Vista al Pasado 2
Bulma, de 16 años de edad, estaba en su cuarto, enjugándose las lágrimas mientras escribía con sentimiento en un pequeño cuaderno, lo cerró y lo dejó a un lado, se sentó en la alfombra y se abrazó las rodillas.
-¿por qué eres así conmigo Yamcha?- en ese momento sonó el teléfono -¿hola? ah, eres tú- contestó aparentando frialdad- si, estoy ocupada, no te preocupes... ajá, no... ¿cómo que por qué? Ya te dije que tu y yo ya no somos novios... Pues no sé... -hizo una pausa en la que su enojo se incrementó-¡¡Pero la estabas besando!!- pasó unos minutos escuchando y poco a poco fue relajando la expresión en su rostro -¿e-en serio?... ay, Yamcha es que yo... ¿me lo prometes?... ¿me lo juras?... ¿por tu mamá?... bueno, si... Si, Yamcha ¿por qué no vienes a mi casa? Estoy sola- dijo coquetamente, no vio que del otro lado del teléfono, el muchacho se sonrojó -...ah, entrenar... si, claro...- volvió a endurecer la voz -no te preocupes... adiós- colgó con fuerza y se levantó
-es ahora o nunca... si no lo hago, nunca sabré si Yamcha es el hombre correcto para mi - abrió su ropero y agarró un morral, lleno de unos objetos redondos. Corrió por los pasillos y bajó las escaleras saltando, luego se detuvo, decidiendo a dónde ir -ya sé- siguió corriendo hasta una habitación gigantesca donde vivían todos los animales del Dr. Brief, prendió las luces y enseguida todos se despertaron, armando un gran escándalo, pero no le importó, mejor así, abrió el morral y dejó salir 7 esferas, las Esferas del Dragón, sintió su corazón latiendo fuertemente, pero no desistió, tomó aire y gritó por encima del ruido de los animales -¡SAL DE AHÍ SHEN-LONG Y CUMPLE MI DESEO!- los animales callaron al ver cómo de aquellas esferas salía un gran e imponente dragón, majestuoso por su naturaleza.
-Solo puedo concederte un deseo, el que tu quieras- resonó en toda la habitación su potente voz, con su porte misterioso y Bulma estaba segura de que también se había escuchado afuera. Tragó saliva, abrió la boca para pedir su deseo pero en ese momento todos los animales hicieron ruido al mismo tiempo
-lo siento, pero esos deseos no son posibles de cumplir- Bulma dejó caer de su frente una gotita
-¡Shen-long! ¡Aquí abajo! ¡yo soy la que te invocó!- gritó lo más fuerte que pudo, para que su voz se escuchara por encima de los animales. Logró la atención del Dragón, que bajó más la cabez para verla
-dime ¿que es lo que deseas?-
-¡CÁLLENSE! ¡no me dejan pensar!- gritó y volvió a reinar el silencio -gracias. Shen-long, yo quiero... quiero que traigas a mi lado a mi verdadero amor- hubo unos segundos de silencio, en los que la chica sintió la mirada extraña del Dios clavándosele
-Eso es muy fácil de cumplir -Bulma tragó saliva otra vez. Los ojos rojos del gran Dragón se iluminaron un instante -Hasta Luego-
-¿ya? ¿donde está?- Bulma volteó a todos lados, pero Shen-long ya se iba, luego las esferas se levantaron en el aire, se convirtieron en piedras y volaron en diferentes direcciones, dejando en las paredes de la corporación 7 hoyos -oh, oh... tengo que arreglar eso- buscó en el suelo algo con lo que pudiera tapar momentáneamente esos agujeros pero una voz detrás de ella hizo que pegara un brinco hasta el techo
-¿en donde demonios estoy?- preguntó una voz fría y enojada, Bulma gritó
-¿q-quien eres?- preguntó, frente a ella había un muchacho un poco más bajito que ella, con el cabello erizado en punta, con la frente amplia, un aparato en la oreja, extraña ropa y... ¡cola!
-responde ahora si no quieres morir-
-e-estás... estás en mi casa, la... Corporación Cápsula- respondió temerosa la muchacha
- ¿corporación? ¿que planeta es este?-
-¿como que qué planeta? ¡la Tierra! ¿cual más?-
-¿la Tierra?- preguntó muy extrañado, miró por todos lados examinando el lugar, lo último que recordaba es que estaba peleando en un planeta por órdenes de Freezer -¿y el señor Freezer? ¿él me trajo aquí?- preguntó, tratando de detectar dispositivos
-¿quien es Freezer?-
-¿donde estoy?- volvió a preguntar demasiado extrañado de que aquella extraña criatura no conociera a Freezer
-ash, ya te dije que en mi casa-
-¿y qué hago aquí?- de pronto, la chica sintió que estaban hablando en círculos
-la verdad no sé, no te conozco- Vegeta se impacientó
-¿estás jugando conmigo? te advierto que nadie se burla del Príncipe de los Saiyajin-
-¡oooh! ¿eres un príncipe?- exclamó con admiración la chica, sus ojos ilusionados inspeccionaron al recién llegado
-claro que sí- respondió con con orgullo
-¿en donde está tu reino?- preguntó emocionada
-¿no sabes?- preguntó, nuevamente desconfiado- todos saben lo que le pasó a Vegetasei
-¡wow! ¿tu reino se llama como tú? ¡debes ser alguien realmente importante!- la emoción de Bulma estaba llegando al cielo
-p-pues si- Vegeta estaba desconcertado -¿de veras no sabes lo que les pasó a los saiyajin?- Bulma negó con la cabeza
-¿que son los saiyajin?-
-¡yo soy un saiyajin!-
-aaah... y... ¿quien eres?-
-¡te estoy diciendo que un saiyajin!-
-si, pero ¡¿que son los saiyajin?!-
-agh...- una vena sobresalió en la frente del príncipe, pero tomó aire y respondió, toscamente -somos la raza guerrera más poderosa del universo- Bulma se quedó con la boca abierta y luego, intentó contener la risa, pero no pudo y rió a todo pulmón -¡¿DE QUÉ DEMONIOS TE RIES?!-
-jajaja por un minuto... jaja pensé que si eras un jajaja p-principe- en un segundo, Vegeta fue a donde estaba la chica y la agarró de la muñeca, apretándola sin miramientos y lastimándola -ay ¡suéltame! ¡me estás lastimando, bruto!-
-nadie se burla de mí- la miró fijamente, apretando los dientes por la rabia
-!s-suéltame, me vas a romper la mano!- se le llenaron de lágrimas los ojos por el dolor -¡si no me sueltas, voy a llamar a Yamcha! ¡él es muy fuerte y te va a enseñar cómo se trata a un chica tan frágil como yo!-
-¡llámalo! en cuanto llegue lo voy a matar- retó
-suéltame... por favor- Vegeta no estaba acostumbrado a compadecerse de sus victimas, y además le gustaba que le suplicaran, sin embargo, con esta chica fue diferente, la soltó y encima, no la mató
-¿que esperas para llamarlo?- Bulma se alejó de él lo más que pudo y se sobó la mano mientras trataba de que las lágrimas no salieran
-entonces... ¿si eres un príncipe?- desvió el tema lo más rápido que pudo
-es lo que te he estado diciendo- contestó fastidiado
-¿todo lo que me dijiste es cierto?-
-¿y por qué demonios no habría de serlo?-
-no... bueno...-
-ahora dime si no quieres que me destruya tu casa ¿que hago aquí?- se acercó a la chica y ella retrocedió asustada
-n-no no sé... -tartamudeó
-demonios... tal vez es otra prueba del señor Freezer- volteó la mirada buscando con la mirada alguna cámara escondida o alguno de sus soldados. Y ahora qué ¿tengo que luchar contigo?- preguntó preparándose para una de esas pruebas que el tirano Freezer le gustaba ponerle
-¡NO! ¡por favor! yo solo soy una chica normal, no sé pelear, no me hagas daño, mira, si quieres, puedo darte todo el dinero que quieras, tengo mucho- Vegeta la miró atento
-si no es contigo...-
-no, mira, yo creo que todo es una confusión, yo le pedí un deseo a Shen-long, pero esperaba a Yamcha...- meditó y después se le ocurrió una idea -¿nos conocemos?-
-claro que no, no había venido a la Tierra y si hubieras estado en otro planeta ya te hubiera matado- Bulma palideció, le sorprendía la facilidad con la que aquel hombre hablaba de muerte. Vegeta revisó con más detenimiento la habitación, los animales (aparentemente más inteligentes que Bulma) estaban callados y en un rincón -ah por lo menos aquí hay comida. Volvió a mirar a Bulma y se acercó más a ella, la chica retrocedió hasta que la pared la detuvo
Cada vez más cerca de ella, Vegeta se quitó el scooter y la escudriñó con la mirada, muy lentamente de pies a cabeza. En silencio, pero descaradamente. Bulma con pudor, intentó bajarse más la falda, hasta que Vegeta llegó a la cara, pasó por los labios, la nariz y finalmente los ojos, Bulma se estremeció al toparse con el negro azabache de sus ojos. Así permanecieron unos minutos que parecieron eternos, Bulma sintió deseos de enterarse quién era realmente ese chico tan guapo, pero a la vez tan cruel y misterioso. Y de pronto, Vegeta empezó a olisquearla
-¿que haces?- preguntó molesta
-hueles muy raro-
-¡oyeme! ¡yo me baño todos los días! ¡el único que huele raro aquí eres tú!- pero Vegeta cerró los ojos y se le pegó lo más que pudo, Bulma pudo sentir la armadura del muchacho aplastando su pecho, se quedó paralizada, y Vegeta lo único que hizo fue oler su cabello -o-oye...- trató de empujarlo, pero no lo movió ni un centímetro, en cambio, el saiyajin rozó la piel de la chica y siguió su investigación en el cuello, Bulma sintió una fuerte oleada de excitación que provocó que se asustara -¡ya déjame!- como pudo, se le escabulló al saiyajin, que sin tocarla le había provocado esas sensaciones tan fuertes. Vegeta se enojó
-ven acá- Bulma empezó a retroceder otra vez, el saiyajin fue por ella, la tomó de la mano y la atrajo hacia sí, la volvió a acorralar -yo siempre tomo lo que me gusta- sin ningún recato, sostuvo con fuerza a la chica y comenzó a besarle el cuello, Bulma, se puso a llorar, asustada de que ese muchacho pudiera hacerle algo -¿por qué lloras?- preguntó fastidiado, la soltó y Bulma aprovechó para apartarse, sollozando. Vegeta bufó, no entendía por que no la tomaba por la fuerza. Sólo sabía que algo extraño estaba sientiendo, no deseaba lastimarla y no lo entendía, iba en contra de sus principios. Apartó la mirada de la chica que temblaba de susto y volvió a ver a los animales -por lo menos voy a comer algo- alzó la mano para arrojar un rayo de energía a un dinosaurio, pero Bulma lo detuvo
-¡Noooo! ¡Espera! si tienes hambre... yo te voy a dar algo, no los mates, son los animalitos de mi papá y si no los ve... -tragó saliva- mejor ven conmigo (ay, Bulma mira si eres tonta, este tipo amenaza con matarte y con abusar de ti y todavía le ofreces comida... pero si no lo hago... mi papá me va a matar si no ve a Linda su dinosaurio consentido)- meditó. Decidió que no quería ver a su padre enojado y lo condujo hasta la cocina, donde se volvió a fijar en su cola -¿eres algo de Gokú?- le preguntó con curiosidad
-¿es un saiyajin?-
-no, es del monte Paoz-
-ese planeta no lo conozco- Bulma sacó un poco de comida del refrigerador, que apenas puso en la mesa y ya había desaparecido
oh no... creo que Goku si es un saiyajin- dijo en broma al notar la forma de comer parecida a la del niño- ten, aquí hay más. El monte Paoz no es un planeta, vive aquí en la Tierra, lo que pasa es que también tiene...-
-¿no ibas a llamar a alguien para que peleara conmigo?- interrumpió mientras devoraba todo y Bulma sacaba hasta la harina de la despensa
-no, era solo para que me soltaras- la verdad, no estaba segura de que Yamcha pudiera ganarle a aquel individuo que se veía muy fuerte
-que tontería-
-pero me soltaste- sonrió por su triunfo
-por que me dio la gana, no por tus amenazas- Los dos se callaron, pasaron así más de media hora, hasta que Bulma bostezó
-¿cuando piensas irte?-
-estoy esperando que se presente Freezer o la prueba-
-ya te dije que no conozco a Freezer y esta no es ninguna prueba, Shen-long se equivocó y te trajo aquí-
-¿y quién es ese imbécil? lo voy a matar por hacerme perder el tiempo-
-¡pues no creas que yo me la estoy pasando bien aquí! Además Shen-long ya se fue, y no va a volver hasta dentro de un año-
-agh... entonces necesito una nave espacial-
-¡¿u-una nave... espacial?!- preguntó alarmada
-claro que si ¿o como quieres que llegue al planeta donde estaba?-
-¿c-como que otro planeta?- cada vez entendía menos de lo que el extraño decía
-olvídalo, no te voy a explicar de nuevo, mejor dame la nave y ya-
-es que... no tengo ninguna nave espacial-
-¿que?- para él, esa posibilidad no podía ser cierta, si construir naves espaciales era tecnología básica en cualquier planeta
-nunca... nadie de la Tierra ha tenido que viajar al espacio- se excusó
-¡¿entonces cómo demonios quieres que me vaya?!- preguntó enojado, se levantó de la mesa, Bulma se asustó muchísimo y corrió- ¡ven aquí, terrícola!- pero Bulma no se detenía, al contrario, metió velocidad y subió las escaleras- ¡puedo alcanzarte cuando se me de la gana!- aún así, no se detuvo hasta llegar a su cuarto, donde descolgó el teléfono y marcó rápidamente un número, pero nadie contestaba
-por favor, por favor, Yamcha contéstame- suplicó al aparato la chica
-hola...- escuchó del otro lado del teléfono
-ay, gracia a...-
-...no me encuentro por el momento- siguió la contestadora
-ay, no- dejó caer el teléfono y se metió en el closet. Sintió cómo se le helaba la sangre cuando escuchó pasos en la habitación
-te lo dije, puedo alcanzarte cuando me de la gana, de pronto, los pasos se alejaron y ella suspiró aliviada, estaba decidiendo qué hacer, cuando Vegeta abrió la puerta -Boo- Bulma gritó con todas sus fuerzas y el saiyajin rió, se le acercó con una sonrisa perversa en el rostro, levantó una mano y comenzó a formar una pequeña bola de energía, Bulma temblaba de pies a cabeza -jajaja tranquila terrícola, no te voy a matar- aseguró
-¿no?- preguntó
-no, no entiendo bien por qué, a lo mejor si eres una prueba del señor Freezer, pero no se me pega la gana matarte- Bulma no podía dejar de temblar y se acurrucó más en su rincón, aunque se resbalaba por que en el suelo había mucha ropa tirada -no es divertido cuando no quieren jugar conmigo... en fin, tengo que conseguir una nave espacial- se encogió de hombros
-s-si me das... unos días, tal vez mi papá y yo podamos construirte una- propuso aún con miedo
-está bien, y ya deja de temblar- le ordenó con su porte de príncipe
-n-no puedo- Vegeta se encogió de hombros y salió del closet, Bulma tras él, pero mantuvo sus distancias, Vegeta vio la cama y se acostó
-¿cundo la tendrán lista?-
-no sé cuando, pero muy pronto-
-Bulma, sin dejar de ver a Vegeta se sentó apoyada en la pared, pasaron unos minutos en silencio, Bulma pensó que Vegeta se había quedado dormido y suspiró aliviada. Agarró su diario y comenzó a escribir, pero unos minutos después...
-¿entonces no sabes quién es Freezer?- Bulma se sobresaltó
-ni idea ¿quien es?-
-es un imbécil que quiere ser dueño de todo el universo- Bulma guardó silencio, comenzaba a creerle a ese muchacho que no era terrícola
-¿es malo?-
-¿malo?- se preguntó extrañado -tal vez, nunca me lo había planteado-
-pues si quiere conquistar todo el universo, no creo que sea muy bueno-
-yo algún día lo voy a derrotar-
-¿en serio? ¿cuando?-
-no sé... necesito más poder, ese tipo es invencible...-
-pero se ve que tu eres muy fuerte, y además eres un príncipe- Vegeta volteó a ver a la chica, y esta, en vez de esquivar la mirada, le sonrió tímidamente, Vegeta se sentó en la cama
-un meteorito acabó con toda mi raza y mi planeta- Bulma palidecío y su sonrisa desapareció, siguió escuchando al extraño pues no sabía qué decir -y yo acabé estando a las ordenes de ese imbécil- se paró de un ágil movimiento y miró por la ventana. Bulma también se levantó
-pero... tu vas a derrotarlo ¿no? Así ya no tendrás que seguir sus ordenes- Vegeta torció la boca y se quedó pensativo, Bulma se compadeció de él, pero no se lo dijo. Sin siquiera notarlo, pasaron algunas horas hablando, ya iba a amanecer cuando se dieron cuenta, Bulma bostezó-
-oye... no tienes dónde quedarte ¿verdad? ¿por qué no te quedas aquí? Mis papás llegarán mañana y entonces le diré a mi papá que te construya una máquina espacial muy grande, para que te puedas ir... si quieres- Vegeta no dijo nada. Bulma volvió a bostezar y se recostó en la cama, tenía muchísimo sueño -tengo muchas habitaciones- dijo entre más bostezos, Vegeta también empezó a bostezar -escoge la que quieras para...- no pudo terminar la frase, sin darse cuenta, cerró los ojos y se quedó dormida. Vegeta asomó una pequeña sonrisa y se quitó los guantes, las botas, y la armadura
-quiero esta- se acostó junto a Bulma y se quedó dormido
