Al siguiente día Duo temprano llevaba de nuevo sus cosas al Hotel donde él y Heero habían llegado desde el principio y del cual jamás debió haberse ido, al llegar a la habitación no encuentra a Heero y decide dar una pequeña caminata por la playa. A Duo el mar le encantaba, tenía poco de conocerlo y por eso también era algo que le parecía por demás maravilloso y asombroso. Al ir caminando tranquilamente por la arena Duo se encuentra con Quatre, pareciera que el destino se empeñaba en juntarles pero no era así, Quatre seguía sigilosamente los movimientos de Duo, tal y como lo hacía en Las Vegas; el tiempo no había logrado cerrar las cicatrices que Duo dejó en él, y aún a pesar que Quatre ahora se encontraba de cierta manera en un tipo de relación con Trowa, eso no le impedía sentirse aún muy atraído por Duo, pues además de gustarle físicamente como nadie le había gustado antes también Quatre había aprendido a amar a Duo, muy a su manera pero amor al fin y al cabo.

Duo. Que coincidencia, siempre nos topamos ¿no es verdad Quatre?

Quatre. La forma que lo dices me da entender que piensas que te sigo

Duo. ¿Ah, no es así?

Quatre. Dímelo tú ¿no?

Duo. Ya dejémonos de juegos

Quatre. Lo mismo digo, quiero saber que ha respondido Heero a mi propuesta

Duo. Hoy me la dice

Quatre. ¿Crees que quiera?

Duo. Heero no es ese tipo de personas que piensa en lujuria y esas cosas, cada vez que hay contacto físico entre los dos es porque él así lo siente, jamás solo por satisfacerse

Quatre. ¿Y crees que yo soy todo lo contrario?

Duo. Tal vez

Quatre. ¿Y tú, solo hablaste por Heero, ¿qué clase de persona eres tú?

Duo. ¿No tuviste suficiente para saberlo aquella noche?

Quatre. Entonces no eres muy igual a Heero

Duo. Tengo mis momentos de debilidad, es todo

Quatre. ¿Y siempre eres tan apasionado?

Duo. No lo sé, nunca lo he hecho conmigo mismo

Quatre. Jajajajaja, jamás dejas de divertirme, me encantas

Duo. Nos vemos luego

La actitud de Duo hacia Quatre antes de darle la espalda era coqueta y seductora, como si a él, la idea de Quatre le había gustado mucho y quería que se llevase a cabo, Quatre así lo entiende y sonríe de forma maliciosa a la vez que se muerde el labio inferior. Mas tarde en el Hotel...

Duo. ¿Ya te decidiste?

Heero. No lo haré, perdóname

Duo. Es tu decisión, se respeta

Heero. Parece que no te ha gustado

Duo. No te diré mentiras, pensé que aceptarías y ya me hacía a la idea

Heero. ¿De verdad lo quieres?

Duo. Solo se trata de un juego ¿no?... te tomas todo muy a pecho

Heero. ¿Estas molesto?

Duo. No

Duo baja su mirada y Heero se da cuenta que sí se ha enojado, entonces se le acerca y con su mano derecha le levanta el rostro y logra darle un pequeño y tierno beso en los labios

Heero. Si quieres que participe, pídemelo, lo que sea por verte feliz

Duo. ¿En serio?

Heero. Sabes muy bien que te amo y haría cualquier cosa por ti

Duo. Gracias, entonces le diré a Quatre que dijiste que sí

Heero. Esta bien

Heero le regala una tierna sonrisa a Duo y él se va contento a avisarle a Quatre de la decisión de Heero; al cerrar la puerta Duo, Heero quita la sonrisa del rostro para poner una de resignación, la idea no le parecía ni tantito agradable, no solamente porque Quatre no le cayera bien, sino también, porque ese tipo de actos no le parecían nada apropiados, entonces se sienta en la cama y cubre su rostro con ambas manos. Al darle la noticia Duo a Quatre, él le dice que entonces con gusto les esperará esa misma noche en su habitación de Hotel

Llegada ya la noche, Heero y Duo se preparan para irse a donde Quatre, antes de salir de la habitación, Duo pregunta por última vez a Heero si de verdad está de acuerdo, Heero contesta solamente con una sonrisa, en el camino de su Hotel al Hotel donde se hospedaba Quatre, el corazón de Heero no dejaba de latir fuertemente, y ambos guardaban silencio mientras caminaban. A Duo le extrañaba el hecho que Heero se haya decidido afirmativamente después de haberle contestado que no, y es que él había cambiado mucho desde aquella experiencia vivida por los dos en Las Vegas, de haber sido Heero como antes le hubiese parecido muy ofensiva y tonta la propuesta de Quatre, pensaba Duo mientras le veía fijamente al rostro; Heero siempre había sido celoso y posesivo, características que habían desaparecido parcialmente desde hacía poco tiempo, y es que el hecho de pensar que un día por su actitud podría perder a Duo le ponía a reflexionar y le preocupaba que llegase a pasar.

Al llegar ambos a la habitación de Quatre, él les abre amablemente y les invita a pasar y sentarse, Quatre saluda a Heero como si de viejos conocidos se tratase, y aunque él solo le contesta con un cortante "Hola", Quatre estaba muy contento con la actitud que ambos habían tomado de aceptar su propuesta

Quatre. ¿Qué me cuenta joven Heero?

Heero. Solo dime Heero ¿no crees?

Quatre. Es verdad, por poco olvidaba a que habían venido

Heero. ¿Es eso una burla?

Quatre. Para nada Heero

Heero. Me ha contado Duo que tú y ese idiota de Trowa tienen algo

Quatre. "¿Algo?", supongo que se refiere a que somos pareja

Heero. Podría decirse que sí ¿no?

Quatre. Te ves molesto, aseguro que Trowa está arrepentido por lo que pasó entre ustedes

Heero. No te creo

Quatre. Es verdad, pero ¿por qué té molesta tanto lo que pasó?

Heero. ¿Quieres saber por qué?... porque sé que lo hizo con toda la maldad y premeditación ¿no, además... yo era virgen

Quatre. Lo siento, no sabía el verdadero significado detrás de tu enojo

Duo. No venimos aquí para sentirnos mal ¿verdad?

Quatre. No, tienes razón ¿quieren algo de beber?

Heero. Nada para mí

Duo. Y para mí, ya sabes que

Quatre. Con gusto

Quatre sirve las bebidas respectivas para él y Duo, se acerca y la entrega a Duo susurrándole lo bien que se ve esa noche, después se aleja discretamente y le besa el lóbulo de la oreja, Heero ve de reojo la acción de Quatre y no hace más que desviar su mirada

Quatre. Se ve bien hoy, Heero

Heero. Quedamos solo en Heero ¿no?

Quatre. La costumbre. Hoy se ven muy deseables

Decididamente Quatre se acerca a Heero y comienza a besar su cuello, Duo se da cuenta de la expresión desaprobatoria del rostro de Heero pero no comenta nada, al contrario, se acerca también a Heero, le mira a los ojos y lo besa, Heero contesta a ese beso no de la misma forma como acostumbraba a besarlo, sino que, le besaba tímidamente, Duo se percata de ello y dirige su mano a desabrochar la camisa que Heero traía puesta, a la vez, Quatre acaricia el rostro de Duo y él el cabello de Heero. Quatre deja el cuello de Heero para dirigirse a su pecho ya sin camisa, Duo se quita poco a poco la ropa poniéndose de pie, Heero le mira desvestirse a la vez que dudosamente acariciaba el cabello de Quatre, estando completamente desnudo Duo se acerca a Quatre y le besa en los labios, al verles Heero besarse no puede evitarse sentirse un poco celoso, pero aún así cierra sus ojos y espera así mientras Quatre y Duo le desvisten... minutos después estando ya los tres sin ropa, Quatre es el primero en comenzar con el acto entrando en Duo, al principio él solamente jadea mientras aprieta ligeramente la mano de Heero quien se encuentra abrazándole por la espalda, la expresión en el rostro de Duo demuestra placer y gozo con la acción de Quatre y conforme él entra y sale de él sus gemidos se hacen más fuertes al igual que su apretón a la mano de Heero; Quatre se acerca a Heero y ambos se besan, era la primera vez que se besaban en los labios y Heero se sentía ajeno a la situación, Duo les veía besarse y eso le provocaba una sensación satisfactoria, Quatre era un experto en el arte de besar y así se notaba con el juego de lenguas que ambos comenzaban a mantener, Duo aprieta fuertemente la mano de Heero por última vez al sentir a Quatre culminar en él, Quatre sale de Duo pero sin dejar los labios de Heero, Duo acaricia el pecho de Quatre así como su cintura. Momentos después los tres abandonan esa posición, ahora, Quatre se dirigía entre besos a la parte baja del abdomen de Heero, al tenerlo en su boca Heero lanza un pequeño quejido, mientras Quatre entretenía a Heero, Duo besa la nuca de Heero así como también Heero acariciaba con una mano el cabello de Duo y con la otra el de Quatre; cuando Quatre suelta a Heero, él le voltea y al igual que él hizo con Duo, Heero entra en él, al sentirlo, Quatre empuña su mano, Duo continúa besando la nuca de Heero y acariciándose a sí mismo, Heero no puede evitarse excitarse más al oír los gemidos de ambos.

Heero se sentía por una parte culpable, pero por otro lado no dejaba de ser humano y reconocía que después de todo, esa había sido una gran idea. Al terminar Heero, Quatre da un último suspiro antes de caer al suelo, poco después Duo terminaba de satisfacerse mientras Heero le observaba culminar, antes de también caer al suelo, Duo le sonríe a Heero y él regresa la sonrisa a Duo; Heero voltea a su lado izquierdo y ve a Quatre como se va quedando dormido, al igual que él, Duo también se acuesta, solo que encima de Heero, segundos después también se duerme; cuidadosamente Heero se quita de encima a Duo y lo recuesta en el suelo, se dirige a la cama y agarra una sábana para taparlo, se dirige a donde está su ropa y se viste, segundos después sale de la habitación de Quatre, después se dirige a la playa, al llegar se sienta en la arena y recoge sus pies cruzando sus brazos y agachando la cabeza, así permanece por varios minutos. Pasando alrededor de una hora en cuarto de Quatre...

Duo. ¿Adónde pudo haber ido?

Quatre. No lo sé

Duo. Hasta eso, se portó muy bien ¿verdad?

Quatre. Tenías mucha razón, es muy apasionado

Duo. Solo espero que después de esto no cambie su forma de ser

Quatre. ¿Por qué habría de hacerlo?

Duo. No lo sé, en momentos sentí que la situación le repudiaba

Quatre. No te preocupes, te aseguro que le gustó

Duo. ¿Puedo hacerte una preguntita indiscreta?

Quatre. Me encantan las preguntas indiscretas

Duo. Es que te pusiste en posición para que él te penetrara, y yo pensé que a ti te gustaba ser el que hace eso

Quatre. De vez en cuando es mejor ¿no?

Duo. ¿Así es con Trowa?

Quatre. Con él es equitativo, ¿acaso nunca se lo has hecho a Heero?

Duo. No, el mismo te dijo que era virgen antes de lo que pasó con Trowa

Quatre. ¿Y nunca lo has intentado?

Duo. Eso no te importa

Quatre. Ya estamos en esto de las preguntitas ¿no?

Duo. Una vez, pero él no me dejó

Quatre. ¿Puedo saber por qué?

Duo. Ni yo lo sé

Quatre. El es misterioso, me gusta

Duo. Me voy a enojar

Quatre. Es broma, tú eres simplemente excepcional, te amo

Duo. Ya no me digas eso, yo te aprecio mucho, no quiero que sientas esas cosas por mí, yo jamás dejaré de amar a Heero, y mucho menos ahora que ha vuelto el deseo

Quatre. Perdóname

Quatre baja su mirada haciendo que Duo se sienta mal, y cuando el se acerca, Quatre aprovecha para tenerlo en sus brazos, Duo intenta soltarse sin resultado alguno

Quatre. No sabes cuanto te deseo

Duo. Basta Quatre, no sigas

Quatre. Sé mío de nuevo

Duo. No, ya no

Quatre. ¿Y a la fuerza?

Duo. No Quatre, entiende

Quatre. ¿Y si te dejo entrar en mí?

Duo. ¿Qué?

Quatre. ¿Se lo has hecho a alguien?

Duo. No, pero no quiero ahora

Quatre. ¿Aun no te recuperas?

Duo. No es eso

Quatre. ¿Entonces que es?

Duo. Solo quiero que Heero me de esa oportunidad, no se lo quiero hacer a cualquiera

Quatre. Que aguafiestas

Con cara de dignidad Quatre suelta a Duo y enseguida termina de ponerse la ropa, Duo le pide a Quatre que no se enoje con él, solo que comprenda que él solo lo quiere con Heero, a pesar de las razones que expone Quatre a Duo como lo que ellos tres habían hecho hace poco tiempo, Duo argumenta que eso es caso aparte, que se trataba de una pequeña parte de un juego, y que además él le había dicho también que solo se trataba de un método por el cual Heero y él podrían recuperar su sexualidad, Quatre le da la razón a Duo y enseguida él sale de la habitación de Quatre y se dirige a la propia en el Hotel donde se habían hospedado él y Heero.

Al poco tiempo y a tan solo unos pasos de haber salido de la habitación de Quatre, Duo se encuentra con una persona que hacía varios años no veía, sin querer ambos habían chocado

Hilde. ¿Duo... Duo Maxwell?

Duo. ¡Pero que sorpresa niña!

Hilde. ¿Todavía con eso de niña, si que no cambias, ¿cómo has estado?

Duo. Muy bien ¿y tú?

Hilde. Pues no tan bien como tú, te ves súper relajado ¿hiciste cositas?

Duo. ¿Qué?

Hilde. Te conozco como a nadie en el mundo, sé que significan todas y cada una de tus expresiones, gestos y todo de ti

Duo. Entonces me conoces bien

Hilde. Ven, acá me cuentas que ha sido de tu vida

La joven se cuelga del brazo de Duo y lo lleva al bar de ese Hotel, después de pedir un par de tragos...

Hilde. Ahora sí, cuéntame

Duo. ¿Por dónde quieres que empiece?

Hilde. ¡Ya sé! ¿sales con alguien?

Duo. Si, tengo pareja, llevamos cuatro años juntos

Hilde. ¡Que emoción, ¿cómo se llama?

Duo. Heero

Hilde. Conque hombre ¿eh?

Duo. ¿Te sorprende?

Hilde. No, pero me pareces muy guapo, tú y yo haríamos buena pareja

Duo. No juegues

Hilde. Pero si no juego

Duo. ¿Hablas entonces en serio?

Hilde. No, ¡caíste!

Duo. ¿Hasta cuando se te va a quitar lo loca?

Hilde. Jajajajaja, que simpático

Duo. ¿Tú sales con alguien?

Hilde. Por ahora no

Duo. ¿Y que hace una chica linda tan solita?

Hilde. Sabes como soy, jamás retengo a un hombre más de un mes

Duo. Entonces esos hombres son unos estúpidos, yo jamás dejaría a alguien como tú

Hilde. ¿Ah no? ¿entonces por qué te fuiste?

Duo. Perdóname, sé que me fui sin avisar pero, tenía que hacerlo

Hilde. No te preocupes, además, tu habitación está tal y como la dejaste, en ese cuarto no ha transcurrido el tiempo, a pesar que han pasado seis años

Duo. Yo no volveré ahí, lo sabes ¿verdad?

Hilde. Si, es por eso que sigue igual

Duo. Me haces sentir mal, no quiero que te quedes atrapada en el tiempo

Hilde. Duo, sabes que eres para mí como el hermano que nunca tuve, fue muy doloroso para mí ir a tu cuarto ese día y no encontrar tus cosas

Duo. Perdóname por favor

Hilde. Te perdono solamente porque te quiero mucho Duo

Duo. Yo también te quiero mucho

Hilde. ¡Pero ya, mejor hablemos de cosas agradables, tienes que presentarme a tu noviecito

Duo. Cuando lo encuentre, con todo gusto

Hilde. Cuéntame más ¿sí?

Duo. No sé por donde comenzar

Hilde. ¿De dónde venías cuando nos topamos?

Duo. De ver a un amigo

Hilde. Ah

Duo. Mejor cuéntame ¿qué haces aquí en Hawai?

Hilde. Aquí vivo

Duo. Órale, que bien, nosotros venimos aquí de aniversario

Hilde. Que lindo... ¡mira Duo, aquel muchacho me gusta

Duo. ¿Cuál?

Hilde. Ese que está parado ahí, hace unos días lo vi y me pareció muy guapo

Duo. No veo cual

Hilde. El de camisa azul

Duo. ¡Ah, pero si es Heero!

Hilde. ¿Tú Heero?

Duo. Si, deja le hablo

Hilde. Y yo que pensé que era novio de aquella chica

Duo. ¿Chica?

Hilde. Si, hace un par de días lo vi, y tengo que decirte que no parecían solamente amigos

Duo. Estoy enterado, ya aclaramos eso... déjame te presento

Duo se levanta y le grita a Heero su nombre muy fuerte, al oírlo Heero voltea y se dirige al lugar donde estaba su querido Duo, al llegar ahí observa a Hilde un par de segundos para después mirar a Duo, y él lo entiende como una señal de que quiere saber quien es su acompañante, Duo alegremente presenta a ambos, Heero sonríe a Hilde y viceversa

Heero. Bien, me retiro para que platiquen

Hilde. Quédate, yo no voy a morderte, claro, a menos que me lo pidas, Jajajajaja

Heero. ¿Qué?

Duo. No le hagas caso, así está de loca

Hilde. Siéntate a un ladito de mi Duo, tómense la mano y dense un besito

Duo. ¡Niña, no seas metiche

Hilde. Que malo eres Duo-chan

Heero. Se ve que ustedes se llevan muy bien

Hilde. Duo y yo nos conocemos hace casi 8 años, de hecho vivimos un tiempo juntos, claro, no como pareja ¿eh, aunque a veces me daban ganas de robarle un besito, Jajajajaja

Duo. Ay Hilde, ¿qué nunca vas a cambiar?

Hilde. ¿Quieres que cambie?

Duo. No, nunca lo hagas

Heero. Entonces son muy amigos

Hilde. A pesar que no nos vemos hace mucho, yo sigo queriendo mucho a Duo

Duo. Yo también te quiero niña

Hilde. Ay, que lindo eres Duo

Hilde se avienta a Duo haciéndolo caer de su silla, ambos se ríen y Heero solamente los ve y piensa que ambos actúan como un par de hermanos de cinco años, Hilde y Duo cuentan alternadamente a Heero todas las aventuras y peripecias que ambos hacían hace tiempo, Heero entretenido escuchaba las historias a la par que veía con gusto la expresión en el rostro de Duo, una expresión que hace mucho no veía en él, escuchando las historias de ambos cada vez se convencía de que tenía muchas cosas que saber y aprender aún de Duo, ya que detrás de su siempre sonrisa se ocultaba un pasado muy triste, un pasado que Heero apenas conocía a medias pero que también era suficiente para quererle como le quería, ya que para Heero una de las cosas más importantes era ver en Duo reflejada la felicidad.

Duo se levanta para ir al baño dejando por unos minutos a Heero y Hilde solos; Hilde pregunta a Heero como es que ellos se han conocido, Heero platica brevemente a Hilde su historia con Duo, y aunque omitía pasajes de su vida juntos, para Hilde era suficiente con lo que Heero le contaba, y así también ella se daba cuenta que al conocer Duo a Heero él había cambiado considerablemente en comparación a la última vez que lo vio; después de unos segundos de silencio, Heero mira fijamente a Hilde, ella al ver su actitud pregunta libremente que tanto le mira

Heero. Tú estas enamorada de él ¿verdad?

Hilde. ¿Hablas de Duo?

Heero. Es la única persona que tenemos en común ¿no?

Hilde. No admitas como ciertas palabras que nunca he dicho

Heero. Pero se nota

Hilde. Yo no estoy enamorada de Duo, lo quiero mucho pero, no esa clase de amor como el que ustedes tienen

Heero. No me mientas, su mirada hacia ti es de ternura, en cambio la tuya hacia él se ve un poco triste... él jamás te ha amado ¿verdad, debe ser muy frustrante amar a una persona y ocultarlo con otro sentimiento ¿no?

Hilde. No digas tonterías, yo no amo a Duo

Heero. Esta bien, si lo dices tú debe ser cierto, se trata de tus sentimientos

Duo. ¿Qué tanto hablaban que se me pusieron serios?

Hilde. Nada querido, es que ya me iba a mi habitación

Heero. Me contaba que tenía sueño

Duo. ¿Sueño, no me hagas reír Hilde, ¿acaso ya olvidaste las noches que no dormíamos por estar jugando cartas o dominó?

Hilde. Como olvidar eso si fueron mis mejores noches, lo que pasa es que anoche no dormí muy bien que digamos

Duo. Sale, ¿nos vemos mañana entonces?

Hilde. Claro Duo-chan, hasta mañana, nos vemos Heero

Heero. Adiós

Hilde se acerca a Duo y le da un beso en la mejilla, después se acerca a Heero y le estrecha la mano, la chica se va directo a su habitación, al llegar ahí y entrar directamente se acuesta en la cama y mira hacia el techo, una lagrimas salen de sus ojos mientras se pregunta porque tenía Duo que entrar de nuevo a su vida, después se acuesta de lado, encoge sus piernas y comienza a llorar. Hilde y Duo se conocían de años atrás, ella al igual que él, era huérfana de padre y madre, ambos se habían conocido un par de años después del incidente en la iglesia Maxwell, casi inmediatamente ambos habían entablado una bonita y muy profunda amistad; varios meses después de haberse conocido, Hilde invita a Duo a vivir en su casa a falta de una casa fija para Duo, quien vivía de Hotel en Hotel al tiempo que trabajaba arduamente para pagar sus estudios, y por años su amistad había crecido a tal magnitud que uno no vivía sin el otro, a donde iba uno el otro le seguía, en el barrio les conocían como los siameses, pero a pesar de esa relación tan profunda, ellos nunca habían entablado una relación amorosa, y conforme pasaba el tiempo, Hilde se enamoraba cada vez más de Duo, sin que él lo notase jamás. Un día, Hilde, quien estaba decidida a confesarle a Duo su amor, se encuentra con que él se había marchado con todas sus cosas de la casa de ella sin siquiera despedirse, la situación desconcertaba bastante a Hilde a la vez que lloraba su ausencia, conforme pasaban los días sin él más grande se hacía la necesidad de verle, y jamás había sabido ella porque él le había abandonado de esa forma tan cruel. Por otra parte, la historia de Duo aclaraba lo que Hilde jamás había sabido, creyéndolo a él un desgraciado que le había abandonado sin ton ni son; las tristezas habían desaparecido con el tiempo, sin embargo, el amor seguía latente en el corazón de Hilde.

Heero y Duo regresaban a su habitación.

Heero. Tu amiga es muy simpática

Duo. Esta reloca ¿no crees?

Heero. Aparte de eso... la quieres mucho ¿verdad?

Duo. Ella es como mi hermana, hasta hace unos años era lo único que tenía, pero te conocí

Heero. ¿Por qué la dejaste?

Duo. Yo me acababa de graduar y me habían ofrecido una gran oportunidad que no pude dejar ir, no sabes cuanto me dolió decidirme

Heero. ¿Hablas del trabajo en la NASA?

Duo. Si, Howard era mi mentor en la facultad, él vio en mí, según él, un gran potencial y me ofreció este trabajo; ellos me darían un lugar exclusivo para vivir, buen sueldo y una gran oportunidad de llevar a cabo mis ambiciones, pero también, no podía tener una vida tan pública como ahora, estábamos en planes de expansión con la propuesta de la Operación Meteoro y era un secreto muy bien guardado, tuve que irme sin decir nada del proyecto y por eso me fui sin avisar ni despedirme

Heero. Debió ser duro

Duo. Te confieso que ha sido una de las decisiones más difíciles de mi vida, por primera vez, cuando me fui de su casa lloré como un bebé, eran años de convivencia, llegó a formar parte muy importante de mi historia personal ¿comprendes?

Heero. Nunca hablaste de ella, ni siquiera me lo contaste a mí

Duo. Entiende, tan difícil fue, que el simple hecho de recordarla me dolía

Heero. ¿Nunca trataste de buscarla después de abandonar la Operación Meteoro?

Duo. Un día fui a su casa, pero solamente la observe a unos cuantos metros, tenía miedo de darle la cara después de haberme ido de esa manera

Heero. Vaya que se quieren entonces

Duo. Lo dices como si se tratara de otro tipo de cariño

Heero. ¿Nunca tuvieron algo?

Duo. Como crees, te digo que es como mi hermana

Heero. Tu sí, ¿pero ella?

Duo. ¿Adónde quieres llegar?

Heero. ¿No te has preguntado nunca si su cariño va más allá de la amistad o hermandad?

Duo. No lo necesito, sé lo que siente por mí

Heero. Está bien, no te enojes

Duo. Mejor hablemos de otra cosa... ¿qué te pareció lo de hoy?

Heero. ¿Lo que me contaste?

Duo. No, no te hagas, hablo de lo que pasó con Quatre ¿te gustó?

Heero. No hablemos de eso

Duo. No te avergüences Heero, te gustó mucho ¿verdad?

Heero. Ya basta Duo, no hablemos más

Duo. Que aguafiestas eres Heero, bien que te hiciste tuyo a Quatre, ¿te gustó mucho?

Heero. Lo prefiero contigo

Duo. No te hagas

Heero. Mejor dime tú, quien es mejor ¿él o yo?

Duo. Cada quien tiene su estilo Heero, no hay comparaciones

Heero. No me digas, vamos Duo, contesta, aunque ya sé la respuesta

Duo. ¿Tú?

Heero. No, Quatre, él tiene más experiencia que yo, yo solo lo he hecho contigo

Duo. Y con Trowa

Heero. Ese es tema aparte, ni siquiera recuerdo como fue

Duo. ¿Te gustaría que lo repitiéramos?

Heero. Tal vez, pero con Quatre no, no me cae bien

Duo. Si claro, sobre todo cuando te practicaba el oral ¿verdad?

Heero. No seas sucio, no digas eso

Duo. Si bien que te gustó ¿verdad?

Heero. Déjame en paz

Heero voltea su cabeza mientras su rostro se pone color rojo, Duo ríe burlescamente ante la reacción de Heero, entonces había notado que la experiencia había gustado a ambos y de antemano ya sabía que de ese día en adelante los dos habían recuperado esa chispa que durante un tiempo se apagó, pero ahora esa chispa de nuevo se había convertido en fuego.

Muy temprano por la mañana Duo se levanta en busca de Hilde a su Hotel en compañía de Heero, ellos se habían quedado de ver en el lobby del Hotel donde Hilde se hospedaba, los tres van a desayunar, a dar un paseo en lancha, entre otras actividades; por la tarde los tres se preparan para ir a bucear. Hilde era amante de las actividades deportivas y los riesgos, desde niña había sido así y no tenía planes de cambiar, Duo la conocía muy bien y por eso se preocupaba por ella y porque algún día un imprevisto le suceda en una de sus aventuras extremas, pero a Hilde esa y otras cosas le tenían sin cuidado, su carácter no le permitía enseriarse cuando de deportes se trataba, su espíritu siempre era de aventura y locuras.

Duo. Yo los espero, tengo miedo a las profundidades

Hilde. No seas cobarde cobaltito, ya estamos aquí

Duo. Ah no

Heero. ¿Cobaltito?

Hilde. Por sus ojos ¿no son divinos?

Heero. Bastante

Duo. De verdad que no quiero, tengo miedo

Heero. Vamos Duo, sé que puedes

Duo. Lo dices porque a ti te entrenaron para adaptarte a varios escenarios, pero esto no es lo mío, de verdad me da miedo

Heero. No seas ridículo, Hilde y yo cuidaremos de ti ¿verdad?

Hilde. Claro que sí

Duo. Te conozco, eres una traidora

Hilde. ¿Qué dijiste mocoso?

Duo. Tonta, tonta traidora

Hilde. Mugroso

Duo corre porque sabe que Hilde lo golpeará por sus palabras, mientras Heero les observa y cada vez se convence más que los dos parecen chavales de 10 años jugando, Heero notaba en Duo una actitud que nunca había visto, además cada vez se convencía también más que Hilde sentía por Duo otro sentimiento que él desconocía por parte de ella, pero a Heero no le interesaba entrometerse ya en ese asunto, estaba convencido que tarde o temprano ella se lo haría saber. Hilde finge caerse al estar siguiendo a Duo, él se preocupa y se acerca al ver que ella no se levanta, cuando está muy cerca Hilde levanta su cabeza y lo jala del brazo haciéndolo caer a la arena, al estar Duo desprevenido aprovecha para subirse en él y hacerle cosquillas como tenía la costumbre desde hace mucho tiempo, a Duo no le gustaba que le hicieran cosquillas y trata de defenderse sin resultados, cuando por fin logra hacer que Hilde se caiga ahora él se encima en ella y fuertemente le sujeta los brazos

Duo. ¡Te tengo!

Hilde. Suéltame

Duo. No dejas de ser una traviesa

Hilde. Y tú un abusivo

Duo. Jajajajaja

Hilde. ... Mira... Ya llegó la lancha

Duo suelta a Hilde, se levanta y la ayuda a levantarse, Duo se adelanta para subir las cosas a la lancha mientras Heero se coloca a un lado de Hilde

Heero. Ahora sí no me lo podrás negar

Hilde. ... La lancha nos espera Heero

Hilde se va corriendo a donde está Duo y lo jala del brazo para que suban a la lancha juntos, Heero les hace segunda y también sube, los tres se van a bucear con resultados agradables, Duo se anima a hacerlo a pesar de su miedo, Heero era un experto en bucear al igual que Hilde; al atardecer los tres regresaban de su paseo, Heero los invita a los dos a cenar y alegremente Hilde acepta pidiéndoles que la esperen en el Restaurante mientras ella se baña y se cambia, Heero y Duo deciden irse adelantando al Restaurante, apartan una mesa y dicen al mesero que esperan a alguien, así que no quieren ordenar de momento, transcurridos un par de segundos, Quatre que pasaba por ahí se arrima a la mesa, al verle, Heero voltea su cabeza al lado contrario donde está Quatre

Duo. Hola

Quatre. ¿Cómo están?

Duo. Yo muy bien pero...

Quatre. Heero, ¿té pasa algo malo?

Heero. Nada

Duo. ¿Qué no ves que le da pena verte?

Quatre. Ah, ya entiendo... los vi y decidí venir para decirles que mañana me voy

Duo. ¿No que cuatro días?

Quatre. Pude arreglar todo antes, además tengo cosas que hacer

Duo. Te mueres de ganas por ver a tu amorcito ¿no?

Quatre. Además de eso, bien, los dejo cenar en paz, adiós

Heero. Quatre...

Quatre. ¿Sí?

Heero. Gracias por lo de ayer

Quatre. Créeme, fue todo un placer

Quatre sonríe y se va, aunque parecía contento la verdad estaba triste, había tomado la decisión de olvidarse para siempre de Duo, había cometido el error de enamorarse por primera vez de alguien que sabía jamás le correspondería, pero también había decidido dedicarse completamente a Trowa, estaba dispuesto a pedirle que se fuera a vivir con él y a prometer ya no tener alguna otra relación con otra persona, estaba dispuesto a arreglar su vida y dejar ese estilo de vivir tan aventurero y libertino, tenía planes de llegar a Las Vegas y decirle a Catherine que con su consentimiento o no, él lucharía por el amor de Trowa, estaba dispuesto a muchas cosas de las cuales anteriormente jamás hubiese dejado, tenía todo preparado para llegar a Las Vegas y comenzar una nueva vida; Duo le ve caminar por última vez, él sabía que así iba a ser y también le provocaba un cierto grado de tristeza, después de verle partir baja su cabeza, Heero le levanta el rostro y le anima diciéndole que él va a estar bien, y que no importa si ya no lo vuelve a ver, mientras le recuerde siempre se mantendrá a su lado, después de esas palabras Heero lleva el rostro de Duo con el suyo y le besa, Hilde llega al Restaurante y les ve besarse, se entristece pero finge que aún no ha llegado ocultándose tras una maceta, transcurridos unos segundos cuando ya Heero y Duo no se besaban sale detrás de la maceta y se sienta en la silla que le corresponde

Duo. Te tardaste mucho

Hilde. Tenía que verme muy linda

Duo. ¿Tu, Jajajajaja

Hilde. Eres un malvado

Heero. No le hagas caso, te ves muy linda Hilde

Hilde. Muchas gracias

Duo. Eres un adulador, mejor dile la verdad

Heero. Es la verdad

Hilde. El si aprecia la belleza femenina

Duo. Yo también, por eso lo dije

Hilde y Duo continúan con su inverosímil discusión, Heero ya no podía servir de moderador y mejor decide hacerse a un lado de la disputa entre Hilde y Duo, después de varios minutos de pelea inútil, Duo termina aceptando que Hilde se ve muy bonita esa noche, haciendo hincapié en el vestido que la chica llevaba puesto. Después de la cena Heero necesita dar una mala noticia para Hilde y Duo

Heero. En dos días regresamos a New York

Hilde. ¿Qué dices?

Duo. ¿Tan pronto?

Heero. Tengo que regresar a trabajar

Hilde. ¿No pueden quedarse por más tiempo?

Duo. A decir verdad, yo también tengo que regresar, mis vacaciones se terminan en una semana, lo siento

Hilde. Pero faltan entonces más días

Heero. Pero yo empiezo éste lunes

Duo. Lo siento linda, pero nos veremos después ¿no?

Hilde. ¡Quédense a vivir en Hawai!

Duo. No es posible

Hilde. Entiendo

Duo. ¿Y si vienes con nosotros a New York?

Hilde. ¿Qué?

Heero. ¡¿Qué dijiste!

Duo. Si, es buena idea, ven con nosotros

Hilde. Pero yo también tengo mi empleo aquí

Duo. Pero también tienes casa en New York

Hilde. Hace dos años y medio que está sola

Duo. Té quedas en nuestra casa mientras la arreglas

Hilde. Duo, yo dejé esa casa porque ya no pude con los recuerdos

Duo. ¿Entonces por qué quieres que me quede aquí si pretendías olvidarte de mí?

Hilde. No me malinterpretes Duo

Duo. Si tanto té molesta mi presencia me lo hubieras dicho

Hilde. No comiences con tus tonterías Duo

Duo. Tonterías las que me estas diciendo, té molesta mi presencia

Hilde. ¡¡Fuiste tú quien me abandonó!

Al oír las palabras de Hilde, Duo se queda paralizado y sin otro argumento que agregar, Hilde le mira con desprecio y abandona el lugar, al irse ella, Duo aún sin palabras se deja caer en la silla, Heero le pregunta si se encuentra bien pero él no responde, Heero obvia el momento y ya no dice más, segundos después Duo se levanta y se va corriendo también del Restaurante, Heero no sabe que hacer, permanece un par de minutos sentado y después se decide por levantarse e ir a la Habitación de él y Duo, al llegar, Duo se encuentra acostado boca abajo en la cama, al acercarse Heero, apenas si alcanza a oír un par de sollozos por parte de Duo y dirige su mano a la cabellera de él y lo acaricia tiernamente mientras unas palabras de aliento salen de su boca, las palabras de Heero hacen sentir mejor a Duo quien levanta su cabeza y da las gracias a su novio, Heero lo levanta y abraza fuertemente

Duo. ¿Por qué tuvo que pasar de ésta manera, yo no quería dejarla

Heero. Tú no le has contado la verdad, si siguen las cosas así siempre serás el malo de la película y ella nunca te perdonará tú abandono

Duo. No quiero perderla otra vez

Heero. Hagamos algo, mañana temprano compro los boletos de avión incluyendo el de ella, se lo hago llegar junto con una carta tuya donde le expliques porque te fuiste aquel día sin despedirte y entonces que ella decida que hacer ¿qué te parece?

Duo. ¿Crees que quiera venir?

Heero. No lo sé, pero vale la pena intentar ¿no?

Duo. Gracias Heero, no sé que sería mi vida sin ti

Heero. No, gracias a ti por estar en la mía

Duo comienza a llorar al tiempo que nuevamente se avienta a los brazos de Heero, se sentía muy mal por el hecho que Hilde lo creyera culpable de la situación que los había separado tiempo atrás, mientras que Heero no paraba de acariciar su pelo y besar su frente, minutos después Duo se queda dormido en brazos de Heero quien a la vez le contempla y vela su sueño; en el Hotel donde Hilde se hospeda, ella también llora y piensa en Duo, le entristecía el hecho que se fuera y que además él nunca sería para ella, pero a la vez le enfurecía el saber que Duo la había abandonado de la forma más cruel, además comenzaba a dudar de sí realmente valía la pena o no seguir pensando en él, pocos minutos después Hilde se pone de pie y agarra un florero el cual avienta aguerridamente contra el espejo del tocador

Hilde. ¿Por qué apareciste de nuevo si ya te había olvidado, quiero que te vayas de mi vida... ¡Maldito idiota!

Hilde estaba tan molesta que decía cosas que de verdad no sentía, su coraje era muy grande como para ocultarlo, no podía evitar sentirse triste y a la vez enojada, quería a Duo más que a su vida pero también no había podido lograr perdonarle el hecho que la dejase de la forma en que lo hizo. Al día siguiente de esa noche triste, Heero temprano se levanta y va a comprar los boletos de regreso a New York, casi llegado el mediodía, Heero y Duo escriben la carta para Hilde donde Duo le explica todo del porque su desaparición ese día, además de la carta en el sobre se encontraba el boleto de avión programado para el día siguiente a las diez de la mañana, Heero va al Hotel donde Hilde se hospeda dejando la carta en la recepción para que la encargada le haga entrega a la chica. Al día siguiente a las afueras del Hotel donde se hospedaban Heero y Duo los dos están esperando a Hilde quien no ha llegado, Heero le muestra la hora a Duo y el reloj marcaba las nueve de la mañana, Heero le dice a Duo que si no se van pueden perder el vuelo y a pesar que Duo quiere esperar un poco más a Hilde, Heero le hace entender que ella ya no llegará al lugar citado para que los tres tomasen el avión de regreso a New York, entonces ambos se dirigen al taxi que les espera; casi al subir al taxi una sombra cubre una pequeña parte, Duo emocionado se asoma para llevarse la decepción de que no se trata de Hilde

Traize. ¿Tan pronto se van?

Duo. Si, así es Traize, fue un placer conocerte

Traize. Igualmente, espero que les vaya muy bien

Duo. Gracias

Traize. Tu no te ves bien

Duo. no es nada, te cuidas mucho, adiós

Traize. Adiós, querido Duo, no me olvides

Antes de arrancar el taxi, Traize manda un beso a Duo, el cual enoja a Heero pero que a la vez no comenta nada al respecto, por su parte, Duo se mostraba triste por la decisión de Hilde de no ir con él a New York, Duo recuerda y cuenta a Heero algunos momentos de su vida junto a Hilde y también le cuenta que la extrañará mucho, Heero se conmueve de las palabras de Duo y de su forma de decirlas, y nuevamente lo abraza fuertemente, por primera vez, Heero sentía en carne propia el sufrimiento de Duo, a pesar que ellos estaban muy bien comunicados mentalmente nunca habían compartido de esa forma el sentir del otro. Heero y Duo caminan hacia la escalera para subir al avión, Heero entra a tomar su asiento, mientras que Duo se detiene al escuchar lejanamente la voz de Hilde, por un momento piensa que se trata de su imaginación pero su duda se aclara cuando la ve corriendo al lugar donde él está, Duo ve emocionado como la chica corre hacia donde él está; los demás pasajeros siguen subiendo pasando por un lado de Duo; Hilde sigue corriendo hasta que llega a pies de la escalera y Duo baja corriendo de la misma, los dos se abrazan fuertemente, segundos después se sueltan

Hilde. Perdóname Duo, no tenía idea de tus motivos para dejarme aquel día

Duo. No, perdóname tú por no haberme despedido siquiera

Hilde. Duo, no puedo ir contigo a New York, mi hogar está aquí, lo siento

Duo. De verdad te quería cerca de mí

Hilde. Yo también

Duo. En New York tienes siempre abiertas las puertas de mi casa

Hilde. Muchas gracias

Duo. Cuentas conmigo siempre

Hilde. Duo... te están llamando, el avión debe marchar

Duo. Hasta pronto Hilde

Hilde. Adiós cobaltito

Hilde agarra la mano de Duo y le hace entrega de una carta pidiéndole que la lea estando el avión en el aire, nuevamente Hilde abraza a Duo antes de que él suba al avión, Duo sube y entra para tomar su asiento, al sentarse voltea por la ventana y ambos se miran a los ojos como mensaje de despedida, segundos después el avión despega, unas cuantas lágrimas brotan de los ojos de Hilde mientras le da su último adiós a Duo.

Heero. ¿Te sientes bien?

Duo. Todo estará bien, ella estará bien

Heero. ¿La vas a leer?

Duo. Si, pero al llegar a casa

Heero. ¿Por qué?

Duo. No lo sé, me dio la impresión de que debía leerla después de cuando ella me lo pidió

El avión llega a New York y a su vez Heero y Duo llegan minutos después a casa, ambos estaban cansados del viaje y dejan las maletas en el primer lugar que ven, no querían saber de ellas al menos ese día, lo primero que hace Duo es entrar a bañarse, cuando sale ve a Heero sentado en la cama con la carta que Hilde le había dado a Duo

Heero. ¿Aún no?

Duo. Me llamarás loco pero, me da miedo abrirla

Heero. ¿Por qué?

Duo. Tengo un mal presentimiento, nada importante

Heero. ¿Quieres que la lea yo?

Duo. Por favor

Heero. Bien, dice... Querido Duo, antes de escribir otra cosa deseo de todo corazón que puedas perdonarme por el contenido de ésta carta, la verdad es que no tuve el valor de decírtelo frente a frente; desde el momento en que nos conocimos vi en ti algo especial, te convertiste después no solamente en mi amigo y mi confidente, te convertiste en un verdadero hermano, y me diste a entender que no se necesita el parentesco sanguíneo para querer a alguien como tal, pero aún así Duo, aún así no pude evitar enamorarme de ti, perdóname por favor pero no lo pude evitar, me enamoré de ti hace varios años y jamás tuve el valor de confesártelo, siempre me imaginaba a tú lado, que nos casábamos y formábamos una familia, ¿no te parece absurdo, me lo imaginaba y soñaba con ese día aún sabiendo que nunca iba a hacerse realidad,...

Duo. Hilde...

Unas lágrimas comienzan a salir de los ojos de Duo y corren por sus mejillas, Duo las seca rápidamente y le pide a Heero que continúe dándole lectura a la carta

Heero. ... porque tú nunca me has querido como deseo que lo hagas. Pero espero que seas muy feliz al lado de Heero, él es buena persona y te quiere mucho, jamás lo dejes ir, además que es muy guapo, por poco y te lo quito ¿eh?...

Duo. Ay Hilde

Heero. Que chica... Bien, supongo que querrás saber una razón por la cual no quise ir contigo a New York, bien, esto solo te lo puedo decir por medio de una carta ya que personalmente no me atreví a confesártelo, Duo, deje New York para pasar mis últimos años de vida en Hawai, hace tiempo que me detectaron un tumor en el cerebro y moriré, los doctores ya no pueden hacer nada porque lo detectaron ya muy tarde...

Duo. No, Hilde no

Heero. Lo siento Duo

Duo comienza a llorar con más fuerza siendo abrazado por Heero, pero Duo se suelta y comienza a golpear el suelo mientras maldice él haberla dejado aquel día, argumenta que de no haberla dejado hubiese pasado lo que le quedaba de vida a su lado, Heero le dice que no puede cambiar el pasado pero a Duo esas palabras no le son de ayuda, y antes que Heero pudiese decir otra cosa, Duo le ordena que lea la parte que falta de la carta

Heero. Pero ¿sabes algo, la muerte no me asusta, yo jamás conocí a mis padres o tuve un hogar, pero aún así fui una persona muy feliz y no me arrepiento de haber hecho las cosas que hice ni me siento mal por mi futura muerte, sé que moriré en paz conmigo misma y sobre todo sabiendo que estas bien, nuestro encuentro no fue una casualidad, Dios me dio la oportunidad de morir en paz sabiendo que te encuentras con bien y estoy segura que así será por siempre... antes de morir te pido un último favor, no vuelvas a Hawai en mi busca, no quiero que estés ahí cuando ni siquiera podré ponerme de pie, no resistiría que me vieras así, prefiero que me recuerdes como siempre fui: alegre, loca, y sobre todo tu pequeña hermana, quien te quiso como a ninguna otra persona en el mundo, y quiero que te acuerdes siempre de mí, y que el hecho de que ya no estaré en éste mundo no signifique que no cuidaré de ti o que cuentas conmigo, bien, amigo Duo, adiós para siempre y, por favor, no llores por mí, te quiere, tú hermana Hilde

Al terminar de leer la carta Heero, Duo agarra las cosas que están cercanas a él y las avienta hacia la ventana, Heero se asusta de la reacción eufórica de Duo y lo abraza por la espalda pero Duo intenta soltarse mientras grita a Heero que lo suelte, Heero trata de calmarlo diciéndole que Hilde no querrá que él sufriese de esa forma, pero en vez de ayudar, las palabras de Heero no calmaban la furia de Duo quien gritaba que como no iba a estar así si la única persona a la que reconocía como familia sin serlo se estaba muriendo de esa forma tan cruel, Heero también llora, lo suelta y le da una fuerte cachetada, el golpe de Heero calma la descontrolada furia de Duo, Heero le dice a Duo que deje de actuar como un idiota y que recuerde que ella le ha pedido que no llore, Duo calma su ira pero su dolor no se hace menos, se deja caer de rodillas al suelo y llora inconsolablemente, Heero también se arrodilla y lo abraza, Duo agarra fuertemente la camisa de Heero y recargando su cabeza en su pecho, Heero mece el cuerpo de Duo al tiempo que le consuela, son pocos los segundos que pasan y Duo se queda profundamente dormido, Heero lo lleva a acostar a la cama

Una semana se pasa rápidamente y Duo no salía de su habitación, no iba a trabajar ni quería hablar con nadie más que con Heero, la noticia que Hilde moriría lo había devastado por completo, Heero trataba por todos los medios de animarlo pero sin lograr cambios en su estado de humor

Heero. Tienes que comer, te preparé hamburguesas, tus favoritas

Duo. No quiero

Heero. Si sigues con esa actitud te vas a enfermar

Duo. No me importa

Heero. Pero a mí sí, ya no seas necio y come un poco

Duo. ¡Déjame tranquilo Heero!

Heero. Como quieras, no te voy a estar rogando, tengo que regresar a trabajar, nos vemos

Duo se acuesta de nuevo en la cama y se tapa hasta la cabeza sin despedirse de Heero y sin desearle un buen día como acostumbraba. Un par de horas después Duo busca desesperadamente en su maleta el número de teléfono que Hilde le había dado de su casa, él no se había acordado hasta ese momento que ella le había dado dicho número; al no encontrarlo por ninguna parte Duo se desespera y tira todas las cosas en un afán por encontrar dicho número... pasan las horas y Heero regresa de su trabajo cuando el sol comienza a ocultarse, al llegar a su casa se encuentra todas las cosas tiradas, se asusta y corre dentro de la casa gritando el nombre de Duo; al llegar al baño buscando a Duo se lo encuentra sentado en la tina, la cual está vacía, Duo miraba hacia abajo y su mirada era triste y como si sus pupilas no miraran otra cosa que no fueran sus pies, Heero sé inca a un lado de él y le pregunta que ha pasado

Duo. Era falso

Heero. ¿Qué cosa?

Duo. El teléfono que ella me dio de su casa, era falso

Heero. Ya no sigas con esto, me partes el alma de verte así

Duo. ¿Por qué fui tan tonto y no me di cuenta?

Heero. ¿Hablas de su enfermedad?

Duo. Ella no podía meter la llave en la cerradura, pensé que era por lo distraída que es y no le tomé importancia; no me di cuenta que no podía ponerse bien de pie cuando se levantaba de una silla y muy estúpidamente tampoco me di cuenta que no leía bien

Heero. Pero no es tu culpa lo que le está pasando

Duo. Lo sé, pero me odio por no estar con ella para apoyarla

Heero. Ella no ha querido que la veas decaer poco a poco

Duo. Yo quiero ayudarla

Heero. Y no dudo que tus intenciones sean las mejores pero debes respetar su decisión

Duo. Yo nunca he creído en Dios, pero ésta vez le he pedido por ella, ¿será mi castigo?

Heero. No digas eso, si Dios existe estoy seguro que no te castigaría por no creer en él

Duo. ¿Pero por qué se ha empeñado en hacerme sufrir, a mis verdaderos padres nunca los conocí, perdí a mis seres queridos en el accidente de la Iglesia Maxwell y ahora, se la lleva a ella ¿qué voy a hacer, además, por poco te pierdo a ti, y yo no quiero que eso pase

Heero. Tranquilo Duo, todo va a estar bien, ya oíste lo que decía la carta, Hilde se siente feliz de haber estado en éste mundo y de haberte conocido, ella no está triste porque va a morir y tampoco quiere que tu estés triste

Duo. Pero no puedo evitarlo

Heero. Duo, yo tampoco creía en Dios ¿pero sabes cuando supe que estaba ahí?

Duo. No lo sé

Heero. Cuando decidió que tú y yo nos conoceríamos, fue cuando supe que realmente estaba ahí, y sobre todo, que me ama tal y como ama a Hilde, por algo se la lleva, no sabemos porque, pero...

Duo. No sigas Heero, eso no cambiará el hecho de que ella ya no estará aquí, además, tampoco cambiará el hecho de que acepté el trabajo en la NASA y la abandoné, y que de no haberlo hecho yo, hubiera pasado más tiempo con ella

Heero. Si no hubieras aceptado el puesto en la NASA tú y yo no nos hubiéramos conocido

Duo. ¿Qué importa si pude haber pasado sus últimos años a su lado?

Heero no contesta ya a las palabras de Duo, solamente se levanta y se va, Duo agacha su cabeza, encoge sus piernas y nuevamente comienza a llorar. Al día siguiente Duo despierta en la tina y lo primero que hace es levantarse e ir en busca de Heero, al llegar a la cocina ve una nota pegada en el refrigerador, la agarra y la lee: Duo, salí a caminar en lo que despiertas, cuando llegue yo a la casa quiero saber la respuesta a ésta pregunta, ¿quieres ir con Hilde a Hawai y estar con ella hasta el día de su muerte o té quedas conmigo en New York y juntos superamos la tragedia, tal vez suene tonta la pregunta pero es muy importante para mí saber cuales son tus prioridades, te ama, Heero. Duo se dice a sí mismo que ha actuado como un niño.

Al llegar Heero a la casa, entra y no ve a nadie al frente de la puerta y un silencio se sentía en la casa, Heero supone que en esos momentos Duo se ha ido a Hawai, pero él sale de atrás y sigilosamente llega a Heero tapándole los ojos con ambas manos, Heero llama a Duo y él le destapa los ojos

Heero. Te ves mejor

Duo. Perdóname Heero, me olvidé de ti en ésta semana y me cerré en mí sin darme cuenta de lo que pasaba en tu mente

Heero. No te preocupes, entiendo lo que ella significa para ti y también lo que representa que ella ya no esté en éste mundo

Duo. ¿Entonces me perdonas?

Heero. Siempre te perdonaré Duo

Duo. Me duele mucho que ella vaya a morir, pero no permitiré que nuestro amor muera también, la vida sin ti no tendría significado alguno

Heero. Lo superarás, ya verás que sí

Duo. Lo sé, a tú lado sé que así será

Duo se acerca a Heero y lo abraza como nunca lo había hecho, su abrazo reflejaba no solamente el amor sino también la necesidad y el deseo de tenerlo siempre a su lado; Heero también abraza a Duo fuertemente reflejando la felicidad y la dicha que le producía ver con bien a Duo, pero a la vez su cuerpo temblaba como si fuera la primera vez que le abrazaba, Heero había pensado por un pequeño momento cuando caminaba que Duo le abandonaría y ese pensamiento siempre le aterraba, pero en el instante que ellos estaban abrazados por primera vez en cuatro años Heero sentía que siempre estarían juntos, Duo también había sentido esa sensación y una gran paz invadía el corazón de ambos.

Heero y Duo, una pareja sin igual en todo el mundo, ambos, dos personas necesitadas de cariño y amor, desde el primer instante de su nacimiento las cartas de sus destinos estaban perfectamente echadas y la vida de ambos estaba no solamente predestinada a la desgracia, sino también al amor, un amor que nunca se había visto, un amor que sobrepasaba las barreras del dolor.

Días después en Las Vegas

Catherine. ¿Querías hablar conmigo?

Trowa. Hermana, ¿sabes que te quiero verdad?

Catherine. Nunca lo he dudado

Trowa. Yo también sé que me amas y que siempre querrás mi felicidad ¿no es así?

Catherine. Definitivamente

Trowa. Cate, yo debo dejarte, ya he encontrado mi felicidad

Catherine. ¿Sigues en esa posición?

Trowa. Por primera vez en mi vida estoy enamorado, deseo que me apoyes

Catherine. Siempre visualicé tu futuro al lado de una hermosa mujer, y que algún día te casarías y yo tendría sobrinos, sería la tía Cate, quien siempre tendrá chocolates

Trowa. No es lo que quiero para mí

Catherine. Ay Trowa, cuanto me duele que no queramos las mismas cosas

Trowa. No te puedo decir que lo siento porque no es así, solo quiero decirte que éste día me mudo a casa de Quatre, te guste o no hermanita, eres bienvenida siempre que quieras, adiós

Catherine. No Trowa, por favor no me dejes

Trowa. Eres muy bonita hermana, busca un hombre que te ame, cásate y sé feliz, es el último consejo que te doy, cuídate

Catherine. ¡Trowa, por favor, no te vayas

El llanto de Catherine nace y muere en ese día, nunca más ella volvió a llorar por la partida de su hermano, al poco tiempo terminó entendiendo que la felicidad de Trowa era lo más importante y los tres habían podido encontrar paz, Catherine les visitaba de vez en vez y Quatre y Trowa eran muy felices. Aunque en el pasado ambos habían tenido sus discrepancias ahora parecían una pareja muy feliz, Trowa había decidido dejar el negocio del espectáculo al igual que Catherine, por su parte, Quatre había dejado por completo las relaciones pasajeras y las aventuras vanas y vacías que hasta hace poco había estado manteniendo, el amor que sentía por Trowa había terminado por completo lo que alguna vez sintió por Duo y que tantas tristezas le llevó, y el recuerdo de lo que había pasado entre él y la pareja de New York no era más que eso, un recuerdo que poco a poco el tiempo se encargaba de borrar.

En la lejana China... Wufei, antiguo amante de Quatre y ahora nuevo Emperador del gran Imperio de Oriente estaba a punto de celebrar su tan anunciada y escandalosa boda, por primera vez en la historia, un Emperador contraía matrimonio con un miembro de la clase baja... tiempo después de haber abandonado Las Vegas, Sally, la asistente de Wufei le había declarado su amor al en ese entonces futuro Emperador, al oír de los sentimientos de Sally, Wufei había reflexionado sobre su vida y su futuro, y husmeando en su propio pasado había encontrado la verdad de sus sentimientos, él también sentía un cariño especial hacia Sally y sin darse cuenta ese cariño se había convertido en amor; la feliz pareja se había casado ya y eran muy felices desde el principio y así se pretendían quedar las cosas entre los dos

Del otro lado del mundo en California...

Había pasado casi un año desde los sucesos ocurridos en Hawai, el hijo de Zechs y Lucrecia había nacido ya; al poco tiempo de que Heero y Duo abandonaran Hawai, Traize y su asistente habían regresado a California, Lady Une, asistente y mano derecha de Traize le había dado a conocer al mismo su decisión de abandonar su puesto, al preguntar él por una razón ella se la da sin titubear, pero Traize no correspondía a sus sentimientos y concuerda con ella en que no podrán llevar la misma relación de trabajo, Une dejaba la ciudad y con ella el deseo de un amor imposible; por su parte, Traize seguía amando a Zechs dentro de lo que cabía, ya no de esa manera obsesiva, se había dado cuenta que la felicidad de Zechs siempre había estado al lado de su esposa y él no era quien para quitarle su felicidad para hacerse la propia, Zechs había olvidado a Traize por completo, la llegada de su hijo le había hecho ver cosas que antes mantenía reprimidas en su corazón, mientras...

Traize. ¿Aún piensas en él?

Reelena. No lo sé

Traize. ¿No lo sabes?

Reelena. Hace bastante tiempo ¿no, si yo le interesara aunque sea como amiga hubiese llamado ¿no lo crees?

Traize. Es verdad, que hombre tan ciego

Reelena. ¿Ciego?

Traize. Un hombre que deja ir a una mujer tan bella es muy ciego y tonto

Reelena. Deja de decirme eso, hace días que me estas molestando

Traize. Me gustas Reelena

Reelena. ¿Yo, y mi hermano?

Traize. El y Lucrecia son la pareja perfecta

Reelena. Que bueno que lo has dejado ir

Traize. De verdad me gustas mucho

Traize de acerca a Reelena e intenta besarle, al ver que ella ni se mueve, Traize se detiene

Reelena. ¿No me ibas a besar?

Traize. ¿Quieres que te bese?

Reelena. No veo porque no, por eso no me moví

Traize. Me asusta tu actitud, tú no eres así

Reelena. Por curiosidad... tú y yo ¿alguien se lo hubiera imaginado?

Traize. Creo que no

Reelena. Veremos que resulta de esto

Traize. Algo muy bueno

Traize de nuevo se acerca a Reelena y un beso apasionado surge en ambos, las manos de él jugaban traviesamente en los cabellos de la chica, Reelena anteriormente odiaba a Traize, pero en esos últimos días ellos habían aprendido a soportarse y hasta llegar a quererse, por parte de Reelena, ya que Traize siempre había apreciado a la chica, pero no fue hasta en esos últimos días que él comenzaba a sentir una atracción física por la joven, y aunque ellos se llevaban algunos años de diferencia tenían bastantes cosas en común.

Nuevamente en la ciudad de New York

Heero. ¿Ya estas?

Duo. Espérame, solo me falta una maleta

Heero. Nos va a dejar el avión

Duo. No nos deja, y si nos deja no importa ¿se te olvida que somos ricos?

Heero. ¿Ricos, pero si gastas como loco

Duo. Solo poquito, no exageres

Heero. Déjame advertirte que en Japón la vida es más cara ¿eh?

Duo. No me importa, si estamos juntos no me importa ser la persona más pobre del mundo

Heero. No te creo

Duo. Anda que nos deja el avión

Casi al llegar al taxi que los llevaría al aeropuerto Duo siente un fuerte dolor en el estómago y enseguida cae de rodillas, Heero voltea al escuchar el sonido del cuerpo de Duo caer al suelo y rápidamente va en su auxilio

Heero. ¿Qué té pasa mi amor?

Duo. Lo sentí Heero

Heero. ¿Qué sentiste?

Duo. Es Hilde, murió

Heero. No te entiendo

Duo. Lo sentí, sentí que murió

Heero. ¿Estas seguro?

Duo. Seguro, Hilde murió, mi Hilde acaba de morir

Heero. Lo siento mucho Duo

Duo derrama unas lágrimas secándoselas enseguida y poniéndose luego de pie, Duo le dice a Heero que el avión los dejará y se va al taxi, Heero mira a Duo de espaldas dirigiéndose al taxi mientras piensa que Duo se ha vuelto muy fuerte con sus sentimientos, Heero sonríe y también se va hacia el taxi; los dos se dirigían hacia Japón para vivir allá, tal y como lo deseaba Heero desde hacía un tiempo, en esos últimos dos años ellos habían aprendido más acerca uno del otro y de su propia vida, desde su llegada a Las Vegas hasta su viaje a Hawai sus vidas eran otras, habían aprendido tanto que la vida y el destino ya no se encaprichaban en ponerles pruebas a su amor... y así, ambos vivieron felices

Hola, espero que les haya gustado leer este fic asi como a mi me gusto escribirlo, me siento contenta porque me dejaron reviews muy bonitos y estoy muy agradecida con todos los lectores, y como podrán ver base este fic en la película del mismo nombre protagonizada por Demi Moore aunque si han visto la peli se podran dar cuenta que no es exactamente igual pero la idea es la misma jeje, espero seguir recibiendo sus reviews y de nuevo les agradezco por leer

Reviews:

Mitsuki. Me da gusto que te haya agradado la idea de un trio aunque no fue muy espectacular que digamos pero jejeje, espero que te haya gustado, gracias por tu comentario

Forfirith-Greenleaf. Jejeje, gracias por tu review, que buena onda que siempre te tomas de tu tiempo para dejarme tus impresiones de cada capitulo y de verdad que te lo agradezco asi como agradezco que te guste eso de que les cambio los roles, muchas veces dicen que estoy loca o no siempre les agrada ver de malos a personajes que no lo son pero de verdad que no lo hago con la intencion de molestar, mas bien creo que no me gusta la monotonia, es todo, en cuanto a mis otros fics tratare de no abandonarlos mucho tiempo aunque el del jardin tendra que esperar sus semanas, snif