No quiero violar ningún derecho de autor solo hacer un fanfic.

Primer aviso: este fic esta escrito en primera persona y, contiene lemon.

Amelia: Vida

Por: Luna "El sol nocturno"

"No, esto no puede estar pasando"

-Lina yo debería estar en la catedral no en una habitación de posada.

-Tú deberías estar buscando a Zelgadiss, no casándote con otro.

-Chicos, es que no lo entendéis sino me caso habrá una guerra civil.

Me levanto decidida, no quiero mas sufrimiento; este año ha sido particularmente doloroso para mí y quiero que esto termine, puede que a Zel se le rompa el corazón al saber que me he casado pero entrara en razón cuando sepa el motivo, o eso creo.

-Amelia ¿ Qué fue lo que él te dijo?

No respondo y me encamino resueltamente hacia la puerta.

-¡ Adónde crees que vas!

Antes de darme cuenta termino en el suelo, me arde la mejilla… y lo hace dolorosamente.

-¡ A casarme¡ Ya no puedo esperar mas, Lina!-Comienzo a sollozar-¡ Le he esperado durante dos años!… Incluso he puesto en peligro la seguridad de mi reino por él, pero esta vez no podré eludir nada, solo… solo cumplir… mi deber para con mi pueblo…-tiemblo convulsamente, es demasiado, si me caso ahora librare a mi pueblo de la guerra pero me condenare a ojos de mi misma. No me reprimo y comienzo a llorar.

-Desearía morir…-susurro

-Ya lo estas, o lo estarás si todo sale bien.

Dejo de llorar y alzo los ojos, Lina deja un pergamino sobre la mesa y Gaudy sonríe satisfecho.

-Es de tu padre, léela sabrás por que estas aquí y no en la catedral.

Salen de la habitación y me quedo a solas, me levanto temblando y al acercarme hasta el espejo veo mi rostro, tengo los ojos rojos de llorar, el maquillaje que tanto esfuerzo le había costado a Hanna esta arruinado y una marca roja empieza a aparecer allí donde Lina me ha abofeteado. Estoy hecha unos zorros.

El pergamino esta lacado con los sellos personales de mi padre y abuelo ¿ Por qué, lo abro temblando y empiezo a leer:

Querida hija :

Si estas leyendo esto significa que te han conseguido librar de las manos de semejante déspota, vete de Seilloon, no es seguro para ti, la sucesión seguirá por William.

Ve con Zelgadiss y se feliz con él.

Según el abuelo a él si le habría dado su bendición, no sabes como se puso al enterarse que el afortunado era Graders y no el joven al que amas y entregaste una parte de ti ( si lo sabemos, sabemos que perdiste el brazalete en la muñeca de tu "amigo").

Hija mía esto me resulta tan difícil, si lees esto te convertirás en una exiliada.

Te echaremos de menos y el palacio( todo el reino en realidad) no volverá a ser el de antes sin tu presencia.

Diremos que estas muerta para que no te busque ese codicioso pero debes salir de Seilloon por una temporada, aprovecha para buscarle y ser feliz con él.

Toda tu familia.

La fusticia triunjara William

Me encojo sobre mi misma y caigo al suelo arrastrando una de las sillas.

Entran debido al estruendo y mientras Gaudy me lleva a la cama Lina pone en orden la habitación.

-Te ayudaremos a buscarle, tranquila.

Posa una de las manos en mi frente y murmura un hechizo, no por fav…

-Amelia, Amelia, eh, vamos despierta, tenemos que irnos a buscar a Zel y ya salimos con retraso.

Es Gaudy, al abrir los ojos sonríe cariñosamente y me guiña el ojo, me levanto insegura, sé que soy libre para amar a quien quiero pero el precio es…

Rompo a llorar y alguien me rodea con los brazos. Es reconfortante.

-Amelia como no te veamos soltando discursos dentro de un rato nos empezaremos a preocupar ¿ Verdad Gaudy?

-Si, y para alegrarte nada mejor que un buen desayuno.

Sonrio entre lagrimones y sollozos, si es lo mejor buscarte y ser feliz contigo.



-V-I-D-A-

-Lina ¿ Esta es mi ropa?

-Sí, anda cámbiate que salimos tarde. Estoy abajo.

Me cambio y me miro en el espejo, es parecida a la de Lina, y mis curvas quedan ligeramente acentuadas por la ropa. Es bonita pero me siento extraña al llevar pantalones ajustados y blusa de manga larga, no me reconozco ni yo, lo va ha hacer Zelgadiss.

Las botas repiquetean en el suelo de madera al salir al pasillo, la capa flota detrás de mí y siento que solo faltas tú saliendo de la habitación mientras me sonríes en un mudo buenos días para saber que tendremos otra misión como justicieros. Sonrio y salgo de la posada.

Lina sujeta las bridas de dos caballos mientras Gaudy intenta que no le muerda el suyo.

-Vamos no tenemos todo el día.

Subo al caballo y se acerca.

-¿ Tienes tu brazalete?

-Sí

-Podrías usarlo para buscar a Zel.

Pues claro, los hechizos de búsqueda, nos ponemos en camino y a las afueras lo saco.

-Amelia espérate a que lleguemos a casa de Silphil y lo haces con tranquilidad.

-¿ Vamos a casa de Silphil?

-Aja nos están esperando.

-V-I-D-A-

Tengo el trasero al rojo vivo por culpa de la silla. Silphil asiente divertida mientras me enseña donde esta la habitación que ocupare en mi estancia aquí, entramos.

La decoración es parecida a la de Seilloon pero algo más romántica y alegre, no tan sobria y estricta, encendemos la chimenea y algunas de las velas para tener algo de luz.

-¿ Sabéis donde esta?

-No, pero un hechizo de búsqueda puede hacer mucho-digo mientras la enseño el brazalete.

Me mira con cara de no saber nada.

-Ha… hace dos años le di el otro.

Sonríe alegre y me abraza.

-Felicidades, yo no tengo la misma suerte. ¿ Vienes a cenar fuera?

-Eh no, no déjalo estoy muy cansada.

El agua caliente es toda una delicia, relaja los músculos y alivia el dolor externo… me hundo y salgo totalmente mojada, mi mente vaga en el tiempo y recuerdo el momento en que te di el brazalete…

…-Esto… Zel…

-¿ Si¿ Qué ocurre Amelia?

-Te… tengo algo que decirte-te mire deseando que entendieras pero seguiste andando con la vista al frente. Me pare.

-¿ De que se trata?

-De ti y de mi.

Te paraste dándome la espalda, esperando o terminando de convencerte de lo que acababas de escuchar.

-Amelia…-susurraste

No pude mas, me lo quite y colocándome delante de ti te lo tendí.

-Quédatelo… por favor.

La sorpresa que vi en tus ojos era producto de la impresión, de repente tus brazos me rodearon y me alzaste para abrazarme…

Salgo del baño y me encamino a la habitación, no tengo hambre ni sueño solo tristeza y resentimiento, quiero encontrarte y no hacerlo al mismo tiempo, si lo hago recordare cuando… cuando… entro en la habitación y resbalo contra la puerta sollozando, no puedo soportarlo, sencillamente es demasiado…

-Amelia tranquila, no pasa nada.

Lina me abraza y me aparta de la puerta para que puedan entrar los demás, alguien me coge en brazos y me tumba en la cama.



-V-I-D-A-

-¿ Crees que deberíamos decírselo?

-Sí, será lo mejor

Me levanto y miro a mi alrededor, solo faltan Filia, Vargaav y Zeros para que estemos… también faltas tú… sorbo sonoramente y todos enmudecen mirándome.

-¿ Qué es lo que tenéis que decirme?

-Le hemos encontrado.

Insto al caballo al galope y miro el brazalete, su brillo paulatinamente más intenso indica que el otro esta cerca, a lo lejos se distinguen las ruinas de una mansión, por lo que los chicos han averiguado perteneció a Rezo y ahora esta abandonada ¿ O no?

Salto del caballo y dejo que vaya a refrescarse, se lo ha ganado después de la carrera, oigo los gritos de los demás, apremiándose para no quedar muy atrás, entro en la antigua mansión, es una ruina; veo el brillo del brazalete, tu espada atada con cadenas al pasamanos de la escalera, me temo lo peor

El ruido de los caballos y el carromato me sacan de mi ensoñación, salto a la balaustrada y me interno en un pasillo abriendo las puertas.

-Zelgadiss… Zelgadiss…

Sigo corriendo y abriendo puertas, al abrir una te veo tumbado en un catre, quieto como una estatua, como si la muerte te hubiese reclamado recientemente.

-Zelgadiss…

Me agarro al marco de la puerta para no caerme y me acerco llorando hasta tu cuerpo, caigo de rodillas. Es demasiado tarde.

Algo me toca ¡ Eres tú! Con ojos llenos de cariño y añoranza.

-¿ Qué te ha pasado?

Abres la boca, pero ningún sonido surge de ella, bebo algo de agua y rozo tus labios para verterla en ella, al separarme sonrío avergonzada haces lo mismo mientras lo acompañas de un movimiento para levantarte

Cuando nos ponemos en pie tus piernas flaquean y caigo encima de ti, suspiro reflexivamente, lo volvemos a intentar sin conseguirlo, te beso y tomo una decisión.

-Chicos necesitamos ayuda.

Gaudy me ayuda y entre los dos logramos levantarte y salir al pasillo, Zangulus coge el brazo y me cambia en tu transporte, al bajar la escalera Lina me tira el brazalete instándome a colocártelo otra vez en la muñeca.

Tras subirte entre todos, Silphil y yo te acomodamos en el carromato, coloco tu cabeza en mi regazo y las lagrimas por haberte encontrado corren al fin, las secas suavemente mientras nos ponemos en marca, beso la palma de tu mano y cuando cierras los ojos te beso, buenas noches.

Estoy tan agotada que podría dormir durante todo un año, a Silphil le ocurre lo mismo.

-En casa ya seguiremos Martina y yo.

-De acuerdo.

-¿ Cómo haremos para entrar en la ciudad?

-Por el camino alto, se da un buen rodeo pero queda cerca de casa.

Así no llamaremos la atención, buena idea.

Gaudy sale con tu ropa y me la tiende.

-Esta destrozada ¿ Por qué no vas a que se la vuelvan a hacer?

-Sí¿ Cómo esta?

-Dormido como un bebe, Lina y Martina están con la segunda remesa de recuperaciones, estará bien.

-Vuelvo enseguida.

Cojo la capa y salgo por la puerta, bajo corriendo por la calle y entro en la sastrería jadeando, no sé cuando despertaras y de seguro que al hacerlo querrás vestirte.

-Tranquila joven todavía no cerraremos.

-¿ Podría hacerme estas ropas?-las desenvuelvo para que las vea

-¿ Exactamente iguales?-parece chocarle la sobriedad del atuendo.

-Sí, por favor.

-Tardare bastante con los mitones, son muy extraños… y difíciles de hacer. Vuelva dentro de tres días para recoger la ropa… señorita creo que no podré hacer su pedido.-dice mientras estira una de las mangas.

-Se lo puedo explicar…

Tras aplicar los hechizos correspondientes a la ropa, explicarle al pobre sastre que es de un hechicero muy precavido y pagarle la mitad del importe, salgo al bullicio de la calle no me siento rebosante de energía pero seguro que esta noche dormiré sin llorar.

Vuelvo a casa de Silphil andando de forma distraída.

Al llegar un gato gris perla esta maullando en la puerta de la habitación que ocupas, abro y entramos. Estas encogido sobre ti mismo, acerco una silla pero al final me siento en la cama, te aparto el pelo del rostro comprobando que tu piel no es tan perfecta como pensaba, tienes arrugas en la frente al pasar la mano por la mejilla se evaporan, gruñes cambiando de postura y me levanto; no debería molestarte.

Creo oír mi nombre en un murmullo cuando salgo.



-V-I-D-A-

-Tiéntale, no es tan difícil, entras le despiertas y le ofreces el desayuno, lleva una semana a base de recuperaciones y sueños y eso Amelia no llena el estomago.

-Te acompaño, tu le despiertas y yo aguanto la bandeja.

Pasamos por la cocina y preparamos un desayuno ligero, no es recomendable romper un ayuno con un festín, Silphil pone doble de todo.

-Solo va a desayunar él…

-… y tú, que no has tomado nada a tu hora.

-Eso, deberías comer no jugar con la comida.

Me resigno, Martina y Zangulus me han pillado, espero que no lo hallan hecho los demás.

Al entrar veo que estas despierto, mirando todo lo que te rodea con tu acostumbrada mirada penetrante, intentas saber donde estas.

-¿ Cómo estas?

-Bi Bien-la palabra suena ronca y algo forzada pero la has articulado.

-Te dejo el desayuno aquí, si necesitáis cualquier cosa sabes donde estamos.

Sale corriendo por el pasillo tras dejarme la bandeja en el regazo, habrá ido a decir que estas despierto.

Acerco el desayuno mientras te apoyas en el cabecero y me siento a tu lado para poder comer mi parte, me miras interrogativamente.

-No solo es tu desayuno, también el mío.

Bebes y te aparto el pelo para observarte mejor el rostro tienes muy buen aspecto.

-Han funcionado.

-¿ El que?.

-Los recuperaciones, durante el viaje Silphil y yo nos aplicamos a fondo, pero terminamos tan cansadas que al llegar aquí fueron Lina y Martina las que siguieron con el tratamiento.

-¿ Dónde estamos?-dices mirando alrededor.

-En casa de Silphil en Sailog. Primero recupérate, por favor. Después tendrás todas las explicaciones que quieras.

Retiro los dedos de tus labios, seguimos desayunando en silencio mientras rozamos las manos.

Tengo que acordarme de la ropa, esta en mi habitación junto con el medallón de la capa, los mitones los tendrían para esta mañana pero a Gaudy se le ha olvidado ir a por ellos, tendré que ir yo.

-No vayas, ya los traigo yo.

-Estas segura.

-Sííí, tú llévale la ropa y que se mueva un poco.

Al ir hacia la habitación me encuentro con Filia y Vargaav.

-Hola ¿ Cuando habéis venido?

-Hace un rato, nos hemos pasado a verle pero estaba dormido…

-… Ya no, le he despertado.

-Tira granuja de medio pelo. Me alegro por vosotros.-me guiña el ojo.

Entro sonriendo y apretando la ropa entre mis brazos.

-Pedí que fuesen del mismo diseño. Nos vemos abajo.

Lina tenia pensado ir de excursión hasta el Hulagon, te vendrá bien hacer algo de ejercicio.

-No, estoy recuperado y me debes una explicación.

Asiento, te lo prometí esta mañana.

-Iré a decirles que no voy de turismo con ellos, ahora subo.

-Esto chicos, Zel y yo nos quedamos tenemos que hablar…

-¿ Sobre lo de la carta?

-Aja.-veo seriedad y preocupación en todos ellos.-Iros sin nosotros solo es una conversación, no un juicio…-espero.

Me detengo frente a la puerta y cojo aire esperando no flaquear.

-Zel ¿ Puedo entrar?

-Eh sí.

Te sientas en la cama y la mirada de seriedad no presagia nada bueno¿ Donde me siento ahora, a tu lado en la cama, en una silla y delante de ti, te apoyas en el cabecero sonriendo suavemente y me siento delante de ti pero en la cama.

-Bueno… ¿ Por donde quieres que empiece?-aventuro

-No lo sé… pero quiero una explicación no solo a tu comportamiento sino también a todo lo que a pasado.

Cierro los ojos por un momento tomando conciencia de lo que te voy a decir y al abrirlos siento el escozor de las lagrimas, no ahora no.

-El heredero al trono es mi primo pequeño; la carta se debía a un atentado que sufrimos, en ese momento Lina, Gaudy y mi padre aprovecharon la confusión reinante para que saliera de Seilloon…

- ¿ Hay guerra en Seilloon?-dices sorprendido.

-…Un intento de golpe de estado, soy la única mujer que no esta casada en la familia real, para muchos soy la que abre las puertas del trono… si no hubiésemos hecho esto… estaría casada con un déspota codicioso y algo más importante, contra mi voluntad… nunca se a dado ese caso en mi familia… y mi abuelo el rey no estaba por la labor de…-lucho contra las lagrimas.

-De inaugurar la lista.-susurras. Asiento corroborándolo.

-Aja… pero ay algo más… en realidad soy una exiliada… no tengo donde ir y tampoco puedo volver con mi familia…

Arranco a llorar y me rodeas con los brazos, siento tus fútiles intentos por tranquilizarme, no funcionan y me aprietas mas contra ti, me desahogo libremente.

-Gracias.-susurro entre sollozos.

-¿ Por que?

-Por seguir vivo.-murmuro somnolienta.

Salgo de la habitación donde me has dejado dormir tranquilamente y me encamino al salón, desde la balaustrada te veo en los sillones, bajo y al acercarme el gato maúlla haciendo que abras los ojos.

-Lo siento.-te he despertado.

-No pasa nada solo meditaba.

Me siento en el sofá de forma ausente, el gato se acerca y lo acaricio suavemente, escapa trepando y ronronea estampando su cabeza contra mí, gracias por el apoyo.

De repente tu brazo me rodea echándome sobre ti, te acomodas en el sofá y con tu caricia me empiezo a sentir culpable por no haberte dicho toda la verdad. Tengo que decirlo o explotare.

-Zel… yo… te he mentido.

-Sssssh, no digas nada, ya lo sé y sé por que lo hiciste. No te preocupes no estoy enfadado.-susurras.

Lina irrumpe en el salón.

-¡ Chicos! A que os venís a cenar a un restaurante.

-¿ Vienes?-preguntas con una sonrisa.

-Eh no, no déjalo, ya iremos otro día vale.

-Vamos Amelia, no puedes estar encerrada todo el día, eres una sacerdotisa no una monja de clausura.

-Estoy cansada Lina y no me apetece salir a cenar fuera.-miento deliberadamente

Subo a la habitación, no quiero hacer nada de lo que hacíamos antes de que… me trae recuerdos que no quiero, por la sencilla razón de que… empiezo a sollozar y alguien me levanta del suelo.

-Ven conmigo.-dices en un siseo.

-Pero…

-Amelia ahora.-percibo amenaza y me quedo quieta.

Me coges en brazos y pasas por delante de todos hecho una furia.

-¿ Zelgadiss a donde…?

-Nos vemos en el restaurante.-dices saliendo por la puerta.



-V-I-D-A-

Cuando aterrizas fuera de la ciudad jadeas e intento bajarme, me aprietas con firmeza, te diriges a lo que queda de una de las mansiones de Rezo, el recuerdo de cuando nos conocimos me golpea con toda su crudeza, gimo aterrada y empiezo a sollozar en tu cuello.

-No Zelgadiss… por favor.-suplico.

Me bajas al nivel del suelo y me aferro a tu ropa, me apartas bruscamente mientras haces que gire, sin poder evitarlo mi mirada vaga por el lugar.

-Tienes que hacer frente a tus recuerdos, sino te consumirán.-tus palabras suenan tan lejanas…

Veo la ventana rota por donde entraste, estaba tan aterrada que con las ropas claras que vistes en ese momento te considere un ángel salvador, los restos del suelo que no están levantados indican el lugar que protegimos aunando nuestras magias, tu antigua daga a desaparecido pero sigue la marca en la pared…

-Eso me lo enseñaste tú la primera vez que te vi.

La añoranza de tu voz y las gotas de lluvia hacen que reaccione. Me giro enfrentándote.

-No es tan fácil Zelgadiss, antes cuando salvábamos al mundo podía volver a casa y sabía que durante mi ausencia todos habían estado bien, puede que preocupados por mí pero los mensajes que enviaba les tranquilizaba lo suficiente como para no mandar un destacamento a buscarme, ahora no puedo hacer eso, aunque sigo viva tienen que hacer que estoy muerta para que no vuelva a pasar nada parecido a lo ocurrido hace unos meses, si después de una aventura quiero volver a casa a ver a mi familia… no podré hacerlo, yo me quedare Cephid sabe donde y tú volverás a irte en busca de tu cura. Es así de simple.-concluyo mirándote a los ojos.

La añoranza se cambia por rabia, tus manos se convierten en garras sobre mis hombros y el rostro se te cambia por una mascara infernal.

-Espero que entiendas estas palabras Amelia, mi cura exige la muerte.-siseas de forma siniestra.

Un quejido escapa de mis labios y vuelves a ser el mismo de antes, relajas la presión lentamente mientras te acercas, no salgo corriendo después de la feroz replica, te amo al completo y ese eras tú o una parte oculta de ti, alzo la mano para tocarte y me sueltas.

-Lo… lo siento… no lo sabía.

-Eres la primera en saberlo.

Alzas la vista, veo el cansancio en tus ojos, me aproximo con cautela pero no haces ningún movimiento violento, acerco los labios a la mejilla y giras el rostro, unimos los labios, me rodeas la cintura con los brazos, hago lo mismo con los míos, empezamos a besarnos, primero suavemente, tanteando, después con ansia y pasión. Coges aire y tensas los músculos apretándome contra ti.

Truena de repente y doy un respingo separándome, esta lloviendo con ganas y estamos empapados, convocas tu magia en un Ray-Wind mientras me sujetas gentilmente.

Aterrizamos en casa de Silphil, intentamos abrir la puerta pero al estar todos en el restaurante no hay nadie en casa, tanteas en la ventana y la abres. Literalmente, nos colamos.

Termino de secarme el pelo y salgo del cuarto de baño, estas en el salón envuelto en una manta con una taza entre las manos y observando el fuego de la chimenea, sonríes y al llegar a tu lado me tiendes una taza de chocolate, tengo que decirlo.

-¿ Hay hueco?-titubeo

-Sí

Abres la manta permitiéndome sentarte junto a ti.

-¿ Qué crees que pensaran al ver que no aparecemos?

-No lo sé ni me importa, si dicen cualquier cosa que la tormenta nos pillo de camino.

Básicamente que les digamos la verdad, me llevo la taza a los labios deseando tomarme el chocolate que has preparado para mí y entonces te interpones impidiéndomelo, gimo suavemente al sentir como tu lengua acaricia la mía despertando las sensaciones que antes has sentido tú en las ruinas, oigo un ruido sordo y me tumbo arrastrándote, cuidadosamente me envuelves y tiemblas con un escalofrió.

Me concentro en sentir como defines mi barbilla con los labios, jadeo al entender por donde vas y que es lo que ocurrirá después, intento detenerte pero opones resistencia.

-No… aquí no.

-¿ Por qué?-dices mientras me miras con ansia.

-Y si vienen

Tu rostro pasa por distintos niveles de perplejidad, asombro y comprensión, sonríes suavemente al entender.

-Tienes razón.



-V-I-D-A-

Medio nos caemos por el pasillo, llegamos a tú habitación, empujas la puerta con la pierna y nos descalzamos tomando aire, caemos al lecho, retiras las ropas de la cama y seguimos donde lo hemos dejado. Tus labios empezando a descubrir mi cuello, lo recorres con lentitud, despejándolo hasta el escote donde te detienes, vuelves a subir y mordisqueas lamiendo intensamente después. Suspiro y nos volvemos a besar.

Te retengo cuando sueltas el cinturón del albornoz, y al tocarme el vientre gimo por el frío tratando de eludir el contacto, me sigues acariciando logrando que yo haga lo mismo hasta que mi escalofrío nos detiene, al separarnos sonreímos, tenemos la respiración entrecortada y el vapor sale de nuestros labios entreabiertos, buscas con la mirada y lanzas una bola de fuego hacia la chimenea.

-Zelgadiss…-te reclamo.

Cuando te vuelves a aproximar caes en la emboscada, giramos en la cama hasta que termino sentada sobre ti, sonrío triunfante e impido levantarte, suspiras resignado y vuelvo a sonreír.

Me inclino lentamente hasta llegar a tus labios, en el momento en que mi lengua toca la tuya empiezas a acariciarme suavemente la espalda, cuando respondes te abandono, defino tu rostro mediante besos te arqueas ligeramente mientras dejas escapar un jadeo, sonrío y vuelvo a succionar en el lóbulo de tu puntiaguda oreja mordiendo suavemente al final. Me estrechas tembloroso.

-Ameli…-te silencio

Quiero que pienses en nosotros, que sientas hasta la ultima caricia que te ofrezco, que te embriagues con todo mi amor y que solamente te concentres en este rato, olvida lo demás, deposito los labios en tu pedregosa frente y a ciegas busco los botones del pijama, suspiras sonoramente y te despojas de la prenda. Eres tan hermoso, tu tórax esta tan sumamente trabajado que genera la ilusión de fuego brillando entre hielo, se cubre de nieve con el rayo y vuelve a arder, se intensifica con el movimiento de los brazos, me quitas el albornoz mientras miro hacia otro lado, eres el primero en verme desnuda y no sé que hacer, me besas envolviéndome y me relajo.

Te tumbas lentamente, alargo la mano hasta tu rostro y deslizas los labios por ella, siento como poco a poco tu respiración se acelera al ir definiendo los músculos que te dan forma, involuntariamente tensas el tórax cuando rozo un pezón con los dedos, parece que te gusta. Me inclino y succiono lentamente prolongando el sabor de tu pétrea piel en mi boca, gimes audiblemente.

-¿ Zel?

Sonríes y me alzas para besarme, te acaricio como antes y jadeas con los ojos cerrados, deslizo la lengua por tu piel, el húmedo rastro parece arder con la luz del fuego y da la engañosa sensación de que tu piel se abre para dejar salir sus ocultas pasiones, sigues suspirando y arqueándote ligeramente mientras llego a tu estomago que tiembla convulsivamente. Tiro de la cintura del pantalón y jadeas deteniéndome.

Vuelves a colocarme entre tus brazos y la cama, cuando te miro estas… estas… empiezo a reírme descontrolada y me miras interrogativamente.

-¿ Qué?

-Pareces… pareces un… tomate.-reconozco entre risas.

-Y tú eres un ángel, pero no me río por ello.

Dejo de reír, me has… me has dirigido un halago, muchísimo más valioso que los que me dirigían los cortesanos, antes de darme cuenta has envuelto uno de mis senos con la mano, suspiro en contestación, sonríes maliciosamente y siento como tu lengua se desliza desde mi clavícula hasta el pezón sin tocarlo, no me tortures, hazlo.

Por favor Zelga…

Jadeo casi gimiendo y aprieto tus brazos, traidor, empiezas a mamar mientras me regalas un suave masaje, intercalas delicadas succiones con intensos lametones, intento resistir perdida completamente en lo que me haces pero solo consigo arquearme cuando las descargas alcanzan la mayor intensidad, el dolor hace acto de presencia, alzas la vista cargada de culpabilidad, besas el pezón arrepentido y pides el perdón en mis labios.

Deslizo las manos por la poderosa espalda que posees, sintiendo los músculos tensados y entonces resbalo mis caricias en dirección a tus caderas, ahogo tu gemido en mis labios y tiemblas cuando directamente te acaricio bajo la ropa. Te arqueas hacia mi y con un rápido movimiento te quitas tus ultimas prendas.

Me besas la frente y resbalas hacia abajo por mi cuerpo, entreteniéndote en mis labios, entre mis senos y en el principio de mi vientre, te alzas a mis pies, totalmente desnudo con tu pasión encerrada en tu interior; al deslizar la mano hasta mi intimidad me sorprendo tanto que lo único que hago es gemir, es lo único que me atrevo a hacer, gemir y sentir, la pierdes allí definiéndolo y me arqueo, la descarga me sacude como lo haría uno de los rayos de la tormenta, me acaricias por fuera y por dentro, por unos segundos cruzamos nuestras miradas antes de volver a arquearme, creo que tu mirada estaba nublada por la pasión y la ternura.

¿ Por Cephid!.

Entierras tu rostro en mi intimidad y reacciono al sentir la caricia de tu lengua, húmeda y ávida por arrancar gemidos y jadeos de mi garganta; intento detenerte apartándote pero solo consigo mas caricias.

-Zelgadiss…

Te alzas besándome y entonces entierro las manos en tu pelo, no quiero que te vayas, quiero que te quedes, que me beses y me… me… me arqueo convulsa, disfrutando la arrolladora sensación que has provocado en mi cuerpo, es placer absolut… el dolor atraviesa el placentero velo, me agarro a ti con tal fuerza que clavo las uñas en tu pétrea piel, coloco el rostro en tu cuello intentando que no veas mis lagrimas.

-Lo siento-susurras suavemente en mi oído.

Te mueves y no puedo reprimir el quejido de dolor, no estas entre mis brazos y me envuelvo a mi misma, siento como me besas en una muda suplica por que abra los ojos y responda a tus atenciones. Si se disipase.

-¿ Cómo estas?-el miedo que aparece en tu voz demuestra que esto no lo tenias controlado. Sigues acariciándome en el rostro y la espalda, lo mejor será ser franca contigo.

-Incomoda…-susurro, es la primera vez que siento a alguien dentro de mí y es extraña la sensación que provoca. Te rodeo con los brazos.

-… pero se esta disipando

Me besas tiernamente mientras enmarcas mi rostro, entonces puedo ver la intensidad de tu mirada no solo admirando mi desnudez sino también mi alma, de repente te mueves lentamente, siento el movimiento en mi interior y gimo.

-¿ Nada?

-Sí, tu dentro de mí.-digo sonrojada y sorprendida.

Empiezas a moverte y me emparejo contigo, no sé quien gime con fuerza solo siento como me acaricias por dentro y como me provocas por fuera.

Vuelven a tirar de mí y engancho los tobillos tras tus caderas, quiero seguir contigo, así, moviéndonos de forma incansable, y besándonos con desesperación, no quiero que termine pero lo hace…

Me arqueo cuando estalla, la pasión y el deseo dan paso al placer absoluto, sin dolor, cargado de cariño, ternura y nuestros sentimientos, es un instante fugaz y eterno, tras el cual se cae derrotado entre los brazos del ser amado.

-Te amo-susurro entre jadeos.

Al mirarte veo el hambre en tus ojos ¿ Lo has alcanzado? No

-¿ Pensé que ya me lo dijiste en su día?

-Solo era una parte

No dejare esto así, tu también mereces que te lo demuestre físicamente.

A pesar del cansancio me alzo y giramos, me miras sorprendido y al tratar de levantarte me muevo como antes he aprendido, parece que comprendes, coloco tus manos en mi cintura, si mi aya me viese ahora diría que soy una pelandrusca por varios motivos, me muevo suavemente con las manos en tu abdomen; te alzas, nos besamos y nuevamente me indicas el ritmo.

Hago lo mismo que tú, provocar, succionar en la delicia de tu piel, dejarte sin aliento al besarte, acariciar allí donde gimes con mas fuerza… hacerte todo aquello que mi alma ansiaba y mi rango y tu cura nos impedía.

Tus movimientos se hacen casi desesperados cuando las sensaciones vuelven a tirar de mi conciencia, quiero que llegues tú, yo ya lo hice, eres tú el que se lo merece.

Mucho más que yo.

Te arqueas violentamente y siento en mi interior algo cálido¿ Tu semilla? …

… el fugaz instante se repite y al abrir los ojos me encuentro sobre ti, besándome dulcemente mientras nos separamos lentamente, me depositas en la cama y alcanzas las mantas, cuando te vuelves a tumbar me rodeas con un brazo apretándome contra ti. La intensidad con la que me miras entre las mantas es tal que me sonrojo.

-Te amo.-dices con resolución.

-Ya me he dado cuenta.-comento divertida.

Gruñes al comenzar a acariciarte la espalda, te aprietas mas contra mí y respondes de la misma forma arrullándome en los sueños. Buenas noches mi amor.



-V-I-D-A-

-¡AMELIA!

Pego un bote al oír semejante berrido, entonces veo la ultima imagen que esperaría ver después de anoche; intentas cerrar la puerta con Lina al otro lado, me miras al cuerpo y me tapo avergonzada, La patada a la puerta te hace aterrizar en el suelo, entra como un torbellino.

-¡ Zelgadiss¡ Lina pero porque…!

-¡ Se puede saber que haces desnuda y en su habitación!

Mientras saco una de las sabanas para ir a donde estáis Gaudy agarra a Lina totalmente sonrojado y la saca al pasillo, cierras y al oírse el bofetón apoyas la cabeza en la puerta, te toco ligeramente para llamar tu atención.

-¿ Estas bien?

-Si, no pasa na… da.

Me coges de la mano totalmente embobado, me tumbas entre las mantas y me tapas sonrojado.

-Descansa.

-No tengo sueño.-tengo otra cosa.

-¿ Entonces que tienes?-inquieres.

Sonrío besándote y haciendo que te tumbes te cubro con las mantas, me abrazas.

-Felicidad-respondo.

Suspiras y me acaricias con los dedos.

-Yo también.

Sonríes torpemente lleno de felicidad y nos besamos. Nos tenemos el uno al otro.

Fin.

-V-I-D-A-&-M-U-E-R-T-E-

Este fanfic es la otra cara del de Muerte narrado desde la perspectiva de Zelgadiss.
Las quejas, tomatazos o paquetes bomba a la tecla de reviews.

Sore wa himitsu desu.