. El precio de tu amor .
De: Priss.
Capitulo II: .: "La boda, un beso… y un sentimiento que no puedo entender." :.
Permanecía sentada frente al tocador; había terminado de arreglarse hacia un buen rato aunque todavía faltaba un poco más para que la ceremonia diera inicio, ceremonia que se llevaría acabo en uno de los extensos jardines de la mansión Asakura, por disposición y gusto del mismo Hao.
Ya todas sus cosas estaban en esa habitación, la que de ahora en adelante compartiría con el joven de largos cabellos.
Solo faltaba ella, pero desde esa noche, ambos...
- Ahh¿qué voy a hacer?.
La rubia suspiró nerviosa ante lo que estaba a punto de hacer.
Tratando de ocupar su mente en otras cosas, posó la vista sobre su vestido de novia.
Con un sencillo escote al frente y otro atrás que dejaba ver la pálida piel de su espalda, el modelo era ajustado hasta la cintura, donde un enorme moño sujetaba la fina tela exactamente donde terminaba su espalda, después la tela caía ampliamente hasta casi rozar el piso.
Una diadema de flores sostenía el largo velo que portaba, y por último una gargantilla de tela blanca que lucia bastante gracias al escote de la prenda.
- Pilika tiene buen gusto, no puedo negarlo.
Se dijo a si misma, recordando que ese vestido había sido elegido por la chica peliazul. El simple diseño denotaba sencillez y elegancia.
Se veía linda, sin duda, al menos le gustaba su reflejo en el espejo; incluso el maquillaje era escaso y suave, otorgándole así un aire de frescura y juventud poco común en esos eventos.
- Es solo una imagen.
Bajó la mirada mientras se convencía totalmente de esas palabras.
Solo la fachada, el simple reflejo que le mostraba el espejo. Por muy linda que fuera la imagen frente a ella, por dentro su alma gritaba tratando de encontrar la salida de ésta pesadilla.
Es verdad, si no fuera por la expresión en su rostro sería la novia más hermosa del mundo.
La frialdad en sus bellos ojos delataban cuán indeseada era ésta boda. Había un dejo de enfado en su mirar, más ni eso podía ocultar el brillo en sus ojos, brillo producto de la tristeza que a su corazón oprimía; tenia deseos de llorar y eso era algo que no podía negarse a si misma.
Un par de golpes sobre la puerta la alejaron de sus tristes y nerviosos pensamientos.
Reaccionó casi con voz mecánica; pensando que se trataba de la joven peliazul o las mujeres que el mismo Hao designó para arreglarla, permitió que entraran a la habitación sin siquiera molestarse en ver de quien se trataba... hasta que escuchó su voz...
- Nunca imaginé... que llegaría a verte más hermosa de lo que ya eres.
Sorprendida por su presencia, se giró a verlo; no esperaba enfrentarlo hasta la ceremonia, pero conociéndolo el joven debía estar impaciente.
- Sabías que es mala suerte ver a la novia antes de la boda?.
- No debe ser cierto y menos si ella es tan bella.
Hao se acercó a la rubia, embelesado por completo con la belleza de la mujer. No pudo evitar el impulso de estrechar la mano derecha de Anna entre las suyas. Al verla ahí, vestida de ese modo, se convenció totalmente de haber hecho lo mejor, quizá no lo correcto, pero si lo mejor para tenerla a su lado.
Admirándola atentamente sin recibir quejas o insultos por parte de la chica, se percató de que ésta no llevaba un solo accesorio de joyería. Le extrañó bastante pues no escatimó en dinero para que su futura esposa luciera las más finas, bellas y costosas joyas.
- No fueron de tu agrado?.
Preguntó el muchacho, sin dejar de sostener la mano de Anna con las propias, mientras fijaba la mirada en los metales preciosos.
Kyouyama simplemente desvió la mirada a un costado, alegando que "ella no acostumbraba usar ese tipo de accesorios".
Hao suspiró decepcionado, ahora entendía porque su "novia" jamás aceptó ese tipo de obsequios, e incluso nunca la vio portar alguno propio.
Lo meditó por un momento, una de las razones para verla en ese instante era obsequiarle una joya más, aunque ésta era diferente en muchos aspectos, lo más seguro era que Anna la rechazara al igual que a todas las demás.
Con expresión seria, aunque tierna, rogó a dios por ser complacido al menos esta vez. Y decidido, con ambas manos sujetó el rostro de la rubia, obligándola suavemente a que lo mirara a los ojos.
- Anna, yo...
- Por favor...- Le interrumpió ella. -... si es cierto que tanto me amas, cancela la boda y termina con esto... ¡por favor!.-
La voz de la chica se quebraba conforme articulaba cada palabra; sus bellos ojos negros brillaban intensamente gracias a las lagrimas que comenzaban a acumularse en ellos. El miedo era tanto, era su boda, pero una boda que no deseaba.
Quizá la desesperación que se guardó en los últimos días clamaba por salir en ese momento, aunque fuese en un llanto silencioso.
La escena era desagradable para Hao; si bien sus métodos para atarla a él no eran los más correctos, sus sentimientos si eran sinceros. Y verla así, tan triste y desesperada, negándose a casarse con él... le dolió. Un dolor en el pecho que se hacia cada vez más molesto al mirarla.
- No, no llores.
Incapaz de verla tan vulnerable, el joven de morena piel la abrazó con fuerza y de forma inesperada. Escondiendo el rostro en su cuello y embriagándose con el dulce aroma de su rubio cabello.
Le pedía que lo entendiera, la amaba y no deseaba verla llorar. Mucho menos si él era el culpable de dichas lagrimas.
Tratando de calmarla, le prometió darle todo en la vida, nada le faltaría...
- Y no me refiero solo a lo material... Anna, no habrá día que pase sin que tengas todo mi amor.
Su cálido aliento chocaba contra su oído izquierdo, mientras las palabras del joven Asakura inundaron su mente, como susurros de amor y promesas intimas de una pareja.
Anna pudo sentir como Hao la abrazaba ligeramente más fuerte por la cintura, atrayéndola a él. No entendió por qué, pero su corazón comenzó a latir más fuerte con la cercanía de su futuro esposo. Era una sensación hermosa que la confundía y la hacia resignarse a aceptar la idea de estar con él.
La rubia quiso decir algo, más la voz se le apagó en el momento en que Hao entrelazó los dedos de sus manos. Insegura lo miró de frente... lo vio sonreír, una sonrisa tierna que le imploraba cariño.
- Sé que no te gustan, pero quiero que la uses.
Le pidió mientras sostenía la mano izquierda de la joven y colocaba en su dedo anular una bella y pequeña sortija.
- Era de mi madre.
La voz de Hao se dejó escuchar con cierto aire de tristeza en las palabras. Entonces Anna lo miró fijamente, al mencionar que dicha sortija era de su mamá pudo entender cuán importante debía ser para él. Tampoco pudo evitar pensar en su propia madre.
- El día que me la dio, dijo... que debía dársela a la mujer que amase... a ninguna otra.
Las palabras del muchacho le infundían tristeza y aun así provocaron un intenso rojo en sus mejillas.
De pronto toda la desesperación se esfumó. Anna seguía nerviosa, sin duda, pero ahora era por motivos distintos.
La boda iba a efectuarse, ese era un hecho. No pensaría más en lo indeseada que dicha boda era para ella pues ya no sabía si en verdad quería cancelar esto. De pronto tuvo la pequeña y tímida sensación de querer casarse con él; se sentía tonta¿cómo es que simples palabras la habían hecho sucumbir tan fácil?.
- Ya casi es hora... te espero abajo.
Hao posó los labios sobre la frente de la chica y poco después abandonó la habitación, dejando a una inmóvil y confundida mujer con las mejillas ardiendo en rojo. La dejó pensando en él, con el corazón palpitando como nunca antes lo sintió.
Observó la sortija que ahora adornaba su dedo, parecía embelesada, de hecho la pieza le gustaba, era de su agrado... si, la usaría.
La acarició suavemente, sin poder evitar que un susurro se escapase de sus labios, susurro que entonaba el nombre de aquel que se la había obsequiado...
- Hao!...
Prácticamente había huido de la recepción, apresurándose hasta su recamara.
Podía ver a algunas personas desde el ventanal y escuchar a la orquesta tocar una suave melodía de un famoso, aunque desaparecido, cuarteto inglés del cual no recordaba el nombre, más de la melodía si… "And I love her".
Con la mirada fija en la noche, prestándole atención a la nada, se llevó las manos al pecho. El latir de su corazón era agitado y es que la idea, el hecho, seguía presente en su cabeza.
- Soy su esposa!...
Un susurro en medio de la oscuridad fue acompañado por el sonido bien acompasado de su intranquilo corazón.
Apenas podía creerlo, ya estaba casada, casada con el hombre que apenas la semana pasada rechazó por el simple hecho de que no le interesaba, le era indiferente.
- Es tan extraño.
Sus palabras no podían ser más ciertas, las cosas sucedieron demasiado rápido.
Con sus ojos fijos en el manto de la noche, dejó que a su mente volviera el recuerdo más significativo de la ceremonia...
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Él ya había aceptado; su respuesta fue firme y segura, en cambio ella guardó silencio por algunos momentos.
Sintió las pesadas miradas de los invitados, de los cuales no conocía a la gran mayoría; no pudo continuar así que giró el rostro a un costado, era demasiado para ella.
Sus delgados labios se movieron susurrando un "si", inaudible para los presentes a excepción de Hao y el sacerdote, quien le dio al muchacho la oportunidad de besarla.
El joven Asakura sonrió ligeramente; esto era algo que esperó con impaciencia. Por otro lado, los ojos negros de Anna se dilataron con sorpresa, más no se atrevió a mirar a su compañero. No fue necesario, Hao posó la mano en la mejilla derecha de la rubia, haciendo que sus miradas se encontrasen en un fugaz contacto visual, pero profundo.
Con las mejillas teñidas en rojo, Anna vio como la poca distancia que mantenía con Hao se esfumó lentamente; y cerró los ojos, esperando sentir los labios del muchacho. El único hijo de la familia Asakura se aseguró de que el beso fuera lento y tierno.
Sentir a la rubia corresponderle fue como un regalo del cielo y más tomando en cuenta las condiciones bajo las que se casaron.
El roce era tan suave y tranquilo, que Anna se estremeció por completo mientras un solo pensamiento le venia a la mente... "mi primer beso". Nunca creyó sentirse así, ni siquiera intentó imaginarlo y mucho menos con este hombre; aun así no pudo evitar, ni negar, que la sensación era hermosa, en especial por el sentimiento que esto le producía, sentimiento totalmente nuevo para ella...
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Con sus dedos se tocó los labios, acariciándolos como si aun pudiese sentir la boca de Hao sobre la suya.
Los posesivos labios del muchacho la besaron con tanta ternura que todavía no podía deshacerse de la sensación de tener los varoniles labios degustando los propios.
Tan inmersa en sus recuerdos estaba, que no se percató de que había alguien más en la habitación. Él la observaba embelesado con su hermosa figura acentuada con la luz de la luna.
De ahora en adelante ella estaría a su lado; la idea de tenerla tan cerca lo llevó a acercársele y abrazarla desde atrás, eliminando cualquier distancia entre sus cuerpos, rodeando la cintura de la joven y aferrándose a ésta sin intención alguna de dejarla ir.
Aunque sorprendida, Anna no tenía que verlo para saber de quien se trataba. De cualquier forma quedó inmóvil con el cálido aliento del joven de largos cabellos que chocaba contra su oreja izquierda.
Entrecerró los ojos cuando trató de soportar la hermosa sensación de los besos y los suaves mordiscos que Hao plantaba sobre su cuello.
- Ha, Hao... detente...
Más el joven no hizo caso, al contrario, la hizo girar con suavidad y así como así, sin perder un solo instante, la besó profundamente. Asakura la estrechaba con fuerza, pero sin llegar a lastimarla, perdiéndose en el dulce sabor de la boca de la que ahora era su esposa: Anna... SU Anna.
Sentir como ella le correspondía con cierta reserva y timidez, lo hizo suspirar suavemente sin siquiera atreverse a romper el beso. Que la linda boca de la rubia siguiese el ritmo que él le imponía lo hacia estremecer y a su corazón palpitar emocionado. Y es que él la amaba... en verdad la amaba.
Cuando las pequeñas manos de Kyouyama se aventuraron a acariciar el rostro del moreno, este no pudo controlarse más... De forma repentina la sostuvo entre sus brazos, llevándola hasta la única cama que había en la habitación. Ni siquiera intentaron romper el beso, el contacto les brindaba a ambos una sensación nueva que se volvía más y más necesaria conforme pasaban los segundos.
Cada roce, cada caricia desencadenaba otra más.
Con sumo cuidado, Hao recostó a la joven sobre el lecho cubierto por suaves y finas cobijas.
Entonces la miró a los ojos. Su lindo rostro aun teñido en rojo, la agitada respiración que la obligaba a exhalar al aire con fuerza. Lo que no esperaba era sentirla temblar entre sus brazos; la notó nerviosa, confundida... asustada.
- Hao, no quiero, yo no quiero...
- Shuu... esta bien. No haremos nada que tú no quieras.
Le dijo, posando un dedo sobre sus labios para no dejarla continuar.
Anna no sabía si creerle, después de todo, ella no quería casarse y a fin de cuentas lo hicieron.
Hao volvió a besarla mientras se acostaba a su lado y la abrazaba suave pero posesivamente. Llenando de besos y caricias el rostro de su ahora esposa, se limitó a susurrarle al oído incontables palabras, palabras que lograron relajarla; cual hechizo de amor la hicieron sonrojar y cual arrullo tranquilo la hicieron dormir tranquilamente, quedando ligeramente recostada sobre el pecho del joven de largos cabellos marrones.
Ni siquiera se habían cambiado de ropa; minutos antes Anna estaba demasiado intranquila como para pensar en ello, y Hao por su parte quería observarla con ese vestido por más tiempo.
Verla vestida así le hacia sentir bien de alguna forma, sin mencionar que jamás volvería a verla con esas ropas.
- Qué fue lo que me hiciste, mujer?.
Le preguntó, como si la joven durmiente fuese a darle una respuesta.
Y es que no entendía muy bien el porque de todo lo que hacia. Nunca estuvo tan encaprichado y obsesionado con una chica, por ninguna, y ahora ella llega y lo envuelve con su belleza, más aun, lo tortura al negársele por completo.
Hao sonrió cansado mientras cerraba los ojos y soltaba un suspiro lleno de paciencia.
- Hace mucho que dejaste de ser un simple capricho y quizás nunca dejes de ser mi obsesión, pero... para mi, tú eres mucho más que eso.
Sus palabras eran suaves susurros, tan suaves que apenas pudo escucharse a si mismo.
Besó los rubios cabellos de la joven poco antes de posar los labios sobre la frente de la misma. Y acercando cuidadosamente un poco más su cuerpo al de ella, dejó que el dulce aroma de Anna lo envolviese y llenase sus pulmones.
Recargando la cabeza sobre la de su esposa, el joven cayó en un tranquilo sueño, sueño que ambos compartirían al igual que el lecho... todas las noches a partir de esta.
Continuará...
Bueno, quiero que la relación de los personajes avance poco a poco, aunque el estar casados… ya es un gran avance.
"Un famoso cuarteto inglés"… es muy claro, no?.
Aunque es increíble que muchas personas no tengan idea de quienes estoy hablando. Jeje, de ahí que Anna ni siquiera recuerde el nombre del grupo a pesar de que este es muy famoso… ¡ que ironía !.
El vestido de novia, me imagine a Anna vistiendo aquel que usara Akane Tendo en su boda,es el más lindo que he visto. ¿Quieren ver la imagen: visiten mi web...
Contesto reviews...
Amaltea-Sibila -Yo también quisiera estar en su lugar. Es que acaso no habrá allá afuera en el mundo, un muchacho tan guapo y sexy como Hao, donde, donde?. Bueno, aquí esta la actualización de esta historia, ojalá te guste.
May sk - Muchísimas gracias por tus comentarios, todos ellos me halagan (como no iba yo a considerarlos valiosos, los tuyos, los de todos, solo que tu me halagas mucho, jaja '). Sssiiiiiiiii, muchas gracias por decirlo "que yo escribo los mejores HAOxANNA", me la estoy creyendo, jaja. Lo dije, esto esta como de telenovela, pero vamos avanzando. Y Fausto, pues no vendió a su hija, exactamente, bueno, si, pero ya explicaré eso en los siguientes capítulos, como por el 9. En tu caso, poner a Hao como padre de Anna, eso es un crimen TT, no serán pareja, nnnnooooo. De un fic de mafia, estoy escribiendo algo, otro HAOxANNA, no será exactamente de mafia, pero de algo más o menos igual de "peligroso" por así decirlo. De nuevo gracias, y no te preocupes por la extensión del review, que no me aburre, todo lo contrario... cuídate.
Kagome 921 - Yo sigo, yo sigo... bueno, comprendo tu inclinación por el YOHxANNA, a veces yo despierto con ganas de leer algo sobre dicha pareja. Y...OK, tendré cuidado con los ponis asesinos '.
Haru - Haruuuuuuuuuuuuuu, que feliz recibir reviews tuyos, que siempre, no sé de donde, encuentras buenísimas imágenes HxA e YxA, Te agradezco la información que me mandaste en tu anterior review y que luego me enviaste vía mail. Espero que esta historia siga siendo de interés para ti.
Emmyk - Gracias por seguir esta historia, me alegra que te emocione mi fanfic. Te sentirías mal si te obligaran a casarte, y si es con Hao con quien te obligan, Yo creo que no, ajja. Has esperado alrededor de un mes para este capitulo, ojalá que tu espera haya valido la pena.
Raven Solitude - Jeje, creo que tienes razón, las telenovelas son muy aburridas, los fics no. Me agrada que te guste mi fic, a mi me gusta uno tuyo "De ángeles y demonios". Actualízalo, por favor, que me muero por leerlo...
Leticia Margoth - Es cierto, TT, el Hao que describo no es tan despiadado, es que se enamoró, hay un momento en la historia donde lo muestro celoso, ansioso y frustrado, aunque, como dije, es un momento en la historia. Ojalá te haya gustado este avance.
Pan-nany11 - Me alegra saber que esta historia ha sido una excepción a tus gustos, ya que la pareja HAOxANNA no era de tu agrado. Agradezco todos tus comentarios, ten por seguro que seguiré la historia, por ahora ya tengo hasta el capitulo 9, me faltan tres, así que esto va para largo, lo malo... que me tardo un poquito en actualizar jaja, cuídate.
Maeda Ai - Siiii, lo siento, lo siento, lo confieso, he estado viendo churronovelas TT... es que no hay mucho en la tele, ni siquiera en el cable. Veo la de las 7:00 pm y 8:00 pm, que, tu no ves?. Me alegra que la historia te este gustando. Quieres lemon, eso quieres, pues... Yo quiero que escribas HAOxANNA, haber cuando te acuerdas... Por mientras, si lo confieso, habrá lemon, así que... CUIDADO.
Kanna Asakura - Si, lo siento, por más que quiero apresurarme y subir los capítulos más rápido, siempre hay algo que me hace aplazar esto. y, pues si, aquí esta uno de los "acercamientos" que mencionas, que por cierto fue un gran paso... bueno, se puede sentir odio por Hao, pero aun así sentir atracción por él, y es que ese chico es un MANGO. Espero recibir más comentarios de tu parte, pues, por lo que veo, este fanfic es de tu agrado.
Anacari - Gracias por tus comentarios. sabes, se me ocurrió que Fausto fuese el padre de Anna, por el simple hecho de ser rubio ', bueno, en algo se deben parecer. Espero que este capitulo te haya gustado, porque se vienen muchos más.
Naomi Kobayashi - Saludos¿a poco me desaparecí por tanto tiempo, yo creí que no había sido tanto, pero bueno... pero ya estoy de vuelta con esta historia que, por el momento, será la más larga que haya escrito. Y digo "por el momento" porque tengo muchas historias en mente; entre song-fics, poem-fics, UA, convencionales y demás, son como 20, claro que esto me llevara todo el año y hasta más. Por ahora, espero que este capítulo haya sido de tu agrado y poder recibir más comentarios de tu parte.
Darla Asakura - Gracias por tus comentarios (y por visitar mi pagina), al igual que tu, adoro esta pareja y es por eso que espero ansiosa lo que se viene en tu fanfic "Enterrando el pasado", que ya es de mi fanfics favoritos y de lo que me sigo preguntando... ¿se quedará Anna con Hao?. Espero seguir teniendo noticias tuyas.
