Dark Kotetsu Angel: Bueno, bueno, bueno, capítulo once! Este es, si mis cálculos no fallan... el penúltimo capítulo! Se acerca el final de Stars! Y... creo que va a estar bastante largo, espero no se haga tediosa la lectura. Muchas gracias por los comentarios!
------------------------------------------
Stars
XI: Ya es otro día
- ... un poco – se corrigió el muchacho al volver a escuchar el sonido de la prisión de Blaufang continuar con su agrietamiento
Esquivando un ataque combinado de los híbridos de cabello de plata, el coyote Crash se acercó a su superior, con lo que parecía ser una sonrisa. Drant se sonrió también, y los otros coyotes los imitaron. Eso no podía ser nada bueno...
Escucharon otro aullido proveniente de la gema amarilla, tenía más intensidad que el previo, y todos sintieron escalofríos, y los cric y crac que indicaban que la prisión en donde el lobo estaba confinado no tardaría demasiado en dejarlo en libertad. Pero la atención de todos volvió a centrarse en el quinteto demente, cuyos miembros emitían ahora un inusitado brillo verde neón.
- parece ser que ese lobo es capaz de aumentarles los poderes de esos perritos... como si ya no tuviéramos suficientes líos – espetó Allison, terminando de recuperarse de un rayo que le había dado directamente. – ¿Algún plan? – Danny negó con la cabeza
- Bueno, mocosos, creo que el juego se ha terminado – anuncia Drant – dejamos que se divirtieran un rato y... ya nos aburrimos y queremos al amo de vuelta así que si no les molesta... – y todos se les lanzaron encima, iluminando toda la zona gracias a su brillo adquirido
- ¡Danny! Allison! – dice Sam, pero el agarre de Alexander le impide avanzar. Naturalmente, ese hecho la enfada de sobremanera e intenta zafarse, pero la fuerza del muchacho es mucho mayor - ...¿qué...qué haces? Tenemos que ayudarlos! –
- ¿y cómo? – le dijo Alan, con la voz apagada – si mi hermano te hubiera dejado ir... no vivirías para contarlo ¡sería casi como acercarte a la radiación!... demasiada energía, sólo los fantasmas pueden tolerarla –
- ¡pero debe de haber algún modo! - dijo Tucker – ¿no se supone que aquí somos fantasmas? No somos inmunes entonces? (1) –
- ambos mundos se parecen... algunos individuos tienen privilegios... – contesta Alan - ... siempre hay excepciones -
Sin embargo, ninguno pudo decir más al enmudecer de repente. Vieron a los dos híbridos encerrados en esferas semitransparentes, verdosas, brillantes. Los cuadrúpedos estaban en el piso, ya con su resplandor espectral al nivel inicial. El que Danny y Allison se hallaran tan exhaustos los había puesto casi en bandeja de plata.
La forma en como lucían los chicos en cuestión era terrible, tanto así que Sam sintió un vacío en el estómago, Tucker tenía los ojos abiertos a más no poder, los gemelos habían ahogado algún tipo de diálogo y Caroline reprimía unos cuantos sollozos entrecortados, siendo abrazada por el otro espectro rubio. La verdad es que los dos mitad espectro tenían los ojos casi al borde de cerrarse, sus cuerpos apenas se movían. Pedían a gritos cambiar a la forma humana, pero al parecer, esas esferas tenían el mismo efecto que las jaulas plásmicas.
- ¿qué está pasando? Casi no puedo moverme... – Danny se sentía mareado, la cabeza le daba vueltas, todo a su alrededor giraba a mil por hora y su visión y oído empezaban a jugarle malas pasadas. – Estoy... atrapado – intentaba abrir sus ojos, pero los párpados le estaban pesando cada vez más y más, hasta que los cerró por completo, y quedó sumergido en la oscuridad
Allison también perdió la consciencia. Y tras eso, los coyotes comenzaron a mover las prisiones flotantes con mucha cautela pero con relativa rapidez hacia la gema ambarina. El quinteto se elevó varios metros, con Crash a la retaguardia
Cric, Crac. Cric, Crac. Sonaban tan fuerte, que parecía que estuviera a tan sólo unos 30 pasos de ellos, pero estaba a casi 200 pies.
Cada vez eran más frecuentes y largos esos sonidos. Aunque nadie podía hacer nada, pues la boca del coyote estaba tan abierta que escurría saliva fluorescente y daba la sensación de que si daban un paso, recibirían uno de los ataques de la bestia. ¿Acaso se iban a quedar ahí parados?
Sí.
- Sam, no los sigas... al menos, aún no – le dijo Tucker
- ¿Qué?... pero... ¿pero qué dices? –
- esto depende de ellos – afirmó el moreno, mientras los demás asentían – lo que por ahora debemos hacer, será idear un plan que les ayude a salvarse, porque como humanos que somos, estamos bloqueados –
Y así, todos alzaron la mirada, para ver a los coyotes llevarse a los híbridos hacia el confinamiento de Blaufang.
-----------------------
- ¡Por fin! – sonó la voz en la cabeza de Drant, el coyote sonrió
- Si, mi señor... los híbridos... y están inconscientes tal y como lo pediste – le dijo el líder del quinteto - ¿qué hacemos ahora? –
- deben esperar... tomará algún tiempo para que la energía de ellos dos rompa esta prisión –
Cric, Crac... Cric, crac... pedazos de cristal pálido comenzaban a caer al suelo, pero con relación al volumen total de la gema, no era ni siquiera un veinticinco por ciento.
--------------
"Sigue durmiendo..."
- Qué? –
"Estás a mi merced, aquí, durmiendo, si te despiertas, lo único que hallarás será la oscuridad"
Danny se veía caminando por un amplio corredor, de paredes altísimas, en donde era de noche y le cielo era estrellado. Pero en donde él se hallaba, parecía ser medio día, como las paredes amarillentas en verdad fueran lámparas o luces neón. Vio hacia el horizonte, el pasaje parecía no tener nunca fin. Estaba soñando?
- La última vez... yo... – las imágenes pasaron como flashes por su cabeza, dándole una rápida imagen de lo último que vio al estar... ¿despierto? - ¡Esos coyotes!... ¿Y Sam? –
"Todo ha sido una pesadilla"
Esa voz... se parecía... ¡se parecía mucho a la suya! ¿Estaba volviéndose loco? Llegó a pensar que todo lo que había pasado había sido una terrible pesadilla.
- ¡Danny! – habló alguien a sus espaldas, al girarse, notó con sorpresa que se trataba de Keira, sí de Keira, no Allison Specter, ninguno de ellos estaba en su apariencia espectral, si no como humanos normales.
- ¿Keira? –
Las cosas no parecían tener mucho sentido...
- ¿Qué haces en mi sueño? – dijo Keira, mirando a Danny
- Pero... soy yo quien... ¿esto es un sueño compartido? -
-----------------------
- Ese perro está hablándoles usando la telekinesis – terció de pronto Joe, cargando a una Ember semidormida sobre su lomo. - Pareciera que ese coyote (señala a Drant) estuviera loco... pero no es así. Cuando... cuando fui su aliado, supe eso... pero Blaufang solo puede comunicarse con ellos cinco... o con quienes estén cerca de la gema –
Por supuesto, antes de que le hicieran más preguntas, se preocuparon por el estado del lobezno, al fin y al cabo él los había ayudado bastante, igual que Ember; así que le preguntaron si aún se sentía en una sola pieza.
- estoy bien – hizo un mohín – además, ya estoy muerto, igual que esta 'dulcísima señorita' – Ember gruñó levemente, pareció haberlo escuchado
- Pero... entonces ¿qué está pasando con Danny y Keira? – preguntó Sam
Caroline tosió un poco, para captar la atención de ella y de los otros muchachos (y fantasmas y perro y rockera, etc XP) – Están... en... trance – los otros permanecieron estáticos – escuchamos que... que la única forma de que Blaufang despierte y absorba las energías de ellos dos es que ellos estén inconscientes... aquel lobo tiene poderes telepáticos... y no me cabe la menor duda de que el estado de inconsciencia de Ally y Danny es impulsado también por esa criatura –
- ¿...Lo que debemos hacer es despertarlos...? – observó Foley, con hesitación
- sí, y deben separarlos de él, así el proceso se detendrá... – completa Joseph
Sam suspiró –... el problema es cómo, porque primero debemos acercarnos... y ya sabemos lo que nos espera si lo hacemos Dios, Danny... tengo que pensar en algo... -
¡Cric!
¡Crac!
Oyeron que algo pesado se abatía contra el suelo, un trozo enorme de cristal estaba sobre la superficie hecho añicos. Entrecerrando los ojos, vieron que aquella parte sobre el piso era la que cubría los ojos cerrados del cánido blanquecino y una parte de su hocico. Entonces, con alarma y estupefacción vieron que los ojos del fantasma lobezno comenzaban a abrirse, revelando dos impresionantes gemas azul aguamarina. La gema estaba agrietándose cada vez con mayor fuerza y velocidad
- aún... ¿aún no es tarde? – dijo Sam, con la voz entrecortada.
- claro que no, niña necia – se apresuraron a mirar, Ember, de pie, sacudiéndose – ¬,.¬ sarnoso... me da la impresión que tienes pulgas... –
- ¿QUÉ? – Joe hinchó su pecho
- ¡Eres un burro! Una BESTIA! Por culpa tuya fue nos noquearon, ¡chandoso! – se miraron echando chispas por los ojos y apretando los dientes
- ... em... – Sam los contempló con disgusto
- quizá con mi ayuda podamos hacer algo – empezó la guitarrista, que había carraspeado luego de finalizar su riña
Tucker lo advirtió de inmediato, muy consciente de los poderes de la rockera – pero... pero debemos deshacernos de esos cinco ¿no? -
Los demás intercambiaron miradas entre todos.
- perdón – intervino Alexander, lanzando un resoplido – pero creo que los otros y yo nos perdimos de algo – miró intercaladamente al tostado y a la cantante unas dos veces.
- Ember puede usar su guitarra para intentar alejar a Danny y Allison de ese lobo, pero, nosotros tenemos que hacernos cargo de los coyotes. El problema es que, si se supone que Blaufang tiene poderes telepáticos, va a usarlos en nuestra contra cuando estemos cerca de él –
- y el otro problema... es que somos humanos comunes –
- ... con armas plásmicas – completa Joe – tenemos que arriesgarnos... y, sobre la telepatía, bueno... –
- ¿Qué? – soltó Sam, comenzando a sentirse ansiosa y disgustada, ¡el tiempo no pasaba en vano! Los pedazos de cristal inundaban el piso! – ¡di lo que sea! Tenemos que evitar que les pase algo peor! -
- se trata justamente de eso, de gritar y hablar constantemente... incluso cantar, para distraerse y no escucharlo – todos se quedaron callados – sé que es una idea rara... algo... tonta – terminó con desánimo. Cuando Joe dijo la palabra "cantar", Sam miró a Tucker largamente y sonrió con malicia
- en realidad, es de lo mejor que te he oído decir – dijo A. X. – creo que nadie tiene una idea mejor, y toca arriesgarse -
- bien – sonrió Alan – la velocidad de esos coyotes según he observado, calculo que... – y emprendió, junto a los otros, trazar una estrategia, y a velocidad luz, pues el tiempo no jugaba de su parte.
-------------------------
Parecía que hubieran estado años allí metidos, en ese corredor larguísimo, infinito, se aventuraba a pensar Danny. Ellos no lo sabían, pero en el mundo verdadero, el tiempo no había sido nada comparado con lo que parecía serlo allí. Al final, pensaron que estaban en algún estado de coma, o alucinando y otras cosas de ese estilo. Los recuerdos de lo sucedido les llegaron como fugaces electroshocks, que se repitieron varias veces más. Entonces, comprendieron, horrorizados que lo último que recordaban era haberse quedado inconscientes justo cuando la gema que sostenía a Blaufang preso estaba cayéndose a lotes...
- ¿Entonces estamos en un sueño...? – medio susurró Keira, mientras que Danny no negaba ni asentía – Pero por qué los dos...? –
- tal vez no sea un sueño después de todo, que tal si es un espacio paralelo, como la zona – propuso Fenton – eso explica por qué estamos atrapados los dos –
- pero, ¿y cómo saldremos de aquí?... tal vez... tal vez ese lobo ya despertó, ¡pienso que han pasado siglos y siglos aquí! –
- un paso a la vez – suplicó Danny, cuando las ideas dichas por la castaña revolotearon en su cabeza, en forma de aves veloces, no quería permitir que su imaginación y sus temores presentaran una fusión – primero, pensemos en como salir de aquí... –
En ese preciso momento, Danny miró a Keira -... en vista de que estoy falta de inspiración el día de hoy – hizo una pausa – lo único que mi cerebro dice es que nos transformemos en híbridos y hagamos pedazos este lugar –
- en vista de que me hallo igual, por mí está bien – aceptó.
-------------
- ¡no puede ser Drant! – rugió la voz del can en la mentecilla del líder de los coyotes – ¡están intentando despertarse! –
El susodicho animal tragó saliva con aspereza, estaba a varios metros de su jefe, y, en resumidas cuentas, no podía hacer algo al respecto. No le hizo muy feliz el hecho de que los párpados de los híbridos se movieran ligeramente, no era una buena señal, así que Blaufang estaba obligado a darse prisa, pero la gema amarillenta daba a entender que no se iba a apresurar mucho...
Para terminar con el enfado-nerviosismo de Drant y el cuarteto restante, un fuertísimo ruido azotó la zona sin compasión, se trataba, nuevamente, de la guitarra fucsia de Ember, sonando a toda potencia, y en las notas más altas posibles. Lo hacía bastante bien (infernal, según Joe) como para estar apenas recuperándose de la tunda de los coyotes.
- ¡ustedes son como virus!... tan persistentes – espetó Crash, con desdén – y tan molestos... – hizo una mueca ante el estruendo musical de la peliazulada – a ver si ya dejan de estorbar –
El quinteto miró al improvisado ejército, un verdadero combo, humanos, fantasmas, rock star, perro pulguiento...
- ...Achú! – estornudó Joe, mientras los miembros humanos del equipo le dedicaban miradas incrédulas - ¿Qué?... ¡Por si no lo sabían, lo virus tienen formas espectrales y me pueden afectar! – todos menearon la cabeza
Si había un momento preciso para llevar a cabo el plan, era ése. Así que los Brown corrieron a prisa hacia los coyotes y dispararon las armas, la efectividad no era la mejor, pero eso era mejor que nada.
- torpes! – Blaufang bramó con indignación, con sus ojos tiñendo el entorno de un intenso azul
- ¡ahora! – gritó Sam - ¡a cantar! –
Y las voces de todos comenzaron a oírse por todo el lugar, formando un 'ruido' que estaba a miles de años luz de sonar armonioso, sobre todo Tucker, que cada vez que pronunciaba una sílaba parecía causar dolor tanto a su bando amigo como al rival.
- ¡YO SE QUE NO ESTARAS...! – canturreaba Foley, mientras Crash, a pocos metros de él, hacía mohines espantosos (para el pobre era un indescriptible suplicio) - ¡¡AQUÍ COOOONNNNMIGOOOOoOooOoO! –
Nadie se imaginaba lo furioso que estaba Blaufang: sus poderes no llegaban a ellos! Los Brown demostraban destreza al esquivar los coyotes, e instruían a los demás a la hora de moverse, obteniendo ayuda extra de Joseph y Caroline. Entonces, llegó la hora, Ember estaba lo suficientemente cerca de las dos esferas que contenían a Danny y Allison. Así que subió el volumen de su instrumento y enfocó las ondas, con inseguridad, pues las prisiones temporales estaban flotando prácticamente pegadas a lo que quedaba de la gema ambarina. Tocó con fuerza las cuerdas, que temblaron.
Para cuando los coyotes se fijaron en eso, era ya muy tarde. Las ondas emitidas por la guitarra eran poderosos rayos escarlatas, que al tocar las esferas brillantes, se agrietaron, mientras que los rayos que rozaron el cristal mágico parecieron cortar la luz que los ojos del lobo emitían. Todos vieron con asombro que las esferas perdían estabilidad, y se tambaleaban.
- ¡DESPIERTEN! – les gritaron Sam y Tucker, que habían llegado junto a Ember. Sus voces llegaron tan lejos, que en algún lugar, los mitad espectro les oyeron.
Los ojos de los híbridos se abrieron y las irises de color verde neón brillaron con vitalidad, como si la orden de los adolescentes hubiera sido acotada a plenitud. Sólo eso bastó para que las esferas cayeran al suelo y se hicieran añicos, igual que dos jarrones de cerámica estrellándose contra las baldosas, saliendo los dos híbridos disparados hacia el suelo, donde permanecieron inmóviles. Todos habían dejado de cantar y de hablar, reinando un mutismo crepuscular, que se rompió al sonar un inmenso aullido de lobo.
Blaufang tenía los ojos cerrados, y los pedazos del cristal regresaban a su sitio y se unían perfectamente, semejantes a una soldadura. Parecía que el tiempo iba hacia atrás debido a la inesperada reconstrucción de la prisión, y quedó entera, como si nunca se hubiera roto.
Muy pronto, el quinteto de cuadrúpedos empezó a aullar y a ladrar con lamentación, y para asombro de los espectadores, se fueron encogiendo de manera paulatina, hasta quedar del tamaño de un cachorro de labrador. Blaufang ya no usaba sus poderes telepáticos, estaba rígido, inmóvil, como debe estar. Sam y Tucker corrieron hacia Danny y Allison. Los cachorros solo atinaron a ladrar y aullar, dando vueltas en círculos.
- ¡Danny, Danny! – Sam recostó la cabeza de Danny en sus piernas - ¿Cómo estás? –
- Yo eh... ... – balbuceaba Danny, desorientado – Sam... – le sonrió – me alegra mucho que estés bien –
- ¡Pero qué cosas dices, tú eres el que está todo lastimado...! – acarició el rostro del híbrido suavemente, y a los pocos segundos, los dos estaban colorados a más no poder.
- Gracias Tucker, pero creo que me puedo levantar...aaaah! – las piernas de Allison flaquearon, como hechas de gelatina, de modo que tuvo que apoyarse en Tucker a regañadientes.
- ¿ya ves que estás débil? – repuso Tucker, triunfante
- ... ¿Qué fue lo que pasó luego de que fuimos capturados? – le preguntó la fantasma a su amigo
Sam, que había recibido exactamente la misma pregunta, suspiró a la par con Tucker, los cuatro se reunieron, junto con los demás y completaron el relato entre todos, mientras veían a Joe amenazar con inocentes ladridos a los cachorros de coyote.
- Entonces, muchas gracias... Ember – dijo Danny en un tono no muy alegre, pero sí sincero
- No te acostumbres a hacerlo, niño... – oyeron algunas voces - ¡los fantasmas! – se levantó la guitarrista, mirando a los otros – deben marcharse ahora que siguen aturdidos, con tantas tonterías nos habíamos olvidado de ellos – ante la mirada de desconcierto de los híbridos, Ember se dispuso a aclarar: - Tuvimos que patear los traseros de unos cuantos para poder entrar aquí, tú que crees... y ahora están volviendo... -
- ¡Entonces deben salir de aquí! – dijo Caroline, viendo como Allison y Danny volvían a ser humanos normales – váyanse, aquí los distraeremos los cuatro – añadió refiriéndose a Joseph, Ember, Joe y a ella misma.
Los seis humanos se pusieron de pie y corrieron a toda prisa, llevando a rastras a Fenton y a Hyde. Llegaron hasta una puerta, por donde habían entrado todos, la cruzaron sin perder tiempo, vieron el vehículo de exploración espectral y treparon en él.
- Descuiden – dijo Alexander, que iba conduciendo – Ya nos comunicaremos con ellos luego –
- Pronto llegaremos Danny – Sam acarició la oscura melena de su querido muchacho, mientras lo abrazaba, feliz de que todo hubiera terminado al fin. Todos miraron a un grupo de fantasmas que se quedaba más y más atrás.
----------------------
- "cerrado" – leyó Sam, tras presionar el botón para que las puertas del vórtice a zona fantasmal se juntaran. Habían llegado hacía cinco minutos, tratando de hacer el menor ruido posible. Danny y Keira estaban a punto de caerse a causa del cansancio y el sueño, así que los gemelos ayudaron a Danny para ir hasta su alcoba. Keira permaneció con ellos, apoyándose en Tucker y en sus primos también.
Jazz abrió los ojos, había logrado dormirse en la cama de sus padres. Los vio alternadamente, para comprobar aliviada que seguían durmiendo. Despertó porque sus oídos captaron un ruidito escabulléndose entre las escaleras, así que sigilosamente, abrió la puerta para asomarse, sintió como si el alma le volviera al cuerpo al ver a su joven hermano entrando de forma cansina a su habitación, reconoció a Sam, Tucker, y a...
- ¿Keira?... – no se hizo demasiadas preguntas al respecto, tarde o temprano lo averiguaría – ahí están esos dos chicos guapos... -
- Estoy bien, de seguro puedo ponerme la pijama – dijo Danny, mientras molesto, trataba de evitar que todos lo miraran, pero su voz sonaba como si estuviera delirando en sueños
- Amigo, ¿en serio? Porque si no... qué tal que te hallen despierto en la mañana, de seguro creen que estabas metido en una parranda o algo así y que sigues con la borrachera – señaló Tucker, con sorna
- ¡Tucker! – lo reprendió Sam, para luego sonreírle a Danny, que se puso rojo – Bueno... supongo que... nos veremos –
- Tenemos que hablar, tú y yo – aclaró Danny, de tal modo que solo Sam lo escuchó. La chica dio un sí con la cabeza para darle a Danny un beso en la mejilla como despedida – nos hablamos... adiós, chicos... y muchas gracias por todo y... –
- déjalo, por favor – interrumpe Alan a modo de petición – estás muy cansado... ya hablaremos de eso luego, ninguno de nosotros está para una charla... y todavía con este volumen... – se quejó, harto de tener que cuchichear desde que llegaron por el portal – nosotros tenemos que irnos, así que tomaremos un taxi... descuiden, las llevaremos a ustedes también – les sonrió a las muchachas
- adiós – fue lo que dijo Danny, moviendo su mano a través de la ventana, viéndolos partir en un taxi. – todo ha terminado... con todo esto, es hora de que le diga a Sam de una buena vez que me gusta -
Jazz miraba discretamente por la puerta entreabierta del cuarto de su hermano menor - Bien hecho Danny... mañana me encargaré de que no vayas a la escuela, luces terrible – la palabra era muy literal...
-----------------------
Fin del capítulo 11.
---------------------
(1): Sobre las reglas de la zona fantasmal... si, dirán que las he cambiado a mi conveniencia, pero era justo para la trama de la historia... perdón si hay inconformidades.
----------------------
