Capitulo 4
Princesa de Tomoeda.
Es una tarde de verano, el calor de la calle se deja sentir tras los cristales de la habitación, pareciera que el horizonte se derrite ante los ojos de su espectador que mira a través de las cortinas de tul sin mucho interés mientras su mentora le da lecciones de modales.
- Es obvio princesa que a usted se le ha olvidado que su familia es la que rige este glorioso reino... Se comporta como si fuera una campesina, teniendo desplantes de poder hacer lo que le place cuando su padre ya le tiene designadas sus actividades... Debería avergonzarse de no atender las sabias decisiones del rey... ¿Princesa? ... ¿Me esta escuchando? ... ¡Es el colmo! No atiende a su mentora cuando le habla...
- Si la escuche lady... Solo que no había preguntado nada, no puedo interrumpirle cuando habla.
-Parece que... ¿Me ha puesto atención princesa?
- Claro que sí lady. He oído cada palabra.
- Princesa tiene una hora para prepararse debidamente para la llegada de la visita real que su padre y madre esperan. Enorgullézcalos con su refulgente presencia y modales demostrando lo bien educada que es. Con su permiso... La dejare para que vista...
- Bien.
La lady sale ignorando las ultimas palabras de la jovencita que sigue viendo a través de sus cortinas, ni un segundo volteo a verla, ni a prestar atención de sus palabras; Solo la oía y respondía vagamente acertada a sus palabras.
La princesa se aparta de la ventana y se recuesta entre las sedas de su cama, sintiendo esa suave caricia que tanto la relaja. Cierra sus ojos mientras se abraza a un cojín tallándolo sobre su piel mientras imagina que es la mano de un amigo sincero, un amigo que tanta falta le hace.
- A veces desearía no ser una princesa... Todo es absurdo, falso... Me adulan solamente o me recriminan por tratar de ser yo y no quien quieren que sea... Una mujer dócil y manipulable por cualquier hombre que merezca poseerme, prefiero morir antes de ser reducida a la muñeca de algún rey... Estoy conciente que no todos son como mi padre... Ni yo tan fuerte como mi madre, después de todo ella heredo el reino y mi padre toma en cuenta cada palabra de ella... Estoy sola, mi madre no me entiende y no quiere hacerlo y mi padre esta muy ocupado gobernando y controlando este reino... ¡Maldigo ser una princesa!
Tras minutos de lamentarse su suerte y de soñar con una mano que la acaricie de esa manera tan suave y relajante, se levanta para cumplir con la orden de vestirse para recibir a la visita que llegara al castillo.
- Mi princesa te ves bellísima... eres el orgullo de este reino. ¿Lo sabias?
- Si padre... Me lo repites cada día.
- Esta visita es en honor tuyo... Tu madre lo cree pertinente y estoy de acuerdo con ella. Encontramos al hombre perfecto para ser tu rey.
Esas palabras borraron la sonrisa de su rostro, ¿Qué ella no puede elegir con quien desea pasar el resto de sus días? ¿Qué clase de hombre han elegido para que sea su esposo? No puede creer que la hayan pasado por alto en esa decisión, si es su vida la que ataran en la de otro sujeto que creerá puede dominarla por que sus padres lo hacen.
El rey observa a su hija con una sonrisa. Ella tras innumerables esfuerzos logra sonreír hipócritamente para su padre. Salen del palacio y su madre se les une solo al saber que se dirige a ellos la carroza real.
Se posiciona junto a su marido y sonríe tan alegre y dulcemente que se puede notar que es una falsa alegría.
Su majestad... bienvenidos sean a este reino, nos honramos con su visita.
es todo un honor responderle a su petición, su majestad, su hogar es una verdadera belleza
Pero es indigna de tanta espléndida presencia como la es la de su familia.
Nos halagan mi rey, mi reina.
Los reyes bajan del carro ante la labiosa pleitesía de los reyes, la princesa mantiene su vista en alto y sus ojos perdidos en la nada, tratando de sonreír, no siente si lo hace o no y realmente no le importa en lo absoluto.
El príncipe pone sus manos en los umbrales de la puerta, unas manos blancas, finas y largas, ella voltea a ver al que será su nuevo dueño, tarda en salir del carro, sale viendo al sol con una sonrisa sincera en los labios. Voltea la vista a todos los que están abajo y sonríe antes de quedar serio. Baja del carro y hace una reverencia, levanta la vista con una nueva sonrisa.
Hola... es todo un honor conocerlos, su reino es una maravilla, tiene mucha naturaleza... Me gusta mucho como se ve su bosque y sus prados. Son unos gobernantes excelentes les puedo decir a partir de lo que he visto.
Gracias por la observación príncipe, de seguro usted será un justo gobernante algún día, como su padre lo es.
Por favor majestades, excelentísimas pasemos al castillo... hemos preparado un banquete para recibirlos y me complace informarle mi reina que todo esta listo.
No esperemos más... Adelante por favor.
Los cuatro reyes avanzan mientras la reina de tomoeda habla con gracia y alegría sobre lo orgullosa que esta de su hija y de su reino. Los reyes hablan siguiendo la platica con solo dulces palabras de boca de uno para el otro y los príncipes van callados, ella cabizbaja y él sonriendo mientras ve cada cosa que hay a su alrededor.
Adelante...
Se abren las puertas de un gran salón y entran los reyes visitantes y su hijo seguido por los anfitriones y detrás de ellos entra su hija.
Se sienta junto a su padre y se mantiene agachada, junto a ella esta la reina y frente a ella esta el que será su esposo.
Hija mía no seas tímida y preséntate ante el príncipe, esta ansioso por oírte hablar.
Su madre tiene razón... mi hijo esta impaciente por conocerla.
Soy... Tomoyo Daidouji, princesa de Tomoeda, es un honor estar ante ustedes.
El honor es mío, es muy bella, princesa, nunca había visto a una mujer tan bella como usted. Yo soy el príncipe Yukito Tsukishiro príncipe del reino de Selene.
Es todo un honor conocerlo alteza. Tiene un nombre muy bello.
No más bello que el suyo, princesa Tomoyo.
Los reyes siguen hablando de sus reinos y ellos solo están escuchando, así sin mas de repente empiezan a hacerlos planes de la boda sin que ellos opinen algo, están frente a ellos y parecen ignorarlos; como si jugaran a las muñecas hacen sus vidas a la voluntad de ellos.
un año es mucho tiempo para planear la boda, es obvio que ellos dos se llevaran bien... será una boda espléndida.
un año... será el tiempo que necesitamos, estoy de acuerdo con usted, esta muy entusiasmada por la boda de nuestros hijos.
Claro, solo quiero lo mejor para mi hija y para el príncipe será también lo mejor ella es una princesa como ninguna.
¿Que te parece hijo? ¿Un año esta bien?
Claro padre... Es el tiempo más que preciso.
¿El esta de acuerdo con todo esto? Es otro niño tonto que sus padres lo hacen como quieren sin que el se atreva a protestar, que futuro le espera con un hombre así. No puede creer que el este tan de acuerdo, aun que acepto la idea su rostro dejo de sonreír y esta muy serio escuchando todo. ¿Será por que desea saber que será con toda claridad? ¿O por que el tampoco tiene interés en ello?
Excelente... así será.
estamos todos de acuerdo...
En efecto, su majestad.
Pasan dos meses y el príncipe sale con ella, se llevan bien; el es un hombre dulce y caballeroso, jamás se acerca a ella más de la cuenta y evita tocarla más de lo estrictamente necesario. A Tomoyo no le molesta en lo absoluto ese trato, por más que trata de saber si él desea esa boda, el solo evade la respuesta.
¿Es un día muy bonito no lo cree?
Tiene la razón... Príncipe, es un día muy bello.
Huele a flores, se siente la dicha en el aire. La calma del mundo nos habla... puedo oírla y me complace.
El voltea a verla y deja de sonreír se topa con esa cara seria y fría de todo el tiempo que parece que nada la complace y menos el estar con el, lo ha notado pero a preferido ignorarlo.
Princesa Tomoyo... Es feliz?
Ella se sobresalta con la pregunta las lagrimas brotan y se estancan en sus ojos. El la observa y se siente triste por haberla puesto así. Le ofrece un pañuelo para que limpie sus lágrimas, ella lo toma tímidamente y limpia sus ojos.
Lamento haberla hecho llorar. Yo soy muy feliz.
Yo...No... No me siento feliz, ni agraciada...
Por que no desea sentirse así, pero es una mujer muy agraciada, no pude pedir una persona mejor para... Es muy valiosa princesa, siéntase valiosa.
¿Es feliz?... Por que yo...No lo veo feliz, le miro los ojos al estar conmigo y se ve triste, escucha sobre la boda y su sonrisa se esfuma... Esta conmigo y evita estar cerca de mi ... Me ve con indiferencia y hasta siento que lleva un desprecio.
No... Yo no la desprecio, tampoco la miro indiferente, usted siente eso por que así desea que la mire.
¿Me ama?... Dígame la verdad
Aun es muy pronto para decir eso... llevamos poco de conocernos.
¿Dentro de 10 meses seremos esposos le parece poco?
¿Usted quiere casarse conmigo?... ¿Que piensa de mi?
¿De usted?...
Si dígamelo, con confianza, después de todo seremos esposos.
Es un hombre agradable, es caballeroso y no se ha tratado nunca de propasar, es un sujeto complacido con la vida y... es muy bien parecido.
¿No siente nada por mí?
No... solo una ligera amistad por lo amable que es, si se trata de amor lo desprecio y lo odio con todo mi corazón por que me ataran a usted y no quiero pasar mis días con un hombre que no elegí, con un hombre como usted... con un hombre con el que sacrifico...
Mi felicidad por el bien de mi reino.
Ella se queda seria al escucharlo ve como una nube de pesar se adueña de esos ojos. El se sienta junto a ella y voltea a verla con una sonrisa amarga.
Yo... siéndole sincero... no me quiero casar con usted, o con alguien más... Yo estoy enamorado de... Pero no puedo estar con esa persona por que debo procurar un bien para mi reino antes que para mi.
¿Esta siendo obligado?
No... me he sacrificado por mi pueblo, me preocupa su bien y esta es una oportunidad de darles lo que necesitan. Yo no quiero casarme con otra persona que no sea esa...
Yo...
No se preocupe... Esto lo hago con agrado y pesar al vez, no la tocare nunca si usted no lo desea... talvez en algún futuro podamos entendernos bien y pueda llegar a quererme... Entonces no me mirara tan fríamente y podré tratarla mejor.
¿Se nota mucho?...
¿Que no quiere casarse?... ¿Que realmente le molesta tenerme cerca por que me culpa por la decisión de sus padres y de la mía propia?... Se nota bastante pero lo comprendo y no la culpo de nada de lo que puede sentir.
No creí que fuera tan obvia lo siento príncipe...Disimulare mas... Es usted muy amable al decir eso, pero no me dará lo que busco para mi vida y tampoco tendrá usted lo que desea.
No se preocupe no hace falta que finja nada... Ya hablamos con la verdad ya podremos entendernos y ser buenos amigos.
Talvez sea en un futuro.
La princesa le da una sonrisa y el la sujeta del rostro y le da un beso en los labios, beso que la toma por sorpresa, el se pone de pie y la mira aun con esa cara de hastío.
Disculpe mi osadía princesa...Me fue inevitable, le garantizo que no volverá a suceder.
¿Por que se atrevió a hacer eso? …¿Con permiso de quien?
Discúlpeme, le impetro lo haga. Fue un pequeño… Error, me deje llevar por la curiosidad, no pretendí ofenderla… le ofrezco una sincera disculpa…
…Si.-hace un gesto amargo- Lo disculpo… esta en su derecho de hacerlo… Se supone que debemos acostumbrarnos a esto.
Yo lo lamento… No volveré a hacerlo, solo cuando me vea forzado a hacerlo y es obvio que será motivo de actuación para los dos… Solo así… Volveré a besarle.
¿Por que me desprecia?
Su beso fue tan frió, tan falto de vida…No me gusto lo que sentí, es preferible que no suceda de nuevo, su desprecio hacia mi es tan tajante… Sentí su frió, su frialdad a través de mi espina dorsal y sentí que besaba a la muerte…Disculpe que lo diga tan descortésmente pero me gusta hablar con la verdad…Ya no lo haré de nuevo… Y no la estoy despreciando para nada, estoy respetando su falta de interés en mí.
Puede ser tan amable y llevarme al castillo… Estoy agotada y necesito descansar…
Será un honor.
La mujer conserva esa gélida expresión en cual parece que la vida y sus bellezas a ella le son insignificantes, durante la charla no mostró vida alguna en sus ojos y a Yukito eso le pesa, pasara el resto de sus días con una mujer que parece un muerto en pie.
Le ofrece su mano para ponerla en pie y guiarla hasta el castillo, ella en pie y puestos en marcha caminan en absoluto silencio.
"Que gran vida me espera junto a ella… ¿Podré olvidar a la persona mas importante para mi?… ¿Podré hacerla vivir…Sentir?"… Todo sea por el reino… Ella es inteligente puedo verlo fácilmente, y es bonita… ¿Que mas puedo pedir si no me dejan alcanzar el amor?…"
Piensa el mientras la ve de reojo al caminar, ella se limita a ver el suelo con una actitud derrotada y sumisa ante el. Tomoyo ni siquiera va pensando, esta ausente incluso de su propia cabeza, de sus propias ideas; nada parece importar a esta bella princesa.
Hasta que nos veamos de nuevo princesa, es todo un honor tener su presencia a mi lado… Hasta pronto.
Hasta pronto…Príncipe Yukito…
El se va del castillo y ella sube a su habitación se sienta a la ventana, viendo el horizonte como acostumbra, alcanza a ver el caballo en que va su futuro marido.
"No vuelva tan pronto como planea…vuelva solo el día de la boda, por lo menos puedo agradecer que es un hombre bueno…"
Fin del capitulo.
Four enemy dynasties and four pincipes lovers…
Notas del autor:
Dudas y comentarios, quejas y observaciones, y cualquier sugerencias serán bien recibidas
