Capítulo 7

Corazón de Niño

Habían pasado dos días y ya Kagome y Sakura estaban listas para ir a casa. Inuyasha contrató un equipo de mudanza y en dos días habían mudado todas las cosas de Kagome y habilitado la habitación para Sakura. Kagome apenas sabía dónde vivía Inuyasha. Estaban en el ascensor.

-Te prometo que cuando estés bien, nos mudaremos a una casa… pero por ahora…

-Mi amor… tranquilo… puede ser una caja de cartón y de igual manera viviré contigo…

Entraron al apartamento. Exquisitamente decorado por uno de los diseñadores más reconocidos de Tokio.

-Inuyasha! Es hermoso!

Inuyasha la guió a la habitación de Sakura. En la puerta tenía una flor de Sakura tallada en madera. Kagome dejó a la niña en su cuna.

-Kami… es hermoso… todo…

-Compré varias cosas… pero de ropa no sé nada… tendremos que ir mañana…

Kagome sonrió comprobando que en la habitación había de todo, sólo faltaba surtir un poco más el ropero.

-Es perfecto…

-Quieres ver tu habitación?

Inuyasha la guió y luego de verla, la acomodó en la cama.

-Debes descansar. Aún estás convaleciente…

-Inu…

-Tranquila, amor… quieres que te traiga algo?

-No…

Inuyasha la besó en la frente.

-Descansa, mi amor…

Inuyasha iba a salir de la habitación, pero antes de que Kagome se lo pidiera, se acomodó a su lado y le permitió acomodarse en su pecho. Había una paz que simplemente no se podía explicar. El simple hecho de saberse abrazados, era suficiente para ellos. Por primera vez en 9 años durmieron. Disfrutaron del sueño que compartieron, hasta que Sakura los despertó con su llanto. Abrieron los ojos sonriendo y se saludaron con un beso. Inuyasha fue por la niña mientras Kagome se acomodaba para darle el seno.

Sólo sonrió al verlos en el umbral de la habitación. Inuyasha la cargaba y apuntaba a Kagome mientras decía algo al oído de su pequeña. Se acercó a ella y luego de dejarla en sus brazos, besó a la pequeña en la cabeza y a Kagome en la frente. Se acomodó a su lado y besó a Kagome en la sien para luego apoyar su cabeza de su hombro y ver a su pequeña comer.

-Es hermosa…

-Como su madre… gracias, Kagome…

-Gracias a ti, Inuyasha…

………………………

Kouga abrió la puerta del apartamento que hasta hace unos días compartiera con Kagome. A primera instancia no notó nada hasta que entró en la habitación. De inmediato notó que las cosas de Kagome no estaban. Escuchó los mensajes de la grabadora. El primero era de Kagome.

-Kouga… tenemos que hablar… sólo… llámame cuando quieras.

Kouga supo al instante que todo estaba perdido. Tomó el teléfono y la llamó al celular.

Kagome puso a su pequeña en la cuna y se recostó de la barandilla sólo para contemplarla dormir. Inuyasha se acercó a ella y la abrazó por la espalda, la besó en la mejilla.

-No me atreví a contestar, tu celular va a estallar.

-Ya voy…

Kagome fue a la habitación y contestó.

-Bueno?

-Kagome…

-K-Kouga!

-Kagome, de qué me quieres hablar?

-N-no puede ser por teléfono…

-Dónde estás? Por qué me dejaste?

-Yo te dejé? Tú diste media vuelta y te fuiste. Mi hija tiene 3 días de nacida…

-D-diste a luz? Es una niña?

Kagome se armó de valor.

-No puedo hablarte esto por teléfono. Nos veremos en la… en la cafetería de la plaza a las 4 de la tarde…

-Pero... dónde estás? Iré por ti…

-No. Nos veremos allá.

-Si puedes, lleva a la niña…

Kagome se quedó sentada en la cama, con las lágrimas al borde de los ojos. Inuyasha se sentó a su lado.

-Qué pasa?

-K-kouga…

-Sé que tienes que verlo… pero…

-Lo siento Inuyasha… tal parece que me he pasado la vida tomando decisiones equivocadas y apresuradas… te he envuelto en todo esto…

Inuyasha la interrumpió con un dulce beso en los labios.

-Kagome… no sabes lo que sientes por mí?

-Claro que sé! Es lo único que he tenido claro en toda mi vida… Por Kami, Inuyasha, si no hay ni un solo día en el que no te ame más que el anterior…

-Sólo prométeme una cosa…

-Qué?

-No lo besarás, verdad que no?

-Claro que no!

Inuyasha sonrió y la acomodó en la cama.

-No sé cómo no recuerdas que estás operada. Kagome! Tienes que descansar!

-A las 4 tengo que ir a la plaza…

-A qué?

-Voy a hablar con Kouga…

-No creo que deberías…

-Inuyasha…

-No me dejarás por él?

-Inu…

Inuyasha sonrió y la besó.

-Voy a preparar la comida. Tú descansa.

…………………………

Rin llegó del colegio junto con Hiroshi, ambos se sorprendieron al ver a Sesshoumaru, que se acercó a ellos para saludarlos. Les pidió que lo siguieran al estudio. Al entrar, Sesshoumaru abrazó a Rin.

-Todo lo que está sobre esa mesa, es tuyo, Hiroshi…

-Qué!

Hiroshi se acercó y de inmediato se volvió y abrazó a Rin dándole las gracias. Luego y sin que lo esperara, abrazó a Sesshoumaru.

-Gracias!

Sobre la mesa estaba una cámara fotográfica digital, de los últimos modelos en el mercado con todos sus accesorios. Y la antigua cámara.

-No pude arreglarla. Pero me gustaría que la conservaras…

-Gracias, papá…

-A mí no… a Rin…

Hiroshi volvió a abrazarla y la besó en la mejilla.

-Gracias, mamá…

Rin sonrió y le devolvió el abrazo. Hiroshi tomó la cámara y les pidió que se acercaran.

-Pero no has leído el manual…

-Es una Konica Minolta, Maxxum 7D, de 6 mega píxeles y anti-temblores…

-En español sería…

-La mejor cámara del mundo hasta ahora inventada… y sí se usarla…

Rin rió divertida y Sesshoumaru la vio idiotizado, en ese justo momento Hiroshi tomó la fotografía.

-Ahora una estática. Papá, dale un beso.

-Hiroshi! Estás loco…

Sesshoumaru la tomó por la cintura y la besó con ternura, Hiroshi tomó la fotografía.

-Genial! Se ven bien, juntos…

Rin rió. Hiroshi fue a darse un baño antes de comer. Rin quiso hacer lo mismo pero terminó con Sesshoumaru en la ducha haciéndole el amor. Mientras se vestían, Rin apreció mejor el trasero de su novio.

-De-li-ci-oso…

-Qué cosa, preciosa?

-Tú…

Sesshoumaru se rió con aquel tono ronco y sensual. Rin simplemente quería que le volviera a hacer el amor. Conteniéndose como pudo, se terminaron de vestir y antes de salir de la habitación. Sesshoumaru la detuvo y la besó apasionadamente.

-Te quiero, preciosa…

-Te quiero, Sessh…

Bajaron las escaleras y escucharon una música que rápidamente era interrumpida por otra y otra. Hiroshi buscaba entre los discos de Sesshoumaru.

-Hiroshi!

-P-papá!

Hiroshi palideció. Hacía unos años había roto unos discos de Sesshoumaru que acababa de comprar y desde ese día le prohibió ponerles la mano y él nunca más lo hizo. Hasta hoy, que los tenía todo sobre la mesa y los metía en el radio.

-Qué haces?

-P-perdón… peroesqueestoybuscandounacancionqueescuchéhacepocoymegustó mucho…

Hiroshi hablaba sin respirar y atropelladamente de todo lo que dijo, Sesshoumaru no entendió una palabra. Era evidente que estaba enojado, así que Rin intervino.

-Calma… qué haces con los discos de tu papá?

-Hace unas noches escuché una canción y me gustó mucho… quiero saber cómo se llama…

-Te ayudaré. Cómo dice la canción?

-No tiene letra… es un solo de piano… sé que si la escucho de nuevo la reconozco…

-Cuando la escuchaste?

-Hacen… 4 días… es muy bonita… te prometo que te devolveré tu disco… por el ritmo supongo que no es oriental…

-No está en esos discos…

-No?

Sesshoumaru se acercó al piano de cola, que supuestamente estaba de adorno únicamente. Tocó las primeras tonadas y Hiroshi sonrió.

-Esa es!

Rin cerró los ojos y se abrazó así misma mientras escuchaba aquella tonada que fue su fiel compañera durante muchos años, siempre en su mente. Sonreía. Hiroshi la vio y se acercó a ella.

-Qué te pasa?

-Escúchala…

Rin lo abrazó y juntos escucharon la canción que Sesshoumaru tocaba tal cual profesional fuese. Al terminar, Rin se acercó y olvidándose que Hiroshi estaba con ellos, lo besó apasionadamente.

-Creí que la había soñado… pero eras tú…

Sesshoumaru la abrazó aún sentado, hundiendo su rostro en su vientre. Hiroshi sonrió, pero decidió hacerse notar.

-Prefieren que los deje solos?

Rin dejó de besar a Sesshoumaru en la cabeza y miró a Hiroshi sonriendo.

-Corazón de niño…

-Qué?

-Así se llama… Corazón de niño…

-De quién es?

-Cuando era un niño fui con mi papá a Argentina y nos invitaron a un concierto de Raúl Di Blasio, en especial porque era mi cumpleaños y mi pasión era el piano…

-Creí que la historia era más… romántica…

Rin rió.

-Lo es… cuando conocí a tu papá estaba tocando esa pieza… y me la dedicó…

-Pero por qué ya no lo tocas?

-Dejé de tocar el piano cuando…

Sesshoumaru se puso de pie.

-Vamos a comer, se hace tarde…

-Cuándo dejaste de tocar el piano?

Sesshoumaru se adelantó sin contestar.

-Fue cuando nací, verdad?

Sesshoumaru se detuvo en seco y sólo cerró las manos en puños mientras apresuró el paso.

-Sólo soy un estorbo…

Rin abrazó a Hiroshi.

-No lo eres… es sólo que hay cosas de las que tu papá no habla…

-Y por qué no me lo dice? Soy su hijo! Renunció a tantas cosas que por eso me odia!

Hiroshi tenía los ojos rojos y contenía las lágrimas sin éxito alguno. Rin lo abrazó con fuerza sintiendo que se le partía el corazón.

-No es así… mi amor, no es así…

Sesshoumaru lo escuchó todo y sentía una presión en el pecho.

-Te diré la verdad… sólo para que dejes de pensar estupideces… Sesshoumaru me había prometido que nunca más tocaría esa canción si no era para mí… y decía que si no podía tocarla, no tenía sentido tocar el piano…

-Pero te dejó a ti! Renunció a ti por mí! Por eso me odia!

-Pero cómo te va a odiar? Hiroshi, te estás escuchando? Te ama tanto que hizo todo lo demás a un lado, sólo por ti!

Rin lo apretó entre sus brazos.

-Sesshoumaru!

Sesshoumaru no respondía.

-Por Kami! Sesshoumaru! Deja de fingir que eres de acero! Tu hijo te necesita!

Sesshoumaru sintió que el corazón se le estrujaba y tal y como decía Rin, ya no le quedaban fuerzas para fingir. Volvió con ellos y abrazó a Hiroshi con fuerza mientras el niño descargaba su dolor en el pecho de su padre.

-Nunca repitas eso… me escuchas? Nunca más… eres mi hijo y estoy orgulloso de ti… te quiero, hijo…

-Papá!

Rin sonrió entre lágrimas sabiendo que aquellas palabras no significaban cariño, sino amor. Una vez que Hiroshi se hubo calmado, Sesshoumaru lo besó en la cabeza. Rin se acercó a ellos. Se sorprendió cuando los dos juntos la besaron cada uno en una mejilla.

………………

Aunque Inuyasha no estaba de acuerdo con que Kagome saliera en su condición, la llevó a la plaza y se sentó en otra mesa con la niña, mientras no perdía de vista a Kagome. Sintió puros celos al ver a Kouga acercarse y la sangre hervir cuando trató de besarla al saludarla.

-Kagome…

-No. Kouga…

-Sé que hice las cosas mal… actué muy mal… pero…

-No tienes la culpa de nada… simplemente no debía ser… lamento mucho haberte herido tanto… realmente lo siento… cualquier mujer que te tenga será dichosa…

-Quiero que esa mujer seas tú…

Kagome negó con la cabeza.

-Yo no puedo ser feliz lejos de él… simplemente no puedo… perdóname...

-Y la niña? Es mi hija?

-Kouga…

-Si es mía no me la puedes quitar…

-No es tuya… es idéntica a su padre…

-Hasta nunca…

Kouga se puso de pie y se marchó sin siquiera mirar atrás. Todo el camino de vuelta al apartamento, no cruzaron una palabra. Al llegar, Kagome alimentó y durmió a Sakura. Salía de la habitación cuando Inuyasha la cargó y la llevó a la cama.

-Kagome…

-Dime que hice lo correcto…

-Amor…

-Dime que hice lo correcto… para ver si así me siento menos basura…

Inuyasha se sentó a su lado y la besó en la mejilla.

-Hiciste lo que te gritaba tu mente? O lo que te susurraba tu corazón?

-Kami, Inuyasha! Te amo tanto!

Kagome se refugió en el pecho de Inuyasha, que le brindó sus brazos con una sonrisa.

-Yo también te amo… Kagome…

Inuyasha sacó una cajita roja de su bolsillo.

-Quiero que seas mi esposa…

-Inuyasha!

-Quiero que seamos una familia de verdad… tú, Sakura y yo… y los que vengan más adelante…

-Más! Adelante! Aún no me quitan los puntos de ésta cesárea y tú quieres más?

-Ah! Ahora sí recuerdas que estás operada…

Rieron mientras Inuyasha le ponía el anillo con una única pieza de diamante rosado, tallada a la perfección en forma de pétalo de sakura. Se besaron apasionadamente hasta que Kagome quiso admirar su anillo. Se quedó con la boca abierta al verlo.

-Sakura…

-Especialmente para ti…

Inuyasha la besó en la mejilla. Sakura comenzó a llorar. Inuyasha fue por ella.

-Sólo querías a tu papi, verdad que sí?

…………………

Estaban en el jardín de la mansión Youkai. Rin y Kagome tenían una gran manta en el pasto y estaban con Sakura que ya contaba con 4 meses de edad.

-El doctor dijo que está perfectamente bien… que no tengo que preocuparme por nada.

-Me alegro! Y que hay de ti?

-Yo estoy bien.

-Y la cicatriz?

-Ya cerró completamente.

-Entonces pronto tendremos boda…

Kagome sonrió.

-Inuyasha la quiere en dos meses.

-Mamá!

Rin volteó para ver a Hiroshi tomarle una fotografía. Se sentó a su lado y la besó en la mejilla.

-Perfecta! Hola tía…

Saludó a Kagome con otro beso y dejando la cámara a un lado, cargó a Sakura.

-Mamá… si papá y tú tienen un hijo… se parecería a Sakura?

Rin se sorprendió con aquella pregunta, duró unos instantes callada y luego sonrió.

-No lo sé… no creo… Aunque nosotras seamos mellizas, Sessh e Inuyasha no… y son de diferentes madres…

-Piensas tener hijos con mi papá?

Rin se atragantó de puro aire.

-No sé… de dónde sacas tantas preguntas?

-Pues que tampoco sabes si te vas a casar con él…

-No, tampoco lo sé…

-O mi papá es un idiota, o ustedes están locos…

-Hiroshi!

Hiroshi sentó a Sakura en la manta y tomó su cámara sin hacerle mucho caso a los balbuceos de Rin. Le tomó varias fotografías y volvió a cargar a la niña.

-Dile a tu tía que yo quiero una hermanita como tú.

-Desde que tienes 13 eres un dolor de cabeza…

-Voy a imprimir las fotos…

Hiroshi se puso de pie y se alejó. Rin se quedó viendo a Sakura jugar con sus dedos. Kagome sólo rió.

-Qué pasa?

-Nada…

-Cómo que nada?

-Estás lista…

-Para qué? Estás loca!

-Rin!

-Creo que si quedo embarazada ahora, a Sesshoumaru le daría un infarto.

-Claro que no!

-Claro que sí!

-Y todo lo que hizo fue en vano? Para que vivieras con él y nunca pasar a más?

-No lo sé… pero sí se que matrimonio no está en el diccionario de Sesshoumaru. Y yo lo acepté así…

-Rin…

-Es algo redondo. Estaremos siempre en el mismo lugar hasta que nos cansemos o nos hagamos viejos. Pero estoy segura que Sesshoumaru no se quiere volver a casar.

Rin besó a Sakura.

-Así que asegúrate de tener muchos bebés preciosos y de llenarme de sobrinos…

Dieron la conversación por terminada al ver a Inuyasha y Sesshoumaru acercarse. Cada uno saludó a su mujer con un beso y se acomodaron en su regazo. Sesshoumaru tenía a Sakura mientras Rin le acariciaba la larga cabellera platinada.

-Youkais… no puedes vivir con ellos… no puedes vivir sin ellos…

Las mujeres rieron. Hiroshi se acercó con las fotografías.

-Tía, éstas son tuyas… mira, creo que la blanco y negro es la mejor…

Kagome observó las fotografías y felicitó a Hiroshi.

-Cada vez te quedan mejores. Mira, mi amor…

-Es preciosa…

Hiroshi se sentó junto a Rin.

-Ésta la quiero poner en mi habitación. Puedo?

Hiroshi le mostró la que le tomara antes. Rin había quedado de espaldas, con la barbilla sobre su hombro y sonriendo, Hiroshi la imprimió en sepia.

-Te quedó genial, mi amor! Pero cómo está eso de pedirme permiso?

-No sé… tal vez no quieras…

-Claro que sí puedes… mañana te compraré un marco para ponerla…

-Yo tengo…

Sesshoumaru vio la foto.

-No… Hiroshi, ésta no te quedó bien…

-Sesshoumaru!

-Eres mucho más bonita que ésta fotografía…

Rin sonrió.

-Estás loco.

…………………

Rin salía del baño y buscaba su ropa a oscuras procurando no despertar a Sesshoumaru. Se llevó tremendo susto cuando le haló la toalla y la hizo caer sobre la cama.

-Sessh…

-Shh!

Sesshoumaru besaba y acariciaba todo su cuerpo.

-Sessh! Ahí no!

-Shhh!

Eran esos lugares que la hacían gritar y retorcerse de placer, con los que él quería jugar hoy. Estaba disfrutando de su respiración agitada, sus gritos en susurros y aquellos gemidos que parecían nacerle en la boca del estómago. Apretó el pezón en su boca con sus labios y sintió su respuesta inmediata, cuando lo haló del pelo con fuerza mientras ahogaba un grito. Subió hasta su rostro y se arrepintió.

-Rin… estás bien?

-Eso me dolió mucho…

-Perdóname preciosa… perdóname…

-Está bien, sólo que no lo hagas con tanta fuerza…

-Perdóname…

-Sessh…

Rin tomó su rostro entre sus manos y lo besó con ternura.

-Estoy bien. Ahora, date prisa y hazme tuya…

-Ya eres mía…

Sesshoumaru la besó apasionadamente mientras con sus manos recorría sus piernas y las separaba. Comenzó aquel jugueteo de rozar sus sexos, sabiendo que eso la desesperaba.

-Sesshoumaru!

Sintió como lo devoraba poco a poco mientras entraba en ella, notando a la vez que estaba más que caliente en su interior. Tanto que él pensaba no ser capaz de soportarlo.

-Rin! Me quema!

Comenzó a moverse despacio, procurando no hacerle más daño. Pero esa idea quedó descartada cuando ella le pidió que se moviera con más fuerza y más rápido. Muchas veces se sorprendía de la resistencia de Rin, que parecía no tener límites y estaba dispuesta a hacer el amor toda la noche aunque haya tenido un día duro.

Descansaba en su pecho, con los ojos cerrados, aspirando su aroma, escuchando su corazón latir agitado y luego ir disminuyendo su ritmo poco a poco. Se movió para salir de ella y entonces un frío recorrió toda su espalda al recordar que no había usado protección.

-(No creo que afecte… no lo he usado antes y sé bien que Rin toma las pastillas… de hecho es tan estricta con eso, que parece que no quiere tener hijos… será?)

-(Kami! Qué rico es así! No quiero que los use jamás! Pero hoy fue una de las pocas que lo olvida… aunque puedo inventarme una excusa… Ah! Quiero que me haga el amor otra vez!)

Sesshoumaru la besó en la mejilla mientras se acomodaba a su lado.

-Preciosa…

-Hm?

-Te estás durmiendo?

-Ya casi…

-Dulces sueños, mi amor…

Rin salió de su aletargamiento, abriendo los ojos como faroles.

-Qué dijiste?

Sesshoumaru la besó con ternura.

-Dulces sueños, preciosa…

Rin se entregó al sueño entre los brazos de Sesshoumaru, asegurándose que había escuchado mal. Sentía la claridad del día, pero como era sábado, no quiso despertarse tan temprano. Más tarde, salía del baño en el momento en que Sesshoumaru entraba en la habitación, lo vio ponerle seguro a la puerta y la cargó dejándola entre él y la pared. La besó apasionadamente.

-Buenos días, preciosa…

-Hola, cariño…

Rin rodeó su cintura con sus piernas y su cuello con sus brazos.

-Luces radiante…

-Tú te ves muy feliz…

-Tal vez…

Sonrieron.

-Sessh… tenemos que hablar…

Sesshoumaru la besaba en el cuello y se abría paso hacia su pecho.

-Habla… te escucho…

-Sessh! Es en serio… Ah!

Dejó de mordisquear su cuello como cachorrito juguetón y la besó en la mejilla para luego llevarla a la cama. Se sentó frente a ella.

-Qué pasa?

-No pasa nada… es sólo que… es que…

Rin sentía que la cara le ardía y un hormigueo por todas partes. Imaginaba que así como le ardía estaría de roja. Sesshoumaru sonrió al verla tan sonrojada y la besó en la mejilla mientras se sentaba a su lado.

-Debe ser algo… sólo dime…

-N-no… no quiero que vuelvas a usar preservativos…

Sesshoumaru sólo levantó las cejas un tanto sorprendido.

-Y-yo cambiaré de método a uno más efectivo… Después de todo… yo sé que tú no… que…

-No te soy infiel…

-Entonces… no es tan necesario…

-Sabes algo? Tampoco me gustan mucho… prefiero sentirte por completo… realmente hacerte el amor…

-Sessh!

Sesshoumaru sonrió y la besó con ternura mientras se iban acomodando en la cama, Sesshoumaru fue creando un camino hasta su pecho y ahora, a plena luz del día podía ver la piel resentida y un rasguño. Se apartó de inmediato.

-Rin! Por qué no me dijiste nada?

-De qué?

-Pero ni bestia que fuera! Mira lo que te hice! Perdóname preciosa…

Rin se acercó a Sesshoumaru.

-Sessh, mírame…

Sesshoumaru desvió la mirada avergonzado.

-Mi amor… mírame…

Rin usaba un tono de voz como de niña consentida, tomó su rostro y lo hizo mirarla, se inclinó en la punta de sus pies y lo besó con dulzura.

-No me has hecho nada… a todos se nos va la mano con la pasión la mayoría de las veces…

-Pero te herí!

-Ese rasguño no fuiste tú… me lo hice con un espejo de cartera que se me rompió cuando me resbalé en el baño hace un rato…

-Te caíste? Estás bien? No te duele nada?

Rin sonrió. Sesshoumaru estaba realmente preocupado.

-Estoy bien, mi amor… estoy perfectamente bien…

-Eso no quita que te haya lastimado anoche.

-Ya te lo dije, si lo haces más suave, me gusta… Sessh… me encanta la manera en la que me haces el amor… eres el mejor amante del mundo…

Sesshoumaru sonrió y la abrazó por la cintura pegándola a él y entre besos se justificó.

-Soy… el mejor… porque… tengo… a la profesora… más sexy… del mundo… conmigo…

Rin rió aún besándolo y se asió de su cuello con fuerza. Estando descalza, la diferencia de tamaños se notaba mucho más. Sesshoumaru la cargó y la llevó a la cama, quedando sobre ella. Ella se aferraba a su espalda ya resbalosa por el sudor, él la penetró una última vez antes de su mente quedara en blanco.

-Rin!

Sesshoumaru sintió la esencia de Rin bañarlo por completo mientras lo soltaba y su cuerpo temblaba. Entre besos y caricias, Rin se fue quedando dormida. Sesshoumaru sonrió y la besó una última vez antes de buscar las sábanas para cubrirla.

……………………………………

Gracias a Ceci, Lou, Eli, Mary, Esme, Elen, Angie, kagi35, ne-chan, Clau, HawkAngel XD, Darkwishsessho, Miara Makisan, Hitomi Kasaki Fanel, Fabisa, FENIXGIRL (ya no usas tu e-mail?), Saya, y ultimo pero no en importancia, Grupo fans de Sesshoumaru.