Capítulo 13. Pesadilla.
Victoria Kamiya consideró las posibilidades. De acuerdo a sus deberes como agente de la INTERPOL, debió haber detenido toda esa locura desde hacía mucho, pero aun había muchas cosas que no entendía... Además, estaba el hecho de que podía atrapar a Gianella Matute si intentaba apoderarse del códex o de cualquier cosa que fuera eso. Además, todavía le quedaba averiguar quién había asesinado a Ganoza...
Llegaremos en poco tiempo.- anunció Touya, quien regresaba de la cabina del piloto.
Espero que no sea muy tarde.- murmuró la doctora Toledo.
No debí haberme ido sin el códex.- musitó Yuri.- Pero no lo encontré en el sitio en donde siempre lo guardo y con la presión de Ganoza encima...
Eso me recuerda que aun tenemos una duda.- interrumpió la agente Kamiya.- ¿Quién mató a Ganoza?
Yuri miró fijamente a la agente Kamiya, como si por primera vez se hubiese dado cuenta de su presencia.
Perdone que pregunte hasta ahora.- Yuri adoptó un tono muy formal.- Pero me parece que no la conozco aun...
Soy la agente Victoria Kamiya.- respondió Vicky, mostrando su placa (o sea, ella siempre carga su placa) a Yuri, cuidando que Montessori no la viera.- Agente especial de la INTERPOL. Estoy a cargo de las investigaciones relacionadas a la muerte de Paolo Ganoza. Más bien, se podría decir que le he seguido los pasos a ese criminal durante los últimos seis meses...
Ya veo.- Yuri escogió con cuidado sus palabras.- ¿Y me podría decir cuál es el motivo por el que está usted aquí, a bordo de un avión en compañía de una fugitiva, una cardiocirujana, dos jugadores japoneses de fútbol, dos mafiosos, un francotirador, dos hijos de la yakuza y, según lo que entendí, la nieta de un conocido traficante colombiano?
Ésa es una buena pregunta.- admitió Vicky.- Pero ésa pregunta se la responderá mejor el señor Kenji Wakabayashi, aquí presente.
Larga historia.- contestó el aludido.
Kenji quiere que la agente Kamiya sea tu concuña.- dijo Genzo a Yuri.
Cállate, hermanito.- gruñó Kenji, poniéndose algo rojo. Curiosamente, Vicky también se puso colorada.
Como decía.- Vicky se esforzaba por no ponerse nerviosa.- Tenemos esa interrogante. Queremos saber quién mató a Ganoza.
¡Ah!.- Yuri suspiró.- Pues... La verdad es que...
No se preocupe, doctora.- interrumpió en ese momento el muchacho español que había ido con Yuri y la doctora Toledo.- No tiene por qué protegerme. Yo maté a Ganoza, pero lo hice para proteger a la doctora Del Valle.
Y usted es... .- preguntó Taro, evidentemente sorprendido como los demás.
Me llamo Miguel.- contestó el joven.- Es todo lo que tienen que saber. Yo recibí órdenes estrictas de llevar a España a la doctora Lily Del Valle, sana y salva, sin importar lo que tuviese que hacer para conseguirlo.
Yo lo envié.- añadió la doctora Toledo.- Cuando me enteré de que los Matute andaban nuevamente tras Lily. Le ordené a Miguel que la ayudara.
¿Y cómo fue que usted se enteró de que Yuri estaba en problemas?.- inquirió Alisse.
Tengo mis contactos.- sonrió la doctora Toledo.
Pues tiene usted muy buenos contactos.- observó Genzo.
He curado a gente muy influyente, señor Wakabayashi.- replicó la mujer.
Y vaya que son influyentes, para que tenga a un francotirador a su disposición.- señaló Vicky.
Si supiera...
Pero eso aun no explica qué fue lo que pasó.- dijo Genzo a Yuri.- ¿Ganoza te hizo daño?
No.- negó Yuri.- Miguel llegó justo a tiempo...
Yuri suspiró y se dispuso a narrar su experiencia...
-FLASH BACK-
El sujeto se acercó decidido a Yuri. Ésta estaba segura de que, de ser necesario, jalaría del gatillo… Él dio un paso más… Ella soltó el seguro.
Se lo advierto.- murmuró Yuri.- No se acerque más…
Como quieras, nena.- contestó el tipo, acercándose un poco más.
Yuri, decidida, disparó. Pero era evidente que ella nunca había manejado un arma, ya que la bala no hirió a Ganoza. Éste sonrió, satisfecho.
Estás que te mueres de miedo.- se burló él.- No tienes escapatoria, preciosa...
Por favor.- suplicó Yuri.- Solo déjenos en paz...
Debiste pensarlo dos veces antes de mandar a la señorita Laureen a la cárcel y de matar al joven Leonardo...
En ese momento, se escuchó el sonido de un disparo. Yuri vio que una mancha roja creía en el pecho de Ganoza. Él se volteó hacia la terraza. Incrédulo, volteó para alcanzar a ver al joven moreno que usaba una cazadora de cuero y que sostenía el arma que le había disparado. Ganoza se desplomó en el suelo y al poco rato dejó de respirar. Yuri se inclinó sobre él, con algo de miedo, y checó sus signos vitales.
Está muerto.- anunció ella, para después volverse hacia el hombre que la salvó.- ¿Quién es usted?
No tenga miedo, doctora Del Valle.- dijo el joven.- Vengo a ayudarla. Me llamo Miguel y soy enviado de la doctora Rosalba Toledo.
¿Ella lo envió?.- Yuri casi lloraba del alivio.
Sí. Debemos irnos cuanto antes. Gianella Matute ha sido liberada y vendrá tras de usted. Ya mandó a Ganoza, pero tenga por seguro de que enviarán a más gente. Debemos irnos cuanto antes...
En el alivio por haber sido salvada, el pánico que le provocaba la liberación de Gianella Matute y el acoso de Ganoza, Yuri olvidó el códex. Ella no consiguió encontrarlo en la cajita de marfil en donde siempre lo guardaba. Miguel no le dio oportunidad ni de buscar algo de ropa, Yuri solo tuvo tiempo de tomar el aparatito que enviaba y recibía mensajes antes de salir con Miguel... Cuando atravesaban el jardín, Miguel le ordenó a Yuri que arrojara su celular, el cual estaba lleno de la sangre de Ganoza...
-FIN DEL FLASH BACK-
Todos estaban bastante serios. Yuri estaba con la cabeza gacha. Genzo le pasó un brazo por los hombros y la atrajo hacia él. Ella se dejó abrazar, sin palabras.
Debí haber estado ahí.- murmuró él.
No hubiera servido de nada.- observó Yuri.- Incluso hubiera sido peor. Ganoza te pudo haber matado...
Pero juré que siempre te protegería.- insistió Genzo.- Y no pude hacerlo...
No fue tu culpa.- negó Yuri.- Suficiente has hecho con amarme estos cinco años. Me diste la oportunidad de rehacer mi vida y encontrar la felicidad. Y tenemos a Jazmín...
A Yuri se le quebró la voz al mencionar a su hija. Genzo besó a su esposa para tranquilizarla.
No te preocupes.- murmuró.- Nuestra pequeña estará bien.
Llegaremos en treinta minutos.- anunció Touya.
Yuri deseaba que el avión volara más rápido.
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Sanae regresó a la cocina, angustiadísima. El mundo se le vino encima cuando vio a Tsubasa tirado en el suelo. El joven se retorcía al tiempo que se apretaba fuertemente el brazo, el cual sangraba profusamente...
¡Tsubasa!.- gritó Sanae.- dejándose ir sobre él.
Se metieron con la gente equivocada.- dijo el sujeto.- Díganme ahora en dónde está la niña o no respondo.
¡Por favor! ¡Mi esposo necesita un médico!.- suplicó Sanae, llorando.- ¡Está herido!
En eso debió pensar antes, señora.- replicó el tipo, fríamente.- Lo único que a mí me interesa es tener el códex.
Ni siquiera sé de qué me está hablando.- Sanae estaba de lo más desesperada.
Quizás usted no, pero yo sí sé de qué hablo.- replicó el sujeto.- Y no me iré sin él. ¿En dónde está la hija de Lily Del Valle?
No... .- musitó Tsubasa, casi sin voz.- No permitas...
No hables.- pidió Sanae.- No te esfuerces...
No permitas que... llegue... hasta Jazmín... .- musitó Tsubasa.- No permitas que... se acerque... a los niños...
No me hagan perder más mi tiempo.- el tipejo apuntó a Sanae con el arma.- Quiero a la niña. Ahora.
Sanae lloraba desconsoladamente, abrazando a Tsubasa. Ambos miraban fijamente al mafioso. El sujeto soltó el seguro del arma e iba a disparar cuando su radiocomunicador comenzó a sonar. El mafioso bajó el arma y contestó el aparato.
¿Ya tienes el códex?.- gritó una voz femenina.
Aun no.- respondió el sujeto.- Las personas dicen no saber nada sobre eso...
Si serás idiota.- imprecó la mujer.- ¡Por supuesto que ellos no saben nada de eso! La única que sabe sobre la existencia del códex es esa perr... Ya te lo dije: trae a la niña. Ella tiene el códex.
De acuerdo, señorita Gianella...
Date prisa, Marco.- ordenó la mujer.- No nos queda mucho tiempo...
El mafioso cortó la comunicación.
Ahora me dirán en dónde está la niña.- ordenó Marco a Tsubasa y Sanae.- Entréguenme a la niña y nadie saldrá herido...
Demasiado tarde.- susurró Tsubasa.
Marco hizo que Sanae y Tsubasa salieran a la sala. Tsubasa se dejó caer en un sillón, sosteniéndose aun el brazo.
Díganme en donde está la niña.- exigió Marco, nuevamente.
Por favor.- suplicó Sanae.- Mi esposo necesita ir a un hospital. Está perdiendo demasiada sangre...
¡Denme a la niña!.- Marco estaba por perder la paciencia.
Iré por ella.- ofreció Sanae.- Pero primero déjeme al menos ayudar a mi esposo...
Marco lo consideró por unos minutos.
Póngale esto.- Marco le arrojó a Sanae un trapo.- Y luego me trae a la niña.
Sanae obedeció y le colocó a Tsubasa un torniquete. Marco apuntó a Tsubasa con la pistola.
Si en cuatro minutos no llega con la niña, mataré a su esposo.- amenazó.
Sanae subió temblorosa las escaleras. Kaoru y Jazmín estaban agazapadas detrás de la puerta de su habitación.
¿Tía Sanae?.- habló Jazmín.- ¿Eres tú?
Jazmín.- Sanae no quería hacerlo, pero si quería salvar a Tsubasa debía hacerlo.- Ven conmigo un segundo, por favor...
No vayas.- susurró Kaoru.- El monstruo está abajo...
Pero Jazmín, muy seria, agarró la mano que Sanae le extendía y bajó con ella las escaleras.
Kaoru, no bajes por nada del mundo.- pidió Sanae, antes de marcharse.- Ve al cuarto en donde duermen Hayate, Daibu y Daniel y quédate con ellos. No salgan por nada, aunque escuchen ruidos...
Sí.- musitó la niña, temblorosa.
Marco seguía apuntándole a Tsubasa con la pistola. Éste estaba desvanecido en el sillón y se le veía extremadamente pálido.
Quedan tan solo veinte segundos.- anunció Marco, quien no había visto llegar a Sanae.- Si tu esposa piensa que solo es un juego, lo pagará muy caro.
No lastime a mi esposo.- pidió Sanae.- Aquí estoy.
Sanae se sentía muy mal por tener que entregar a la hija de Yuri, pero quizás encontraría la manera de salvar a Jazmín. La niña estaba extremadamente seria.
Es ella.- dijo Marco.- La hija de Lily Del Valle.
Jazmín miraba fijamente a Marco, aguantando la respiración.
Dime, preciosa.- habló Marco, melosamente.- ¿En dónde está el collar de tu mami?
Jazmín no respondió. Abrazaba fuertemente a su conejita de peluche.
Sabes de qué te hablo.- continuó Marco.- Quiero que me des ese collar tan bonito que tiene tu mamá, el que parece una cajita. Si me lo das, yo te daré a cambio otro collar más bonito.
No.- dijo Jazmín.
¿Por qué np me lo quieres dar?.- insistió Marco.- Ese collar está viejo y feo. Yo te daré en vez de ése uno nuevo y bonito...
No te lo daré.- repitió Jazmín.- Ese collar es de mi mami y se lo voy a guardar para cuando regrese.
Dámelo.- ordenó Marco.- Dame ese collar o le diré a tu mami que te portaste mal.
Jazmín le lanzó a Marco esa férrea mirada que era tan característica de Yuri.
- No puedo dártelo.- dijo.- Porque lo escondí.
El radiocomunicador volvió a sonar. Mraco contestó, exasperado.
¿Qué pasa?.- gritó Gianella.- ¿Por qué no has conseguido aun el collar?
La niña lo escondió.- respondió Marco.- Tendré que buscarlo.
Date prisa.- ordenó Gianella.
La mujer cortó nuevamente la comunicación. Ella se encontraba, sentada en la parte posterior de un automóvil negro, estacionado a pocas cuadras de distancia. Leonardo estaba sentado junto a ella. Gianella sonrió al ver al niño. Fue él el que había dicho que le había visto el collar a la hija de Lily Del Valle, el día en que el niño le dio el mensaje a Yuri en el hospital. Fue ese mismo día cuando Paolo, quien se había hecho pasar por el padre de Leonardo en el hospital, tomó las fotografías a Jazmín en la guardería. Solo Leonardo había captado atención acerca del collar que Jazmín usaba esa vez.
Ya casi lo conseguimos.- sonrió Gianella.- Solo un poco más.
Marco comenzó a buscar como demente el mentado collar por todas partes, destruyendo objetos a su paso. Jazmín le seguía el paso con la mirada. Sanae estaba muy preocupada. Ella temía por sus hijos, por los hijos de sus amigos y por el propio Tsubasa, quien había perdido mucha sangre y estaba cada vez más pálido. Después de veinte minutos de búsqueda infructuosa, Marco había perdido la paciencia.
¡Quiero ese maldito collar, ahora!.- gritó Marco a Jazmín.- ¡Dámelo ahora!
El sujeto tomó a Jazmín de los hombros y la zarandeó. La niña gritó. Sanae quiso defenderla pero entonces Marco la golpeó.
¡Dame el collar, ahora!.- volvió a gritar Marco.
De pronto, alguien jaló a Marco por la chamarra y lo tumbó al suelo, haciendo que el mafioso se golpeara la cabeza contra la mesita de la sala. Entre el dolor y la confusión, Marco vio a un hombre alto y joven que lo miraba con enojo desde sus 1.83 metros de estatura (qué específica salí).
Será mejor que deje a mi hija en paz.- dijo Genzo, furioso.- O le pesará.
Tsubasa y Sanae casi lloran del alivio. Genzo y Yuri habían regresado.
Notas:
Espero que se haya entendido cómo fue que se dieron los hechos. Lo que le pasó a Tsubasa y a Sanae ocurrió mientras Genzo, Yuri y compañía regresaban a Alemania.
Lo siento por las fans de Tsubasa. Tranquilas, chicas, que no mataría a ningún protagonista (dije protagonista, porque puedo matar a los secundarios, jaja, les consta que en un fic maté al hermano de Sanae).
El personaje de Miguel está inspirado en un personaje del libro "Jaque Perpetuo" (el nombre original es "Daddy"). Para variar, les quedo a deber el autor.
