Capítulo 1: ¿Él en mi casa?
Aún estaban observando ese pozo que hacía un momento los había llevado hasta el tiempo de Kagome. Estaban perplejos, sin saber qué decir. Un silencio se apoderó del momento y nadie sabía qué hacer.
-Inu Yasha...¿qué ha podido pasar?-dijo Kagome aún temblando del susto
-La verdad es que no lo sé, cuando hemos salido del pozo se ha producido cómo una explosión-comentó mientras intentaba meter su mano en este-y eso ha hecho que ni siquiera podamos tocar el pozo.
-¿Eso...eso significa que no podemos regresar?
-Eso me temo, pero aún no se la razón
-¡¡O no! ¿ Miroku y Sango estarán bien verdad?
-Tampoco lo sé... pero eso supongo. No creo que ese monje pervertido se haya dejado vencer por esto.
Después de hablar entraron en casa de Kagome.
-¡¡Hola Kagome!
-Ho..hola mamá-dijo mientras esta le daba un fuerte abrazo.
-Este...-dijo su madre señalando a la puerta dónde Inu yasha se encontraba investigando alguna de esas cosas tan extrañas que a veces Kagome llevaba.
-Mamá hay un problema...
-¿Qué pasa?
Inu Yasha y Kagome le contaron lo sucedido. La madre de Kagome lo entendió así que tomó una decisión.
-Bueno, pues que se quede en casa todo el tiempo que necesite ¿no?
-Ves Kagome, tu madre si que es amable y no cómo tu, señora tendría que ver a su hija...
-Inu yasha...-dijo con una mirada amenazadora-¡¡Siéntate!
Así es cómo comenzó la historia. La aventura más grande que jamás habían imaginado se les acercaba velozmente.
Después de bañarse y ponerse el pijama, Kagome se dirigió a su habitación y lo que encontró fue tal sorpresa que por un momento se quedó sin respiración. Sentado en la cama de Kagome se encontraba Inu Yasha.
-¿Qué haces en mi habitación?
-Veras...tu madre me ha dicho, que no hay ninguna habitación libre y cómo tu hermano no me conoce dice que duerma en un aparato llamado colchón en el suelo de esta habitación.
-¡¿Cómo!-soltó de una manera tan espontánea que no se pudo detener.
-¿Qué sucede?
-No..nada-dijo completamente sonrojada.
La verdad es que había dormido muchas noches con Inu Yasha, a su lado, pero no en su habitación y menos los dos completamente solos.
Kagome se metió en la cama después de explicarle a Inu-yasha lo que era un colchón, y poco a poco el sueño la venció.
Era pasada la media noche cuando de repente Inu yasha despertó.
La luna iluminaba el rostro de Kagome, estaba tan...bonita. Se parecía tanto a...
En ese momento se acordó de ella de esa persona que había amado tanto y de pronto el rostro de Kagome se interpuso entre sus pensamientos y él.
-¿Qué te pasa Inu Yasha?-dijo aún soñolienta.
-No...nada sólo es que no podía dormir.
Después de eso los dos se tumbaron y por fin pudieron conciliar el sueño.
A la mañana siguiente, bajaron a desayunar y la verdad es que esa fue una escena muy divertida.
-¡¿Qué es esto!Yo quiero esa comida amarilla que va en un recipiente muy raro, no quiero nada más...
-Inu yasha, me he levantado temprano para hacer el desayuno y tu solo piensas en los fideos preparados eres...
-¡¡Pero es que lo que tu has hecho no es comida!-replicó enfadado.
-¿Cómo, qué has dicho?
-Pues que eso no es...
-Inu yasha, ¡¡SIÉNTATE!
De pronto entró la madre de Kagome.
-Hija
ahora que has vuelto tendrás que ir al colegio y he pensado
que
Inu Yasha se va a quedar aquí solo.
-Ya...pero él se sabe cuidar solito
-Eso es verdad-confirmó él
-bueno, en todo caso he pensado que ya que tu conoces sus tradiciones y sus cosas a él le gustaría saber cómo vivimos, qué hacemos...
-¿Con eso que quieres decir?-pregunto casi en un susurro
-Que he ido ha hablar con el director de tu instituto y le he dicho que ha venido un amigo tuyo de un pueblo del interior ha venido a vivir una temporada con nosotras y si le importaría que fuera contigo a clase para aprender...
-¿Qué dices, ¿cómo has podido hacer eso?-dijo enfadada-mis amigas no saben nada de él, que van a pensar...
-Tranquila no pasa nada, ya le he dicho que era de fuera y que no conoce nuestras costumbres...
-No es por eso ¿a qué tu no quieres ir Inu yasha?
-Yo... lo veo interesante, la verdad es que tu mare tiene muy buenas ideas...
-Inu Yasha...Siéntate!
En ese instante no sabían que eso daría un giro radical a sus vidas. Y no sabían todo lo que les sucedería.
