Capítulo 4: La Subasta

El gran día llegó demasiado pronto para aquellos que iban a ser vendidos, y tardó demasiado para los compradores. Los rumores corrían diciendo que todos los Prefectos estaban teniendo pesadillas sobre LA VENTA. El rarito de los que iban a ser vendidos era Sirius Black. En vez de estar asustado por la idea de ser adueñado por un asesino en serie, había estado promocionándose cada día desde que el letrero había sido puesto. Siendo uno de los Merodeadores, la mayoría de las féminas estaba estática ante la posibilidad de tener a uno de los solteros más buscados de Hogwarts. Ya que James Potter estaba fuera del mercado gracias a su maldita nueva novia, era muy poco probable que cualquier otra tuviera una oportunidad de comprar al cazador del equipo de Gryffindor. Su novia técnicamente mataría para obtenerlo.

En el día de la subasta, el Gran Comedor se llenó de estudiantes más rápido que para cualquier otra comida. Tomando en cuenta de que la idea era nueva para los estudiantes, la subasta recaudaría los suficientes fondos para poder pagar para baile y medio que era mucho más de lo necesitado.

-¡Bienvenidos estudiantes, Gobernadores y la prensa!- El Profesor Dumbledore anunció a la cuantiosa gente que se encontraba. Parecía ser que esta inventiva idea había conseguido la atención de la prensa al igual que la de unos integrantes del Comité de Gobernadores de la escuela. –Me gustaría felicitar a los Prefectos de esta escuela por esta gran idea y por ofrecerse a ser vendidos como unos viles esclavos.- El Profesor dijo con una gran sonrisa, y en este punto, los Prefectos solo gimieron. Realmente no habían tenido elección. Era la responsabilidad de un Prefecto hacer que la escuela fuera un lugar mejor, aunque el orgullo se perdiera en el camino. – ¿Comenzamos?- Un gran rugido de parte de los estudiantes aclaró el punto.

-¡Primero tenemos a nuestro Premio Anual Jon Carvell!- el aplauso resonó en diferentes casas y se escuchó más en Ravenclaw. –La subasta comenzará con tres galeones.-

La subasta rápidamente subió a diez galeones, ya que a casi todas las chicas también les agradaba. ¿Por qué no tener al Premio Anual si no iban a poder tener a Sirius o a James? Cuando el precio subió hasta lo absurdo—15 galeones—fue Lily la que lo subió aún más.

-Veinticinco galeones, por favor,- Lily declaró. El Profesor Dumbledore asintió mientras notó el feliz destello en los ojos de su Prefecta de Ravenclaw. Si Lily compraba a Jon, por Merlín que sufriría.

-Veintisiete galeones,- un grupo de niñas en risitas gritó, aumentando aún más el precio. Jon estaba rogándole a cualquier persona que lo comprara en vez de ese grupo. Ya lo habían molestado antes, si lo compraban, oh dios. Ni siquiera quería pensar en las posibilidades.

-Si la primera persona en ser subastada sale a un precio tan alto, ¡esta idea tiene que ser todo un éxito!- el director dijo felizmente. –Oh, ¿si señorita Potter?-

-Treinta galeones,- Aleia declaró, superando así el precio. Las chicas que realmente querían comprar a Jon, afortunadamente para el Premio Anual, no podían superar el precio de Aleia. No podían ganarle a cualquier cantidad que un Potter pudiera dar.

-¿Algún otro?- no viendo ninguna otra mano en el aire, Jon fue declarado vendido a Aleia por el precio de treinta galeones. –Nuestra siguiente mercancía es nuestra Premio Anual, ¡Eloise Garnier!-

Los precios de la chica subieron más rápido que los de Jon, ya que su popularidad con los estudiantes era mucho mayor. Ocasionalmente, Lily subiría los precios mientras hacia algunos enemigos temporales, pero los chicos no podían hacer nada más que aceptar los términos elevados. Al final, Eloise fue vendida por 39 galeones a un grupo de chicos de sexto año.

-¡A continuación tenemos a la señorita Aleia Potter!- El rugido de bienvenida era intimidante, ya que toda la escuela participó. No solamente era bonita, era inteligente y la hija del Ministro Potter. Las cámaras no paraban.

-¡Treinta galeones!- un chico gritó como principio de la subasta. Esto causó que los murmullos se esparcieran a través de la multitud. Lily había notado la mirada dolida de Jon. Así que no estaba equivocada en su suposición de los sentimientos de Jon hacía Aleia.

-¡Treinta y cinco galeones!- Lily exclamó. Una cámara flasheó cerca de la cara de Lily. Rayos, eso no debería de haber pasado, Lily se quejó internamente con preocupación. El sentimiento fue rápidamente descartado cuando el chico que había gritado 30 galeones subió el precio a 40.

-Cuarenta y cinco,- Lily escuchó la voz de un chico diferente. Era James el que había dado el precio alto. La expresión de determinación sorprendió a la pelirroja. Se suponía que tenía que sentir lástima por Aleia, ya que su hermano la estaba tratando de comprar, ¿o la mirada de hecho era una mirada de desdén hacia el otro tipo que había ofrecido?

-Cincuenta,- el mismo chico anunció. La subasta ahora parecía un juego de orgullo masculino.

-¡Oooh! ¡Cincuenta y uno!- Sirius gritó felizmente, causando que todos rieran. -¡Vamos a comprarte Aleia! ¡Y entonces nosotros te haremos muy wonita!-

-¿Nosotros?- Aleia preguntó.

-Nosotros, como en los Merodeadores y Jon,- James replicó con una sonrisa.

-¡Eso no es justo! Cincuenta y cinco galeones,- otro chico se quejó. El Profesor Dumbledore simplemente se encogió de hombros. No había alguna regla que dijera que no podía compartir la persona que vendían. Lily rápidamente se había acercado a Jon, y notó que los Merodeadores ya estaban a su lado.

Así es que lo que dijeron es cierto. Entonces la mirada dirigida al chico había sido de desdén.

-¡Lily!- Jon exclamó. -¿Qué estás haciendo aquí? Pensé que estabas bien aumentando los precios.-

-Oh rayos, viste a través de mi plan,- Lily bromeó.

-Hey Lily,- Sirius susurró emocionado. -¿Quieres unírtenos para derrotar a la vaca?-

-Claro, yo ayudo,- Lily contestó y James volteó.

-La oferta esta ahora en sesenta galeones.-

-¡Setenta galeones!- Lily declaró. Entonces volteó con el resto del grupo. –Quería comprar gente también, así es que no voy a pagar todo eso.

-¿Cómo puedes estar tan segura que nadie más va a…o no,- Sirius terminó cuando el director anunció que habían comprado a Aleia. – ¿Hey, como supiste?-

-La subasta es un juego mental, Sirius,- Lily dijo felizmente. El resto de la subasta no fue tan emocionante como los primeros, ya que el recién formado grupo de amigos no tenía interés en los prefectos siendo vendidos. Sirius después fue llamado a la plataforma. Era su turno en ser subastado.

-Ahora tenemos a Sirius Blas,- Dumbledore anunció. –Las ofertas comenzarán con los usuales tres galeones.-

-Espere Profesor, tengo un espectáculo preparado para todos.-

-Merlín, por favor ayúdanos a todos,- Remus anunció fuertemente para que todos oyeran cuando el comedor entró en silencio.

-Voy a necesitar un voluntario, ¿Peter?- El bajo Gryffindor subió para acompañar a Sirius.

-¡Ah no!- James se quejó. -¡No puedo creer que en realidad vaya a hacer eso!- Lily miró a la no-participante mitad de los Merodeadores en confusión. –Solo mira, ya verás a que nos referimos.-

El gran salón estaba en total silencio en anticipación al espectáculo que Sirius estaba por dar. Considerando que era un Merodeador la presentación probablemente sería chusca, al menos que Sirius escogiera hacer lo impredecible y hacer su rutina silenciosa. El apuesto Gryffindor movió su mano y tosió para conseguir la atención de todos, la cual ya tenía. No fue hasta que uno de los estudiantes más impacientes le dijo a Sirius que se apurara que, con otro gesto exagerado de su mano, un pequeño "pop" acompaño una nube alrededor de donde Peter estaba. Los estudiantes más chicos se emocionaron mientras la Profesora McGonagall casi sufría de un ataque cardiaco.

-¡Sr. Black! ¿Qué está haciendo?- la seria subdirectora regañó. Sirius meramente sacudió su dedo a la anciana y continuó limpiando el humo. Cuando loa visibilidad fue normal nuevamente, una vaca estaba en el lugar de Peter.

-¡Alo! ¿Les gusta la vaca?- Sirius le preguntó a todos. –Hay que nombrarla.- El animal mulló en aceptación o resignación, no muchos estaban seguros y Sirius continuó. -¿Qué tal Mu-Mu?- El animal debe de haber sonreído. Su boca estaba curveada de un lado y sacudía levemente su cabeza y movía su fea cola. –Yo también creo que ese es un nombre muy guay.-

James y Remus habían cubierto sus rojas caras mientras que Lily, Jon y Aleia parecían muy divertidos.

-Eres raro,- Sirius le dijo a la vaca. ¿Hubo un tipo de reacción? –Gracias, y estoy orgulloso de ello.- La muchedumbre comenzó a ver al Gryffindor como si necesitara un viaje a la sala mental de San Mungo's.

-Por cierto, ¿Cómo es que regresas a tu estado original?- Sirius le preguntó a la vaca después de notar las miradas claras en el rostro de todos. -¿Estas ahí? ¡No has contestado mi pregunta!- Para esto los estudiantes de primer año estaban suficientemente asustados para poco a poco irse haciendo a la orilla. Una gran masa de chicos estudiantes podía ser vista abriéndose camino hacia las puertas al mismo tiempo.

-Si, si, soy raro. ¿Quieren oír un chiste?- Sirius contestó.

-No, no lo creo.-

Sorprendido, Sirius comenzó a buscar la fuente de la incorpórea voz.

-¿Qué?-

-No lo creo. Porque, ¿tengo que deletrearlo?-

-De hecho.-

-N como en la letra N, o como en la letra o; lo como en l-o, creo c-r-e-o.- Otra voz contestó. Todos los estudiantes brincaron. Si fueran gatos hubieran estado boca abajo en el techo con su cabello erizado. Los profesores estaban buscando el origen de la voz mientras Lily miraba en todas las direcciones. No fue hasta que estuvo a preguntarle a James y Remus quien era que notó que algo no andaba exactamente bien.

-¿James? ¿Remus? ¿Ustedes dos tuvieron algo que ver?- Lily preguntó mientras entrecerraba los ojos. Los dos Merodeadores sacudieron sus cabezas mientras trataban de soportar la risa que amenazaba.

-Shh, Lily, ¿viste su cara?- James murmuró felizmente. –Apuesto a que no esperaba eso.- Lily aún estaba confundida y sospechosa.

-Eso era parte de un diálogo que James y yo hubiéramos hecho. Considerando que James quería retener su orgullo y asegurarse que alguien lindo lo comprara, nuestro prefecto negó su parte. Esa decisión puso a James de mi lado en la discusión, así es que ya no teníamos que respaldar a Sirius. Pero lo extraño es que solamente los Merodeadores sabían sus planes. ¡Al parecer alguien más sabía!- Remus proclamó, viendo en la dirección de Aleia. Tenía una sonrisa sabihonda y conspirativa en su rostro. La maniaca risa de Sirius llamó nuevamente la atención de todos.

-Ese fue alguien más. Es en serio. Y no, no estoy loco.-

-¡Sabemos que lo estas Black!- uno de los Slytherin gritó y Sirius miró feo en esa dirección general.

-Esta bien, el chiste ya está rancio. De regreso al show, no hay voces dentro de mi cabeza. Tal vez una o dos, pero eso ya esta fuera del punto. Era…ah… ¡lo olvidé! ¡Duh! ¡James y Remus hechizaron a "la persona" que dijo esto!- Sirius había hecho comillas en el aire para "la persona". Miró a los de primer año y les pregunto, -¿los conocen, cierto?-

La mitad de la populación vitoreó mientras la otra mitad gimió. La mitad no entusiasta normalmente era el blanco de las bromas de los Merodeadores. –Son los locos esquizofrénicos—¡ellos me dijeron!—es decir, lindas personas de la casa de Gryffindor,- Sirius enmendó rápidamente al notar las dudosas e inocentes expresiones en las caras de sus amigos. –Tienen que creerme,- suplicó. Ahora parecía ser que las personas normales estaban muy asustadas para comprarlo. –No, no, no, no soy un loco. Oh, de acuerdo,- concedió con un resoplido. -¡Alo Aleia! ¿Me compras?-

-¿Asumiré que su presentación ha terminado, señor Black?- el director preguntó con una sonrisa. Sirius asintió con un suspiro, giró su varita y regresó a Peter a su estado normal. -¿Entonces cuantos galeones para el señor Black?-

Ofertas comenzaron a subir al mismo paso que las de Aleia. Lily había parecido sorprendida junto con el resto de los Merodeadores.

-¡No creí que los precios subirían hasta ahí!- Lily exclamó y todos asintieron.

-¡Cincuenta galeones!-

-¿Quién querría a Sirius tanto?- Aleia preguntó, escéptica de la sanidad del comprador. James dio un ligero jalón a la manga de su hermana.

-Mira cuidadosamente. Esas son las mismas chicas que Sirius ha estado tratando de esquivar desde el principio del año pasado. Creo que el mismo se ha metido en el purgatorio.-

Las ofertas por Sirius se cerraron a 65 galeones. Una vez que los dueñas fueron finalizadas, el club de fans corrió hacia el objetivo de sus afectos para un masivo abrazo de grupo; y de alguna manera Sirius había logrado salir de la mitad del gran grupo de gente.

-¡James, Aleia, Remus, Peter, Lily! ¡Ayúdenme!- Sirius gimió cuando las chicas lo encontraron nuevamente. Todos sacudieron sus cabezas con una sonrisa. -¿Jon? ¿Qué hay de ti? ¿No te agrado? Te ayude a conseguir a Alei—AH!-

-Lo siento Sirius,- Jon le dijo al lugar donde Sirius había estado hacía segundos atrás. -Parece ser que me preguntaste demasiado tarde.-

-¿Podría James Potter pasar al frente?- el Profesor Dumbledore llamó. James murmuró una rápida disculpa a su hermano/mejor amigo que se hallaba en apuros.

-Hola a todos,- James saludó. –No tengo una presentación,- algunas personas plataforma abajo murmuraron "gracias al cielo". -¿Así es que podemos empezar?- James miró al director. Instrucciones no fueron necesarias ya que la gente había levantado sus manos tan pronto como James había subido al escenario.

El precio por James fue más allá que el valor de todos. Considerando que James tenía una novia que lo deseaba desesperadamente, no fue una gran sorpresa cuando la competencia en el aire llegó a 75 galeones. La novia de James había conseguido que sus propias amigas pusieran un poco de dinero para lograr ganarle al enorme grupo de fans de su novio. Al final, la novia ganó la subasta en 82 galeones.

El siguiente prefecto a la venta no era nada menos que Lily. La reacción fue una gran diferencia de las ultimas dos personas que se habían vendido. Siendo la callada y levemente chica reclusa, era la primera vez que muchos estudiantes habían visto bien a la pelirroja de Ravenclaw. Los compañeros de casa de Lily habían vitoreado en bienvenida mientras que los Merodeadores casi habían necesitado un hechizo de contención de parte de los profesores. Gracias al cielo que Aleia tenía suficiente influencia sobre Sirius para evitar que saltara arriba de unas mesas.

Ni siquiera conozco tan bien a los Merodeadores. Aparte de trabajar con James para llevar a cabo esta subasta, no había tenido ningún contacto previo con ellos.

-La subasta comenzará en tres galeones.- La gente estaba algo aprehensiva en comprar a Lily. No era popular, no muchos sabían algo sobre la callada prefecta. Desafortunadamente para Lily, Sirius decidió ser su publicista para hacer que la gente ofreciera.

-¡Vamos, todos! ¡Mírenla!- Sirius exclamó, haciendo que el rostro de Lily se incendiara. -¿No es bellísima? Las mejillas rosadas son el complemento perfecto para ese rojo y largo cabello. ¡Ella es Venus en disfraz, la Afrodita terrestre!-

-Oh, cállate Sirius,- Peter llamó. –Estas incomodando a Lily. Aparte, el modo correcto de publicitarla es llamar la atención a sus puntos buenos.- La voz de Peter subió en volumen para lograr conseguir la atención de la multitud. –La única cosa que es rival a la belleza de la señorita Evans es su intelecto. Ella es la mejor estudiante de Encantamientos en nuestro año, al igual que el contendiente para valedictoriano para cuando egrese. Eso es si tenemos valedictoriano.- Los Merodeadores aplaudieron en felicitación. –De acuerdo a Jon, Lily es una gran jugadora y estratega del equipo de Quidditch.- Un rugido de parte del equipo de Ravenclaw confirmó el complemento. -¡Así es que si compran a Lily, no solamente conseguirán ayuda para sus estudios, pero algunos consejos de belleza de la hermosa diosa del amor, y claro, para aquellos aspirantes a ser jugadores de Quidditch: asistencia en el entrenamiento!-

El corto comercial tuvo hizo su trabajo. Lily no podría haber estado más avergonzada en su vida, pero logró conseguir la atención de la gente. Las chicas habían notado su perfecta complexión y como su pelo brillaba como si hubiera estado bendecido. Los chicos estaban interesados en el aspecto de Quidditch y tener a una chica a su lado no era mala idea. La excusa para los estudiantes más jóvenes era tener un tutor personal. No tomó mucho tiempo antes de que manos estuvieran en el aire para comprar a Lily.

Lily, por otra parte, no estaba muy feliz con su predicamento. No le gustaba platicar mucho con la gente de su edad. Los estudiantes tenían una tendencia a ser muy juiciosos. Cualquier cosa hecha mal era recordada por décadas mientras todos tus puntos buenos eran olvidados. No quería ser comprada por un extraño. El equipo de Quidditch había prometido comprarla, pero no parecían tener una oportunidad. Había un grupo de estudiantes de cuarto que se estaban juntando para comprarla. Ese grupo parece un popurrí de club de fans. Todos los miembros o son admiradores de los Merodeadores o sus ex-novias.

-¡Cincuenta y cinco galeones!- La exclamación había puesto un alto a las preocupaciones de Lily. Parecía ser que era uno de esos jarrones de porcelana hechos para parecer auténticos. No soy tan inteligente ni tan grandiosa en Quidditch. Quienquiera que me compré va a querer un reembolso tan pronto hable conmigo…

-¡Sesenta y cinco galeones!- James llamó. Erg, ahora esta subiendo mi precio. ¿Qué pasó con el plan de "seré inconspicua" Lily? ¿Ya ves en lo que te metes? Los Merodeadores son una mala influencia. Quieren demasiada atención. No fue lindo de ellos meterme en esto, tampoco. Claro que tuvieron sus quince minutos de fama mientras hacían mi promoción, pero eso no fue justo para mí. ¿Acaso les pedí una mejora de popularidad? ¡No! Sirius está tan muerto. Quizá debería de haberlo comprado y hacerlo vivir un infierno por arruinar mi invisibilidad.

-¡Vendida al señor Potter por sesenta y cinco galeones!- el Profesor Dumbledore anunció. –Esto concluye nuestra venta de prefectos.- Lily dio una sonrisa forzada y trató de irse sin ser notada.

-¡Lily!- el fuerte sonido que solamente podía ser Sirius, llamó. –Tienes que estar junto a James. El te compró.- Lily se miraba estresada. Después del alboroto solo deseaba irse a la sala común y ponerse a leer un buen libro. Con una mirada fulminante a Sirius, Lily agraciadamente hizo su atropellado camino hacia James, que casualmente tenía a su novia colgando.

-Hola,- Lily murmuró como saludo. –Perdón por la interrupción, ya me voy. Si crees que mi disculpa no es suficiente ve y molesta a Sirius.- Lily estaba a punto de retirarse, pero al voltear la constelación se estampó contra ella.

-¿Yéndote tan rápido?- Sirius preguntó en un tono demasiado feliz. Volteó su feliz, pero asustada cara a James. -¿Ya encontraste algo que Lily puede hacer? ¡Eres un dueño sin corazón!- James meramente rodó los ojos.

-No, de hecho no, pero parece ser que tus dueñas te están buscando.- El Gryffindor miro atrás. Un grupo algo grande de chicas estallando en risitas se estaba acercando peligrosamente. Cada una tenía una sonrisa que solo posaba peligro para el tiempo futuro. Sin decir adiós, Sirius salió corriendo del Gran Comedor, tratando de evadir a su club de fans.

-¿Soy yo, o el grupo solo aumentó?- James le preguntó a nadie en particular. Su novia había sido ignorada, pero un leve jalón en su brazo consiguió la atención del prefecto de regreso a la persona que estaba colgada de su brazo. Un pequeño beso fue plantado en los labios de la chica. Lily observó la pequeña muestra de afecto con un poco de incomodidad. Tal vez debería de moverse mientras Sirius aún estaba ocupado con su escape a la libertad.

-¿Saben a donde se ha ido Sirius?- la líder del grupo que perseguía a Sirius preguntó. James señaló a la salida. Una cabeza negra estaba obstruyendo la salida, y las chicas reconocieron esa cabeza como la de Sirius Black.

-¡Gracias!- en menos de un parpadeo, el gran grupo estaba a la mitad del camino hacia las puertas.

-¡Que gran amigo eres, James!- Sirius gritó sarcásticamente mientras estaba ocupando corriendo por su vida. -¡Y tu también Lily! ¿Por qué no lo callaste?-

-¡No había nada que yo pudiera haber hecho! ¡Ni siquiera abrió la boca!- Lily exclamó de regreso. De reojo, Lily podía decir que la novia de su dueño estaba un poco molesta por ser dejada fuera del juego Persigamos a Sirius y James probablemente había notado los ojos de Lily posándose por un momento en su novia, porque comenzó una introducción.

-Lily, esta es mi novia, Moira Ceasa,- James inició. –Moira, ella es Lily Evans, la pobre chica que Sirius ha decidido hostigar.- Lily había notado la mirada de desdén en los ojos de la chica. Claro que ella me cree incapaz de ser amiga de los Merodeadores.

-Hola,- Moira saludó en un tono helado y Lily simplemente sonrió. Era algo bueno que James no había notado los insípidos saludos. Su atención estaba concentrada en su mejor amigo, quien estaba rodeado por sus dueñas.

-¿Crees que puedo pagar para que me dejen intentar avergonzar a Sirius?- Lily inquirió. El grupo había pasado por ahí otra vez y una chica escucho el comentario.

-Disculpa, dijiste que quieres ser parcialmente dueña de Sirius?- la chica le preguntó a Lily. –Todo lo que tienes que hacer es darle a Celina—esa es la chica que está hablando con Sirius en este momento—cinco galeones. Y después nos puedes ayudar a planear que es lo que vamos hacer que Sirius haga en el siguiente año.-

-Gracias. Iré después de que James me dé permiso,- Lily sonrió a la oportunidad de cambiar lugares con Sirius. En vez de ser hostigada por el Gryffindor, podría ver como era que Sirius iba a manejar la presión extra que Lily estaba por ejercer.

-No hay nada que tengas que hacer, Lily,- James anunció. –Viendo las caras decepcionadas de los de primer año, ¿porque no les das clases?- La propuesta no era irracional y Lily asintió. –Haré el anuncio más tarde, así es que espera lechuzas y visitantes de personas al azar.-

Ser la esclava personal de James Potter era mucho más fácil de lo esperado. No esperaba nada de Lily, y viendo que Moira iba a estar demandando mucho de el, no le daría mucho tiempo para humillar a Lily en el sentido amigable. Todo lo que restaba era darle cinco galeones a Celina y la vida de Sirius sería difícil.

Mientras Lily se acercaba el gran grupo de dueñas de Sirius, notó que de hecho había una fila de personas esperando comprar una parte de las 'acciones' de Sirius. Mientras esperaba, la pelirroja decidió reanudar sus diarias observancias y el estudio de la gente de Hogwarts.

La subasta había sido un éxito. Algunos prefectos tenían lindos dueños como James; otros prefectos eran desafortunados como era el caso de Severus Snape, quien había sido comprado por los Merodeadores por una baja cantidad de dinero. Lily se había sentido mal por el prefecto de Slytherin cuando era obvio que su popularidad en Hogwarts era pésima. Los miembros de su propia casa lo habían reconocido como un recluso con un gran talento para las pociones y las artes oscuras.

Parecía ser que todo Hogwarts, y los afiliados a ella, estaban ensimismados con los resultados de la subasta. Reporteros estaban corriendo de gente en gente, interrogándolos acerca de sus opiniones sobre el estilo de la subasta. Lily, siendo una gran adversaria para grandes y populares reuniones se había escabullido fuera del Gran Comedor sin ser notada, aunque no antes de haber pagado su parte en las acciones de Sirius.

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Nota de la traductora: Vaya, hasta que por fin terminé este capitulo. Llevaba mucho tiempo sin actualizar, pero por fin mi conciencia me alcanzó y ahora estoy haciendo todo lo posible para actualizar todas mis historias. En fin, espero que les haya agradado el capitulo, y por favor, ¡dejen reviews!

Ta.

always & forever,

°gyn