CAPÍTULO XIV

LÁGRIMAS

Lágrimas de dolor

Lágrimas que recorren mi rostro
Lágrimas de dolor
Toda mi tristeza
Recorre mis mejillas.

Llega hasta mis labios y me recuerdan a ti
Se deslizan por mi cuerpo
Como tus manos acariciándolo
Pero son solo lágrimas.

Terminan su recorrido
Igual que nosotros
Gusto en conocerte
Y con estas lágrimas te despido.

Pero solo será momentáneo
Se que te volveré a ver
Y no podré evitar derramar otra lágrima
Por tu corazón que ya no me pertenece.

Por un corazón que perdí lentamente
Un corazón que quiero conservar
Que no quiero liberar
Y en mi mente voy a guardar.

Con estas lágrimas sello este amor
Que falló en su penumbra
Que solo para ti terminó
Con estas lágrimas te demuestro mi amor

Jessica (Argentina, http/ tan rápido como le dieron las piernas, llegó al elevador, pero tardaba demasiado así que como primer impulso abrió la puerta de emergencias para irse corriendo bajándolas.

Llegó al primer piso y corrió, las lágrimas no dejaban de caer de su rostro, se sentía tan humillada... "¿Cómo pude creer que teniéndola a ella iba a fijarse en mí?" "Tonta" "Te lo mereces por ingenua" "Lo amo tanto" "¿Cómo pudo hacer algo así?", eran los pensamientos que asaltaban su cabeza en ese instante y lo único que su cuerpo hacía era correr... correr lejos de ahí, del mundo... de él.

Mostramos muchas veces nuestros sentimientos de diversas formas... llorando, gritando, riendo... pero muy pocas veces el corazón sabe con exactitud lo que necesita hacer para aliviarse...

Había comenzado a llover, era uno de esos días extraños donde hace calor sin embrago la lluvia es fuerte.

Se había cansado de correr, pero ahora seguía caminando quería estar lo mas lejos de todo, había perdido a su familia, y cuando creía que todo mejoraría, él le había enseñado que su único remedio, era morir de soledad y tristeza.

Estaba muy cansada de todo: de caminar de pensar de recordar... de vivir.

No se dio cuenta que un carro la había estado siguiendo, y de pronto un hombre alto y apuesto bajo de él.

-Sesshomaru- Dijo Kagome con visible miedo en sus ojos

-Se lo que ha pasado... lo siento- Fingió amabilidad, tal vez si ella creía eso sería mas fácil- Kagome déjame llevarte a casa.

Kagome intentaba correr pero sus piernas estaban muy cansadas, no podía más y como no queriendo comenzó a perder visibilidad lo último que vio fue la figura de Sesshomaru sosteniéndola por los hombros.

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El día llegó lento, su cabeza dolía sobremanera... intento moverse un poco pero parecía que había pasado un tren por su cuarto, pues el dolor era algo que definitivamente no podía ignorar...

"Paso un tren" el pensamiento lo hizo sonreír, claro que un tren, después de haber hecho el amor con "Kagome" toda la noche la sensación física era... bueno... simplemente algo que le arrancaba una sonrisa llena de amor, de paz... comprendiendo que ella nunca se alejaría...

La luz era tenue, las cortinas continuaban cerradas, pero parecía que la persona en su tarea de cerrarlas había fallado puesto que éstas se encontraban ligeramente entreabiertas. Se giró y la miro, era extraño, su pelo parecía estar más claro... y ese olor en él... no era el de Kagome.

Se talló los ojos con fuerza, Kagome no tenía un tatuaje... estaba seguro ese cuerpo no era de Kagome, el lo conocía a la perfección... La destapo e inmediatamente la mujer a su lado despertó. Giró la cabeza y lo vio... vio su expresión y con ella pudo verificar que el plan estaba saliendo a la perfección.

-¿Qué haces tu aquí? ¡¿Qué paso!- Dijo Inuyasha cubriendo su cuerpo con las sábanas y mirándola de un modo que ni siquiera ella podía comprender... era algo así como miedo, duda y... ¿coraje? -¿Dónde esta Kagome?

-Calma querido... no me digas que lo olvidaste- Contesto ella con singular alegría.

- ¡Olvidar qué! De que demonios hablas ¿En dónde esta mí mujer?- Terminó de decir al tiempo que se ponía su ropa interior, Tsubaki lo miraba de nuevo, esa sensación de hacer el amor con él... al ver ese cuerpo tan perfecto, protector y frágil a la vez, dulce pero salvaje... solo él.

-Es obvio Inuyasha... finalmente te diste cuenta de que esa niña no era lo que buscabas... tu necesitas una mujer como yo...-

-¡Cállate! Eso no es cierto, entre tu y yo no pudo haber pasado nada... yo no te amo, la amo a ella...a Kagome... ¿En dónde está?- Dijo esto mirando a Tsubaki, parecía no importarle nada... él no le había hecho el amor a esa mujer no... en su mente estaba Kagome, en sus manos estaba su cuerpo, sus formas, esos pechos que tanto le gustaban por que eran perfectos... eran sólo para él, en su boca sólo su nombre... bendito.

-Ya basta Inuyasha... anoche tú me hiciste el amor frente a ella... me dijiste lo mucho que me amabas, y ella se fue, creo que comprendió que tu lo que necesitas es...- No pudo terminar, las manos fuertes de Inuyasha la tomaron por el cuello casi al punto de la asfixia, pudo ver sus ojos... ese dorado hermosos tan apacible... ahora eran de un rojo fulgurante parecía que con cada parte de su cuerpo quería destrozarla... y lo sabía, sabía que él amaba a Kagome, por que desde el principio esa mirada... recordó el momento en el que le pidió trabajo, parecía incluso que su mirada pidiera a gritos encontrarse con alguien, cuando Kagome llegó esa mirada cambio y lo supo, supo que era ella la mujer que lo sanaría... y no podía soportarlo simplemente no podía.

-Escúchame bien arpía, iré a buscarle y cuando la encuentre tu le dirás que fue tu culpa... no estoy dispuesto a perderla por nada y menos por una golfa como tú.- Y la liberó del agarre se dirigía a la salida de la habitación, cuando escuchó la voz de la mujer que aún le hablo tosiendo pero con un leve tono de diversión.

-No la encontrarás... él se la llevo-

"Él" ¿Quién?

Regreso casi corriendo a la cama y la volvió a tomar de la misma manera ahora mas desesperada.

- ¿Quién? ¿De que hablas?-

-No se quien es- mintió- sólo se que se la llevaría, tampoco se a donde- Y la soltó, no tenía tiempo, debía buscarla, obviamente es a mujer no se lo diría.

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Despertó un poco temerosa... quería que todo fuera un sueño, pero una voz la hizo caer en la realidad... era Sesshomaru... la había encontrado...

-Despertaste- dijo él acariciándole la cabeza. Ella se alejo de él, definitivamente tendría que controlar sus ganas de golpearle y hacerla suya de manera brutal, pues tenía que seguir el plan si quería salir victorioso...

-Tranquila no te dañaré.- Y salio de la habitación

Se sintió así en el limbo, y esas imágenes en su cabeza, comenzó a llorar, quería morir... recordó sólo lo que había pasado... "fingió estar enfermo para irse con ella"... pensó...

Y no lo soportaba, el le dijo que la amaba y ahora estaba allí con "él"... todo era su culpa... ojala nunca, nunca lo hubiera conocido pero... "Te amo demasiado"...

Fin Cap XIV