Disclainer: Los personajes de Inuyasha son solo y exclusivamente de Rumiko Takahashi, si alguien que no sea ella reconoce ser la autora legal del mismo, es o que se ha vuelto loca (como nosotras pero tanto no lo estamos) o que es una fan empedernida de la serie que se cree su dueña y que los personajes son suyos, aunque más de una nos habremos enamorado de Inuyasha o de Sesshomaru, o de alguno de los otros guapos de la historia, Kouga, Miroku, Bankotsu, etc...
- Hablando
"Pensando"
(Este capítulo va desde los 14 años de Kykio hasta unos meses antes de entrar al colegio donde van los demás, aquí solo habrá de ella hasta los 15 años pasados, para el cambio de colegio y eso hab´ra que esperar a otro momento de lucidez mío xD)
Recuerdos del pasadoUna chica de cabellos oscuros corría rápidamente debajo de la lluvia, no quería volver a su casa, no quería saber nada de nada, de nadie, quería estar sola, tenía ganas de llorar, no tenía fuerzas para nada, su mundo estaba sin luz, sin vida... solo caía en la amargura de la oscuridad, y empezaba a odiar a las personas que habían tenido la culpa de eso, ese accidente... esas muertes, solo con 14 años y sola. No valía la pena vivir, solo con esa edad y sin nadie, ironías de la vida.
- Sola... – murmuró mientras paraba poco a poco – completamente sola... – miró al cielo mientras pequeñas gotas cristalinas recorrían su rostro – la vida es una mierda – musitó por lo bajo.
Ella era, Kykio Kamasaki, aunque los que la conocían te dirían, que era un joven alegre y sin preocupaciones... pero si hubieran esperado unos años, no la habrían reconocido. Y eso era por que su vida había sido destrozada, sus padres muertos por un maldito accidente de tráfico, su madre agonizante en la cama diciéndole que todo estaría bien, que siempre estaría con ella, antes de que muriera. Mentira... nada más que eso, mentiras, traicioneras promesas dabas con esperanzas para que el corazón de la chica no muriera como la mujer que las acababa de decir. No podía hacer nada, solo llorar, de dolor, de tristeza, de odio... sí, hacía la persona que se saltó el semáforo en rojo y derribó el coche donde ellos viajaban, aunque este hombre también estaba en el hospital, no podía hacer nada más que odiarlo con todas sus fuerzas.
- Maldito desgraciado borracho – sentándose en un banco del parque al que había llegado – por tú culpa... estoy sola – susurró con tristeza – maldito seas Onigumo Hanuki – dijo con amargura.
Ese era el nombre de la persona que había matado a sus padres, un pobre diablo que iba borracho el volante, y no se supo se por inercia del alcohol o por un premeditado suicidio, se abalanzó hacia el coche donde viajaban los dos seres que más había querido en lo que tenía de vida. Al parecer la vida no era muy grata para aquel hombre, ya que era bebedor y al parecer la policía lo había estado buscando hacía algún tiempo por robos y abusos de menores. Aunque parecía increíble, ese hombre tenía un hijo, aún menor de edad claro, Naraku Hanuki 16 años, todo un genio donde estudiaba, uno de los mejores de la institución, al parecer no estaba preocupado por su padre, ya que su expresión de diversión y crueldad al ver a su padre en la cama postrado, no demostraba técnicamente amor por el prójimo.
- ¿Para que vivir sino tengo donde ir? – agachó la cabeza apoyándola en sus manos - ¿para que reír si lo has perdido todo? – comentó - ¿para que luchar, si al final, sabes que morirás de una forma u otra? – sonrió amargamente.
- Por que no hay que rendirse si el camino de tú vida sigue – contestó una voz grave detrás suya – la risa no es un don ni un mal, no hay que ser falsa para demostrar que eres feliz – acercándose a ella – para ser feliz, no hay que olvidar el mal, sino recordar momentos felices vividos por aquellas personas que se fueron – terminó por decir.
Aunque la chica se sorprendió algo por escuchar esa voz, pronto medio sonrió irónicamente al reconocer esas filosóficas palabras y recordar ese tono de voz frío e impasible, solo una persona que ella conocía tenía ese torrente y nunca cambiaba de melodía. Aunque esta vez, parecía más tranquilizadora, como si intentara consolar a la chica.
- No tienes por que filosofear Sesshomaru – sonrió amargamente – tú menos que nadie puede decirme lo que es ser feliz, ya que desde que nos conocimos no te he visto ni una sola vez feliz, así que ahórrate tus comentarios para la universidad a la que vas, que no tienes que perder tu tiempo intentando consolar a un niña – esas palabras fueron dichas por tal tristeza y soledad hueca, que hasta el más impasible de los rostros se hubiera puesto triste.
Pero el rostro del muchacho no cambio absolutamente, su piel tersa y blanquecida era destacada por sus hermosos ojos amarillos, su largo cabellos plateado cayendo por su espalda, y su ropa, negra y azul oscura, en vez de un joven, más bien parecía un adulto de veintitantos años. Pero ese muchacho, no tenía más de veinte años, Sesshomaru Kimitaka, 19 años, alumno destacado en la universidad de Tokio, uno de los mejores alumnos de su clase.
- Tú hablas con ironía Kykio, yo hablo de la realidad – mirándola directamente – pueden que sean palabras filosóficas como tu dices, pero más valen las palabras a verte llorar, ya sabes que odio que las mujeres lloren aunque no lo demuestre, me conoces – sentándose a su lado – y si te intento consolar es mi problema, mejor acepta y sigue estas palabras antes de que cometas una locura – musitó el final de la frase.
- ¿Cometer una locura? – preguntó sarcásticamente – ¿y que se supone que sería "cometer una locura"? – mirándolo de reojo - ¿querer morir? – rió sádicamente.
- Un bueno ejemplo – asintiendo levemente dejando a la joven fría – se de que eres capaz Kykio, no hagas algo de lo que luego puedas arrepentirte – desvió su vista al cielo que empezaba a aclararse.
- Un sabio consejo de tu parte – dijo casi rencorosamente – pero no necesito consejos del alumno favorito de la universidad, se arreglármelas solas perfectamente, ya sabré que hacer de ahora en adelante – levantándose de la banca y secándose los rastros de lágrimas.
Una risa carente de alegría sacudió la mente de la chica; ¿quién se creía ese estúpido para reírse de ella?, a ese chico que hacía unos días solía llamar amigo, era humillante que alguien te dijera que tenías que hacer, ella sabía perfectamente que si estaba son nadie no llegaría muy lejos en la vida, pero también recordaba una frase que su amigo le había dicho apenas una semana antes; "si te lo propones puedes conseguir lo que sea".
- Sabes que no puedes hacer nada Kykio, no se si te das cuenta, pero eres menos de edad, y tu tutela esta ahora mismo libre, pasarás a otro familiar como un objeto usado, es una lastima que no podamos hablar demasiadas veces al día, ya que es divertido hacer... – no terminó la frase ya que recibió una potente bofetada de parte de la chica que tenía los ojos cristalinos.
- ¡¡Deja de meterte en mí vida!!, ¿¡crees que no se perfectamente eso!? – preguntó con ira - ¿¡crees que no se que estoy sola y ahora solo seré una carga para alguno de mis familiares!?- dijo exasperada – pero no... tú Kimitaka siempre debes tener la razón, orgulloso hasta el final, ¿verdad? – contestó con desdén.
El joven parecía sorprendido por el acto de la chica, nunca nadie se había atrevido a pegarle, ya sea por miedo o por respeto, nunca en su vida le habían levantado la mano, ni siquiera su padre. Una creciente sensación de malestar invadió su cuerpo, acaso había echo algo para merecerse esa bofetada, y más aquellas palabras, esa forma tan fría y dolorosa que había pronunciado su apellido... no se lo esperaba. A lo mejor se había pasado tratándola tan duramente, acababa de perder a sus padres, y se suponía que él era su amigo, no sabía por que pero sintió algo de remordimiento por las palabras que había dicho, si hubiera estado en su lugar, no sabría como reaccionar, que una de las personas en las que confiara te diera la espalda en un momento como ese.
- Lo siento – musitó a tan baja frecuencia que ni el mismo se creía sus palabras y la joven puso una cara de impresión – no quería decir eso, no quería ser tan duro contigo... y menos ahora – bajo la mirada intentando evitar la de la chica, se sentía algo culpable.
- Te has disculpado... – dijo muy bajito, era la primera vez que oía esas palabras procedentes de él - ¿lo dices en serio? – este asintió débilmente – no eres tan malo como aparentas, ¿lo sabías? – sonriendo de verdad por primera vez en mucho tiempo.
- Suelen decirme todo menos eso – sonrió irónicamente alegrándose algo de que la muchacha sonriera – suelen tenerme más respeto como para hablarme tan directamente – mirando a la chica.
- Yo creo que más que eso es miedo – caminado un poco – vaya... ha parado de llover, no me había dado cuenta – comentó más para si misma que para el muchacho de ojos ámbar.
- Eres una despistada – negando con la cabeza – deberías ser menos abierta y procurar más tu seguridad, si muestras emociones te pones a merced de todo el mundo, si a partir de ahora no puedes contar con protección de la gente, deberías aprender a ser menos abierta – estirándose.
- ¿Y volverme como tú? – pronunció extrañada – no gracias, mejor tener algo de personalidad a ser el hielo en persona, por lo menos la vida es más amena –contestó divertida.
Sesshomaru se levantó y le agarró el brazo haciendo que le mirara, los ojos de la chica eran vivos... pero si quería poder tener alguna posibilidad en la vida estando sola, tenía qua ser menos como era, ser más planeadora, inteligente, y persuasiva. Si quería lograr algo en este mundo dominado por los más fuertes, tenía que aprender, que no con sonrisas el mundo se movía, que a partir de ahora la vida no era un camino de rosas, que cuando se alejara de él... aunque estuviera con algún familiar, no tendría a nadie que la protegiera.
- Escúchame bien Kykio, por que solo lo diré un vez – su voz sonaba profunda y hueca.
- ¿Sesshomaru? – dijo algo asustada - ¿te pasa algo?, me haces daño... – bajando la mirada.
- Si quieres poder sobrevivir de ahora en adelante – pasando olímpicamente de las preguntas de la chica – no debes de confiar en nadie, ni de tu familia, mantente distante a las personas que creas convenientes, sino haces eso, puede que no salgas bien parada de ahora en adelante, ya que nadie te protegerá, y si crees que a tú familia le importas algo, estas muy equivocada – mirándola fríamente – no te dejes manipular nunca por nadie, y sobre todo, no olvides que estas sola, ¿entendido? – terminó secamente.
La joven asintió suavemente, era la primera vez que veía al muchacho tan serio, nunca había sido de esa forma, podía ser frío sí... pero hasta el tenía un límite, esa voz de ultratumba retumbaba en sus tímpanos, y aunque no entendiera bien lo que estaba diciendo, guardo esas palabras en su memoria. Soltó el brazo de la chica bruscamente, tanto, que casi hace que se caiga al suelo, pero al final se pudo mantener el equilibrio. Recuperando su compostura y no entendiendo la actitud de Sesshomaru preguntó.
- ¿Eres idiota o que te pasa?, no ves que casi me caigo pedazo de imbecil – pronunció enfadado.
- No me pasa nada Kamasaki – sonriendo lascivamente viendo la cara de la muchacha por que acababa de decir su apellido en vez de su nombre – solo que el juego terminó – se dio la vuelta.
Kykio quedó confusa... ¿juego?, es que para él que hubieran sido amigos no era más que un juego. Tantas platicas en la tarde, tantos secretos contados, muchas cosas compartidas con él, u ahora se enteraba que era solamente un... ¿juego?. Tenía que ser una broma, no podía ser tan cruel de dejarla sola en esos momentos, y menos después de ayudarla a sentirse mejor, y ahora... ella solo era un juego... un creciente odio se apoderó de ella, no cabía de sí, todo lo que habían compartidos no era más que una mentira.
- ¿¿¡¡A que te refieres con que el juego terminó Sesshomaru!!?? – acercándose a él - ¿¡acaso el que seamos amigos es un maldito juego para ti!? – pronunció con ira.
- Aprendes rápido Kykio – sonriendo burlescamente – ahora sino es mucha molestia, me gustaría poder irme en paz, no tengo nada que hacer estando a tu lado – alejándose tranquilamente – los juegos son muy divertidos... y contigo me he divertido mucho, aunque demasiado tiempo – comentó a unos metros de ella.
Kykio quedó sorprendida, estaba paralizada, él... la persona en la que había confiado tanto resultó ser un traidor... un desgraciado que solo quería jugar con sus sentimientos y hacerla sufrir, primero ganar su confianza y hacerse su amigo... y ahora darle una puñalada por la espalda. No supo por que, pero pequeñas lágrimas de rabia empezaron a caer sin control; ¿cómo se atrevía a hacerle eso?.
- Si es eso... – musitó con dolor - ¡¡¡Nunca en tu vida vuelva a verme ni dirigirme la palabra maldito bastardo idiota!!!, ¡¡¡Te has enterado!!! – gritó con furia sin poder parar de detener sus lágrimas.
- Lo mismo digo – contentó simplemente con una media sonrisa en los labios.
Cuando el universitario se perdió de vista, la joven de ojos marrones vivaces cayó de rodillas al suelo, sus lágrimas manchaba la tierra mojada que había a sus pies, sus sollozos no eran escuchados, ya que de sus labios no sabía ningún sonido, solo quejidos apagados. Cerró sus ojos dejándose llevar por el dolor y recordando las palabras que Sesshomaru le había dicho; "no debes de confiar en nadie, ni de tu familia, mantente distante a las personas que creas convenientes, sino hace eso, puede que no salgas bien parada de ahora en adelante, ya que nadie te protegerá, y si crees que a tú familia le importas algo, estas muy equivocada". Era cierto... no podía confiar en nadie, estaba sola, como ese chico había dicho, ahora lo entendía, tenía que ser fuerte. Se levanto y secó sus lágrimas, y abrió sus ojos, estos habían sufrido un cambio radical, ese brillo de vida, estaba extinto, ahora solo se apreciaba frialdad y rencor... odio hacia cualquier ser que viera.
- A este juego pueden jugar dos, Kimitaka – susurró lenta y fríamente.
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Se encontraba en un automóvil dirigiéndose hacia la casa de su tío, había pasado ya dos meses desde la muerte de sus padres, y desde entonces, desde su última conversación con Sesshomaru Kimitaka, se había vuelto una persona fría e impasible. Si alguna de sus amigas la hubieran visto en esos momentos seguramente no la habrían reconocido, ahora su pelo no estaba suelto, sino recogido en una haciendo que dos mechones de su pelo cayeran a cada lado de su cabeza. Sus ojos fríos como el hielo y una suave sombra de ojos oscura... parecía mucho mayor de lo que en verdad era.
- Ahora a empezar una nueva "vida" – suspiró en tono de resignación.
Su tío se llamaba Musou Kamasaki, el hermano mayor que su padre por lo que le habían dicho, ella no lo conocía, ni recordaba que su padre le hubiera hablado de que tenía algún hermano... todo eso era tan extraño. Un hombre de quien no tenía la más mínima idea de quien se trataba iba a hacerse cargo de ella, y tendría de paso que cambiar de colegio ya que su tío vivía en otra parte de Tokio y no podría llegar a su antiguo colegio aunque quisiera. Por lo menos sería un buen cambio, así se olvidaría de su pasado, de su dolor e intentaría empezar de nuevo, aunque para ella eso era prácticamente imposible, nunca olvidaría a sus padres, ni a otras personas que mejor no era nombrar.
El coche se detuvo en la entrada de un bloque de pisos, según la dirección su tío vivía en el tercero. Miró al sitio con detenimiento, no parecía ninguna mala zona urbanística, ni ningún sitio donde tuviera algún problema de bandas o de cualquier cosa ocurrente, a su parecer tenía pinta de un barrio tranquilo y apacible. Subió por el ascensor con su equipaje, había dejado la mitad de las cosas en su casa, la verdad era que traía solo lo indispensable. Miró el papel, según esto el de su tío era el tercero A, divisó la puerta y vio un cartel con el apellido Kamasaki. Llamó al timbre esperando alguna respuesta de su interior, al parecer no había nadie en la casa, aunque un ruido en su interior captó su atención.
- ¿Hay alguien ahí? – sonó una voz grave al otro lado de la puerta.
Kykio estaba insegura si contestar o no, podría irse de allí y buscar otro lugar donde quedarse, pero recordó que no tenía nada que perder si se quedaba ahí y nada que ganar marchándose.
- Sí – contestó firmemente, no se dejaría flaquear tan fácil.
- ¿Quién? – comentó secamente mirando por la mirilla.
- Kykio Kamasaki, tú sobrina – dijo sin inmutarse.
La puerta se entreabrió y se dejo ver un hombre de unos treinta y algo de años. Tenia un luna debajo de su ojo izquierdo muy significativo, sus ojos negros como el carbón, sus cabellos castaños oscuros aguantados para que cayeran en su frente por una cinta verde. Vestía pantalones vaqueros algo gastados, jersey rojo oscuro y tenía un extraño tatuaje cerca del cuello que ella no pudo distinguir.
- ¿Kykio? – preguntó algo extrañado al principio.
- Sí – asintió ella.
- No te veía desde el entierro de tus padre, bueno, no es que tu me vieras, mas bien yo miré desde lejos – sonriendo un poco nervioso.
- ¿Acaso quiere decir que me espía? – pronunció con algo de indignación.
- ¡¡No!!, no pienses esas cosa niña, es que... hace mucho que no tengo contacto con la familia, hace mucho tiempo que no me veo con nadie, e ir a un entierro no me iba a ayudar, no es para que pienses mal... – susurró, definitivamente ese tío era extraño.
- Bueno... ¿puedo entrar? – señalando el interior de la casa.
- Oh, sí, claro – abriendo la puerta – esta es tu casa, aunque... es extraño debería haber recibido una carta que me informara que ibas a venir – musitó.
- Creo que es eso la carta – señalando a un pequeño trozo de papel que había en el suelo tirado.
- Eh... – mira el papel y lo lee – si este es – sonríe nerviosamente – perdona este desorden pero es que no tengo mucho tiempo para limpiar – intentando esquivar los objetos del suelo.
- No, si se nota... – murmuró yendo detrás de él - ¿dónde se supone que voy a dormir? – preguntó con curiosidad.
- Pues creo que aquí – empujando levemente una puerta – esta habitación la utilizo cuando tengo visita – se arrascó la cabeza – creo que te servirá, ya la limpiaremos mañana – mirando a Kykio - ¿sabes?, te pareces un montón a tu madre, aunque los ojos son de tu padre – sonriendo.
- Me lo han dicho muchas veces – se sentó en la colcha.
- Yo voy a recoger un poco todo eh... si necesitas algo me avisas, ¿de acuerdo? – poniéndose debajo del marco.
Esta solo atinó a asentir y el hombre se marchó. Su tío totalmente era extraño, y... esa habitación no estaba nada mal, la cama tenía una colcha azul oscura y junto a su cama una mesilla, por la ventana entraba la tenue luz del sol y en las estanterías estaba acumulado el polvo, y donde habían unos cuantos libros de psicología, ni idea de para que servían, pero ahí se encontraban, también algunos de medicina y derecho. O su tío estudiaba mucho o le gustaba coleccionar libros, aunque, la verdad no sabía a lo que se dedicaba, ya se lo preguntaría después.
- No parece tan mal lugar después de todo – tumbándose en la cama.
El timbre sonó repetidas veces y su tío no iba a abrir la puerta, al parecer estaría liado con cualquier cosa o recogiendo alguno de los libros que seguramente tendría tirado por la habitación.
- Kykio podrías abrir es que estoy ocup... – un estruendo se oyó en la habitación de al lado y una pequeña nube de polvo se levantó.
- Si ya voy – se levantó de su cama y esquivando los trastos del pasillo llegó al recibidor.
Abrió la puerta y suspiró resignada, y entonces vio a un joven de ojos rojos esperaba mirando por el pasillo a la calle. Su pelo mediano recogido elegantemente y su cartera puesta detrás de su espalda, al darse la vuelva miró un tanto sorprendido a la chica, como sino se la esperara encontrar ahí. La chica pensaba también en otra cosa parecido: ¿qué demonio hacía Naraku Hanuki en el departamento de su tío, acaso se conocían?.
- ¿Qué hace aquí Hanuki?, que me mandas "recuerdos" de tu padre – contestó con sorna.
- No, que va, primero el no se molestaría – sonriendo cínicamente – y para que lo sepas murió ayer, aunque no es que importe mucho la verdad – dijo indiferente.
- Vaya – contestó algo sorprendida por la simpleza de las palabras – tu amor hacia el prójimo crece tanto como tu modestia – rió sarcásticamente.
- Te das muchos aires Kamasaki, para no ser mas que una huérfana – mirándola con detenimiento.
Aunque esas palabras dolieron, no se dejaría derrumbar por eso.
- Pues estamos en el mismo barco Hanuki, por que te recuerdo que tu también lo eres, no me repliques a mi por que por lo menos tenemos algo en común – sin desviar la mirada.
- Buena respuesta... al verte en el hospital tan destrozada pensé que serías una mosquita muerta, niña de papá, pero al parecer la apariencias en verdad engañan – acercándose a ella.
- Las apariencias, nunca muestran a tu verdadera persona, en verdad yo soy así, ¿no me vengas con que creíste que era débil y lloraría? – mintió ella, prefería combatir con esa mentira que dejar caer su orgullo.
- Pues si te digo la verdad, esa fue mi primera impresión de ti – dándole la espalda – además también en tu físico has cambiado, antes tenía el pelo suelo, y la sombra de ojos sobraba – musitó algo acongojado.
Esto confundió a Kykio, ahora que demonios le había dado por su físico, y a que venían esas palabras atragantadas como si les costara salir, además y más importante, ¡¡aún no le había preguntado que hacía en esa casa!!.
- Déjate de necedades y ahora si no te importa, ¿qué buscas en este departamento?, por que si era para hablar conmigo o buscarme ya lo has hecho- iba a cerrar la puerta cuando la agarró.
- No, la verdad es que iba a hablar con Musou – entrando forzosamente.
- ¿Qué quieres hablar con mi tío? – preguntó extrañada.
- ¿Es tu tío? – dijo sorprendido – vaya, no lo sabía, y eso es raro – sonriendo extrañamente.
Kykio lo miró con el ceño fruncido y una mueca en su cara, a este tío que le pasaba, tan pronto como había llegado se proclamaba el señor del lugar ¿o que?.
- ¿A ti que te pasa en la cara?, te has tomado una viagra antes de venir aquí, ¿no? – comentó sin cambiar el sentido de la voz.
- ¿¡Pero tú por quien me tomas!? – gritó rojo de la vergüenza.
- No se, dímelo tú – sin cambiar de expresión.
- ¿Qué son estos gritos? – contestó Musou desde su cuarto.
- Soy yo – tan pronto como esa habló el hombre estaba mirándolo desde la puerta – tu "querida sobrina" y yo estábamos hablando un poco Musou, no sabía que tenías familia, y menos tan "encantadora" – dijo la última palabra con tanto sarcasmo que la chica se sonrojó momentáneamente.
- Naraku... no sabía que venias hoy,¿os conocéis? – señalándolos simultáneamente.
- Solo de vista – murmuró.
- Os tratáis muy familiares los dos – sonrió pícaramente – Naraku... ¿sales con mi sobrina, no? – mirando la reacción de los dos divertido.
- ¡¡¡Pero que estupideces se te ocurre decir!!! – gritó fuertemente, mientras un pequeño tinte rojo cubría sus mejillas.
- Hanuki, por primera vez estamos de acuerdo – comentó con ironía -tío, ¿te has tomado algo en mal estado, verdad? – en tono de reprimenda.
- No, estoy perfectamente – sonrió – bueno... cambiemos de tema, ¿sí? – sentándose en el sofá - ¿para que has venido Naraku?, creí que no vendrías hasta el Miércoles – calmó su expresión.
- Y yo creía que no te importaban las visitas inesperadas, pero creo que ya entiendo el por que ahora si te preocupa – mirando con mal disimulo a la chica.
- ¿Por qué me miras así salido? – contestó con sorna.
- ¿Salido, yo? – rió descaradamente – no sabes lo que dices, y menos viendo a una niñita – se burlo.
- ¡¡Oye!!, el único niño que hay aquí eres tú – dijo con desdén.
- Vamos chicos no os peleéis – levantándose – ahora en serio, ¿qué querías Naraku? – preguntó interesado.
- Hacerte una pequeña visita – sonrió pícaramente – además necesito que mañana vengas por la noche, sino no podré cerrar el local a tiempo, estoy de exámenes, recuerda que Kagura no está en la ciudad así que te toca a ti – comentó normalmente.
- ¡¡Pero yo ya lo cerré durante tres días!!no puedo volver a hacerlo, mira la pocilga en que se ha convertido mi casa – señalando a su alrededor – necesito hacer algo de limpieza por lo menos, y ahora más que tengo que mantener a mi sobrina - señalándola.
- Para eso que lo haga ella que también tiene que ganarse el pan – pronunció indiferente a la mirada fulminante que la chica le lanzó.
- Perdonad sino es de mi intromisión, pero una servidora está aquí y no pienso hacer nada hasta que me expliquéis que pasa, ¿qué es eso de cerrar el local?, ¿qué local? – dijo de forma autoritaria.
- La "Araña negra", es un local que abrió un amigo nuestro que era el dueño, pero hace unos meses murió y nosotros no tenemos que hacer cargo de él, por lo menos sacamos buenos beneficios, aunque este – señala a Naraku – no da una por que siempre dice que está de exámenes, aunque seguramente es para escaquearte de tus responsabilidades – sonrió burlescamente.
- Si el local no se abre, no ganas dinero, y te recuerdo que no es que tengas mucho trabajo que digamos – miró al hombre orgullosamente – yo por lo menos tengo algo que hacer, en cambio tú no, eres un vago – musitó con indiferencia.
- ¡¡Mira niñato, si yo quisiera podría conseguir un trabajo, pero ahora mismo estoy en paro provisional, en una semana tendré empleo fijo en cualquier lugar!! – sentándose pesadamente en el sofá.
- Si me lo demuestras no te molestaré más – rió de buena gana.
- ¿Es una apuesta? – sus ojos destellaron de emoción.
- Puedes tomártelo como una, se que te encantan – levantándose y dirigiéndose a la puerta.
Llegó a la puerta y la abrió para salir de la casa, al llegar a la barandilla respiró hondo, no era bueno intentar ser tan adulto con esos años, y aunque le costara reconocerlo, aquella chica, aunque algo cínica y fría, era divertida, tenía unas cosas rarísimas, es eso recordaba a Musou que estaba medio loco. Escuchó la puerta chirriar, y miró a la chica de expresión fría y calmada enfrente suya, parecía la chica que vio en el hospital, menos por los ojos... habían cambiado de una forma radical, aunque aún se podía ver ese pequeño brillo de vida, cada vez estaba más opaco.
- ¿Por qué le haces eso a mi tío? – comentó débilmente.
- ¿Hacerle que?, que yo sepa soy libre de culpa hasta que se demuestre lo contrario- sonrió contestando lo más elocuentemente que pudo.
- ¿No ves como está su casa?, debería estar en ella y ordenarla en vez de buscar trabajo, haces daño a las personas solo por tu diversión – dijo lancónicamete.
- Je – bufó en una risotada – como si fuera la única persona del mundo que lo hace, seguramente hay millones de ellas haciendo cosas peor que esas – contestó tranquilamente.
- Puede... pero si sigue así, la casa quedará irreconocible y yo n le puedo ayudar al no poder trabajar, ¿y sabes lo más raro de todo esto? – el joven negó con la cabeza – que mi tío me cae bien, cosas extraña, no me trata como una niña, me trata como una persona, cosa que poca gente hace, incluido tú que me ve como un incordio, ¿acaso me equivoco? – mientras mostraba una sonrisa irónica.
- Veo que no se te escapa ni una Kamasaki, eres una verdadera fiera cuando te pones así – sonrió lascivamente – eso me gusta – acercándose a ella.
- Como si te sintieras interesado por mí – se burló – mejor vete antes de que me enfade por que cuando lo hago puedo ser muy... – no continuó ya que se sorprendió de la rapidez que el muchacho había puesto sus labios sobre los de ella y le agarraba los brazos con fuerza.
Kykio estaba paralizada, no sabía que hacer, no se podía mover, era su primer beso... ¡¡y tenía que ser con el hijo del bastardo que mató a sus padres!!. No contestaba al beso, pero tampoco lo detenía, era una cesación extraña, era agradable pero le daba repulsión solo de pensar que chico era quien se lo estaba dando. Lentamente Naraku se separó de ella y se le acercó al oído y susurró.
- ¿Nunca te han dicho que estas muy guapa cuando te enfadas? – medio sonrió – y callada aún mejor – terminó por decir.
La joven se sentía avergonzada y usada, una vez le habían dicho que no dejaran que la humillaran, y eso iba a hacer, no dejarse humillar, prefería mil veces no ser humillada en su orgullo ha hacer otra cosa. Se soltó de el y le lanzó una mirada de profundo odio y rencor, cerró los puños con fuerzas y rápidamente le pegó un puñetazo en medio de la cara, dejándole la nariz con sangre, eso debió de doler hasta en el carnet de identidad. El muchacho perdió el equilibrio y cayó de espaldas al suelo con sus manos puestas en su nariz.
- Te dije que cuando me enfado puedo llegar a ser muy peligrosa – murmuró fríamente – la próxima vez, piénsatelo dos veces antes de cometer alguna locura como esa – pronunció metiendose en su casa dejando a un muchacho con la nariz goteando pequeñas gotas carmesí y una extraña sonrisa en el rostro.
- Cada vez esta chica me gusta más – levantándose del suelo – es muy fuerte para ser no más que una niña... – sonrió sonoramente – la próxima vez, a lo mejor, te llevas una sorpresa, mi querida Kykio – musitó el final.
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¿Cuánto tiempo abría pasado desde que vivía con su tío?, no lo recordaba muy bien, pero ya eran 8 meses los que había vivido con él, no la trataba mal, en verdad era un hombre muy simpático, y algunas noche iba con el a la "Araña Negra" para hacerle compañía, aunque la entrada a menores estuviera prohibida, ella podía entrar libremente. Caminaba por el camino de vuelta a casa desde su instituto, estaría un poco lejos, pero no le importaba, aunque prefiriera su antigua institución, no se quejaba, ya que allí todo el mundo parecía tenerle respeto. Su rostro se había vuelto impasible, muchísimo más de cuando vio a su tío por primera vez, su voz siempre fría y alentadora despertaba mucha curiosidad en chicos de su escuela. Las chicas la admiraban por su hermosura, además por ese porte de autoridad que siempre llevaba, parecía tan convencida de si misma que nadie le podía quitar ese puesto que se había ganado.
No era una de las mejores en el estudio, pero se esforzaba más que otras personas, quería alcanzar una meta en la vida, y nada ni nadie se lo impediría. En deportes destacaba, sobretodo en arco, en su antiguo colegio no había ese club y ahora ella era la presidenta del mismo. Tenía gracia que la primera vez que tomaba uno era como si lo hubiera utilizado toda la vida, era extraño, como si esa arma estuviera echa para ella. Su tío, al final encontró trabajo, a media jornada, pero valía para comer y comprar alguno caprichos. En su casa, Kykio era diferente, aunque seguía con su porte, su voz se tornaba algo más cálida y parecía más divertida, había ayudado a su tío a recoger la casa, que quedaba mucho mejor así había que decirlo, y lo mejor era que su tío era el que cocinaba, aunque cuando vio la sopa que preparó el por primera vez casi pensó que era veneno en vez de comida, y resultó que estaba buena después de todo.
- Por lo menos, esta vida va a mejor – susurró para ella.
Naraku iba muchas veces a visitar a su tío, y ya no la había tocado más, aunque una que otra bronca de parte de ellos para Musou, ya era algo irremediable de parar, tanto que se había hasta acostumbrado a ese tipo de riñas, que el siempre llamaba "peleas de pareja" y que ella y el joven desmentían rápidamente. La verdad es que su vida iba bien, cerró los ojos momentáneamente y chocó con una persona que al parecer estaba parada, abrió los ojos dispuesta a disculparse pero se quedó paralizada por la persona que vio. Unos penetrantes ojos ámbar la miraron fríamente por encima del hombro esperando una disculpa por parte de esa chica.
No podía concebir por tener que chocar precisamente con él, después de 10 meses va y se lo encuentra. Al darse cuenta de que estaba pegado a él, se alejó y lo miró con odio y rencor, no valía la pena malgastar palabras ya que el mismo le había dicho que no le volviera a hablar ni a buscar en la vida, y eso haría. Paso olímpicamente de la mirada del hombre y siguió caminando a paso normal.
- Por lo menos se podría disculpar – pronunció él sin quitarle la vista de encima.
- No tengo nada por que disculparme – medio sonrió irónicamente dándose la vuelta – solo por dirigirte la palabra, Kimitaka, es por lo único que me tengo que disculpar – lo miró con frialdad.
- Al parecer hasta las niñas me conocen, que gracia – dijo con sarcasmo.
- Al parecer no todas las personas te tienen miedo, Kimitaka, a lo mejor si dejaras de ser un cabrón integral serías más sociable – rió con ganas al ver la cara que le había puesto al sujeto.
- ¿Te atreves a insultarme niña? – contestó con voz hueca.
- Y lo volvería a hacer – se dio la vuelta – pero no vale la pena malgastar palabras contigo – empezó a caminar pero el muchacho la sujeto con el brazo.
- Nadie me insulta sin conocerme o que yo lo conozca antes, y a ti no te conozco – murmuró fríamente.
- Para ser tan listo, tienes muy mala memoria – comentó en el mismo tono que el había utilizado.
- Exijo que me digas tu nombre – musitó.
- Yo te exigiría que me soltaras sino te importa – empezaba a enfadarse por la actitud del chico, ahora ni siquiera se acordaba de ella, era el colmo.
- Si me importa – aprentándole el brazo con un poco más de fuerza - dime tu nombre – ordenó.
- ¿Y si me niego? – sin inmutarse.
- Dime tu nombre – aprentándole el brazo con más fuerza.
- No – contestó firmemente y aguantando el dolor que producía en el brazo.
- Que me lo digas... – susurró en un tono amenazador.
- Si no quiero aunque me obligues no conseguirás nada de mi, Kimitaka – sonriendo forzosamente.
- Exijo saber tu nombre, o quieres que te lo ponga yo... veamos, que te vendría mejor... a lo mejor si te digo pequeña zorrita, te gusta, ¿no? – sonriendo lascivamente.
Kykio abrió los ojos a más no poder de la impresión, nadie, nunca en su vida la habían llamado así, eso era una humillación, y como el dijo bien, nadie nunca la humillaría, y menos un ser que la engañó y traicionó tiempo atrás, a lo mejor si lee daba algo que solo ella sabía que le impactaba se quedaría callado. Le miró a los ojos con profundo odio mientras este solo sonreía, pronto le borraría esa sonrisa de su cara, apretó la mano y cogió fuerzas. Levanto su mano al parecer, para intentar soltarse, haciendo que el joven creyera una cosa que en verdad no era. Su mano se estrelló en la mejilla del sujeto con tanta fuerza que tuvo que soltarse de la chica que se sujetó el brazo donde tenía pequeñas marcas rojas.
- ¿¡Quien te crees que eres para levantarme la mano!? – no sabía por que pero al mirara a la cara de la joven recordó algo, se parecía mucho a aquella chica que un tiempo fue su amiga, pero se separó de ella por que así seria mejor, aunque se notaba que era imposible que fuera ella, su rostro era muy distinto al que conoció.
- No sería... – musitó indiferente – la primera vez que te levanto la mano – bajó la mirada.
Sesshomaru estaba sorprendido, por lo que recordaba no era la primera vez que le daban una cachetada, no... una chica ya le había dado otra, si... y él se había disculpado, por que la bofetada se la tenía merecida, esa persona estaba sufriendo, y el se había metido con ella, su rostro con lágrimas no lo había olvidado aunque aparentara lo contrario. Pero le resultaba increíble que aquella chica sincera y alegre fuera la que tenía delante suya... era imposible un cambio tan radical de parte de una persona.
- Kykio... – murmuró.
Ella sonrió con ironía.
- Al parecer no tienes tan mala memoria después de todo, ¿eh, Kimitaka? – lo miró altivamente.
- Kamasaki... – devolvió la miraba y vio una de profundo odio, aunque creía saber por que, y según eso, la tendría bien merecida.
- Tanto tiempo sin verte, como pasa el tiempo, diez meses y parece que fue ayer – rió amargamente.
- ¿Qué haces por aquí?, creí haberte dicho que no me buscaras ni hablaras conmigo – recuperando su orgullo y compostura.
- El que ha empezado esta conversación ha sido tú, y además ya me he disculpado por hablarte, si me disculpas, tengo que irme – dándose la vuelta – espero no volver a verte en mucho tiempo – carraspeó – y déjate de absurdos nombres, sabes como me llamo perfectamente, a ti... no te hace falta por lo menos – susurró.
La chica se alejó a paso lento y decidido, como si ese encuentro jamás hubiera existido. Cuando llegó a su casa, su tío estaba en el salón viendo un programa de la televisión, al parecer uno del corazón... aunque hubiese convivido un siglo con su tío aún no lo llegaría a comprender, pero eso le divertía bastante, cosas nuevas cada día y ese hombre era muy original en las comidas, ideas, y todo lo que inventaba. Se metió en su habitación y se tumbó en la cama y cerró sus ojos, en su casa era donde podía ser verdaderamente ella, su único lugar para refugiarse, el único lugar donde no tenia que fingir ante nadie, pequeñas gotas salinas mancharon su colcha, por primera vez en mucho tiempo, lloraba, lloraba al recordar la última vez que se encontró con ese chico, lloraba por recordar el sufrimiento que le hizo pasar, lloraba por tener que volver a vivir un pasado del que huía, pero que siempre seguiría vivo... lo odiaba, odiaba todo lo que tenía que ver con él, su familia, su vida, todo, no quería verlo más... no quería sufrir.
- Te odio Sesshomaru Kimitaka – hundió la cabeza en la almohada – no sabes cuanto te odio – pronunció secamente, antes de caer en un profundo sueño, donde Morfeo sería su guía, donde su vida no parecía mala, donde aún tenía a esas dos personas que la querían, y a su mejor amigo que la ayudaba cuando la necesitaba – Sesshomaru...
Continuará...
Bien T-T a quien no le parezca un capítulo decente me lo puede decir con toda sinceridad, pero a mi me pareció un capítulo excelente, que pocas veces lo diré y menos de una cosa que yo haya escrito, y Kykio me pareció hasta buena a veces a ustedes no?. Sesshomaru me pareció un poquito cabrón ù.u y Naraku algo... sádico no? o.O, pobre Musou!!!!!!! Más loco solo podemos estar unas pocas personas, yo me incluyo, xD, no se por que, pero en este capítulo... me ha parecido que he puesto una vida un poquillo durilla de Kykio, no? . Os recuerdo, que cualquier cosa letal para mi, o para cualquiera de mis ayudantes, personalidades, componentes, etc.. (Yo me incluyo) la mandéis al castillo de Naraku, que ya me han preguntado a dirección y es esta: Calle infierno, 666, código postal, 90990 n.n, espero que os ayude. Espero que me dejéis lindas reviews, que no me matéis y que me sigáis leyendo como si fuera una buena escritora, así seré feliz :P.
Kaori Asamiya: Por que sino apareciera Kykio este fics, no iba a tener ni la mitad del éxito que esta teniendo y si no la hubiera puesto no podría este capítulo tan chulo que me ha quedado n.n. La paranoia tuya es muy grande, pero no superas a Kimi cuando está medio drogada, creo que las canciones suyas son únicas en el mundo, ya me las están pidiendo para hacer discos y todo xD. En este capítulo no están esos dos, así que como tu dices el capítulo no será tierno, y además, salen más Kykio y Naraku, así que te jodes y te aguantas jejejeje. Yo esta vez si que he actualizado pronto, así que no te quejes, la idea del lemmon es mía :P y tengo derecho, a ver si llegamos xD. Muchos saludos para ti y para Kaori que hace mucho tiempo que no hablo con ella.
Kagome – Inulove: Gracias, y espero que este también te guste, no culpes a Kykio, no tiene culpa que en todos los fics la pinten fea, además a lo mejor si lees esto entiendes un poco su vida, a Naraku no le gusta Kykio, más bien está obsesionado con ella, creo que quien le gusta en verdad es Kagome, pero no estoy segura. Inuyasha creo que sí se va a fijar en Kykio, más por el parecido con Kagome que por otra cosa me parece a mi u.u, pues si entonces no la odiaras en este capítulo, no es mala en el fondo, solo que ha sufrido mucho T-T por lo menos aquí sí. Espero que me sigas dejando reviews en las siguientes actualizaciones n.n.
Jorleen: Estoy muy bien, y me he tardado mucho menos en esta actualización que en las otras , no te parece?,espero que este capítulo te guste aunque salga Kykio, la pobre no tiene culpa de ser como es ;-; toda la culpa es de Sesshomaru ¬¬ sino hubiera sido tan cabrón, tendríamos a una Kykio buena, con la actitud de Kagome u.u. Pero la vida no es justa para todo el mundo, y con ella la vida no fue nada justa ;-;. Espero verte por el msn y que te haya gustado este capítulo n.n.
Lucy – Yasha: Nunca se pierde la esperanza verdad?, yo tampoco la pierdo nunca, aunque a veces la vida es desesperante -.-. Lo repito, Kykio no es mala, solo que ha sufrido mucho, y Naraku le cae bien a mucha gente, en unos fics me encanta y en otro quiero matarlo, pero en este no es tan malo como lo pintan xD. Espero yo también poder llegar a los 200 reviews n.n.
Karina: De telenovela no está ¬¬ te lo retracto, no esta de telenovela, pero lo de hacerte llorar si que no me lo creo por que tampoco está para llorar, puede que en este sí, pero en el anterior te digo una y mil veces que no u.u. Muchísima gracias por los nombres en japonés así en Ya nunca más podré poner los nombres sin confundirme, será muchísimo más dinámico, te lo repito que muchas gracias por los nombres ya que en adelante creo que los utilizaré. Pero si sabes que siempre lo dejo en lo mejor, no me vengas con niñerías que no van contigo, y es verdad, al llegar a los 200 reviews... premio!!!! XD, no que va, si ni se parecen :P, puede que más adelante dejen de confundirlas, pero alguien será única y parecerá normal, no se, no se, pero en este fics ahí más líos que en los libros del Señor de los anillos u.u. No es una zorra, solo que vosotras malinterpretáis cosas ¬¬ prácticamente acaba de salir y ya me la crucificáis u.u por dios como si hubiera echo algo malo ya. Bueno creo que lo siguiente que me ciertas es personas y va más por msn que por fics, y las preguntas serán contestadas a su debido tiempo ya sabes que; la paciencia es una gran virtud, y si no tienes, aprende a tenerla u.u o apáñatelas xD. Pues yo recuerdo que durmiendo no estaba xD estaba bien despierta y hablándote :P y el ordenador encendido a las 4 de la mañana pero así estaba xD. Nos vemos por el msn, espero que te haya gustado este capítulo tanto como a mi.
Black Berries Fairy: No será kilométrico por que tengo falta de imaginación, en esas partes estamos igual a que si xD. Espero que también te mueras de ganas de este capítulo, por que creo que en verdad es uno de los mejores que me he leído, aunque a Sesshomaru le he puesto un poquito más cabrón que de costumbre, tu ya sabes que sino pongo drama me muero o algo por el estilo xD. Pues el pasado de Kykio más o menos está desvelado, no te parece?, y el saludillo... puede ser una cosilla que pasa jejeje. Gracias n.n en verdad me alegro mucho de que te haya gustado tanto.
Miaka – chan: Gracias por el review, y aquí no se sabe con quien acabará quien, por que sino me equivoco, aquí no se sabe si es un Sesshomaru/Kykio o un Naraku/Kykio, verdad?. Aunque Inuyasha/Kagome son la mejor pareja sin duda alguna n.n. Espero que te guste el capítulo.
Kagome – N: Tu ordenador, con mis más grandes respetos, es una mierda u.u y tu msn, va de culo, a ver si te bajas u.u. No importa, sabes que te respeto en tu días de baja :P igual que me tienes que respetar a mi por no estar esta mañana que he estado muy ocupada u.u. Bueno, ya te lo he dicho que esa pareja como la pongo, como si no, es que es muy complicado aquí hacer las parejas normales T.T es difícil intentar poner a Kykio con alguien cuando odia a uno y al otro no lo soporta, así que estoy en fase pos no saber quien es quien n.nUUU. Naraku amable puede ser raro, pero es mono, no tan malo como lo pintan u.u, y lo de que va a sufrir, te lo digo, va a sufrir hasta el perro xD. NO ha estado liada con el... ha estado de amistad con él, pero si los lío se que eres la primera en matarme, aún así creo que haré una encuesta para saber con quien de los dos se queda al final y así no me culpas de todo con quien quede u.u. Es que aún no toca tenme paciencia, lo de Miroku se sabrá a su tiempo. Y el lemmon aún no se si lo haré, así que no atosigarme más con la parejita que aún queda para los 200, y además mi niña Antonietta no me ha dejado review, y eso me pone triste T-T. No tener personalidades no es malo, así la ida es mas tranquila te lo aseguro u.u. Nos menos por el msn Nee – chan n.n. La princesa de ojos de cristal.
Gabriela: Espero que este capítulo también te haya gustado, y ya veremos si hay lemmon o no :P, aunque la mayoría pedirá ese seguro.
Natsumi – san: Exactamente!!! Por que yo lo valgo xD si es que tengo arte n.n. Lo de hermosa obra de arte quítamelo que no soy una buena escritora mujer ¬¬ solo soy una escritora normal y decente u.u. Pero si Kykio en este capítulo es la ostia, muestra sentimientos xD eso es nuevo, pero tu dirás, son tus gustos, y no los cambiaré yo -.no caerá a los pies de Kykio, pasará tiempo antes de eso jejeje. Ya me lo han dicho, que me queda muy bien, y no me tortures que sino no sigo el fics eh ¬¬. Si es que eres una despistá a ver si ahora si te das cuenta que he actualizado y seas una de las primeras en dejarme review n.n, como me dijiste, te gusta leerlo por el FF no?, pues aquí lo tienes listo xD. Nos vemos por el msn jejeje.
Shiory – Asuka: No te emociones, que solo era un cumplido, pero yo no se contestar conversaciones múltiples, yo tendré multi-personalidad pero lo tuyo ya es pasarse, espero que te haya gustado este capítulo tanto como los otro, y que sigas peleando con tus personalidades que me recuerdas a mi!!! XD. Nos vemos en la próxima actualización.
Iris – Ody: Si, tenía que ponerla u.u sino este capítulo se hubiera realizado xD, te gustará este capítulo también creo jejeje, no os peleéis que ya haré algo para que se solucione no os molestéis tanto :P.
Alejandra: Si!!!! Rápido como el viento xD este capitulo si que ha sido rápido no como el otro, este me costó menos escribirlo, note creas jijijiji, ya se todo eso, y espero que te haya servido lo que te dije, a lo mejor si se cumple lo del lemmon, aunque aún no se sabe xD. Nos vemos amiga.
Sesshi23: No importa, lo que importa es que dejes reviews n.n. No se cuantas me han felicitado ya, pero serás una de las que siempre lo hacen, no me he fijado :P. Que os lo digo ¬¬ Kykio no es mala, se hace la mala, no la toméis con ella que no tiene la culpa de haber pasado todo lo que a pasado, así que no me la mortifiquéis más por favor u.u. Si fue Naraku, y si pienso hace un cuadrado amoroso, pasa algo ¬¬, no? mejor, así esta bien. Que a Kouga no le gusta Kagome T-T no te das cuenta!!!. No lo creo ¬¬UUU yo soy mucho por que tu en muchos aspectos u.u, nos vemos en la próxima actualización.
Gris – Kag: Os lo repito, ninguna de las palabras de ir rápido medianamente entran en mi vocabulario xD aunque este capítulo ha ido sin prisas ha quedado muy bien.
Shouko Black: xD si ya te lo digo yo, no ahí quien me supere en el contexto de que alguien me quiera matar solo por terminar un capítulo xD, si es que mi sobrinito es una monada n.n tan lindo, y tu Inuyasha ¬¬ mas te vale cuidarlo bien no le tenga que dar parte a Kagome de que no perviertes o algo así, no digas luego que fue Ranma xD, que tú también estas bastante pervertido, nos menos Cecy, y recuerda, como le pase algo a mis niños en tu fics te mato jijijiji.
Kagome – anti – Kykio: No seas tan mala con ella que también ha sufrido lo suyo, ya leerás este capítulo entero y sabrás que pasa, aunque amiga, no se si te dará tiempo a leerlo, ya que te vas mañana de vacaciones lo tenemos difícil no?, bueno... por lo menos se intenta xD, no crees?, espero volver a verte pronto por el msn n.n.
Terminé a las 22:42 que son ahora mismo, escribo esto rápido subo el capítulo y intento dejar un review a Elena antes de que completamente me mate u.u, por que sino se lo dejo se vuelve histérica y me quiere matar T-T os lo podéis creer?, quiere matar a este angelito de persona... bueno, lo de angelito irá entre comillas por que prácticamente son un ángel pero con cuernos y rabo claro está xD. Espero que os haya gustado.
Dejadme muchas y preciosas reviews n.n.
Próximo capítulo...
Trato por interés
Nos lo perdáis n.n!!!
Se despide ASUMI – CHAN y Elís (una servidora que va a ver los carnavales) joder y yo no te fastidia ¬¬.
