Konnichiwa! Este es el segundo capítulo, espero que sea de su completo agrado. No tengo mucho que decir. El séptimo capítulo me tiene loca (x.X) Trabajo duro para poder continuar la historia ( 0 : ) Sí ) Así que lean, me dan su opinión o me escriben contándome sobre ideas que tengas y hayan nacido leyendo.

Cree en mí

Por Heleni-chan

Segundo Capítulo

- : Kagome: -

Me dolía mucho la cabeza por causa del golpe con el balón. Luego de estar un tiempo en la enfermería desmayada me habían mandado de vuelta a mi casa. La verdad era que agradecía aquel gesto por parte del establecimiento. Solo quería dejarme caer sobre mi cama y descansar, descansar, descansar...

- Hermana, hermanaaaaaaaaaaaaa!-

- Por favor, Souta... No grites.

- es que Inuyasha te...

- ¿Qué?- Me olvide completamente de mi dolor de cabeza- Inuyasha...

Subí rápidamente las escaleras hasta llegar a mi habitación, entre precipitadamente y lo vi... Estaba jugando con...

- ¿QUÉ!- que crees que haces con mis...?

- ¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!- al parecer el mitad monstruo no había notado mi entradaen la habitación asustándose.

- ¡INUYASHA¡ABAJO!-

ooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo

- ¡No lo hice apropósito!- Llevábamos más de una hora peleando.

- Entonces que hacías con mis... Con mis...- la cara me ardía.

- No sabia lo que eran- su rostro había tomado un color rojo fosforescente - ¡PERO PODRIAS HABERME DICHO QUE LO SOLTARA!

- ¡Ah! Claro... "Por favor, Inuyasha... ¡Podrías hacer el favor de soltar mi ropa interior!"- Me senté de espalda a él en el suelo.

Paso un rato cuando escuche de sus labios la siguiente frase:

- lo siento, Kagome..-

- Inu... Yasha...- susurre, me giré y lo miré... Estaba de espalda a mí, con su cabeza gacha. Luego pude notar que el también se giraba lentamente.

- ¡KAGOME¡TELEFONO! .

- Voy... - pero las palabras habían salido con tan poco volumen que solo Inuyasha y yo habíamos logrado escuchar.

Me quede lo más que pude mirando esos hermosos ojos color miel que tanto me gustaban.

- KAGOME!-

- ¡YA VOY MAMÁ!- Logré gritar.

Por fin pude despegar mis ojos de los de él... Realmente no quería dejar de verlo. Me levanté con pesar del piso y bajé las escaleras.

-¿Diga?

- Kagome... Habla Hojo- Al otro lado del teléfono pude escuchar las voz que horas antes me había pedido salir con él... La cabeza volvía a dolerme

- ¿Qué ocurre?- No quería ser descortés pero deseaba volver con Inuyasha

- Necesito hablar contigo...- Se notaba un tanto raro, su voz tiritaba.

- Pero... ¿Es necesario que sea ahora?- Debía volver a la época antigua.

- Por favor... No te quitare mucho tiempo, es algo que desde hace un tiempo quiero decirte.

¿Qué más podía hacer?

- de acuerdo... Nos vemos en el parque.

- nos vemos...-

Fuipor mi mochila y leavisé a mi madre de que saldría un rato. Tomé la bicicleta y pedaleé lo más rápido que mis piernas me permitían.

Pero al parecer me apure mucho... al llegar, aún Hojo no había aparecido.

Me senté en un banco mientras esperaba.

-¿Kagome?-

-¿Hojo?

Al darme vuelta veo al joven de pelo plateado que me observaba con una extraña mirada.

- ¿Inuyasha?... ¿Qué haces aquí?

- saliste de tu casa sin decir dónde ibas.

- es que... Quede de juntarme con un amigo y no me dio tiempo de avisar- ¿por qué tenía tanta pena en mi pecho?- será mejor que te vallas.

- ¡No! Me quedare contigo... ¡Feh¿Qué pasa si alguien te hace daño?- se cruzó de brazos y cerró los ojos, como si no le importara.

- estaré bien... Inuyasha...-

Siento los pasos de alguien que se aproxima.

- ¡Oh¡Será mejor que te ocultes!

- ¿QUÉ?- se estaba empezando a molestar y cada vez los pasos eran mas cercanos.

- Por favor... Te lo ruego... Tienes tus orejas... Te descubrirá.- dije un tanto desesperada.- Será solo por un momento.

- de acuerdo... - se ocultó detrás de unos arbustos.

- Kagome...- Justo a tiempo.

- ¿qué es lo que pasa Hojo¿estás bien?.- de verdad, el estado del joven era preocupante.

- Kagome... Hay algo que quiero decirte desde hace mucho tiempo, te ruego que no me interrumpas.

Asistí con la cabeza.

- Yo... ... Siento... Tu... - Mantuve silencio para que el pudiera terminar de hablar- ¡KAGOME TU ME GUSTAS!

- ¿QUÉ!- Inuyasha había salido de su escondite lanzándose sobre Hojo.

- ¡AHHHHHHHHHHH!- Gritó Hojo mientras veía un monstruo caer sobre él.

- INUYASHA!... ¡ABAJO!-

- Ka... Go... Me…- dice el Híbrido de vientre en el piso, lleno de polvo.

- ¿Qui... Quien es el?- Hojo parecía completamente confundido.

- Hojo...- sacudí la cabeza- se... Será mejor que sigamos hablando otro día-El chico asistió.

Me hinque al lado de Inuyasha, no sabía que hacer... Hojo comienza a correr.

- ve tras él - Dijo Inuyasha

- ¿Nani?- lo miré profundamente.

Inuyasha se paró mirando hacia abajo, su pelo me impedía ver su rostro.

Caminó en dirección a mi casa.

- Nos vemos luego... -

Corrí... Llegué hasta él e hice lo que de verdad sentía: abrazarlo. Pude notar que se detenía violentamente, probablemente algo sorprendido. Él se dio vuelta... Quedado frente mío. Sus ojos... Sentía que sus ojos me absorbían, sus hermoso ojos color miel solo fijos en mí. De pronto sus brazos me rodearon... Mi corazón late descontrolado. No había nada más importante que nosotros dos. Por favor... Que esto no acabe nunca... Te quiero Inuyasha...

- Volvamos...- Su voz ahora era suave... Hasta el punto de ser seductora.

- Sí...

- : Sango : -

No deseaba volver aun a la cabaña donde estábamos alojando. No quería ver la cara del Monje...

Pero en algún momento tendría que enfrentarme a él. Y si lo hago... Él no notará mi mal. No notará el daño que me causa. De ahora en adelante... Me preocuparé de encontrar a mi hermano.

Entré en la cabaña. Pensaba que Inuyasha y la señorita Kagome ya habíanllegado, pero no estaban... Solo se encontraba sentado junto al fuego el Monje. Su cara demostraba enojo, cuando se percato de mi presencia me miró con furia.

-¿excelencia? - pregunte asustada

Se levantó bruscamente.

- Sango... No me hables-nunca lo había escuchadodirigirse a mide esa forma

- Pero... No comprendo... ¿Qué fue lo que paso, Miroku-sama?

-No quiero que me dirijas la palabra ¿entendiste?

¡Oh¿Por qué me haces esto?. Primero me destrozas el alma estando con otra mujer y ahora... Ahora me rechazas... ¿Qué fue lo que paso? No logro entender...

Luego salé del lugar. Me siento desesperada. Comienzo a llorar nuevamente... Quiero salir de aquí... Pero eso implicaría toparme con él... Y no quiero volver a verlo.

Salgo por una ventana, no sabía donde meterme. Ganas de escapar y no volver nunca más... Pero no puedo ser tan cobarde... Simplemente no puedo.

ooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo

Ya un poco más tranquila, me paseo por el pueblo sola. Ya a oscurecido y sólo se puede ver la luz de algunas casas alumbradas con la chimenea. Siento frío, mas no regresaré aun... A menos hasta que esté segura de que Kagome regreso con Inuyasha.

Sin darme cuenta llego al local en que horas atrás había visto entrar a Miroku. Escucho unas voces, lo cual me motiva a esconderme... Creo reconocer una.

- me alegro mucho que me diga eso, mi bella damisela...- Miré cuidadosamente para que no me vea. Lo último que mis ojos captaron fue la entrada del Monje nuevamente al...

Me apoyé en la pared y dejé caer mi cuerpo al piso. Aprieto fuertemente mis manos en contra de mi pecho. ¡YA BASTA!

Lloro en silencio... ¿Por qué¿Por qué me pasaban estas cosas a mí? Siento que ya no puedo con esta condenada vida...

Me levanto apenas, abatida, destrozada... Choco con alguien que iba pasando por allí..

- lo.. Lo sie...Yomashi!-Me aferro a él en busca de protección y sigo llorando.

Él me abraza, y seca mis lágrimas.

- Nuevamente llora pequeña Sango...-

- Por favor... ¡No me deje sola!

Necesitaba estar con alguien, temía por mi. El corazón me ardía por causa del dolor. Apretaba fuertemente mi puño contenido las ganas de gritar.

-ni aunque me pidieras que te dejara... No lo haría.- Dice intensificando el abrazo- ven, te llevare a mi casa, ahí podrás descansar.

ooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo

Estoy sentada en el baño de la casa de Yomashi... Me siento tan patética... Mis ojos se han cansado de llorar, creo que me deshidrate. No sé que es lo peor... Descubrir que me enamore de la última persona que debería querer en el mundo o estar en la casa de una persona que no conozco... Solos, a pesar de saber que él no hará nada malo.

- Sango...- escucho su voz por el otro lado de la seda que hace de separación- cuando termines allí, ven a comer conmigo… Hay algo que deseo preguntarte.

- de acuerdo...- me metí en el agua caliente. De apoco mis músculos se comienzan a relajar... Aunque en mi cabeza y corazón el remolino destructor aun no termina de trabajar.

Me siento agotada. Quiero cerrar mis ojos y no despertar nunca mas... Por favor, deja que me vaya...

- Sango... ¿Sigues allí?

- si... - preguntaba cada cierto tiempo por mí. Al parecer sospechaba lo que planeaba hacer.

- : Kagome : -

Llegamos a mi casa y preparé todo para volver. Mucha comida y obviamente un gran paquete de dulces para Shippo el cual estaba con la anciana Kaede.

-Flash Back-

- Shippo, no debiste mojarte tanto en esa tormenta- le regaña amigablemente Miroku.

- no fue culpa mía... ¡Shist!

- Salud- .

- Gracias Kagome...

- Bueno, será mejor que este zorrito se quede conmigo una semana, con esta fiebre mas que una ayuda, será un estorbo- dice Kaede mientras muele unas hiervas para Shippo

- siempre lo es...- ¬¬

- ¿Qué dijiste tonto!- para variar, Shippo e Inuyasha iniciaban una nueva pelea.

Sango, Miroku y yo ponemos cara de resignación.

- No te atrevas a hablar así¡ardilla!- Dijo dándole un golpe en la cabeza a Shippo.

- Inuyasha… ¡Abajo!

Retumba toda la cabaña.

- Zorro inútil...- dice Inuyasha desde el suelo.

- Fin Flash Back-

Cruzamos por el Pozo hacia la época antigua, Inuyasha primero... Luego yo con mi enorme mochila. Cuando por fin toque tierra firme lancé mi mochila fuera del pozo... pero nunca debí haberlo hecho..

- ¡AY!- Oops! n.nU

Luego de quejarse del dolor en la cabeza durante media hora, de que yo le dejara muy claro de que eraun pobre exagerado yluego desentarlo "dulcemente" tres veces, comenzamos a caminar hacia el lugar donde supuestamente deberían haber estado Sango y el monje Miroku.

- ¿Miroku?- al entrar en la cabaña pensamos que no había alguien. Pero apartado en un rincón pudimos notar que estaba Miroku. Su estado era horrendo.

- ¿qué paso?- Inuyasha se acercó a él.

- ¿dónde esta Sango?- pregunté temiendo lo peor.

- No lo se... No durmió aquí- cada palabra le costaba.

-¿Miroku, qué paso?- la voz de Inuyasha era dura, se notaba un dejo de preocupación

- aun no lo se- Miroku parecía destrozado.

- ¡debemos ir a buscar a Sango!- dije rápidamente. Estaba asustada por mi amiga. ¿Qué le habrá pasado¿Por qué no había llegado?

- estoy seguro de que esta con muy buena compañía-Nunca había visto al Monje Miroku actuando de esa forma ¿Qué estaba pasando?

- ¿a qué te refieres?- Inuyasha cada vez estaba más serio.

- no importa... - Miroku se para y sale de la cabaña

Al parecer Miroku estaba sentido con Sango... Sango había salido para no volver logrando que Miroku quedara prácticamente destrozado.

Inuyasha se pone a olfatear. ¡Claro! El aroma de nuestra amiga nos guiaría a su paradero. Eres brillante Inuyasha.

Emprendemos de esa forma el camino. Inuyasha me dirigía hacia el centro del pueblo... Pero repentinamente para.

- ¿qué ocurre Inuyasha?-

- Hay muchos olores. Se me hace difícil diferenciar el de Sango- Ay no…

Sango, amiga... ¿Dónde te has metido?

- Debemos hablar con Miroku... ¿Cómo va a ser que ese idiota no sepa algo de ella?-Inuyasha estaba fuera de si

- Calma... De seguro ya aparecerá- estas palabras eran más para convencerme a mi misma.

Por favor... Sango... Da una señal. Nos tienes a todos con el alma en un hilo.


Fin segundo capítulo! Dejen Reviews.

Besitos a todos y cuídense. n.n