Capitulo tres: Asuntos de dinero
Como resultaron las cosas, el dinero necesitado para los dos bailes planeados por los estudiantes no seria totalmente cubierto por el Comité de Gobernadores. No sentían que Hogwarts necesitara dos bailes. Después de todo, el castillo es un lugar educacional, no un lugar social.
-Popó en sus cerebros,- Lily maldijo calladamente cuando escuchó las noticias. Sin el suficiente apoyo, las únicas dos opciones eran no tener los dos bailes o hacer algo para conseguir dinero. La tarea era pensar en maneras de cómo juntar dinero para el baile adicional.
El destino decidió resumir su usual tendencia en hacer Lily incómoda. Mientras decía su pequeña maldición, todos en el cuarto decidieron callarse. La única cosa que se escuchó aparte del rasco del lápiz de la Premio Anual era la suave exclamación de frustración de Lily. Todos los ojos estaban enfocados en la usualmente inconspicua prefecta.
-Perdón,- Lily murmuró, sintiendo como sus mejillas se incendiaban de la vergüenza y por el hecho de que al menos veinte personas la estaban viendo.
-De acuerdo todos, regresen a su profundo pensamiento,- Aleia declaró, viendo la incomodidad de Lily. El cuarto inmediatamente regreso al zumbido de abejas mientras todos discutían sus ideas.
-Hola Lily,- una voz sin cuerpo dijo. Lily volteó hacia la dirección del sonido. Una expresión de sorpresa se incorporó en su cara. La voz que Lily creía sin dueño de hecho pertenecía a James Potter. Ah, genial. Ahora me va a torturar con lo que dije por el resto de mi vida. Se que el comentario sonó algo infantil, ¡ pero maldecir es malo!
-¿Lily? ¡Tierra a Lily!- Ahora esa es una voz diferente, no suena como James…o Jon. Lily se fue desviando de sus pensamientos para notar a los chicos mas deseados de Hogwarts, y probablemente de todo el mundo mágico en las islas Británicas, que estaban parados frente a ella con lo que parecían ser sonrisas algo maníacas.
-Hola James…y Sirius,- Lily contestó lentamente mientras sus cejas se juntaban en fruncimiento. La siguiente cosa que Lily quería decir era demandar el porque estaban parados frente a ella mientras la hacían sentir enana y sospechosa. Pero siendo la chica amable y cortes que en realidad se suponía que debía ser, Lily rápidamente cambio ese entrecejo fruncido a una sonrisa. Gracias a Dios por el entrenamiento de modelaje. Tengo que agradecerles a los fotógrafos por haberme enseñado a sonreír en el punto. -¿Qué los trae a mí?-
-Creímos que necesitábamos ayuda con las ideas para recaudar dinero, y tu eres la persona más inteligente por aquí,- James contestó casualmente.
-Claro,- Lily respondió, obviamente no creyéndole una sola palabra. -¿Tu porque estas aquí, Sirius?- Lily acababa de recordar que Sirius no era un Prefecto, y aún así estaba presente en las reuniones.
-Vine a ver a Aleia,- el chico contestó. Si algún extraño hubiera escuchado, era perfectamente natural que un chico viera a la hermana de su mejor amigo. Pero cuando el chico es Sirius Black y la hermana Aleia Potter, algo no estaba bien. Uno, Sirius le tenía miedo a Aleia. Era una de las pocas chicas con las cuales no se querría encariñar con. La otra cosa era que Aleia lo ponía a trabajar, y estar situado en el salón de Prefectos significaba trabajo. Notando la expresión de incredulidad en la cara de Lily, James tuvo que sonreír maléficamente.
-De hecho vino a sabotear a Jon.- Lily le lanzó una mirada evaluativa.
-Sabes, simplemente sabotear a Jon no te llevará a ningún lado. Cada jugador en Ravenclaw es genial. Aparte, nuestros respaldos también son geniales,- Lily contestó con una sonrisa triunfal. –También, si decidieran herir a nuestro amado Premio Anual tendrían a un gran grupo de gente tras su piel.-
-Y si están tras nuestra piel, creo que también tendrían a otro gran grupo tras su piel,- James alegó con una irritante expresión que era un cruce entre una sonrisa y una mueca. ¿Por qué tiene que parecer tan arrogante? Hmm, talvez es por eso que la gente lo toma en serio. El arrogante hijo del Ministro de Magia…ese suena como James.
-No voy a discutir con ustedes. De otra manera podríamos tener una guerra en Hogwarts,- Lily se salió por la tangente, evadiendo así la discusión. Eso había hecho a los dos chicos reír y tomaron unas sillas para sentarse cerca de Lily y hablar, en general, de todo.
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-¡No puedo pensar en algo que sería bueno!- James exclamó mientras pasaba sus manos por su cabello alborotado, que de hecho logró hacer que se viera más ordenado.
-Yo si tengo una idea,- Sirius proclamó a su audiencia de dos. –Me venderé a Aleia por un precio que pagaría todos los gastos.- Lily miró a Sirius y después a James, su lenguaje corporal obviamente preguntando ¿Por qué eres amigo de un loco desquiciado?
-¿Así es que básicamente quieres que mi familia pague por este baile?- James preguntó, mofándose a la ridiculez de la idea. –Sirius tu propia fortuna puede pagar por la mitad de los preparativos. Y solo un pequeño recordatorio: Tú prácticamente vives en mi casa.-
Lily tosió disimuladamente ante el tema de conversación de los chicos. No le molestaba que unos chicos fueran más ricos que otros, aunque cuando hay tan siquiera una seña de que alguien esta presumiendo su fortuna, la respuesta simplemente apunta a su cabello rojo.
-Chicos, paren. Están sonando como niños mimados de familias aristocráticas, que es parcialmente verdad de todas formas,- Lily regañó con una cara irritada. James y Sirius se vieron el uno al otro. Una silenciosa conversación estaba ocurriendo entre los dos mejores amigos. A Lily no le importaba, estaba muy molesta con el espectáculo de niños ricos que acababan de presentar.
-Lo siento Lil'. No queríamos que tu…- Sirius jamás terminó. Lily lo calló con la mirada.
-No me siento inferior. De hecho, mi familia tiene un buen ingreso, gracias por preguntar. No estamos en medio de la estructura social ni tampoco en la alta ni en la baja. Mi familia puede no ser de la nobleza, pero estamos mejor que al menos la mitad de la gente que esta viviendo en Inglaterra.-
-Okay…- Sirius terminó con los ojos grandes. El pequeño discurso de Lily lo había tomado por sorpresa. ¿Como era que una chica tan callada de repente se convertía en una versión miniatura de la Profesora McGonagall?
-No importa,- Lily dijo, moviendo su mano señalando el fin de la discusión. James, habiendo estado cerca de muchos ministros aburridos y patentados por la mayor parte de su vida, suavemente cambió el tema a la discusión de recaudar fondos.
-Hey, tal vez podemos vender chocolates o algo. Recuerdo cuando Aleia se quejaba de niños en América que le mostraban catálogos y le rogaban que les comprara algo.-
-James, esa idea es peor que la de Sirius vendiéndose. De hecho, cualquier cosa es peor que Sirius promocionándose,- Sirius se inclinó ante el comentario de Lily mientras ellos reían.
-Estoy feliz de que todos ustedes me aprecien tanto que necesito ser compartido.- James golpeó ligeramente a su amigo en el hombro.
-Correcto, pero estamos mejor vendiéndonos nosotros mismos que haciendo eso del catálogo. ¿Qué no las personas simplemente podrían ordenarlos de catálogos profesionales? No tendría punto.- Lily dijo mientras observaba la pelea coreografiada entre Jame y Sirius.
-Eso puede funcionar.- Una voz detrás de Lily anunció. Los tres Prefectos de quinto año voltearon. Aleia y las dos cabezas tenían sonrisas en sus rostros.
-¡Creo que esa puede ser la idea ganadora!- Eloise exclamó. –Es original y nueva. La gente definitivamente estaría interesada en esto.- Una expresión de horror reemplazo las sonrisas que habían estado en las caras de Lily y James. Lily en realidad no quería ser vendida; sería como si estuvieran intercambiando esclavos. Miren, aquí hay una esclava pelirroja con magia y es excelente en Encantamientos. James, por otra parte, tenía una preocupación diferente. Tenía miedo de lo que le podía hacer su dueño una vez que fuera comprado.
-¡No, no!- James y Lily exclamaron al mismo tiempo.
-¿Por qué no?- Aleia preguntó. –Definitivamente habrá restricciones con respecto a lo que sus dueños podrán hacer con ustedes y habrá un periodo de tiempo en el que serán sus dueños.-
-Aparte, estaremos en Hogwarts todo el tiempo, no pueden hacerles cosas horribles sin ser atrapados,- Jon añadió.
-Si se han dado cuenta de que yo no pienso seguir en el plan al menos de que haya más gente que lo apoye, ¿cierto?- Lily dijo con una seria expresión tratando de mantener el miedo fuera de su voz. Jon estaba a punto de contestar que James estaría con ella cuando Aleia le ganó.
-Claro, nosotros jamás te haríamos algo así,- Lily tenía una sonrisa sospechosa en su cara. Se dio cuenta de que no sería la única vendida. James también era parte de la conversación. ¡Tal vez debería de haber hecho claro que quiero a los otros Prefectos también!
-Cada Prefecto participará,- Eloise declaró.
-¿Eso incluye a los Premios?- James preguntó. La Premio Anual asintió con la cabeza.
-¿Cómo sabes que todos participarán?- Jon preguntó incrédulamente. El mismo no quería ser vendido.
-Yo le pregunté a todos mientras tú estabas asustando a esos dos,- Eloise dijo con un encogimiento de hombros, señalando a James y Lily. Pobre Sirius fue ignorado. Estaba bastante indignado cuando nadie le ponía atención.
-¡Hey! ¿Qué hay de mí?-
Aleia vió al chico que podría ser su hermano, -¿Qué hay de ti?-
-Yo también quiero ayudar,- Sirius dijo con un puchero. Los otros Prefectos compartieron una mirada.
-Claro,- Jon accedió al chico mientras los demás asentían. Aunque por la sección de Slytherin de la junta de Prefectos murmullos de disculpas a los que terminarán siendo dueños de Sirius fueron escuchados.
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Todo había estado arreglado. El método para recaudar fondos sería vender Prefectos, incluyendo a los Premios Anuales. Una semana después de que la noticia se dio a conocer, otros treinta estudiantes querían participar también—justo como Sirius. Así es que el plan final era de quien quisiera ser vendido podría participar.
El formato sería una subasta de estudiantes. Cada participante sería vendido a partir de tres galeones. Todos debían de pagar dentro de una semana de la fecha de la subasta. También, como promoción para la pequeña subasta, papeletas de los Prefectos y los otros participantes fueron colocadas en cada salón. Cada estudiante de Hogwarts estaba listo para ver a sus seleccionados prefectos (y sus otros compañeros) hacer el ridículo.
El tipo de reglas había cambiado. El comprador podía pedir ayuda de su Prefecto, pero todo tenía que ser asunto escolar. Actividades fuera de la escuela tenían que ser aprobadas por los profesores—haciéndolos más enojones que de costumbre. Aparte de tutoría escolar, los dueños podían ser garantizados tres deseos de sus Prefectos. Esto aún tenía que ser autorizado por los profesores. Los rumores del levantamiento de un Señor Oscuro habían causado que los adultos fueran más cuidadosos. No era conocido cuantas familias apoyaban a este nuevo mal, pero ellos eran magos y brujas inteligentes.
-.-.-Finis por ahora-.-.-.-.-
(Traductora) Mago: Me tomó mucho tiempo sacar este capitulo, y les pido disculpas. Esto fue completamente mi culpa. Ni siquiera tengo una excusa. La computadora ha estado funcionando a la perfección, así es que no fue nada más que mi simple huevonada lo que impidió que este capítulo se publicara antes. ¡Espero me perdonen!
