Capítulo VIII
SI NO ES CONTIGO
AMOR ETERNO
PODRÁ NUBLARSE EL SOL ETERNAMENTE;
PODRÁ SECARSE EN UN INSTANTE EL MAR;
PODRÁ ROMPERSE EL EJE DE LA TIERRA
COMO UN DÉBIL CRISTAL.
¡TODO SUCEDERÁ! PODRÁ LA MUERTE
CUBRIRME CON SU FÚNEBRE CRESPÓN;
PERO JAMÁS EN MÍ PODRÁ APAGARSE
LA LLAMA DE TU AMOR
Gustavo Adolfo Bécquer
Llevaban varios días saliendo casi todas las noches, recordó como era salir con su padre, siempre la hacía reír, a veces creía que su padre donde quiera que estuviese lo había mandado para ella, habían superado algunas dificultades, sin embargo, los celos de Inuyasha hacia Bankotzu habían provocado ya una serie de discusiones que siempre terminaban en una maratónica reconciliación de besos, abrazos y palabras dulces.
Caminaba con Sango por la plaza comercial, necesitaba comprar ropa, la que tenía lucía bastante desgastada, además Sango y ella ya llevaban mucho tiempo queriendo salir solas, pues sus amores simplemente insistían en ir con ellas a todos lados... por lo tanto no podían disfrutar de una charla entre mujeres sin que un despistado Inuyasha o un pervertido Miroku les recalcara que no entendían nada.
-Oye Sango tu tienes mucho tiempo de conocer a Inuyasha ¿Verdad?
-Si, bueno nos conocimos cuando Miroku y yo comenzamos a salir, ellos han sido amigos desde la preparatoria- Sango la miró y supo que Kagome deseaba hablar de Inuyasha más a fondo.
-Últimamente Inuyasha y yo hemos discutido...-
-Por celos- interrumpió Sango, parecía entender perfectamente la mirada que Kagome tenía, era extraño, sabía que Inuyasha era muy celoso, sin embargo... cuando estuvo con Kikyou nunca discutieron por eso... quizá era el miedo de perder otra vez a la persona que mas amaba... era una situación difícil tanto para Kagome como para Inuyasha... ninguno de los dos conocía muy bien su pasado.
-Si. La verdad no es muy seguido, pero se pone muy celoso con Bankotzu, cuando el sabe que es mí jefe y que además el me dio el trabajo cuando mas lo necesitaba- cerró su argumento Kagome, sintiéndose un poco culpable de poner a la amiga de inuyasha de hace años en un dilema como ese.
-Inuyasha es así, lo seguirá haciendo, pero... no me digas que no te agrada...- ¿Qué no le agrada, claro que le agrada, la agradaba saber que el hombre quería tenerla sólo para él, pero creía que tal vez él estuviera pensando cosas que no eran, a lo mejor desconfiaba de ella y eso no le gustaba, se suponía que confiaba en ella...
-Si... si me agrada- concluyó definitivamente no podía seguir con el tema, estaban tan tranquilas y se la estaban pasando muy bien... era cierto, ese tema sólo debía hablarse con Inuyasha.
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Llevaba cerca de hora y media esperándola afuera de el edificio donde rentaba, que extraño... ella nunca llegaba tarde, tal vez le había pasado algo... "no, no, no, no empieces con paranoias...", se estaba empezando a asustar...
Cuando decidió subir al auto para ir a ir a buscarla vio una imagen que, al principio, le pareció sólo una visión... pero, no... era cierto, era Kagome... su Kagome bajándose del auto de Bankotzu... muy sonriente y él también.
Sintió un golpe en el estómago y en su espalda al mismo tiempo, sintió por un momento que caería... ¿lo estaba engañando?... parecía que si... de pronto llegaron a su cabeza todas esas imágenes donde los veía reír, donde el intentaba cualquier cosa para estar muy cerca de ella, donde lo escuchaba decir siempre lo afortunado que era de haberle dado el trabajo a ELLA a SU Kagome, y de pronto ella lo vio, le sonrió pues en verdad su inocencia era desmesurada ella sentía no haber hecho algo malo, pero él... pensaba todo lo contrario... "sínica" fue la palabra que resonó en su mente y antes de que ella pudiera llegar al auto, el arrancó, Kagome se quedó pasmada... él ¿había huido de ella?...
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Llegó a su departamento... no sabía si el dolor de cabeza era por la rutina diaria tan pesada que llevaba o por lo que había visto... pero ¿qué es lo que había visto realmente había visto?... lo que vio no la inculpaba en nada... ni siquiera se habían tomado de la mano o algo...
Pero lo que lo tenía en ese hilo de desilusión fue la imaginación que en ese momento si poseía, la imaginaba en sus brazos disfrutando de apasionados besos como aquellos que compartía solo con ella... con ella... tal vez la había tenido en las sábanas de su cama, era algo que le hacía perder la cabeza... el nunca, nunca había intentado proponerle algo así, no por que no quisiera, pues era lo que mas deseaba, si no por que quería que fuera muy especial... necesitaban aún tiempo, y ella tal vez ya había estrenado su cuerpo con él...
Se recostó en la cama la furia no lo dejaba hacer nada ni dormir, ni llorar, nada.
A la mañana siguiente se levantó pues no había dormido nada, se ducho conm agua helada y salió al consultorio, cuando llego Tsubaki como siempre lo saludo pero entonces el no le respondió supo de inmediato que algo había pasado, no sabía que era hasta que la chica, la nueva dueña del corazón de su jefe, entro por la puerta, con semblante preocupado, entonces...lo supo.
-Ja con que la chica ya tan pronto lo fastidio... esto será sencillo- Dijo Tsubaki en voz baja, y se acomodó en la silla de manera que podía escuchar la conversación dentro de aquel cuarto.
-¿Qué haces aquí?
-Ayer, pensé que nos veríamos, te vi... anoche afuera del edificio pero... te fuiste... y-
-Lamento haber interrumpido tu cita- le interrumpió el con ese aire de arrogancia que a veces mostraba-
-¿De que hablas?- Dijo ella, con un gesto de confusión en su rostro
-¿Qué de que hablo, no te hagas... hablo de tu cita con él-
-¿El?
- Si Bankotzu... dime Kagome ¿aprendiste a besar conmigo para complacerlo a él?- y entonces Kagome sintió una punzada en el corazón... ¿Por qué le decía esas cosas?
-No se que te pasa, pero por ningún motivo te permito que me faltes el respeto- y una cachetada se dejó oír en los oídos de Tsubaki.
La vio salir con llanto en los ojos y sonrió... eso no estaba en su plan... pero... servía.
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El día había sido largo... no había parado de llorar, se sentía adolorida, parecía que todo estaba en su contra, tal vez debía irse... tenía ahorrado dinero... si eso haría, mañana sería su último día de trabajo, se marcharía por la noche... "Inuyasha" y pensar que planeaba hacer su vida con él... "Te amo" solo pensaba en el, debía actuar rápido pues si seguía pensando en él no lograría irse.
Noche oscura que traes a mis recuerdos ese ser amado que lejos he dejado, no por que este en otro país, o en otro cielo, si no por que en mí corazón deseo tenerlo lejos, miró el cielo y veo su mirada, su fachada, se que su corazón es mío pero yo deseo mas que eso... deseo su vida, su cuerpo, su alma... sus besos...
Fin Cap VIII
