No quiero violar ningún derecho de autor solo hacer un fanfic.

Primer aviso: este fic esta escrito en primera persona y, contiene lemon.

Zelgadiss: Muerte

Por: Luna "El sol nocturno"

Señor Zelgadiss Greywords:

Siento comunicaros el fallecimiento de mi hija, Amelia Will Tesla Seilloon.

Se que usted tiene uno de sus brazaletes, por favor quédeselo, estoy seguro de que mi hija se lo dio por considerarle una persona muy especial para ella.

Reciba nuestras condolencias y sepa que siempre será bien venido al reino de Seilloon.

Su alteza real.

Príncipe Philionel

-Gracias por el mensaje.

Dejo plantado al cartero y me interno en el bosque intentando controlarme. Pero no puedo.

-¿ POR QUE!-clamo-¡ TE HAS ENFRENTADO A PODEROSOS DEMONIOS Y HAS SOBREVIVIDO¡ ME HAS DICHO ALGO QUE NO HABRÍA ESPERADO DE NADIE¡ ME OYES AMELIA¡ DE NADIE!-

Mis rodillas flaquean y caigo al suelo, de repente siento como algo húmedo toca mis manos ¿ Lluvia, no, lagrimas, estoy llorando de rabia; si te hubiese acompañado a Seilloon nada de esto habría ocurrido, tu seguirías con vida y yo…

Bueno dejémoslo, lo hecho hecho esta.

Me pongo de pie y vuelvo al camino, el cartero no esta, me da igual, seguiré en busca de mi cura…

¿ Pero que cura! Hace unos meses encontré una traducción completa de la Biblia Cleir, no hay cura posible, soy único, soy al primer ser humano que le ocurre algo así y no hay forma mágica de separarme sin matarme en el proceso.

-¡ GRAAAAAAAAA!-grito con toda la fuerza de mis pulmones y antes de saber lo que hago, desenvaino y medio parto un árbol que estaba cerca, no, él no tiene la culpa, la culpa la tengo yo por haber aceptado el trato que ese sinvergüenza me propuso en su día, por haber dejado que esta maldita obsesión se adueñara de mí, por haberme alejado de ti…

En cierta manera soy culpable de tu muerte.

Pongo rumbo al único sitio en el cual morir y reunirme contigo ¡ No!

No merezco semejante honor, merezco ir al infierno y sufrir en el, sufrir todo el daño que inconscientemente te hice más el dolor que provoque bajo las ordenes de Rezo…



-M-U-E-R-T-E-

No siento ningún tipo de emoción al llegar, es ruina pura y apenas se reconocen los refinados lujos a los que tan acostumbrado estaba Rezo, no me queda comida y agua pero si algo de dinero, subo por las escaleras hasta la tercera y ultima planta. En el desván encuentro lo que busco unas apolilladas mantas, un botijo, un morral y unas cadenas, no hago mas que tocarlas y uno de mis primeros recuerdos como quimera me alcanza:

Tenia catorce años y hacia por lo menos tres semanas de mi transformación, recuerdo que estaba en una mazmorra, totalmente desnudo y contra la humedad reinante solo tenia unas cadenas, apenas sentía mis brazos dada la presión con la que me apretaban; según mi propio abuelo eran para protegerme de mí mismo, no podía ver nada de mi cuerpo debido la postura pero supe que mis sentidos eran más agudos, pues antes de que el supremo canalla apareciese en la "suite" escuchaba incluso su respiración procedente del pasillo.

Tras un tiempo (dos semanas creo) me dio mi antigua ropa y me libero por así decirlo, cuando vi mis manos no lo podía creer ¡ Era un monstruo!

Intente atacarle por lo que me hizo y lo que conseguí fue terminar contra la pared del fondo, me amenazo y me proporciono las ropas que visto ahora, en ese momento me convertí en su esclavo.

Sujeto las cadenas con tal fuerza que una se rompe, la recojo y bajo, en una de las habitaciones dejo todo menos las mismas, me quito el cinturón.

En la entrada, justo delante de la escalera, clavo la espada en el suelo, no la necesitare allí donde voy, ato las cadenas al pasamanos y fundo las puntas para que nadie se haga con ella, por último coloco el brazalete en la empuñadura y congelo todo, es grotesco pero representa fielmente lo que siento.

Una vez he cogido la poca comida que necesitare me dispongo a marcharme de la tienda…

-Robar es de mala educación-

Un escalofrió me recorre y dejo la bolsa del dinero sobre el mostrador, seria lo que habrías hecho en mi lugar. Vuelvo a mi tumba.

Dejo el morral sobre una desvencijada mesa, en el instante en que me siento sobre la cama esta cruje y caigo al suelo junto con el colchón, carcoma, aparto la madera y la pongo en el hueco de la chimenea, las llamas que surgen son tan cálidas como lo era tu presencia.

-Te amo-murmuro, vuelvo a llorar por la rabia y la impotencia

No sé ni me importa el tiempo que llevo aquí, solo espero a la muerte, un gato de color gris es mi única compañía, le encanta restregarse contra mis dedos aunque se están convirtiendo en hueso puro, puede que con armas normales no se me pueda matar pero la inanición hace el efecto deseado sobre mí, cada vez duermo más y espero no despertar jamás, el gato se acerca y restriega su cara contra la mía, déjalo amigo no aguantare mucho más.



-M-U-E-R-T-E-

-Zelgadiss… Zelgadiss…

La muerte se acerca, durante años he sido tu paladín, por fin acabara la tortura que tus recuerdos inflingen a mi mente y… quizá, tras verla en el Caos le pida a L-sama que me lleve al infierno a expirar mis culpas. Estas tardando Dama Blanca, llevo esperándote demasiado tiempo, llévame como te has llevado al ser que amaba.

Vamos no tengo todo el día.

Oigo pasos en la escalera, la respiración que los acompaña es apresurada y me resulta familiar, después una carrera, puertas abriéndose de golpe, no estés ansiosa Señora no me voy a escapar pues soy todo tuyo. La puerta se abre y cierro los ojos, se rápida y certera Portadora de la Guadaña, quiero la muerte, ya no tengo porque seguir con vida en un mundo que no tiene nada de valor para mí.

-Zelgadiss…

Abro los ojos, esa voz…

Estas de pie en el marco de la puerta, respiras dificultosamente y el polvo danza a tu alrededor, la luz te ilumina haciendo de ti lo que eres, un ángel recién bajado del cielo para tocar este mundo con una pizca de su gracia… te acercas llorando y una vez a mi lado te dejas caer, lentamente levanto uno de mis brazos provocando un respingo, eres real, física y llena de vida como la última vez que te vi.

-¿ Qué te ha pasado?

Intento hablar pero tras meses sin articular palabra mis cuerdas vocales se niegan a hacerlo, las fuerzo a riesgo de quedarme mudo y me detienes con una caricia, bebes de tu cantimplora y muy lentamente lo hago de tus labios, el sabor es mas dulce de lo que recordaba, siento como de alguna manera me purifica, como si una parte de ti estuviese en esta agua. Te retiras sonrojada y sonríes con dulzura, sonrío por toda respuesta e intento levantarme, me ayudas a ponerme de pie pero llevo tanto tiempo sin hacer ningún tipo de esfuerzo que flaqueo y caemos. Me las apaño para terminar debajo de ti.

Suspiras en mi cuello y volvemos a intentarlo, nada, me besas y te asomas a la puerta.

-Chicos necesitamos ayuda.

¿ Cómo has dicho? Gaudy es el primero en aparecer, me sonríe como siempre y pasa uno de mis brazos alrededor de su cuello, Silphil recoge mis escasas pertenencias y nos sigue por el pasillo, de repente alguien se cambia por ti, es Zangulus. Abajo Lina retira las cadenas de mi espada y la enfunda.

Al salir fuera la luz me ciega pero oigo los relinchos de los caballos, entre todos me subís a un carromato y siento algo blando debajo de mi cabeza, tu regazo, alzo una mano para borrar el rastro de lagrimas y vuelvo a ver el brazalete en mi muñeca. Sujetas mi mano contra tu mejilla y la besas.

El carro da una sacudida y nos alejamos de las ruinas, con el suave movimiento del mismo me voy quedando dormido, lo último que siento son tus labios sobre los míos.



-M-U-E-R-T-E-

Dirijo la mirada por toda la habitación, esto no es Seilloon, la puerta se abre y entras junto con Silphil.

-¿ Cómo estas?

-Bi Bien-Mi voz suena temblorosa y mas grutural de como recuerdo pero he podido articular la palabra.

-Te dejo el desayuno aquí, si necesitáis cualquier cosa sabes donde estamos.

Acercas la bandeja y me apoyo en el cabecero, la ración es doble de todo, antes de darme cuenta te has sentado a mi lado sobre las mantas y mordisqueas suavemente una tostada.

-No solo es tu desayuno, también el mío.

Bebo un poco de café y me acaricias.

-Han funcionado.

-¿ El que?.

-Los recuperaciones, durante el viaje Silphil y yo nos aplicamos a fondo, pero terminamos tan cansadas que al llegar aquí fueron Lina y Martina las que siguieron con el tratamiento.

-¿ Dónde estamos?

-En casa de Silphil en Sailog-Me silencias al ir a hablar.-Primero recupérate, por favor. Después tendrás todas las explicaciones que quieras.

Alguien me toca, no son las acostumbradas caricias de Amelia, parece mas un niño, eso es, un niño pequeño que ve algo nuevo, abro los ojos y enfoco la vista.

El pequeño me sonríe y resulta terriblemente familiar…

-Vargaav déjale recuperarse.

Pego un bote al oírlo pero antes de decir nada sale corriendo y se refugia tras las faldas rosas de Filia.

-Nos vamos, que descanses.

¿ Por que están todos aquí? Entras por la puerta y traes ropa, supongo que será para mí pues no he visto la mía.

-Pedí que fuesen del mismo diseño. Nos vemos abajo.

-No, estoy recuperado y me debes una explicación.

-Iré a decirles que no voy de turismo con ellos, ahora subo.

Durante tu ausencia me visto y ordeno la ropa del lecho, llevo toda la semana en la cama y mis músculos se quejan por el repentino cambio, agradezco al sastre que halla respetado tanto las medidas como las costuras originales, incluso la tela es la misma, no encuentro el medallón de la capa y tampoco los mitones, me resulta extraño todos sin excepción están aquí y no sé porque, tú estas viva cuando el mensaje decía todo lo contrario… muchas dudas que reclaman respuesta.

-Zel ¿ Puedo entrar?

-Eh sí.

Me siento en la cama y cruzo los brazos, tu indecisión se hace patente cuando te vas a sentar, a mi lado en la cama o en una silla y delante de mí, me apoyo en el cabecero y al final te sientas delante y en la cama.

-Bueno… ¿ Por donde quieres que empiece?

-No lo sé… pero quiero una explicación no solo a tu comportamiento sino también a todo lo que a pasado.

Cierras los ojos por un momento y cuando los vuelves a abrir, lo haces con lagrimas. ¿ Por que?

-El heredero al trono es mi primo pequeño; la carta se debía a un atentado que sufrimos, en ese momento Lina, Gaudy y mi padre aprovecharon la confusión reinante para que saliera de Seilloon…

- ¿ Hay guerra en Seilloon?

-…Un intento de golpe de estado, soy la única mujer que no esta casada en la familia real, para muchos soy la que abre las puertas del trono… si no hubiésemos hecho esto… estaría casada con un déspota codicioso y algo más importante, contra mi voluntad… nunca se a dado ese caso en mi familia… y mi abuelo el rey no estaba por la labor de…

Me aproximo con cautela.

-De inaugurar la lista.

-Aja… pero ay algo más… en realidad soy una exiliada… no tengo donde ir y tampoco puedo volver con mi familia…

Por fin comienzas a llorar y te abrazo, beso tus pestañas en un vano intento por tranquilizarte pero no funciona, coloco tu cabeza en mi cuello y dejo que te desahogues libremente; al final la codicia de la corte también te ha hecho abandonar algo importante, quizás algo tan sumamente importante que no podrías soportar esa perdida.

Tus sollozos se hacen cada vez más intermitentes hasta que solo tiemblas entre mis brazos.

-Gracias.

-¿ Por que?

-Por seguir vivo.

Beso tu frente y al mirarte me doy cuenta de que te has dormido, eres un ángel al que acaban de arrancar una de sus alas, la que te proporcionaba tu familia.

Pero te quedan tus amigos.

Si Lina ha organizado una excursión significa que no vendrán hasta tarde, salgo de la habitación que ocupas mientras estés dormida no tengo con quien hablar o pasar el largo rato, incluso yo que estoy habituado a la soledad me gusta tener compañía de vez en cuando.

En las escaleras veo como Gaudy no ha ido con los demás, esta en uno de los sillones jugando con el gato que estaba en las ruinas, sonrió con malicia, parecen llevarse bien.

-Hola.

-¿ Qué tal esta?-dice mientras mira hacia el pasillo de las habitaciones

-Dormida, me contó gran parte de lo ocurrido en Seilloon, pero me parece increíble que se haya ido así como así.

-No se fue, su padre quería que se casara por amor, por eso nos busco a Lina y a mí, para sacarla de Seilloon y librarla de un matrimonio no consentido.

-Estuvo a punto de…

-Para evitar una guerra civil, suerte que otra de las fracciones no estaba de acuerdo y organizaron el atentado para secuestrarla y casarla con otro. ¿ A que no sabes quien fue?

Ante la sonrisa de picardía que me dirige solo puedo hacer una cosa…

-Ilústrame

-El pueblo de Seilloon, para casarla contigo.

El sofá cruje de forma escandalosa al recibir todo mi peso de golpe, esto me lo has ocultado y creo que sé por que es, por que no lo sabías, suspiro largamente hasta que siento algo rozándome las piernas, el gato reclama mis caricias, se acomoda en mi regazo y al cabo de unas pocas empieza a ronronear satisfecho.

-Lo esta llevando fatal.

Levanto la vista y frunzo el ceño.

-Lina tuvo que darla un bofetón para que reaccionara.

Oigo una puerta en la lejanía seguro que es Gaudy con los cafés, "Niebla" maúlla suavemente y abro los ojos.

-Lo siento.

-No pasa nada solo meditaba.

Te sientas a mi lado, tienes los ojos rojos de llorar y no te has lavado la cara, el nuevo amigo de Gaudy se mueve nervioso y se te acerca con cautela, lo acaricias suavemente pero trepa por el sofá hasta llegar a tu hombro y restriega su cabeza contra tu mejilla, sonríes.

Parece que la necesitada de cariño eres tú.

Rodeo tus hombros con un brazo y te echo sobre mí, respiro el aroma de tu pelo, rosas, me acomodo en una de las esquinas del sofá y me dedico a acariciarte suavemente un hombro.

-Zel… yo… te he mentido.

-Sssssh, no digas nada, ya lo sé y sé por que lo hiciste. No te preocupes no estoy enfadado.

Pero si preocupado.

-¡ Chicos! A que os venís a cenar a un restaurante.

La mirada de Lina lo dice todo, sácala de aquí o se hundirá, asiento, llevamos todo el día aquí metidos, yo por haber estado convaleciente y Amelia… la vendrá bien algo de aire fresco, o de lluvia.

-¿ Vienes?

-Eh no, no déjalo, ya iremos otro día vale.

-Vamos Amelia, no puedes estar encerrada todo el día, eres una sacerdotisa no una monja de clausura.

-Estoy cansada Lina y no me apetece salir a cenar fuera.

Te levantas y subes a tu habitación, te sigo a una distancia prudencial y al llegar al pasillo oigo tus sollozos, ni llamo ni pregunto entro en la habitación y te levanto del suelo.

-Ven conmigo.

-Pero…

-Amelia ahora.

La amenaza que hay en mi voz te paraliza, aprovecho para cogerte en brazos y bajar en dirección a la calle.

-¿ Zelgadiss a donde…?

-Nos vemos en el restaurante.



-M-U-E-R-T-E-

Reaccionas cuando salto el muro de la ciudad, al aterrizar mis músculos se quejan por el repentino esfuerzo al cual los he sometido, jadeo y los ignoro, al intentar bajarte te aprieto mas contra mí, me pongo en pie y me dirijo a lo que queda de una de las muchas mansiones de Rezo, la que ocupaba Eris cuando nos conocimos, una de las no elegidas por la cercanía de los recuerdos. Cuando entro pareces darte cuenta de donde estamos, gimes no se de que y entierras tu rostro en mi cuello sollozando.

-No Zelgadiss… por favor.

Te bajo de mis brazos pero aun así te aferras a mi ropa, te aparto con brusquedad y te giro para que veas el lugar.

-Tienes que hacer frente a tus recuerdos, sino te consumirán.

No reaccionas.

-Eso me lo enseñaste tú la primera vez que te vi.

Te giras con lagrimas en los ojos, parece que surge efecto.

-No es tan fácil Zelgadiss, antes cuando salvábamos al mundo podía volver a casa y sabía que durante mi ausencia todos habían estado bien, puede que preocupados por mí pero los mensajes que enviaba les tranquilizaba lo suficiente como para no mandar un destacamento a buscarme, ahora no puedo hacer eso, aunque sigo viva tienen que hacer que estoy muerta para que no vuelva a pasar nada parecido a lo ocurrido hace unos meses, si después de una aventura quiero volver a casa a ver a mi familia… no podré hacerlo, yo me quedare Cephid sabe donde y tú volverás a irte en busca de tu cura. Es así de simple.

Lleva un rato lloviendo y no se si has empezado a llorar o no, pero has pulsado la cuerda equivocada.

-Espero que entiendas estas palabras Amelia, mi cura exige la muerte.-siseo con rabia.

Dejas escapar un quejido y me doy cuenta de que te estoy cogiendo con tal fuerza de los hombros que me parece increíble que todavía no te los halla destrozado, relajo la presión lentamente y doy un paso hacía ti no huyes ni evitas mi mirada tras haberme comportado como el "Guerrero Oscuro", al sentir como tus dedos definen una parte de mi rostro me detengo y te suelto bajando la vista.

-Lo… lo siento… no lo sabía.

-Eres la primera en saberlo.-Alzo la vista, estoy cansado de ir de un lado a otro buscando algo que lo único que ha hecho a sido alejarme cada vez más de ti.

Te acercas hasta quedar a unos centímetros de mí, la mojada tela de tu ropa define con exactitud las formas de la joven de dieciocho años que eres ahora, suavemente me besas en la mejilla, giro el rostro y uno mis labios con los tuyos entonces empieza una batalla para ver quien será el primero en saborear la boca del otro, se convierte en la primera que voluntariamente pierdo, te aprieto contra mí.

Te separas con algo de brusquedad al producirse el trueno, esta lloviendo a cantaros y nosotros en medio de Cephid sabe donde sin ningún tipo de protección contra la lluvia.

Invoco un Ray-Wind que nos lleva a casa de Silphil. Pruebo a abrir la puerta pero esta cerrada, mierda estos están en el restaurante, pruebo con la ventana y esta si se abre.

"Niebla" esta hecho un ovillo al lado del fuego y hace rato que no se oye nada procedente del baño, se esta a gusto calentito, sin la empapada y fría ropa encima y una taza de café caliente entre las manos, sorbo un poco sintiendo como el calor me recorre y me acurruco algo mas entre la manta. Una puerta se cierra y tus pasos se oyen cercanos, sonrió al verte aparecer en el pasillo, el albornoz se adapta a tu cuerpo sin revelar toda tu silueta, muy tentador. Tiemblas cuando llegas a mi lado y te alcanzo la taza de chocolate caliente que he preparado junto con el café.

-¿ Hay hueco?

-Sí-abro la manta y te sientas junto a mi.

-¿ Qué crees que pensaran al ver que no aparecemos?

-No lo se ni me importa, si dicen cualquier cosa que la tormenta nos pillo de camino.

Sonríes como antes y no permito que te lleves la taza a los labios, gimes suavemente al comenzar a explorar tu boca y atino casi de casualidad a dejar las tazas en la mesa, te tumbas debajo de mi y cuando te cubro con el suficiente cuidado para no dejar caer mi peso sobre ti, siento con un placentero escalofrío que esta vez no podré controlarme, llevare esta situación hasta sus últimas consecuencias.

Abandono la delicia que representa tu boca y tanteo por la barbilla, jadeas audiblemente y tus manos hacen esfuerzos por detenerme, no pienses que con eso me detendrás.

-No… aquí no-susurras

-¿ Por qué?-me derrito por empezar con tu cuello.

-Y si vienen

Ya me estoy imaginando la escena, Lina gritando como una posesa, Gaudy sonrojado sujetándola para evitar que nos mate, Filia tapándole los ojos y oídos a Vargaav, Zangulus con una expresión embobada, Martina con miradas sospechosas y para guinda Silphil desmayada, solo faltaría cierto mazoku riéndose a mandíbula batiente.

-Tienes razón.



-M-U-E-R-T-E-

No hemos ni llegado a la habitación y casi nos caemos debido a la dificultad que supone andar mientras besas a una persona e intentas no pisarla al mismo tiempo, empujo la puerta hasta que se cierra, tomamos aire mientras nos descalzamos y vuelvo a la carga, retiro casi instintivamente la ropa de la cama al tiempo que me coloco sobre ti.

Como un vampiro adicto a tu cuello no pierdo el tiempo y voy despejándolo según lo recorro, llego al inicio del escote pero vuelvo a subir hasta la garganta, muerdo tiernamente para instantes después lamer mansamente sobre la sutil marca que he dejado. Sonrió al escuchar un apagado suspiro y dejo que me saborees ¿ Donde esta el cinturón del albornoz?

Lo encuentro y en el mismo momento en que lo suelto tus brazos me rodean reteniéndome, jeje no has cogido mis manos, al deslizar una por la piel del vientre gimes rompiendo el beso e intentas eludir mi contacto, me afano un poco más, pierdes las manos en mi pelo, vuelvo a hundir el rostro en tu cuello y me atrevo a ir mas abajo aun, tiemblas incontroladamente y te miro, el vapor que sale de tus labios entreabiertos no esta producido por la evidente excitación, se debe al frío. Busco con la mirada y encuentro mi objetivo, la chimenea llena de leña y lista para prender, lanzo una débil bola de fuego.

-Zelgadiss…-hay suplica en tu voz.

Me aproximo lentamente a tus labios y caigo en la emboscada, terminas sentada sobre mi pelvis, sonriendo triunfante y con tus manos impidiéndome levantarme para cobrar merecida venganza, ambos sabemos que soy más fuerte que tú pero no hago nada por invertir los papeles, solo me dispongo a disfrutar de la belleza de tu cuerpo.

Te inclinas hasta llegar a mis labios y dejo que mis manos vaguen libremente por la piel de tu espalda, me acaricias las orejas y en un momento dado abandonas la lucha, dejo escapar un jadeo al sentir como succionas en mi lóbulo, sonríes y depositas un dulce mordisco. Esto empieza a ser demasiado.

-Ameli…-uno de tus dedos me silencia, besas mi frente mientras sueltas lentamente los botones del pijama, no aguanto más y me despojo de la prenda. Miras extasiada mi tórax, brilla entre azul y dorado de repente se vuelve blanco con ayuda del rayo, entonces me doy cuenta de que tienes el albornoz descolocado de una forma muy sensual, enseñas un hombro, todo el escote queda al descubierto así como la obsidiana de tu sexo y la delicadeza de tu vientre… alzo las manos hasta tus brazos y suavemente lo retiro mientras te sonrojas y apartas la mirada, me alzo y quedo a tu altura para besarte y relajarte.

Me he vuelto a tumbar, tu mano se dedica a acariciar uno de mis pezones arrancando más suspiros de mi garganta, el escalofrío que me recorre cuando succionas me hace abrir los ojos de golpe y gemir audiblemente…

-¿ Zel?

Sonrió y enredo nuestras lenguas en el acostumbrado y silencioso dialogo, vuelvo a jadear y comienzas a crear un camino con los labios y la lengua, lames muy suavemente dejando un rastro de fuego sobre mi azulada piel, quiero suplicarte para que esta dulce tortura no siga pero es demasiado placentera… muy placentera.

Llegas a mis ingles y tiras con suavidad de la elástica cintura, el rubor corre salvaje por mis mejillas y te detengo. No puedo más necesito sentirte.

Durante el beso me vuelvo a colocar dulcemente sobre ti, al separarnos me miras con confusión y empiezas a reírte mientras me diriges miradas llenas de picardía.

-¿ Qué?

-Pareces… pareces un… tomate.

-Y tú eres un ángel, pero no me río por ello.

Paras de repente, la sorpresa por el primer piropo que te acabo de dedicar se hace patente por tu mirada, sonrió de forma maliciosa ahora que tengo tu interés ¿ Prestaras atención a mi siguiente movimiento, deslizo la mano por el costado y tomo uno de tus generosos senos, te sonrojas y suspiras, no ha terminado mi dulce ángel no he hecho mas que empezar, dejo un sendero dorado hasta el pezón pero no hago nada en el…

Lo hago en el otro, lo acaricio suavemente con el pulgar y tus manos aprietan con fuerza mis brazos, jadeas por la descarga, puedo ponerme serio, succiono con delicadeza al tiempo que masajeo sin imprimir mucha fuerza, esto es una delicia para mis sentidos, sutilmente te acaricio las caderas, cada vez me atrevo a tocar un pelín mas abajo hasta que llego a tus muslos, sonrió cuando no te alarmas y clavo superficialmente un colmillo en el pezón, tus manos se crispan mientras gimes por la sensación y reconozco mi error, no te ha gustado. Beso la zona "herida" y acudo a tu silencioso llamamiento.

Acaricias con suavidad mi espalda y gimo por el placer que me provoca ese simple contacto, es entonces cuando me doy cuenta de que pretendes, chica lista aunque te falta un poco de sutileza ¿ O no? La otra mano se pierde en los pantalones y toca directamente mis caderas, antes de que la muevas de donde está libero mi miembro y arrojo las dos prendas al suelo.

Quiero asegurarme de algo y resbalo por tu vientre, tienes las piernas ligeramente abiertas por lo que puedo intuir tu centro, deslizo una mano hasta tu pubis y gimes debido a la impresión, con los dedos separo los palpitantes labios y acaricio directamente el oscuro y húmedo vértice, gimes con más fuerza y te arqueas jadeante, empiezo a mover los dedos incluso deslizando uno dentro y fuera para que sepas cual será el movimiento predominante, tus caderas se mueven involuntariamente y siento por primera vez tu virgo, me agacho decidido y deposito un tierno beso, quiero evitarte todo el dolor que te pueda provocar su perdida. Enredo mi lengua.

-Zelgadiss…-gimes e intentas detenerme con las manos.

Vuelvo a alzarme y coloco una de tus piernas por encima de mi cadera, el dialogo empieza de nuevo mientras espasmos de placer te recorren, me empiezo a posicionar sin dejar de acariciarte y besarte, como un cazador espero el momento adecuado, me alejo de tus jadeos, gemidos, besos y caricias casi fundiéndome con tus percepciones y en el momento en que el orgasmo se desata en tu cuerpo irrumpo en el, después todo se hace confuso, al empezar a arquearte te encoges debido al dolor, tus uñas intentan clavarse en mi piel y rompes el beso hundiendo el rostro en mi cuello, lo siguiente que siento son tus lagrimas resbalando por tu piel y humedeciendo mi tórax.

-Lo siento-susurro.

Aparto la mano de tu centro y al ir a consolarte veo sangre, aterrado me alzo, ese simple gesto hace que escape un quejido de tu garganta, tiemblas aferrándote a ti misma, me paralizo sobre ti y lentamente beso tus labios y ojos.

-¿ Cómo estas?-no hago nada por evitar que el miedo aparezca en mi voz. Suavemente te acaricio con la nariz y mi respiración, intento reconfortarte deslizando una mano por la espalda.

-Incomoda…-te oigo susurrar, sonrió comprensivamente. Me rodeas con los brazos.

-… pero se esta disipando

Nos volvemos a besar y esta vez intento imprimir cariño, dejo un espacio de tiempo a que se disipe por completo y buceo en tus ojos, busco algún rastro de dolor no lo encuentro y doy un cuidadoso empujón, gimes por la sensación.

-¿ Nada?

-Sí, tu dentro de mí

Me sumo en la vorágine de tu cuerpo y tus percepciones.

Inclinado y moviéndome con cuidado para no herirte, te sigo provocando hasta que siento como tiran de ti, las mismas sensaciones que te provoco te alejan a cada empujón de mí, hace un rato que tus piernas rodean mis caderas casi pidiéndome que te retenga a mí lado pero no puedo hacerlo ¿ Cómo quieres que retenga tu mente?

Tus caderas tiemblan y me alzo sobre los brazos para dejarte arquear con soltura, la visión es sublime te arqueas mientras te aferras a la almohada, las lagrimas estallan en tus ojos y puedo incluso ver como los músculos que te dan forma se contraen con violencia para después relajarse rápidamente, caes derrotada y jadeante entre mis brazos.

-Te amo-susurras entre jadeos y abres los ojos.

-¿ Pensé que ya me lo dijiste en su día?

-Solo era una parte-dices sonriente.

Alzas una mano y la colocas en mi hombro mientras te apoyas en la cama ¿ Qué pretendes?

Giramos mientras gimes y termino debajo de ti, intento alzarme pero mueves las caderas y la placentera corriente me hace desistir del intento, entonces me doy cuenta de que estoy hambriento, sabes de mi sobrehumana resistencia y quieres que alcance el final, tal y como has hecho tú.

Totalmente sonrojada colocas mis manos en tu cintura, apoyas las tuyas en mi abdomen y suavemente te mueves, entiendo por donde vas y sé que tengo que hacer.

Ayudarte e indicarte. Me alzo hasta besarte y empezamos a movernos primero lentamente y después algo más rápido pero con cuidado. Siento las consecuencias desde el principio y no solo jadeo con fuerza, provoco un contra punto a tus ahogados gemidos, sencillamente creo que te diviertes al cogerme desprevenido y estimular algunos de mis puntos débiles.

Dudo que pueda aguantar más si sigues así.

De repente las sensaciones tiran de mí, me arqueo cuando el mundo se rompe en millones de estrellas y con un único impulso dejo mi estéril simiente en tu vientre.

Caigo derrotado y vuelvo a ver como te arqueas, libre sobre mí, el sudor del esfuerzo y la luna generan la momentánea ilusión de que posees alas y estas formada por luz.

Mi ángel, has bajado a la tierra para yacer con un demonio durante una tormenta ya disipada.

Terminas sobre mí temblorosa y agotada, te tumbo y echo la ropa de la cama sobre nosotros, por fin calentitos y abrazados me permito hablar.

-Te amo-al decirlo siento un nudo en mi estomago.

-Ya me he dado cuenta.

Comienzas a acariciarme la espalda y tiernamente gruño de placer, me hago el remolón y me pego aun más contra ti. Vas poco apoco relajándote hasta que te duermes y entonces coloco tu cabeza en mi hombro, cierro los ojos y permito que el sueño me inunde.



-M-U-E-R-T-E-

Siento algo contra mí, respira de forma acompasada y es cálido y suave, abro los ojos, mi costado se encuentra junto a tu espalda, tienes la cabeza en mi hombro derecho y uno de mis brazos te envuelve protectoramente la cadera.

Algo mas despejado me muevo hasta que mi tórax te toca y me inclino sobre ti, estas relajada y tu respiración es profunda, señal de que aun no despertaras, intento apañar el desorden que es ahora tu pelo pero encuentro un nudo y desisto, me enfurruño con la extraña sensación que tengo ahora mismo, no se que es exactamente pero es agradable…

-Zelgadiss, Zelgadiss –

Pego un bote al oír la voz de Gaudy¿Qué querrá? Me levanto con cautela para no despertarte y te vuelvo a arropar, al escurrirme en los pantalones me fijo en el desorden de la habitación, maldición.

Tras el primer golpe que da a la puerta tiro la ropa al suelo y la abro recibiendo el siguiente en el pecho.

Mira por encima de mí y se fija en nuestra ropa y que tú estas dormida en la cama, me sonrojo por lo que debe estar pensando.

-Bu buenos días ¿ Has visto a…¡¿ Has pasado la noche con ella!

-Sí

-Felicidades pero como se entere Lina os pondrá cinturón de castidad.-susurra mirando al pasillo. Oh no.

Justo en ese momento aparece y se fija en la escena, esto no puede estar pasando.

-¡AMELIA!-incluso un muerto saldría de la tumba ante semejante berrido.

Pegas un bote desarropándote y al hacerse evidente tu esplendorosa desnudez te tapas con la manta totalmente asustada y sonrojada. Intento cerrar la puerta para evitarte mas vergüenza pero la maldita cría la abre de una patada y termino en el suelo.

-¡ Zelgadiss¡ Lina pero porque…!

-¡ Se puede saber que haces desnuda y en su habitación!

Me levanto hecho una furia, o sale de aquí por las buenas o lo hará por las malas, Gaudy se arriesga y la arrastra hasta el pasillo, gracias amigo, cierro la puerta y lo último que se oye es el bofetón de la loca esa. Apoyo la cabeza contra la puerta si esto sigue así se enterara todo Sailog. Siento una mano en la espalda.

-¿ Estas bien?

-Si, no pasa na… da.

Solo tienes la sabana por toda vestimenta, adaptándose y resaltando las formas que anoche memorice, hermosa.

Te cojo de la mano y te llevo hasta la cama tumbándote.

-Descansa.

-No tengo sueño.

-¿ Entonces que tienes?

Sonríes sonrojada y me besas, me tumbo a tu lado y permito que me tapes, te abrazo.

-Felicidad

Esa era la sensación de antes, estaba feliz de tenerte a mi lado al despertar y mas después de haber compartido mis sentimientos contigo. Suspiro acariciándote.

-Yo también.

Sonrió suavemente y nos besamos. Nos tenemos el uno al otro.

Fin.

-V-I-D-A-&-M-U-E-R-T-E-

Este fanfic es la otra cara del de Vida narrado desde la perspectiva de Amelia. Las quejas, tomatazos o paquetes bomba a la tecla de reviews.

Sore wa himitsu desu.