Capítulo 2
Pasado en el Presente
Rin y Hiroshi se cansaron de esperar y salieron del colegio.
-Mejor se da por vencida, Rin. Él nunca irá.
-Darse por vencido no es una opción, ni es cosa de triunfadores.
-Como sea… cuál es su dulce favorito?
-Aparte del helado?
-La invito a comer helado. Vamos?
-Vamos.
Estaban en una heladería, Rin no quería pero Hiroshi insistió en pagar él con su primer sueldo.
-Muchas gracias, Hiroshi, aunque no era necesario.
-No me han golpeado en dos semanas, debo agradecérselo.
-No, no me lo agradezcas…
Sonó el celular de Rin.
-Disculpa… Bueno? Kagome… e-estoy en una heladería… sí esa misma…. Kagome? Me colgó.
-Quizás se le cayó la llamada…
-No lo creo… ahí está…
-Rin!
Kagome fue hasta ellos y se sentó al lado de Rin.
-No vas a creer lo que tengo que decirte… Inuyasha volvió y va a comprar la compañía… no te he visto en alguna parte?
-Kagome, cálmate. Él es Hiroshi, mi asistente en la guardería y el hijo de Sesshoumaru…
-Aah! Hola…
-Son hermanas?
-Sí, mellizas…
-Conoces a mi tío también?
-Inuyasha Youkai… estudiamos juntos en secundaria…
-Oye, no es por nada, pero qué sabes de su regreso?
-Sólo sé que papá lo mandó a volver porque necesita que se haga cargo de una división aquí en Tokio.
-Kami, viene para quedarse!
-Venía de todas maneras.
-No puedes negar que son familia… te pareces tanto a él…
-A mi papá?
-Sí, tienes mucho de él, pero también de tu tío.
Kagome se disculpó y se marchó, más tarde Rin estaba llevando a Hiroshi a su casa.
-Gracias por el helado, Hiroshi.
-No fue nada. Le sigo recordando la reunión a mi papá?
-Hm! Bueno, eres excelente estudiante y ya no te golpean… vamos a darle unas vacaciones…
Rieron. Cuando Rin llegó a la casa, Kagome casi saltó sobre ella.
-Qué acaso fumaste algo?
-Encontré mi anuario.
-Y? Es el mismo que el mío.
-Sí, pero adentro, tenía una foto de unas vacaciones, quiero que la veas.
Kagome le enseñó una foto en la que estaban los hermanos Youkai, ellas, Sango y Miroku.
-Vaya! No creí que tuviera fotos con Sesshoumaru. Se verá así todavía?
-Nah! De seguro que los dos ahora son gordos y se ven requete viejos…
-Kagome! Y Miroku? Cómo se verá?
-Mañana te digo.
-Mira esto… Hiroshi es idéntico a Sesshoumaru en esta foto.
-No es posible, no es sólo hijo de Sesshoumaru…
-Pues mira la foto.
-Ayala! Sí! Negó a la mamá…
-Como ella a él. Bueno, no es nuestro problema…
-Shippo te llamó.
-Oye sólo esta vez, te perdono si me lo robas.
-Sólo si me hiciera caso, pero para él, sólo existe una Higurashi.
-No sé porqué me atacas tanto, tú tampoco le haces mucho caso a Kouga.
Kagome resopló y viró los ojos.
-Ese papito con ojitos de lobito hambriento…
-Si tanto te gusta, te lo regalo.
-Hagamos un intercambio…
Rieron.
……………………
En su oficina, Sesshoumaru golpea un grueso fólder conteniendo unos papeles con la punta de su lapicero.
-"Rin Higurashi… 12 años rondando en mi mente y ahora te vuelves a materializar…"
Mira una foto igual a la que Rin tenía.
-"Fuiste el amor de mi vida… y desapareciste cuando Sara dijo que estaba embarazada… qué hubiera pasado de no ser así?..."
Sesshoumaru se detuvo en sus pensamientos. Parte de su pasado lo atormentaba, pero la otra parte aún remanecía en su vida. Su hijo. Vio una foto del pequeño a los 4 ó 5 años.
-"Te has acercado más a él de lo que yo jamás pude hacerlo. Una vez me dijiste que me admirabas… por el bien de Hiroshi, no me acercaré a ti…"
……………………
El día de la reunión había llegado. Kagome espera paciente a los ejecutivos a los cuales, les debía explicar el actual estado de la empresa, su asistente le anuncia que la sala está lista. Kagome entró y revisó que todo estuviera en su lugar, tomó el control del proyector, y el de las luces.
-Esas! Sí que son unas piernas, mírala, Inuyasha…
-Miroku… ésa es Kagome…
-Qué!
Ciertamente no quedaba mucho de la niña que Miroku conocía. Kagome era poseedora de unas peligrosas curvas por las cuales el empresario estaría dispuesto a volcarse y era más de uno en esa situación. Inuyasha no podía sacarse de la mente la imagen de aquella ahora una mujer gritándole infinidades de cosas para terminar esa discusión con una cachetada y luego huir con lágrimas en los ojos.
-Buenos días…
-Buenos días, señor Youkai, señor Houshi…
-Kagome, querida, a mí trátame como de costumbre…
-No creo que sea apropiado.
-Miroku para ti… S-S-Sango…
-Ueda para ti.
-Ehem! Este no es lugar para esto…
-La señorita tiene razón.
Inuyasha tomó asiento en el sillón de la cabecera, de frente a la pantalla. Kagome se puso de pie al lado de la pantalla y miró al techo, a la esquina opuesta a ella. Una vez que todos los ejecutivos estuvieron presentes, tocó su bolsillo y anunciando el inicio de la presentación, apagó las luces.
Debido a su cercanía con el proyector ella quedaba en completa claridad. Inuyasha, lógicamente le prestaba más atención a sus peligrosas curvas que a lo que se exponía en la pantalla. Vestía un traje de chaqueta y falda un poco más arriba de la rodilla, de color púrpura. Su pelo caía sobre su espalda y su hombro, dejando a su vista aquellos rizos que una vez acarició. Movía los dedos como si tuviera la sedosa cabellera entre sus dedos, acariciando algo invisible. Sus senos, generosamente más jugosos que cuando fuera una chiquilla de 15 años. Y vaya que se notaba por ese escote que creaba dejar los dos primeros botones de la blusa abierta. Dándole también libertad para recorrer su cuello con la mirada.
Desvió los ojos hacia la pantalla cuando una mira láser apuntaba los gráficos, no se explicaba cómo era posible, si Kagome estaba parada al lado de la pantalla. Al terminar la exposición, se encendieron las luces y luego de una breve ronda de preguntas y respuestas, Kagome los invitó a degustar de unos bocadillos en la sala contigua.
-…Mi asistente los guiará…
Una vez que todos salieron, Kagome tomó asiento aspirando una bocanada de aire. Todo el tiempo sintió la mirada ambarina sobre ella, devorándola, quitándole la ropa y haciéndole el amor allí mismo.
-"Ya no lo amas!"… A quién trato de engañar?
-Sabia elección de palabras… quién es tu próxima víctima?
-Déjame en paz, Inuyasha…
-Ah! Señor Youkai para ti…
-Como sea… Pensaba que nunca volvería a Japón, "Señor" Youkai…
-Voy donde hayan negocios… y éste es uno muy bueno…
-Me alegra… tal vez su nueva fortuna atraiga a más de una a su cama…
-Sabes qué? Necesitaré una asistente…
-Hable con recursos humanos, "Señor" Youkai…
-Y no eres asistente?
-No, Señor. Yo soy la gerente administrativa… claro que es algo desde ahora temporal… supongo que esos puestos serán de sus empleados…
-Aunque lo dudes soy justo. Así como para trabajar en mis empresas se necesita pasar una prueba, aquí también se hará. Y sólo los aptos, conservarán sus empleos.
-Me alegra. Con permiso…
Kagome se puso de pie, dispuesta a salir de aquel lugar, de repente una mano la haló por un hombro haciéndola quedar pegada a su pecho.
-Ih…
Se detuvo al instante en que se supo susurrando su nombre.
-Se oye tan bien de tus labios…
Sus rostros a escasos milímetros, sus miradas presas la ambarina de la castaña y viceversa y sus labios, ardientes, sintiendo la suave caricia del aliento del otro. Le habló en un tono bajo y sensual.
-No me dejes con la palabra en la boca… tú y yo tenemos mucho de qué hablar…
-No creo que haya nada de que hablar entre nosotros, señor Youkai.
-Dime Inuyasha, maldición… dilo… cómo sólo tu sabes decirlo…
-Decídase de una buena vez…
-Tenemos mucho que aclarar, Kagome… 8 años…
-Lo que pasara 8 años atrás, se quedó 8 años atrás! Acaso vives en el pasado?
Kagome se soltó de su agarre y salió del salón dando gracias que no tenía nada más que hacer, tomó sus cosas y se fue. Llegó a la casa maldiciendo la hora en que Inuyasha se volviera cruzar en su camino. Rin estaba corrigiendo unas pruebas.
-Qué pasó!
-Ese… Ese… Anormal!
-Kagome! Cálmate!
-Tienes razón… Kami, Rin… porqué no puedo olvidarlo?
Rin la abrazó mientras se sentaba en un sillón.
-Cálmate…
La hizo descansar su cabeza en su regazo.
-8 años y no lo puedo olvidar…
Rin acariciaba su cabellera.
-Sabes que nadie olvida su primer amor…
-Pero aún lo amo, Rin!
-Lo sé…
-Diablos, me siento como una chiquilla otra vez! 18 años de nuevo! … perdóname Rin…
-Por qué?
-Por hacerte recordar a Sesshoumaru…
-Sesshoumaru fue una ilusión, Kagome, nada más… Inuyasha y tú sí estuvieron juntos…
-No debería dejar que me altere así…
-Y cuándo la razón ha gobernado al corazón? Vamos, date un baño, papá y mamá llegan hoy.
Mientras Kagome se relajaba bajo la ducha, Rin se llevó las manos al pecho mordiendo su labio inferior.
-Quién soy yo para hablarle de amor? Si me puedo anotar los fracasos más grandes…
Tocaron a la puerta, Rin fue a abrir.
-Papá! Mamá!
Rin los recibió con un fuerte abrazo.
-Cómo fue el viaje?
-Todo en calma…
…………………………………
Sesshoumaru entró en su habitación y encontró a Hiroshi sentado en la cama.
-Hola papá…
-Hola.
-Papá… todavía tienes tu anuario?
-Mi qué?
-Tu anuario… de la preparatoria…
-Para qué lo quieres?
-Rin… Higurashi sensee…
-No está en mi anuario…
-No estaban juntos?
-Soy tres años mayor. Ella estaba con Inuyasha…
Hiroshi se puso de pie dispuesto a salir de la habitación.
-Hiroshi.
Se detuvo al escuchar la voz de su padre.
-Qué relación tienes con ella? Evidentemente va más allá de profesor-estudiante.
-Quizás ella sea lo más cercano que he tenido a una madre…
Hiroshi abandonó la habitación. Sesshoumaru se quedó pensativo. Sabía muy bien qué significaba el mutismo de su hijo. Pensó que de haberlo dicho, el último pilar de frialdad que quedaba, se derrumbaría. Fuera de la habitación, Hiroshi terminó la oración.
-…Y probablemente sea lo más real a un padre…
Sesshoumaru, con 18 años, ciertamente no estaba listo para ser padre. Y mucho menos ser un padre soltero. Así que hizo lo que él creyó hicieron con él. Llenó una habitación de juguetes, y pagó las mejores escuelas. Durante un tiempo fue un verdadero padre. Pero ya no recordaba cómo serlo. Ni encontraba tiempo para ello.
Hiroshi, tirado en su cama vio la última fotografía que se había tomado junto a Sesshoumaru, su séptimo cumpleaños. Poco después, murió su abuelo, y con el paso de los meses, al parecer, su padre también.
……………………………………
Inuyasha está en un bar. Tiene los vasos uno sobre otro, formando una pirámide. Mínimo unos 17 vasos.
-Dame otro, doble.
-Ya pasaste tu límite amigo.
-Puedo pagar! Dame el maldito trago!
En ese momento, Miroku entra en el bar. Pagó la cuenta de Inuyasha y emprendió camino a la mansión Youkai. Al sacar cuenta de la cantidad de alcohol que había ingerido su socio, pensó que lo más sensato sería llevarlo a un hospital.
-A este paso te vas a matar!
-Eso es lo que quiero!
-Inuyasha…
-No comiences, Miroku! Porqué tenía que aparecerse ahora?
Miroku sabía perfectamente a quién se refería. Recordaba claramente aquella batalla de la que fuera testigo mudo.
……………
N/A: Sí, lo sé… es demasiado corto, pero las cosas deben ser asi…
Gracias a Ceci, Eli, Lou, Mary, Esme, Elen, FENIXGIRL, Diosa de Dioses, Jorleen, Fabisa, Darkwishsessho, Nekochan, Naru Urashima, HawkAngel, Angie, W.Snape, Kaki 35, yelitza, Miara Makisan, Pantera, Lig, Yuzu, Diosa de Dioses (sí que te gustó ah?), Saya…. Aah… ya esas son todas….
-Y qué hay de mí?
-Ah? Quien?
Mizuho busca por todas partes pero no encuentra al dueño de aquella chillona e irritante voz.
-OYE! ESTOY AQUÍ!
-AAh!
Mizuho hace uso de un lente para joyeros.
-Hola, Syren-chan…
-Ya tengo 17! No me digas chan!
-Y? Sigues siendo tan pequeña como un parásito…
-$"$&"$&#&/#/$/$&/(/(/()/()…
-Está bien, lo admito, casi te olvido… gracias por tus… er- hermosas amenazas de muerte…
-Retráctate! Sabes que tengo un batou!
-Y yo tengo dos colines…bien, lo admito, ya no eres microminichibichisai… creciste dos milimetros, asi que ahora eres macrominichibichisai…
