Capítulo 7. Una declaración sorprendente.
Si hubo un segundo tirador, entonces Yuri estaría libre de cargos.- comentó Tsubasa.
Es muy probable.- admitió la agente Kamiya.- Pero aun queda una interrogante: ¿Por qué desapareció la doctora Shiozaki?
Obviamente, Victoria Kamiya no sabía nada acerca de la relación que Yuri tenía con la mafia. Y evidentemente, Genzo no iba a ponerla al corriente...
Misterios de la vida, agente Kamiya.- murmuró Genzo.
En todo caso.- la agente Kamiya se encogió de hombros.- Hablaré con mis superiores para informarles de lo que hemos descubierto. Les agradezco mucho su participación.
No hay de qué.- sonrió Kenji.
Y por primera vez, la agente Kamiya le devolvió la sonrisa. Quizás la había impresionado la manera en cómo Kenji había deducido todo. La agente salió de la habitación, al mismo tiempo que comenzaba a hablar con alguien por su radiocomunidador. Kenji, después de pensarlo un poco, salió tras ella. El celular de Misaki comenzó a sonar, avisándole que había recibido un mensaje de texto.
Es Alisse.- informó Misaki.- Quiere saber cómo andan las cosas.
Si quieres, llámale.- sugirió Genzo.- Puedes usar el teléfono de la sala.
Gracias.- asintió Misaki, para después salir de la habitación.
¿Necesitas ayuda?.- preguntó Tsubasa, cuando él y Genzo se quedaron solos. Éste había comenzado a empacar algo de ropa, aprovechando que estaban ahí.
La verdad, preferiría estar solo.- respondió Genzo.
De acuerdo.- aceptó Tsubasa.- Te esperamos abajo.
Tsubasa salió. Genzo se sentó un momento en la cama. Había algo que le faltaba, la habitación le gritaba que aun había una pista oculta sobre el paradero de Yuri... El joven rebuscó entre la ropa y los objetos personales de Yuri, buscando algo que le diera alguna pista sobre su desaparición... Genzo abrió el joyero de su esposa, sin saber muy bien lo que buscaba. Encontró la pequeña cajita de marfil con adornos de piedras de ámbar en donde Yuri guardaba la joya que en esos momentos debía de traer Jazmín... A Genzo siempre le llamó la atención el hecho de que Yuri guardara esa joya en una caja aparte... Él siguió revolviendo entre las joyas, sin encontrar nada. Genzo cerró el joyero, desalentado. Buscó después entre los cajones de ropa íntima, en el enorme clóset repleto de vestidos de fiesta y de faldas, pantalones y blusas, incluso buscó entre el lugar en donde Yuri guardaba sus zapatos... Nada. Ni una sola pista... Genzo volvió a sentarse en la cama. Él estaba seguro de que Yuri le había dejado al menos una pista...
Genzo volvió a pensar. Yuri nunca hubiese dejado su celular ni en las peores circunstancias, más porque era la única manera en como ella podría mantenerse en contacto... Si Yuri se deshizo de su teléfono portátil fue porque entonces ella tenía otra manera de comunicarse... Y de pronto, Genzo lo recordó. Claro, ¿cómo se le pudo haber olvidado? Fue en lo primero en lo que Genzo debió pensar, antes que en cualquier otra cosa...
Genzo abrió rápidamente uno de sus cajones y rebuscó entre las playeras y los conjuntos deportivos hasta encontrar un estuche de cuero. Lo abrió. Dentro se encontraba el pequeño aparato que solo servía para enviar y recibir mensajes de texto. Cinco años atrás, cuando Yuri estaba dispuesta a regresar a México con Leonardo García, Genzo le regaló un aparato igual a ése, para mantenerse en contacto con ella. Gracias a ese aparato, él había podido encontrarla a ella cuando fue secuestrada por Matute...
Genzo intentó encender el aparato, pero ya no tenía batería. Sacó del estuche el cargador y lo conectó a la máquina y después a la corriente, para intentar encenderla de nuevo. Cuando el aparato al fin estuvo en funcionamiento, Genzo esperó algo, lo que fuera, un mensaje cuando menos... Los minutos pasaron y no ocurrió nada...
Pero después, sucedió el milagro. Un pitido constante le anunció a Genzo que había recibido un mensaje de texto.
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La agente Kamiya terminó de hablar con sus superiores. Ella recibió órdenes y cortó la comunicación.
Les agradará saber que hemos decidido esperarnos un poco para girar la orden de arresto en contra de la doctora Yuri Shiozaki.- informó la agente a Kenji.- Vamos a analizar la bala y determinaremos si provino de la pistola de Ganoza o no, aunque ya desde ahora podría decir que no vino de ahí.
Me da gusto escuchar eso.- sonrió Kenji.- Esto le traerá un poco más de tranquilidad a Genzo...
Sí, pobre hombre.- suspiró la agente Kamiya.- No debe ser nada fácil para él el estar pasando por esto... Un hombre joven y exitoso, en la cumbre de su carrera, casado con la cardióloga pediatra más sobresaliente de Alemania... Es curioso, ¿sabes?
¿Qué cosa?
Que Yuri Shiozaki tenga ya dos especialidades, siendo tan joven como es... A estas alturas apenas debería estar terminando una especialidad, no estar ya recibida con dos... He investigado un poco y tengo la impresión de que Yuri Shiozaki no es quien dice ser...
¿Por qué lo dices?.- Kenji esperaba que su voz no se hubiese escuchado demasiado preocupada.
Porque no hemos podido comprobar la identidad de los padres de la doctora Shiozaki.- explicó la agente Kamiya.- Supuestamente, ella es hija única de Masuo Shiozaki, un abogado japonés, y Teresa Téllez, una profesora mexicana, pero no hemos encontrado datos sobre ellos...
Quizás quieran mantener su privacidad.- sugirió Kenji.
No lo creo.- la agente Kamiya hizo un gesto.- Más bien sospecho que la doctora Shiozaki ya era una fugitiva desde antes...
Kenji no contestó. Era más que obvio que tarde que temprano la INTERPOL descubriría el verdadero origen de Yuri, cosa que ponía en peligro toda la vida de Genzo...
Por cierto, agente Kamiya.- Kenji intentó cambiar el tema.- ¿Tiene usted algún nombre de pila?
Sí, Victoria.- respondió la agente Kamiya.- Eso se lo dije el primer día y además, mi identificación lo dice...
Sí, pero no me refería a eso.- sonrió Kenji.- Haré la pregunta de otra manera: ¿tiene usted algún apodo o todos la llaman "agente Kamiya"?
Mis amigos más íntimos me dicen Vicky.- contestó ella.- Pero solo los más íntimos...
¿Y qué hay que hacer para que uno pueda llamarte "Vicky"?
Para empezar, impresionarme en una de mis investigaciones.- sonrió Vicky.
¿De verdad te impresioné?
Claro que lo hiciste.- admitió ella.- Eres bueno en esto. ¿De verdad no eres detective?
No.- negó él.- Solo soy un representante de un grupo de rock...
¿Y tus padres no son policías o algo así?
No. Nada que ver.- Kenji hizo un esfuerzo para no reírse.
¿A qué se dedican, entonces?.- quiso saber Vicky.
Te sorprenderías...
Kenji y Vicky siguieron charlando. En un principio, ella pensó que él era un parrandero desordenado que se acostaba con cualquier chica que le gustaba (bueno...), pero conforme pasaba el tiempo, a Vicky comenzaba a agradarle el joven, aparte de que le parecía muy apuesto, dicho sea de paso...
¿Y tus padres a qué se dedican?.- preguntó Kenji, interesado.
Mi padre es profesor de física en una universidad en París y mi madre es profesora de piano.- explicó Vicky.
¿Eres francesa?.- inquirió Kenji.
Mitad francesa, mitad japonesa.- aclaró Vicky.- Mi padre es un japonés que fue a Francia a hacer una maestría en física, pero conoció a mi madre, francesa de nacimiento, en un recital de piano. Se enamoraron, se casaron, y ambos decidieron quedarse a vivir en París, en donde me tuvieron y me criaron.
Ya veo.- asintió Kenji.
¿Y qué hay de ti?
Pues... Mis padres son japoneses, aunque viven en Londres... .- suspiró Kenji.- Él es... Digamos que un importante empresario. Y ella... Se dedica a ir de fiesta de caridad en fiesta de caridad...
Kenji pensó en qué diría la agente Kamiya, perdón, Vicky, si se enterara de que era hijo de uno de los más importantes miembros de la mafia japonesa...
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¿Entonces encontraron la bala?.- preguntó Alisse, a través de su teléfono.
Ella ya llevaba un buen de tiempo hablando con Taro, ya que éste le había explicado con detalles lo que había sucedido. Sanae estaba sentada a un lado de Alisse, pendiente de cada palabra.
Sí.- dijo Misaki.- La van a analizar y todo eso... Esperamos que con eso liberen a Yuri de culpabilidad alguna. Lo que sí, eso indicaría que hubo un segundo tirador...
Y eso significaría que alguien está ayudando a Yuri.- completó Alisse.
Exactamente...
¿Encontraron alguna pista sobre el paradero de Yuri?
Aun no.- suspiró Taro.- Seguimos en eso... Pronto regresaremos.
Está bien.- asintió Alisse.- Los esperamos.
Ella colgó el teléfono. Sanae la miró ansiosa.
¿Y bien? ¿Saben algo?.- preguntó la japonesa.
Aun no saben en donde está Yuri.- respondió Alisse.- Lo demás no tiene tanta importancia...
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Taro, después de colgar, se fue con Tsubasa al sitio en donde estaban Kenji y la agente Kamiya. Ésta les informó a los otros dos que momentáneamente se cancelaría la orden de arresto girada en contra de Yuri.
¡Qué bien!.- sonrió Tsubasa.- Una noticia buena, al menos.
¿Wakabayashi ya lo sabe?.- inquirió Taro.
Aun no se lo hemos dicho.- negó Kenji.- No ha bajado todavía...
En ese momento, Genzo apareció en la puerta, con una maleta en la mano y una expresión extraña en el rostro.
¿Qué ocurrió?.- preguntó Tsubasa.- ¿Encontraste algo?
Más que eso.- respondió Genzo, con voz ronca.- Sé en dónde está Yuri...
¿De verdad?.- exclamaron Kenji, Vicky, Tsubasa y Taro, al unísono.
¿En dónde está?.- preguntó Tsubasa.
¿Cómo lo supiste?.- inquirió Taro.
¿Te dejó alguna pista.- quiso saber Kenji.
¿No será un engaño?.- cuestionó la agente Kamiya.
Lo sé porque ella me envió un mensaje, a este aparato que tengo en la mano.- explicó Genzo, mostrando el aparato.- Yuri tiene uno igual. Y sé que no es un engaño porque la existencia de estos aparatos solo la conocemos nosotros dos...
¿Y bien? ¿En dónde está?.- preguntó impaciente la agente Kamiya.
Yuri está en España.- explicó Genzo.- Con la doctora Rosalba Toledo, su antigua jefa.
Poco a poco, las piezas comenzaban a encajar...
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En algún lugar de Europa…
La invitada aprieta contra su mano el pequeño aparato que envía y recibe mensajes. El aparato se quedó sin energía y la invitada olvidó llevarse también el cargador, de manera que ahora el aparato es inútil. La mujer quiere saber qué es lo que su invitada ha hecho para ponerse en contacto con las personas que ama. La invitada se lo explica.
Es el mismo aparato que usaste hace cinco años, ¿verdad?.- inquiere la mujer.- El que nos salvó la vida.
El mismo.- sonríe la invitada.
Se hace un silencio momentáneo, el cual es cortado por el titubeo de la invitada...
La culpa es mía.- murmuró ella, un tanto triste.- Debí de haberme dado cuenta antes de que me estaban siguiendo...
No es tu culpa.- negó la mujer.- Tú no sabías que ellos irían nuevamente tras de ti...
Pero me mandaron un aviso.- negó la invitada.- Un día antes de que todo sucediera...
¿Te refieres a las once llamadas hechas preguntando por Lily Del Valle?.- inquirió la mujer.- Bueno, quizás sí era un aviso pero también podía ser que algún reportero hubiese descubierto tu pasado...
No es eso a lo que me refiero.- negó la invitada.- El día previo a mi encuentro con Ganoza, recibí en el hospital a un niño que presentaba quemaduras en el brazo, las cuales formaban un símbolo muy peculiar...
La marca de los Matute.- completó la mujer.
Exactamente. Recuerdo que Leonardo tenía también quemaduras similares.- asintió la invitada.- Me mandaron un aviso previo y no le presté atención... Además, el niño me dijo una frase: "El final está cerca. Tú final está cerca...".
Ya no pienses más en eso.- aconsejó la mujer.- Lo hecho, hecho está.
La invitada asiente, rogando para que los Matute no descubran el códex antes de que ella pueda recuperarlo...
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La agente Kamiya se despide de Kenji, Genzo, Tsubasa y Taro, después de dejarlos en el departamento del primero, diciendo que debe volver al cuartel de la INTERPOL en Alemania. Kenji se decidió a dar un paso hacia delante...
Hasta pronto, agente, Kamiya.- dice él.- ¿O debería de llamarte "Vicky"?
Aun es muy pronto.- niega ella.- Pero no te detengas. Vas por buen camino.
La agente sonríe, antes de arrancar. Kenji sonríe también y los otros tres intercambian sonrisas de complicidad. En el departamento, Sanae y Alisse los reciben, impacientes por conocer las noticias, aunque ya las conocen en parte. Genzo les explica que ha descubierto que Yuri huyó a España, protegida por su antigua jefa.
Entonces la doctora Toledo la ayudó.- comentó Sanae.- Ella la protege.
Así parece.- asintió Genzo.
¿No es un tanto extraño que su antigua jefa la haya ayudado?.- inquirió Alisse.
Ni tanto. Hace cinco años, nosotros la ayudamos a ella.- replicó Genzo.- Quizás ahora quiera devolver el favor...
Quizás...
¿Y bien? ¿Cuál es el siguiente paso?.- quiso saber Sanae.
Iré a España, por mi esposa.- afirmó Genzo.
¿Tú solo?.- inquirió Tsubasa, sorprendido.- No creo que sea prudente.
¿Por qué no?
Porque los Matute andan cazando a Yuri.- Taro habló.- Y es muy probable que, si sales del país, ellos te sigan ya que dejarías al descubierto que vas por tu esposa. Entonces, conducirías a los Matute directamente a donde está Yuri. Y si intentas evitar que ellos la capturen, te quitarán del camino.
Y lo lograrán, ya que no tienes ahora ninguna protección.- completó Kenji.
Además, ¿te dijo Yuri el sitio exacto en donde está?.- preguntó Sanae.
No.- negó Genzo.
Otro problema: España es muy grande. No encontrarás a Yuri sin ayuda.- aclaró Sanae.
Genzo se sentó en el sillón, decaído.
No pensé en todo eso.- suspiró, desalentado.- No sé que voy a hacer ahora... Necesito ayuda, pero no puedo ir a pedírsela a mi padre...
Quizás... .- Alisse habló en ese momento.- Quizás yo te pueda ayudar...
¿Cómo?.- Genzo se sorprendió.
Podría decirle a Enrique Mancera que te ayude un poco... .- respondió Alisse, aun dudosa.
¿Enrique Mancera?.- preguntó Kenji.- ¿Hablas de ese conocido mafioso colombiano?
Del mismo.- asintió Alisse.- Él tiene muchos contactos en España... Podría ayudarnos...
¿Y cómo es que puedes hacer que Enrique Mancera nos ayude?.- inquirió Taro, sin poder creer lo que oía.- No creo que sea tan fácil, ¿o sí?
Yo creo que sí nos ayudará.- contradijo Alisse.- Si yo se lo pido.
¿Por qué habría de hacerlo?.- interrogó Sanae.
Quizás lo haga porque es mi abuelo.- contestó la chilena.
Todos se quedaron con la boca abierta ante esta declaración. ¿Alisse Farfán pariente de Enrique Mancera, uno de los principales cabecillas de la mafia colombiana?
Notas:
Bueno, nada más quisiera comentar una cosa... Sé que hay mucha gente sensible con respecto a la mafia que hay en Colombia. Quiero aclarar que esto que escribo NO es con el afán de insultar o de agredir a nadie, yo no soy de las que creen que los colombianos se caracterizan por esto, ¿ok? Simplemente, meto a la mafia colombiana al igual que la japonesa y la italiana para poder desarrollar la trama.
