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"Ban… sabes qué hacer…" Esas fueron sus palabras, las únicas que dijo esta vez, en el mismo lugar donde ahora miraba detenidamente. De nuevo, Ginji había aparecido fugazmente, con su mirada triste, implorándole que… ¿que haga qué?
Es un sueño…
Volvió a acostarse en la cama del cuarto que le había proporcionado un cliente por una semana como forma de pago, cualquier cosa era suficiente. Cerró sus ojos e intentó conciliar el sueño para volver a verlo, aunque sea en un sueño. Un sueño donde sentía su presencia, la electricidad que le rodeaba, olía su singular aroma y una calidez extrema que le embargaba le permitía sentirse vivo de verdad.
¿Por qué si es un maldito sueño se siente tan real!… Ginji… Necesito verte… quiero verte una vez más… por favor…
"… sabes qué hacer…"
Esas palabras regresaron a su mente como abriendo una parte que había estado cerrada por mucho tiempo. Ahora lo recordaba y Ginji tenía razón, sabía qué hacer para estar a su lado otra vez.
Jigoku no Me…
Se levantó inmediatamente y corrió al cuarto de baño, encendió la luz, se quitó las gafas y apoyado en el lavabo miró directamente a sus ojos en el espejo.
- Abre las puertas y déjame entrar, permíteme ver su dolor, guía a tu siervo a la luz… llévame con Ginji… Jigoku no Me…
Una luz cegadora hizo que Ban se cubriera instintivamente sus ojos, pero no le dolían. En cambio, sintió como si una ola gigantesca le diera vueltas y su cabeza fuera a explotar. Poco a poco empezó a abrir los ojos y reconoció el auto y la vista hacia el muelle. No podía escuchar nada, pero inmediatamente sintió la presencia de él a su lado. Al girar rápidamente, Ginji le mostraba una de sus hermosas sonrisas, con su mano alcanzó el rostro de Ban y le besó tiernamente. Ban no daba crédito a lo que veía, mucho menos la increíble paz que sentía en él pero antes que pudiera corresponderle, la escena se vio envuelta en sombras y nuevamente perdió la conciencia por unos segundos.
La sensación de malestar volvió y sus párpados eran aun más pesados, pero el deseo de volver a verlo, le permitió abrirlos. Pero lo único que pudo ver fueron las luces del techo del baño.
