Capítulo VI
PARA VERTE
Me interesa amarte, quiero amarte
déjame amarte, porque quiero amarte
amarte es mi presente, es mi futuro
quiero amarte, sueño amarte
amarte es mi alma, amarte es ser
amarte es sentir, amarte es vivir
déjame amarte, amarte... amarte.
Ya era bastante tarde... y el aún no lograba verla, pero bueno, que tan fácil puedes ver a alguien cuando estas en un consultorio escuchando los problemas de los demás y además ella se la pasa en la cocina de aquel local terminando apresuradamente con los pedidos que, por culpa de él, no pudo terminar... suspiró... tal vez hoy no la vería.
-Sr. Taimaru ¿quiere un café?- dijo Tsubaki con una sonrisa sensual... café, tomo café con ella ayer... ¡que demonios! Ahora ni siquiera podía beber café pues ella se atravesaba en su mente.
-No muchas gracias Tsubaki- Esa mujer era de su confianza, sin embargo había algo en ella que no le agradaba del todo, sentía que escondía algo, pero nunca supo muy bien que era, apenas llevaba un año y medio trabajando con el... sin embargo el no estaba para andar con paranoias ni mucho menos perder el tiempo en esas cosas.
-Dígame, ¿Qué paciente esperamos hoy?-
-A la señora Misthe, hoy la da de alta... el señor Hanik llamó lo verá mañana-
-Muy bien- Y la chica salió contoneando su cadera muy sensualmente, Inuyasha podía percibirlo, aunque el era un hombre de valores, las fantasías afloraban en su mente, eso le causaba bastante gracia...
La vio salir y siguió revisando varios expedientes que tenía en su escritorio... y escucho la voz de Tsubaki, pareciera que estaba discutiendo con alguien... si... lo sabía... era un reverendo metiche... se acercó hasta la entrada de su sala de consulta y lo que escucho lo dejó intrigado, no por que fuera algo fuerte, que por supuesto lo era, si no por que no entendió nada...
-Ya te dije que te veré después- dijo Tsubaki- No es conveniente que nos vean ahora juntos... si ya se que pasaron dos años... pero igual... podrían sospechar... ¡Tú y tu maldita obsesión por ella!... esta bien... no... él va a ser mío no importa cuanto te burles... hablaremos después... adiós- y colgó.
¿Sospechar, ¿Sería suyo? Esto le causaba un sentimiento entre culpa por haber escuchado lo que no debía y otro sentimiento que mas bien se asemejaba con la curiosidad ¿qué o quién sería con lo que Tsubaki se escuchaba tan obsesionada?.
Bueno, bueno, la curiosidad mató al gato, si muy bien, pero ¿a quién le importa el estúpido gato?... por lo menos a él no. Se asomó un poco más para ver si Tsubaki estaba marcando o haciendo algo sospechoso, por que de repente le entró el complejo de detective, se asomó sólo un poco y ah... que maravillosa es la vida que hace de las consecuencias, a veces, un placer al por mayor..., ahí estaba ella, parada en la puerta del local, firmando lo que parecía una entrega... que importaba, lo único que le incomodo es que observó que Bankotzu, mientras ella recibía e indicaba el lugar donde debía ir el pedido, la observaba de pies a cabeza y su mirada no era exactamente de inspección era mas bien de ternura o... ¿Deseo?... sintió un golpe de celos en el estómago y tuvo la apremiante necesidad de acercarse a ella y hacer que esa mirada del rostro de Bankotzu desapareciera.
-Sr. Taimaru ¿Saldrá?
-Ehm, tengo un poco de hambre, iré a la pastelería de enfrente por un panque o algo-
-Pero señor usted nunca...- no terminó pues Inuyasha ya tenía medio cuerpo en la repostería, por supuesto Tsubaki volvió a sentir esa punzada... celos.
-Buenos días- dijo él saludándola y haciendo un gesto con la cabeza para saludar a Bankotzu.
-Buen día- dijo ella sonriendo ante el afortunado encuentro de ambos- Desea desayunar algo aquí-
-Si, me gustaría saber que tal cocinas-
-Vas a sorprenderte- dijo ella haciendo una cara orgullosa
-Así pues demuéstramelo- dijo el siguiéndole el juego.
-Mmmm sr. Taimaru es un honor venderle algo, si tomamos en cuenta que usted nunca, en los años que llevamos siendo vecinos, ha comprado algo aquí- Por supuesto esto lo dijo para ponerlo en evidencia.
-Bueno, Bankotzu. La razón es sencilla: tiene usted por repostera a una mujer muy hermosa y que además, presume de ser buena cocinera...- Por supuesto esas palabras causaron el sonrojo en las mejillas de Kagome, quien se prestó a seguirle el juego-
-No lo presumo señor, lo soy- y entonces comenzó una guerra de palabras en donde el la retaba a hacer si mejor comentario y ella lo incitaba a que le pidiera cocinar.
Finalmente Inuyasha se decidió por una rebanada de pastel que Kagome había hecho hace a penas unas horas, "delicioso" pensó mientras se lo comía "¿Sus labios sabrán igual de dulces?" fue el pensamiento que de repente asalto su mente y no sintió ningún tipo de culpa al pensarlo, de hecho el deseo de probar esos labios cada vez se hacía más fuerte, la chica frente de él estaba sacándolo completamente de sus casillas, la manera en que movía sus manos haciendo las labores del local, la mirada fugaz que le entregaba al sentir la de el sobre ella la sonrisa que estaba siempre dibujada en su rostro... y por un momento olvido que tenía trabajo, que debía regresar, que Bankotzu rodeaba el lugar cada tres segundos, que Tsubaki había estado mandándole mensajes a su móvil por que seguramente ya había llegado un paciente, todo eso estaba olvidado y solo por ella.
Entonces una frase lo saco de sus pensamientos
-Tú móvil lleva como diez minutos sonando- dijo Kagome. Y el se sintio ridículo, seguramente ella se había dado cuento de que estaba babeando pensando en ella y como podría robarle un beso.
-Mmm, este... si, oye debo regresar pero... me gustaría que fuéramos a comer saliendo de aquí ¿qué te parece?- cerró la pregunta, sintiendo nervios por su respuesta.
-Me gustaría- finalizó ella, ese hombre le agradaba sobre manera, era atento, dulce, guapo, inteligente, sexy... ¡Pero que estaba pensando, se había quedando viendo al chico que seguramente el pensaba que era una tonta... "¡soy una tonta!".
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Salieron justo a las 2:30 de la tarde, Kagome pensó que caminaría, pero para su sorpresa, el chico le abrió la puerta de ese automóvil tan fascinante, aunque a ella, eso en verdad ni le impactaba y mucho menos le importaba, recordó a los amigos de su padre siempre cambiando de auto como cambiaban de ropa... un gasto tan inútil.
Durante el trayecto discutieron adonde irían a comer, finalmente se decidieron por un restaurante que a Inuyasha le gustaba mucho "Notze" la comida ahí era deliciosa.
Bajaron del auto y siguieron bromeando sobre los pastelillos del local, Inuyasha le advertía que si seguía haciéndolos el mundo moriría por una congestión, y así se les fue el rato mientras comían...
Es extraño, pero pasa muy seguido, cuando sentimos que conocemos a alguien desde hace años y tan sólo hemos estado con ellas unos días... momentos inolvidables.
Salieron del restaurante.
-Quiero que conozcan un lugar-
-Es tarde, creo que ya debería regresar-
-Significa mucho para mí- Estas palabras hicieron que ella asintiera. Manejo hasta un pequeño mirador, estaban solos, el bajo del auto y la invitó a que ella hiciera lo mismo. Bajó del auto tras el, se sentaron el borde de aquel lugar, poco a poco la platica se inició mas intima, hablaban sobre sus pasados, Kagome le contó lo doloroso de la muerte de su padre, y como nunca había conocido a su madre, por supuesto, omitiendo el detalle de Sesshomaru.
El le correspondió de igual manera, le contó sobre Kikyou, sobre el infortunio de haberla perdido, y de cómo logro salir adelante gracias a la ayuda de Miroku y de Sango amigos de él de hace bastante tiempo, no supo en que momento las lágrimas cayeron de su rostro, era la congoja de saber que una persona tan buena como él hubiese pasado por todo eso...
Inuyasha se percató de las lágrimas de la chica y no supo muy bien como ella ya se encontraba entre sus brazos, quería hacerla sentir bien, hacerla sentir que el la necesitaba en ese momento, por que así era, desde el momento en que vio esa dulce mirada y esa hermosa sonrisa, supo que esa chica era capaz de aliviar cualquier tipo de dolor, era algo totalmente ilógico pero... de alguna manera sabia que era correcto.
Se separó de ella solo un poco, la moró a los ojos.
-Se que va a sonar tonto y si después de lo que te diga no quieres seguir hablándome esta bien.- Kagome lo miró con intriga ¿Sería posible que estuviera deseando lo mismo?
-No se por que... pero desde que te vi solo quiero una cosa... solo quiero estar contigo y no separarme de ti...- Kagome no supo que decir, acababa de comprobar que definitivamente si podían coincidir sus pensamientos.
-Quiero besarte- dijo el medio ido ya por la cercanía. Kagome sonrió a modo de aprobación...
Fin CAP VI
Muchas Gracias:
Willrina: Muchas gracias por leerlo a mí también me gusta tu trabajo. Un abrazo.
Serena tsukino chiba: Hola! Muchas gracias por estar aquí y si lo se los ojos verdes no tienen nada que ver con Kagome, la idea era dejar los personajes tal cual, pero la insistencia de mi hermano por tenerla con ojos verdes... bueno no importa, el caso es mas adelante en este se hace mención mínima del color de sus ojos.El lemon viene pronto, pues no puedo ponerlo así nada mas... es en el capítulo X creo, pero no te desesperes, yo actualizo casi diario. Un abrazo.
Fesabi: muchas gracias! Me alientas a seguir de verdad, ya viene el lemon!. Un abrazo.
Mariesmac: Peke que grata sorpresa tenerte aki! Ya me acostumbre a ti TQM!. Un abrazo
Bexos y Abraxos
Jimena-chan
