CAPÍTULO XXIV

SECRETOS

Puedo tocar tu mano sin que tiemble la mía
Y no volver el rostro para verte pasar.
Puedo apretar mis labios un día y otro día
... Y no puedo olvidar.

Puedo mirar tus ojos y hablar frívolamente
Casi aburridamente sobre un tema vulgar.
Puedo decir tu nombre con voz indiferente
... Y no puedo olvidar

Puedo estar a tu lado como si no estuviera
Y encontrarte cien veces así como al azar.
Puedo verte con otro sin suspirar siquiera
... Y no puedo olvidar

Ya ves... tú no sospechas este secreto amargo
Más amargo y profundo que el secreto del mar.
Porque pude dejarte de amar y sin embargo
... No te puedo olvidar

Miró la caligrafía una y otra vez... no la reconocía, pensó por un momento en que tal vez esa nota había sido enviada por una de las empleadas de su padre... Pero las conocía a todas y la nota decía que ellas nunca pudieron relacionarse... ¿Qué demonios estaba pasando?...

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Había pasado toda la mañana revisando los expedientes de sus pacientes... el trabajo ahora era mas duro, y no era que extrañara a Tsubaki, pero sabía que debía de conseguir pronto una nueva ayudante de lo contrario moriría de cansancio, si era exagerado, pero nunca se había acostumbrado a hacer trabajo de oficina lo único que hacía era para lo que había estudiado: ayudar a personas con sus problemas emocionales. Se llevo las manos a la cara con frustración al revisar su agenda: hoy tendría que atender a tres pacientes nuevos... eso significaba que debía, llegar a comer rápido a casa t después volver aún más rápido... ¡Demonios!

Se sentó pesadamente en su asiento detrás del escritorio, y vio el teléfono... quizá la llamaría... aunque fuera sólo para tener un "jugueteo" por teléfono...

Marcó los primeros dígitos, no podía esperar más para escuchar su voz...

-Hola...- Fue lo que escuchó, inmediatamente el corazón s ele acelero.

-Hola- dijo él esperando que no lo reconociera.-Sabes... últimamente había querido llamar a este número...-

-¿De verdad?- Dijo ella siguiéndole el juego...-Pues, lo siento mucho, pero las personas que vivían aquí se han mudado y ahora estamos mí novio y yo.- Dijo ella con un notable tono melosos en su voz.

-Oh, que mal, bueno supongo que tendré que hablar contigo...-Dijo él con una ligera sonrisa esperando que eso la provocara.

-Bueno pues si no quieres hablar conmigo yo tengo cosas que hacer- Lo retó.

-Bueno, yo quisiera preguntarte sobre el maravilloso hombre que tienes por novio...-

-Bueno... él es... ehm... pues él es tierno, cariñoso, inteligente y siempre me protege- Dijo ella sentándose en la mesa improvisada, sabiendo que esas palabras lo harían perder la razón más rápido.

-Oh ya veo... –

-Y además...-Dijo interrumpiendo la frase de Inuyahsa que apenas estaba formulando- Es exquisito en la cama...- Terminó ella esa frase en un susurro, mientras que escuchaba a Inuyasha dejar salir igualmente un suspiro... sabía que lo estaba provocando.-Pero eso si...-Siguió ella- Es una amenaza tras el volante-Terminó para dejar salir una pequeña risa que fue acompañada por una carcajada de Inuyasha, recordando como se conocieron...cuando el la atropelló –Además... creo que es el culpable del agua fría en esta casa-

-Creo que yo tengo un método- Bueno el juego de palabras simplemente dejo de serlo para convertirse en carisias casi fingidas... Inuyasha casi podía sentir la respiración de Kagome a través de la línea... y por Dios que eso le excitaba.

Kagome pudo sentir un leve roce y cuando miró hacia su pecho se llevo una sorpresa... sus pezones estaban erectos, pero ni siquiera lo había notado pues estaba solamente al tanto de la respiración de Inuyasha pues todo parecía indicar que estaba agitándose.

Parecía sentir su respiración en su cuello como tantas veces lo había sentido antes, era la urgencia de estar con ella, de sentirla...

Pasó sus manos por sus senos erectos, podía sentir las manos de Inuyasha en ese lugar... parecían quemar podía sentir su lengua buscar en su cuello las manos que corrían frenéticas de su pecho a su estomago y a su vientre bajo.

¿En qué momento se puso tan duro?... esa mujer, ni siquiera estaba con él... no, no era así ella estaba presente siempre... sus manos alrededor de su erección parecían doler... el dolor, ese dolor era tan gratificante... podía escuchar los jadeos de ella por el teléfono... y eso solo acrecentaba mas su placer, pronto, él estaba jadeando también.

Sus manos pasaron por su vientre bajo y llegaron hasta su intimidad... rodeo el borde de esta y comenzó una leve danza, de arriba abajo y luego circular... Sintiendo no sus dedos, si no los dedos de Inuyasha que en su imaginación, la estimulaban... pronto su miembro comenzó a buscar u entrada y los gemidos se hicieron presentes.

La escuchó gemir... oh Dios que placentera necesidad... sentía que se adentraba en ella... su mano hacía la recreación de la cavidad húmeda y caliente de su mujer... ambos gemían al teléfono... pero en su mundo ello estaban juntos disfrutando de hacer el amor de nuevo...

Sentía su miembro entrar y salir se una manera casi tosca... hasta llegar a su clímax y gemir por lo alto su nombre... "Inuyasha"... para después sacar sus dedos de su intimidad... ese hombre ¡Dios! La manera en que la hacía sentir su intimidad...sin si quiera estar con ella físicamente.

Escuchó el gemido que emitió con su nombre, y los golpes en su miembro se aceleraron, por su puesto no sentía su mano alrededor de su hombría hinchada y caliente, lo que el sentía era la intimidad de su mujer. Finalmente un inminente orgasmo lleno su cuerpo, sintiendo las sensaciones aflorar su piel y su corazón, con esa particular forma de hacer el amor.

Al finalizar, colgó el teléfono, agitado aún, con unas ganas tremendas de ir a casa tomar a su mujer, besarla, tocarla y... bueno definitivamente esa conversación le había dejado muchas ganas de saciarse de ella, definitivamente esa mujer lo llenaba en todos los aspectos.

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Por su parte Kagome no lograba bajar con nada ese tono rojizo en sus mejillas, estaba atontada, por decirlo de una manera... El sonido del teléfono la hizo despertar de sus pensamientos.

-¿Hola?- Espero unos segundos, pero nadie hablo- ¿Hola?... ¿Inuyasha?... ya ponte a trabajar- Dijo ella pensando que era Inuyasha de nuevo el que estaba de nuevo en la línea.

-¿Recibiste la nota?- Le contesto una voz femenina, pareciera que estaba enferma por que su voz no se oía claramente.

-Si- Dijo ella temerosa... ¿En verdad era la persona del anónimo, no sabía si confiarse o no...

-Quisiera hablar contigo...-

-Creo que sería prudente hacerlo por teléfono- Dijo Kagome, de alguna manera no se sentía confiada, a pesar del tiempo que ya había pasado de los trágicos acontecimientos, ella simplemente no podía confiar tan fácil.

-Creo que no será posible, pero no te preocupes, sabrás de mí..., es importante que mantengas esto en secreto...-

-¿Secreto?-

-Si... nadie puede saber que hable contigo, hay muchas personas que quieren la herencia de tu padre... pero yo te voy a ayudar a que ellos no sepan en donde estas...-Y la mujer colgó dejando a Kagome un poco confundida, bueno, sabía que la herencia que su padre le había dejado era grande... pero sabía que al lado de Inuyasha nada podría pasar...

Al cabo de unas horas el hombre llegó a casa, robándole mil besos para no variar... Se acercó hasta el identificador de llamadas que parecía parpadear y lo miró "teléfono público"

-Kagome ¿quién llamó de un teléfono público?- Dijo el con nada de sospecha hacía su mujer.

-Ehm colgaron...-Mintió, tal vez guardar ese secreto haría de esa situación algo menos pesado, pues estaba convencida de que no era para tanto... error.

Fin cap XXIV

Hola chips perdon el retraso pero es que estaba saturado, perdon x no poner agradecimientos pero stoy un poco corta de tiempo, saben ke las aprecio y son muy importantes para mí las kiero!

Grax y ya viene el fina prox!

Bexos y Abraxos

Jimena-chan