Capítulo 12

Los Resultados

Como era de esperarse, Inuyasha le partió la nariz a Kouga en el laboratorio, así como él le asestó un puñetazo a la mejilla.

Los días pasaban y aquella tensión lo sumía más y más en su mundo de tristezas, cada día Sakura tenía el pelo más y más oscuro y sus ojos cambiaban constantemente. Era como si se pareciera a todos, menos a él.

Así como Sakura, estaba cambiando él. Malhumorado todo el tiempo. Comenzó a tener fuertes discusiones con Kagome y llegar al punto en que ella lo mandara bien lejos.

Rin y Sesshoumaru se vieron en la obligación de intervenir. Sesshoumaru e Inuyasha estaban en la oficina de Sesshoumaru.

-Cuándo les dan los resultados.

-Debió ser hace dos días…

-Inuyasha, qué te pasa?

-Cómo que qué me pasa?

-Sí, qué te pasa? Te andas como perro rabioso. Y hasta Rin quiere tu cabeza.

Inuyasha bajó la guardia un poco.

-No sé qué hacer… y si no es mía?

-Si no es tuya, irás a un juzgado y te casarás de inmediato. Como esposo de Kagome, serás el padre legalmente y no podrán quitársela a Kagome alegando que la niña está en un hogar inestable.

Inuyasha asintió, como si aquello fuera una orden.

-Además, zopenco. No se te ha ocurrido de quién resultó ser una copia al carbón?

-No. De quién?

-De Izayoi, animal!

-Pero… eso no es lo que me importa. Sino lo que pueda pasar. Es que no comprendes que si es de Kouga, nunca me libraré de él? Tendré que…

-Compartirla…

-Es de mi hija que hablamos! No de un objeto!

-Lo sé! Hablaba de la custodia, estúpido! Mira, no estás pensando en lo más mínimo. Así que tómate unos días… yo me encargaré de todo aquí…

-No… tú también tienes tu familia que atender…

Inuyasha terminó por aceptar, llegó a la casa. Kagome estaba acomodando la ropa, pero se detuvo cuando Inuyasha la abrazó por la espalda.

-Inu…

-Perdóname…

-No tengo nada que perdonarte, amor… Inu, suéltame, estoy toda sudada…

Sakura comenzó a llorar. Kagome se dio vuelta entre sus brazos y lo besó.

-Ve por tu hija en lo que yo me baño…

-Mía…

Inuyasha la abrazó con fuerza.

-Inuyasha, me preocupas…

-Estoy bien… iré por ella…

Inuyasha fue con Sakura. La tenía entre sus brazos y la niña reía sólo con verlo. Kagome se quedó viéndolos un rato y luego se acercó. Se arrodilló a un lado de la mecedora y besó los pies de su hija. Inuyasha sonrió y la besó.

-Son grises hoy… pero tiene un puntito castaño…

-Estoy segura que sea cual sea su color, tendrá unos ojos hermosos… como los de su papi…

Inuyasha volvió a besarla. En ese momento tocaron a la puerta.

-Kami, no tengo nada bajo esto…

-Yo voy…

Inuyasha fue a abrir con la niña en brazos. Del otro lado esperaban 2 hombres y Kouga. Al verlos, Inuyasha levantó una ceja.

-Buenos días, señor Youkai…

-Buenos días…

-Soy el fiscal Matsunaga. Me acompañan los señores, el licenciado Syou y el señor Kouga… traemos los resultados de las pruebas realizadas… se encuentra la madre?

Inuyasha nunca pensó en invitar a Kouga a su casa.

-Sí… Pasen tomen asiento… si me dan un segundo…

Inuyasha se acercó a las habitaciones.

-Amor…

-Sí?

-Trajeron los resultados de las pruebas…

Kagome salió de la habitación y pensando que estaban a solas, lo besó y luego a la niña.

-Ya los abriste?

-No, te están esperando…

Entonces fue que Kagome notó la presencia de los 3 hombres. Una vez sentados, Inuyasha aún con la pequeña en sus brazos, la abrazaba y le daba besos.

El fiscal procedió a abrir el sobre y a leer los resultados.

-En la pruebas realizadas a la infante Youkai Sakura sobre la cuestión paternidad, han arrojado los siguientes resultados… En cuanto a la maternidad, por parte de la señora Higurashi Kagome, se determina una compatibliliad genética de 99.9.

Inuyasha sintió un nudo en la garganta. Era la hora de la verdad. Sakura jugaba con un mechón de su pelo, pero se concentró en lo que leía el fiscal.

-En cuanto a las pruebas realizadas al señor Kouga, se determina que su compatibilidad genética es de 0...

Inuyasha dejó salir el aire de sus pulmones en un sonoro suspiro y besó a Sakura en la cabeza. El fiscal continuó leyendo.

-Las pruebas realizadas al señor Youkai Inuyasha, determina una compatilibidad genética de 99.9...

El fiscal interrumpió la lectura al ver a Inuyasha con lágrimas en los ojos y abrazando a su pequeña.

-Lo sabía, lo sabía… eres mía, mi amor…

-Felicidades, señor Youkai…

-Gracias…

Su voz, quebrada por la emoción y corrompida por el llanto. Pero una gran sonrisa en su rostro, a pesar de las lágrimas sus ojos brillaban en el dorado más intenso que Kagome hubiera visto.

-Señores… deben firmar…

Kagome, Inuyasha el abogado de Kouga y el fiscal firmaron.

-Señor…

-No lo firmaré…

-Fírmalo de una buena vez y lárgate de mi casa!

Kouga firmó el documento y le tiró el lapicero a Kagome.

-Bonita perra con la que te quedas… asegúrate de ponerle cadena…

Kagome le dio una bofetada que resonó en toda la sala.

-A mí casa no vendrás a insultarme, infeliz…

Kouga se marchó y el abogado lo siguió. El fiscal felicitó a Inuyasha nuevamente y se marchó. La furia de Kagome aún estaba a flor de piel. Luego de cerrar la puerta, Inuyasha la vio sonriendo.

-Ves eso, mi amor? Por eso es que tienes que portarte bien con tu mami, mira qué fea se pone cuando se enoja.

Sakura reía y Kagome trataba de ignorarlo.

-Vamos a ver si vuelve a ser linda…

Inuyasha se arrodilló frente ella con Sakura. Fingió una voz fina e infantil.

-Mama, cazate con mi papa y dame muchoz hedmanitos…

Kagome rió y cargó a la pequeña.

-Claro que me voy a casar con tu papá…

Inuyasha rió y sentó a Sakura en el sillón, abrazó a Kagome y la besó apasionadamente.

-Te amo…

-Te amo…

Se quedaron un buen rato disfrutando de estar solos. Finalmente, Kagome llamó a su hermana para darle la noticia e Inuyasha llamó a Sesshoumaru. Quedaron en verse en un restaurante.

Cuando Sesshoumaru llegó a la casa, Rin iba a entrar al baño. La abrazó por la espalda y la besó en el cuello.

-Sessh!

-Olvidemos la cena…

Rin rió, pero no cedió a sus manos que buscaban sus senos bajo su yukata.

-No, amor, ahora no…

-Rin…

-Se nos hará tarde…

-Al menos puedo bañarme contigo?

-Te… prometo… que… te dejaré… hacer… lo que quieras… cuando volvamos…

Le dijo esto entre besos fugaces, cada vez, Sesshoumaru intentaba profundizar el beso un poco más, sin éxito alguno.

………………………

Sesshoumaru la tenía en sus brazos, contra la pared, sus piernas rodeaban su cadera mientras él la penetraba enérgicamente. Ella se aferraba su cuello mientras intentaba no gritar.

-SESSHOUMARU!

-Ah! RIN!

Sesshoumaru la penetró una última vez mientras dejaba correr su esencia libre dentro de ella. Sintió algo caliente que recorría sus piernas hacia abajo. Se fijó en Rin que estaba roja como tomate. Sonrió y la besó.

-Te quieres bañar ahora o quieres esperar?

-E-Espera…

Sesshoumaru se movió y salió de su interior, se quedaron en silencio, abrazados por un largo rato, hasta que Rin abrió el paso del agua. Se besaban apasionadamente y ninguno decía nada.

Mientras Rin se vestía, Sesshoumaru la abrazó y la besó en la mejilla.

-Kami, Sesshoumaru, detente…

-Qué pasa?

-Qué rayos me haces que no puedo decirte que no?

Sesshoumaru rió y la besó.

-Te amo.

Al volver a la casa, ya tarde en la noche, Rin se cercioró de que Hiroshi estuviera dormido. Apenas pudo escapar de las manos de Sesshoumaru, pero antes de entrar a la habitación él la cargó y entró corriendo. Ambos reían.

Aún estaba dentro de ella, sus respiraciones entrecortadas y notablemente faltos de aliento. Se negaba a abandonar su interior y ella no lo dejaría ir. La besó apasionadamente y descansó sobre su pecho.

-Eres insaciable!

-Sólo cuando se trata de ti…

Rin rió y lo abrazó.

-Tienes suerte de que puedo aguantarte la marcha…

Sesshoumaru rió con el ego rozando el cielo.

-Preciosa, eres la única que puede aguantarme la marcha…

Sesshoumaru besaba la unión de sus senos.

-No, Sessh… estoy cansada…

-Yo también…

-Una pregunta personal… puedo?

-Quieres algo más personal que saber dónde no soportas las cosquillas?

Rin rió mientras Sesshoumaru acariciaba con su lengua un lunar justo bajo su seno derecho.

-Ya... no más… JAJAJA!

Sesshoumaru se detuvo y la besó en la marca.

-Qué me querías preguntar?

-Si soy la única que puede con tu ritmo… cómo te hacías?

Sesshoumaru la besó con ternura.

-Nada… no soy nada sin ti, Rin…

Rin sonrió con los ojos inundados por las lágrimas.

-Yo también te amo, mi amor…

Sesshoumaru volvió a besarla entre los senos.

-Te puedo pedir algo?

-Lo que quieras, mi amor… lo que quieras…

-Lo que quiera?

-No me pedirás nada malo o sí?

Sesshoumaru rió.

-No, no es nada malo… quiero que me prometas que al momento que nos casemos quedarás embarazada…

-Sessh!

Sesshoumaru la besó con ternura teniendo noción de que ella no sería capaz de hablar.

-Sesshoumaru… tú… tú…

-Quiero tener un hijo contigo…

Rin lo abrazó con fuerza con las lágrimas corriendo por su rostro. Sesshoumaru la abrazó y besó su rostro bebiéndose sus lágrimas.

-No llores preciosa… porqué te entristece?

Refugiada en su pecho, Rin negó con la cabeza.

-No es tristeza…

Sesshoumaru sonrió y la besó con dulzura. El saber que él quería un hijo con ella y pedírselo, la hacía tan feliz que lloraba.

-Mi amor… tú… de verdad…?

-Creo que han sido suficientes emociones para una noche… descansa, preciosa…

Sesshoumaru le dijo esto en una voz ronca y sensual característica suya a la hora de conquistar. La besó en la mejilla y le brindó su pecho como refugio para la fría noche que apenas empezaba.

……………………………

Los días consecuentes no fueron entre las nubes como ellos esperaban. En realidad apenas se veían. Sesshoumaru estaba de reunión en reunión y apenas llegaba a la casa, se acostaba a dormir. Rin trataba de comprenderlo, pero sentía que no tenía cabida entre Sesshoumaru y sus negocios. Sesshoumaru llegó a las 12 de la noche, se había quitado los zapatos y se soltaba la corbata al entrar en la habitación. Se sorprendió al ver a Rin esperándolo y un poco más al verla girando su anillo en su dedo. Dejó todas sus cosas a un lado y se sentó frente a ella. Al verlo, Rin contuvo el aire. Sesshoumaru se veía pálido.

-Rin… preciosa, qué pasa?

-Sesshoumaru, te sientes bien?

Rin le tomó la temperatura y luego lo besó en la frente.

-Rin… s-sé que las cosas van mal… pero no es para que pienses en dejarme…

Rin alzó las cejas como única reacción a aquella oración.

-Sesshoumaru… no te voy a dejar…

Sesshoumaru la abrazó haciendo que quedaran acostados.

-Perdóname, preciosa…

-Pero sí hay algo de lo que tenemos que hablar… y es algo muy serio…

Sesshoumaru se sentó nuevamente y guardó silencio.

-No creo que debamos casarnos ahora…

-Porqué?

-Porque tú no tienes tiempo para una familia. Sesshoumaru, estás centrado en tus negocios y yo como esposa te exigiré lo que no te exijo como novia. Sabes por qué? Porque me creeré con el derecho y esa será nuestra perdición…

-No, Rin. Lo que sea menos eso… he luchado por más de 12 años para… Rin… qué es lo que quieres? Estás en tu derecho… Dímelo!

-Sessh…

Rin negó con la cabeza y lo besó en la frente.

-Dímelo, Rin! Haré de todo! Todo lo que sea necesario para mantenerte a mi lado…

-Yo sólo quiero pasar al menos una hora contigo… sólo eso…

Sesshoumaru la abrazó con fuerza hundiendo su rostro en su pelo.

-Perdóname, preciosa… te prometo que todo cambiará…

-Mi amor, no tengo nada que perdonarte… te amo, Sesshoumaru… sólo quiero estar contigo… no quiero nada más…

………………………

Sesshoumaru estaba en su oficina y Rin entró en ella, pensando en darle una sorpresa, en cambio, se encontró un Sesshoumaru más serio de la cuenta. Su abogado se puso de pie y dejó un documento sobre su escritorio, luego de despedirse de ambos, se marchó. Rin se acercó y de todas maneras lo saludó con un beso, él la hizo sentarse en su regazo.

-Vengo en mal momento, mi amor?

-No… son sólo cosas de la oficina…

Pero la expresión de Sesshoumaru no se alivianó en lo absoluto.

-Qué me ocultas?

-Yo no te oculto nada…

-Sí lo haces. Te conozco, Sesshoumaru…

Sesshoumaru la besó en la mejilla.

-Sólo si prometes no armar un escándalo…

-Te lo prometo. Dime.

Sesshoumaru abrió el fólder marrón para dejar ver un documento. Rin leyó el encabezado.

-Un prenupcial?

-Mis abogados y socios insisten con que debería hacerlo, ya que…

-Ya que Sara estaba tras tu dinero…

Sesshoumaru desvió la mirada.

-Crees que deba firmarlo?

-A mí me puede importar menos… yo te amo y confío en ti y es todo lo que necesito para casarme contigo…

Rin sonrió y lo besó apasionadamente. Mientras Sesshoumaru aún se recuperaba de aquél tórrido beso, Rin tomó su lapicero y firmó el contrato.

-No! Qué haces!

-Yo te amo, y estar contigo y Hiroshi es todo, absolutamente todo lo que me interesa…

Rin alcanzó su cartera y le devolvió a Sesshoumaru su tarjeta dorada que él insistía que ella conservara.

-Qué haces?

-Puedes revisar el balance. No le he puesto la mano a tu dinero…

-Rin!

-No me interesa, Sesshoumaru! Nunca me importó! De la única manera que llegué a ver tu dinero fue como una razón para separarnos… Ya lo hizo una vez, Sesshoumaru… no permitiré que vuelva a pasar…

Rin se puso de pie y se dirigió a la puerta. Sesshoumaru la alcanzó y la abrazó.

-Rin, amor, qué nos está pasando?

-Sesshoumaru…

Rin lo abrazó y se entregó a sus besos.

-Lo que nos pasa es que soy celosa… y tienes una amante con la que no puedo competir…

-De dónde sacas esas estupideces? Yo no tengo amantes!

-Y yo no hablo de mujeres… hablo de esta oficina…

Sesshoumaru la besó en la mejilla y tomó sus llaves, así mismo tomó a Rin de la mano y al salir de la oficina, le dijo a su secretaria que no volvería en el día. Rin no sabía a dónde iban, pero no se imaginó terminar en un hotel.

-Qué hacemos aquí?

-Apaga tu celular…

Rin así lo hizo y Sesshoumaru hizo lo mismo.

-Aquí me tienes. Sólo para ti. No hay nadie que nos pueda encontrar…

Rin sonrió y lo abrazó mientras lo llenaba de besos.

-Eres… el… mejor… novio… del… mundo!

Sesshoumaru rió. Rin estaba segura de los sentimientos de Sesshoumaru. Sus acciones algo toscas, al final dejaban ver sus intenciones románticas desde un principio, sin contar con sus dulces palabras, cuando realmente deseaba hablar.

-Te amo, preciosa… y no hay nada ni nadie en esta tierra que te pueda decir lo contrario… hoy, aquí, vamos a arreglar cada grieta… porque perderte es un lujo que no puedo pagar…

Rin chilló de alegría y lo hizo caer sobre la cama.

-Es que no puedes ser menos perfecto!

…………………

En la oficina, Miroku le pidió a Sango que se adelantara mientras la besaba en la mejilla y acariciaba su trasero.

-Pero qué vas a hacer?

-Tengo una reunión… prometo llegar para la hora de la cena…

Miroku le robó un beso.

-Y qué quieres de cena?

Aún con ella entre sus brazos, volvió a besarla.

-De aperitivo, prepara lo que quieras, de plato fuerte, te quiero a ti…

Miroku salió de la oficina, casi corriendo sabiendo que estaba muy tarde.

Llegó a la casa y el olor hipnotizante lo guió a la cocina. Dejó caer sus cosas al ver a Sango usando un delantar… y sólo eso.

-S-S-sssSango!

Se dio vuelta dejando el cuchillo sobre la tabla de cortar, su rostro rojo hasta las orejas.

Miroku nunca esperaba algo así de su parte, siendo extremadamente difícil probar cosas nuevas con ella.

-Sango? No… quién eres y qué hiciste con mí Sango?

-Miroku…

Sango se acercó con un peligroso contoneo en sus caderas, saludó a Miroku con un ardiente beso mientras soltaba el nudo de su corbata. Bajó la línea de los botones y hasta su entrepierna donde lo sintió completamente erecto. Sonrió y dejó que la tomara en brazos.

Miroku se deshizo del delantar con sus dientes y dibujó un camino con su lengua desde su cuello y hasta su intimidad, sólo para descubrir que lo esperaba, húmeda y caliente. Sujetándola por las caderas, insertó su lengua, buscando más de aquella dulce miel, la sintió arquear la espalda al contacto de sus labios proporcionándole placer y disfrutaba de escucharla expresarlo a su máxima expresión. Se detuvo justo antes de que llegara al clímax, que era precisamente lo que él quería, hacerla retorcerse de placer. Pero decidió complacerla cuando ella le pidió que la penetrara.

Algo que nunca imaginó es que ella lo haría acostarse y se colocó con cada pierna a su lado. Tomándolo entre sus dedos, lo guió a su interior y comenzó con un movimiento que a Miroku no le quedó más que apretar los dientes.

-Ah! SANGO!

Miroku pensaba que cuando menos, lo despedazaría. Sentía que el placer embargaba su cuerpo y gran parte de su mente.

-SANGO!

Sango arqueó su espalda emitiendo un grito para luego dejarse caer sobre él. Se quedaron abrazados y como uno un largo rato. Cuando finalmente Sango se movió, se sintió morir al ver que Miroku estaba cubierto de una sustancia un tanto pegajosa. Al verla, él sonrió y la abrazó mientras la besaba apasionadamente.

-Eso fue maravilloso…

-Quiere decir que te gustó?

-Claro que sí, mi diosa del Nilo…

Sango sonrió sonrojada, Miroku había recordado que le fascinaba la cultura egipcia. Miroku aprovechó que estaba fuera de aquella coraza en la que se refugiaba.

-De hecho me gusta mucho más así…

-Miroku!

-Que no te quepa duda de que eres una mujer atractiva y muy sensual… sólo tienes que dejar salir esa sensualidad que fluye bajo tu piel…

…………………………

Gracias a todas! Ando rapidito, es tardecito y mañana tengo otro examencito! Jeje

Espero poder con el ritmo al que las mal acostumbre, ojala yo que mis fics favoritos los publicaran cada semana… jeje

Bueno, besos a todas y gracias por leer mi fic.

Mizuho