Esa misma noche pero en un Hotel de Alabama, Tamamo se encontraba hablando con uno de sus clientes más importantes, al terminar la llamada se levanta de la cama y camina al balcón de la habitación, mirando su reloj y ve que aún es un poco temprano y se decide a prender su computadora y como casi cada noche entra a una sala de chat – Pero que tonto soy, si soy capaz de conseguir cualquier chica, ¿qué hago conversando en una sala como ésta, eso es para perdedores – se quejaba Tamamo pero sin convencerse por completo de sus palabras, pues aunque no entraba seguido a ese tipo de entretenimiento en Internet había algo en aquella persona a quien acababa de conocer que le llamaba la atención, y aunque poco sabía de ella y poco habían conversado, su platica lo hacía sentir bien. Tamamo entra pero no ve ningún mensaje nuevo y tampoco a aquella persona conectada del otro lado, decepcionado apaga su computadora y se acuesta a dormir. Al día siguiente, Meisuke es el primero en llegar a la empresa, aún pensativo entra a la oficina de Tamamo y prende la computadora que ahí estaba, entra a Internet y revisa su correo con la esperanza de encontrar un nuevo mensaje de correo de aquella persona por la que se había interesado últimamente, al no ver ni un solo correo se decide por escribir uno él. Dadas ya las 8 de la mañana Meisuke sale de la oficina para ver si Izuna ya había llegado y así poder terminar la plática de la noche anterior, pero ella aún no llegaba, y así, se daban las 10, 11 y 12 e Izuna jamás había llegado, Meisuke llama a su casa pero nadie le contesta, intentaba hablarle a su celular pero no entraba la llamada, incluso los mensajes de celular se le regresaban, él estaba muy preocupado por Izuna pero no sabía de que forma localizarla sin salir de la oficina, y lo que más le preocupaba era que por primera vez desde que trabajaban en el mismo lugar que Izuna no se presentaba a trabajar, eso era preocupante, sobre todo después de la plática anterior, Meisuke aún no podía creer que Izuna estuviese enamorada de él, sobre todo porque ella era para él como su hermana, así que la posibilidad de que él la quisiera de esa forma era muy mínima. A la hora del almuerzo Meisuke decide salir de la empresa para ir a buscar a Izuna, pero antes de llegar a la entrada es interceptado por Ritsuko, quien se mostraba muy coqueta con él

Ritsuko. ¿Adónde vas?

Meisuke. Necesito salir

Ritsuko. ¿A qué lugar?

Meisuke. Lejos de parecer grosero, eso es cosa que no te incumbe

Ritsuko. Quien te ve Nueno, y yo que creía que pasabas tus noches en vela pensando en mí

Meisuke. Tal vez no te equivoques del todo, pero ya me harté de que siempre sea lo mismo

Ritsuko. Vamos Nueno, no te ofendas, yo solo me hacía la difícil, vayamos a comer ¿sí?

Meisuke. No puedo, necesito ver a alguien

Ritsuko. ¿Hablas de Izuna, me di cuenta de que no vino a trabajar

Meisuke. Así es, así que con permiso, necesito verla

Ritsuko. ¿Y a cenar me llevas?

Meisuke. ¿De verdad?

Ritsuko. Claro, dame la dirección de tu departamento, yo cocinaré

Meisuke. No lo sé, todo esto es tan repentino, tan inesperado

Ritsuko. No voy a hacerte ningún mal si eso es lo que te preocupa

Meisuke. Esta bien, mira, ésta es mi tarjeta

Ritsuko. Entonces es una cita ¿a las ocho te parece bien?

Meisuke. Claro

Ritsuko. Hasta luego, nene

Haciéndole una caricia en la barbilla con su dedo derecho Ritsuko se retira a su escritorio y Meisuke sale de la empresa en busca de Izuna, primero su casa y después la casa de su madre pero en ninguno de esos dos lugares había podido encontrarla, decide irse nuevamente a la empresa ya cuando había perdido las esperanzas de encontrarla, así como los lugares a los cuales recurrir, pero al pasar casualmente por un bar café la encuentra sentada en la barra tomando un café caliente, Izuna estaba triste y pensativa, no hacía caso ni siquiera a la hermosa melodía que el pianista interpretaba, y cuando siente la cálida mano de Meisuke sobre su hombro levanta rápidamente la mirada y coloca su mano sobre la de él

Izuna. Eres tú

Meisuke. ¿Estas bien?

Izuna. Siéntate

Meisuke. Sí

Izuna. ¿Por qué saliste de la oficina?

Meisuke. Estaba preocupado, por ti

Izuna. Supuse que así sería, yo me di cuenta de tus llamadas, bloquee el número

Meisuke. ¿No quieres acaso verme?

Izuna. No es eso, me entristece verte, pero adoro verte

Meisuke. Lo lamento Izuna, lamento no corresponderte

Izuna. Sht, ya no hablemos de eso ¿quieres?

Meisuke. ¿Y pretendes que finjamos que no dijiste nada?

Izuna. Nosotros estábamos tan bien antes

Meisuke. Pero era justo para ti que me lo confesaras

Izuna. Pero no es justo que no me correspondas, ¿en tantos años no pudiste amarme?

Meisuke. Lo siento, yo jamás pensé en ti de esa forma desde que me dejaste de gustar en la preparatoria

Izuna. ¿Lo ves, me duele que sea así ¿no lo comprendes, además, sigues pensando en Minako y eso también me lastima

Meisuke. Te equivocas, yo me di cuenta de que ya no valía la pena pensar en ella

Izuna. ¿Entonces porque no puedes amarme?

Meisuke. Lo lamento, de verdad

Izuna. Lo dices como si eso me consolara

Meisuke. Es que no sé que más decirte, ¿qué esperas de mí?

Izuna. Te amo, es obvio que quiero algo más que ésta amistad

Meisuke. Pero no puedo darte eso

Izuna. ¿No puedes siquiera darte esa oportunidad?

Meisuke. No Izuna, lo siento

Izuna. ¿Es por aquella chica del Internet?

Meisuke. Apenas si le conozco, no es por ella

Izuna. ¿Por esa estirada de Ritsuko?

Meisuke. De hecho, tampoco, aunque hoy tendremos una cita

Izuna. Genial, lo que me faltaba

Meisuke. Sabes que he deseado eso casi desde que entre a trabajar en la compañía

Izuna. ¿Y no te extraña esa cita tan misteriosa, piensa Meisuke, ahora te han encomendado más funciones dentro del Departamento, es por interés

Meisuke. ¿En verdad crees que la única forma en que alguien se fije en mí es por interés?

Izuna. Yo no quise decir eso

Meisuke. Olvídalo Izuna, ya no quiero seguir hablando contigo, eres muy obstinada

Meisuke se levanta de su asiento un poco molesto e Izuna cierra con fuerza sus ojos, su cuerpo temblaba como nunca en su vida le había pasado, un impulso más fuerte que su mente la levanta de ese asiento y camina un par de pasos hacia Meisuke hasta alcanzar a jalarlo de la camisa por la espalda y atraerlo hacía él arrebatando en ese momento los labios de Meisuke para unirlos con los suyos en un beso que Meisuke no contesta pero que si le sorprende, al darse cuenta Izuna que Meisuke no correspondía a ese beso separa sus labios de los de él y solamente lo mira a los ojos con una mirada muy triste, como jamás Meisuke había visto en ella, muy decepcionada suelta a Meisuke y sale corriendo del café bar muy apenada, Meisuke intenta ir tras ella pero el mesero lo detiene pidiéndole que pague la cuenta, rápidamente saca dinero de su cartera y lo da al mesero, pero cuando sale del café bar ya no encuentra ni un solo rastro de Izuna, a pesar de recorrer varias calles aledañas, Meisuke decide mejor regresar a la oficina y esperar noticias de Izuna. Llegadas las ocho de la noche Meisuke ya estaba preparado para recibir a Ritsuko en su departamento, ella llega un poco retrasada pero Meisuke piensa que bien valió la pena ya que ella se había presentado con un atuendo muy impresionante que dejaba notar la buena figura que ella tenía, al entrar de lleno al departamento de Meisuke rápidamente ella rodea el cuello de él y lo besa con pasión, Meisuke aunque se sorprende no tarda en contestar el beso de la misma forma, y sin dejarse hacer esperar Ritsuko comienza a desabrochar la parte superior del vestido que llevaba puesto, Meisuke se sonroja al verla despojarse de esa forma sus atuendos, en cambio ella, sin pudor, sin recato deja caer totalmente sin dudar aquella prenda, también sin dudar Meisuke se acerca y la besa con pasión quitándose al mismo tiempo su ropa, ambos vuelven a sumirse en un apasionado beso, llevando Meisuke a Ritsuko a su recámara.

En Alabama, Tamamo llegaba recién a su cuarto de hotel un poco cansado por las actividades de aquel día, porque aunque estaba en un viaje de placer no podía dejar ni un solo día sus asuntos de oficina; y aunque se encontraba fatigado no duda ni un segundo para prender su computadora y conectarse a la línea Internet para revisar su correo, y lo que él esperaba efectivamente había sucedido, había en su bandeja de entrada un correo de aquella persona de quien esperaba recibir, al abrir el link que lo conduciría a tal su curiosidad se hacía más notoria, - Hola Merveilles... es verdad, aún no le digo mi verdadero nombre, en otra ocasión se lo diré – decía Tamamo mientras bajaba un poco más la página y comienza a leer el mensaje en su mente, "¿Cómo estas, yo me encuentro muy bien, con mucho trabajo pero bien, ¿qué has hecho tú últimamente? Había estado esperando uno de tus correos o que te conectaras pero eso no fue así, aunque suene un poco tonto, te extraño, es la primera vez que me pasa algo así con alguien que solamente conozco por Internet, pero la emoción que siento con cada correo tuyo es muy especial, extraña, pero especial, y aunque solamente hemos conversado un par de veces siento que te tengo un cariño, tal vez pienses que me ha atacado la locura, pero no es así, espero encontrarte pronto, que estés bien, atentamente, Nube". – Es tan inocente, me encanta, ¿cómo es posible que me tome tanto cariño con apenas lo que sabemos uno del otro, parece ser una chica muy interesante - se decía a sí mismo Tamamo con una sonrisa muy grande dibujada en su rostro

A la mañana siguiente, dadas las siete Meisuke se despierta a causa del reloj despertador que sonaba sin cesar, lo apaga y después voltea al lado derecho de su cama esperando ver a Ritsuko dormida en ella, pero para su sorpresa no solamente Ritsuko se había ido, sino que no había rastro de ella, ni una nota, nada, rápidamente se levanta y dirige al cuarto de baño; terminando ya de arreglarse se dirige a la salida para ir a trabajar, llega a la empresa un poco retrasado y al llegar lo primero que hace es buscar a Ritsuko pero ella aún no llegaba, y al igual que ella Izuna preocupaba a Meisuke por su notoria tardanza, dadas ya las 9:30 de la mañana llegaba Ritsuko con una gran sonrisa en su rostro al igual que un semblante de soberbia, Meisuke se dirige a donde ella está e intenta saludarle, pero antes de hacerlo decide esperar a que ella termine de saludar a sus compañeras y se coloca atrás de la puerta, - llegas muy tarde Ritsuko, tendrás problemas - decía una de sus compañeras un poco preocupada por su compañera de trabajo, - no seas tonta amiga, tengo todo bajo control, ayer estuve con el idiota que dejó el señor Tamamo como encargado, verás, él está loco por mí, ¿puedes creerlo, que imbécil - contestaba Ritsuko con un tono de vanidad y pedantería, - que bárbara eres Ritsuko - comentaba otra de sus compañeras sonriendo a la vez por la ocurrencia de su amiga. Meisuke estaba totalmente molesto, ahora se explicaba ese repentino cambio de actitud por parte de Ritsuko, pero a pesar de su coraje decide seguir con aquel juego sucio que en mente tenía Ritsuko, y ella por su parte seguía hablando con sus amigas sobre lo fácil que será de ese día en adelante que Meisuke comiera de su mano, y él por su parte mejor se retira para no seguir oyendo las tonterías que decía su compañera. Llegado el medio día Izuna por fin se aparecía por la oficina de Meisuke, él al verla sonríe muy contento de verla ya que le tenía muy preocupado desde el día anterior, ella con una sonrisa forzada se acerca y lo saluda como de costumbre

Meisuke. Me tenías muy preocupado, no vuelvas a desaparecerte de esa forma

Izuna. Lo siento, hasta anoche comprendí que actué como chiquilla ¿me perdonas?

Meisuke. ¿Qué tengo que perdonarte?

Izuna. Haber actuado como tonta, no debí manejar la situación de esa manera

Meisuke. No te preocupes, eres mi mejor amiga, no te juzgo

Izuna. Bien, ya puedo estar tranquila conmigo misma, pero vine solamente a despedirme

Meisuke. ¿De que hablas, a dónde te vas?

Izuna. Voy con mi madre por una temporada, así que, aquí está mi carta de renuncia

Meisuke. No me hagas esto por favor, te necesito

Izuna. Lo sé, como profesional, pero estarás bien

Meisuke. Y como amiga

Izuna. Lo sé, pero entiéndeme y no seas egoísta, yo necesito estar un tiempo a solas, pensar, olvidar

Meisuke. Es por mi culpa ¿verdad?

Izuna. No, no tiene mucho que ver contigo, yo de verdad necesito separarme de éste lugar por un tiempo, comprende por favor

Meisuke. Si esa es tú decisión no te discutiré pero, de verdad te extrañaré

Izuna. Lo sé

Meisuke. Espero que no sea un adiós definitivo ¿de acuerdo?

Izuna. Trato

Meisuke. Adiós

Izuna sonríe falsamente a Meisuke y él la abraza con fuerza, y después de varios segundos de abrazarse ella se separa lentamente y se va de la oficina, triste, pero a la vez feliz por aquella decisión que había tomado y porque sabía que tarde o temprano Meisuke encontraría en brazos de otra persona el amor verdadero. Ha pasado un mes desde la partida de Izuna donde vivía su madre, y durante ese tiempo Meisuke había continuado su falsa relación con Ritsuko sin decirle que la había descubierto; Tamamo había regresado de su viaje como lo había dicho, una semana solamente, y al enterarse de la partida de Izuna rápidamente se había dado a la tarea de encontrar a alguien para reemplazarla; Meisuke y Tamamo seguían conversando por Internet y mandándose e-mail sin darse cuenta que se trataba de ellos, y conforme pasaba el tiempo e iban sabiendo más uno del otro en ellos se había creado un lazo especial, Meisuke había sido el primero en comenzar a sentir algo más que una amistad con "la" desconocida Merveilles y su sentimiento hacia Ritsuko se había reducido solamente a la atracción física que sentía por ella, Tamamo también había comenzado a sentir algo por Nube pero a diferencia de Meisuke él trataba de negárselo a sí mismo buscando en otras chicas una relación superficial, solamente por no sentirse un perdedor que comenzaba a enamorarse de alguien de la Internet. Una mañana temprano Tamamo cita a una pequeña junta a los empleados del departamento que tenía a su cargo para presentar a la persona que tendría el puesto de Izuna, se trataba de una chica bastante atractiva, de cabellera azul como el cielo y unos ojos hermosos que contrastaban con su bien formada boca, al verla Meisuke recuerda en aquellos ojos azulados y resplandecientes la hermosa mirada que poseía Minako y en su corazón un fuerte golpe le removía muchos sentimientos guardados muy profundamente y por varios segundos permanece totalmente inmóvil mirando fijamente a aquella chica tan hermosa, Tamamo se da cuenta al instante de la reacción y las miradas de Meisuke y por su mente surge una gran idea, que ella sería la chica perfecta para iniciar una relación de compromiso y así ver sufrir un poco a Meisuke, situación que siempre le tenía muy satisfecho. Al terminar el horario de oficina, Tamamo en presencia de Meisuke decide invitar a la chica nueva a una cena en un restaurante muy reconocido en la ciudad, ella acepta muy contenta y Tamamo con voz pícara pide a Meisuke que haga las reservaciones correspondientes

Meisuke. Ya está

Tamamo. Bien, toma las llaves, cierra la oficina por mí

Meisuke. Si, está bien

Tamamo. Oye, no me mires así, ¿acaso me odias?

Meisuke. Para nada señor, solamente lo aborrezco un poco

Tamamo. Jajajajaja

Yukime. ¿Hay algo que debo saber de tu empleado y tú?

Tamamo. No le prestes atención, es un don nadie cualquiera

Yukime. No seas malito

Tamamo. Bien, mejor vayámonos que se hace tarde, éste restaurante te encantará, espero que te guste la comida francesa, es mi favorita

Yukime. Claro que me gusta

Tamamo. ¿Te conté de mi viaje a Francia?...

Tamamo coloca su mano al hombro de la chica y se van al mencionado restaurante, Meisuke estaba muy molesto porque se había dado cuenta de los planes de Tamamo con Yukime y además por haberlo dejado en ridículo frente a la hermosa chica ahora responsable de sus faltas de sueño, y esperaba muy ilusionado que Merveilles fuese así de linda; cierra la oficina de Tamamo, acomoda unos papeles y se retira de ahí, a los segundos lo alcanza Ritsuko y le pide la lleve a su casa, al llegar ahí ella lo invita a entrar, Meisuke acepta y entra sentándose después en el sofá de la sala mientras Ritsuko va por un café anteriormente ofrecido y que Meisuke había aceptado solo por amabilidad

Ritsuko. Aquí tienes mi amor

Meisuke. Gracias

Ritsuko. ¿Está rico?

Meisuke. Si, si lo está

Ritsuko. Te ves serio ¿qué pasa?

Meisuke. Necesitamos hablar

Ritsuko. ¿De qué?

Meisuke. Debemos terminar, ya no quiero tener una relación contigo

Ritsuko. ¿Por qué?

Meisuke. Lo sé todo, tú no me quieres, ni siquiera te intereso

Ritsuko. ¿Qué dices?

Meisuke. Sé que comenzaste esto porque te diste cuenta que yo comenzaba a tener una participación más significativa en la empresa, después me tomé la libertad de investigar un poco y me di cuenta que tienes problemas con el banco, tú pensabas hacerme caer poco a poco y que te ayudara con tu problema económico, pero a decir verdad ya me cansé de ésta relación tan trivial, de tener sexo vacío con alguien que no me quiere y por quien hace mucho dejé de sentir algo

Ritsuko. Eso no es verdad ¿de dónde sacaste que solo me interesas así?

Meisuke. Yo te escuché, lo dijiste al día siguiente en que intimamos por primera vez

Ritsuko. Ya no vale la pena negarlo, tú lo escuchaste, ¿y por qué seguiste el juego?

Meisuke. Para entretenerme un poco, hace mucho que no tenía una relación con alguien

Ritsuko. Entonces sal de mi casa, nada tienes que hacer aquí

Meisuke. Lo sé, ¿y sabes, no quiero que te me acerques de nuevo, alguien como tú no vale realmente la pena, eres solo una muñeca hermosa que solo da placer

Ritsuko. ¡Cállate, que sabes tú!

Meisuke sin decir nada más deja tranquilamente la tasa de café y se va sin despedirse, ella por su parte avienta ligeramente de la espalda a Meisuke haciéndolo salir de su departamento y cerrándole después con fuerza la puerta, él muy tranquilo mete sus manos en sus bolsillos y camina a su departamento, lo primero que hace es conectarse a Internet y esperar a que Merveilles así lo haga pero no es así, solamente en su correo tenía un nuevo e-mail de parte de "ella" que abre con emoción, al terminar de leerlo apaga la computadora pues se imaginaba que "ella" ese día no se conectaría y se acuesta en su cama muy pensativo, su mente le pertenecía totalmente a Merveilles pues recordaba con mucho detalle cada cosa que "ella" le contaba sobre su personalidad, sus gustos, sabía prácticamente todo, a excepción de un par de cosas: que era hombre, su verdadero nombre y como era físicamente, fuera de eso sabía muchas cosas, que su color favorito era el verde, que usaba perfume francés y que le agradaba mucho dicha cultura, que su helado favorito era el de chocolate, que escuchaba música clásica, donde había realizado sus estudios, que gustaba de los deportes en especial del fútbol y la natación, que tocaba el piano desde los 11 años y que sus padres vivían en Inglaterra y que estaban legalmente separados pero vivían juntos porque habían descubierto que aún se querían, que en su niñez tenía un perro llamado ostión porque era amante de dicho marisco, que tenía un carácter muy temperamental pero siempre se mostraba apacible, y así podría él hacer una enorme lista en su mente de todo lo que sabía de Merveilles, estaba muy interesado en "ella" y todo lo que tuviera que ver en su vida, pero tenía miedo de preguntar su nombre y darse cuenta que para nada se trataba de Minako, porque en su corazón muy profundamente tenía la esperanza que una casualidad tonta del destino los volviera a unir, sabía muy bien que no era ella, pero algo en Merveilles le recordaba a esa chica.

Al día siguiente en la oficina, Meisuke llega primero para poder abrir la oficina antes de que Tamamo llegase y poco después llega Yukime sorprendiéndolo un poco, ella ríe traviesamente por la reacción de Meisuke y después lo saluda con un beso en la mejilla, a lo que Meisuke se sonroja notablemente

Yukime. ¿Y él te hace trabajar mucho?

Meisuke. Si, y aquí entre nos, lo detesto

Yukime. Se ve que ustedes son buenos amigos

Meisuke. No es verdad, nos aborrecemos, es mutuo

Yukime. Ayer cuando cenábamos fuiste tema de conversación

Meisuke. Seguramente habló porquerías de mí

Yukime. Te equivocas, se supone que no lo diga pero lo haré

Meisuke. Si, platícame

Yukime. Él dice que al principio realmente creía que eras un bueno para nada pero que tú has sabido demostrar muy bien que no es así

Meisuke. ¿De verdad dijo eso?

Yukime. Si, él cree que tú eres un elemento muy importante en la empresa y que te admira

Meisuke. Eso si no te creo ¿me admira?

Yukime. Él a estudiado en el extranjero, sus padres supieron darle muy bien la mejor calidad en educación, pero aún así a él le costó mucho trabajo ser la persona que es ¿comprendes, y tú, siendo alguien de clase media, que solamente estudió en una ciudad sin mucha calidad educativa y que nunca ha conocido el extranjero tiene la misma capacidad laboral que él, dice que tiene un poco de envidia

Meisuke. Lo oigo y no lo creo

Yukime. Y tú de verdad no lo odias, se nota por la forma en que hablas, simplemente ustedes son tan iguales que no congenian

Meisuke. ¿Tan iguales?

Yukime. Igual de obstinados, por eso es que tienen esa rivalidad, ambos son tan temperamentales

Meisuke. ¿Temperamentales y obstinados?

Yukime. Si, son muy temperamentales, pero muy sosegados también, por eso nunca aclararán sus diferencias

Meisuke. Tal vez tengas razón, gracias

Yukime. De nada, bien, regresaré al trabajo

Yukime se va a su escritorio caminando muy sexy, como solo ella sabía hacerlo y Meisuke no podía apartar su mirada de aquellas caderas y ese cuerpo casi tan perfecto, al seguir observándole llega Tamamo y se da cuenta de la forma en que Meisuke veía a su nueva conquista

Tamamo. Me encelaré si ves a Yukime de esa forma, ella y yo estamos saliendo

Meisuke. ¿Son novios?

Tamamo. Nada de eso, pero es algo que a ti no te importa, a menos que ella te guste, claro

Meisuke. Si me gusta

Tamamo. Pero ella me pertenece, olvídate

Meisuke. ¿Sales con ella a propósito verdad?

Tamamo. No te creas tan importante

Meisuke. Haré que ella se fije en mí, ya lo verás

Tamamo. Como quieras, por cierto, en una semana vendrá el socio mayoritario para ver como va todo y necesitamos tener listo un informe en el cual tú expondrás la situación financiera de la empresa entre otras cosas

Meisuke. Pero esa es tarea del Contador y el Consejo de Administración

Tamamo. Pero yo te lo estoy pidiendo a ti, ¿o acaso no eres capaz de hacerlo?

Meisuke. Esta bien, lo haré

Tamamo. Tu te encargarás de la exposición en la junta pero entre los dos prepararemos el informe, por lo tanto trabajaremos arduamente estos días, incluso fuera del horario

Meisuke. Esta bien jefe

Tamamo. Así me gusta, que me hables como tu superior que soy

Meisuke. ¿Ya es todo?

Tamamo. Si, vuelve a tú asiento, bueno para nada

Tamamo se va muy altaneramente y se encierra en su oficina, Meisuke estaba preocupado por aquel encargo tan importante que le había encomendado Tamamo, pero por otro lado se sentía halagado y a la vez confirmaba lo que anteriormente había dicho Yukime, y desde aquella plática su forma de ver a Tamamo había cambiado radicalmente, aún le caía mal pero sabía ya las verdaderas razones por las que él era así con él. Por la noche Meisuke al llegar a su departamento y después de una modesta cena se conecta a Internet como cada noche solía hacerlo y espera a que Merveilles haga lo mismo, no es poco el tiempo que tiene que esperar, Tamamo no había salido con Yukime esa noche y también había decidido conectarse a Internet, al ver Meisuke que Merveilles se conecta se pone muy feliz y rápidamente "la" saluda

Nube. Te esperaba

Merveilles. Lo siento, es que después del trabajo fui a llevar a alguien a su casa

Nube. ¿Debo encelarme?

Merveilles. Jajajajaja, se trata solamente de una amiga

Nube. Lo supuse

Merveilles. ¿Y como estuvo tú día?

Nube. Bien, mejor que otros días

Merveilles. ¿El idiota de tu jefe sigue molestándote?

Nube. No últimamente, ya parece amansarse

Merveilles. Que gusto, hay cada persona tan desquiciante

Nube. Es verdad, ¿y tú día como estuvo?

Merveilles. Bueno, como siempre

Nube. No quiero que suene bufo pero en estos días he sentido una conexión especial entre nosotros

Merveilles. ¿Tu crees que sería ya buen momento de conocernos?

Nube. Quisiera, pero no me atrevo

Merveilles. Será mejor esperar

Nube. Si, será mejor, disculpa ¿te puedo hacer una pregunta?

Merveilles. Claro que sí

Nube. ¿Tú sientes algo por mí?

Merveilles. ¿Tú sí?

Nube. Contéstame primero

Merveilles. Es difícil, no te conozco en persona

Nube. Solo quería asegurarme, he tenido desde hace mucho experiencias muy malas con el amor

Merveilles. ¿Me quieres contar?

Nube. No es algo que pueda decir así, por escrito

Merveilles. Comprendo

Nube. Solo te diré que hace muchos años la persona a quien más amé me abandonó sin siquiera dar una sola explicación, hace poco la persona más importante para mí dijo que me amaba y no la pude corresponder, fue muy doloroso para mí, y por si faltara, hace poco termine con la persona con quien salía porque estaba conmigo por interés

Merveilles. Si que has tenido mala suerte, yo no te puedo decir que tengo un gran historial, todas mis relaciones son siempre tan superficiales, me gustaría tener una relación de verdad, sentir una conexión ¿me entiendes?

Nube. Es exactamente lo que yo también deseo

Merveilles. ¿Sabes una cosa? yo sería incapaz de hacerle algo como lo que te ha pasado a una persona, no lo podría hacer

Nube. Cada vez que conversamos siento como si entendieras todas y cada una de mis palabras a la perfección, jamás había sentido eso en una persona

Merveilles. Me gustaría poder contestar a tú pregunta de hace rato, pero no puedo

Nube. Yo si la puedo contestar, la respuesta es sí

Merveilles. Gracias

Nube. ¿Solo gracias?

Merveilles. No soy una persona muy abierta con sus sentimientos, me cuesta entenderlos

Nube. ¿Por qué lo dices?

Merveilles. En estos momentos paso por una situación muy peculiar

Nube. ¿De que hablas?

Merveilles. Hay alguien que comienza a interesarme y me asusta

Nube. ¿Por qué?

Merveilles. Se trata de un compañero de trabajo

Nube. ¿Y de qué forma?

Merveilles. No lo sé, es algo extraño ¿sabiendo aún que me interesa un chico del trabajo te gusto?

Nube. Claro que sí, eso no cambia tu forma de ser, además, no serías la primera persona en interesarse por un compañero de trabajo

Merveilles. ¿A qué te refieres?

Nube. A que es lo mismo si es un compañero de clase o de trabajo o de algún deporte, el ser compañeros no importa mucho

Merveilles. No por la parte de compañero, lo digo por lo de chico

Nube. Jajajajaja que comentario tan chistoso, tienes buen sentido del humor

Merveilles. Y yo creo que eres muy liberal

Nube. ¿Porque lo dices?

Merveilles. ¿Tampoco tendrías problemas con las relaciones lésbicas?

Nube. Sobre todo con esas no lo tendría, Jajajajaja, espero que no te ofendas

Merveilles. Nada de eso, al contrario, ya me afirmaste lo liberal que eres

Nube. ¿Yo liberal, también tú demuestras que lo eres

Merveilles. Bien, no quiero sonar cortante pero ya me voy, mañana me espera un día duro de trabajo

Nube. A mí también, bien, hasta pronto

Merveilles. Sí, hasta pronto

Merveilles se desconecta y después lo hace Nube; Meisuke apaga su computadora y se acuesta en su cama, a los pocos segundos suena su teléfono y sin ánimos revisa el identificador de llamadas, al ver que era el teléfono de su sobrina Kyoko decide dejarlo sonando y sin contestarlo. Al día siguiente cuando Meisuke llega al trabajo se percata de unas risas provenientes de la oficina de Tamamo lo cual le parece extraño pues al parecer él es el primero en llegar a la empresa, minutos después se escucha un ruido proveniente de la oficina de Tamamo lo cual parece ser la chapa que giraba pues Yukime salía de aquella oficina, y cuando sale lo primero que ve es a Meisuke que la mira con asombro, habiéndose percatado él que ambos pasaron la noche en la oficina de Tamamo sin decir palabra alguna agarra su saco y se va, Yukime se avergüenza y entra nuevamente a la oficina

Tamamo. ¿Qué pasa?

Yukime. Meisuke llegó muy temprano hoy

Tamamo. Y supongo que se dio cuenta

Yukime. Supones bien

Tamamo. No importa, después de todo, nada tenemos que ver tú y yo con él

Yukime. Parece que se molestó

Tamamo. Claro, le gustas

Yukime. Lo dices con una cara

Tamamo. ¿Cara de qué?

Yukime. Como si no te gustara que sienta algo por mí

Tamamo. ¿Tu crees?

Yukime. Si, y esa reacción puede tener más de un significado

Tamamo. No entiendo

Yukime. No es necesario que entiendas, bien, si me permites, quisiera ir a casa a arreglarme

Tamamo. Claro, solo regresa antes de las diez

Yukime. Lo sé, tengo trabajo pendiente

Tamamo. Bien, te espero

Yukime le da un beso a Tamamo en los labios y se va a su casa. - ¿Qué quiso decir Yukime con eso de la reacción, no entiendo - se decía así mismo Tamamo mientras acomodaba su corbata. Por la noche, como casi cada día, Tamamo y Meisuke se conectaban a la Internet con la intención de encontrarse mutuamente.

Merveilles. Hola, ¿qué tal tú día?

Nube. No muy bueno ¿y el tuyo?

Merveilles. Coincididamente parecido al tuyo, he tenido mejores

Nube. ¿Me quieres contar?

Merveilles. No tiene importancia, mejor háblame del tuyo

Nube. Hay una persona en mi trabajo que me gusta pero ya está con alguien

Merveilles. Lo lamento, ¿es algo serio?

Nube. No lo sé, pero era obvio, siempre he tenido mala suerte en el amor, nadie se fija en mí

Merveilles. No digas esas cosas, las personas que te han rechazado son unas ignorantes, tú eres una gran persona

Nube. Gracias

Merveilles. Creo que sería bueno que dieras una oportunidad de que te conocieran mejor

Nube. ¿Tu crees?

Merveilles. Si, así lo creo

Nube. Muchas gracias

Merveilles. Seguramente la persona correcta llegará pronto

Nube. Gracias por tus palabras, bien, creo que tendré que desconectarme, no me siento bien

Merveilles. Está bien, tú no te preocupes por eso

Nube. Gracias nuevamente, por eso te quiero

Merveilles. ¿Me quieres?

Nube. Bueno, sí

Merveilles. Gracias, de verdad

Nube. Bien, hasta pronto

Merveilles. Sí, hasta pronto

Nube se desconecta y Tamamo se queda pensando en aquello que Nube le había dicho, y entonces su corazón comenzaba a palpitar como hace mucho tiempo no lo hacía, y aunque no "la" conocía personalmente también sentía un gran cariño hacia "ella". Al desconectarse, Meisuke se dirige a darse un baño y al igual que Tamamo pensaba en aquellas palabras que Merveilles le había dicho y por un momento en su cabeza pasaba que tal vez "ella" pudiera ser esa persona correcta de la que Merveilles había hablado. Al día siguiente en la oficina, al llegar Tamamo se mostraba distinto a otras ocasiones, estaba feliz

Tamamo. ¿Holgazaneando de nuevo, bien no importa, hoy no quiero pelear

Meisuke. ¿Te sientes bien?

Tamamo. Muy bien, ¿no es hermoso el amor?

Meisuke. ¿Estas enamorado?

Tamamo. Así es

Meisuke. Quiero que sepas que no me importa

Tamamo. ¿Estas molesto por algo?

Meisuke. No te hagas el estúpido

Tamamo. Te equivocas, yo no hablaba de Yukime

Meisuke. ¿Qué dices?

Tamamo. Pienso terminar con ella hoy, pero obviamente es algo que no te importa

Meisuke. Te equivocas, yo estaré a su lado por si le lastima tu rompimiento

Tamamo. Has como quieras, por cierto, hoy hay mucho trabajo ¿entendiste?

Meisuke. Sí

Tamamo. Es posible que no terminemos por lo que requiero de tu colaboración para ésta noche

Meisuke. Pero

Tamamo. Obviamente se te pagará como jornada extraordinaria, por eso no te preocupes

Meisuke. Sí señor

Tamamo y Meisuke se miran a los ojos como si de enemigos se tratase y después Tamamo entra a su oficina llamando a la misma a Yukime, minutos después de una corta plática Tamamo termina con ella y Yukime un poco triste sale de la oficina poco después, al verla salir Meisuke se acerca a ella para brindarle su ayuda pero ella la rechaza no muy amable y se va, Meisuke se molesta mucho con Tamamo y va a su oficina a reclamarle

Meisuke. ¿Qué le hiciste infeliz?

Tamamo. Lo que te había dicho, solo terminé con ella

Meisuke. Maldito

Tamamo. ¿Qué no es lo que querías, ella te gusta

Meisuke. Por eso mismo no me gustó verla así

Tamamo. Ni modo, y déjame solo porque necesito hablar con mis padres, vienen de visita desde Inglaterra

Meisuke. Dejaremos ésta plática pendiente

Tamamo. Claro que no, ya dije todo lo que quería decir

Meisuke. Pero yo no

Tamamo. Vaya, veo que la ausencia de Izuna te está haciendo bien, ya te defiendes

Meisuke. Cállate

Tamamo. Hoy a las ocho cerramos y nos vamos a mi departamento

Meisuke. ¿Ahí trabajaremos?

Tamamo. ¿Tiene algo de malo?

Meisuke. Supongo que no

Tamamo. Como te había dicho, hay mucho trabajo, no creas que me da regocijo que vengas a mi departamento

Meisuke. Yo tampoco lo hago por gusto, créeme

Ese día, Yukime no había vuelto a la oficina y eso tenía a Meisuke muy molesto, por el contrario, Tamamo se sentía indiferente ante tal situación, llegadas las ocho de la noche de aquel día los empleados de la empresa comenzaban a retirarse a sus casas, solamente en aquella oficina aún permanecían Tamamo y Meisuke, preparando las cosas necesarias para trabajar en casa; - No sé por qué demonios tenemos que hacer éste trabajo en su casa, sería mejor que terminásemos en la oficina - pensaba un poco molesto y mirando a Tamamo indignadamente mientras éste abría la puerta de su departamento

Tamamo. Pasa ¿gustas algo de tomar?

Meisuke. No gracias

Tamamo. Bien, yo sí

Meisuke. Comencemos ¿no, no hemos venido aquí a charlar ¿o sí?

Tamamo. Por supuesto que no, comencemos entonces

Meisuke. ¿Dónde tienes tu computadora?

Tamamo. En el maletín que está en aquel escritorio

Meisuke. ¿Una portátil?

Tamamo. Por supuesto, me gustan las buenas cosas

Meisuke. Presumido

Tamamo. Lo que uso para trabajar es lo de menos, necesitamos entregar un trabajo perfecto

Meisuke. Y eso haremos... ¿cuál es tu contraseña?

Tamamo. Notre Dame

Meisuke. ¿Cómo la Catedral?

Tamamo. Así es

Meisuke. ¿Por qué poner algo así como contraseña de computadora?

Tamamo. Eso es algo que no te concierne, ponte a trabajar

Meisuke. Era solo una pregunta

Tamamo. Viví un tiempo en Francia, eso es todo

Meisuke. Con que es eso

Tamamo. Basta de charlas, ponte a trabajar

Meisuke. Sí

Meisuke comienza a trabajar en la computadora de Tamamo mientras éste revisa unos papeles, y después de dos horas sin parar de trabajar Meisuke y Tamamo se veían muy cansados, Tamamo deja los papeles sobre su escritorio y se retira a la cocina, Meisuke estaba muy concentrado y no repara en ello, varios minutos después la concentración de Meisuke es interrumpida por un agradable olor proveniente de la cocina, Tamamo coloca dos platos sobre la mesa y lo llama a cenar, Meisuke no puede negarse y rápidamente se sienta a la mesa

Meisuke. ¿Y esto?

Tamamo. ¿Tiene mal aspecto o su olor es desagradable?

Meisuke. No se trata de eso

Tamamo. Es yorkshire pudding

Meisuke. No te ofendas pero es... muy modesto

Tamamo. ¿Modesto, pero se trata de comida Inglesa ¿no te gusta?

Meisuke. Nunca lo he probado pero se ve pequeño, yo tengo mucha hambre

Tamamo. Ya te dije que se trata de algo Inglés, se supone que se vea elegante

Meisuke. Está bien

Tamamo. Lo siento, pero es que no he hecho las compras ésta quincena y no tengo nada más

Meisuke. Bien

Tamamo. ¿Sabes qué?

Meisuke. ¿Qué cosa?

Tamamo. Dejemos el trabajo por un momento y salgamos a comer a otra parte

Meisuke. Pero son las once con cuarenta y cinco minutos, estará algo abierto?

Tamamo. Buscaremos

Meisuke. Un momento, es muy extraño que te comportes así conmigo ¿no será que quieres agarrarme desprevenido, matarme y tirarme en algún basurero?

Tamamo. No digas disparates, si hubiese querido hacer eso desde hace rato lo hubiera hecho

Meisuke estaba a punto de tomar bocado cuando Tamamo le quita el plato no dejándolo comer, Meisuke se enoja y le reclama porqué ha hecho eso pero Tamamo no le responde, se dirige a la puerta del departamento y agarra sus llaves; - Óyeme orate, ¿qué se supone que haces? - pregunta molesto Meisuke a Tamamo; - ¿No te dije acaso que Iríamos a comer? - contesta con un gesto muy serio, a tales palabras Meisuke se sorprende, no tanto por lo que eran sino por lo que expresaban, Tamamo y él iniciaban una amistad sin haberse dado cuenta de ello. Al terminar de cenar

Meisuke. Eso sí estuvo muy bien, quedé satisfecho, sin ofender lo que preparaste

Tamamo. Está bien, no me ofendo

Meisuke. No quería tocar el tema porque ésta noche ha sido diferente el trato entre tú y yo pero necesito saberlo

Tamamo. ¿De qué hablas?

Meisuke. ¿Por qué terminaste con Yukime, ella es una linda chica, y no hablo solamente de su apariencia física

Tamamo. Eso es algo que no hablaré contigo

Meisuke. Necesito saberlo, yo la quiero

Tamamo. ¿Mucho?

Meisuke. Ella me recuerda a alguien a quien amé como loco

Tamamo. ¿Y solo por eso la quieres, no sería justo si comienzan a salir ¿no crees?

Meisuke. ¿Es por eso que la dejaste, porque quieres a otra?

Tamamo. Sí

Meisuke. Yo, también comienzo a sentir algo por alguien, pero es diferente

Tamamo. ¿Diferente a qué?

Meisuke. Olvídalo

Tamamo. Si no la quieres de verdad ni siquiera lo intentes

Meisuke. ¿Cómo se llama?

Tamamo. ¿Qué?

Meisuke. A quien tú quieres

Tamamo. Su nombre es lo que menos me importa, es una excelente chica

Meisuke. Ah

Tamamo. ¿Por qué me preguntas eso, lo preguntas como si fuésemos buenos amigos

Meisuke. ¿Buenos amigos?

Tamamo. Si, me parece que lo que me preguntaste no tiene sentido

Meisuke. ¿Porque?

Tamamo. Yo soy solamente tú jefe, haragán, no tengo porque platicar así y aquí con un empleado de tan bajo nivel como tú

Meisuke ¿Por qué te gusta humillarme... tanto lo disfrutas?

Tamamo. Cállate, aquí está para pagar la cuenta, ya no hace falta que regreses a mi departamento, por hoy terminamos

Meisuke. Estúpido engreído

Tamamo. Buenas noches también para ti

Tamamo se retira con un aire de altanería que a Meisuke pone muy molesto; Tamamo enseguida se retira a su departamento, al entrar se acerca a la computadora y se conecta a Internet esperando encontrarse con Nube, pero al esperar por media hora sin respuesta alguna decide apagarla y recoger todo lo que estaba fuera de su lugar por el trabajo que habían hecho esa noche Meisuke y él, al estar recogiendo se da cuenta que Meisuke ha dejado su reloj en el suelo y lo recoge, lo observa unos momentos y a su mente llegan imágenes de él, enfurecido avienta el reloj contra la pared, - ¡¿Por qué!... ¿por qué me sentí así cuando platicábamos en el restaurante? trato de no ser pedante con él pero no puedo... ¿será que oculto lo que realmente siento tratándolo así? ¡¡maldición! -. Tamamo estaba muy molesto consigo mismo, sabía ampliamente que era imposible que él se pudiese interesar en alguien de su mismo sexo, pero al cuestionarse su comportamiento también comenzaba a cuestionarse un par de cosas más.

Continuará…

Lucy Oraki. Muchas gracias por tu review, me sentó muy bien así que espero recibir otro de tu parte y espero que este capítulo haya sido de tu agrado, nos vemos, cuidate mucho