Capítulo 2. El pasado regresa.

Yuri no podía concentrarse. Seguía pensando en el extraño mensaje que le había dado el niño…

"El final está cerca. Tu final está cerca…".

No, no podía ser posible… Aunque en el fondo, Yuri sabía que tarde o temprano esto le pasaría. Había violado las reglas y tendría que pagar por eso…

¿Estás bien?.- le preguntó Helen, cirujana y compañera de trabajo de Yuri.- Te noto algo tensa.

Claro que estoy bien.- Yuri trató de sonreír.- Es solo que no dormí bien anoche.

¿Y eso?

Por el caso del niño maltratado. Me preocupa que su padre vuelva a lastimarlo.

No podemos hacer nada en estos casos y lo sabes.- suspiró Helen.- Ya no te preocupes.

Claro, a Yuri no le preocupaba tanto el niño como su mensaje fatídico. Yuri intentó distraerse en su trabajo como cardióloga pediatra. Era curioso cómo era que había llegado a esa especialidad, cuando se casó con Genzo y se fue a vivir con él a Hamburgo decidió estudiar pediatría, pero en el hospital se dieron cuenta de los enormes conocimientos que ella tenía en cardiología (no por nada había sido la residente principal de la Dra. Toledo en España) y le ofrecieron la subespecialidad de cardiología pediátrica. Al principio, Yuri se resistía a hacer cardiología, pues le traía muy malos recuerdos de una vida que ella quería olvidar, pero pronto se dio cuenta de que podría ser más útil como cardióloga pediatra que como pediatra sola, así que aceptó. Genzo, como era de esperarse, la apoyó en todo y cuando le ofrecieron a Yuri una plaza en el prestigioso hospital de Munich ambos cambiaron su residencia a esa ciudad, ya que de todas maneras a Genzo le habían ofrecido un contrato en el Bayern Munich. En aquellas épocas, Yuri pensó que era muy afortunada por haberlo conseguido todo cuando antes no tenía nada…

Sin embargo, algo le decía que eso estaba por cambiar… Yuri miraba a sus compañeros de trabajo y se dio cuenta de que todo lo que ellos sabían sobre Yuri Shiozaki era una mentira… Todos creían que Yuri Shiozaki era una japonesa de padre japonés y madre mexicana que había estudiado medicina en Japón y que había viajado a realizar su especialidad en Cardiología Pediátrica en Alemania, lugar en donde conoció a su actual esposo, Genzo Wakabayashi, y que ambos se habían ido a radicar a Munich a continuar con sus carreras.

Por supuesto, todo era falso…

Iré a ver qué hay en urgencias.- anunció Yuri a Helen.- Pueden necesitarme.

Claro, doctora Incansable.- se burló Helen.- A ver si un día de éstos te tomas un descanso.

Eso era precisamente lo que Yuri no quería, tener un descanso para ponerse a pensar… Porque cada vez que lo hacía llegaba a la misma conclusión: quienquiera que estuviese preguntando por Lily Del Valle sabía que ésta y Yuri Shiozaki eran la misma persona… "¡No, es imposible que alguien lo sepa!", pensaba Yuri. "Borraron todas las pistas… Se hizo todo lo posible…". "Pero no olvides que te estás enfrentando a profesionales. Ellos pueden descubrirlo todo… Además, bien sabías que tarde o temprano esto pasaría… Alguien te descubriría y se acabaría todo… ".

Yuri llegó a la sala de urgencias con la firme intención de pedirle a alguna enfermera que le aplicara un diacepán para tranquilizarse, aunque eso no se hubiese visto bien, así que mejor decidió aguantarse. Además, la sala de urgencias estaba abarrotada, la mayoría de pacientes adultos, pero aun así Yuri decidió quedarse a ayudar. Había muchas suturas pendientes, colocación de yesos, vendajes y demás… Stella le informó que había en la cama cuatro un paciente que se quejaba de mucho dolor en los riñones, que el ultrasonido había reportado que se trataba de una litiasis y que nadie había tenido la piedad de atenderlo.

Yo lo veré.- dijo Yuri.

Gracias, doctora Shiozaki.- sonrió Stella.

Yuri tomó la carpeta del paciente. Se trataba de un hombre de 34 años quien se quejaba de dolor intenso en ambos costados y molestias al orinar, junto con fiebre no cuantificada (changos, ya parece que estoy haciendo una nota médica ¬¬). Los laboratorios reportaban elevación en el recuento de glóbulos blancos y el reporte de ultrasonido revelaba que parecía tener piedras en ambos riñones… "¿Parece que tiene piedras?", pensó Yuri. "¡Qué específico! O se tienen o no se tienen piedras, no queda en "parece"". El señor estaba inclinado sobre una silla de ruedas. Yuri se indignó. Era cierto que la sala de urgencias estaba abarrotada pero aun así, dejar en silla de ruedas a alguien con cólico renoureteral…

Buenos días, señor Savage.- dijo Yuri.- Ya tenemos los resultados de sus estudios y concluimos que tiene piedras en los riñones, que es lo que le está causando ese dolor.

El señor parecía no haber oído. Seguía agachado y Yuri no podía verle la cara.

Dentro de poco lo pasaremos a una camilla y le aplicaremos medicamento.- continuó Yuri, al tiempo que auscultaba su corazón (manías de Cardióloga).- Se sentirá mucho mejor después de eso.

Me sentiré mucho mejor cuando tú vengas conmigo.- dijo el joven, con voz ronca.

¿Cómo dice?.- se sorprendió Yuri, creyendo que no escuchó bien debido al estetoscopio.

Que me sentiré bien cuando vengas conmigo.- el sujeto levantó su rostro y le lanzó a Yuri una sonrisa malévola.

Yuri gritó de la sorpresa y el espanto, pero nadie escuchó su grito en la sala de Urgencias abarrotada con gente que se quejaba a grandes gritos y el sonido de los aparatos. Ella quiso correr, pero el joven la había agarrado por el brazo y la sujetaba con fuerza…

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Genzo Wakabayashi intentaba concentrarse en el entrenamiento, pero no podía. Él no había querido decirle a Yuri que también a él le habían preocupado mucho las llamadas hechas a su casa preguntando por Lily Del Valle. Por supuesto, era algo de temer ya que nadie que perteneciera a su vida actual sabía de la existencia de dicha persona… De manera que, quien preguntaba, era evidentemente alguien que pertenecía al pasado…

"Quizás fue mi padre", pensó Genzo, aunque inmediatamente descartó la idea. "No, no tiene sentido. Si hubiese querido ponerse en contacto conmigo habría preguntado directamente por mí o en todo caso por Yuri… A pesar de sus amenazas, dudo mucho que él se atreviera a exponernos así al preguntar por Lily Del Valle… ".

Genzo seguía tan metido en su cavilaciones que no notó que el entrenamiento ya había concluido y siguió parado frente a su portería.

¡Ey, Wakabayashi!.- gritó Karl Heinz Schneider, su antes rival y ahora compañero de equipo.- ¡No por quedarte ahí parado vas a conseguir detener mis tiros!

Déjame en paz.- gruñó Genzo, molesto.

¿Qué te sucede ahora?.- inquirió Schneider.- ¡No me digas que tienes problemas en casa con ese ángel que tienes por esposa!

Eso es lo que quisieras, ¿no?.- a Genzo no se le olvidaba que en un principio a Karl le había gustado mucho Yuri.

No es para que te enojes.- replicó Karl.- Hace mucho tiempo que me hice a la idea de que Yuri es tu esposa y la respeto como tal.

Cosa rara en ti.- bufó Genzo.

Schneider notó que Genzo en verdad estaba preocupado. Y por la manera en como reaccionó cuando le mencionaron a Yuri, el alemán supo que el problema tenía que ver con ella… Schneider recordó la vez que Genzo regresó a Alemania con Yuri (la explicación que le dieron a él fue que ella se había marchado a España a arreglar unos asuntos), anunciando su próximo matrimonio. A Schneider se le hizo trizas el corazón pero era un buen perdedor, así que les deseó lo mejor del mundo a Yuri y a Genzo e incluso asistió a la boda. Sin embargo, secretamente siguió amando a Yuri y siempre estaba muy al pendiente de todo lo que le ocurría.

¿Le pasa algo malo a Yuri.- preguntó suavemente Schneider.

Nada que no podamos resolver los dos solos.- cortó Genzo.- Gracias.

Schneider entendió la indirecta, pero aun así decidió que no se quedaría con las ganas de averiguar lo que pasaba… Mientras tanto, Genzo se fue a los vestidores. En su casillero encontró su celular y lo revisó, esperando alguna llamada o mensaje, pero sorprendentemente su buzón estaba vacío. Parecía ser que los periodistas habían dejado de molestar… Por un momento, Genzo pensó en llamarle a su padre… Pero entonces, recordó algo…

"Si te casas con esa mujer, no vengas a buscarme si tienes problemas otra vez. Los dejaré en paz, a ambos, tienes mi palabra de que no haré nada para boicotear tu matrimonio pero nunca, jamás, vengas a pedirme ayuda de nuevo… ".

Genzo descartó la idea. Para su padre, él ya no existía…

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"Te espero a la salida del hospital, al final del turno", había dicho el sujeto. "Si no te presentas o le das señas de esto a tu maridito o a la policía, quien lo pagará será tu pequeña hija… ".

Yuri habría dado su vida con tal de que no lastimaran a Jazmín. Ella era su sol, su pequeño milagro… Yuri prometió estar a la hora acordada en el sitio acordado, con tal de que no lastimaran a su hija. El resto del turno Yuri trató de contener las lágrimas de pánico y angustia que luchaba por derramar. Había reconocido al sujeto que fingía estar enfermo de cólico renoureteral. ¡Por supuesto que lo había reconocido, su cara nunca se le olvidaría aunque hubiesen pasado mil años!

Se trataba de uno de los secuaces de Matute. Más específicamente, uno de los dos sujetos que habían querido estrangularla y la habían arrojado al río.

Yuri trató de no caer en el pánico. Ya una vez había escapado de ellos… Sin embargo, en aquella ocasión había contado con el apoyo de la familia de Genzo… Y Yuri sabía que esta vez no sería así…

Un día más que se acaba.- sonrió Helen, satisfecha.

Claro.- murmuró Yuri, con un nudo en la garganta.- ¿Puedo pedirte un favor?

El que quieras, amiga.

Dile a Genzo que… Dile a Genzo que siempre lo voy a amar, y que me perdone por haber roto mi promesa…

¿De qué hablas?.- Helen se asustó un poco con la petición.

Solo díselo, por favor.- respondió Yuri, saliendo rápidamente del cuarto de médicos para evitar que Helen le hiciera más preguntas.

Tomó el atajo que pasaba por la lavandería y no se detuvo hasta llegar a la salida. No había nadie a la vista… El corazón de Yuri latía a mil por hora… Pasaron diez minutos. Cuando Yuri estaba dudando en si debía irse o quedarse, un sujeto llegó por detrás y la sujetó, tapándole la boca.

Muy bien, querida.- dijo el tipo.- Te has portado de lo mejor. Ahora, quiero que me digas una cosita…

Mff.- protestó Yuri, a través de la mano que le tapaba la boca.

No te hagas.- protestó el tipo, descubriendo la boca de Yuri, sin soltarla a ella.- Y no vayas a gritar, que te arrepentirás.

¿Qué es lo que quieres de mí?

Quiero que me digas en dónde dejaste el códex?

¿El qué?.- momentáneamente, Yuri ni recordó.

No te hagas la inocente…

El tipo la golpeó, tirándola al suelo. En medio del dolor que sintió, Yuri recordó algo… Claro que sabía lo que el tipo quería…

¿Para qué lo necesitas?.- preguntó.

No es algo que te importe.- replicó el sujeto.- Dame lo que te pido o tu esposo y tu hija morirán…

Vamos a mi casa.- pidió Yuri, tratando de no sucumbir al pánico.- Ahí te lo daré…

El tipo lo consideró unos momentos.

De acuerdo.- dijo.

El tipo y Yuri subieron a una vagoneta con vidrios polarizados. El sujeto encendió el radio y unas notas fluyeron.

Yuri rezaba y echaba su mente a volar a mil por hora. Trataba de maquinar un plan que la salvara del sujeto y que al mismo tiempo no pusiera en peligro ni a Genzo ni a Jazmín…

De verdad que tienes valor por haber regresado a Alemania después de todo lo que pasó.- comentó el sujeto, mirándola de reojo.- Si yo fuera tú, me hubiese quedado en donde sea que me hubiesen escondido…

Yuri estaba de acuerdo con el tipo en ese momento. Por no quedarse en donde debía, ahora Genzo corría peligro… "Nunca me perdonaré si lo lastiman", pensó ella. "Y mi querida Jaz… Ay, hija, ¿en qué te he metido?".

Laureen está furiosa.- comentó el tipo, de repente.

¿Laureen?.- Yuri no entendió.

La conoces. La hermosa rubia. Mi jefa.

Yuri recordó. El tipo hablaba de "Nikita". Ahora ya tenía un nombre…

Pronto llegaron a la mansión Wakabayashi. Para fortuna o desgracia, tanto Mine como James, el chófer, disfrutaban de su día de descanso. Había sido idea de Genzo de darles descanso a los dos el mismo día para tener un día para ellos solos… Yuri lamentaba eso en esos momentos…

Voy a la recámara, en un segundo vuelvo.- anunció Yuri.

Quieta, preciosa.- negó el tipo.- No intentes nada. Voy contigo.

El códex está ahí…

Entonces iré contigo…

Yuri no quería que ese tipo entrara a su habitación, pero no lo podía evitar. Ella abrió su cómoda y comenzó a buscar una cajita hecha de marfil… Ella no notó que el sujeto la miraba con mucha lujuria…

Siempre he pensado que eres una mujer hermosa.- comentó el sujeto, acercándose a ella.- Fuerte, decidida… Y con un cuerpazo que marea…

¡Aléjese!.- pidió Yuri.- ¡Le daré el códex pero no se me acerque!

El tipo arrojó su pistola a la cama, tomó a Yuri de la cintura y se dejó caer con ella en el colchón. Ella intentaba defenderse, pero el tipo era fuerte.

¿Sabes? Me hubiese gustado haber jugado un poco contigo antes de arrojarte al río, aquella vez.- el tipo sujetó el rostro de Yuri con una mano, al tiempo que comenzaba a acariciarla con la otra.- Lástima que eras entonces la prometida del joven Leo y no podía tocarte… Pero ahora todo será diferente…

¡Suéltame!.- Yuri gritaba, pataleaba.

El tipo ya había comenzado a besarla. Yuri estaba desesperada… De pronto, volteó la mirada y vio muy cerca de ella el arma que el sujeto había arrojado sobre la cama… Quizás, si se esforzaba, podría alcanzarla… Yuri hizo el intento… El tipo siguió en su intento de poseerla, sin conseguirlo… De pronto, Yuri vio su oportunidad y pateó con fuerza al sujeto en la entrepierna. Éste aulló de dolor y la soltó. Yuri se levantó con rapidez y tomó el arma.

¡Quédese en donde está!.- gritó Yuri, apuntando el arma hacia el hombre.

No te atreverías.- dijo el sujeto, con sorna.- No tienes las agallas…

¡No se mueva!

Vamos, nena, solo quiero un poco de tu candela…

¡No me obligue a disparar!

El sujeto se acercó decidido a Yuri. Ésta estaba segura de que, de ser necesario, jalaría del gatillo… Él dio un paso más… Ella soltó el seguro.

Se lo advierto.- murmuró Yuri.- No se acerque más…

Como quieras, nena.- contestó el tipo, acercándose un poco más.

Por toda la casa se escuchó el retumbo de un disparo.

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Genzo sabía que algo había pasado cuando recibió una llamada de la guardería de Jazmín avisándole que la doctora Shiozaki no había ido a recoger a su hija. Después de ir por la pequeña y dejarla en casa de Rina, la ex asistente del doctor Stein, se dirigió al hospital pero le informaron que Yuri había salido a la hora acostumbrada, cosa que él ya se imaginaba… Bueno, en realidad Yuri solo había checado su salida pero nadie la había visto salir del hospital… Después, Genzo llamó a Helena, quien le dio el extraño mensaje que Yuri le había dado antes de marcharse.

¿Dijo algo más?.- inquirió Genzo.- ¿Algo sobre a dónde iría?

No.- negó Helen, apesadumbrada.- Se marchó sin que pudiera preguntarle nada…

La angustia de Genzo crecía cada vez más y llegó al punto límite cuando llegó a su casa y vio varios automóviles negros estacionados a la entrada. Unos hombres uniformados le bloquearon la entrada.

Ésta es mi casa.- gritó Genzo, enojado.- Tengo derecho a entrar.

Lo sentimos, pero no puede.- negó uno de los hombres.- Ésta área ha sido acordonada para investigación.

¿Quiénes son ustedes?

¿Qué pasa?.- habló una mujer joven, de más o menos la misma edad de Lily, morena, ojos color miel, cabello castaño oscuro y rizado largo hasta los hombros, quien también iba uniformada.

Este hombre dice que es su casa…

¡Es mi casa!.- gritó Genzo, harto.- ¿Quiénes son ustedes y qué hacen aquí?

Soy la agente Victoria Kamiya.- la chica le mostró su placa a Genzo.- Trabajo para la INTERPOL.

¿Qué ha pasado aquí?.- preguntó Genzo, una vez más.- Alguien responda, por favor.

¿Usted vive aquí?.- preguntó la detective Kamiya.

Ya les he dicho miles de veces que sí.- bufó Genzo.

Venga conmigo, por favor.- pidió Vicky Kamiya.

Genzo siguió a la detective hasta el interior de la casa. La mujer lo condujo por el lugar hasta llegar a la habitación que él compartía con Yuri. La puerta estaba semicerrada.

Antes de entrar, hay algo que debo decirle.- dijo la detective Kamiya.- Hubo un asesinato…

¿QUÉ?.- a Genzo se le vino el mundo encima.- ¡Dígame que no se trata de mi esposa!

No creo que se trate de su esposa.- Vicky se sorprendió con el comentario.- A menos que haya estado usted casado con un hombre… Y si es así, no lo juzgo…

La detective Kamiya abrió la puerta. Genzo pudo ver entonces que, en el suelo de su habitación, sobre la alfombra que Lily había escogido para decorarla, estaba tumbado un sujeto el cual tenía una herida de bala en el pecho.

Y no había ningún rastro de Yuri…

Notas:

Vicky Kamiya es un personaje creado por Yun.

El diacepán es un medicamento que se usa como antidepresivo, tranquilizante y anticonvulsivo.