Tercer Capítulo : "…."

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Nadeshiko Luna.

Dedicado a: Hana! Que casi me mata el otro día en la cafetería cuando le conté los planes para este fic… Me encanto conocerte piba! Un beso! Y que disfrutes!

El botones empujó la puerta que daba paso a la suite principal del Hotel, y le cedió el pasó a su cliente, si tenía suerte, a juzgar por la apariencia de ese sujeto, lograría sonsacarle una buena propina.

Depositó la pesada valija en la puerta de la habitación, y esperó en silencio, mientras el hombre miraba atentamente la habitación.

El joven se dio media vuelta y lo miró, sorprendido de que aún estuviera allí.

-Puedo ayudarle en algo más señor?-preguntó educadamente el joven

-No, puedes retirarte,-dijo mientras le entregaba un billete de veinte dólares.

En cualquier hotel de cinco estrellas, esa hubiera sido una propina bastante pobre, miserable a decir verdad; sin embargo, en aquél, que era el principal de Tomoeda, era una fortuna.

El botones, se lo agradeció con una reverencia y se marchó.

Una vez con la tranquila paz de su soledad, el muchacho se dirigió a guardar sus cosas en el armario temporal. Sus fuertes y anchos hombros en movimiento, denotaban abundantes horas semanales de ejercicio, pero su cabello negro azulado tenía un toque apagado, debido a las pocas horas de sueño y descanso que había tenido en el último tiempo. En sus ojos se podía observar el cansancio que toda su alma llevaba a cuestas desde hacía meses.

Terminó de desempacar y se dejó caer fuertemente en la cama matrimonial que dominaba la parte de la suite en la que se encontraba. Más allá estaba ubicado un pequeño living comedor en donde se podía recibir a los invitados.

Ese hotel le traía bastantes recuerdos, no sabía si se podían llamar buenos, pero al menos no eran malos, y algunos de ellos hasta eran divertidos. Desde que demolieron su casa, siempre se había hospedado en él cuando realizaba sus sucesivas visitas a Japón. Tenía un cierto aire de familiaridad con la mansión que compartía con Nakuru en Inglaterra.

-Sin embargo, no deja de ser un hotel- le recordó su mente.

Cada vez que se veía obligado a permanecer un tiempo en un hotel, y depender de este como si fuera su propia casa, recordaba que la gente normal tenía un lugar al que llamar hogar, a diferencia de él.

Aunque sus padres siempre le habían proporcionado todo lo que necesitaba, económicamente hablando, nunca supieron cómo darle un hogar y una verdadera familia. Su madre, una ex modelo muy reconocida a nivel mundial, gastaba su tiempo en ver qué había de nuevo en las vidrieras y su padre vivía ocupado en sus innumerables viajes de negocios... toda su infancia transcurrió en ese mundo, en un mundo donde las frivolidades eran abundantes y tan comunes como el viento, donde no había tiempo para un abrazo cariñoso, o un te quiero; al menos no si no había una cámara filmándolos, de modo que sus padres pudieran demostrarle al mundo entero lo afortunado que era él por tener una familia así, y que sí existían padres, que a pesar de sus agitadas vidas sociales, se seguían preocupando por el bienestar de sus hijos.

Por supuesto todo era una pantalla, sólo logró sentirse realmente acompañado, el día en que creo a Spinel y a Nakuru. En un hogar normal, hubiera sido difícil de explicar la aparición de una niña de diez años (edad que tenía Nakuru cuando él le dio vida, a sus cinco años), no obstante; su casa no era lo que se pudiera llamar precisamente normal, y en sus idas y venidas, sus progenitores creyeron que aquélla niña no era otra más que una amiguita que él había decidido adoptar, o algo por el estilo. Como si necesitara algún tipo de confirmación, con ese simple hecho, Eriol notó que nunca le importaría lo suficiente a sus padres como para fijar la atención en él más de dos minutos seguidos, o el tiempo que durara una sesión fotográfica, o algo parecido.

De modo que había llegado a los veinte años sin haber escuchado ni siquiera una vez, que los labios de otra persona que no fuera Nakuru le dijeran la frase: Te quiero.

Ni siquiera sus "amiguitas" ;como las había rebautizado Nakuru; podían decir ese estilo de cosas, no estaba en el protocolo de los amantes, en donde nunca se podía confundir una relación basada en el placer mutuo, con una relación en donde interfirieran los sentimientos. Al menos si nadie quería salir herido, y por tal motivo Eriol se aseguraba de elegir bien a sus compañeras, nunca podría mantener una relación de ese tipo con alguien tan puro como Sakura o Tomoyo, por ejemplo, no al menos sin lastimarlas y sentirse un desgraciado por no poder darles el amor que ellas se merecían.

Y si de algo estaba seguro, era de que no podía hacer eso, no podía otorgar amor a alguien, cuando ni siquiera sabía lo que era ese sentimiento...

-Debe ser el día- pensó, mientras se levantaba y observaba por el amplio balcón; que tenía una vista impresionante de la ciudad entera; a los niños jugando en la plaza de enfrente.

Los días de verano, con los niños riendo y sus padres sonriendo al ver la alegría infantil, bajo el cielo sin una sola nube y el sol brillando en todo su esplendor, lo ponían melancólico

-eso es porque eres un ser oscuro, perteneces a la oscuridad-le había dicho en una oportunidad Nakuru, al observar su expresión al mirar a una joven pareja que sonreía cuando a su hijo pequeño se le caía el helado en el suelo, y este rompía en lágrimas.

Turbado, y sacudiendo suavemente la cabeza regresó a la suite, y observó con fingido interés los cambios producidos en ella, desde el año pasado.

La administración había decidido cambiar el color de las paredes, y ahora era de un celeste en degradé, mientras que antes estaba decorado con franjas rojas y doradas, con mosaicos en relieve gravados en ella.

El lugar era inmenso para tratarse de una simple habitación de hotel, la susodicha ocupaba todo el noveno piso, y con eso ya era suficiente como para ser más grande que muchas casas.

No obstante, nunca dejaría de ser una habitación de hotel.

Suspiró, odiaba sentirse así, era horrible sentir lástima por sí mismo de esa forma, de modo que se obligó a pensar en la estratagema que se tenían entre manos él y Tomoyo para los próximos días. Al menos, de esa forma tendría la oportunidad de divertirse con los problemas de los otros, y no con los virtuales suyos (él no tenía verdaderos problemas por los cuales preocuparse, ése era el motivo de que los denominara virtuales)

Había hablado con Xiao-Lang hacía apenas unas horas, y acababa de comunicárselo a la joven oriental de camino al hotel, de modo que tenía tres horas para descansar, antes de reunirse con Tomoyo y seguir planeando su estrategia.

Gracias al cielo, Nakuru le había ahorrado el problema de su vestimenta, al empacarle tan sólo cinco conjuntos de ropa, puesto que no tenía planeado pasar mucho tiempo en el país. Por supuesto, ella se había preparado una valija del tamaño de un contenedor, en la cual decía guardar lo "necesario" . Y enseguida, al ver la expresión de escepticismo reflejada en el rostro del inglés, agregó: "Bueno, al menos lo necesario para sentirme original. "

Se encogió de hombros y observó atentamente la valija, la cual estaba abierta en el suelo al lado del armario, frunciendo el ceño, descubrió que no estaba vacía como él esperaba encontrarla...en el costado izquierdo, se hallaba un libro...un libro, que él creía perdido hacía mucho tiempo.

Rápidamente, y con el corazón latiéndole a toda velocidad ante la perspectiva de poder leer por fin lo que había en ese documento, se acercó velozmente a la maleta.

Cuando sintió el peso del antiguo ejemplar en sus manos, sintió como si hubiera llegado a casa por primera vez en su vida.

Lo cierto es que no tenía ni idea del contenido de aquél volumen, sólo sabía que había pertenecido a Clow, y que él como su reencarnación tenía derecho a averiguar todo lo posible sobre su vida, y por el mismo motivo estaba obsesionado con todo lo referente a su anterior existencia.

Sin despegar la vista del libro, se recostó suavemente sobre la amplia cama, apoyado en al menos, cinco almohadas.

La portada estada dibujada sobre un cuero muy desgastado, de modo que en el dibujo apenas se llegaba a distinguir una rosa marchita...

Las hojas estaban arrugadas y amarillas, como si hubieran sobrevivido a una inundación, sin embargo a pesar de todos esos detalles, el libro se encontraba en perfectas condiciones.

Inspirado y emocionado ante lo que podía encontrar en el volumen, lo abrió lentamente...

Inmediatamente, sintió como una fragancia tan conocida para su alma como su propio aroma, era inspirada una vez por sus fosas nasales. Era un perfume delicado, suave...como a flores...una flor que él conocía demasiado bien, la flor que aquélla mujer llevaba siempre de adorno en su cabello y entre sus ropas...

Pero de qué mujer estoy hablando? -se preguntó a sí mismo, a pesar de conocer a muchas mujeres, nunca le había llevado el apunte a nimiedades como ser el perfume que llevaban puesto...además, tampoco era que a ellas les importara demasiado ese estilo de cosas, lo principal era que él las llevara a cenar a restaurantes importantes en donde pudieran lucirse, y tal vez encontrar un amante que fuera más constante de lo que sabían, que él era.

De todas formas, eso era lo que menos le importaba en ese momento, estaba recapacitando en todas las cosas que no sabía acerca de la vida de Clow, es decir, sabía lo necesario para haber encontrado a Sakura y demás, sin embargo, si hablábamos de la vida personal de Clow, ese tema se volvía una completa y absoluta incógnita...no obstante, toda su vida había creído que nunca se había casado...o...enamorado...¿habría podido, el hechicero más conocido en el mundo oriental, experimentar un sentimiento que lo haría tan débil frente ante determinadas cosas?...no, eso no era posible, en los registros que él había consultado, decía que él había muerto joven y soltero...la única explicación a que se hubiera enamorado y no hubiera contraído matrimonio con la afortunada, era que su amor no fuera correspondido, sin embargo eso sería más extraño aún, es decir él era conocido como uno de los mejores partidos de aquella época, atractivo, rico y encima con poderes mágicos, seguramente no le faltaban las cartas de amor...de todas formas, eso ya no importaba, él tenía bien en claro que nunca podría recordar todos los acontecimientos de su vida pasada por más que quisiera. De modo que volvió a fijar su atención en el libro entre sus manos.

Tratando de apaciguar su emoción, dio vuelta la primera hoja, que estaba en blanco...luego de una portada muy borrosa, y en la cual no se podía distinguir absolutamente nada de todo lo escrito anteriormente allí, se encontró con una hoja, que aunque borroneada, estaba prácticamente en perfectas condiciones. No obstante, no fue esto lo que le llamó la atención, sino el hecho de que estuviera escrito en el abecedario occidental; a pesar de ser inglés, Clow escribió la mayor parte de sus manuscritos en chino, con su correspondiente caligrafía, tal vez para practicar el idioma que compartiría por el resto de su vida, o simplemente por capricho...sin embargo, no era sólo eso lo que sumió en ese estado de estupor, sino el hecho de la letra que se hallaba en ese página, no pertenecía al gran hechicero...

O al menos, no era la que él estaba acostumbrado a leer...

Esta era mucho más oblicua, y cursiva, además de tener trazos mucho más femeninos...

Asombrado por este radical cambio, fijó su atención en lo que había allí escrito...

"Veamos...nunca en mi vida he tenido un diario, de modo que no sé exactamente cómo comenzarlo...qué tal si me presento?...mi nombre es Jia-Jian...tengo dieciséis años, y en este momento, estoy de camino hacia Hong-Kong. Hace apenas dos días me despedí de mis familiares, los cuales lloraron mi partida mucho antes de que sucediera, de los cuales me separé para poder dirigirme hacia esta ciudad y especializarme en lo que realmente me apasiona...la magia.

Bueno, la idea de un diario es que nadie lo lea, no es así? Bueno, por si en algún momento se da la "casualidad" de que alguien que no sea yo tenga este libro en sus manos, espero que no crea que estoy loca por creer en la magia, puesto que he tenido pruebas fehacientes de su existencia, pruebas que no pienso dedicarme a detallar aquí exactamente...sin embargo, he de confesar que mi familia me miró como si me hubiera poseído un demonio cuando expresé mi deseo de viajar sola hacia este lugar, tan lejano de mi hogar...por supuesto, sé que no es apropiado que una mujer soltera viaje sola sin ningún acompañante de su familia, sin embargo en este momento estoy tan sorprendida porque Dios me haya dado la posibilidad de experimentar estas habilidades tan poco conocidas en mi sitio natal, que realmente ya no se que es lo que esta bien y lo que no...

Bueno...realmente no tengo nada mucho más emocionante que contar, creo que restan unas cinco horas de viaje, y planeo pasarlas durmiendo...cuando tenga algo nuevo y excitante que considere sea lo suficientemente importante como para detallarlo por escrito, prometo volcarlo aquí..

Hasta entonces...

Se despide...

Jia-Jian

En ese preciso instante, Eriol hizo una pausa en su lectura, no sólo no era la letra de Clow, sino que no era la vida de Clow la que estaba espiando...realmente debería haberse sentido culpable por hurgar en los recuerdos de la vida pasada de alguien que en ese momento podría ser su mejor amiga, sin siquiera él saberlo...no obstante, lo único que sintió fue una ansiedad aún mayor por intentar descubrir quién era esa joven y por qué Clow tenía su diario...

"Bueno... se que prometí escribir la próxima vez que sucediera algo trascendente, sin embargo...lamento informar que mi vida desde que llegué a Hong Kong, ha estado llena de cambios, que han sucedido con tal rapidez y magnitud, que ni siquiera lo he notado...Lo más importante, es que ahora ya no soy una simple estudiante de magia, sino que por estos lugares ya soy conocida como una importante hechicera, con el poder de adivinar el futuro a través de la utilización del agua...

Sin embargo, la noticia que supongo, cambiará mi vida de alguna forma importante...es la llegada del gran hechicero Clow Leed a estas regiones, al parecer planea establecerse aquí a pesar de haber estado viviendo en Inglaterra hasta el momento...ahora, por qué es tan importante su llegada? Pues, lo cierto es que quiero conocerlo personalmente, ya que la noche anterior a que mis poderes se manifestaran por primera vez tuve un sueño con él, el cual apenas puedo recordar...no obstante, considero que ya que en aquélla etapa de mi vida, ni siquiera conocía su nombre...es importante en alguna medida...que yo tenga la oportunidad de estar frente a frente con él... no lo sé, siempre que pienso en él mi mente y mi rostro se llenan de confusión así que no puedo esperar a conocerlo!

Según las noticias que corren por aquí llegará la semana que viene, de modo que en cuanto haya tenido un acercamiento a él, será lo primero que pienso detallar aquí!

Hasta entonces!

Jia-Jian

Si antes estaba intrigado, ahora podía decirse que su intriga se había multiplicado...así que esa mujer sí tenía una conexión con Clow después de todo...el asunto era ver cuál era...

Hoy por fin! he podido vislumbrar en persona al gran Clow Leed, a decir verdad él ni siquiera advirtió mi presencia, pero estoy satisfecha de que haya sido así, es decir...qué podría decirle: Hola tuve un extraño sueño contigo hace unos nueve años, y cuando me desperté observé que lograba manejar el agua tan sólo con mi mente? De seguro se hubiera echado a reír en mi cara. Así que cuando lo vi ingresar en la tienda en que yo estaba comprando algunas telas, simplemente me escondí detrás de un gran vestidor...sé que no fue el acto más valiente del mundo, pero bueno...además, si él planea quedarse aquí por un tiempo...tarde o temprano, nuestros caminos se cruzarán, no es así?

SIn nada más emocionante para decir

me despido

Jia-Jian

Eriol no podía siquiera despegar la vista de ese diario, llegado un momento ya no sabía si leía los acontecimientos o los vivía personalmente, de lo único que estaba seguro era de que esa mujer haría una gran diferencia en su vida...cuando la encontrara...

Otra vez.

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-Si tu no hubieras entrado nunca en mi vida, todo estaría mejor-fueron sus palabras pronunciadas tal vez con un poco de rudeza. Al menos, más de la que él quería demostrar.

-No, Fu...-Susurró la joven de extenso y brillante cabello negro.

-Yo se que esto esta mal, crees que no lo sé?...sin embargo, no puedo detenerme, hay una fuerza invisible que me une a ti-Susurró con voz áspera, mientras acercaba más hacia sí mismo a la joven que mantenía prisionera por los codos.

El inmenso jardín que desde siempre había sido su cómplice, el único lugar en donde se podían aislar verdaderamente del mundo que tanto los hacía sufrir con sus diferencias, era el escenario perfecto para ese encuentro furtivo.

Por una de las innumerables ventanas de la mansión se podía escuchar una suave y melodiosa canción...

I still remember the worldTodavía recuerdo el mundo

From the eyes of a childVisto desde los ojos de un niño

Slowly those feelingsLentamente esos sentimientos.

Were clouded by what i kown nowFueron nublados por lo que ahora sé

Frente a ellos se erigía una majestuosa fuente, la cual en el centro estaba dominada por una ninfa tocando el arpa, desde que tenía memoria ese manantial encerraba una leyenda... la cual contaba que cuando dos amantes se juntaran bajo su sombra, a la luz de los rayos de la luna, podrían olvidar todos sus problemas o diferencias, todo lo que los acosara quedaría atrás y olvidado, y sólo resplandecería el intenso amor que se tenían mutuamente...Y de cierta forma era cierto, desde la primera ocasión en que se juntaron allí, todos las dificultades que los albergaban no importaban, sólo les concernía el tiempo que podían estar juntos y disfrutar su compañía...

En eso estaba pensando, cuando levantó la mirada hacia los ojos de su acompañante, y esos hermosos ojos oscuros la hicieron capitular..

Where has my heart gone?A dónde ha ido mi corazón?

An uneven trade for the real world un camino desconocido hacia el mundo real

Oh I...O want to go back toOh, Yo... Yo quiero volver a

Believing in everithign knwowing nothing at allCreer en todo sin saber nada del todo.

Prácticamente no fue consciente del momento exacto en que se lanzó fuertemente a los brazos del joven que sabía, no estaba hecho para ella...fue sólo cuestión de segundos para que el muchacho en cuestión la sujetara fuertemente contra él.

-Mei-Ling- Exclamó en un jadeo el joven de ojos negros y cabello del mismo color- Sé que esto es imposible, pero cómo puedo decíserlo a mi corazón que clama por tu amor, desde la primera vez que te vi en el entierro de tu padre...verte ese día, completamente vestida de blanco (el luto en oriente solía ser blanco), me hizo rememorar más a un ángel con las alas quebradas, que a una niña vistiendo el luto...y como si en ese instante hubiera perdido a mi ángel de la guarda, te adopté como tal, ya desde ese momento, sabía que no iba a poder vivir sin ti, sin tener tu cariño protegiéndome y sin poder protegerte de todo lo demás...por eso, no puedo siquiera concebir que ese imbécil se te acerque ni a un metro de distancia, no sabes las ganas tremendas que tengo de propinarle un golpe en medio de su rostro cada vez que te besa...

-Shhh, no es necesario que hablemos de eso, no quiero que te tortures más...menos cuando los dos sabemos que él esta en todo su derecho...

-ya lo sé...el problema es que mi mente puede llegar a comprenderlo, no obstante mi alma no piensa de la misma forma.

-Si, lo siento cada vez que estamos juntos en tu presencia-sonrió tristemente al pensar en cómo le gustaría dejar que Fung siguiera sus instintos animales con el otro joven...sin embargo ella sabía que eso significaría la muerte para él...-Pero qué te parece si nos decidimos a disfrutar este pequeño momento que tenemos para estar juntos, en lugar de pensar en lo que no puede ser...

-Tienes razón-dijo volviendo a fijar su atención en el hermoso rostro que tenía delante suyo, los años habían favorecido muchísimo a nuestra joven china, sus rasgos eran mucho más delicados y sus hermosos ojos color fueguino eran perfectamente enmarcados por unas largas y espesas pestañas. Era mucho más alta que las demás jóvenes de su edad, pero eso era sólo un atributo más que le hacía llamar la atención de los demás...

Lentamente su boca fue al encuentro con la delicada y femenina de ella, y a medida que el tiempo avanzaba él comenzó a acariciarla no sólo con sus labios, sino que también se permitió pasar un brazo por su estrecha figura, y comenzar a deslizar una mano lentamente sobre su brazo desnudo a causa del vestido sin mangas que llevaba puesto.

I still remember the sun Todavía puedo recodar el sol

Always warm on my backsiempre caliente sobre mi espalda

Somehow it seems colder nowde alguna forma, ahora se siente más frío

Sin embargo, a medida que fue pasando el tiempo, Mei-Ling fue consciente de lo que estaba haciendo...estaba bien, sólo le hacía caso a lo que su corazón le dictaba, no obstante, eso sólo le produciría un dolor aún mayor a medida que el tiempo fuera pasando...cuando ya no pudiera sentir esos fuertes brazos rodeándola, de hecho cuando ni siquiera pudiera desear que eso sucediera...

Sabía que estaba mal...siempre lo había sabido...pero era débil, él era su único punto débil...los ojos se le llenaron de lágrimas al pensar en que nunca podría ser completamente feliz, a menos que estuviera a su lado...y eso..

Era imposible...

Una solitaria lágrima se resbaló sobre su mejilla, y reposó sobre los labios de los dos, que aún seguían unidos...

Where has my heart gonea dónde se ha ido mi corazón?

Trapped in the eyes of a strangeratrapado en los ojos de un extraño

Oh I...I want to go back toOh, Yo...Yo quiero volver a

Believing in everything...Knowing nathign at allCreer en todo...sin saber nada del todo.

Él la observó confuso, mientras ella lo miraba con los ojos brillantes a causa de las lágrimas y salía corriendo, mientras lo único que podía escucharse a su paso eran sus sollozos en aumento.

En su carrera, casi tira al suelo a Xiao-Lang, que ajeno a la escena que se estaba desarrollando allí, iba caminando despreocupadamente, concentrado en sus propios problemas.

Miró a su prima preocupado, pero no por eso sin perder su habitual expresión seria...gesticulación que había logrado volver a adoptar luego de haberse recuperado del golpe que le había ocasionado romper ese poderoso hechizo que se cernía sobre él.

Muchas cosas cuadraron en su mente cuando vio a Fung sentándose desganadamente en el borde de la fuente...

-Y ahora qué fue lo que sucedió?-preguntó más por obligación que por curiosidad, hacía rato que sabía que las cosas que sucedían entre su prima y su mejor amigo no eran de grato conocimiento público, especialmente para él, que estaba involucrado en ello sin siquiera haberlo pedido ni una vez.

-Pues qué crees que es lo que sucede?...Es el mismo asunto que me vuelve loco desde hace casi cuatro años...tu prima-dijo resignado, hundiendo la cabeza entre sus piernas abiertas, y apoyando el peso del cuerpo sobre sus codos (no se si se entiende la posición, es mas o menos cuando a uno le baja la presión que entierra la cabeza entre las piernas...creo que lo empeoré...cualquier duda, pregunten)

-Bueno, al menos te queda el consuelo de que ella está igual que tú-repuso con algo de incomodidad, nunca fue muy bueno para hablar de los sentimientos, ni siquiera de los propios- Supongo que sabes que si no duerme abrazada a tu retrato, no puede conciliar el sueño.

Su joven interlocutor levantó la mirada con la furia brillando en sus profundos ojos negros.

-Eso no es ningún consuelo, Xiao-Lang...el que ella este sufriendo también por el mismo motivo que yo, no me hace más feliz...de hecho es peor aún, no hay nada más detestable que saber que la persona que amas te corresponde y que por una simple cuestión de "normas sociales" por así decirlo, no pueden estar juntos.(al menos es considerado el chico...)

-Créeme que te entiendo perfectamente, a pesar de que no lo parezca-repuso amargamente Xiao-Lang

Sin embargo, las palabras del joven Li apenas fueron interceptadas por la mente de su interlocutor...el cual no podía evitar rememorar el día en que compartió su primer beso con la joven oriental...

Era un día de otoño, hacía aproximadamente cuatro años, había pasado sólo un mes que habían sido presentados, y en ese tiempo sólo habían tenido ocasión de verse unas tres veces...Iba caminando distraídamente, cuando reconoció su mirada entre toda la multitud que avanzaba por el centro de Hong-Kong, y guiado por una fuerza invisible, fue directamente hacia ella.

La joven le contó en pocas palabras que estaba tratando de encontrar un regalo para su madre, la cual cumpliría años en dos semanas...él se ofreció a acompañarla, y finalmente ingresaron en una tienda de aves...

Al fondo del lugar, se hallaban las criaturas más exóticas que se pudieran observar en el comercio...estaban en ese lugar, cuando ella sonrió al notar que un tucán había volado hacia el hombro de Fung y él ni siquiera lo había notado...no, él estaba demasiado ocupado observando su sonrisa...sólo volvió a la realidad, cuando ella se acercó para que el ave se alejara del hombro del muchacho...sin embargo, cuando estaba a punto de darle la espalda para ir a mirar más de cerca una pequeña ave de muchos colores, él la retuvo contra su cuerpo, y mirándola a los ojos le dijo todo lo que necesitaba saber...no hubo más palabras entre ellos...simplemente se dijeron todo lo necesario con sus labios...

Mucho tiempo más tarde, ella le había confesado que él era el primero a quien se había atrevido a entregar sus labios, y él no pudo contenerse de besarla una vez más...

y ése había sido el inicio de todo...

Sin embargo...algo había hecho que su vida de pareja no pudiera tener un final feliz...y ahora ella se hallaba comprometida con el hijo de Kung Tsé...él día que la noticia fue a dar a sus oídos, todos sus sueños se habían convertido en añicos...

El dolor que lo había sobrecogido tuvo magnitudes astronómicas...

De pronto recordó la última frase que su amigo había pronunciado, y se sintió inmensamente culpable...había pensado sólo en él, en vez de considerar que Xiao-Lang estaba pasando por un pésimo momento, puesto que a pesar de que él muy pocas veces se permitía exteriorizar lo que de verdad sentía...Xiao-Lang lo hacía sólo una vez al año, y era precisamente en esa época...

-Y tú como estas? Sé que es una época difícil para ti...

El muchacho de ojos marrones simplemente lo miró, y se encogió ligeramente de hombros, como simulando indiferencia...

-No entiendo a qué te refieres-dijo conservando aún su tono frío.

-Oh, vamos, como si no supiera que ayer se cumplieron cuatro años desde que dejaste Japón y con él a...

-Ah, lo olvidé...creo que nadie te ha comunicado que he logrado romper el hechizo.

-En serio?-A simple vista se podía observar que el otro joven era diez mil veces más alegre que Xiao-Lang, lo cual demuestra lo extraño de esta amistad, y las paradojas de la vida- Mis felicitaciones! entonces...cuando viajas a Japón?

-Qué quieres implicar con eso, qué podría hacer yo en Japón?-preguntó extrañado, transmitiéndole con la mirada que se detuviera antes de que fuera demasiado tarde...

-Y qué más podría implicar? Ahora ya puedes ir a buscar a Sakura no es cierto?

-Cómo se te ocurre semejante cosa? Además baja la voz que alguien podría escucharte...-dijo en un susurro como si hablar del amor que el joven jefe del Clan había sentido alguna vez por la joven fuera el mayor secreto de estado.

-Qué sucede? Es que el representante del Clan Li, no puede sentir algo por una mujer que no sea amistad?...Además realmente crees que nadie sabe que estas loco por esa chiquilla?

-Mira creo que estas exagerando...es decir, hace mucho tiempo que no la veo, no te voy a negar que siento cierta intriga acerca de lo que puede llegar a pasar si nos reencontráramos...pero no sé...tal vez mis exageré un tanto lo que sentía en aquél entonces, ten en cuenta que era tan sólo un niño, además te olvidas del detalle de que salí de su vida de un día para otro, sin siquiera decirle nada ni prevenirla.

-Si claro, hablas como si hubieras podido predecir lo que iba a suceder...

-Debería haberlo hecho-dijo tensando la mandíbula.

-No me digas que ahora planeas culparte por un hechizo que te lanzaron en contra de tu voluntad, y el cual has estado tratando de romper durante los pasados cuatro años?...

-Bueno...

-Eso es realmente estúpido, mi querido amigo

-Oye, sabes que por eso te puedo llegar a expulsar del Clan, no es cierto?-dijo algo molesto por la actitud de su amigo, últimamente todo el mundo creía saber mejor que él que era lo que sentía...

-Haz lo que quieras, sin embargo creo que perderías un gran aliado, porque soy uno de los pocos que sabe la historia completa, y que además te dice la verdad acerca de lo que piensa que debes hacer...

En eso tenía razón-recapacitó Xiao-Lang...y no era "uno de los pocos"...sino el único, sin contar a Mei-Ling, pero es cierto que ella no sabía ciertas cosas que el joven chino si...

-lo siento, me excedí

Ese joven era el único que había tenido el privilegio de escuchar las palabras "lo siento" de la boca de Xiao-Lang, él nunca se disculpaba ante nadie, eso le restaría autoridad.

-Esta bien es comprensible, teniendo en cuenta por lo que estas pasando-dijo dándole una palmeada en el hombro despreocupadamente, como si él no acabara de tener un "feo" encuentro amoroso, y feo era poco decir si examinamos con atención el final de la escena-Entonces, qué es lo que planeas hacer?

-Realmente, no lo sé...pero de algo estoy seguro, no puedo ir mañana mismo a la puerta de su casa y decirle: regresé...

-No, es cierto...pero siempre has hablado de Sakura como una joven muy paciente y calma, tal vez si le explicas adecuadamente la situación...

-Pero...es que no te das cuenta de que no hay forma de explicárselo "adecuadamente"...además del hecho de que el peligro todavía no pasado del todo.

-Eso es cierto, sin embargo tiene poderes mágicos, yo creo que estar junto a ella te haría aún más fuerte.

-Yo no necesito estar al lado de nadie para hacerme más fuerte-exclamó molesto- Y si lo hiciera, eso significaría una debilidad por mi parte, y bien sabes que no puedo permitirme tener debilidades..

-Pero...en ese caso, tampoco te podrías permitir estar con ella si así lo quisieran los dos, puesto que ella representaría una debilidad, a causa del amor que sientes por ella, es decir...vivirías acongojado, temiendo cualquier cosa que pudiera sucederle.

Xiao-Lang eligió ese momento para ponerse de pie...

-Entonces, supongo que simplemente tendré que evitar volver a verla...

-Eso no va a evitar que te enamores, lo sabes? No estaba hablando de ella en particular, qué sucederá cuando te enamores otra vez...volverías a tener el mismo problema, o no?

-Bueno, entonces...creo que la mejor solución es no enamorarme, no es cierto?-exclamó con una dureza en la voz que había aprendido a desarrollar a lo largo de esos cuatro años.

Acto seguido, se dio media vuelta y salió del jardín, sin siquiera mirar atrás...

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Las veredas de las calles que habitaban en la tranquila ciudad de Tomoeda eran suavemente caldeadas debido al sol de media tarde, la vista de la joven que caminaba suavemente por ellas era ligeramente entumecida, debido al rayo de sol que le llegaba directamente a los ojos...

Una vez que se halló frente a la puerta de la mansión que era su casa, suspiró cansinamente, y recorrió el amplio jardín antes de llegar a la puerta principal y empujarla suavemente, para luego cerrarla a su paso.

Lenta y delicadamente, se giró para comenzar a subir las escaleras que quedaban traspasando la sala de estar, cuando asombrada notó que dos pares de ojos la miraban atentamente, uno de ellos con la furia bien marcada, y el otro...el otro le resultaba indescifrable, como le había resultado su vida, a decir verdad.

Distraídamente, fijó su atención un poco más allá del living, y descubrió; que detrás de la puerta en medio arco; cubierta tan sólo por una débil cortina, tras la cual se hallaba ubicada la cocina, al menos tres pares de ojos femeninos miraban la escena sin perderse un detalle.

Suspiró internamente, en ocasiones como ésa se cansaba del rumbo que la obligaba a transitar el mundo al que pertenecía, ese universo siempre tan estricto, tan poco flexible, tan agotadoramente rutinario...

-Buenas tardes, tío, hermano...

-!Se puede saber dónde estabas?-exclamó prácticamente gritando el más joven (ejem...¿prácticamente?..)

-Espera Khaled-lo detuvo su tío, sin siquiera levantar la voz- Estoy seguro de que Kadidja tiene una explicación razonable para su demora, no es así?

La joven inspiró profundamente, antes de comenzar a relatar suave y pausadamente, cómo había sido invitada a tomar el té a casa de una de sus nuevas compañeras, y el hecho de no haber manejado adecuadamente los tiempos...

-Esta bien-dijo Abdul Khada, pese a sentir sobre él, la mirada iracunda de su sobrino-Lo único que te pido es que la próxima vez seas más cuidadosa, y que además nos avises el sitio en donde te encuentras, no olvides que esta es una ciudad nueva para nosotros, y cada vez que alguna de ustedes sale sola, nos preocupamos mucho por su bienestar.

Kadidja apenas podía creer su buena suerte, era cierto que nunca se había extralimitado, ni hecho cosa alguna que ella considerara fuera de lugar...sin embargo, había visto a su tío reprender a sus hijas, todas mayores que ella, y había que decir que en esas ocasiones su pariente había sido mucho menos tolerante que en esta oportunidad.

-De acuerdo, lo haré tío... no se volverá a repetir...

Mientras subía las escaleras para dirigirse hacia su habitación...sentía sobre su espalda, la mirada asesina que le estaban enviando sus primas a causa de su buena suerte.

Menos mal que la envidia es un pecado mortal...-pensó con ironía la joven-Y menos mal que a pesar de lo que eso signifique, nadie se ha muerto todavía por cometer un pecado de esa categoría...sino estaríamos todos muertos (estoy de acuerdo con ella, jejej)

Apenas la joven hubo desaparecido de escena, también lo hicieron sus parientes mujeres, sabían que si su padre llegaba a verlas espiando sus conversaciones, por poco las mataría...

Una vez que Abdul Khada se aseguró de estar a solas con su sobrino, lo miró tranquilamente, enfrentando la colérica mirada que el joven le enviaba...

-No entiendo cómo pudiste dejárselo pasar así como así...es que, ella llega tarde el primer día que sale sola, y tú se lo consientes?

-Tengo que recordarte que tú y tu hermana están a mi cargo?...Si yo decidí hacer las cosas de esta forma mis motivos tendré, no lo crees?

-Si, siempre he confiado en tu buen juicio tío-dijo el joven con una sonrisa algo cínica, sin embargo una nube de preocupación nubló sus hermosos ojos color azul profundo-No obstante, tú habías dicho que para esta edad ella ya estaría...

-Si se que fue lo que dije, sin embargo, aún no esta listo... (si, dijo listO, no esta hablando de ella P)

-Y cuando se supone que lo estará?-preguntó impaciente.

-Todo a su tiempo...pero no te preocupes, sinceramente, yo creo que de aquí a un año, Kadidja ya estará bajo el mando de su marido...y si todo sale de acuerdo al plan las cosas mejorarán mucho, pero mucho más...

Un sonrisa se dibujó en la apuesta cara del hermano de la joven al escuchar las palabras provenientes de la boca de su tío..

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Cómo se podía tener tanto miedo y no explotar? Le había costado admitirlo, pero una vez que lo había reconocido ante sí, el miedo que ya en ese entonces dominaba su alma, comenzó ahora a dominar su cuerpo...ése era el motivo por el cual, al empacar sus cosas en la amplia maleta que tenía sobre la cama, sus manos temblaran como un papel en el viento..

La única esperanza de no tener que realizar ese viaje era que su padre no lo autorizara. Sin embargo...esa mañana cuando le preguntó frente a Tomoyo si podía hacerlo, él le otorgó la más radiante de sus sonrisas y con ella el tan poco ansiado permiso...Por primera vez en la vida deseó haber nacido en el seno de una familia estricta que no la dejara ni salir a la puerta, al menos de esa forma habría evitado tener que hacer ese forzoso viaje...

Aunque si lo pensaba objetivamente, había muy pocas posibilidades de que se cruzara con él...después de todo, Hong-Kong era una ciudad grande, no es así?...

Muy grande, según había especificado Tomoyo cuando ella se lo preguntó...

Sin embargo lo encontraste la vez pasada, recuerdas?-le dijo una voz interna.

Y aunque Sakura sabía perfectamente que esa voz tenía razón...prefería evitarla, no quería sumar un peso más a la mochila que cargaba en su espalda...

Además estaba el hecho de que ella había cambiado mucho en esos años...de seguro a él le había ocurrido lo mismo..no había posibilidad alguna que se reconocieran, no después de tanto tiempo...

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El joven moreno se hallaba de pie en medio de un mar sin fin de cajas y cosas tiradas y desparramadas por allí...el desorden era abundante a su alrededor, sin embargo en su rostro se reflejaba una expresión satisfecha a la vez que miraba su entorno...

Su casa era un completo desastre en los dos días que llevaba perteneciéndole...sin embargo, el hecho de poder decir con toda seguridad que ése lugar era SU casa, ya era todo un éxito personal...

Desde que tenía memoria había querido independizarse y tener su propio hogar; aunque amaba y respetaba mucho a su familia ese instinto había venido con él al mundo...

Además estaba el hecho de que la mayoría de sus colegas ya no compartía su lugar de residencia con sus familiares... Si bien, también era cierto que muchos ya habían conformado su núcleo familiar propio, con esposa e hijos...pero esos eran los menos, y los más tontos...( P).

A pesar de la opinión que tenía de esas pocas y escasas personas que tenían esas cualidades y que conformaban su staff de trabajo, en algunas ocasiones no podía dejar de preguntarse qué se sentiría el permanecer con la misma persona durante un extenso período de tiempo...tal vez toda la vida...verla despertarse a su lado, preparar el desayuno, festejar su cumpleaños o su aniversario como si fuera lo más importante en el mundo, tener que soportar sus malas costumbres y tener que controlar su genio frente a una discusión, sólo para no lastimarla sin intención... él particularmente nunca había tenido una relación que durara mas que una semana...no al menos desde hacía mucho tiempo...y en el caso de quedarse a "pasar la noche" en una casa ajena, nunca se quedaba a dormir...como un vampiro, trataba de alejarse del lugar antes de que el sol despuntara...

Yukito solía burlarse de él, diciéndole que esa actitud se debía a que no quería que lo ataran sentimentalmente a ninguna persona que no fuera él mismo...sin embargo, él lo hacía más llevado por la incomodidad por la que tendría que pasar al no saber qué demonios hacer, que por lo anterior...

Por estos motivos, sólo a veces sentía curiosidad por lo que se sentiría vivir una relación así...

-Pues...déjame decirte que es maravilloso.

La suave voz a su espalda lo sacó de su ensoñación con un profundo sobresalto...

-Mamá! casi me matas del susto-dijo dándose vuelta de un tirón y viendo a Nadeshiko Kinomoto, "sentada" plácidamente en uno de los inmensos sillones que pasarían a formar parte del living...

-Si, anteriormente he notado que cuando te concentras excesivamente en un asunto, no le prestas la menor atención a lo que sucede a tu alrededor, una gran debilidad en muchos casos, he de decirte hijo-Dijo serenamente la mujer mientras le sonreía con indulgencia.

-A qué has venido? Pensé que no tenías ningún asunto pendiente-dijo preocupado...su madre no se materializaba delante de sus ojos sólo por que tuviera deseos de hacerlo.

-no te preocupes, sólo he venido para conocer tu nuevo hogar-dijo restándole importancia con un gesto de la muñeca, y poniéndose de pie para observar con mayor atención el living principal de esa inmensa mansión de al menos veinte habitaciones.

Touya no creyó ni por un instante que le estuviera diciendo la verdad...

-Es realmente muy hermosa

-Gracias-dijo secamente el moreno, aunque tuvo que reprimir una sonrisa de orgullo.

-Y muy grande.

Las expresiones del joven se dotaron repentinamente de una gran dosis de cansancio...el hecho de que no sólo su padre y su mejor amigo sino que también gran cantidad de sus compañeros de cátedra le dijeran que ya se estaba poniendo grandecito para estar sólo, era ya suficientemente molesto, pero que además de eso su madre viniera del otro mundo para comunicarle que ya se le estaba pasando el arroz, era demasiado para sus nervios, de por sí ya tensos.

En vista de que él no pensaba acotar nada, Nadeshiko suspiró y comentó:

-Al escuchar lo que estabas pensando antes de que yo hablara, me hizo darme cuenta de que realmente necesitas a alguien que te acompañe más de lo que tu crees...

-Estoy bien como estoy madre, además todavía soy muy joven...hoy en día la gente no se casa antes de los treinta (mentira! P)

La mujer volvió a suspirar, esta vez con resignación.

-Yo no puedo obligarte a ver cosas que no quieres ver...sin embargo, creo que el día no esta tan lejos...no obstante, es probable que me equivoque...-Nadeshiko prácticamente hablaba consigo misma, cosa que asombró bastante a su hijo, generalmente su madre era muy precisa con las cosas que le quería comunicar. Repentinamente su madre levantó la mirada y lo miró con decisión, había llegado el momento de que le dijera el por qué estaba realmente allí- Touya, esto es importante...más allá de todo lo que te he dicho antes, sólo te pido que prestes particular atención en esto que te voy a pedir a continuación...

El joven esperó expectante a escuchar qué novedad habría en el mundo de la cual él no se había percatado.

-Tiempos nuevos se acercan, tiempos difíciles y peligrosos, cada diminuto paso que des podría cambiar tu destino para siempre, podría ser la diferencia entre la vida y la muerte, el problema es que esto ya no sólo involucra a los que tienen magia...sino al mundo entero...y como bien sabes, esta en manos de los que tienen esta habilidad proteger a los que no...Sólo te pido que te cuides, que no hagas estupideces sólo por el simple hecho de mostrarle al mundo lo valiente que eres, y que protejas a tu padre y a tu hermana...bueno, y...si también a ella...tal vez esté más cercana a ti de lo que te des cuenta, o mejor dicho de lo que se quieran dar cuenta...

-Qué quieres decir con...?

Sin embargo, su madre ya no estaba allí...como de costumbre le había vuelto a hacer lo mismo...no podía "vivir" feliz si no lo dejaba con la intriga...

Extremadamente agotado, subió las escaleras hasta el cuarto que, de entre todos había definido como su habitación, y suspirando cansinamente, abrió las inmensas cortinas color punzó que su hermana se había encargado de comprarle, y observó con creciente asombro, que el ventanal que lo comunicaba hacia el balcón, le proporcionaba una vista panorámica de...

La habitación de Tomoyo...

Decidido a hacer lo correcto, estaba cerrando las cortinas, para así no meterse en la intimidad de la mejor amiga de su hermana, cuando...

La "pequeña" Tomoyo ingresó en la habitación.

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La suave luz del atardecer iluminó suavemente el cuarto, hasta descansar sobre el apacible rostro de un profundamente dormido muchacho.

Desperezándose, tratando de alejar el cansancio de su cuerpo abrió cansinamente sus hinchados párpados a causa de la abundante fatiga que habitaba en su cuerpo…

Por fin pudo fijar su atención en el reloj digital que se encontraba en la mesita de luz al costado izquierdo de la cama.

Las cinco y media de la tarde…

Bien, ya era tarde para cenar a una hora respetable, pero seguramente Nakuru habría salido, y él tendría a su entera disposición el comedor, de modo que podría comer cuando se le diera la gana.

Al sentarse en el inmenso lecho, notó que no se encontraba en su casa como pensaba hasta ese momento…

Si mal no recordaba se hallaba en Japón y…había quedado para cenar con Tomoyo dentro de exactamente veinticinco minutos!

Bajó de la cama con un salto que hubiera hecho despertar la envidia de el acóbrata más famoso, y se dispuso a darse una rápida ducha…

Ni modo, tendría que renunciar a su tan ansiado baño de inmersión…

Al salir del baño, notó con pesar, que aunque trató de hacerlo lo más rápido posible, sólo le restaban diez minutos, y todavía tenía que cambiarse…

Mientras hacía el nudo de la corbata, trataba de calzarse los zapatos, y una vez que corroboró que su atuendo estaba en perfectas condiciones, se reclinó para atarse los cordones y así evitar un embarazoso accidente (imagínenselo rodando las escaleras para ahorrar tiempo…tendría una entrada en escena espectacular, de eso no cabe duda P)

Luciendo su impecable traje azul oscuro de corte occidental (por supuesto, no esperaban verlo con una Yukata, no? ) se dirigió hacia la puerta de la suite y se encaminó hacia el ascensor, hacia el encuentro con su más preciada amiga…

Si hubiera permanecido por tan sólo medio minuto más en el cuarto, hubiera escuchado la voz proveniente del libro, al que con tanto ahínco se había dedicado el último tiempo, pronunciar un llamado hacia:

-Clow…

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La joven de ojos color índigo, miró serena y atentamente cómo el joven inglés descendía grácilmente los escalones que comunicaban el lobby del hotel, con el elegante restaurante en el que se hallaba esperándolo para poder cenar con él…en algunos países ése era un privilegio que no todo el mundo podía darse…

Su porte era altamente distinguido, como siempre. Nunca lo había visto correr desesperado por nada ni por nadie, en todos los años que lo conocía.

Como de costumbre, sus pasos eran lentos y elegantes al igual que lo era todo en su persona. En cualquier otra ocasión esto le hubiera resultado gracioso, sino fuera por el hecho de que estaba llegando treinta minutos tarde! ( vaya que tardó en cambiarse, eh? Después que no nos digan a las mujeres que demoramos demasiado )

Sus ojos comenzaron a viajar por el lugar, hasta que su delgada y femenina figura entró en su campo de visión.

-Tomoyo!-exclamó cuando se encontraba a sólo unos pasos de distancia- Discúlpame por la demora, es que…bueno…

La joven lo miró atentamente con el asombro levemente detallado en sus delicados rasgos, nunca antes lo había visto ponerse incómodo…eso era tan inédito para ella como lo era para él.

-Es gracioso…pero es que estaba tan cansado que me recosté a leer algo, y sin notarlo me quedé dormido-dijo desechando la mirada preocupada que le envió la joven de cabellos oscuros con un encogimiento de hombros, y volviendo a ser el mismo de siempre, pronunció con una sonrisa, -Vamos a sentarnos?-mientras le ofrecía su brazo para ingresar al restaurante.

La velada transcurrió colmada de paz y armonía; al igual que todas las anteriores. Como de costumbre, Eriol logró olvidarse del mundo al concentrarse en la afable conversación que mantenía con su más querida amiga, no obstante a medida que iba avanzando la noche se encontró con que una inusitada ansiedad iba creciendo en su interior…sin embargo, no sabía bien por qué…simplemente sentía ese revoltijo en el estómago, como si estuviera nervioso por algo que estuviera por suceder…

-Te ocurre algo?-Le preguntó ligeramente preocupada la muchacha sentada en frente suyo, mientras lo observaba pagar la cuenta y darle toda la vuelta a la mesa para correrle la silla, y así ella pudiera levantarse (no es el monumento a la caballerosidad? Ya no se encuentran hombres así hoy en día…sólo en mi cabeza, jejej)

-No, por qué?-Contestó él dibujando una sonrisa en su rostro, mientras le ofrecía nuevamente el brazo, para acompañarla hasta la puerta del hotel donde un ford Ka plateado la aguardaba.

Eriol enarcó una ceja, curioso y burló a la vez:

-Qué le sucedió a la limusina negra y a las numerosas guardaespaldas?

-Bueno…en algunas ocasiones logro librarme de ellas; sobre todo cuando mi madre no se encuentra en casa; y además como sólo falta un año ara que saque mi licencia de conducir he logrado convencer a mi madre que lo mejor era observar de cerca cómo conducía alguien con experiencia, y como no se podía hacerlo desde el asiento trasero de una limusina, ni con cinco guardaespaldas obstruyendo la visión, mi guardia se ha reducido a él-dijo señalando al "chofer" que aguardaba detrás del asiento del conductor. Dicho empleado tenía más apariencia de ser un ex-mercenario que un especialista en coches, o un conductor de fórmula uno en todo caso.

-Tu madre no cambiará nunca, no es así?-Replicó con una tierna sonrisa.

-No hasta que nos cacemos al menos-dijo mientras se subía al reluciente automóvil, y se acercaba hacia la ventanilla abierta de par en par para que el joven pudiera otorgarle su acostumbrado beso en la mejilla ( mira que han ganado confianza estos dos, eh?…y que fue ese comentario de Tomoyo…acaso una declaración?…ya lo veremos más adelante P)

Él la observó partir con una sonrisa en su suave y joven rostro, pero con una extraña y enigmática expresión en sus ojos.

Cuando estaba a punto de dar media vuelta para subir las escaleras y dirigirse al ascensor… un fuerte latido de su corazón le indicó que hiciera lo contrario, y sin siquiera saber por qué comenzó a correr como si la vida de la persona que más amaba en el mundo estuviera en peligro (que comparación que se me fue a ocurrir, no?)

Cuando por fin tomó conciencia de lo que hacía, notó que se hallaba como a diez cuadras del hotel y que estaba totalmente cubierto de sudor debido a…qué?…él se hallaba en perfecta forma, no podría haberse puesto en ese estado por correr tan sólo un escaso kilómetro, cuando habitualmente corría cincuenta cuadras en media hora (eso es lo que yo llamo ser un completo atleta P)

La oscura calle era iluminada tan sólo por la Luna brillando en el cielo nocturno, las opacas luces de la calle, estaban semi apagadas, algo bastante extraño en un país extremadamente moderno como lo era Japón.

Él estaba de pie observando tranquilamente el paisaje que lo rodeaba, al tiempo que su pecho subía y bajaba al ritmo de su acelerada respiración.

No podía entender el motivo de su agitación, pero como ya estaba acostumbrado a toparse con preguntas que no tenían una respuesta razonable, comenzó a caminar nuevamente…sólo que esta vez sin rumbo fijo…sólo a caminar, dobló en la primera esquina con la que se encontró, y allí lo vio

O mejor sería decir que lA vió…

Envuelta en un manto de oscuridad se acercaba hacia él con la misma agitación que se libraba dentro de sí mismo…

En ese preciso instante, casi pudo sentir como si su corazón dejara de latir por un segundo, y al siguiente como si se le fuera a salir del pecho por la rapidez de sus latidos, se le cortó la respiración y un frío en su columna vertebral lo hizo estremecerse…

No sabía qué le estaba sucediendo (hace falta que te lo diga? ¬¬)

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-Estás completamente segura de lo que vas a hacer?- la voz proveniente del hombre que se encontraba respaldado contra el alfeizar de la ventana, no dejaba traslucir todo el dolor y la desesperación que su alma llevaba consigo dentro…

-Escucha, ya sé que no te gusta ni un poquito la idea de dejarme ir sola, pero esto es algo que tengo que hacer por mi misma-dijo la mujer de cabellos tonalidad fueguina, mientras se reclinaba para recoger la maleta que se hallaba en el suelo.

-Pero…es muy peligroso que viajes a oriente en un momento como éste, si sigues mi razonamiento, es lógico que te diga que no vale la pena viajar al otro lado del mundo para poner tu vida en peligro..

-En eso estoy de acuerdo contigo Dereck,-dijo la joven mientras le posaba suavemente una mano en la mejilla-No obstante debes entender que es mi deber, como tú mismo me has dicho, nuevos tiempos se acercan y no son precisamente buenos, todo lo que conocemos puede cambiar o dejar de existir para siempre…

-Eso ya lo sé, pero el problema es qué haré si te sucede algo…

-No te preocupes-dijo alejándose de él, y dirigiéndose hacia la puerta de salida- Te llamaré en cuanto llegué…o al menos te enviaré un mensajito mental…

Acto seguido, cerró la puerta con determinación, dejando así al joven llamado Dereck en el recibidor, sin más compañía que sus funestos pensamientos…

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Tomoyo cerró la puerta del auto y suspiró, Eriol había estado muy extraño esa noche, y comenzaba a preocuparse…aunque no le entraba en la cabeza qué era lo que le podía estar sucediendo…a menos que,…no pero eso era imposble…

O no?…

Volvió a suspirar, al tiempo que eliminaba el sistema de seguridad de su casa, para luego atravesar el inmenso jardín y así poder traspasar el umbral de la puerta principal e ingresar a la enorme mansión que era su hogar…

-Tomoyo!-exclamó su madre levantándose del sofá de cuero blanco que se hallaba en el living- Ya me estaba preocupando, son más de las nueve!

-Ay, mamá!-exclamó con una mezcla de irritación y dulzura-Pero si hace tan sólo tres horas y media desde que me fui, desde cuando te has vuelto tan sobre protectora?-Aunque ella sabía muy bien por donde venía el asunto.

-Sabes que nunca me quedo tranquila hasta que no te veo entrar por esa puerta, y mucho menos cuando sales con un muchacho.

Tomoyo reprimió una sonrisa.

-Bien en ese caso le diré a Eriol que no me invite más a cenar porque te molesta que llegue tarde a casa.

Silencio…

-ERIOL, por qué no me avisaste antes? Y por qué no lo invitaste a pasar por aquí un rato, qué son esos modales hija mía?

La joven casi se ahoga de tanto contener la risa…a su madre no le gustaba nada eso de que saliera con chicos, pero cuando se trataba de Eriol era otra cosa

Realmente, no sabía el motivo…pero Eriol había logrado conquistar a su madre…

-No es que haya olvidado mis perfectos modales ni nada por el estilo, tan sólo es que tenía asuntos que resolver y no podía complicarle invitándolo a pasar por aquí…como bien sabes, Eriol no es precisamente un chico desocupado.

-Es cierto, lo había olvidado- Las expresiones de Tsonomi reflejaban desilusión- Sin embargo podemos invitarlo a cenar la semana que viene

-Si bueno, ya veremos…le pregunto si no tiene nada que hacer….ahora si me disculpas, me voy a recostar un rato, me duele la cabeza.

-Pero si acabas de llegar…

-Lo sé...pero Estoy realmente cansada, tal vez mañana podremos hablar tranquilamente-lo que menos tenía ganas de hacer en ese momento era tener que soportar una tediosa charla acerca de lo que había hecho con Eriol las últimas horas…

-Esta bien- Dijo Tsonomi algo desilusionada.

-Gracias-dijo la muchacha dándole un beso en la mejilla.

A pesar del cansancio y agotamiento que su cuerpo cargaba consigo a esas alturas del día, se obligo a subir el trecho de escaleras que la separaban de su habitación.

Nunca había entendido el por qué las personas que tenían la suficiente solvencia económica como para vivir en mansiones, destinaban sus habitaciones privadas a los cuartos que se hallaban en los pisos superiores, teniendo así que realizar el esfuerzo de subir un sin número de escalones para poder descansar. Este hecho provocaba que los habitantes del lugar casi nunca pasaran su tiempo libre en sus alcobas, sino en las estancias de la planta baja.

Su madre le había explicado desde niña, que la diagramación de los cuartos era tal, para así mantener la privacidad de los dueños de la casa, cuando se realizaba una fiesta o una reunión social, y los invitados tenían oportunidad de vagar por la casa a su entera disposición.

Suspirando por enésima vez en la noche, empujó la puerta de roble, para así tener acceso a su habitación.

La oscuridad producida por las luces apagadas, la recibió otorgándole una pequeña porción de la paz que su alma, mente y cuerpo tanto le reclamaban. Dicha penumbra era interrumpida sólo por la suave luz de la luna que se filtraba por el amplio ventanal que la comunicaba a un inmenso balcón en forma circular, rodeado en su totalidad con unas barandillas en forma similar a los pinos del bowling.

Pero era una luz a la que ya estaba acostumbrada, ya que no le gustaba obstruir el enorme ventanal y su hermosa vista nocturna de la ciudad, con aparatosas cortinas, además contaba con la ventaja de que en esa calle los faros sólo se ubicaran en las esquinas, de modo que nada interrumpía su pacífica oscuridad; por este motivo era que el ventanal permanecía siempre abierto. (cambiará cuando se entere de que Touya la puede ver, se enterará algún día?)

Cerró la puerta y se recostó en ella, como si la madera inanimada le pudiera dar la fortaleza que en ese momento tanta falta le hacía.

Realmente no sabía que era lo que le sucedía últimamente… en ocasiones, actuaba de una forma en que ni ella misma se reconocía.

Se desprendió del seguro soporte que le brindaba el pórtico, y lentamente se fue acercando al amplio lecho, el cual estaba totalmente envuelto en un suave dosel de una tonalidad azul marino. Con un movimiento que a lo largo de los años, se había convertido en mecánico, desprendió a la cama de su delicada cobertura, y un instante después se recostó sobre ella de espaldas y con los brazos abiertos, formando prácticamente un cruz con su cuerpo…

Con lo ojos muy abiertos el pensamiento de que tendría que comenzar a ultimar los detalles de su plan, invadió en su cansada mente.

Prácticamente desde que Li había desaparecido, había comenzado a pensar en la manera de reunir a su querida amiga con el joven chino… eran muchos años de pensar, y de que al fin se le otorgara la oportunidad perfecta de llevar a cabo sus intenciones.

No obstante, todo el entusiasmo que había comenzado a arder en su piel desde que sus planes comenzaron a cuadrar de acuerdo a sus propósitos, se había extinguido mágicamente a medida que la noche avanzaba.

No sabía el verdadero motivo… pero, ella… Tomoyo Daidouji… estaba deprimida…

Y lo peor del caso, es que ni siquiera sabía por qué… era algo que estaba fuera de su comprensión.Era como si el motivo por el cual sentía ese dolor que le taladraba el corazón estuviera tan dentro suyo que ni ella misma supiera cual era.

Era como… como si lo que sintiera estuviera prohibido…

Echó una rápida mirada la balcón y a la oscuridad reinante allí afuera, y repentinamente eso la inspiró…

Un fuerte latido en su desdichado corazón la hizo tomar aquélla determinación…

No sabía por qué… pero tenía que salir de allí… de alguna manera extraña y anti natural, la calle la estaba llamando…

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La joven suspiró cansinamente, y lo más despacio que pudo, ingresó a la habitación que desde hacía apenas una semana le pertenecía…

Como era de esperar la encontró repleta de personas… mujeres para ser más exactas.

-Kadidja, que fue lo que sucedió?-La mujer que rondaría los treinta y seis años, y que apenas la superaba en altura, la miraba con una expresión adusta profundamente marcada en el rostro-Cuál fue la razón de suma importancia que te hizo llegar tarde sin avisarnos?.

En la habitación se hizo un profundo silencio en espera de la respuesta de la joven.

-No sucedió nada importante Tía Naela… tan sólo permanecí en la casa de una compañera para tomar el té y no medí el tiempo.

Si Kadidja no conociera a su tía, y supiera además que estaba penado por la ley que las mujeres le pegaran a sus hijos (en realidad no sé si es así, pero creo que el único con derecho a castigar a los descendientes son los hombres), estaría temblando a causa de la mirada de… odio?…no, no llegaba a ser tanto, pero si de excesivo disgusto que le envió su tía.

-Siendo así, espero que la próxima vez seas más consciente de tus actos y entiendas que en esta casa nos preocupamos por tu bienestar, y que no puedes llegar a la hora que tu voluntad te lo demande, en esta morada tenemos reglas, y te guste o no tendrás que aceptarlas…

Nunca había oído a su tía hablarle en ese tono, pero no se sorprendía… había cometido un fallo que, de haber sido hija de sus tíos, sería imperdonable…

-descuida, tía, no volverá a ocurrir.

-Muy bien, así lo espero, ahora voy a dedicarme a preparar la comida, Samiha, Farida, Soheir y Laila, acompáñenme-prácticamente les ordenó a sus cuatro hijas.

Las tres primeras la siguieron obedientemente, no obstante; la pequeña Laila, se acercó tímidamente y le preguntó al oído sino podía permanecer con su primaNaela dudó un instante, su hija adoptiva estaba demasiado apegada a Kadidja, si se descuidaba terminaría siguiendo los mismos pasos que su sobrina.

Y lo que menos quería era que su hija terminara como era prácticamente previsible que terminara Kadidja

Casi podía verla...atada a un marido que lo único que hacía era maltratarla, humillarla y darle la misma importancia que un mueble...

La realidad de una mujer musulmana era demasiado dura como para que cualquiera de sus hijas la viviera, ella soñaba, que para cuando sus hijas estuvieran en edad de casarse, le encontraran el mejor marido que fuera posible, y en este caso no se trataría de uno que respetara la religión al pie de la letra, porque mientras más respetara la religión, peor trataría a su hija.

-De acuerdo, pero en compensación, mañana te encargarás de preparar el desayuno tu misma-le dijo prácticamente con una sonrisa en la cara, esa niña la hacía sonreír más de lo que debía (qué es esto, no sabía que había una limitación para las sonrisas, ejeje)

-De acuerdo- dijo la pequeña, sin darle demasiada importancia, y dedicándole una sonrisa a su madre, la cual ya salía del cuarto.

-Qué sucede?-le preguntó la joven de ojos negros, una vez que se hallaron solas en la estancia, en los segundos en que se había librado de la compañía de su acosante tía, se había dedicado a despojarse de su velo, dejando en libertad un suave, brilloso y ondulante cabello negro.- Tu amas cocinar, por qué no fuiste con ellas?.

-Simplemente me interesaba más saber cómo te había ido en tu primer día de clases.

Gracias a que ella le había enseñado a leer a los tres años, (woow, es una superdotada la chica esta, nah mentira… yo aprendí a esa edad y no soy una Einstein, aunque me gusta creerlo), Laila tenía un vocabulario mucho amplio que el de la mayoría de las niñas de su edad.

-Si era nada más que por eso-dijo con una tierna sonrisa- No debes preocuparte, todos son muy amables, y además hay un grupo de chicas muy amigables, fue en casa de una de ellas en que me quede a tomar el té.

-Inshalá (significa: gracias a Dios, es una frase muy común entre los musulmanes).

-Si, la verdad es que tuve bastante suerte-dijo acariciándole tiernamente el cabello, a diferencia de sus hermanas y familiares, ella tenía el cabello rubio oro, claro que esta desemejanza estaba dada por la falta de lazos sanguíneos…

-Y estas jóvenes, son bonitas?

-SI, son realmente suinas.

-Si, pero seguramente ninguna es más hermosa que tú.

-No lo creas, frente a los ojos de los jóvenes occidentales, una mujer que oculta su cabello nunca podría ser hermosa, y aunque Japón queda en oriente, los gustos en cuanto a determinadas cosas se comparten; y las mujeres es uno de ellos.

-No lo creo, yo más bien pienso que…

Sin embargo las palabras de su prima parecían un eco en la distancia, cuando de repente toda la habitación se desvaneció...de pronto ya no sabía donde estaba, ni el tiempo ni el espacio eran importantes en ese momento, lo único que sabía era que estaba prisionera por barrotes invisibles... Rodeada de paredes etéreas… se ahogaba, se asfixiaba sin agua ni cuerdas.

-Kadidja, Kadidja, estás bien?

La voz de su pequeña y preocupada pariente fue trayéndola poco a poco a la realidad, a esa existencia que a pesar de todas sus desigualdades, era preferible al infierno en que se había sometido por apenas unos instantes…

-Kadidja...

-estoy bien, estoy bien, no hay de qué preocuparse- le aseguró, una vez que pudo fijar su vista en la niña.

-Qué fue lo que sucedió, Repentinamente, a tus ojos se les escapó la vida y era como si ya no estuvieras aquí, como si no formaras parte de este mundo…

Las palabras de la chiquilla, describieron de una forma tan exacta sus sentimientos unos segundos antes, que no pudo más que mirarla con la confusión enmarcando su bello rostro…

-De verdad?-preguntó aún un tanto turbada- Pues… no, no me ocurrió nada.

-Estas segura?- su prima seguía sin creerla del todo.

-Si, completamente- de repente, comenzó a mirar en su rededor, y decidida dijo:- Puedes ayudarme en algo?

-Si, lo que quieras- contestó sorprendida la infante por el cambio de tema.

-necesito salir- Repentinamente, la necesidad de tomar aire la había invadido.

-Pero… porqué no le dices a Baba (papá) que te acompañe?

-No, es necesario que lo haga sola- no entendía muy bien por qué, pero en lo más profundo de su alma, sabía que tenía que hacerlo.

-Pero… prima, tú sabes que el que una mujer salga sola siempre se ha visto con malos ojos, imagínate lo que dirá la gente si te ve salir a esta hora.

-Laila, ya no estamos en Egipto, aquí es normal que las mujeres salgan solas y a cualquier hora…

-Sin embargo… cómo harás? Baba nunca te dará permiso para salir… si ya son más de las nueve!

Qué tarde… cómo había pasado el tiempo- Pensaba una aún confundida Kadidja,-Es cierto que había perdido mucho tiempo halando con su primo en Internet, antes de subir a descansar a su habitación… (mirénla… no es la única maniática con el cyber espacio)

-él no tiene por qué enterarse-dijo poniéndose de pie y comenzando a colocarse el velo

-Kadidja, eso esta muy mal!-exclamó la pequeña entre horrorizada y sorprendida de la audacia de su prima.

-Lo sé, sin embargo es de vital importancia que lo haga.

-Y cómo planeas hacerlo?

-Detrás de esta ventana, hay una escalera pegada a la pared, pienso salir por allí, ahora-dijo mientras abría uno de los cristales- Recuéstate a dormir, así si alguien viene a buscarme antes de que haya regresado, no podrán inculparte.

Le lanzó un beso silencioso y se escabulló por la ventanilla.

Cuando por fin tocó el suelo con sus pies, escuchó a su prima preguntarle a qué hora estaría de regreso.

No obstante, no estaba en sus planes subir nuevamente las escaleras para comunicarle algo que ni ella misma sabía.

Con su rostro oculto por el velo, se dispuso a disfrutar de las sensaciones que la hacía experimentar esa nueva "libertad"

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-Estas convencida de lo que vas a hacer Hikari?

-Por supuesto, no es para que te pongas así, si no tiene nada de malo.

-Si, pero…

-Mira, en el peor de los casos, lo que podría suceder sería que se dé cuenta de mis sentimientos, y eso es algo que realmente dudo; ya sabes, es uno de los rasgos más distintivos del profesor Tsukishiro, su despiste habitual.

-Si, puede ser- La chica aún permanecía dudosa, no tenía formas de convencer a su amiga de que no hiciera lo que se tenía propuesto!- Pero y si le ocasionas problemas en su trabajo?

-Por prepararle un dulce? No lo creo, hay cosas peores, como esas abundantes cartas de amor que recibe todos los días; además no sería la primera vez que una alumna y un profesor se comprometen en una relación… y no se te ocurra poner esa cara de horror, que sólo me lleva ocho años, tu novio te lleva siete.

-Si pero mi novio no es mi profesor- acotó la otra. (como si ese fuera un motivo de importancia… lo cierto, es que las dos son unas degeneradas! Salir con chicos tan grandes, jeje)

-No interesa… ahí viene, así que préstame atención, ya son más de las cuatro, si las cosas salen como las tengo planeadas, podré permanecer con él hasta la cena; serías tan amable de decirle a mi madre que estoy en tu casa?-Sin siquiera esperar respuesta, comenzó a correr y unos pasos más allá, se giró y la saludó con el brazo, mientras con sus labios pronunciaba un- Muchas gracias!

Siempre era lo mismo con esa mujer, pensaba su amiga, nunca medía los riesgos de sus acciones, y lo que era peor, siempre le cargaba parte de la responsabilidad a ella…

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-Profesor Tsukishiro!

Yukito escuchó una voz familiar pronunciando su nombre, e inmediatamente giró para observar a una de sus alumnas corriendo hacia él.

Hikari Matsumoto… era una de sus mejores pupilas, siempre estaba rebosante de alegría, y con ese largo cabello color miel y ligeramente ondulado, y esos ojos grises, era el blanco apreciativo de muchas miradas masculinas… amén de su atractivo físico, poco común en una chica que apenas alcanzaba los diesiceis años, ella permanecía siempre entre los cinco mejores promedios de sus clases, aunque él sabía que no se trataba precisamente del tipo que se pasara la noche de un sábado estudiando para un examen…

-Sensei Tsukishiro, cómo se encuentra?- Preguntó un tanto jadeante, cuando por fin se encontró frente a él; a pesar de que la joven medía aproximadamente un metro setenta, él seguía sobrepasándola por varios centímetros.

-Muy bien por suerte, y tu hikari? Necesitas algo en especial?- dijo mientras juntos comenzaban a caminar hacia su auto.

Las mejillas de la estudiante te tiñeron de un rojo intenso, cosa que provocó que Yukito levantara las cejas con sorpresa…

-Bien… yo venía a darle esto-dijo sacando un envase de vidrio con un dulce oscuro dentro- Es dulce de frutilla casero, espero que sea de su agrado.

El ingenuo profesor no cabía en sí de la sorpresa, era como si esa joven le hubiera leído el pensamiento, ya que no podía esperar más para detenerse delante del primer almacén que encontrara para comprar precisamente un dulce de fresa!.

-Muchas gracias! No deberías molestarte- Acto seguido, miró su reloj, y se dispuso a abrir la puerta de su auto- Tienes algo que hacer? O quieres venir a compartirlo conmigo?

-No realmente no tengo nada que hacer(si, como si no lo supiéramos P), si no es molestia.

-No para nada, ninguna molestia; sube al auto- dijo mientras le abría la puerta de atrás desde dentro del vehículo (y que esperaban? Que se sentara en el asiento del copiloto? Nah, el chico es ingenuo pero no para tanto! )

-Ahora, me da curiosidad cómo sabías que iba a regresar hoy al colegio?- le preguntó mientras se ponían en camino hacia su casa.

-Pues… hace días que no se habla de otra cosa-contestó con una sonrisa, mientras lo miraba por el retrovisor.

-Y cómo resultó su viaje al extranjero?

-Pues, lo cierto es que lo disfruté realmente mucho- aunque Yue lo debe haber deleitado mucho más.- pensó para sí mismo

Pasaron el resto del viaje hablando de las aventuras de Yukito en Inglaterra, y cuando por fin llegaron; Yukito se dispuso a preparar el té mientras Hikari se ponía cómoda…

-Su casa es muy bonita- opinó la muchacha, desde el living.

-Gracias, lo cierto es que es un tanto pequeña, sólo dispone de dos habitaciones y un pequeño patio, además de la cocina, el comedor y el living; pero para mí es perfecta… además la compre cuando tenía sólo veintiún años, y nunca tuve deseos de mudarme, el día de mañana; tal vez cuando me case.

La tarde transcurrió tranquilamente, mientras ambos intercambiaban opiniones acerca de diferentes temas; la realidad, era que la situación era bastante extraña… de por sí, que una joven de diesiceis año pudiera entablar una conversación normal con alguien de veintitrés años, ya era insólito, pero a esto se le sumaba el hecho de que esta persona era su profesor!…

No obstante, para desgracia de la muchacha, en cuanto se hicieron las seis de la tarde, Yukito la llevó hasta la puerta de su casa… (y si, no entiendo qué pretendía… que la invitara a quedarse a vivir?)

La joven ingresó en su hogar, pensando si alguna vez lograría que él la viera como algo más que una alumna, a la que se le tenía cierto aprecio.

En su memoria, aún estaba fresco el recuerdo de su primer encuentro…

En su momento, le había resultado mágico…

Flash Back

-Se puede saber a dónde vas tan apurada?

-Es que tengo clase de cocina y estoy llegando tarde-dijo ella sin dejar de correr.

Su amiga suspiró, Hikari nunca se tomaba las cosas con calma. Aun lamentándose por la hiperactividad de su mejor amiga, miró la delgada silueta de su amiga, que precisamente en ese momento cruzaba la calle.

-HAKARIIII CUIDADOO!.

No obstante, cuando la joven pudo apreciar la advertencia de su amiga, lo único que ocupaba su campo de visión, era el rasposo suelo de color gris…

Sintiéndose algo mareada, pudo notar que un fuerte peso se oprimía justo sobre su estómago.

-Estas bien?

En ese instante advirtió que una mirada plateada, muy parecida a la suya la miraba muy de cerca.

-Si.. Si- dijo jadeando, esos ojos la habían hipnotizado hasta tal punto que no podía pensar en nada.

-Perfecto- dijo él poniéndose de pie y ayudándola a estabilizarse.- Puedes caminar?

-Si es sólo que he tropezado, por la sorpresa..

En ese momento fue consiente de, que si ese joven no hubiera interferido, en ese preciso instante te encontraría debajo de las ruedas de una land- Rover. El conductor de la misma esperaba pacientemente para ver si se encontraba bien.

-Muchas gracias- Le dijo, a su salvador desconocido, cuando se vio obligada a despedirse, ya que su amiga la estaba tironeando para que fueran a su casa para ayudarla a reestablecerse.

Pasó mucho tiempo pensando en si volvería a ver alguna vez a ese joven de cabello y ojos plateados…

Estaba tan distraída meditando ese asunto, que ni siquiera notó cuando su nuevo profesor ingresó en el aula…

Sin embargo, al levantar la mirada… allí la recibieron nuevamente esos ojos tan parecidos a los suyos…

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-Xiao- Lang…

El joven que respondía a este nombre, levantó pausadamente la vista del libro antiguo que tenía en su regazo, justo a tiempo para ver a su tío ingresando en el amplio living en el cual se encontraba

-En qué puedo servirle, tío?- preguntó educadamente el joven.

-Sólo quisiera preguntarte qué opinas acerca de estos documentos referentes al Clan-expresó, poniéndole sobre el libro, unos papeles de aspecto bastante antiguos- así tal vez una vez que los hayas leído, puedas firmarlos.

-Por supuesto- dijo poniéndose derecho en el amplio sillón en el que se hallaba reposando, teniendo especial cuidado de no dirigir ni siquiera una mirada a esos sucios papeles.

Kung Tsé, se permitió el lujo de expresar una sonrisa orgullosa.

-Sin embargo, lamentablemente, aún no he asumido el cargo de Jefe del Clan; como bien sabes, así que no podré ayudarte con eso… tal vez mi madre… no, pero es cierto!- dijo como si la idea se le hubiera ocurrido de repente- Está de viaje y no vuelve hasta mañana… ella ha dejado el asunto del Clan al mando de mi abuela, tal vez ella pueda ayudarte… ahora, si no requieres de mi persona para nada más…-dijo extendiéndole con la mano izquierda los papeles. (no sé entre los chinos, pero entre los árabes, entregar algo con la mano izquierda, representa una deshonra para quién lo acepta…, jejej, mira que nos resultó insolente este chiquito, eh?)

Era una invitación gentil para que lo dejara en paz, esperaba que el más adulto de los dos supiera interpretarlo correctamente. Sin siquiera esperar a que su tío se diera media vuelta, volvió a concentrarse en la lectura.

-Entonces, me pondré en contacto con ella-dijo cortésmente y hasta con una sonrisa, como quien observa crecer a su mascota preferida demasiado rápido.

No obstante, una vez que sus rasgos estuvieron a resguardo de la mirada del joven, su rostro adquirió una expresión tan sombría, que haría temblar al más siniestro de los hombres.

-No puedo creer que esto esté pasando- pensaba Kung Tsé- Este… mocoso (y ahí vamos de nuevo, a falta de Touya, lo tenemos a este) insolente ya ni siquiera se pone de pie cuando entro en la habitación, ah, y por supuesto, también su abuela… Claro, ninguno de los dos considera oportuno guardarme el respeto que con tanto esfuerzo me he ganado, pero no importa, pronto no sólo ellos deberán guardarme respeto…

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El joven no podía creer los que sus ojos le mostraban; pero si había algo que no podía terminar de comprender, era su comportamiento.

Él Touya Kinomoto, graduado con honores en la Universidad de Tokyo (soy muy mala para inventar nombres y apodos, gomenne!) y sobre todas las cosas, extremadamente respetado en todo su medio laboral, se encontraba espiando a una jovencita que podría ser su hermana.

Corrección, que era como su hermana; puesto que no sólo era siete años más chica que él, sino que era la mejor amiga de su pequeño monstruo…

No quería ni suponer lo que podían llegar a decir sus compañeros de trabajo si lo veían ahí, en esa situación… por supuesto, no se lo harían olvidar en lo que le quedara de vida. De eso estaba seguro.

No obstante, había algo que lo preocupaba y era el hecho de que Tomoyo estaba actuando de una forma muy extraña, estaba demasiado… melancólica, demasiado… triste? Sin embargo, lo que más le extrañaba y preocupaba, era el por qué él se descubría tan afectado por eso…

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Con tan sólo experimentar la suave caricia del suave viento nocturno en su rostro ya se sentía mucho más relajada, no podía creer que la solución para olvidar todo su nerviosismo, era simplemente dar un camino a la luz de la luna… Esa misma luz que se filtraba todas las noches por la ventana de su habitación.

Sin siquiera notarlo, sus pies siguieron moviéndose, sólo que sin un rumbo fijo, sabía que estaba haciendo algo que no debía; ella nunca debía salir sola, al menos no sin custodia, y aún menos de noche; pero bueno, para qué servía tener dieciséis años si uno no los aprovechaba?. Aunque si era completamente sincera consigo misma, tenía que admitir, que nunca se sintió de la edad que su cuerpo representaba.

Llevaba caminando un tiempo que para ella parecieron tan sólo medio minuto, pero que en realidad fueron al menos quince minutos; cuando la luna volvió a reclamar su atención… El astro se hallaba en cuarto creciente. De todas, era la fase que más le gustaba… sentía que si se ponía de pie debajo de ella cuando estaba en esa fase, ninguna calamidad podría pasarle, que estaba resguardada por su brillo.

No obstante, aquélla vez, estaba diferente… su luz, siempre tan enceguecedora estaba más pálida… casi parecía como si estuviera agonizando… era un pensamiento muy mortífero, pero era lo que sentía.

De repente, el ruido de unos zapatos chocando contra el suelo, la hicieron salir de su ensoñación, y observar que había permanecido estática, mientras miraba hacia el cielo. Sabía que no debía quedarse allí parada, no mientras esos pasos sonaban cada vez más cerca, sabía que debía salir corriendo….

Todo eso era de perfecto discernimiento para su mente, y sin embargo, permaneció allí; a la expectativa de lo que pudiera pasar…

Esperando… esperando qué exactamente? Ni ella lo sabía.

A medida que los pasos se acercaban se le iba cortando la respiración... no tenía ni idea de qué esperaba, pero una fuerza más poderosa que ella la obligaba a mantenerse quieta en el lugar.

Lo primero que pudo apreciar del desconocido fue la punta de sus zapatos, y luego… sus ojos… esos ojos tan oscuros como el cielo nocturno debajo del cual se hallaban.

Eran tan familiares… ella ya los conocía, los conocía desde hacía mucho; sólo que nunca los había visto desde esa perspectiva.

Nunca supo si fue ella, o él quien comenzó a acercarse, de todas formas, sea quien fuera que hubiese iniciado el movimiento, ninguno de los dos retrocedió.

La luna seguía brillando con ese extraño esplendor, siendo cómplice del nacimiento de ese nuevo sentimiento que fluía entre los dos jóvenes en esa solitaria calle.

Él sentía que la única forma de recuperar la normalidad era ceder a esa fuerza invisible que lo atraía hacia esa misteriosa joven, y al parecer ella pensaba lo mismo ya que no podía, ni quería alejarse de él... Lentamente, posó su mano en la suave piel de su mejilla, sin notar nada excepto el brillo especial que tenían esos ojos; esa mirada que él tan bien conocía.

Sus rostros estaban a dos centímetros de distancia, cuando repentinamente una profunda oscuridad se sumió en torno a ellos.

La luna había desaparecido…

Cuando la luz volvió a iluminar el lugar, ella ya se hallaba a mitad de cuadra.

No podía creer lo que había estado a punto de hacer, había estado a punto de arruinarlo todo, absolutamente todo.

Una sola pregunta se repetía incansablemente en su mente, mientras volvía a entrar en su hogar…

Cómo pudo ser tan tonta?

OOoOoOoOoOoOOoOoOoOoOoOOoOoOoOoOoO

Eriol había permanecido quieto, estático… no creía que pudiera moverse ni aunque lo intentara con todas sus fuerzas.

Aun después de diez minutos, no lograba entender qué era lo que le había pasado… Seguía sin comprender esa reacción que tuvo ante una completa desconocida.

Pero no... se dijo a si mismo, todo había sido una confusión; no había sido él en realidad quién había actuado de esa forma. No, lo que en verdad había sucedido, era que algo se había apoderado de él…

Con esa idea en su mente, se dio media vuelta y comenzó a caminar de regreso al hotel. Un largo baño en el jacuzzi y una noche entera de descanso sin interrupciones, harían que viera todo con claridad.

Y mejor que resultara ser así, puesto que al día siguiente tenía otro viaje programado, y tenía que tener la mente completamente despejada; de no ser así, sería él quien terminaría internado en un hospital con un ataque de nervios… y no Shaoran como tenía planeado que fuera.

De modo que regresó al hotel con toda la intención de dormir toda la noche de corrido…

No obstante, como suele sucedernos cuando tratamos de analizar cosas del alma con la mente, no fue así… sino que resultó ser todo lo contrario; se encontró a si mismo dando vueltas por la cama hasta al menos la una de la madrugada, y cuando por fin fue arropado por los brazos del tan esperado Morfeo, fue acosado incansablemente por unos ojos oscuros.

Unos ojos que él conocía casi tan bien como los propios.

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Sakura se desperezó al sentir los primeros rayos del sol asomarse por la ventana de su cuarto. Puesto que prácticamente no había podido pegar un ojo en toda la noche, no tenía sentido permanecer por más tiempo en esa cama, que hacía tiempo había dejado de ser cómoda.

Tenía que reconocer que el hecho de viajar ese día a Hong Kong, la ponía más nerviosa de lo que le gustaba admitir.

Un familiar escalofrío recorrió su columna vertebral. Siempre le sucedía esto cuando sus pensamientos recaían de alguna u otra forma en él.

Y en este caso no era para menos… en un par de horas volvería a poner los pies sobre su país natal, y aunque supiera que era prácticamente imposible; no podía dejar de pensar en qué era lo que haría en el supuesto caso de que se lo encontrara.

Aún en pijama, se dirigió a un pequeño mueble que había debajo de la televisión y en el cual se hallaba un sofisticado pero pequeño equipo de música, los parlantes se conectaban con otros que había instalados en el resto de la casa, de modo que podía escuchar música en toda la morada. Y como ese día no tenía pensado ir al colegio, y ni su padre ni su hermano se encontraban en el lugar, podía darse el lujo de escuchar la música al volumen que quisiera.

Una vez en la cocina, no pudo evitar pensar en las tantas oportunidades en que se habían metido allí para cocinar los dos juntos; hacían un equipo perfecto.

Suspiró, pensando en todo lo que habían cambiado las desde la última vez que habían estado allí.

Principalmente, ella ya no era la misma, desde el día en que por fin admitió que él no regresaría, algo se había endurecido dentro suyo; y aunque seguía siendo la misma, no podía evitar desconfiar de las personas, cuando notaba que se acercaban a ella para ver si podían lograr algo más que una amistad…

-Ohayou Gozaimasu! (Buenos días!)- Una voz chillona proveniente de un muñequito de felpa amarillo que revoloteaba en el aire alrededor de su cabeza- Qué estas preparando? Algo en especial para mi?.

Él sí que no había cambiado mucho.

-MMM, no nada especial, pero si tienes un poco de paciencia, te prepararé hockeys.

-En serio?- La alegría le hacía resplandecer los ojitos como dos estrellas- A propósito Sakurita, de quién es esa maleta que se encuentra en tu habitación?

-Ettooo…(es una exclamación típica Japonesa, equivaldría al: Ehhh)- Entre las corridas, había olvidado completamente decirle nada a Kero sobre el viaje.-Pues, es mía.

-Tuya?- El muñeco la miró como si se hubiera vuelto loca- Y a dónde se supone que vamos ahora?- exclamó con resignación al observar la seriedad en el rostro de la joven.

-de verdad lo siento Kero, se me olvidó decírtelo antes- Dijo sólo para ganar tiempo... Sabía que el muñeco pondría el grito en el cielo cuando se enterara del destino de la travesía- Ha surgido algo, y debo viajar urgentemente a Hong Kong.

-HONG KONG!-preguntó "tranquilamente" el muñeco-y para qué quieres ir a Hong Kong ahora, no me digas que ese mocoso...

-no grites, este viaje no tiene absolutamente nada que ver con Shaoran-dijo lo más tranquila que pudo, lo cierto era que el grito del peluche había opacado la música que sonaba en gran escala- Es más, si pudiera evitarlo, no pisaría nunca en mi vida Hong Kong, pero es que ha sucedido un imprevisto de última hora con mi vestido, y a Tomoyo se le ocurrió contratar a una modista de ese país… y bueno, resulta que tengo que viajar para resolver el problema- En cuanto terminó de decir esta última frase, sirvió el último hockey y se lo puso delante de la nariz a Kero, que ahora se hallaba sentado en la mesa, recapacitando acerca de alguna idea- Aquí tienes.

Luego de un tenso silencio, en lo cual sólo se escuchaban los tragos exagerados del muñeco, y los cubiertos de Sakura golpear el plato. La gran bestia del sello (para quienes no lo conocen por ese nombre, me refiero al muñequito, es decir Kero, ejej)

-Sakura?

-Umm?

-Es preciso que hable contigo de algo importante.

Un repentino escalofrío le puso los pelo de punta, cuando Kero ponía esa expresión…

-Qué sucede?

-Bueno… no sentiste nada extraño ayer por la noche?

La joven meditó un tiempo su pregunta, si Kero le cuestionaba eso, quería decir que algo había sucedido… Tratando de hacer memoria, recordó que alrededor de las diez de la noche había sentido algo… pero no sabía exactamente qué.

-Hoe? Bueno… no lo sé-expresó dudosa- Sentí algo, pero no sé exactamente qué.

-Esta bien, al menos lograste percibirlo- dijo más aliviado, aunque casi al instante volvió a adoptar su expresión de sigilo- Por más extraño que suene, ayer la Luna desapareció.

-Pero… qué estas diciendo?-Pobrecito, ahora si que se le había subido el azúcar a la cabeza- Si cuando yo me asomé a la ventana antes de irme a dormir, ella seguía allí.

-Yo no te dije que había desaparecido y no había regresado-Dijo molesto por la mirada de desconfianza que su ama le había dirigido- Sólo que desapareció, fue tan sólo por unos segundos, para quienes no poseen magia no sucedió nada, naturalmente.

-Pero… Cómo que desapareció?

-Así es, ya he hablado con Yue y Eriol y ninguno de los dos sabe cuál fue el motivo por el cual sucedió esto… pero los tres estamos de acuerdo en que tenemos que estar preparados para lo peor.

-Por qué? Es decir, no pudo haber ocurrido un semi- eclipse?- Hasta para sus propios oídos sonaba ridículo lo que acababa de decir.

-No Sakura, esto es producto de un hechizo, un hechizo muy difícil y antiguo…

-pero por qué alguien querría desaparecer la Luna, eso es ridículo.

-No, en absoluto; Como tu bien sabes, el mundo está regido por dos fuerzas, las del bien y las del mal; con el planeta sucede lo mismo; La Luna es la principal fuente de magia blanca que hay sobre la faz de la Tierra, por el simple hecho de existir ya despide energía mágica, y Sakura, como bien sabes hay magos que en vez de elegir el camino correcto, se desvían, ésos son generalmente los que desean acabar con el universo; pero el sencillo motivo por el cual no lo han podido llevar a cabo aún es la presencia de la Luna, ella impide que cualquier cosa le suceda al planeta. No obstante, si esta despareciera, el universo quedaría al descubierto, como un ejército sin armas. No intento asustarte con todo esto- Dijo al observar la cara de la muchacha (que ya sabemos como es, no?)- Sólo precaverte, es decir, quiero que de ahora en adelante lleves tus cartas a todos los lugares que vayas.

-De acuer..do- dijo "algo" nerviosa-A hong Kong también?

-Especialmente a Hong Kong, no se lo si recuerdas, pero una vez te dije que esa ciudad está llena de magia, respira magia por cada uno de sus poros, y en ella se encuentran también muchos magos peligrosos, créeme no me agradaría tener que cruzarme con alguno de ellos sin estar preparado.

-Esta bien, ahora mismo pondré entre mis cosas el libro.

-A qué hora sale el avión?

-A las 16.30, pero tu también vienes?

-Por supuesto, o acaso creíste que te iba a dejar sola?

-No, pero debido al escaso tiempo de estadía allá… bueno, pensé que estarías más cómodo aquí.

-No, yo también requiero ir a ese país ahora que lo pienso… Pero si bien planeo ir contigo, tendré que dejarte sola por un tiempo, y eso no me agrada, tú siempre debes estar acompañada de al menos uno de tus guardianes.

-No te preocupes, creo que sobreviviré un par de horas sin tu vigilancia.

-No te creas… espérame aquí, creo que tengo la solución perfecta

-Pero... qué?

-Espérame un segundo nada más, lo tengo en mi habitación-dijo antes de salir disparado escaleras arriba.

Sakura sonrió al pensar que lo que Kero llamaba su habitación, no era más que una casa de muñecas que Tomoyo le había mandado diseñar dos años atrás, y que estaba oculta debajo de su cama, donde tenía un velador para que la iluminara.

A los pocos minutos el muñeco regresó con algo colgando en sus patitas delanteras

-Aquí tienes-dijo depositando el objeto sobre la mesa

Sakura lo tomó entre sus manos, y lo observó detalladamente. Era un medallón con un zafiro en el medio y el borde plateado. Era realmente una joya preciosa, pero no entendía el poder que podía llegar a tener...

-Pero..

-Antes que me digas nada, como bien sabrás los cristales son joyas que poseen la capacidad de almacenar una enorme cantidad de poderes

-Si, pero esto es un zafiro que tiene que ver...

-Lamento contradecirte Sakurita, pero eso no es un zafiro sino un cristal

-pero los cristales son transparentes generalmente, y aún cuando se les pones color no logran uno tan profundo y uniforme-dijo girando el medallón entre sus manos.

-pero este no es un cristal normal, lo creamos Yue, Eriol y yo. Pero su nacimiento no se remonta a esta era, como todo lo relacionado con la magia tiene su historia. Te gustaría escucharla?

-Si, si-dijo algo dudosa, en realidad lo que quería saber era para que servía ese condenado objeto.

-De acuerdo, esta joya proviene del mago Clow, que a su vez la sacó de un collar de su madre, el joven Clow, sólo lo había guardado como recuerdo, hasta que un día, cuando aún estaba desarrollando sus poderes, en un libro de los tantos que tuvo oportunidad de leer descubrió que si aun cristal común se reinsertan dos estilos de magia distintas, o los magos que se lo proveen pensaban completamente opuesto en algún punto; puede ser utilizado como medio de protección. En simples palabras, quiere decir que Clow en algún momento de su vida, se alió con otro mago y en conjunto crearon este cristal, el cual sirvió de protección a alguien, el problema era que una vez usado, no se podría volver a utilizar, a menos que de cierta forma se "recargara", y para eso deberían pasar al menos cien años.

-Ahh, y eso fue lo que ustedes hicieron, no?- dijo comenzando a hacerse una idea de… algo.

-Si, pero hubo un problema, cuando lo estábamos haciendo, la magia aplicada fue demasiada y se partió en dos, pero a diferencia de la mayoría de las piedras conservó su forma original, pero se partió en el centro-al ver la cara de Sakura, dijo-es como cuando cortas un pan a la mitad y aún conserva su forma original, pero con menos espesor, entendiste?

-Si, no soy tonta, y dónde quedó la otra parte de la joya?

-La tiene Eriol, dijo que quería conservarla

-Ahh, y tú quieres que lleve esto por las dudas, no?

-Así es

-Y cómo hago para que funcione?- Preguntó, aún ya conociendo la respuesta.

-Pues...en realidad...no tengo la menor idea

-Y entonces?

-Lo único que sé es que tienes que llevarlo colgado como un collar y según Eriol, con eso solo, te protege de la magia negra

-De acuerdo, pero de todas maneras no creo que ningún maniático salga a atacarme, si consideramos que voy a pasar menos de un día en Hong Kong.

-eso es algo que no se puede saber-

-de acuerdo, de acuerdo

Entonces decidieron pasar el tiempo restante en ejercitar con las cartas.

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-Ya no puedo más-expresó una jadeante Sakura al tiempo que reposaba su cansado cuerpo sobre el frío piso, en una postura muy poco femenina.

Kero aleteaba a su alrededor, con una sonrisa autocomplaciente en el redondeado rostro.

-Descansa un poco Sakurita, dentro de unos… quince minutos retomamos.

-Acaso estas loco, no creo que pudiera poner en práctica ni una carta más.

-Pero Sakura- Exclamó enfadado el muñeco-Estas en perfecta forma a pesar de haber pasado varios meses sin siquiera tocar el libro.

-Y por eso quieres matarme a costa de prácticas?- Observó con escepticismo.

-Es que no lo ves? SI sigues ejercitándote, aumentarás tus poderes!.

La joven estaba por contestarle que para ella era más importante no terminar en un hospital, que aumentar su nivel de magia, cuando el timbre hizo su habitual interrupción.

Ella lo miró con los ojos entrecerrados, mientras se ponía de pie para dirigirse hacia la puerta; sabía por que camino viajaban las maquinaciones del peluche… cuando Shaoran tenía un tiempo de desaparecido, a ella comenzó a hacérsele difícil la idea de ejercer magia, ya que eso le recordaba irremediablemente al joven chino. Por este motivo, había evitado todo lo que le fue posible, el contacto con el mundo mágico.

Dicha acción no fue recibida con los brazos abiertos por Kero y mucho menos por Tomoyo. Pero ellos no estaban en su cuerpo y no sabían el dolor que experimentaba al pensar en Shaoran.

Tratando de dejar todos sus funestos pensamientos atrás, abrió la puerta y allí la recibió la dulce sonrisa de su mejor amiga.

-Pero Sakura, aún no te has cambiado?- exclamó sorprendida la chica, mientras se sacaba los zapatos e ingresaba en la estancia.

-Lo siento, es que estuve practicando con kero-Chan, ahora mismo me cambio; estaré lista en unos minutos, siéntate- dijo señalando uno de los sillones pertenecientes a la habitual sala de estar, la cual prácticamente no había sufrido modificaciones a lo largo de los años.

De acuerdo- Dijo la joven tomando asiento- Pero apresúrate, vendrán a buscarnos en catorce minutos (qué exacta la chica esta!).

Sakura ya estaba subiendo las escaleras cuando escuchó el tiempo que le restaba para hacer las cosas que había dejado para último momento.

Segundos mas tarde, Kero y Tomoyo pudieron apreciar los ruidos producto del esfuerzo de la castaña en hacer todo en el menor tiempo posible. Los cuales, creo que no hace falta aclarar, no eran particularmente suaves.

Entre tanto, la joven de ojos azules y el muñeco mantenían una agradable conversación, estaban discutiendo acerca de lo primero que harían en Hong-Kong, cuando el celular de Tomoyo los interrumpió.

-Me disculpas un segundo?-le dijo suavemente a Kero, quien simplemente siguió atacando el pastel que la joven le había llevado.

-Hola tomoyo!- La voz de Mei- Ling, sonaba animada aún a millas de distancia.

-Cómo estas?-Preguntó la joven japonesa, con su habitual tono de voz, suave y armonioso.

-Bien, pero tenemos cosas más importante de las cuales hablar y lo sabes, por qué me preguntas una cosa tan poco significativa en un momento como este? Acaso no puedes hablar?.

-No realmente- dijo echándole una mirada al peluche, el cual la observaba con el seño fruncido, tratando de descifrar con quién hablaba.

-Bueno, da igual, hablemos como podamos. Cómo está la situación por esos horizontes, Todo marcha sobre ruedas, me imagino.

-Si, por suerte; y por allá? Cómo están las cosas?

-Todo tranquilo, o habría que decir que todos estamos tranquilos menos mi querido primito, quien ha estado un tanto turbado últimamente.

-Puedo imaginarlo- Dijo con una leve sonrisa en su rostro-A causa de eso, he de suponer que mi asistente hizo bien su trabajo, no es así?

-Quién? A h, si, por supuesto; Hiragizawa lo llamó el otro día, realmente ahora que lo pienso, desde entonces no le he vuelto a ver la cara después de eso.

-Perfecto! Entonces, todo será entregado en fecha y orden, no?

-Si, así lo tenga que arrastrar de las orejas, a qué hora llegan?

-Supongo que estaremos allá, rondando las nueve.

-Entonces comen en el avión, no?

-Desgraciadamente-exclamó con un suspiro- Una cosa, trata de estar cerca, por las dudas de que tu… estem, asistente, reaccione algo mal a la noticia.

-No te preocupes, ya tenía contemplada esa posibilidad; andaré dando vueltas por la zona. Además me debes un café, la última vez lo pagué yo.

-es cierto, no lo he olvidado; hasta mañana.

-Bye, Bye.

Una vez que hubo cortado la comunicación, pudo apreciar que los ojitos de Kero la observaban con curiosidad.

-Era la modita-explicó con un simple encogimiento de hombros.

Precisamente, en ese instante, un fuerte estruendo, proveniente de las escaleras, irrumpió en el plácido ambiente.

Las dos "personas" (no sé como clasificar a Kero:P jejej), acudieron inmediatamente en recate de una accidentada Sakura.

Cuando la encontraron, la joven se hallaba sentada en las escaleras, con su maleta abierta de par en par y una expresión de disculpa en el rostro.

-Por Dios Santo Sakura, estas bien?- Preguntó excesivamente preocupada Tomoyo, mientras la ayudaba a ponerse de pie y Kero recogía las cosas que se habían caído.

-Sí, si, no te preocupes, es que en el apuro, me tropecé con una madera suelta- Dijo quitándole a Kero, de las "manos" una remera, para doblarla bien, y así cerrar su maleta.

Bueno, pero estas segura de que no te lastimaste?

La castaña le aseguró una y otra vez que así era, mientras caminaban el trecho que las separaba del living, y Kero se ocupaba de cargar con la maleta.

-Por qué no tomamos un té antes de irnos?-Propuso la dueña de la casa.

-Pero Sakura… No sé si.

-No te preocupes, el agua ya está casi-La interrumpió la hija de Nadeshiko Kinomoto.

No obstante, precisamente en cuanto terminó de servir el oscuro e hirviente líquido, el timbre hizo su nueva aparición.

-Creo que no llegamos-dijo Tomoyo- Bueno, de cualquier forma podemos tomar uno en el auto.

-O… podemos quedarnos a tomar el té, y salir diez minutos más tarde.

La hija de Sonomi Daidouji, la miró significativamente ante de decirle:

-Sakura, si hiciéramos eso perderíamos el avión, y ú no quieres que eso suceda, no es así?

-No… claro, que no, pero podríamos tomar el siguiente…

-Vamos-la interrumpió con decisión, tomando las tazas y llevándolas a la cocina-No hay tiempo que perder.

Las dos jóvenes y el muñeco, este último escondido en el bolso de mano de Sakura, subieron a la limusina que los estaba esperando.

En el aeropuerto, se despidieron de sus familiares con una tierna sonrisa en el rostro.

-Sabes?-comentó Tomoyo una vez que el avión ya hubo despegado-Siempre me he preguntado cómo es que Kero pasa por la prueba de los rayos X.

-A qué te refieres?-preguntó confundida, la muchacha de ojos verdes.

-Claro, es que teóricamente, esos aparatos deberían detectar que es un animal y no un muñeco, no es cierto?

-SI, supongo que sí-contestó dudosa la castaña- Tal vez los engaña con magia.

-Es probable-luego de un momentáneo silencio, inquirió-A propósito, tu hermano no fue al aeropuerto.

-Es… que no sabe que nos vamos a Hong Kong-dijo con una sonrisa Sakura.

-No?-peguntó extrañada u amiga.

-No, ya sabes lo sensible que es ante la mención de ese país, creo que me hubiera encadenado con tal de no dejarme partir.-Dijo mientras se reprendía mentalmente por no haberle avisado del viaje.

-Si, puedo imaginarlo.

-De cualquier forma, mi padre se lo comunicará hoy por la noche.

-Me gustaría ver su expresión-dijo la chica de ojos azules.

-A mi no, de ninguna forma; de hecho agradezco el estar a millas de distancia.

La expresión de la menor de los Kinomoto, dejaba entrever un abierto terror, mientras pensaba en lo que le esperaba cuando regresara de ese bendito viaje…

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Varias horas habían transcurrido desde que el ocaso invadiera la ciudad, cuando el avión aterrizó en Hong Kong.

La noche era realmente perfecta, no había ni una nube en el firmamento, y la luna en cuarto creciente brillaba en todo su esplendor, totalmente recompuesta a su reciente ultraje. Corría una suave brisa que refrescaba el ambiente, pero no era lo suficientemente poderosa como para causar frío.

No obstante, por más prometedor que resultara el ambiente, no era suficiente como para eliminar los nervios que corroían el cuerpo de Sakura… aquélla ciudad… cada casa, cada calle, cada árbol, cada piedra

Hasta una pequeña flor que se desprendía de una planta… tenía su cara y voz impregnada en ella.

A cada paso que daba, los recuerdos de cuando era tan sólo una niña sin preocupaciones, la invadían y acosaban hasta provocarle un dolor que nunca se hubiera creído capaz de soportar.

Totalmente abstraída en estas imágenes que ahora corrían libremente por su mente, sólo fue capaz de percibir que alguien se había acercado a ella , cuando sintió una fuerte mano posarse sobre su hombro.

En cuanto sintió este sutil contacto, su cuerpo entero se tensó. Tenía miedo, no quería darse vuelta para observar ese tan ansiado rostro; ella sabía que lo de la modista había sido todo un invento de Tomoyo, entonces, qué hacía ella allí?

Asumiendo que no podía darle la espalda a la realidad por demasiado tiempo, inspiró profundamente y giró su cuerpo, hasta quedar frente a

Tomoyo, la cual la miraba con la extrañeza y la diversión plasmadas en el rostro.

-No te preocupes- Le dijo su amiga, al tiempo que le entregaba su maleta- Li no nos va a venir a buscar… Ya he arreglando con él para encontrarnos directamente en el hotel.

Ante la expresión de horror que reflejó su amiga no pudo más que reír

-No tienes de qué preocuparte, han pasado cuatro años desde la última vez que tuve oportunidad de hablar con Li- Lo cual era cierto, puesto que en ningún momento había hablado directamente con él, en cuanto a Mei-Ling… bueno, Shaoran y su prima eran personas completamente separadas.

Su amiga tan sólo asintió y siguió caminando con su pausado y femenino andar habitual.

Les costó un poco conseguir un taxi, puesto que mucha gente estaba en la misma situación que ellas, pero media hora más tarde ya se encontraban en el hotel.

Todo estaba saliendo de acuerdo a lo planeado…

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-jajaja-exclamó sin poder evitar el reírse a carcajadas.

-no es una broma así que no sé por qué te ríes-exclamó tranquila y pausadamente la joven de cabello negro azabache.

-Qué no es una broma, entonces lamento decirte que te has vuelto completamente loca mi querida prima, por lo menos si pretendes que yo haga lo que tienes en mente.

-Por qué, no es una mala idea, además hace mucho que no sales y por lo tanto yo tampoco.

-Qué quieres decir con esa implicación, no te hagas la pobrecita, yo sé perfectamente que el que yo no salga no impide que tu lo hagas, además yo sé muy bien que sales todos los sábados SIN EXCEPCIÓN-dijo remarcando especialmente la últimas palabras.

-Bueno pero ten en cuenta que ha pasado mucho tiempo desde la última vez que salimos juntos, o por lo menos si que esa salida tenga algo que ver con el Clan y demás.

-El domingo pasado fuimos a tomar un helado-dijo lo más tranquilamente que pudo, había dos personas sobre la faz de la tierra que eran capaces de hacerle perder su tan preciado autocontrol, y una de ellas era quien se encontraba en frente suyo.

-Bueno, pero no es lo mismo, además hace mucho que no vas a bailar, es más fuiste tres veces en toda tu vida, y tan sólo porque esas veces por poco no te arrastramos hasta el lugar.

-Cuantas veces tengo que repetirte que el ambiente de esos lugares no me gusta?

-En este caso es distinto, puesto que se realiza en un hotel, la gente es mucho más refinada que en otros lugares. Sale, por favor-dijo Mei- Ling tirándole de la manga del saco azul que su primo traía puesto.

En ese preciso instante, la tan temida anciana hizo su aparición.

-Abuela!-exclamó Mei Ling saltando de alegría- Tu nieto se ha convertido en un cretino con el paso del tiempo, mis amigas estan casi todas de viaje en un seminario mágico, y yo necesito que alguien me acompañe a una convenció que se realiza esta noche en un hotel, y él no quiere acompañarme! -dijo con la cara de chica desconsolada que mejor le salió, la cual debido a sus años de práctica era sorprendentemente buena.

-Pero qué es eso Xiao Lang, como puede ser que no acompañes a tu prima a donde te pide?-exclamó con severidad la anciana

-Pero es que...

-Pero nada, la caballerosidad ante todo, es el lema entre los hombres de nuestra familia; ahora ve a cambiarte

El joven chino se puso de pie con la sensación de que era un nene de tres años el cual se había portado mal y lo obligaban a no comer durante un tiempo.

-Gracias abuela!-exclamó Mei Ling en cuanto su primo había desaparecido de escena

-No es nada Mei Ling, Todo sea por...-hizo un pausa significativa

-Si hoy mismo llega a la ciudad

-Perfecto, y cómo van a hacer para que se encuentren?

-bueno...

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No sé cómo me dejé convencer-decía Sakura con los ojos en el cielo

-La idea es buena, tienes que reconocerlo Sakura, es la única noche que pasamos en Hong Kong, y encima de todo tenemos la conveniencia de que se realiza en el mismo hotel en el que nos encontramos, qué mejor forma que pasarla en este pequeño baile!-exclamó Tomoyo como si estuviera haciendo un anuncio comercial.

Sakura no podía concebir que ella y su amiga tuvieran una interpretación de la palabra "pequeño" tan distinta. En ese lugar habría al menos doscientas cincuenta personas.

-mmmm, pero a lo que yo voy es, hacía falta que alquilaras un vestido?-dijo señalando el ajustado vestido de seda color verde, largo hasta las rodillas, de corte sencillo, podría pasar fácilmente desapercibido, si sus ojos no fueran exactamente del mismo color.

-Estas preciosa, ese color resalta más tus ojos, si eso es posible; pero en cuanto al vestido, mira a la gente a tu alrededor, es una fiesta de etiqueta, no podíamos desentonar.

Ella había elegido un modelo igual al de su joven amiga, sólo que de color negro.

-Ven que esperas? entremos-dijo tironeándola del brazo, dijo al ver que su amiga se quedaba estática en el lobby.

-Y ahora qué hacemos?-preguntó Sakura, una vez que hubieron dejado sus carteras y abrigos en una pequeña mesa que se halaba en rededor a la amplia pista de baile, donde se hallaban varias personas en movimiento.

-Pues vamos a bailar, qué pregunta!

El silencio de Sakura fue más significativo que si hubiera gritado hasta sangrarle la garganta.

-Quie...quieres decir que vamos a bailar delante de toda esta gente?-preguntó aterrorizada

-Por supuesto, pero no se de que te sorprendes tanto, si ya has ido a bailar anteriormente

Sakura la miró con el ceño fruncido, pero de todas formas se encogió de hombros y empezó a moverse tímidamente. Prefirió guardarse sus comentarios para sí misma.

Aunque le gustara bailar y disfrutaba de las salidas que hacían a los diferentes boliches (discotecas) de la zona, estas excursiones siempre eran en grupo y ella pasaba mucho más desapercibida…

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-QUÉ?

El grito pronunciado por la garganta masculina, rompió e silencio en que se hallaba sumida la ciudad. Una familia vecina a la casa familiar de donde provenía el estruendo, sacudió la cabeza con resignación, mientras trataban de concentrarse en la cena y el cabecilla decía con irritación- Puede ser, este Kinomoto no puede dejar de gritar de esa forma, por lo menos una vez a la semana. Con esta hombre no se puede comer en paz.

Entre tanto, un calmado Fujitaka, trataba de impartirle un poco de paz a su extasiado hijo.

-Tranquilízate Touya, es tan sólo por un día, mañana por la noche estarán de regreso.

-Media hora es demasiado tiempo en ese país.

-A qué le tienes miedo realmente?

Este "amigable" intercambio de opiniones, era llevado a cabo en el living de la casa perteneciente a la familia Kinomoto. Donde, aún con las tazas de té a medio tomar, el mayor de los dos familiares se había decidido a darle la "buena nueva" a su hijo.

-No le tengo miedo a nada-contestó resoplando mientras volvía a sentarse-Es que esa ciudad no me gusta eso es todo.

Su padre sonrío con expresión benévola.

-Estarán bien hijo, no te preocupes, no les pasará nada, además ya es hora de que empieces a despegarte un poquito de tu hermana-dijo Fujitaka

-despegarme, a qué te refieres, si ya es suficiente con que no la veo en casi toda la semana, te parece poco?

-Pero cuando la ves es peor que si la vieras todos los días, la llenas de preguntas y no la dejas ni respirar

-Pero papá, las jóvenes de hoy en día se han vuelto muy impertinentes, salen con cualquiera y demás-iba a usar un lenguaje más fuerte hasta que se dio cuenta de que estaba hablando con su padre y no con uno de sus colegas-no quiero que mi hermana se convierta en una de esas chicas

-Sinceramente, yo no creo que tu hermana lo haga, pero aún así hay que arriesgarse, sino cuando encuentre algo que la motive suficiente como para enfrentarse a nosotros, es probable que la perdamos para siempre.

-Algo como qué, tú sabes salgo dímelo-exigió Touya poniéndose de pie nuevamente.

-No te exaltes hijo-dijo su padre parándose a la vez para dirigirse a la cocina y llevar las tazas de té-sólo fue una observación, pero ten en cuenta que ese algo...también puede llegar a ser "alguien"

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-Tranquilízate Mei ling, desde que llegamos que no dejas de mirar por sobre el hombro a quién buscas?-dijo Xiao- Lang mientras trataba de imponerle a su prima el ritmo lento al que iba la música, y no el rápido que ella parecía estar escuchando.

De pronto se quedó quieta como una estatua

-Y ahora?

Esa vez su prima lo miró.

-Nada-dijo simplemente

-Nada?-Eso quiere decir que ya nos podemos sentar?-preguntó con esperanza.

-Oh, si pero que desconsiderada he sido contigo Xiao, después de todo el esfuerzo que has hecho en este último tiempo, ve a sentarte, yo iré a buscar algo para beber.

No sabía qué era lo que lo asustaba más, si esa la bondad inesperada, o el hecho de que ella quisiera hacer con él lo que deseara. Al menos en la segunda ocasión solo se trataba de seguir órdenes, pero la primera… ésa representaba una clase de tortura mucho más especializada…

De todas formas, él fue a sentarse mientras se disponía a esperarla… por él que tardara toda la noche en ir a buscar esas benditas bebidas…

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Lo cierto era que ya no se entendía a si misma, había perdido el juicio y no sabía qué era lo que estaba bien y qué era lo que estaba mal… El paseíto de la noche anterior podría haberle causado bastantes problemas. Gracias a Ala, que sus familiares no habían notado su ausencia… De no ser así, no le extrañaba que la castigaran con cien latigazos (es un castigo de ellos, es muy común castigar a la gente con látigos, pero primero se tiene que conseguir cuatro testigos que hayan visto la mala acción)… Mientras desayunaba en el absoluto silencio de todas las mañanas, no podía dejar de preguntarse por qué Dios había sido tan misericordioso con ella…

-Bueno, ya me voy-dijo levantándose y tomando su mochila

-Yo también quiero ir al colegio como kadidja-dijo Laila

Este comentario acalló las pocas palabras dichas hasta el momento

-Pero Laila...-empezó a decir Naela

-No es mala idea-dijo Kadidja-De esa forma podría aprender muchas cosas, hasta cocina , sabían que en las escuelas Japonesas enseñan cocina?

-No, pero de todas formas no creo que Baba te lo permita Laila-Dijo Naela con tono firme- Ya sabes lo que piensa él del el método de enseñanza actual.

-y por qué no?-preguntó Abdul Khada quien recién entraba en el cuarto-Siempre me hacen parecer el malo de la película, yo no tengo ningún problema en que Kadidja vaya al colegio, y no lo tengo con ninguna de mis hijas, ya que creo que es bueno que la mujer estudie, lo que pasa es que nunca ninguna de ustedes, excepto Kadidja , se interesó por hacerlo, pero si Laila quiere hacerlo, yo no se lo impediré.

-Gracias Baba!-dijo Laila mientras abrazaba a Abdul Khada

-Entonces está decidido, mañana Kadidja se encargará de anotar a Laila en el colegio, y a partir del lunes las dos comenzaran a asistir al establecimiento juntas, según tengo entendido, la primaria y secundaria quedan una al lado de la otra, no es así?

Kadidja sólo asintió y se encaminó hacia el colegio, sin dejar de pensar en la noche anterior, aún no podía entender qué le había sucedido, pero gracias a Dios ya había vuelto a la normalidad...pero el problema era que una duda la carcomía desde lo sucedido, en esos segundos durante los cuales perdió la razón, la había perdido realmente, o sólo era que la cordura estaba volviendo a su mente por primera vez en su vida?

Igualmente eso ya no importaba, ya estaba nuevamente en sus cabales, y nunca volvería sucumbir a la extrema necesidad de romper las reglas…

O al menos esperaba tener la suficiente cordura como para no hacerlo…

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-Y ahora… se puede saber qué es lo que te sucede Mei- Ling?- Preguntó Xiao-Lang, quien era arrastrado por toda la pista de baile.

-Nada-contestó escuetamente, mientras se plantaba dispuesta a bailar en un lugar.

Xiao Lang estaba por expresar un comentario sarcástico, cuando sintió que su cuerpo chocaba contra el de una joven… Rápidamente la tomó por el brazo para evitar que se cayera, pero recién pudo fijar la vista en ella, cuando ambos se hubieron estabilizado…. Lo que vio lo dejó estático, esa joven tenia un gran parecido con Sakura… esos ojos… eran los mismos… estaba apunto de preguntarle su nombre, cuando su celular sonó, interrumpiendo el momento. Sin quererlo del todo, se dio media vuelta, y allí observó que su prima la miraba con la boca abierta.

Él le contestó con un gesto huraño, mientras la tomaba del brazo, para salir con ella junto al balcón y poder escuchar lo que le decía la persona del otro lado de la línea.

-Bueno, lamento informarte que tu noche mágica se termina aquí- Le dijo a su prima una vez que cortó la comunicación

-Por que?-Expresó con la cara de un cachorro mojado.

-Porque mi madre ha llegado de su viaje y me necesita a su lado, y no pienso dejarte sola aquí.

Su prima lo miró como si fuera el ser más injusto sobre la faz de la tierra, pero aún así lo siguió fuera del lugar

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-Tomoyo podemos irnos ya?

La joven que respondía a ese nombre miró apenada a su amiga.

-Si , supongo que ya no tiene sentido que estemos aquí.

-Qué dijiste?

-Nada, nada

Sakura aún no podía quitarse de la mente la imagen de ese joven con quien se había encontrado hacía tan sólo unos minutos… era tan parecido a Shaoran que daba miedo!… pero bueno, al menos no lo era… suponía…

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A la mañana siguiente decidieron pasear un poco por el centro, compraron todo tipo de cosas y recuerdos para sus familiares y amigos, almorzaron en un pequeño café que había en una esquina, y siguieron disfrutando de la ciudad hasta que se hizo la hora de ir a la modista

En la puerta del lugar, las estaba aguardando un joven muy apuesto de unos 16 años y al cual ellas conocían desde los once.

-ERIOL!-dijo Sakura mientras corría a darle un abrazo

-Hola Sakura, cómo estas tanto tiempo?-dijo alegremente el muchacho

-Bien, que sorpresa verte aquí-dijo la joven, separándose.

-Bueno, lo que pasa es que andaba por la ciudad haciendo unos negocios , y hace unos días hablé con Tomoyo y me contó que iban a venir a hacer no sé qué cosa con tu vestido, así que se me ocurrió venir a visitarlas, después de todo hace cuanto, tres meses que no nos vemos?

Sakura asintió

-Bueno, por qué no vamos entrando-dijo Tomoyo mirando el reloj y señalando la entrada, por la cual estaba pasando Sakura

Eriol y Tomoyo se guiñaron un ojo al mismo tiempo.

Dentro del local, los recibió un agradable aroma a flores. Aparentemente no había nadie, pero en cuanto pusieron los pies dentro una mujer de mediana edad y estatura; con el cabello de color negro recogido en un elegante moño sobre la nuca, su vestimenta era muy extravagante, pero fina y delicada. Esta corrió a recibirlos.

-Tomoyo, chèrie cómo has estado-exclamó la mujer con marcado acento francés, era una mujer de mediana estatura

-Muy bien, gracias, y usted Madam Lanet?

-OH, de maravilla ahora que te veo de nuevo...y haber quién es la que cumple años?

Sakura, un poco indecisa dijo,

-Soy yo

-OHHH, eres preciosa, como una princesa en un cuento de hadas, tengo el vestido justo para ti, ve pasando hacia el vestidor-dijo mientras iba a buscar el vestido en la parte de atrás de la tienda.

Sakura lanzó una mirada de desesperación dirigida a Tomoyo , la cual sonrió y le hizo una seña para que ingresara al vestidor.

-Mira que estas loca Tomoyo-dijo Eriol, una vez que estuvieron solos

-El muerto se asusta del degollado-dijo ella por toda contestación.

En ese momento, Madam Lanet regresó con el vestido de Sakura en las manos

-OH, por Dios es precioso, Madam!

-Si, realmente me inspiré en este vestido-Dijo mostrando un vestido rosa pálido que dejaba los hombros al descubierto y estaba sostenido tan sólo por dos pequeñas tiras por debajo de los hombros, se notaba que era ajustado al cuerpo hasta la cadera; debido al corsé; donde luego caía suelto y liso hasta el suelo.

-Ten Sakura, sal cuando estés lista-dijo Madam Lanet, pasándole el vestido por sobre la puerta del vestidor

-Madam, tienes preparado lo que te pedí por teléfono?-susurró Tomoyo

-Eh, si por supuesto, alguna vez te he fallado?-dijo sonriente

-No, pero tal vez algo ha surgido

-Pues no ha surgido nada, todo está justo como debe ser

-Permiso-Dijo Sakura tímidamente, mientras salía del vestidor

En cuanto ella ingresó, todos guardaron silencio.

-Sakura, estas hermosa!-casi gritó Tomoyo

-Nunca en mi vida he visto las cualidades innatas que tiene esta chica-exclamó Madam Lanet

Eriol aplaudía

(Pueden imaginarse el cuadro, no es así?)

-Ahora, ven súbete aquí-Dijo señalando la vidriera que daba a la calle

-Pa...para qué?-preguntó Sakura, no le gustaba ni medio la idea de que la viera medio Hong Kong exhibirse como una muñeca

-Porque yo siempre trabajo con mis clientes ahí, de esa forma, mis clientes pueden apreciar mi trabajo, súbete-dijo Madam Lanet sonriente

-De...de acuerdo-dijo algo indecisa

Después de eso todo sucedió muy rápido, Madam Lanet empezó a tomarle las medidas que sobraban y las que faltaban, y a ajustar el vestido a su cuerpo con alfilere.

Todo iba bien, hasta que escuchó la risa de Tomoyo, y de reojo vio que Eriol movía las manos como saludando a alguien, no tenía ni la más remota idea de lo que estaba sucediendo, pero una cosa era segura, la respuesta estaba en la calle...

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Shaoran caminaba distraído por las calles de Hong Kong, aún tenía 15 minutos hasta que se hiciera la hora en que debía encontrarse con Eriol, así que podía tomarse todo el tiempo que quisiera en recorrer esas cinco cuadras que lo separaban de su punto de encuentro, de una parte de su pasado, parte con la cual no estaba muy seguro de querer volver a reencontrarse.

Pero bueno, quisiera o no tendría que hacerlo, ya era demasiado tarde para echarse atrás.

Además él era un Li, no había que acobardarse ante nada ni nadie. Estaba recapacitando en el significado de esa frase cuando giró en la esquina, y vio lo único que era capaz de asustarlo hasta los huesos.

En la vidriera de la modista más famosa de Hong Kong, se encontraba la chica que se había tropezado con el la noche anterior; pero ahora que la veía con mayor claridad debido a la abundante luz. Podía observar que ya la conocía…

Pero la razón se impuso entre medio de tantas emociones, eso no tenía sentido… qué haría Sakura allí, de querer comprarse un vestido lo haría en su país (como se ve que no conoce a Tomoyo )…

Trataba de convencerse a si mismo de que sus ojos no veían lo que en realidad si estaban viendo, cuando observó que detrás de la joven algo se movía, al fijar la atención en ese punto específico, pudo divisar a Eriol saludandolo…

No cabía duda ahora… esa chica... Era Sakura... Y el no podía evitar sentirse aterrorizado…

Continuará….

Notas de la autora secuestrada:

Holis! Bueno, a pesar de que trate por todos los medios posibles de que no me sucediera esto, tarde mas de lo que me hubiera gustado, pero justo este capítulo se me interpuso entre el fin de curso (y con eso el fin de TODOS los cursos que hago) así que no me quedaba mucho tiempo libre para escribir, además del hecho de que tengo que hacerlo en la casa de mi primo, porque hasta que me compren la compu pueden pasar siglos…. Pero hay una buena noticia! Ahora que ya terminé las clases, voy a poder escribir todos los días, y así actualizar más rápido, además… este capitulo es largísimo de modo que no se pueden quejar, tienen para entretenerse hasta que vuelvan… Ahora, pensaba establecer un tiempo de actualizacion… estilo, más o menos cada dos o tres semanas (tengan en cuenta que tengo tres fics y que si me dedico a uno, l otro se me atrasa terriblemente)… De modo que espero no demorar demasiado en subir el cuarto… Pero… prometo hacer mi máximo esfuerzo para subirlo dentro de dos semanas, si el número de reviews me sorprende (que chantajeadora que soy, jejeje) así que… espero verlos prontito!

Hasta dentro de poco!

Byes!

Nadeshiko!

Si necesitan algo, quejas, acotaciones, opiniones y demás… mi mail esta en mi bio!

Byes!

Nadeshiko- Luna.

Especiales gracias a Mizuho, Flavita, Sigma-Artemisa Y LMUndine

Aquí viene el adelanto para el siguiente capitulo:

Encuentros que rompen las barreras del tiempo y el espacio, de lo permitido y lo no permitido

Personas que llegan desde lugares lejanos para prevenir...

Y una gran fiesta que pesa más de 200 toneladas sobre los hombros de la pobre Sakura