Capítulo 18. Paraíso prestado.

Montessori empujó a Yuri hacia el interior de una bodega abandonada. La chica casi tropieza y Manuel la tomó por un brazo.

Tenga cuidado, doctora.- dijo Manuel.- No queremos que se lastime.

Por lo menos no hasta que nos diga cómo abrir el códex.- añadió Montessori.

El interior de la bodega estaba curiosamente amueblado como una oficina. Había varias computadoras y unos cuantos archiveros. Detrás de todo eso había un montón de cajas enormes de madera que Yuri no supo precisar para qué servían o qué era lo que contenían.

Muy bien, doctora.- ordenó Montessori.- Nos va a decir cómo abrir el códex y qué es exactamente lo que nos puede servir.

¿Qué es exactamente lo que les interesa conocer?.- respondió Yuri.

Antes que nada, quisiera que me explicara bien los efectos secundarios de ese medicamento.- respondió Montessori.

Ya le dije lo principal.- gruñó Yuri, enojada.- Hace que las personas que lo toman queden bajo el control de alguien más.

¿Se necesita algo para hacer que la persona que toma el medicamento quede bajo mi control? ¿Una clave o algo así?

No.- negó Yuri.- No es necesario. Cualquiera puede dar una orden y será obedecida, por más descabellada que sea.

Ya veo. Entonces, si le doy a alguien el medicamento y le ordeno que mate a una persona, lo hará.

Ya le dije que sí.

¿Y qué hay sobre las mutaciones que causa?

Eso no lo puedo decir.- negó Yuri.- Los efectos a largo plazo son tan terribles que son imposibles de describir.

¿Hay alguna manera de contrarrestar el efecto?

No.- negó Yuri.- Intentamos hacer un antídoto para la primera fase del efecto, pero justo cuando comenzamos las investigaciones los Matute aparecieron y me secuestraron. Hasta donde sé, la doctora Toledo no continuó con la búsqueda del antídoto después de eso.

Ya veo.- asintió Montessori.- ¿A qué se refiere con el antídoto para la primera fase del efecto?

La fase en donde la gente se convierte en títeres.- suspiró Yuri.- El efecto de medicamento tiene tres fases. La fase de títere es la número uno y la de mutación es la número 3.

¿Y solo estaban buscando antídoto para la fase 1?

Sí.- asintió Yuri.- La fase 3 es irreversible...

Montessori contempló las posibilidades. Era obvio que el fármaco del que Yuri hablaba aun se encontraba en fase de experimentación y a Montessori le convenía más que el fármaco se desarrollara completamente y se le encontrara un antídoto. Y para ello, necesitaba a Yuri con vida...

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¿Algún plan?.- preguntó Kenji, espiando junto con los demás la bodega desde detrás de unos arbustos.

Ninguno.- suspiró Genzo.

¿Entonces tu plan maestro era entrar gritando como loco y lanzándoles patadas a todos?.- se burló Vicky.

Pues...

¡Bah!.- interrumpió Lacoste.- Muy seguramente, el plan de Kamiya consiste en entrar gritando como loca y disparándoles a todos…

Alisse observaba atentamente a su alrededor. Se dio cuenta de que cerca de ellos había un transformador que muy probablemente daba la electricidad a la bodega.

¿Y si los dejamos sin luz?.- sugirió Alisse.

¿Cómo?.- inquirió Vicky.

No sé, podríamos dañar el transformador o algo así...

¿Y de qué nos serviría eso?.- musitó Kenji.

De mucho.- contestó Genzo.- Mínimo los descontrolaríamos... Y quizás lograríamos salvar a Yuri...

Podría funcionar.- comentó la doctora Toledo.- Los dejamos sin luz y entramos por una puerta lateral...

¿Habrá alguna puerta lateral?.- preguntó Jean.

Casi todas las bodegas de este lugar tienen una salida de emergencia.- señaló Genzo.

¿Y cómo le haremos para destruir el transformador?.- preguntó Kenji.- ¿Le tiramos piedras hasta que alguna lo dañe lo suficiente?

No será necesario llegar a ese extremo.- replicó la doctora Toledo.- Miguel puede hacerlo.

Todos se habían olvidado de Miguel. El francotirador tenía la habilidad de no existir sino solo en el preciso momento en el que alguien hablaba de él.

Podrían apostarse cerca de la salida de emergencia.- sugirió la doctora Toledo.- Miguel acabará con el transformador y yo les daré la señal para que puedan entrar y rescaten a Yuri.

Primero debemos ver si en realidad existe otra salida.- comentó Alisse.

Buen punto.- señaló Lacoste.

La hay.- habló en esos momentos Miguel.- Ya recorrí todo el perímetro y hay una segunda entrada, en la parte norte.

Entonces ya está hecho.- dijo la doctora Toledo.- No es el mejor plan, pero al menos tenemos un plan.

Y tendremos el factor sorpresa.- completó Vicky.

Genzo caviló por unos instantes. La doctora Toledo siempre había estado para ayudar a Yuri, aunque ella nunca se había ensuciado las manos. Así era la doctora Rosalba Toledo, ayudaba a los demás pero siempre sin ponerse en peligro ella. "Era de esperarse", pensó Genzo.

No perdamos más el tiempo.- dijo Alisse.- Vamos por ese desgraciado.

Creí que íbamos a rescatar a Yuri... .- murmuró Kenji.

Sí, pero si tengo la oportunidad de patearle el trasero a ese sujeto, lo haré.- replicó Alisse, con rabia en la voz.

"Si tan solo hubiera alguna manera de avisarle a Yuri sobre lo que planeamos hacer", pensó Genzo.

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Montessori, Manuel y los demás mafiosos observaban expectantes a que Yuri abriera el códex. La muchacha se quitó el collar y separó la cajita de la cadena y la abrió, zafando el curioso mecanismo de cerradura. Yuri extrajo de la cajita un diminuto microchip, el cual instaló en una de las computadoras que había ahí. En cuanto el microchip comenzó a funcionar, un programa extraño apareció en la pantalla. Yuri tecleó con rapidez y pronto se abrió una larga secuencia de reacciones químicas... La fórmula del fármaco.

Fabuloso.- murmuró Montessori.- Aun cuando no entienda nada de eso...

Es la manera de preparar el fármaco.- contestó Yuri.- Es la fórmula química. También se encuentra la secuencia de ADN de las personas que tomaron el fármaco y algunas de las grabaciones que hicimos con las personas que se convertían en títeres por el efecto y... Algunas fotografías de las mutaciones que se producían en los animales...

Muy bien, doctora.- sonrió Montessori.- Cumplió su parte del trato. Ahora haremos un nuevo pacto...

¿Qué cosa?.- se sorprendió Yuri.- ¡Ya le di todo lo que quería! ¡Le entregué el códex y le dije cómo abrirlo! ¿Qué más quiere de mí?

Quiero que me ayudes a fabricar ese fármaco, querida.- Montessori sonrió con maldad.

No me necesita.- negó Yuri.- Cualquiera puede hacerlo...

Quizás, pero eres integrante del grupo que desarrolló el fármaco.- replicó Montessori.- Tú ayudaste a descubrirlo. No hay nadie mejor para ayudarme a hacer este poderoso medicamento en serie que tú, doctora Del Valle...

¿Y si me niego?.- retó Yuri.

Podría decirte que te mataré, pero dudo mucho que con eso te asuste.- contestó Montessori.- Así que mejor te amenazaré con tu esposo y tu hija. Si aceptas colaborar conmigo, te prometo que no les haré daño...

Eso me supuse.- bufó Yuri.- Ya me imaginaba que con eso me amenazaría...

En esos momentos, la luz se fue. Hubo un momento de desconcierto general. Yuri sintió que alguien la tomaba por la cintura y le tapaba la boca. A Montessori, alguien le dio un buen golpe en el estómago con algo muy duro. El criminal se quedó sin aliento. Hubo varios gritos de hombres que daban órdenes y que se preguntaban confundidos unos a otros qué era lo que había pasado. Minutos después, la luz regresó, cuando el generador de emergencia entró a funcionar. Montessori, agachado en el suelo y sin aliento vio cómo por la salida de emergencia se escapaba alguien que se parecía mucho a Alisse Farfán...

Esa maldita desgraciada.- bufó Montessori.

Antes de que volviera la luz, Yuri pataleaba y trataba de zafarse de su captor. La mano que le tapaba la boca le estaba causando daño, por lo que le propinó un mordisco.

¡Ay!.- se quejó una conocida voz de hombre.

¡Aléjate de mí, maldito!.- Yuri aprovechó la ocasión y le dio una patada al sujeto.

En esos momentos regresó la luz y Yuri vio a Genzo sobándose una pierna y la mano lastimada.

Sí que pegas duro.- gruñó Genzo.- Y muerdes peor...

¡Genzo!.- gritó Yuri, sorprendida y aliviada, corriendo a abrazar a su esposo.- ¿Qué haces aquí?

Vine por ti.- murmuró él.- Dije que nunca te dejaría...

Bueno, par de tórtolos, sé que están felices de verse pero tenemos que irnos.- en esos momentos Alisse salía a todo correr de la bodega, con algo en las manos.- Ya se dieron cuenta de quiénes somos y vendrán tras de nosotros.

¡Alisse!.- gritó Yuri.- ¿Cómo está Taro?

Herido.- replicó la chilena, enojada.- Por culpa de ese desgraciado. Ya me la cobré un poco, pero le haré pagar más...

En esos momentos, la puerta de la salida de emergencia se abrió y por ella salieron una gran cantidad de criminales, entre ellos Lou Montessori. Yuri, Genzo y Alisse no lo pensaron y se echaron a correr. Los disparos no se hicieron esperar y los tres jóvenes esperaban en cualquier momento ser alcanzados por las balas, pero Victoria Kamiya y Jean Lacoste ya se estaban haciendo cargo. Ambos agentes se enfrascaron en una aguerrida batalla contra la mafia, la cual pudo haber estado en desventaja de no ser porque el resto de los agentes de la INTERPOL llegaron en ese momento a apoyar a sus compañeros. Yuri, Genzo y Alisse no se detuvieron a mirar.

¡Por aquí!.- gritó Kenji, tomando a Alisse por el brazo.

Montessori vio a los jóvenes escaparse.

Cúbreme.- le ordenó a Manuel, al tiempo que corría tras los fugitivos.

Kenji llevó a los demás por un sendero que los llevó hasta un puente que estaba sobre un pequeño barranco.

¿Y ahora qué?.- preguntó Alisse.

Si atravesamos el puente llegaremos a una vereda que nos conducirá nuevamente hasta la carretera.- dijo Kenji.- Y de ahí veremos que hacemos después.

¡Doctora Del Valle!.- gritó Montessori.- ¡Aun tenemos un asunto pendiente!

Yuri, Genzo, Alisse y Kenji vieron con pánico cómo el hombre se acercaba a ellos blandiendo un arma.

Ya me cansé de este juego.- dijo Montessori.- Me darás el maldito códex y después los mataré a todos. Se acabaron los tratos.

Genzo se colocó en frente de Yuri, tratando de protegerla, y Kenji intento hacer lo mismo con Farfán.

Quítate.- ordenó Alisse.- Quiero ver a este desgraciado de frente.

¿A quién mataré primero?.- murmuró el hombre, con una sonrisa macabra.- ¿A la nieta de Enrique Mancera? ¿Al esposo de la doctora Del Valle? ¿O a la propia doctora?

Menos mal que a mí no me menciona.- susurró Kenji.

Los otros tres estaban demasiado asustados como para responder. Montessori preparó su arma y la apuntó contra Alisse... Los jóvenes vieron cómo de pronto el criminal soltó un aullido, arrojando su arma al suelo. Vicky estaba parada a pocos metros detrás de él. Ella le había disparado al criminal, apuntándole a la muñeca para que él soltara el arma. Montessori, una vez recuperado de la sorpresa, se lanzó a atacar a Victoria. La chica se defendió con el uso experto de las artes marciales que conocía. Montessori intentó derribarla pero ella le dio un patadón en el vientre. Ambos se enfrascaron en una batalla cuerpo a cuerpo (en el buen sentido de la palabra), hasta que Montessori tomó a Vicky por sorpresa y la golpeó en la nuca, derribándola. Vicky no pudo ver nada por unos momentos. Montessori sacó entonces una navaja y se acercó amenazadoramente a Vicky... Kenji entonces saltó sobre él, ambos lucharon por el control del arma blanca (no sé por qué le llaman arma blanca, ningún arma es blanca), sin embargo Montessori resultó ser más fuerte y apuñaló a Kenji en un costado.

Dos menos y faltan tres.- dijo Montessori, triunfal, al tiempo que se incorporaba.

¡Corran!.- gritó Alisse, a Yuri y a Genzo, al tiempo que agarraba un puñado de lodo y se lo arrojaba a Montessori en el rostro.

El criminal aulló. Alisse comenzó a darle de patadas y golpes al sujeto con el tubo de metal que había usado originalmente para golpearlo en la bodega.

¡Esto es por haberle disparado a Taro, desgraciado!.- gritaba Alisse.

(Válgame, ¿desde cuando es Alisse tan agresiva?).

Yuri y Genzo comenzaron a atravesar el puente, con la esperanza de encontrar algo con qué ayudar a Alisse. Desgraciadamente, Montessori golpeó a Alisse y la arrojó a un lado.

Ahora acabaré con ustedes.- dijo el hombre, limpiándose el lodo de los ojos y tomando nuevamente su arma.- Hasta aquí llegaron.

Yuri y Genzo se tomaron de la mano y se miraron. Juntos afrontarían su destino... Montessori se acercó a ellos lentamente, pero justo cuando estaba por disparar, en la zona del corazón apareció un círculo rojo que dejó la bala que lo mató al instante. Montessori cayó al precipicio... Yuri y Genzo contemplaron la escena, atónitos.

Espero que ya no vuelva a molestar.- comentó la doctora Toledo, quien estaba parada en el otro extremo del puente.

Yuri, Genzo, Alisse, Kenji y Vicky miraron al hombre que portaba una cazadora de cuero y que se encontraba posado sobre un árbol. En sus manos portaba un rifle con mira telescópica...

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Los diarios reportaban una noticia sensacionalista. Un barrio lujoso de Munich había sido el sitio de confrontación entre dos grupos de la mafia. Gianella Matute y sus allegados más cercanos habían muerto a manos de Lou Montessori y sus secuaces, los cuales cayeron a manos de la INTERPOL en una bodega ubicada a las afueras de la ciudad. El cuerpo de Montessori se encontró en un barranco, muy cerca de en donde se localizó el cuerpo de Manuel Martínez, su colaborador más cercano. La muerte de Paolo Ganoza en la mansión Wakabayashi fue atribuida a un error de Ganoza; la INTERPOL aseguró que Ganoza solo había entrado a robar a la mansión y no con el propósito de atacar específicamente a alguno de sus habitantes. Y sobre la desaparición de la doctora Yuri Shiozaki se dijo simplemente que había sufrido un pequeño accidente automovilístico que la había obligado a mantenerse en reposo absoluto, y oculta, para evitar que los medios la acosaran con preguntas. Lo que sí, los periódicos nunca pudieron establecer el motivo de enfrentamiento entre Montessori y Matute.

Dos días después del incidente, fue encontrado muerto en una cama del área de Pediatría del Hospital General de Munich a Leonardo Matute. Aparentemente, se había tomado por accidente una medicina que le correspondía a otro paciente...

Los jugadores japoneses Tsubasa Ozhora y Taro Misaki se recuperaban a pasos agigantados, después de que ambos jugadores sufrieran heridas de bala en la confrontación de la mafia. Ambos casos fueron calificados de "hechos circunstanciales", o sea, que los jugadores se encontraron por accidente en el momento equivocado en el lugar equivocado. Sanae Ozhora y Alisse Misaki se encontraban al lado de sus esposos, cuidándolos. Por cierto que Alisse Farfán, después de hablar por teléfono en una ocasión con Enrique Mancera para agradecerle la ayuda recibida, nunca volvió a ponerse en contacto con su abuelo. Ni él con ella.

Genzo cerró el periódico que leía en esos momentos. Al final, todo había salido bien... Relativamente...

Esa noche, después de que Montessori murió manos de Miguel, Yuri y la doctora Toledo destruyeron el códex y arrojaron el dije de la caja de plata al precipicio.

Dudo mucho que Jazmín todavía lo quiera.- comentó Yuri.

Después, la doctora Toledo se había despedido de Yuri y de Genzo.

Creo que hasta aquí llegó nuestro camino juntas.- le había dicho la doctora Toledo a Yuri.- Lamento haberte metido en todo esto...

No fue culpa de nadie.- replicó Yuri.- Fue el destino.

Quizás.- sonrió la doctora Toledo.- Nunca más volveremos a tener contacto alguno entre nosotras. Y así debe ser. Aunque quiero que sepas que fuiste mi mejor residente y colaboradora. Eres una gran mujer y una gran doctora. No lo olvides.

Miguel hizo una señal de despedida con la mano y desapareció junto con la doctora Toledo.

Gracias, Miguel.- susurró Yuri.

Poco tiempo después se supo que la doctora Rosalba Toledo había renunciado a su cargo en el hospital de cardiología en donde trabajaba en España para retirarse a vivir sus últimos días con tranquilidad. Yuri nunca volvió a saber de ella.

Kenji había sido llevado al hospital, y si su nombre, ni el de Touya, apareció en los periódicos fue porque Akira Wakabayashi viajó hasta Alemania para componer las cosas. Genzo volvió a ver a su padre esa misma noche, en la sala de espera del hospital en donde Kenji era atendido.

No quisiera decirte "te lo dije".- le dijo el señor Wakabayashi a su hijo.- Creo que todo por lo que pasaste es más que suficiente.

Genzo no respondió.

Sin embargo, y sí te lo debo de decir, me sorprende tu valor.- continuó Akira Wakabayashi.- Luchaste con todo por lo que amas... Tal y como lo haría un hijo mío... Solo espero que esta vez hayas aprendido la lección y que no vuelvas a meterte en líos...

No lo haré, padre.- replicó Genzo.- Y si lo hago, no te preocupes, que no te lo diré.

Eso lo sé.- el señor Wakabayashi esbozó una mueca.

Afortunadamente, la INTERPOL se encargó de cubrir el nombre de Genzo. Victoria Kamiya fue ascendida a capitán, al igual que Jean Lacoste. Ambos se habían encargado de hacer que todo el lío pareciera un asunto entre Montessori y Matute y que los Wakabayashi aparecieran como otras víctimas más.

Menos mal que todo terminó.- Yuri llegó a sentarse a un lado de Genzo, en el sillón de su nueva y lujosa casa. Ella traía a Jazmín en brazos.

Y que todo terminó para bien.- completó Genzo, suspirando.- Me hacen falta vacaciones...

Creo que el Bayern Munich te las debe.- rió Yuri.

El Bayern Municha había restaurado el contrato de Genzo, sin chistar. Los Schneider estaban tan avergonzados por lo mal que manejaron el asunto con Genzo que parecían estar más que dispuestos a complacerlo...

Quiero ir a Cancún.- susurró Jazmín, sonriéndole a su padre.

A donde quieras ir, pequeña dama.- sonrió Genzo.

Yuri y Genzo estaban aliviados de que Jazmín no recordara todo más que como una pesadilla de una noche. Ambos habían decidido llevar a su hija con un psicólogo infantil y al poco tiempo la niña había superado el suceso. Jazmín volvió a ser la dulce y alegre niña que iluminaba la vida de sus padres con sus cantos y pasos improvisados de baile.

Un segundo.- dijo Genzo, recordando algo.- ¡Manuel!

¿Qué pasa?.- Yuri no entendió.

¡Manuel!.- Genzo miró a Yuri.- ¡Él era la mano derecha de Montessori! ¡Él no habría permitido que alguien lo matara sin tratar de defenderlo!

¡Ah!.- Yuri respingó, de la sorpresa.

Después de hacer algunas llamadas, Genzo averiguó que el cuerpo de Manuel había sido encontrado cerca del precipicio por el cual cayó Montessori, con un agujero de bala en la frente. Nadie pudo averiguar jamás quién lo había matado. Esa noche, Yuri y Genzo recibieron un telegrama, de parte del señor Akira Wakabayashi.

Mi padre.- murmuró Genzo.

Ambos leyeron el telegrama, el cual decía:

"Me enteré de que estuviste investigando sobre Manuel Martínez. Sé que deseas saber quién lo quitó del camino. Únicamente te diré que yo nunca abandono a mis hijos".

Genzo y Yuri se miraron, sorprendidos. La última pieza del rompecabezas había encajado.

Fin.

Notas:

Bueno, pues aquí acabo este fic tan jalado de la neurona. Va dedicado con todo cariño a Yun, mi querida amiga Victoria Varela.

Gracias a Yun y a Alisse por haberme prestado a sus personajes y a Samael por haberme señalado los errores que cometí.

Esperen el epílogo.