Capítulo 11. Reencuentro esperado.
Yuri no presto atención al grupo de hombres que estaban parados afuera de la panadería. O al menos no los tomó en cuenta al principio. En ese pueblo en el que se había refugiado nadie la conocía como Yuri, todos la llamaban por su verdadero nombre: Lily. Por lo tanto, se sorprendió muchísimo cuando alguien la llamó por su nombre japonés...
Yuri.- no era un grito. No era un saludo. Era una plegaria.
Ella voltetó la mirada. Y lo vio. Y su corazón se paralizó...
Genzo.
El había ido por ella, como siempre lo había hecho. El corazón de Yuri siempre guardó la esperanza de que él la localizara, aunque eso implicara el ponerlo en aprietos. Y ahí estaba, tan apuesto, alto y fuerte como ella lo recordaba...
Las mujeres de la fuente miraron a Genzo con sorpresa y desconfianza. Gastón y la panadera salieron de la tienda. Esta vez, ella también llevaba en las manos un arma letal. Manuel y Montessori los miraron a todos con cautela. Ambos mafiosos buscaron instintivamente sus armas. Los pueblerinos sintieron el peligro. Y los mafiosos el miedo...
Solo Genzo y Yuri permanecieron inmunes a estos sentimientos. El mundo se había detenido para ellos. Lentamente, Yuri comenzó a caminar hacia Genzo. Y él hacia ella. cuando se encontraban a pocos metros de distancia, ambos echaron a correr. Yuri se colgó del cuello de su esposo y él la abrazó con todas sus fuerzas. Después, Yuri y Genzo se besaron con todo el amor que ambos se profesaban. Ese abrazo hizo que la tensión que había en el ambiente se disipara por completo.
Vaya que saben ser cursis.- comentó Montessori, relajándose.
Él debe ser su hombre.- murmuró la panadera.
Alisse, Taro, Kenji y Vicky salieron del vehículo. Todos sonreían.
De película.- comentó Vicky.- Nunca había visto una pareja tan apasionada.
Es que no los conocías a ellos.- murmuró Kenji, divertido.- Me dan náuseas. Mi hermano no solía ser así antes de conocerla a ella...
Vicky soltó una risilla. Alisse suspiró.
Bueno, supongo que valió la pena.- dijo ella.
Sé cuánto arriesgaste por esto.- le dijo Taro, abrazándola.
Naaa, está bien.- ella se encogió de hombros.- Mientras más problemas le cause a mi abuelo, mejor.
¿Entonces podré pedirle que me ayude a desaparecer para que cierta agente de la INTERPOL no me arreste por haberla secuestrado?.- preguntó Kenji, con picardía.
Eso solo te funcionará si sales con vida.- gruñó Vicky.- Ni creas que no me voy a cobrar ésta.
Después de un buen rato de besos y arrumacos, Yuri se apoyó en el pecho de Genzo.
¿Qué haces aquí?.- ella casi lloraba.
Vine por ti.- respondió él.- ¿No pensaste que me quedaría de brazos cruzados, o sí?
¡Pero te arriesgaste demasiado!.- protestó ella.- Además no quería que tuvieras problemas con tu padre otra vez...
Mi padre no sabe nada de esto.- replicó Genzo.
¿Qué cosa? ¿Entonces cómo llegaste hasta aquí? ¿Vienes solo?
No. Me ayudaron los secuaces de Enrique Mancera...
¿Hablas del traficante colombiano?
El mismo.
¿Cómo tuviste contacto con él?
Ni me la creerás, pero resultó ser el abuelo de Alisse Farfán...
Yuri se separó de su esposo y lo miró con duda, pensando que bromeaba. Por supuesto, Genzo estaba de lo más serio.
¡Qué pequeño el mundo es!.- canturreó Yuri la cancioncilla que aparece en el "Rey León".
Muy cierto.- sonrió Genzo.- Por cierto, tu pequeña leona se muere sin ti.
Mi pequeña dama.- Yuri sonrió al recordar a su hija.- ¡La extraño tanto! Me hubiese gustado traérmela conmigo, lástima que no podía ser...
Ella está bien. Se quedó en Alemania con Tsubasa y Sanae.
¿Qué hacen Sanae y Tsubasa en Alemania?
Larga historia.- contestó Genzo.- ¿Por qué huiste? ¿Por qué te fuiste sin darme al menos alguna pista?
Yuri bajó la cabeza y se mordió los labios. No quería decirle la verdad a su esposo.
Tengo más secretos de los que crees.- murmuró ella.- El primero de ellos, aunque ya lo sabes, es que los Matute están tras de mí. "Nikita" querrá vengarse de la muerte de Leonardo y de la condena perpetua que le darán a su padre...
Sabíamos que esto podía llegar a pasar.- respondió Genzo.- Pero aun así, al casarnos juramos afrontar juntos lo que pudiera llegar a pasar. Te amo, ¿lo olvidaste?
Es solo que... .- Yuri comenzó a llorar.- Me invadió pánico. No sabía que hacer... Se me presentó la ruta de escape y la tomé...
Está bien, mi amor.- Genzo abrazó a su esposa.- Lo importante es que estamos juntos.
En ese momento, Montessori se acercó a ellos y los interrumpió.
Disculpen, pero creo que estamos llamando demasiado la atención.- les dijo a los amantes, señalando al grupo de chiquillos y mujeres que los observaban.
Vengan.- Yuri sonrió.- Los llevaré con mi jefa.
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Tsubasa recibió un mensaje de texto. Era Misaki, quien le avisaba que al fin habían encontrado a Yuri. La noticia tranquilizó mucho a los Ozhora, aunque no calmó el horrible presentimiento que Sanae cargaba en el corazón.
Jaz, tus papás regresarán pronto.- le anunció Sanae a la niña, a quien inmediatamente se le iluminó el rostro.
¿De verdad?.- la niña casi gritó.- ¡Viva! ¡Mi papi y mi mami regresan!
Se hizo un alboroto general. Hayate, Daibu y Daniel bailaban algo que era muy parecido a un baile indio para convocar la lluvia. Kaoru y Jazmín saltaban y hacían pasos improvisados de baile. Sanae y Tsubasa estaban seguros de que los niños no entendían muy bien el por qué estaban bailando.
¿Cuándo regresarán?.- preguntó Sanae a Tsubasa.
No lo sé.- respondió Tsubasa.- Misaki no me lo dijo.
Espero que regresen pronto.- comentó Sanae.- Me sentiré mejor cuando todos regresen...
¿Qué es lo que te pasa?.- inquirió Tsubasa.- Has estado de lo más extraña y no sé por qué.
Ya te dije que ni yo misma lo sé.- musitó Sanae.- Solo sé que tengo el presentimiento de que algo terrible va a pasar...
Los niños no pudieron dormir sino hasta muy tarde, sobre todo la pequeña Jazmín, quien estaba tan alterada por las noticias de que sus padres volverían que no dejaba de dar vueltas en la cama. Pasada de la medianoche, Sanae y Tsubasa al fin se acostaron. Rato después, a ambos los despertó el llanto persistente de una niña, proveniente del cuarto contiguo.
¿Qué pasa?.- Tsubasa se removió entre sueños.
Alguien llora.- murmuró Sanae.
¿Quién?
Una niña.
¿Jazmín?
Quizás. Iré a ver.- se ofreció Sanae.
La muchacha se levantó, no sin antes ponerse una bata sobre el camisón. Al llegar al cuarto donde las niñas dormían, descubrió que quien lloraba no era Jazmín, sino Kaoru. La niña estaba hecha un ovillo en el suelo, junto a su cama.
¿Qué te pasa, Kaoru?.- preguntó Sanae, en voz baja, tanto para tranquilizar a la niña Misaki como para evitar despertar a Jazmín, quien por fin dormía profundamente.
Quiero a mi mami.- sollozó la niña.- Quiero a mi papi.
Corazón, sabes que ellos están de viaje pero pronto regresarán.- Sanae abrazó a la niña.- ¿Qué es lo que te pasa?
Es que vi a un monstruo entrar a la casa.- dijo la niña, hipando.- Me despertó un ruido en el jardín y me asomé a la ventana y vi que un monstruo entraba a la casa.
De seguro tuviste una pesadilla.- Sanae tranquilizó a la niña.- Fue solo un mal sueño. Ya no llores, pequeña. ¿Quieres un poco de leche caliente?
Kaoru asintió con la cabeza, al tiempo que se tallaba los ojos. Sanae acostó a la niña en la cama y bajó a la cocina en busca de un poco de leche. Encendió la luz, abrió la puerta del refrigerador, sirvió la leche en un vaso, se dio la vuelta...
Y Sanae no pudo evitar soltar un grito.
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Genzo, Yuri, Alisse, Taro, Vicky, Kenji, Montessori y Manuel se encontraban sentados en una sala decorada con sencillez. La apariencia general era de un agradable y acogedor hogar en un pueblito rústico de España. Todos miraban atentamente a la mujer blanca de cabello castaño claro y ojos verdes que los observaba con una mirada impenetrable.
Supongo que no era tan difícil encontrarnos la pista.- comentó la doctora Rosalba Toledo.- Después de todo, no somos profesionales.
Eso es evidente.- comentó Montessori.- Aunque no lo hicieron del todo mal.
Y tampoco podía esperar que este joven.- la doctora Toledo miró a Genzo.- Se quedara sin hacer nada mientras su esposa estaba desaparecida. Ya sabía que vendría a buscarla. Siempre ha sido así.
Ya lo sabe.- Genzo esbozó una media sonrisa.
Pues bien, solo me queda decirles que son bienvenidos en nuestro refugio.- continuó la doctora Toledo.- Aunque deberán suponer que no los podré admitir aquí por mucho tiempo. Alguien anda tras nosotros y no podemos arriesgarnos.
Lo entendemos.- asintió Genzo.- Pronto nos iremos. Solo quería encontrar a Yuri.
Yuri miró a Genzo por unos momentos y después desvió la mirada. Ella no quería revelarle aun toda la verdad...
Todo esto es de lo más extraño.- comentó Vicky a Kenji.- Antes no le había puesto atención, pero ahora recuerdo el caso de secuestro de la doctora Rosalba Toledo... Aunque no recuerdo que en algún momento alguien haya mencionado algo sobre Lily Del Valle.
Eso es porque, según lo que sé, nunca se dio a conocer a la prensa nada sobre Yuri.- respondió Kenji.
Alisse estaba algo fastidiada. Cada vez le costaba más trabajo el soportar a Montessori, en parte debido a que era un recordatorio permanente de su abuelo y en parte a que el sujeto no terminaba de agradarle. La chilena preguntó en dónde se encontraba el baño, solo para salirse un rato de ese ambiente. Una vez ahí, Alisse se enjuagó la cara y observó su reflejo en el espejo. Al salir, Alisse observó atentamente el pasillo y los muebles que se encontraban ahí, solo por curiosidad. Había una puerta entreabierta a través de la cual se veía una mesita de noche con una pila de revistas encima. Alisse agarró una, para distraerse, y al hacerlo cayeron al suelo varios papeles. Ella los tomó y se sorprendió al encontrar una fotografía del collar que Alisse le había visto a Jazmín.
"Otra vez este collar", pensó Alisse. "¿Por qué rayos la doctora Toledo tiene una fotografía de él?". En ese momento, Yuri pasó, seguida por Genzo, y se dio cuenta de la fotografía que traía Alisse en las manos.
¿De dónde sacaste eso?.- preguntó Yuri, muy seria.
Eh... No era mi intención... .- Alisse tartamudeó.
¿Una fotografía de tu collar?.- preguntó Genzo, sorprendido.- Eso me recuerda... Jazmín me dijo que está muy arrepentida pro haberlo tomado y...
¿Qué dices?.- Yuri se puso pálida.- ¿Jazmín tiene mi collar?
Sí, y está arrepentida de haberlo tomado sin permiso.- asintió Genzo.- Yo le dije que no había problema y...
No puede ser... .- murmuró Yuri.- ¡Doctora Toledo!
Yuri regresó corriendo a la sala, buscando a su jefa. Genzo y Alisse se miraron sin comprender. La doctora Toledo acudió al llamado de Yuri, asustada por el terror que se reflejaba en la voz de la que había sido su alumna y mejor colaboradora.
¿Qué pasa?.- inquirió la doctora Toledo.- ¿Por qué estás tan desesperada?
¡Debo ir a Alemania cuanto antes!.- gritó Yuri.- ¡Mi hija tiene el códex!
Genzo no entendió qué rayos era un códex. Pero supo que ésa había sido la razón por la cual su esposa había huido.
Notas:
Nada más para aclarar: Alisse Farfán es chilena. Nunca lo especifiqué pero pensé que ya todos lo saben. Solo lo repito para aquellos que no conocen al personaje todavía.
¿Qué creen ustedes que sea el códex? Es la gran interrogante. Es algo tan secreto que ni yo misma lo sé, jajaja XD.
