CAPÍTULO XVII

SIN TI

Un sueño desesperado

Me encuentro en medio de la nada, con la mente en blanco y mi cuerpo como acompañante.

En este lugar todo es mejor y a la vez peor, porque el silencio y la soledad me ayudan a reflexionar, pero a la vez la desesperación de no escuchar, ver o sentir a alguien acaba con mi ser.

No encuentro la manera de escapar de este lugar, un lugar en el que cada paso se hace más difícil, en donde no encuentro descanso.

Dejar de caminar sería terminar con esta vida, dejar todo atrás y terminar con el esfuerzo por permanecer aquí, renunciar a lo que soy y ser derrotado por este gran desierto en el que no hay ilusiones, sólo realidad.

Me he perdido varias veces en este camino, un camino que me lleva a todas partes y a ninguna a la vez, que no tiene una dirección fija y que cambia constantemente.

Pero este camino no es eterno, llega a un final que no siempre podré decidir, algo podría oponerse en mi camino y detenerme por siempre.

Tengo dos caminos, unos es tentador, parece ser más fácil y cómodo, pero siempre lo fácil resulta ser lo más difícil, creo que mejor tomaré el otro camino, se ve peligroso y arriesgado, pero esto siempre termina en algo bueno.

Aquí no hay ni día ni noche, sólo es un gran lugar, en el que tampoco hacer calor o frío, solo está mi presencia, pero...

estoy sintiendo algo extraño, siento como si alguien me acompañara, algo que ante cualquier obstáculo me impide seguir, algo que no me permite hacer lo que quiero y muchas veces me hace pensar que este camino no tiene sentido, siempre está cerca de mí, y no encuentro la manera de alejarme de él.

Me detuve un poco en mi camino por primera vez, y parece ser que no ha terminado, por fin he encontrado una manera de descansar, puedo ver otro lugar, no tengo obstáculos, no hay nada que me impida ser yo mismo, pero no estoy en la realidad, he encontrado una manera de escapar temporalmente de ese exhausto camino,

estoy en un lugar fantástico, ahora todo es como yo quiero, he entrado en un pequeño lugar, en el que sólo hay un corto camino, sólo basta con detenerme para regresar a la realidad...

es un sueño, un sueño que he buscado desesperadamente, un gran sueño desesperado

Edgar Merino Hernández

"¿Por qué?" cuantas veces esa pregunta ronda nuestra cabeza... muchas... muchas y de diferente forma, a veces es curiosidad, pero muchas otra veces más habla por nosotros la desesperación... el miedo... la angustia... todos esos sentimientos que nos inundan y que nos hacen creer que nada mas vale la pena... "¿Por qué Inuyasha?"...

Sintió los pesados labios de la sensual mujer que estaba con él... se apartó pesadamente y la miró con frustración y después con ira ¿Qué le hacía pensar que quería besarla?... lo único que él quería era información para encontrar a Kagome.

Al momento de apartarse se limpió los labios con un ademán de asco, esa mujer... era la culpable... ¿Por qué seguía atormentándolo? ¿No había sido suficiente ya?

-Cariño déjame limpiarte- Y se acercó a él... estaba tan pasmado que no supo muy bien como las manos de la chica ya estaban sobre sus piernas con una servilleta, la movía de manera bastante sugerente... "Kagome"... y cerró sus ojos pensando que su amada mujer era la que le regalaba tan placentera caricia...

A la distancia se encontraba Kagome con los ojos llenos de lágrimas con la mano de Sesshomaru aprisionándola...

-El no te ama... serías mas tonta si después de esto le creyeras- Dijo finalmente, la tomó mas fuerte por el brazo y la jaló para su sorpresa ella no puso mas resistencia, pudo jalarla con facilidad y por segunda vez se sintió mal de ver a una mujer llorar por un hombre... y recordó que en su despedida con Rin, ella tenía un brillo extraño en sus ojos "lágrimas" ella había llorado el dolor de dejarlo... Pero se lo había prometido... "Nadie volverá a lastimarme" salió con ella del lugar, y la subió al auto... la vista de la chica se encontraba tan perdida... "Mentiroso... mentiroso... mentiroso..." Su mente se inundaba de esa palabra... comenzó a sentir las lágrimas sobre su rostro y el golpe recién recibido por parte de Sesshomaru también comenzó a arderle...

"Así será mí vida de ahora en adelante...si es que logro vivir"... Por que simple y sencillamente no creía que lograría vivir sin él a su lado... Inuyasha... su amor...no creía en las vidas pasadas pero en caso de que las hubiera, en ese momento había comprendido que había hecho algo muy malo en esa vida, pues ahora estaba pagando...

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Sintió ese roce y de pronto abrió los ojos encontrándose con la mirada de Tsubaki y sus manos... no eran las de Kagome, la apartó inmediatamente y se levantó de su asiento.

-¿Qué es lo que quieres de mí?...¿Tanto me odias?- Dijo él con un tono de furia sus ojos estaban fulgurantes y su quijada apretada, parecía que en cualquier momento iba a saltar sobre ella y matarla con sus propias manos.

-No te odio querido... te amo... te deseo...

-Tu no me amas... ni yo a ti-

-Bueno tal vez no te ame... pero si te deseo, y no importa cuanto lo detestes... eres para mí y tendrás que aceptarlo- Las palabras de la mujer le sonaron como a orden... ¿Pero qué se creía esa mujer? Encima de que había logrado que su mujer fuera atrapada por ese hombre y que desconfiara de él, ahora estaba poniéndole condiciones...

-Escúchame muy bien maldita idiota... vas a decirme donde esta...-

-yo pondré las reglas- lo interrumpió con un tono de voz desafiante y un rostro que reflejaba su sentimiento de supremacía. –Si tu intentas algo, cualquier cosa, ella se muere.-

"Se muere" y su mundo se detuvo... no había podido ni siquiera comer sintiendo la angustia de saber a Kagome en manos de Sesshomaru y además con una idea errónea de su traición...

-¿Qué es lo que quieres para dejarla en paz?-

-Escúchame bien... yo puedo convencer a Sesshomaru para que la deje pero a cambio quiero que te cases conmigo-

-Estas loca yo jamás podría...- Y enmudeció vio los ojos de esa mujer, le hablaban con la verdad... Pero que hacer... su vida era de Kagome si se casaba con esa mujer entonces Kagome en verdad lo creería infiel y nunca más podría estar con ella... Pero si no se casaba... el destino de Kagome con ese hombre no podría ser otro que... ¡NO!

- Eres una perra... una maldita golfa te odio... no sabes cuanto-

-Te daré tres días para que lo pienses- Y salió del lugar... Inuyasha intentó seguirla pero la fuerza de sus piernas estaba yéndose...

Llegó a su departamento, le había costado mucho trabajo manejar de regreso y subir las escaleras, ya que el elevador estaba descompuesto, el motivo de su visión borrosa eran sus lágrimas... el llanto nunca fue tan pesado hasta entonces... no sabía en donde ni como estaba... la quería de regreso... pero no podía, sentía tanta rabia... el teléfono timbro...

-¿Hola?- Y no recibió respuesta... pero un sollozo inconfundible llegó a sus oídos- ¿Kagome, mí amor... te amo... mucho... por favor necesito escucharte necesito saber como estas- Las lágrimas volvieron a sus ojos y Kagome se pudo dar cuenta de eso –Por favor mí amor, sólo dime que estas bien... sólo eso.-

¿Estar bien? ¿Cómo podía? Lejos de él era imposible... pudo escucharlo llorar su voz se oía cansada, roída y desesperada, tuvo el impulso de hablarle

-Inu...- Pero no pudo seguir, Sesshomaru le había quitado el teléfono "Te dije que no le hablaras estúpida" Inuyasha se sobresalto ante tal estruendo, tremendo grito, y después un golpe... el sollozo de la mujer se hizo presente... la había golpeado.

-¡Kagome!... Sesshomaru no la toques me oíste te mataré, lo juro, maldito no la toques- Lo dijo a punto de colapsarse, ese maldito se había atrevido a golpearla y el no podía detenerlo

Escucho una risa y la frase "Tienes tres días" y colgó... Tsubaki ya había hablado con él.

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Estaba ahí sobre esa cama su cara amoratada y su corazón roto, jamás podría ser feliz... jamás...