Chap 2: Viejos Recuerdos que Destruyen el Alma
El pasillo volvió a la normalidad, cuando el pelirrojo desapareció en la esquina, todo el mundo se concentro en seguir en sus cosas, dejando atrás el incidente, aunque comentando por lo bajo.
Harry alzo su mirada y vio como Ron se alejaba, empujando a toda la gente que se cruzaba en su camino, disculpándose sin mirar, absolutamente acelerado, corriendo hacia una enfadada Hermione. Levantando los últimos libros, lo siguió con la vista hasta que se perdió entremedio de los alumnos, que interferían para que él muchacho doblara. Preocupado, tratando de ayudar en lo que podía, volvió a agacharse, para recoger unos papeles que estaban en el suelo (ya se imaginaran la cantidad de libros y papeles que llevaría Hermione), suspiro, algo cansado de tener que hacer esta tediosa tarea, y además siempre tener que estar mediando entre sus dos mejores amigos, pero que mas daba, al final siempre terminaba reclamándose si mismo y ayudando como podía a pesar de que sabia que en algunas ocasiones debería mantenerse alejado.
Tomando su bolso, distribuyendo algunos libros ahí y otros en sus manos, comenzó a caminar, sintiendo un considerable peso encima:
- Y ahora me tengo que marchar con toda esta montonera de libros por todo el colegio- refunfuño Harry acomodándose mejor su bolso en su hombro, tratando de que este no acusara tanto el esfuerzo. Medio tambaleándose avanzó por el pasillo que lo llevaba hacia la torre de Grynffindor, sabia que estaba algo lejos, así que trato de afirmar bien su bolso, y camino lo mas rápido que pudo, ya que podía ver que su bolso no aguantaría mucho. Sudaba como loco por todo el material que llevaba, además de la ropa que llevaba puesta, sentía como una gota corría por su rostro, algo cansado y a mitad de camino, paro un momento para descansar un poco y agarrar un poco de aliento, dejo los libros en el suelo, respiro profundo, sacándose los lentes, y levanto la cabeza, con una manga se quito las gotas de transpiración que rodaban por su frente, y se acomodo mejor sus lentes, enfocando nuevamente su mirada al frente, la imagen de una chica fue lo primero que vio, esta se acercaba cada vez a donde el estaba situado, caminaba de una forma muy seductora, mostrando su bien dotado cuerpo, sus largas piernas hacían movimientos sinuosos y provocativos.
La chica al percatarse quien era el personaje que estaba enfrente de ella, mostró una gran sonrisa en la cara, siempre sensual, mientras con sus ojos felinos lo miro fijamente.
- Oh NOOOOOOOOOOO- pensó rápidamente Harry, muy nervioso- POR FAVOR DIOS MIO, HAZ QUE SÉ DESVIE, ¡NO LA SOPORTO!, NO LA QUIERO CERCA- en un acto desesperado trato de tomar todos esos libros antes de que la susodicha llegara, con torpeza, pero no alcanzó a huir, y para su tristeza Cho Chang ya estaba allí, y se detuvo justo enfrente de él:
- Hola Harry- dijo la asiática con una gran sonrisa, mostrando su perfecta dentadura, y con ojos de enamorada, parpadeaba de forma exagerada, acercándose cada vez mas a él, buscándolo con sus manos, parecía que quería arrinconarlo:
- Hola Cho- dijo Harry entendiendo que no iba a poder escapar, y que aunque no quisiera estar, no iba con el ser mal educado. Desanimado ya que su plan de fuga no había funcionado, trato de salir de esa situación embarazosa lo antes posible- Sabes Cho, tengo que irme por que mira todos los libros que tengo que llevar, además tengo bastantes cosas que hacer- hablo Harry imitando una voz de cansado, tratando con todas sus fuerzas de ser convincente y mas aun cortes, ya que frene a esa mujer, eso era un real esfuerzo.
- No te preocupes, yo te ayudo- respondió Cho con una sonrisa aun más atrevida que la otra, tratando de hacerse la amable y comprensiva, se agachó de la forma mas provocativa posible, tratando de insinuarse frente al moreno, tomando unos libros, los que estaban mas cercanos a él, y levantándose, casi rozando el cuerpo de Harry, quedo a milímetros de su cara, acercando cada vez mas su boca a la de él - Mi amor- le dijo acercando su rostro mas aun al de Harry, tratando de besarlo, buscando tentarlo.
- Cho, por favor, quieres alejarte, no necesito tu ayuda – respondió Harry corriéndose de ella, perdiendo la poca paciencia que se auto obligaba a tener con ella, ya estaba bastante enfadado, se agacho con agilidad, tomo todos los libros que estaban en el suelo, y luego con rapidez los que ella tenia en sus brazos - No entiendes que lo nuestro ya se acabó, sigue tu vida, no sé por que viniste a Hogwarts, si ya terminaste el colegio, y con esa excusa de ayudar a las casas en ves de hacer otra cosa- sentenció el moreno, pensando en sus adentros: "como no seguir persiguiéndome"-
- Cho avanzo la corta distancia que los separaba, se acerco a su oído y le susurro:
- Por ti mi amor-
- ¡Por Dios mujer! ¿Quien te entiende?- dijo exasperado Harry, la miro con asco, y tras un suspiro, olvidando los modales que quería auto imponerse con esa mujer, se marcho sin decir adiós, dejando a Cho hablando sola, esta le gritaba desesperada, en medio del pasillo, rogándole que regresara, pero él no giro en ningún momento su cabeza, solo camino por los pasillos, bien erguido, sin mirar a nadie, aunque todos lo miraran, y avanzó hasta llegar al retrato de la señora gorda, rápidamente entro, buscando la primera mesa disponible y dejo los libros, estirando un poco los brazos, sobándose los hombros, algo cansado miro alrededor, no había nadie, mejor pensó para si y se sentó cerca del fuego, en uno de los sillones, medio dormido, ya que estaba un poco cansado.
Tambaleando, entre dormido y despierto sintió algunos pasos que se acercaban, realmente no le llamaron la atención ya que sabía no era el único Grynffindor que existía, así que siguió tranquilo, volviendo a acomodarse en el sillón, tratando de volver a conciliar el sueño, cerrando bien sus ojos, hasta que sintió que alguien se sentaba arriba de él, sobre exaltado abrió los ojos, tantanteando rápidamente cerca de él sus lentes, colocándoselos y mirando lo mejor que pudo al frene suyo:
-Hola Amor- dijo una alegre y picara Cho, tirándole la corbata y acercándole la cara a la suya, mojando sus labios mientras miraba los de él- ¿Vamos arriba?- y sin preguntar beso a Harry en el cuello, pasando su lengua suavemente- Vamos, como en los viejos tiempos, me muero por estar en tu cama otra vez- susurró en su oigo, mientras su lengua jugaba por las cavidades de esa zona.
Harry despertando de súbito, aunque algo atontado, la quedó mirando, atónito, con la cara de la mujer tan cerca de la suya, sus labios tan cerca de los de ella, se tentó, no podía negar lo que sentía, sabia que no debía, pero ver su boca tantas veces suya, entre abierta, húmeda, lista para recibir la suya era algo con lo que soñaba todas las noche, inconciente, comenzó a acercar su rostro al de ella, mirando solo sus labios, sus manos tomaron su nuca, mientras seguía acercándose, solo le quedan escasos milímetros para llegar a sus labios, comenzó a sentir su aroma que entraba como una bocanada a su nariz, ese aroma tan conocido, que amaba y odiaba, se le erizo la piel, estaba apunto de besarla, pero sintió una electricidad en su cuerpo, y su mirada cambio:
-No entiendes- dijo Harry reaccionando, mientras cerraba sus ojos y volvía a abrirlos, la empujo hacia atrás, perdiendo los estribos - ¡Por que no me dejas en paz!, tú y yo no somos nada, y tú sabes perfectamente bien por que- dijo Harry levantándose del sillón, quitándosela de encima, encolerizado al recordar el pasado, viendo lo que jamás hubiera querido ver nuevamente, sin mas la enfrento, cara a cara, Cho lo abrazo, apretando fuerte:
- Harry tu sabes que eso fue una equivocación- protesto Cho buscando el rostros de Harry y con una mirada muy segura de lo que decía, y a la vez lastimare prosiguió- Tú sabes que yo te amo a ti, lo de Hudson fue solo una tontería, sin importancia, no debería afectarte- concluyo con ligereza.
- ¡Tontería Cho! - grito el muchacho, acortando la distancia, tomándola fuertemente los hombros , apretándola y zamarreándola levemente, con los ojos lleno de furia, viendo como su cara no se inmutaba, como ella seguía con su desfachatez, provocando que la ira lo dominara completamente- ¡TONTERIA, YO TE VI CHO, YO TÉ VI ACOSTADA CON HUDSON, TENIENDO SEXO CON ÉL CUÁNDO ESTABAS CONMIGO! - Harry la soltó con asco, le dio la espalda y se alejo de ella, tratando de volver a tener algo de calma, volvió a enfrentarla, dio unos pasos hacia ella, con su rostro lleno de melancolía y asco - ¡YO TE AMABA Cho!, con el alma, te hubiera dado todo- dijo Harry con los ojos llorosos, mirando esos ojos que alguna vez tanto amo, que eran todo para él, las lagrimas estaban inundando su mirada, pero no permitió derramar ninguna lagrima, apretando los puños se acerco un poco mas a ella, buscando cerrar por fin la herida- Pero tú eras solo una ilusión, un simple holograma, algo irreal y falso, que no dura, un sueño que se desvanece, y como tal ¡VETE DE AQUÍ!, si quieres aun que te tenga un mínimo de respeto, si algo de dignidad tienes, no vuelvas mas-
- Harry TE AMO- dijo Cho con una cara que ni ella misma se creía, tratando de parecer suplica, pero realmente no le resultaba, intentando atraparlo con sus brazos.
- ¡VETE-¡ dijo Harry tomándole un brazo, acercándola por un momento a él, mostrándole su cara llena de rabia, la miro un segundo mas y luego la arrastro hacia el cuadro de la Señora Gorda- Y NO VUELVAS A HABLARME EN TU VIDA- y con esto ultimo, la empujo fuera de la torre, y se cerro de un golpe la entrada.
Cho se marchó cabizbaja, pero no triste sino derrotada, ya que no amaba a Harry, era solamente su instrumento de popularidad, y lo había perdido.
Harry se limpio las lagrimas que ahora si habían escapado, tomando su cabello revuelto, apretándolos entre sus dedos, avanzo por la sala común y se sentó en el mismo sillón, se sacó sus anteojos y se froto los ojos hinchados,
Escondiendo su rostro entre sus piernas, trato de no recordar aquella penosa escena que a él le había tocado presenciar hace un tiempo, cuando él estaba con Cho, no quería acordarse de nada que tuviera que ver con ella, ya que la infidelidad vivida se había encargado de borrar todo rastro hermoso que pudo haber tenido con la asiática durante su noviazgo. Tomo una manta que estaba en el sillón mas cercano, se tapo y comenzó a mirar fijamente el fuego, con la cabeza en otro lado, pasó así unos 15 minutos contemplando la chimenea, sin pensar en nada, con el corazón apretado, la mandíbula tensa y el cuerpo cortado.
Las horas pasaron, estaba ido totalmente desvanecido, se sentía débil, agotado, con los ojos medios abiertos, entre despierto y durmiendo, cuando una joven pelirroja entro echa un trueno por al lado de él en la sala común. Al notar que Harry estaba, se paró en seco, froto sus ojos, se dio la vuelta y lo miró, dudo en acercase a él un segundo, para luego lanzarse en sus brazos. Harry reacciono al instante, frente al peso, trato de sostenerla, no podía verla con claridad, desesperado por el estado de la muchacha, la aferro hacia su cuerpo, buscando poder acogerla, pero pareciera como si no tuviera ningún tipo de consuelo alguno.
Entre sus brazos, como caída del cielo, estaba esa chica que tanto amaba en silencio, un amor que el sabia que no le era correspondido:
- Ginny- dijo Harry tomándole la cabeza y mirándola a los ojos- ¿Que pasa?
- Harry- dijo Ginny con sus ojos azules llenos de lagrimas, alzando su mano hacia su rostro- amigo mío (esa frase a Harry le dolió en el alma), Severus me ha destrozado
