se esta esforzando demasiado y a veces duerme dos o tres horas o incluso no duerme, el piensa que yo no lo se, pero mas de una vez he pasado a las cinco de la mañana por su cuarto y lo veo ahí sentado en su escritorio rodeado de libros, y como todos saben el se levanta a las seis; si sigue así uno de estos días voy a tener que llevarlo al hospital y eso es prácticamente imposible, le van a hacer unos estudios y me van a decir que mi hijo esta perfecto y que no entienden porque esta tan decaído.
- eso es porque el utiliza sus poderes mágicos y no su energía. Y aparte esta época del año le resulta extremadamente difícil, se esfuerza el triple de lo que lo hacía antes...
-a ver, a ver, a ver, porque no dejan que mi nieto se las arregle como pueda, y bien saben que él puede hacerlo
- pero abuela- protestó Mei-Ling- tú eres la primera que se mete cuando algo le ocurre a Shaoran..
- si eso es cierto mi niña, pero esta noche vi algo que antes no había notado en sus ojos.
- y qué era eso abuela?- preguntó con auténtica curiosidad la muchacha
- determinación, niña, eso es lo que vi, si Shaoran esta totalmente decidido a romper ese hechizo para poder ver nuevamente a esa chica a la que llaman Sakura, nada se lo va a impedir, y eso deberían saberlo desde hace tiempo, porque que yo sepa desde chico demostró que cuando deseaba algo realmente luchaba con el cuerpo y alma para poder lograrlo.
- pero...
- no Mei-Ling, esta vez mi madre tiene razón, nada de lo que podamos hacer va a impedir que Shaoran siga arriesgando todo lo que tiene para lograr su propósito.
En ese preciso instante un hombre de unos 35 o 40 años, que vestía un traje negro con una camisa blanca y una corbata azul, entró en el comedor.
Y bien ingresó en el lugar, todos los presentes se pusieron de pie en una clara señal de respeto.
- buenas noches- saludo
- buenas noches- saludaron todos al unísono
- puedo servirle algo para cenar, señor?- pregunto la doncella que acababa de ingresar en ese preciso instante.
- no, gracias ya cené... veamos...Donde esta Shaoran, es necesario que hable con él
- pues...- empezó a decir Me-Ling
-mi nieto está ocupado pero puedes hablar con el mañana- dijo con brusquedad la anciana
- pues lo siento abuela, pero es necesario que hable con el en este preciso instante, es serio.
-lo siento por ti, pero a menos que traigas novedades de cómo romper el hechizo no permitiré que interrumpas a mi nieto
- abuela...
- se trata de eso que quieres hablarle?
- no, pero es acerca de su obligación como jefe del clan
- mira que yo sepa la jefa del clan Li lo sigue siendo Ieran, hasta que Shaoran cumpla los 17 años y si no es urgente puedes perfectamente hablarlo con ella.
- Ieran..., me parece que hay cosas que debo hablar con él, aparte soy su tío, no puedo simplemente querer hablar con mi sobrino.
-mira Kung Tse, yo se que en esta familia te tenemos mucho respeto pero Shaoran en este momento esta tratando de romper ese hechizo y me temo que si lo interrumpes en una parte crucial se va a enfurecer con todos nosotros, inclusive contigo
- es suficiente...-intervino Ieran- Kung Tse le pido que hable más tarde con Shaoran, en este momento esta muy ocupado, podría ser?
- esta bien Ieran pero a más tardar mañana a primera hora.
- muchas gracias
Sin decir más el hombre se retiró de la habitación. La anciana Yin no esperó ni dos segundos después de que se fue de la habitación para exclamar:
- bueno ahora todos, necesito hablar con Ieran a solas, con su permiso nos retiraremos al living.
Todos asintieron y se pusieron de pie esperando que las dos mujeres se retiraran, ya habían aprendido desde chicos que nadie podía contradecir a la abuela, y salirse con la suya., así que simplemente habían aprendido a resignarse a sus órdenes.
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-ahg!-exclamó el joven con un destello de dolor en sus ojos marrones, era la tercera vez que la potencia del contra hechizo que estaba realizando lo tiraba al suelo y las dos ultimas veces había sido contra algo que se rompía y el tenía tanta suerte que se le rompía a encima, como ese antiguo jarrón chino que se le acababa de partir en la cabeza cortándole la cara, pero nada importaba, hacía tres años que ese hechizo no permitía que se acercar a Sakura y ya estaba desesperado no sabía que mas hacer, sabía que alguien estaba impidiendo que la viera pero no se le podía ocurrir quien podría ser, no tenía enemigos y la única persona que tenía algo en contra de su relación con Sakura era Touya, su molesto hermano, claro que ya no podía decir a ciencia cierta que tuviera una " relación" con Sakura en ese momento ella debía de estar saliendo con un joven muy apuesto y por supuesto sin magia, porque seguramente ella ya estaba cansada de que la magia interfiriera en su vida y se la complicara... pero eso no importaba, lo único que quería era verla aunque sea una vez más, y ahora que ya sabía cómo hacer para romper el hechizo nada lo iba a impedir, lo único que tenía que hacer era dejar todo preparado y dormir bien para juntar energías para que a la mañana siguiente podría hacerlo todo, porque no quería cometer el error del otro día y tener que esperar otra semana más para recuperarse lo suficiente.
Así que terminó de guardar todos los elementos y pergaminos en el baúl y lo sello con magia para poder irse a dormir tranquilo, ya le había pasado una vez que tenía todo listo y por un descuido de el lo dejó arriba de su escritorio y a la mañana siguiente faltaban la mitad de lo ingredientes; aparentemente la doncella los había tirado porque pensaba que ya estaban caducados, pero nadie le quitaba de la cabeza que había alguien, aunque le costara admitirlo, dentro de su entorno que no quería que volviera a ver a Sakura.
Minutos después se fue a dormir con esta idea en la cabeza.
Pero lo que Shaoran no podía saber era que mientras el dormía, un hombre o una mujer no se puede describir exactamente, ya que vestía una capa y capucha negra cuestión que no dejaba ver ningún rasgo de su cara y cuerpo, había ingresado en su habitación. Y bien lo hizo, se dirigió hacia el baúl donde Shaoran había guardado las cosas del hechizo, se inclinó y apenas se acercó al baúl lo estrelló contra la pared, afortunadamente para este sujeto Shaoran no se despertó porque, estaba tan cansado que había hecho un conjuró para no despertarse hasta las seis de la mañana del día siguiente.
- maldita sea- murmuró el sujeto no se podía identificar su voz pues estaba deformada- este mocoso hizo el hechizo de protección e incluyó a la familia Li en el proceso, eso quiere decir que ya sabe o sospecha que alguien de su familia es el que hizo el hechizo,¡demonios!- exclamó
y luego con el mismo cuidado con el que ingresó se fue de la habitación...
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- Pero hija, tienes que entenderme ese hombre no es de fiar- exclamó la anciana con verdadera angustia en la voz.
- lo siento madre, pero esta vez no puedo hacerte caso Kung Tse me ayudó mucho luego que el padre de Shaoran y mis hijas murió, lo que menos puedo hacer es estarle enormemente agradecida y ayudarlo en todo lo que pueda.
- pero hija...
- ni una palabra más madre.
Y sin decir nada más la mujer se levantó del sillón en el que se hallaba sentada y salió de la habitación sin mirar atrás.
- por Dios- murmuró la anciana, su hija podía llegar a ser verdaderamente terca cuando quería, había cambiado muchísimo en esos años en que su hijo había estado en su casa, suponía que haber vivido junto con su hijo, el que este tuviera que estar separado de la persona que quería y esto acompañado de la muerte del padre de Mei-Ling, había hecho que empezara a demostrar más sus sentimientos, pero a veces volvía a ser la misma y con ella venía la terquedad de antes... Si tan sólo supiera que ese hombre en realidad no era de la familia sino alguien que habían adoptado los padres de su esposo cuando era un bebé... y si tan sólo supiera que ese hombre estaba interesado en que ella se casara con él, porque nadie le quitaría esa idea de la cabeza...
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-Eriol!-gritó una mujer que venía corriendo desde la entrada de una lujosa mansión- no te lo vas a imaginar, es la noticia del año!- exclamó la mujer de largos cabellos marrones mientras agitaba un sobre blanco que tenía en a mano.
- Qué sucede?- preguntó un joven de unos 17 años y cabello azul oscuro que venía caminando pausadamente desde una habitación.
- es sobre tu amiga, ¡Sakura!- exclamó mientras saltaba emocionada, aunque estaba vestida con un traje de diseño, que se notaba era muy caro, y rondaba los 23 años, en ese momento parecía una adolescente revoltosa.
- Qué sucede con mi ama?- preguntó un sujeto alto y de pelo y ojos plateados, tras el salió un animal que... bueno la descripción ideal era un león con alas pero sin melena, parecía más un animal mitológico.
- pero cómo puede ser que ustedes no lo sepan?-preguntó la mujer totalmente sorprendida.
-Saber que Nakuru?- preguntó el joven inglés sin perder la paciencia.
-averígualo por ti mismo dijo mientras le entregaba el sobre que había estado sacudiendo hacia media hora.
El joven tomó el sobre tranquilamente, lo abrió y de dentro saco una tarjeta blanca y rosa con detalles de flores de papel pequeñas bordeándola, la abrió y soltó una carcajada.
- Vaya! parece que Daidouji logró convencerla, pero qué, debería extrañarme si no lo hubiera hecho.
- A qué te refieres?-pregunto el león con alas- dame eso- exclamó, pero como se dio cuenta de que con su apariencia actual no podría leerla, pronto se convirtió en un simpático y gracioso osito de peluche- CÓMO, Sakura va a festejar sus 16 años y somos los últimos en enterarnos, no puede ser posible- exclamo el peluche claramente indignado.
- Aguarda- dijo la mujer llamada Nakuru- llego esto dirigido a ustedes dos- dijo refiriéndose a un carta común y corriente que tenia en sus manos, y la cual tenía escrita en una perfecta y prolija caligrafía japonesa :
KERO Y YUE
- vaya, espero que esa jovencita tenga una buena explicación, para esto- exclamo con su vocecita chillona
- recuerda, que ella es nuestra ama y no tienes derecho a criticarla- dijo con toda tranquilidad el sujeto de ojos pateados
Enseguida el muñeco le dirigió una mirada asesina
- Tú cállate, Sakura me quiere mucho y yo a ella y es justo que yo me preocupe por ella..., ahora veamos que dice esta carta.
Estimados Kero y Yue:
Lamento que tengan que enterarse de esta forma, pero es que Tomoyo insistió en tratar este asunto como si fuera un secreto de estado, tan sólo lo saben mi padre, mi hermano y Tomoyo por supuesto, me encantaría haber podido decírselo antes, pero ya conocen a Tomoyo.
Nos vemos
Firma: cariñosamente
Sakura.
- y, que novedades hay?- pregunto Yue sin un mínimo de interés en la voz
- lee tú mismo, mientras yo iré a preparar mis cosas
- tus cosas, por qué?-pregunto el muchacho llamado Eriol
-creo que Sakura necesita que estemos con ella, vienes Yue?- le pregunto puesto que ya había terminado de leer la carta
-por supuesto
- esperen vamos todos juntos- dijo Eriol
El muñeco asintió y salio de la habitación volando detrás de Yue
- Yupi!- exclamo a mujer de largos cabellos castaños
- que te ocurre Nakuru?- pregunto Eriol
- pues... que si voy a Japón tendré oportunidad de ver a Touya y de... conquistarlo
El chico de corto cabello azul soltó una carcajada
-tú siempre igual... y dime como piensas hacerlo- pregunto en tono de burla mientras se sentaba en un sillón de alto respaldo
- Eriol, no es justo que te burles de mi, sabes perfectamente que ningún hombre ha podido resistírseme nunca.
-claro, claro... excepto Kinomoto- exclamo tratando de tragarse la risa
- bueno, pero a el no lo he visto desde que era una adolescente y digamos que desde entonces he adquirido cierta... experiencia
- si eso lo veo cada sábado a la noche cuando te acompaña..., este como definirlo? tu compañero de turno? hasta la puerta
- mira, tu no te me quedas atrás, nunca estas con una chica el tiempo suficiente como para que recuerde su nombre, aparte ya estoy bastante grandecita como para salir con los hombres que quiera.
- si, es cierto- dijo riendo pero de repente se puso totalmente serio- no existió, existe, ni existirá jamás una mujer que me haga perder la razón- dijo absolutamente serio, solo para casi llorar de risa casi al instante
- eso dices ahora- dijo Nakuru sonriendo también. Pero quién sabe si caminando por ahí, tal vez totalmente sola y necesitada de cariño esta la mujer de tu vida, la que te atará y con la que te casarás y tendrás hijos y un perro, ja, ja! te imaginas... a...ti... corriendo tras un chiquillo para que se bañe o para mandarlo a dormir, ja, ja, parece casi irreal.
Si, así era exactamente, irreal. Él no estaba hecho para estar casado no, definitivamente el matrimonio no era para él. No, el apenas podía cuidar de si mismo, no podía ni pensar en cuidar a alguien mas. No, ni hablar.
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El sonido de despertador le sonó muy lejano, la noche anterior se había quedado despierta hasta las doce o una de la madrugada pensando... y ahora que se tenía que levantar para ir al colegio no podía ni siquiera extender el brazo para apagar el despertador.
Dos segundos más tarde la puerta de su habitación se abrió, y por ella ingresaron dos hombres y un pastel con 16 velitas.
- despierta monstruo- dijo Touya
- eh?
Sakura no entendía nada, ahí estaban su padre y su hermano, con un inmenso pastel en las manos...
Pastel, lo había olvidado completamente ese día era su cumpleaños.
-OH- exclamó mientras se desperezaba- no se hubieran molestado.
- yo le dije exactamente lo mismo a papá, pero no me hizo caso
Sakura miró con cara de pocos amigos a su hermano
- eso es mentira Touya si tú mismo viniste a despertarme media hora antes para que no se me olvidara que hoy era el cumpleaños de tu hermana.
Sakura sonrió, y Touya puso cara de resignación
por que será que mi padre no puede mantener la boca cerrada,- pensó enojado.
Después de esos momentos, le cantaron el happy birthday, y Sakura se levantó. Como apenas eran las seis y media tenía una hora para preparase bien y desayunar tranquila, aunque por algún extraño motivo Tomoyo le dijo que se pusiera el uniforme viejo, no entendía nada, pero debían ser cosas de Tomoyo y las tradiciones occidentales, igual no importaba se iba a poner su uniforme nuevo porque el otro ya estaba desteñido, el azul de la pollera se había convertido en un celeste oscuro y su camisa blanca estaba tan transparente por los lavados que ya se le traslucía la ropa interior,
Así que ni lo sueñes Tomoyo pensó,.
Por una vez no iba a ponerse en ridículo por un tradición,
-supongo que debe ser la vergüenza la que me da más valor, aunque en mi escuela hay muchas chicas que van con unas camisas muy transparentes, yo no me animo a usarlas, lo mismo que esas polleritas tan cortas que se vuelan de nada-dijo para sí misma
Todavía estaba preguntándose por que Tomoyo le habría dicho que se pusiera el viejo uniforme, ella sabía perfectamente que si no lo había tirado era porque era el primer uniforme que se había comprado ese año y siempre guardaba los primeros uniformes de principio de año como recuerdo.
- Sakura! Feliz cumpleaños!- Gritó Tomoyo mientras venía corriendo, pero cuando llegó frente a su amiga se quedó de piedra- no te pusiste tu uniforme viejo, por qué?
-ah...si, no me lo puse porque estaba muy usado y se transparentaba todo y me parecía muy atrevido además de que me daba vergüenza.
-bueno, esta bien ya no importa- exclamó con una expresión en la cara...¿de qué?... preocupación. Sakura estaba acostumbrada a ver la expresión de decepción en el rostro de su amiga...pero si Tomoyo estaba preocupada...- no importa ya, ahora vamos a dentro del colegio.
En el aula todo el mundo felicitó a Sakura por su cumpleaños y la fiesta que daría el sábado a la noche, pero enseguida vino el profesor y las felicitaciones debieron quedar para después.
-buenos días, hoy les tengo una sorpresa..., como bien saben esta escuela esta especializada en alojar alumnos extranjeros, pues bien quiero que le den la bienvenida a Rajif Kadidja , ven - le dijo a una joven de tez oscura y unos ojos negros muy brillantes, su pelo...este...bueno no se podría decir con exactitud de que color era porque lo llevaba cubierto por un enorme velo que le cubría hasta las rodillas, por lo cual obviamente tenía el pelo largísimo y seguramente de color oscuro, pues por el color de piel no podría ser más claro que rubio ceniza a lo mucho-muy bien Kadidja, yo soy el profesor Shigure Fujima, y estos van a ser tus compañeros, por que no nos cuentas algo acerca de ti?
La joven asintió
- bueno, provengo de un país llamado Egipto, aunque no nací allí sino en Inglaterra, eso significa que soy mitad egipcia, por parte de mi padre e inglesa, por parte de mi madre, contrario a todo lo que ustedes deben estar pensando no fui bautizada con la religión musulmana, pero si fui criada por musulmanes, puesto que mis padres murieron cundo yo tenia solo tres años y aunque no fui convertida, por que mi padre no quiso, si fui criada con ellos y conservo muchas de sus costumbres, aunque no esté obligada ...bueno, creo que esto explica lo de mi vestimenta- explicó con un tímida sonrisa aunque llevaba puesto el uniforme escolar, la pollera era mucho más larga que la de los demás además de que el velo le cubría toda la espalda. Para sorpresa de esto dijo todo esto en un perfecto japonés.
- bueno... este que tal si te sientas... a ver donde, si allá atrás de Daidouji.
La joven asintió y se dirigió hacia su asiento, y bien se sentó Tomoyo se dio vuelta para darle un papel. La joven lo miró extrañada y lo abrió, en el había una pequeña notita que decía:
Hola Kadidja (vas a tener que disculparme si escribí mal tu nombre pero sinceramente no se escribir árabe)
mi nombre es Tomoyo Daidouji pero puedes decirme Tomoyo, es un gusto que estés con nosotros este año, puedes almorzar con nosotros si quieres, te cuento que hoy es el cumpleaños de mi mejor amiga Sakura, ( la joven de cabello castaño claro sentada en la fila de enfrente) y pensamos hacerle un sorpresa a la salida del colegio, si quieres puedes ayudarnos.
Será un placer tenerte con nosotros
Tomoyo.
Kadidja levantó la mirada para mirar a la chica, y enseguida se dio vuelta le sonrió y siguió copiando lo que el profesor estaba escribiendo.
El timbre acababa de sonar y todos los alumnos se levantaron para ir a tomar su almuerzo.
-vienes Kadidja?- preguntó Tomoyo
La joven pareció sorprendida pero luego asintió.
- Ella es Sakura- dijo presentándolas
- Hola, es un gusto tenerte con nosotras Kadidja, oigan les parece bien que luego del colegio vayamos a mi casa para que tomar el té y si podemos conocernos mejor?
Tomoyo y todas sus amigas contuvieron una sonrisa al pensar en cómo iba a volver Sakura a su casa, pero asintieron.
Fueron a almorzar al parque del colegio, y el resto del día continuo en perfecta calma.
Hasta la salida del colegio...
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El joven salió de su habitación con un expresión de triunfo en la mirada.
-y Shaoran, lo lograste?- pregunto Mei-Ling
-si- dijo con cierto cansancio en la voz
A los dos segundos de dicho esto ingresaron las cuatro hermanas de Shaoran, ahora casadas, saltando de la alegría y empezaron a abrasar a Shaoran.
-oigan- dijo Shaoran a punto de ahogarse- estoy un poco cansado, podrían...
Pero como la mayoría de las veces que se emocionaban, sus hermanas siguieron ahogándolo.
Aunque sus hermanas le tenían respeto por ser el único que había nacido con capacidades mágicas, pero cada vez que lograba algo que había estado intentando hace tanto tiempo perdía los estribos y se olvidaban que el era el futuro jefe del Clan Li.
En ese momento Ieran, la madre de las 5 personas que había en esa habitación, entró en el lugar y tan rápido como la vieron las cuatro mujeres que estuvieron a punto de ahogar al joven chino, se quedaron completamente quietas e hicieron una reverencia de respeto hacia su madre.
-Qué sucede aquí?- pregunto la mujer
-Madre!...este Shaoran logró romper el hechizo!- dijo una de las hermanas de Shaoran. al principio con emoción pero luego fue cambiando el tono ante la expresión de su madre.
-Es cierto eso Shaoran?-preguntó Ieran
-si,...por supuesto madre, lo que dijo Shiefa es cierto.
-entonces necesito hablar contigo Shaoran... a solas-dijo observando la renuencia de las jóvenes, a abandonar la habitación.
Enseguida las cuatro mujeres salieron del cuarto, seguidas por Mei-Ling. En cuanto
Las voces dejaron de oírse, la mujer se sentó en un sillón ( estaban en uno de los tanto living que tiene mansión Li) y le indicó a su hijo que hiciera lo mismo en un sillón que había en frente.
-Hijo, ahora que has resuelto el problema inicial, deberás pensar en el siguiente paso
-de qué hablas madre?
-hablo de como vas a hacer para enfrentarte a Sakura, no te olvides que hace tres años que ella no sabe de ti y eso no es algo que a una mujer... digamos que no es de nuestro agrado.
Shaoran permaneció en silencio, sabía que su madre tenía razón y no era la primera vez que lo pensaba todavía no sabía con qué cara iba a mirar a Sakura. Y lo peor de todo... cómo reaccionaría Sakura al verlo...y más aún importante... querría verlo?
Notas de la autora: Holas!
Bueno, aquí estoy de nuevo, como ya había dicho anteriormente decidí subir nuevamente esta historia para que así la puedan disfrutar desde el principio, y mejor, los veo mas tarde! Suerte!
Nadeshiko-Luna
Pd: como veran me cambie el nombre…para aquellos que son nuevos o no recuerdan, mi nombre era Usagi223…los veo prontito espero!
Chao!
