Capítulo 3

Amor de Padre

Un pasado lleno de dolor envolvía la vida de Rin. Que trataba de olvidarlo a toda costa. Preparaba el desayuno para todos. Su madre, se metió en la cocina y estaba tan envuelta en sus pensamientos que no la notó.

-Casi podría jurar que te has enamorado otra vez…

-Entonces estás lista para un manicomio.

-Rin…

-Mamá, por favor… ya han pasado dos años. Ya volví, ya me quedaré. Sola, pero me quedaré…

-Rin, eres joven y hermosa…

-Y no estoy interesada. Estoy harta de las relaciones… terminarías el desayuno? Tengo clases…

-Está bien…

-Ah! Y no vendré a comer, salgo a las 4. Adiós.

Rin tomó sus cosas y se despidió de su madre con un beso. En realidad no tenía clases tan temprano, pero tampoco deseaba discutir su extinta vida amorosa a la hora del desayuno. Apreciaba que sus padres se preocuparan por ella, pero no hasta ese punto.

Estaba sentada en un banco del jardín, leyendo un libro cuando sintió que alguien se sentó a su lado.

-Hola, Hiroshi…

-Hola, sensee…

-Te ves desanimado… qué te pasa?

-Mi cumpleaños es en dos semanas…

-Eso lo sé. Lo tengo anotado, mira…

Le mostró su agenda con el día marcado con muchos colores y debajo decía "Cumpleaños de Hiroshi". El chico sonrió.

-Cumplirás 12…

-Pero creo que eres la única que lo recuerda…

-De seguro que tu papá lo recuerda.

-Y tendrá una reunión ese día.

-Tal vez no se pudo zafar…

-Ni el año pasado, ni el anterior…

-Pues yo no dejaré que tu cumpleaños pase por alto. No señor! Eres mi secretario! Te diré qué haremos. Si no puede estar contigo, me llamas, y yo te haré un cumpleaños inolvidable… por cierto… qué haces aquí? Deberías estar en clases…

-Me expulsaron del salón.

-Qué!

-Estaba de mal humor y le contesté al profesor, me expulsó de la clase.

-Uy! Estás para mandarte a hacer planas!

Hiroshi la besó en la mejilla.

-Pero me quieres tanto que no lo harás… verdad que sí?

-Yo sí te quiero mucho… tanto, que te mandaré a hacerlas, para que aprendas…

-Pero Rin!

-Pero nada!

Rin rió mientras Hiroshi apoyaba su cabeza de su hombro.

-Está bien, las haré… pero sólo porque tu dices que así aprenderé… pero a qué?

-A no ser mal humorado y contestón como tu papá.

-Lo conoces muy bien…

-Quién sabe? Ya ni sé si lo conozco…

Rin pasó su mano por la rubia cabellera.

-(Hasta pude ser tu madre…)

Sin darse cuenta de lo que hacía y con un sentimiento maternal a flor de piel, lo besó en la cabeza. Hiroshi sonrió.

-Un secreto… no sabes cuánto quisiera que fueras mi mamá…

Rin sonrió.

-Yo estaría encantada de tenerte como hijo…

……………………

Kagome entró en su oficina para descubrir a Inuyasha, sentado en su sillón.

-Presidencia está dos pisos más arriba, señor.

Cada vez que le decía señor, Inuyasha sentía una punzada en la boca del estómago.

-Llegas tarde.

-Gracias por recordármelo, me sellas el ticket?

-No seas insolente, Kagome…

-Qué es lo que quieres de mí? Inuyasha. Es obvio que la compra es un hecho. Dame mi carta de despido y líbrate de mí!

-No… eso sería demasiado fácil…

-Entonces te lo pondré más fácil aún. Renuncio.

-No acepto tu renuncia.

-Es interesante ver cómo giras la moneda y te pintas de víctima, cuando tú me engañaste.

-Qué? Tú fuiste quien se acostó con Houjo.

La única reacción de Kagome fue de sorpresa.

-Yo? Acostarme con Houjo? Pero si Houjo es gay! Estás alucinando Inuyasha.

-Tú tenías un romance con Houjo!

-Houjo era mi amigo! Tú te acostabas con Kikyou…

-Qué!

8 años y la verdad florece.

-No me vengas con esas caritas. Por eso me dejaste. Me hiciste a un lado para estar con ella. Pues que te aproveche.

Kagome dio media vuelta y salió del lugar. No fue a la oficina los días siguientes.

Inuyasha parecía más un fantasma que otra cosa. 8 años maldiciendo a la mujer que amaba por una falta que no cometió. Ahora una nueva interrogante aparecía en su mente. Ella aún lo amaba?

………………………

Rin llevaba a Hiroshi a su casa, la luz roja había cambiado y el auto que estaba en frente avanzó, Rin puso el auto en marcha.

-RIN, CUIDADO!

Un camión se acercaba a toda velocidad. Rin pisó el acelerador a fondo, pero no fue suficiente, el camión golpeó el auto por el lado de Rin, en la parte de la cajuela, haciendo que el auto diera un peligroso viraje en U. Quedando el lado de Rin pegado del camión.

Hiroshi salió de su aturdimiento para descubrir que Rin estaba inconsciente, pegada del guía.

-RIN!

Usando su celular llamó a una ambulancia. Rin recobró la conciencia.

-Kami! Hiroshi! Estás bien?

-Creo que me rompí un brazo… pero estoy bien…

-Creo que yo también…

-Llamé a una ambulancia…

Hiroshi resultó tener más de una fractura. Por lo que después de haber enyesado a Rin, ella fue con él mientras intentaba hablar con Sesshoumaru. Finalmente contestó la llamada.

-Hiroshi, estoy en una reunión…

-Habla la profesora de Hiroshi… Rin Higurashi…

-Pasa algo? Porqué usa este número?

-Sufrimos un accidente… estamos en el hospital central…

-Qué le pasó?

-Hiroshi está bien…

Sesshoumaru cerró la llamada y en cuestión de minutos estaba en el centro. Al ver la sala dónde estaba Hiroshi, vio a Rin tratando de calmar su dolor y limpiando sus lágrimas. Entró a la sala.

-Hiroshi!

-Papá…

-Qué pasó? Es que acaso no sabe conducir?

-PAPÁ!

-Hiroshi…

-No fue la culpa de Rin… el conductor del camión se durmió y se pasó la luz en rojo…

Un doctor se acercó a ellos.

-Son los padres? Deben esperar afuera.

-Pero es que…

-Afuera.

Una vez fuera de la sala, una enfermera les dijo que pasaría como una hora. Sesshoumaru notó que Rin estaba algo alterada.

-Qué tal si nos tomamos un jugo, o un café?

-Mmhm…

Estaban en la cafetería. Ciertamente preocupados por Hiroshi. Sesshoumaru notó el yeso en el brazo de Rin y entonces se fijó en sus raspones y moretes que comenzaban a marcarse en su rostro.

-Estás bien?

-Sí… Sesshou… Youkai-san… perd…

-Llámame por mi nombre Rin. No somos perfectos extraños…

-Sesshoumaru…

Por un segundo, Sesshoumaru se dio el lujo de fijarse en Rin como mujer. Pero volvió a poner los pies en la tierra, no era el lugar ni el momento para eso. Volvieron a la puerta de la sala.

-Qué tanto te has acercado a Hiroshi?

-Me permití quererlo… no como a un alumno… no sé…

-Como a un hijo?

-Tal vez…

-Leí de tu compromiso con…

-Eso ya no existe… nunca existió…

-No comprendo.

-Se deshizo más rápido de lo que tardaron haciendo el anillo…

Sesshoumaru alzó una ceja.

-Estás en una relación…

-Estoy… como quiero estar…

-Rin…

-Este no es el lugar, Sesshoumaru. Ciertamente no lo es…

Sesshoumaru frunció el ceño. Rin tenía toda la razón. Pero tampoco había logrado olvidarla en 12 años. Una enfermera les avisó que podían entrar. Rin se apresuró y al verlo lo abrazó y lo llenó de besos.

-Perdóname, Hiroshi… perdóname, precioso…

-Rin… estoy bien… tú deberías estar aquí… tú te desmayaste…

-Yo estoy bien…

Sesshoumaru se acercó y pasó una mano por la cabeza de su hijo.

-Realmente estás bien?

-Sí… me rompí el brazo y me disloqué el hombro… por eso los sacaron, para ponerlo en su lugar…

…………..

Sesshoumaru conducía, Rin iba a su lado y Hiroshi en el sillón trasero.

-Rin, ven con nosotros…

-Hoy no puedo… pero prometo que mañana te paso a visitar, sí?

-Está bien…

Su voz sonaba desanimada.

-Hiroshi, cariño… no te pongas así… yo no sé tú, pero mi brazo me duele bastante… sólo quiero descansar… Además… yo no rompo mis promesas… nunca…

-Hay algunas que se olvidan con el tiempo…

-Tampoco las olvido, Sesshoumaru.

Rin le indicó dónde debía doblar para llegar finalmente a su casa. Una vez allí, Rin se despidió de Hiroshi y Sesshoumaru la ayudó a bajarse del auto.

-Gracias…

-Rin… quiero verte…

-Hay otras cosas que claman tu atención…

-Rin…

-Hace 4 meses te estoy convocando para hablar de tu hijo. Toma cartas en ese asunto, y veremos si realmente podremos vernos.

-Dime cuándo. Mañana?

-El viernes.

-Qué? Hoy es martes…

-Gracias por el dato, ya lo sabía. El viernes…

-A las 8?

-A las 4 en el colegio. Hiroshi sabe dónde está mi oficina…

Rin entró a su casa y luego de cerrar la puerta, Sesshoumaru puso el auto en marcha. Rin lo vio alejarse por la ventana.

-Rin!

-AAh!

Se volteó con rapidez, dando un pequeño brinco.

-No me hagas eso!

-Qué te pasó?

-Estoy bien, Kagome…

-Cómo vas a estar bien? Mírate.

-Un accidente… un camión me chocó… estoy bien…

-Quién te trajo?

-Sesshoumaru.

-Qué!

-Sesshoumaru me trajo… mejor me voy a descansar…

Rin se dio un baño como pudo. Ya estaba en su cama, cuando Kagome le llevó una sopa.

-Es algo ligero… supongo que no tienes mucho apetito…

-Gracias…

Kagome se sentó a su lado mientras ella comía.

-De verdad estás bien?

-Sí…

-Esta vez no sentí nada…

-Qué hacías?

-Discutí con Inuyasha… el muy tonto cree que gana algo con no dejarme renunciar… aunque sí sentí náuseas en un momento… no sé… estaba muy nerviosa… trató de besarme…

Rin sonrió.

-Trató? O te besó?

-Claro que no! Lo único que tuvo de mí fue la fiel impresión de mi mano en su cara.

Ambas rieron.

-No sé si fue la anestesia o… no sé… pero tuve la impresión de que Sesshoumaru no me ha olvidado…

-De lo que estamos seguras es de que tú no…

-Ni un segundo…

La mirada de Rin se opacó. Jugó un poco con la sopa.

-Rayos, qué importa! Ya no quiero saber de…

-Rin… si aparece la oportunidad, tómala…

-Estás loca? Cuantas veces crees que se me puede romper el corazón?

-No me digas bobadas, que el imbécil ese no te rompió nada…

-Aunque no lo creas… yo sí lo amé…

Kagome abrazó a su hermana y tomando los remanentes de la sopa, la convenció de descansar. Tocaron a la puerta y Kagome atendió. Era una entrega de un arreglo floral con tulipanes. Al verlo, supo que eran para Rin. Firmó el recibo y lo llevó emocionada a la habitación.

-Qué es esto?

-Tú me lo dirás!

-Tulipanes! Ah! Kami!

-Qué?

-Dame… dame la tarjeta…

Al verla, Rin confirmó sus sospechas. Leyó la tarjeta. -"Si el pasado pesa tanto, borrón y cuenta nueva. Me gustaría volver a conocerte en esta nueva vida."- Y estaba firmada con las iniciales SY.

-No lo puedo creer…

-De quién son?

-De Sesshoumaru…

-Qué!

-Sí… de Sesshoumaru…

-Entonces no sólo fue una impresión… no te olvidó…

Rin sonrió.

-Le darás una oportunidad?

-No lo sé…

-Rin!

-Kagome, no lo sé… ya no quiero enamorarme…

………………………………

Al día siguiente, Rin estaba visitando a Hiroshi, le había llevado unas galletas y estaban sentados en el jardín, disfrutando del dulce.

-Gracias, Rin…

-No es nada… cómo te sientes?

-Bien… Nos pusieron el yeso del mismo color…

-Sí… oye, qué te pasa? Te noto como… desanimado…

-No es nada…

Hiroshi se recostó sobre el regazo de Rin.

-De verdad quisiera que fueras mi mamá…

-Hiroshi…

-Pareces ser la única persona a la que le importo…

-No digas eso… Hiroshi… no digas eso…

-Es la verdad, Rin… Me puedo morir mañana y a esa señora no le importaría… y mi papá…

-Tu papá te quiere, Hiroshi… te quiere mucho… ayer salió dejándolo todo por mitad cuando supo que estabas en el hospital…

-No, Rin…

-Yo lo vi. Cuando nos sacaron de la sala. Estaba tembloroso y pálido… quería pensar en todo menos que estabas en peligro… no digas que no te quiere… si te escucha, lo herirías mucho…

Rin pasó su mano por su pelo.

-El problema con tu papá es que no sabe expresarse… te ama con toda su alma, pero nunca te lo dirá… no si puedes recordarlo…

Rin nunca imaginó que Sesshoumaru estaba cerca. Al escuchar a su hijo, dio media vuelta y se alejó. Se encerró en su estudio.

………………………

Inuyasha se paseaba por el piso administrativo por quinta vez en el día. Sólo para confirmar que Kagome no había llegado. Masculló algo entre dientes y salió de la oficina.

………………………

Sesshoumaru permanecía inmóvil en su sillón. Pensando en las palabras de Hiroshi y dándose cuenta en la verdad en las palabras de Rin. Amaba a su hijo con locura, sin embargo, no era capaz de demostrárselo. Sabía que la única persona capaz de ayudarlo, para que Hiroshi no terminara como él, odiando a su padre, era Rin. Se puso de pie, decidido a hablar con ella.

Llegó al jardín y ambos reían animadamente. Sonrió para sus adentros recordando que Rin nunca fue capaz de permanecer seria.

-Rin…

Ambos centraron su mirada en él.

-Podría hablar contigo unos minutos?

-Estaré en mi habitación.

-Seré breve, lo prometo.

Hiroshi se puso de pie y se dirigió al interior de la casa. Sesshoumaru se sentó en el pasto junto a Rin. Los minutos pasaron y el silencio seguía presente.

-Vaya que eres breve!

-Rin… necesito…

Aceptar que necesitaba ayuda de otros no era factible para Sesshoumaru. Pero en este caso, no tenía opción.

-Necesito que… me… ayuda…

-Sabes que lo haré con gusto. Para qué?

-Recuperar a Hiroshi…

-Recuperar? No te comprendo…

-Para que deje de odiarme…

-Hiroshi no te odia… pero tiene su carácter bastante parecido al tuyo…

-Quiero que él sepa la verdad.

-No.

-Pero así…

-Sesshoumaru, no te imaginas el daño que le harías a tu hijo si el se enterara… ya bastante tiene con saber que Sara no lo quiere…

-Kami! Cuánto más daño es capaz de hacer esa mujer?

-Todo el que se proponga. Pero para eso estás tú… para evitar que lastime a tu hijo…

-Hiroshi te quiere… eso es algo que tenemos en común…

Rin sonrió.

-Y quieres usarme para recuperarlo?

-No usarte… pero… créeme… me he distanciado tanto de él… que creo que eres mi única salvación…

-No lo digas más… claro que te ayudaré… pero el paso número uno es que tú seas capaz de decirle cuánto lo quieres…

Sesshoumaru desvió la vista.

-Pensé que no serías capaz de usar esa psicología barata…

-Es la más efectiva…

-Hay algo de esa psicología barata que me ayude a conseguir una cita contigo?

-Buen intento. Tal vez cuando me quiten el yeso lo pensaré… pero… hablaba con Hiroshi de ir al cine… nos invitas?

-Con gusto.

Rin le dijo que en ese caso iría a su casa a prepararse. Pensó que se había tardado mucho en la ducha, porque no bien terminaba de maquillarse y ya Sesshoumaru y Hiroshi la esperaban.

-Con calma! Acaso no saben que vestirse con una mano es pesadilla?

-Yo tengo dos, dispuestas a ayudarte, preciosa…

Esto se lo dijo al oído una vez que Hiroshi estuvo dentro del auto, provocando que Rin se sonrojara. Cuando llegaron al cine, la sala estaba llena y tuvieron que esperar la próxima tanda, Sesshoumaru propuso cenar primero. Fueron a un restaurante en el mismo centro comercial.

-Yo comeré las palomitas del cine, no tengo hambre… papá, me das dinero?

Le señaló un centro de juegos de videos. Sesshoumaru le dio el dinero sin chistar. Una vez que Hiroshi se separó de ellos, Rin sonrió.

-Recuerdas que no salíamos de un lugar así?

-Los vicios de la juventud.

-Cómo crees que ande esa puntería?

-Esfumada, no toco una cosa de esas desde que Hiroshi nació…

-De tal palo tal astilla…

Sesshoumaru no pudo evitar sonreír.

-Realmente se parece tanto a mí?

-Más de lo que crees…

Sesshoumaru fijó su mirada en Rin que lo estudiaba bajo sus espesas pestañas.

-He cometido tantos errores!

-Nadie es perfecto…

-A veces quisiera volver al pasado y cambiarlo todo…

-No digas eso… Hiroshi es un niño maravilloso… y lo quiero tanto…

-Precisamente por eso… no me creas que me arrepiento de que Hiroshi sea mi hijo. De eso nunca!

Sesshoumaru se concentró en su vaso de whisky.

-Pero tal vez… sobre lo maravilloso, podría ser feliz… estoy seguro que tú nunca habrías hecho lo que hizo ella…

-Sesshoumaru…

-Es la verdad Rin. Una cosa es no amarme y dejarme a mí… pero a tu hijo?

-Tienes razón… yo no sería capaz… pero veo que Sara…

-Ese nombre me da náuseas…

-Perdón… ella… te hizo mucho daño…

-Ella le dijo a mi padre que si no me casaba abortaría… tomé esa decisión, sólo por él… y en el proceso te perdí…

Rin comprendió la aparente dureza de Sesshoumaru. Tantos años de sufrimiento en silencio. Extendió su brazo a través de la mesa y un poco dubitativa hasta las manos de Sesshoumaru.

-Sessh…

-Cómo es que lo haces, Rin?

-Qué cosa?

-Apenas te veo y se me abre el corazón…

-Es fácil, Sesshoumaru… yo te escucho con mi corazón…

Sesshoumaru le dio una media sonrisa. Siempre había sido transparente para ella.

-Vamos a concentrarnos en que recuperes a Hiroshi…

-No volverte a ver es una cosa… pero verte y no…

-Un paso a la vez, Sesshoumaru… yo no estoy lista para esta ni para ninguna relación… Y no creo que tú tampoco…

Sesshoumaru tomó su mano y la besó. Nunca imaginaron que Hiroshi había escuchado todo.

-Además… Sesshoumaru… no creo que sea lo mejor para Hiroshi…

-No… mejor dime que ya no me amas… dime lo que sea, pero no uses a Hiroshi como excusa.

Rin sonrió.

-Si hay algo que te han hecho los años es enseñarte a ser directo.

-Tal vez me merezco todo lo que ha pasado… pero no creo que eso incluya no tener una segunda oportunidad.

Rin reconoció su mirada, derrotada. Apretó el agarre de su mano como queriendo darle ánimos.

-Pero a cambio tienes a Hiroshi…

-Siempre tendré a Hiroshi…

-Una pregunta. Por qué no ibas las reuniones convocadas?

-Cuando supe que eras su profesora… realmente no lo sé… eres alguien especial en la vida de Hiroshi… no quiero que el pasado afecte eso…

-No comprendes… considero a Hiroshi como un hijo… logró meterse tanto en mi corazón…

-Y sé bien que te quiere como a una madre… y no quiero que eso cambie…

-No cambiará…

…………………………………

Kagome finalmente volvió a la oficina al parecer de Inuyasha.

-Así que te dio la gana de dar la cara…

-Por qué nadie lee los boletines?

-Te estás burlando de mí?

-De haber leído sabrías que tenía una licencia médica.

-Nadie se enferma por tres semanas!

-Yo sí!

-Ehem!

La discusión quedó suspendida cuando la asistente de Kagome le entregó un vaso con agua y manifestó su alegría por tenerla de vuelta, para luego retirarse.

-Tengo mucho trabajo pendiente…

Decía esto sin mirar a Inuyasha mientras buscaba algo en su bolso.

-Así como supongo lo tendrás tú…

Sacó un frasco anaranjado y de allí dos pastillas que se tomó con el agua. Inuyasha entonces pensó que realmente estaba enferma.

-Oye… estás bien?

Su voz era suave, ronca, completamente diferente a cuando le gritaba. Era una caricia para sus oídos. Sin mencionar el tono de preocupación oculto en la misma.

-Sobreviviré…

-Kagome…

-Estoy bien, Inuyasha…

Inuyasha cerró los ojos embriagándose del sonido de su voz, queriendo grabarse su nombre de sus labios.

-Tenemos que hablar.

-Del trabajo? Perfecto, cuándo?

-Tenemos que hablar de nosotros…

-No.

-Kagome…

-Cuándo vas a comprender que eso está en el pasado?

-Cuado realmente salgas de mi corazón…

Inuyasha dio media vuelta y se dirigió a la puerta. Kagome lo vio marcharse sorpendida, cayendo sobre su sillón con todo su peso. Saber que Inuyasha aún la amaba enardecía aquella llama que había estado dormida en su corazón. Sintió el calor recorrer todo su cuerpo.

-Inu… yasha…

Kagome hizo un esfuerzo sobre humano para concentrarse en su trabajo. Era cerca de la hora de la comida, cuando Sango entró en su oficina.

-Hola, extraña!

-Sango… cómo estás?

-Yo, de maravilla…

-Me alegra…

-Qué te pasa?

-Nada… oye, estás libre esta noche?

-Sí…

-Quieres ir a casa a cenar?

-Rin aún tiene el yeso…

-Cocinaré yo.

Sango hizo una mueca y luego sonrió.

-Está bien…

Kagome volvió a concentrarse en su trabajo cuando escuchó que la puerta de su oficina se cerraba y pasaban el seguro. Levantó la mirada para encontrarse con la figura de Inuyasha frente a ella.

-Kagome…

……………………………

N/A: gracias a todas mis lindas lectoras que me apoyan con este y cada uno de mis otros fics.

Les pido disculpas por el retraso, pero como algunas sabran, he tenido el tiempo en mi contra. A partir de mañana comienzo la uni y tengo un horario que no muerde porque no tiene dientes. Pero igual haré mi maximo esfuerzo para publicar a un ritmo razonable. (hasta a mí me da grima publicar solo una vez al mes).

Son tantas y tengo tan poco tiempo que no las mencionare a cada una, esta vez. Pero saben que adoro sus reviews, me alegra volver a ver a las que habían desaparecido y saber que estan vivas.

Las adoro

Miles de besos

Mizuho