HARRY POTTER Y EL REENCUENTRO

CAPITULO DOS:

Comienzan las dudas

Se levantó, duchó, peinó y vistió en tiempo record.

Eran las siete de la mañana: Marian ya se encontraba sentada en la mesa de su casa esperando a que algún elfo domestico le trajera el desayuno que ya había pedido.

Parecía que ella fuera la única despierta a esas horas de la madrugada, y no era de extrañar que no hubiera nadie más…Seguramente sus compañeros se habrían quedado hasta tarde hablando sobre lo que habían hecho durante las vacaciones.

Ya había pasado por lo menos una media hora desde que había llegado al comedor cuando sintió que el resto de los alumnos también les había dado hambre. En ese Momento la chica decidió salir e ir en busca del aula en la que le tocaría clases a esa hora…Pociones.

Sabía perfectamente quien impartía esa clase y solo por el simple hecho de saber que lo vería pronto sentía cosquillas en su estómago…Solo tenía un problema ¿Cómo llegar?. Se quedó parada en la mitad de un pasillo.

- Déjeme adivinar¿Tampoco sabe como llegar a mi clase? – dijo una voz áspera y con un leve son de burla. Marian se enojó un poco, pero se le pasó rápido al verle ahí a su lado.

- Creo que talvez necesitaré de un guía, o no llegaré a ninguna clase – respondió entre avergonzada y ¿Coqueta?. Severus no dijo nada, aunque entendió la "indirecta" y comenzó a caminar hacía el Aula luego de susurrar un "Sígame".

Ambos caminaron hasta llegar a un aula llena de Gryffindors y Slytherins luchando verbalmente. Duxe entró primero sentándose en el último lugar vacío y al instante en que ella se sentó entro el Profesor para dar inicio a una "agradable" clase de Pociones.

Ya terminada la hora de clases los alumnos salieron casi corriendo, salvo esas escasas exepciones, como lo es nuestra protagonista.

- Señorita Duxe – dijo Snape mientras se acercaba a ella. La joven se dio vuelta para verlo y el le entregó un papel con palabras, flechas y dibujos.

- Esta es su próxima clase – No sabría decir claramente si lo dijo de forma burlona, sínica o indiferente, pero fuese cual fuere habría conseguido el mismo efecto en la chica: Una vergüenza total que casi no pudo disimular (¿Y quien podría?).

Luego de recibir el dichoso papelito (y de agradecérselo a Snape claro esta) Marian salió del aula como si en ello se le fuera la vida, llegando así hasta las afueras de las mazmorras.

Dudó un poco, pero terminó por usar el mapa que le había entregado el profesor, "Es que si no lo hago quien sabe donde terminaré" se había dicho a sí misma al abrirlo y mirar todas las flechas y lugares del colegio que habían anotadas…

Así fueron continuando los días, cumpliéndose un mes, un día sábado en el cuál saldrían a Hosmeade. Para ese entonces nuestra protagonista había logrado por fin adaptarse a los pasillos, escaleras y algunos pasajes secretos del castillo, incluso sus discusiones con Malfoy eran cosa de la rutina diaria. A lo que aún no lograba acostumbrarse era a Snape, con quién iría ese día Hosmeade.

- ¿Ir con el¿Yo y el?… ¡No pienses estupideces, el solo va a cuidarnos de cualquier ataque que pueda ocurrir - Se recriminó completamente roja mientras se vestía frente al espejo y se colocaba como único accesorio la cadena con el corazón.

Luego de un rato salió hacía los exteriores del castillo donde los esperaban unas especies de carrozas. Cuándo llegó, varios de los alumnos ya habían partido, al igual que varios de los profesores y guardias que habían contratado. Se dirigió a una de las carrozas vacías intentando calmarse, pero como cuando uno esta nervioso las cosas no salen bien chocó con alguien haciendo que ambos cayeran.

- Ay, que diab … ¿Potter, discúlpame por favor - Dijo mientras se levantaba y le ofrecía su mano Harry, el la aceptó y le sonrío cuando quedaron frente a frente.

- No te preocupes, también fue mi culpa - Le hizo un movimiento de mano, como si se despidiera y siguió de largo. Marian lo miró irse y luego se subió a la carroza, sentándose al lado de la ventana. Estaba de lo más tranquila, pero de repente escuchó a alguien echando maldiciones y subiéndose en la misma carroza de ella, y no podía ser otro que el "gran" Draco Malfoy.

- Y para colmo de males, tenías que estar tu aquí … ¡Ya me las van a pagar esos dos mastodontes! - gruñó mientras se sentaba frente a ella, quien arqueó una ceja.

- Por favor Malfoy, deberías estar agradecido de compartir este viaje conmigo -

- ¡JA! … debería ser yo quien te dijera eso Duxe -

- ¿Preferías sentarte con Potter? -

- Incluso me sentaría con Granger antes de estar contigo -

- ¿Algún problema señor Malfoy? - Se escuchó decir a una voz pastosa que subía y se sentaba junto a la chica.

En ese momento Marian se habría desmayado de seguro, intentó disimular como pudo el rubor de sus mejillas mientras que Draco miraba con cierta envidia la escena. Y claro está, que durante el resto del trayecto nadie habló.

Al llegar Marian bajó lo más rápido que pudo, quería tomar aire, estar junto a su profesor la hacía olvidarse de sus necesidades mínimas, y lo peor de todo es que no podía disimularlo por más que quisiera, por lo menos por ahora, tal vez en un tiempo más lo lograría. Ya estando lejos de todos se dirigió a una tienda de túnicas en la cual entró, y se compró una de color blanco con pequeños detalles en plateado en la parte de las mangas y el escote, la necesitaba para la fiesta de Navidad de ese año.

Comenzaron a escucharse gritos y muchas cosas cayendo.

Duxe corrió a ver que ocurría y observó con sorpresa como un grupo de Mortifagos atacaba a las "Tres escobas", donde los profesores intentaban evacuar a los alumnos (entre ellos el trío de oro) por una puerta trasera y ella los iba a seguir, pero algo se lo impidió al ver que uno de los encapuchados con varita en mano se acercaba a Harry … entonces su cuerpo actuó solo, sacó la varita, se acercó al Mortifago y lo apunto al momento que gritaba …

- ¡EXPELIARMUS! - y un rayo salió de la punta hacía el hombre que quedó desarmado. Harry la miró con sorpresa, ella tampoco entendía por que lo había hecho, y no tuvo tiempo de pensarlo por que en ese momento uno de los encapuchados la hizo caer desmayada.

No quería abrir los ojos, le dolía la cabeza, y el olor a enfermería le daban nauseas, pero lo hizo al sentir que alguien se acercaba a su cama, y bueno, también se sentaba en ella.

- Pro … Profesor Snape … ¿Qué hace aquí? -

- Soy el jefe de casa … Es mi obligación cuidar de mis alumnos -

- Ah, ya veo - Dijo algo desilusionada, algo que no pasó desapercibido por Severus y no puedo evitar que una media sonrisa se formara en su boca. Intentó sentarse pero quedó hasta mitad de camino gracias al dolor y a la mano de Snape en su hombro que la detuvo.

- Quédate quieta, te golpeaste muy fuerte al caer en el suelo - el tono que usó podría ser denominado como "cariñoso" aunque muy al estilo de Snape, que se encontraba limpiándole una herida que la chica tenía en la frente.

- Prof … ¿Me está tuteando? -

- Soy un imbécil - pensó, es que no se había dado cuenta de cómo usaba sus palabras. - Debes haber oído mal … ¿Sigues perdiéndote? -

- Casi nada … Au - se quejó, Severus había apretado mucho la herida, aunque enseguida dejó de hacerlo y se acercó un poco más a ella, a la cual se le volvieron subir los colores a la cara … y es que sentir su respiración …

- Perdón … ¿estás bien? - ella asintió, no solo se sentía bien, se sentía en las nubes, auque nada es tan fácil y tuvo que bajar a la tierra de golpe al escuchar la voz de Maddame Pomfrey.

- ¡Profesor Snape! Le dije que dejara a la niña descansar - Snape se alejó de la chica algo confundido, mascullando algo parecido a "lo siento Puppy" para luego desaparecer de la vista de ambas.

- Este hombre, le dije que aun no podías recibir visitas, porque no debías moverte hasta dentro de una hora más … pero claro … el no podía esperar una hora … ¡No podía! - Dijo la mujer enfadada mientras se iba a atender otros asuntos, dejando a la joven más confundida aun.

Muchas preguntas llegaban a su mente. ¿Por qué atacaron los Mortifagos? … a claro, por Potter, y ahora que lo piensa¿Por qué había defendido a Potter? No es que le estuviera prohibido ayudarlo, pero puso su vida en riesgo por alguien que ni siquiera es su amigo. Fue como un instinto. Y por último Snape, aceptaba que le atraía mucho el profesor, pero tendría que aprender a controlarse … y sobre todo ¿Por qué entró a verla si la enfermera le dijo que no?.

En las mazmorras.

Un hombre de pelo negro y grasoso hasta los hombros revisaba un montón de pergaminos mientras pensaba en lo que había pasado esa tarde … Había tenido que golpear a una de sus alumnas para que no la atacara otro Mortifago, luego va a la enfermería a verla como si nada cuando no podía, la tutea sin darse cuenta, la cura …

- Me estoy volviendo loco -

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Wiii xD hola … ando como loca hoy.
Perdón por no actualizar antes.
Espero que les gustara este cap xDDD.
Ya continuaré cuando me llegue la inspiración. :D.

Clawy: Que bueno que te gustara:D y si xD ya lo había subido antes, pero tuve problemas con mi otra sesión así que las subí con esta. Gracias por tu review!

Shiza Karla: 0 Holaaaaaaaaaaa, gracias por leerme xD, yo también quiero saber que pasará con Marian y Snape.