Capítulo 5
les agradezco sus post chicas...perdón por no responderlos ahora es que toy medio apuradaXDD muakssss las quiero!
Sipor algo los mataron es por tu culpa...acéptalo...es por ser como eres...
-Yo...yo...no quería que murieran...yo...no lo hice a propósito...
-No pienso cuidarte si eso pone en riesgo mi vida y la de mi familia...así que...o te conviertes en una persona normal de una vez por todas y te olvidas de ese chico...o te las arreglas solo...
-Yo...por favor tío...yo...no fue mi intención...por favor no me pidas eso...no puedo olvidarlo!
-CÁLLATE!...eres un insolente!...después de todo lo que hemos sufrido por la muerte de tus padres...cómo se te ocurre pensar en ese chico!...tú y ese...mocoso...tienen la culpa de todo...ni se te ocurra volver a mencionarlo en mi presencia!
-Perdón...yo...no quise...
-No lo volveré a repetir...si no te quitas de la cabeza a ese chico te quedas en la calle!
Sobre una cómoda de fino roble barnizado, se sucedían las imágenes de una pareja casi idílica en donde un joven rubio de ojos azules y una hermosa muchacha de cabellera azabache sonreían abrazados sobre un paisaje de cascadas cristalinas y montañas infinitas que se extendían sobre el abrazo profundo de una mañana celeste. Mu tomó un portarretrato entre sus manos, acariciando superficialmente el rostro jovial de una persona que creía conocer pero no lo hacía. Recordó vagamente la única vez que había acudido a su casa, en una remota reunión de amigos que a penas tuvo una duración de tres horas y en la que el reloj no había ni siquiera alcanzado la medianoche. No había tenido la oportunidad en ese entonces de inspeccionar con demasiada meticulosidad el espacio circundante y lo que guardaba registrado en su memoria se resumía en un baño grande y lujoso y el living en el que ahora aguardaba que el rubio despertara. Al menos la espera que se había prolongado veinte minutos desde que había llegado a su casa, le permitía filtrar el nerviosismo...de alguna forma no quería estar allí...cualquier cosa que implicara estar fuera de la rutina impuesta por su esposa lo preocupaba...y más aún el extraño comportamiento del empresario momento antes de perder la conciencia...el beso...y esa necesidad de llorar que por razones que aún desconocía, prefería aplacar...y así y todo lo había traído a su departamento junto con Camus y Milo porque se sentía responsable...por haber sido espectador de su decadencia, por haber sido parte de algo oculto, que no daba señales alguna de haber visto vestigios de luz jamás...de alguna forma había quedado involucrado en ellos sin pretenderlo, y en última instancia eran amigos...o ya no lo eran?...tendría Shaka puesto otro interés en él...?... Colocó la fotografía junto a las demás, acomodándola exactamente como la había encontrado...no quería pensar en eso...no había forma de que algo como eso pudiera suceder, ni por él, ni por Shaka...
Tras una gruesa puerta que continuaba el perfecto color beige de las paredes, se oía un teléfono, que con insistencia exigía respuesta a sus llamados de atención. El pelimorado, algo perdido al comienzo entre pasillos de interminables puertas, acudió rápidamente hacia donde el sonido lo guiaba...recordó que habían dejado el celular del rubio sobre una mesa de luz contigua a la cama, cuya exótica música denotaba inmediatamente su presencia. El sonido cesó de repente, justo cuando había conseguido hallar la puerta adecuada y estaba a punto de abrirla.
Qué...qué haces aquí?
Una somnolienta voz surgió desde el otro lado, atravesando lo que era a penas una rendija entre el marco y la puerta. Aún en ese espacio pequeño, se podía divisar con dificultad el matiz genuino de los ojos de Shaka...un celeste indefinido al que sólo a él le había visto. La abertura se hizo más grande dejando al descubierto la figura algo desgreñada, algo desaliñada del rubio, que probablemente había sido despertado por el molesto sonido del celular.
Yo...este...te traje a tu casa por supuesto...qué crees que estoy haciendo aquí?
No lo sé...no recuerdo casi nada...cómo iba a saberlo?
Está bien...no recuerdas nada dices?
Sus labios habían actuado más rápidos que su mente...una pregunta formulada íntegramente en su corazón...por qué quería saberlo?...por qué necesitaba saberlo?ni él mismo estaba seguro de lo que había sucedido...o si Shaka estaba en sus cabales en el momento del beso...todo había pasado tan rápido... El rubio contempló preocupado la expresión algo inquieta algo expectante de Mu... qué esperaba que le dijera?...Tanteó sus pantalones un momento en busca de algún cigarrillo y al no encontrar nada se giró bruscamente en dirección a la mesa de luz, más exactamente al cajón de la misma. El pelimorado esperó exasperado la respuesta, que no llegó hasta que su amigo encontró lo que buscaba... estaba a punto de insistirle o más aún de gritarle alguna grosería absurda cuando una voz algo apagada rompió el silencio con labios ya ocupado por un largo y fino cigarrillo...
...no...
...-
Qué es lo que tendría que recordar...?
...nada...me tengo que ir...
Está bien...gracias por traerme...
No hay problema...
Una patética conversación después de un patético reencuentro, no se podía esperar nada más de un hombre incapaz de abandonar reglas impuestas y otro atado a la suerte de que una trémula navaza no cortara alguna vena de más para morir desangrado...dos personas que no hacían otra cosa que retroceder en vez de avanzar...o en última instancia permanecer estáticos, pero jamás progresar.
Shaka lo acompañó hasta la salida del edificio, pero no se atrevió ni siquiera a despedirlo con un beso en la mejilla...estar demasiado cerca lo asustaba, porque de lo único que podía temer en ese momento era de su propia incompetencia...si había algo que podía mantener un equilibrio en su desequilibrada vida era su voluntad racional, si alguien como Mu se involucraba demasiado en su vida o llegaba a siquiera tener alguna especie de afecto superior que al de sus demás amigos...no sabía que podía ser capaz de hacer...él seguramente no respondería de sus actos...
Aparcó unos metros antes de la puerta de su edificio, según su reloj había llegado diez minutos antes de la hora habitual. Asako seguramente dormía y pasadas las ocho pm, aún seguiría durmiendo por al menos media hora más. Detuvo el motor y se relajó sobre su asiento, contemplando por momentos las calles bañadas en un lúgubre negro y por otro el reflejo de sus ojos en la ventana. Suspiró cansado mientras amoldaba su cuerpo a las formas acolchonadas que lo sostenían...sus brazos acudieron a su cabeza desplegando sus manos sobre la sedosa cabellera morada...si fuera Shaka probablemente buscaría con desesperación un cigarrillo o alguna bebida fuerte...pero no le gustaba fumar, nunca había logrado adoptar el vicio, aunque no estaba absento de tener los propios... se preguntó si el rubio estaría haciendo eso en ese momento...dando pitada tras pitada cuanto podía aguantar sus pulmones o quizás poniendo a prueba si hígado con whisky...habían pasado unas cuantas horas desde que lo había encontrado a la mañana en su oficina...estaba inquieto como nunca lo había visto...como si algo que había visto u oído lo hubiera afectado de alguna manera...y después lo del beso...significaba algo más que una simple reacción a impulsos provocados por droga o alcohol?...realmente podía sentir ese hombre algo de lo que hasta no se había percatado?...y cómo iba a saberlo...?No había persona más correcta que conociera, siempre tan considerado, siempre tan respetuoso...él tampoco había realmente analizado la posibilidad de enamorarse de un hombre, aunque quizás eso no fuera lo más importante porque no creía haber pensado que alguna vez pudiera enamorarse...
Amar a alguien...
Sintió cómo la curiosidad lo invadía de repente y la ansiedad se apoderaba de las llaves de su auto, girándolas, encendiéndolo...apretando el acelerador hacia la casa del rubio...faltaban tres minutos para las ocho...
Apagó el televisor justo cuando oyó el sonido del timbre. No era el usual tintineo de tres campañillas que su esposa le dedicaba para anunciar su llegada y lo que le resultó un tanto extraño porque no era costumbre que retrasara su horario. Aún así lo tenía sin cuidado quien podría ser o qué podría querer...si era su esposa o no, prefería que no lo fuera...incluso la soledad le divertía más que estar junto a ella, traicionando una y otra vez sus sentimientos sin poder hacer nada para evitarlo. Descolgó el auricular inquiriendo con ronca somnolencia el nombre del sujeto.
Sí?
...-
Hola?...
Shaka...soy yo...Mu...-
Mu?...qué haces aquí?
Necesitaba hablar de algo contigo...podrías bajar?
...-
Por favor...-
Está bien...
