Capítulo VII

A TU LADO... LAS PIEZAS DEL ROMPECABEZAS.

Poema de Amor mujer amada

Esos ojos que hoy

alumbran mi camino.

cuando seamos despojos de la tierra.

cuando sobre nuestras cabezas,

la insolente hierba tornase crecer,

te esperaré de pie.

Como bravo Capitán

junto al timón de la vida.

cuando seamos un breve polvo de quimera,

un arsenal del tiempo, un recuerdo

te esperaré,

me sentirás en el viento, en las nubes,

en las aguas cristalinas de los ríos,

en las olas del mar.

En fin mujer amada mía

no habrá vastedad del universo

dónde yo no te espere,

y cuando la tierra no sea mas

que el espacio infinito de los cielos

en una breve estrella,

en un pequeño punto luminoso

te esperaré.

Tomó su rostro entre sus manos se acercó lentamente a ella, ambos tenían los ojos cerrados, se detuvo en cuanto sintió sus labios, sin besarla, solo sintiendo esa parte de su rostro por el cual había estado gritando desde que la vio.

EL AMOR ES LO SUBLIME DE LA VIDA,
COSAS QUE NO TIENEN FRONTERA.
PERDURA SOBRE TODO EN EL MUNDO SIN BARRERA.
REVIVE LA ESPERANZA Y LA FE PERDIDA

Nunca pensó que sentiría algo así, no quería comparar, pero para besar a kikyou, había tenido que pasar mucho tiempo, pues eso casi no lo sentía, pero ella... tan dósil y dulce, tan perfecta, rindiéndose ante él, cual dulce marea en el océano despavorido que avanza no importando que pueda pasar... sólo eso, importaba sólo eso.

PENETRA EN CUALQUIER ALMA ESCONDIDA;
HACE DE UNA ILUSION UNA QUIMERA,
DA SU MUSICA DE PAZ A SU MANERA
Y TRAE UN LENITIVO A LA EXISTENCIA VIVIDA

Y sus labios la tomaron, un beso tímido, sintiendo como era correspondido, su corazón latía como si estuviera cayendo de un décimo piso, la sangre corría por su cuerpo de manera rápida y sentía el aliento de aquella chica, que lo tenía totalmente loco.

SE VEN LAS COSAS MAS BELLA,
MAS APACIBLES A LOS OJOS,
Y NUNCA SE SIENTE ENOJOS

Por primera vez en mucho tiempo, sintió que algo le pertenecía tan férreamente que no quería soltarla, ambos sin aire, pues en ese momento no lo necesitaban.

Kagome, por su parte, sabía perfectamente que eso era lo que quería desde que lo vio, ese hombre y su enorme cuerpo protegiéndola de una manera tan sublime... sabía que a su lado no correría peligro... pero tampoco estaba segura de decirle lo de Sesshomaru, tal vez era mejor esperar.

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No muy lejos de ahí otro carro muy fino los observaba, su conductora con los dedos fijos es el manubrio, pensaba en la manera de deshacerse de la chica... tal vez era hora de cobrar un favor...

Llegó a su casa y tomó el teléfono, encendiendo un cigarrillo al tiempo que marcaba el teléfono-

-Creí que no querías hablarme por que sospecharían de nosotros-

-Eso no importa ahora, quiero un favor-

-Ahora no puedo ir contigo, pero dime de que se trata, y tal vez te de un consejo-

-Una chica... el y ella...- no podía continuar de la rabia que sentía-

-Entiendo... bueno... esto es lo que harás...-

La mujer escucho esbozando una sonrisa, el plan no sólo era perfecto si no que también le traería enormes beneficios.

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Manejaba con una sonrisa de oreja a oreja, había olvidado la última vez que se había apasionado tanto con un beso, bueno... estaba tan feliz que hasta canto todo el regreso a su casa después de haberla dejado en su cuarto que rentaba... "gracias a Dios nadie me escucha" pensó, sabiendo perfectamente que el canto no era un don que poseyera.

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Pasaron los días, Miroku estaba al tanto de la nueva etapa que comenzaba su mejor amigo, así que para celebrarlo se le ocurrió hacer una pequeña reunión, por supuesto Kagome se ofreció de inmediato a cocinar los postres...Sango y ella se habían conocido días atrás, cuando Miroku las presento, producto de su extenuante "curiosidad", como el la llamaba, Sango y Kagome habían hecho buenas migas, puesto que hasta habían salido de compras unas cuantas veces

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Estaban en el mismo mirador donde hace apenas unos días se habían declarado su amor, ella estaba recargada en su pecho sentada entre sus piernas, su espalda apoyada en el pecho de él, los brazos de Inuyasha, la rodeaban por la cintura de manera protectora.

-Oye- dijo, sabiendo que tal vez su necesidad de saciar dudas harían que el se sintiera incomodo- yo quería... preguntarte... acerca de...-

-Kikyou- La interrumpió él, y Kagome se giró para verlo, pensó que al hacerlo él estaría en la mejor disposición para contestar todas sus preguntas, pero se equivoco, lo que encontró fue un rostro por demás triste, pero no sabía exactamente que sentimiento se reflejaba en el... dolor... angustia... molestia... tal vez ella era demasiado entrometida... tal vez solo debía callarse.

-Entiendo... oye que te parece si me invitas al cine- dijo ella con esa sonrisa y de inmediatamente a el volvió su tranquilidad

-Y ¿por qué no me invitas tú?- le dijo él con un dejo de sarcasmo- Creo que tu debes pagar esta vez...- lo dijo riendo- No me harás pagar esta vez- sentenció riendo.

-¿A si?-

-Si-

-Pues puedo hacer que hagas lo que yo quiera ¿sabes?- dijo ella mirándolo pícaramente

-Ah si... quiero ver como- Kagome se encontraba aún sentada entre sus piernas, tomo su rostro y le dio un apasionado beso, pero cuando las lenguas comenzaron a danzar ella se separó, Inuyasha gimió molesto por el rompimiento de contacto e intento volver a besarla. Kagome se acercaba un poco y dejaba que él sintiera su aliento, pero cuando iba a besarla ella se apartaba, pronto Inuyasha entendió que si quería seguir poseyendo su boca, debía acceder a lo que ella pedía

-Tú ganas- dijo con una risa.

-Y quiero palomitas- dijo ella también riendo y en tono de broma.

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-Con esto caerá- dijo un hombre alto, muy apuesto, dándole una botella a una mujer hermosa y sensual, quien lo tomo y sonrió al hombre.

Se preparó para irse, pero el hombre la detuvo de un brazo.- ¿Crees que voy a regalártela?-

-¿Qué es lo que quieres a cambio?-

-Tu sabes... que te deseo... demasiado- dijo el hombre acercándose a la mujer y tomando sus labios, para después pasar sus manos por todo su cuerpo y tumbarla en la cama donde sació todos sus bestiales deseos... por supuesto la mujer no se quejó, lo había disfrutado tanto como él.

-Me voy, mañana trabajo temprano.

-Tsubaki, recuérdalo, si no quieres matarlo, solo un poco en la bebida-

-Claro Sesshomaru, lo recordaré- "y esa niña tampoco lo olvidará" pensó.

Salió de la habitación de hotel dejando a un Sesshomaru desnudo en la cama y con un solo pensamiento "debo encontrara a Kagome, va a ser mía, sea cual sea el precio".

Era un hombre increíblemente sensual, sin embargo, era frío y calculador, decía que no creía en el amor, sin embargo, estaba despechado, por una mujer que lo dejó... no, el no siempre había sido así, la vida y las circunstancias lo habían hecho así...

Flash Back

-Sesshomaru... no puedo seguir con esto... siempre que planeamos hacer algo, el trabajo siempre te absorbe y ya no tienes tiempo para mí- dijo la mujer visiblemente dolida, era una mujer buena, pero ya estaba hasta el límite con la situación.

-Rin... tu sabes que todo esto lo hago por nosotros... ¿Piensas irte?- dijo el con un tono de dolor, al ver a la chica saliendo del departamento... con un par de maletas.

-Lo siento Sesshomaru... te amo, pero no puedo continuar con esto- y sin decir palabra la dejó ir. Esto era siempre lo que recordaba después de hacer el amor, a esa mujer, a ella... no pudo detenerla, quería amarla, hacerle el amor todas las noches y dormir solo para saber que ella estaba a su lado... por eso, por eso nunca dejaría que ninguna mujer se burlara de él, y mucho menos que le negara estar con él, por que el era Sesshomaru... nadie, pero nadie podía decirle que no.

Fin Flash Back

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-¿Te gusto la película?- le pregunto el saliendo de la sala mientras tomaba su mano y la dirigía hacia la salida-

-Si, pero me gustas mas tu...- dijo Kagome a pocos metros del auto.

Cuando se encontraron ya afuera del auto, antes de que Kagome pudiera hacer algo, el la tomo por la cintura, parecía increíble que a pesar de haber sufrido ambos tanto, juntos simplemente parecía que nada había pasad, Kagome sentía una inmensa curiosidad de saber cual era el pasado en la muerte de Kikyou, sin embargo, su último intento, le costó una desagradable mueca por parte de Inuyasha, no quería volver a ver eso en el rostro de él.

Un beso fue lo que en ese momento se vio, primero muy tierno, dejando ver el sentimiento tan puro que ambos compartían, pero al cabo de un poco, el beso se torno meramente apasionado... Ya no podía amarla mas, eso era lo que sentía su pecho parecía explotar cada vez que la veía, que la besaba, que sentía su respiración cerca de él, ganas enormes de no dejarla nunca... eso era lo que sentía.

-Vamos- dijo ella tomando su mano para subir al coche- debo regresar, mañana debo trabajar... y tu también.

-Solo un poco más, no me gusta que vivas sola... algo podría pasarte- sentenció preocupado, no estaba bien que una chica de su belleza viviera sola.-

-Vamos Inuyasha nada ocurrirá-

-Está bien, vamos, pero mañana te veo temprano- Subieron al auto y condujo hasta el edificio donde Kagome rentaba, le dio un último beso y la vio bajarse del auto.

-Adiós- dijo ella- duerme bien-

-Adiós, lo intentaré, pero sería más fácil si tu estuvieras a mí lado- Eso era lo que en verdad quería, quería estar con ella día y noche, quería amarla de todas las maneras... solo el tiempo diría cuando.

La vio subir las escaleras y se alejo de susurrando... "Buenas noches mi amor".

Gracias! He actualizado rápido por que me han pedido el lemon (esa paciencia...) muchas gracias por estar aquí espero sea de su agrado

Bexos y Abraxos

Jimena-chan