Capítulo 3
gracias por los reviews...y perdonen es que estoy con poco tiempo!chausssss besos!
Le hacía el amor a su mujer y simplemente no podía dejar el hábito...se escabullía de las sábanas de la cama que compartían para encerrarse en la oficina de su casa y fumar en lo que la calma de la soledad le permitía. Pensar si quiera que podía haber algo de amor en esa tortuosa escena de sexo furioso, más placentero para su esposa que para un hombre como él, habituado a la rutina...era un sencillo acto de descaro...pero qué otra cosa podía ocurrírsele para no dañarse más de lo que el patetismo de su vida lo hacía...una mentira piadosa como solía llamársela a aquellas falsedades que proponen lo que se suponen buenas intenciones, pero más que nada evitar sufrimiento a las personas que las profieren o a las que las escuchan...y aún así tan lejos de la verdad no estaba porque él sí le hacía el amor, pensando que quizás no era su culpa tener por marido a un hombre que no la quería...que en realidad había sido arrastrado hacia ella por razones que siempre recordaba pero más aún quería olvidar.
Nunca había sido caratulado un fumador compulsivo, y aunque esa última semana lo hiciera con más frecuencia, casi siempre respondía a hábitos más que a deseos...y es que hasta su cuerpo se había acostumbrado a ciertas atenciones durante ciertos horarios y ciertos días...y...él...pretendiendo saciar la necesidad del tabaco que anunciaban sus dolores de cabeza, compraba sin piedad al menos una cajetilla por día.
Se recostó sobre la silla giratoria de cuero negro situada frente a una flamante computadora portátil y encendió la pequeña lamparita encargada de alumbrar el escritorio que ocupaba gran parte de la habitación. Sabía sus razones para estar allí cada vez que lo hacía...no podían ser otras cosa que su periódica catarsis espiritual en la cual sus regresiones al pasado en realidad funcionaban más como un suplicio que como un alivio...pero qué más daba...una vez allí adentro, salir se le hacía difícil y sobre todo fatigante después de una noche tan activa. En su soledad compartía recuerdos con la oscuridad...sudaba una bata recién tomada antes de salir de su recámara entre sueños que parecían reales...mientras no apartaba un segundo su boca lo que sabía era lo único que lo mantenía consciente...y por fin luego de una sucesión de imágenes difusas e inconexas caía en un profundo sueño que a penas duraba unas horas hasta la madrugada...momento en el cual regresaba a su cama y compartía las últimas horas con su esposa antes de irse al trabajo.
Sintió su mente flotar nuevamente, estirándose levemente hacia atrás sobre la silla...y así repetía la secuencia de voces impregnadas en su cabeza...risas...crueles insultos...gritos...tantos recuerdos que ya no conseguían afectarlo porque ahora sólo consistían como tantas otras cosas, otra parte de su rutina...tal vez la única que, sin darse cuenta, le daba una identidad y sentido a su vida...una respuesta a su desgracia.
Estuvo a punto de llorar, pero sus lágrimas se opacaron al contacto con el espeso humo que revoloteaba en el ambiente lúgubre...sus ojos casi automáticos detuvieron ese caudaloso mar que se aproximaba, causaba estragos en sus ojos y después se iba sin si quiera mostrarse...nunca lo liberaba y por eso seguía allí, molestándolo...él lo sabía pero no podía hacer nada al respecto...
Regresó a su cuarto una vez acabado el ritual...después de que el sabor amargo del cigarrillo aplacara los recuerdos aún latentes...
En puntas de pie, todas las mañanas desaparecía de su departamento...inquieto por la única posibilidad que tenía de escapar sin ser oído por su esposa... y la única oportunidad de no tener forzar completamente una sonrisa frente a sus amigos, pues aún lograba que fuera meramente genuina. No esperaba detenerse a tomar el desayuno, en ocasiones lo hacía pero por lo general casi siempre su intuición decidía por él y esa mañana no estaba seguro de poder hacerlo. Se vistió con cautela en su cuarto, una hermosa habitación que sobresalía más por su orden y limpieza que por su decoración algo opaca...el sol aún no mostraba sus virtudes a través de la ventana, el hosco invierno probablemente hiciera de su aparición una fugaz visita acompañaba más de luces que de calor. Optó por una camisa de algodón, de un rosa pálido, una corbata azul y unos pantalones de vestir del mismo color. El baño suponía uno minutos de retraso, pero obviar ese paso le traería problemas en el trabajo pues el traía el sueño a cuestas sobre su ojerosa mirada...echó agua a su cara, despejando las huellas de una noche insoportable y antes de que pudiera retirarse sin más preámbulos, se descubrió observando hipnotizado, una hoja de afeitar oculta tras cosméticos de belleza...entonces, la separó de los objeto que la rodeaban, la tomó entre dedos que a penas y aguantaban el peso de ésta en un ligero agarre y como si de un detonador de sus recientes memorias se tratase...creyó oír con claridad los gritos de anoche...
Mejor que te apures Mu!...estoy perdiendo la paciencia!...ya tardaste bastante con el tiempo que te tomó llegar hasta acá y tengo que esperar una eternidad para que decidas traerme el maldito plato de comida!
-Perdona Asako...yo no quería incomodarte...acá te traigo la comida-acercó la bandeja hasta la cama y luego de estirar las pequeñas patas, la colocó por sobre las piernas de la mujer, cerca de su pecho, para que pudiera alcanzar el plato de sopa-te traje agua también...espero que te guste la sopa...
Asako lo miró seria, recelosa del hondo plato humeante que tenía por cena esa noche. Sumergió la cuchara en un gesto vacilante para después acercarla a sus labios tímidamente en una efímera degustación de la sopa. Su reacción fue más que evidente al alzar el rostro en dirección al pelimorado quién aún permanecía firme frente a la cama, aguardando su respuesta. Al notar la más que conocida expresión de su esposa, se apartó instintivamente unos pasos hacia atrás, temiendo por sus posibles injurias y demás.
-Estas tratando de envenenarme maldito desgraciado...-atacó la rubia con su voz desgastada por la enfermedad-...estás tratando de matarme desgraciado!
-No...yo...perdona...yo...no quería...
-Cállate!eres un incompetente!eres una desgracia de marido!no sabes hacer nada bien!te pensás que no me doy cuenta de lo que estás tramando?que me trago toda tu supuesta bondad y dedicación?-levantó el plato ente sus manos.
-No Asako por favor...te juro que lo hago de nuevo...por favor Asako...perdón...
Suplicó los minutos en que la cólera de su esposa era contenida en el recipiente caliente que sostenía, aún sabiendo que nada de lo que hiciera podría tener sentido para ella...y así, como había imaginado que sucedería, la sopa calló al suelo y a continuación el recipiente de porcelana fue a dar contra la pared, cerca del lugar en donde él se encontraba de pie.
Por supuesto que él tuvo que encargarse de arreglar el desorden y cocinar nuevamente para su esposa...
Sus muñecas rozaban prácticamente el filo, acariciando suavemente la piel nívea que pensaba teñir de rojo...su reloj de mano girado hacia el revés de ésta le indicaba la hora...6:30hs...estaba atrasado...no habría tiempo para eso por lo menos hasta que sus memorias lo pudieran atacar nuevamente en un momento propicio. Salió del baño recogiendo el saco que acompañaba un maletín negro sobre silla y dejó el departamento temiendo que su desesperación pudiera romper su promesa a Shaka.
Había salido de su oficina, recién llegado de almorzar con sus compañeros se fue directo al baño...todavía impresa en su mente la falsa jovialidad del pelimorado...tan bien lo conocía...preparó su entrada cuidando de no ser observado al hacerlo y después de aguardar durantes unos minutos que el silencio del pasillo confirmara su pase, entró...un ruido extraño oyéndose detrás de una de las puertas.
ahhhh...ahhhhh...
Shaka abrió los ojos sorprendido y calló un grito con su mano. Era eso lo que creía que era?Acaso...?pero cómo es que podían...?en el baño...?Estaba dispuesto a descubrir a los causantes del alboroto y advertirles del peligro que corrían si continuaban en esa situación...no era fácil distinguir sus respiraciones y gemidos entrecortados y disimular que nada sucedía en la habitación...y si la persona adecuada se enteraba de aquello, estarían perdidos...pero algo lo detuvo...
ahhh Milo...más rápido...
Shhhh...
ahhh ahhh...
Su corazón se agitó de repente y el calor inundó su cuerpo en una braza caliente y sofocante. Se tapó la boca con urgencia desconfiando de sus emociones y permaneció escuchando las respiraciones entrecortadas que se calaban en sus oídos excitándolo...excitándolo?...eso no podía ser...él...no...eso era algo que había olvidado... Se retiró del baño torpemente hacia su oficina, delatando su presencia a los amantes que al instante detuvieron sus movimientos.
Shaka qué te pasa?...estás sudando...
Mu...Mu qué hacés ac�?
