Capítulo 4
Un fuerte portazo anunció que por fin estaba solo...había esquivado como su torpeza le permitía a su amigo pelimorado para después huir despavorido dejando atrás los gritos de un suplicante oficinista que lo llamaba preocupado a gritos. Pero no podía escucharlos...su mente estaba demasiado lejos del débil alcance de la suave voz de Mu...y tampoco quería...lo único que deseaba ahora era la confortable tranquilidad de su oficina y la soledad que le prodigaba uno de los lugares en los que podía ocultar sus más profundos secretos. Se dejó caer pesadamente al suelo, resbalando su cuerpo por la corrugada superficie de la puerta...acercó sus rodillas al pecho...si no fuera porque sus ojos no se habían despegado todavía de los residuos de la noche o por la leve comezón que a veces instalaba el tabaco entre sus párpados...juraría que estaba a punto de llorar...pero por qué tenía que ser en ese momento?por qué cuando Mu podía descubrir en el abrir de una puerta su estado deplorable y con éste...la ruina de una vida falsa e hipócrita?...no podía cerrar la puerta con seguro, era fácil sospechar después de haber dado semejante espectáculo en el pasillo...tenía que calmarse, esa era la única opción...encontrar un maldito cigarrillo y calmarse...
Se levantó con un dudoso equilibrio, apoyando una mano en la madera blanca que aún lo sostenía...su visión bloqueada por un llanto que no se haría esperar mucho...se acercó al escritorio buscando entre sus cajones lo que podía ser la solución al problema...sólo necesitaba uno...un cigarrillo y con eso bastaría para agregar tiempo a su reloj, despistar a Mu con alguna explicación meramente creíble y quizás llorar después si se hacía demasiado inevitable...
Dónde está la maldita cajetilla...en dónde está la puta cajetilla!
Cuando desesperación se hizo inaguantable no le quedó otra forma de enfrentarla que tirando todo objeto que encontraba al paso de su mano...así comenzaron a volar hacia el suelo alfombrado lapiceras, documentos, caramelos, sellos, encendedores de diversos colores...hasta que sus tres cajones quedaron completamente vacíos. El rubio se tomó la cabeza apretando sus finas hebras entre sus dedos...una mueca de dolor en sus labios, ese era el primer paso hacia la caída...lo siguiente sería un lagrimeo desgarrador hasta que lastimeros gemidos fueran lo único que saliera de su boca...no podía permitir que eso sucediera...no...él no podía...aspiró profundo intentando regular su respiración...tal vez...tal vez si intentaba con otra cosa...una idea cruzó su mente y fue directo hasta un pequeño armario en el que encerraba tras una llave objetos de importancia(aunque no fuera de un valor necesariamente monetario)...tiró la llave en varias ocasiones antes de atinar la cerradura...sus manos temblaban y el incesante sudor que recorría su cuerpo hacía casi imposible una estabilidad al tacto con los objetos que tomaba. Giró la llave y se encontró con un manojo de pequeñas cajas apiladas, a penas recordaba que contenían...las quitó teniendo mayor cuidado que con los objetos de sus cajones, no podía dejar que su irracionalidad actuara incluso en contra de sus propios deseos(aunque en realidad sabía que era todo lo contrario)...acercó la mano al rincón más oscuro del mueble y sacó con sumo cuidado una pequeña botellita de vidrio del tamaño de una que en condiciones normales tendría whisky por contenido...
ahí estás...
Sonrío en una mueca que más que alegría denotaba un cierto dejo de locura, anticipando el efecto del líquido en sus venas...todavía recordaba la rapidez con la que la última vez que había sido inducido a ingerirlo todo se calmó de repente...su cuerpo ya no temblaba...sus menos ya no sudaban...y lo mejor...a penas procesaba ideas en su cerebro... lo que no conseguía recordar con claridad eran los ingredientes aunque si su color ligeramente turbio y su olor ligeramente incitante ...una de las mejores ocurrencias que había tenido jamás...una mixtura de pastillas coloridas que habían dado por resultado una bebida amarga pero dulce en su interior...navegando por los torrentes de su sangre...apaciguando los trastornos de su corazón corrompido.
Acercó el recipiente a lo que su ahora acortada visión le permitía instigar...y la botella cayó sobre sus piernas casi sin provocar dolor...liviana por su desolado interior...
No!...NOOOO...
No había nada...ni una miserable gota capaz de mitigar su pena...nada con que mojar aunque fuera sus labios y procurar así un leve entumecimiento y por más efímero que fuera...un bálsamo de tranquilidad que necesitaba. Apretó la botella con fuerza, proyectando un blanco sobre la pálida puerta...reventaría el maldito vidrio contra ella...y si eso no lo calmaba siempre podía encontrar algo más para romper...levantó el brazo con un lanzamiento premeditado...monopolizando lo que quedaba de sus fuerzas para poder dar el impulso que pudiera hacer chocar el vidrio contra la madera...para hacer trizas el silencio de la oficina...ver como caían después del estruendoso sonido los pedazos transparentes sobre el suelo...pero le tomó demasiado tiempo hacer todo aquello...tanto que antes de que pudiera arrojar la botella, su blanco ya no estaba sino que Mu lo reemplazaba en la entrada...
Sha...Shaka...qué?
ALÉJATE!….VETE DE AQUÍ!...
Pero qué te pasa?por qué...qué pasó?
TE DIJE QUE FUERAS!
El rubio se acurrucó en el pequeño armario, tratando de darle la espalda a su amigo lo más que podía...estaba a punto de llorar y verlo allí...dispuesto a ayudarlo, preocupado por su bienestar...acercándose lentamente aunque su expresión asustada parecía no querer hacerlo...le daban más razones para hacerlo. En el fondo eso era lo que había querido siempre, alguien a su lado a quien pudiera hablar de su vida, de sus problemas, de sus intrigas, de sus confusiones...aquella persona de la cual podía esperar no siempre una respuesta a todas sus dudas pero sí un oído a sus preocupaciones...pero nada significaban en ese momento sus deseos sino quitar un ladrillo de una muralla a punto de resquebrajarse...valía la pena arriesgar toda una vida por más falsa, inocua y ajena que fuera?...tenía que haber otra salida pero el pelimorado acercándose no le dejaba muchas opciones...
Qué es lo que tienes?...estás enfermo?...qué te pasa Shaka?
Aturdido de haberlo encontrado en esas condiciones, Mu se dispuso a aproximarse con sutileza hacia el contraído cuerpo. Notó una botella en una de sus manos, probablemente vacía pues estaba abierta, el pico sobre la alfombra...habría tomado de ella?...su escasa experiencia no le permitía reconocer marcas o tipos pero dedujo que se trataba de una fuerte bebida alcohólica...Vodka o Whisky quizás... el cuerpo de Shaka tiritaba y aunque no pudiera verlo de cerca estaba seguro de que había estado llorando o estaba a punto de hacerlo...tal vez eso era lo que más sorpresa le daba, encontrar a la persona a la que jamás había ocultado sus más bajos sentimientos...esos que lo llevaban a cometer maldades contra su cuerpo, de la misma forma en la que él siempre había terminado...agazapado en un rincón intentando convencerse de que su debilidad sólo mostraba una faceta suya que nadie estaba interesado en conocer...porque no había nadie realmente que lo entendiera...porque no había nadie que pudiera hacer nada por él...
Mu...enséñame...enséñame cómo haces para quitarte el dolor...cómo haces para reemplazarlo por uno que...duela menos...
Pero qué estás diciendo Shaka!
Se arrodilló hasta donde su compañero descansaba su cuerpo en una posición que no satisfacía su comodidad sino su cansancio...sujetó su barbilla obligándolo a mirarlo a los ojos y comprendió que aunque no había lágrimas en ellos no habían estado exentos de llorar...pues probablemente ya lo habían hecho, no algunas veces sino muchas...se preguntó si alguna vez había conocido realmente a la persona que ahora ocupaba su mente, turbando su conciencia por momentos...pues nadie podía alcanzar un estado semejante sino había soportado un destino que lo arrastrara a ello...acaso era tan insoportable su dolor que no había otra forma de contenerlo?...cómo un hombre tan considerado y recto como él podía pedirle semejante favor a alguien que aún se recuperaba de los vicios...de las secuelas que pagaba por suplir un dolor por otro en vez de matarlo por completo...
Cómo puedes pedirme eso?...cómo puedes pedirme lo que tu mismo me dijiste que estaba mal hacer?...no lo entiendes..?una vez que entras no puedes salir por tu propia voluntad!y yo no podré ayudarte Shaka porque si tu entras yo no podré salir tampoco!...
Tú no comprendes Mu...yo...no...no puedo soportarlo...
Sí puedes!Sí puedes!...yo quiero ayudarte Shaka...por favor...dime qué te pasa?por qué estás así?
...-
Respóndeme Shaka!por qué dices que no puedo ayudarte?por qué?
Por esto...
Dicho esto, su rostro fue impulsado hacia el del rubio por una súbita fuerza arraigada en sus marmóreas mejillas hasta toparse con labios ajenos que lo aguardaban en una expectante abertura, recibiendo los suyos con ardiente deseo...Mu intentó apartarse hacia atrás un poco o desviar sus labios hacia otro lado pero la presión que el rubio ejercía sobre él era tal que no pudo evitar que este lo besara...un pequeño grito escapó de su boca mientras sus manos golpeaban con inútil torpeza el cuerpo del empresario...hasta súbitamente la presión cedió y en su parálisis observó cómo el joven rubio caía desmayado sobre su regazo...llevó sus labios recordando el breve contacto de hacía un momento y permaneció allí hasta que por fin decidió llevarlo a la enfermería.
