CAPÍTULO XX
SANANDO EL CORAZÓN: EMPEZAR DE NUEVO
Tengo hambre de tu boca, de tu voz, de tu peloy por las calles voy sin nutrirme, callado,
no me sostiene el pan, el alba me desquicia,
busco el sonido líquido de tus pies en el día.
Estoy hambriento de tu risa resbalada,
de tus
manos color de furioso granero,
tengo hambre de la pálida
piedra de tus uñas,
quiero comer tu piel como una intacta
almendra.
Quiero comer el rayo quemado en tu hermosura,
la
nariz soberana del arrogante rostro,
quiero comer la sombra fugaz
de tus pestañas
y hambriento vengo y voy olfateando el
crepúsculo
buscándote, buscando tu corazón
caliente
como un puma en la soledad de Quitatrúe.
Neruda Pablo.
Sentirse en el alivio cuando hemos tenido un problema es definitivamente la sensación mas agradable al alivio, que podemos contar con alguien que nos dice que todo esta bien o incluso que esas palabras las articulemos nosotros mismos va mas allá de lo que las emociones nos pueden brindar, es un plano desconocido e incluso irracional, pues tal vez nos han lastimado pero... ese dolor se transforma al ver a esa persona estar con y para nosotros...a pesar del dolor y el engaño... tan irracional... tan maravilloso.
Sintió presión sobre su abdomen, los golpes en la cara aún dolían, pero estaba tan distraída con ese peso sobre su cuerpo que ni siquiera le importó.
Abrió los ojos, se dio cuenta de que estaba totalmente reclinada, por lo tanto no podía ver lo que se sostenía de su cintura, inclinó un poco su cuello para ver si así lograba ver y entonces vio que lo que la tenía casi inmóvil era un hombre, de cabello negro largo, dormía de manera pesada y sonora abrazado a su cuerpo. Sintió un gran alivio, el había estado con ella... eso quería decir que Sesshomaru no podía acercársele.
Levantó su mano y comenzó a acariciar su cabello, Inuyahsa sintió la leve caricia y comenzó a moverse un poco, al principio había olvidado donde y bajo que circunstancias se encontraban, pues debido al cansancio y preocupación no había logrado dormir esos tres días, pero ahora, sabiéndose con Kagome pudo conciliar a la perfección el sueño, al sentir el tacto volvió ese sentimiento de alivio que hace horas había experimentado. Se dejo acariciar un poco más y luego levanto levemente su cara para cruzarse con los ojos verdes de la hermosa mujer que estaba recostada en la cama.
-¿Estas bien?- le pregunto ella seria, es cierto... la traición... pero en ese momento a ella le importaba que el no estuviera tampoco lastimado... aunque ella si lo estuviera.
-Desde anoche que te encontré estoy mejor- Dijo el dejándola que se incorporara, pues se dio cuenta de su posición y concluyo en que para ella debió ser muy molesta - Te extrañe tanto-
-Por favor Inuyahsa... deja de mentirme, ahora mi propio valor es lo único que me queda, todo lo demás te lo di y tu...- las lágrimas comenzaron a brotar, había llorado tanto que sentía que ya nunca mas lo haría por falta de lágrimas...error.
-No te mentí...-
-¡Basta! Que no estoy ciega... como te atreves... después de que yo los ví...-
-Ese no era yo- la interrumpió poniendo su rostro una vez mas en su estómago sintiendo que otra vez se le escapaba de las manos- Ella, esa noche... me engaño... a todos nos engaño... debes creerme Kagome, mientras estaba con ella yo juraba que eras tú... y cuando desperté estaba ella, y Sesshomaru ya te había llevado con él... nunca me había sentido tan asustado...- Y era verdad... el miedo de perderla no lo dejaba ni siquiera respirar- También Miroku salió lastimado, esta en otro cuarto... en el baño comencé a sentirme mal y luego ella entró y creí que eras tu-
Kagome entendió enseguida ese plan ¿Tsubaki y Sesshomaru? Debió suponerlo... de que otra manera Sesshomaru se enteraría donde estaba...
-Inuyahsa... yo-
-Entiendo que todo esta en mí contra, pero te amo y no dejaré que ese maldito se quede como si nada...- La interrumpió- Dime Kagome dime que debo hacer para que me creas... lo haré lo que sea...- E inclinó de nuevo su cabeza en su estómago sintiendo que la vida lo abandonaba de sólo pensar en que ella lo rechazara-
Kagome sonrió... era la verdad... todo era lógico... De pronto los dolores comenzaron de nuevo a brotar... no sería fácil pero teniéndolo a él a su lado todo sería más fácil.
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-Kagome eso no va ahí- Decía Inuyahsa sonriendo vestido con un pantalón de Jean viendo como la chica intentaba colocar un cuadro sobre el nuevo departamento que acababan de adquirir.
-En lugar de regañarme deberías de ayudarme- Y en ese momento resbaló siendo alcanzada por las manos de Inuyasha, ambos rieron y justo en el instante en que la sostenía en el aire la besó... esa sensación, ya habían pasado tres meses desde aquel acontecimiento... y ni señales de Tsubaki o Sesshomaru. Intentó profundizar el beso que fue correspondido de inmediato, tanto tiempo sin hacerle el amor lo mataba, deseaba sentirla otra vez, pasó sus manos por debajo de su abdomen y ella lo apartó gimiendo un poco.
-Lo siento... yo-
-Esta bien... tranquila, yo se esperar...- ella sonrió, lo sabía, el se lo había dicho, le daría todo el tiempo del mundo para que ella pudiera superarlo todo y así comenzarían de nuevo.
Se encontraban tirados sobre varias almohadas, la cama aún no la llevaban, detestaban ese servicio, nada llega a tiempo. Inuyasha la veía, ambos de lado, Kagome recargada sobre se brazo y respirando en su pecho, había tantas preguntas que quería hacerle, ya había hablado de su padre con él y cuando iba a hacerle otra pregunta ella le adivino el pensamiento.
-Mí padre tenía una novia ¿Sabes?-
-¿De verdad?- dijo él- Y tu estabas molesta con él- Le dijo Inuyasha con una sonrisa que la culpaba pues comprendía que cuando uno es joven queremos a los padres sólo para nosotros.
-No yo nunca la conocí... decía que me agradaría... y la conocería en una cena, era una sorpresa, el siempre me tuvo en primer lugar y cuando formalizo con ella, el salía más, y lo extrañaba pero... se veía tan feliz... luego murió y... bueno nunca la conocí- Se sintió aliviada, lo compartía todo con él, hasta esa experiencia que según ella, no tenía mayor importancia.
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-Debí haber terminado con ella cuando tuve la oportunidad...- Se decía así misma en ese hotel de lujo-
-Tsubaki, al parecer la niña es mas difícil de matar, pero antes de que eso pase quiero que sea mía otra vez-
-Sesshomaru... tan pervertido como siempre...-
-Escucha lo que haremos es a largo plazo, seguiremos con él plan... si ella vuelve a desaparecer, el hará cualquier cosa con tal de saberla bien, entonces tu podrás casarte con él, y yo la haré firmas el poder de la herencia para que sea sólo mía...
-Claro...la haremos firmar, será más fácil ella no es tan fuerte como su padre... nunca pude hacer que él firmara un poder...- Esa mujer... le parecía tan hermosa y tan perversa... y aquel indefenso hombre se dejo engañar, hasta dejar a su pequeña desprotegida... mujer tan fría existía en el mundo... sólo ella... Tsubaki.
Fin Cap XX
