Lágrimas de hielo II
Por Khira
VI.
El juzgado de Barcelona no estaba decorado, pero el brillante sol de ese día de verano se colaba por las ventanas y alegraba el recinto. Solo estaban ellos, el juez, sus padrinos de boda y una docena de invitados: Ryota, Ayako, Mitsui, Akagi, Kogure y compañeros de equipo. El padrino de Rukawa fue su tío Hisanobu, y el padrino de Sakuragi Yohei. La ceremonia también fue sencilla pero emotiva.
- Kaede Rukawa, aceptas a Hanamichi Sakuragi como legítimo esposo?
- Sí, acepto.
- Hanamichi Sakuragi, aceptas a Kaede Rukawa como legítimo esposo?
- Sí acepto.
Mientras el juez los declaraba oficialmente en matrimonio, Hanamichi y Kaede se miraban sonrientes. Estaban haciendo algo que años atrás y más en su país habría sido completamente imposible.
Se colocaron las alianzas, y tras un corto pero apasionado beso, Hanamichi susurró algo al oído de su zorro.
El banquete se celebró en un restaurante pequeño pero muy elegante. Lamentablemente la prensa se enteró del lugar, pero como no pudieron entrar, lograron celebrar la fiesta en privado hasta altas horas de la madrugada.
xXx
Le dolía todo el cuerpo, especialmente la cabeza. Eso fue lo primero que sintió, y luego que alguien le estaba tocando el cuello. Escuchó voces extrañas, ni siquiera reconoció el idioma, aunque supuso era mallorquín. Por fin abrió los ojos y el sol le cegó un momento, y poco a poco empezó a comprender lo que estaba pasando.
Estaba tendido a un lado de la carretera y una médico le estaba ajustando un collarín. Al ver que abría los ojos y se tensaba, la médico comenzó a hablarle en español.
- Tranquilo, no se mueva... Cuál es su nombre?
- Kaede Rukawa... Y mi acompañante...? – preguntó angustiado.
- No se preocupe, también le están atendiendo...
Pero Rukawa notó algo en la voz de la médico que le puso la piel de gallina.
- Dónde está...?
- Le están atendiendo...
- Pero dónde está! – gritó histérico.
La enfermera que le atendía junto con la médico fue quien le contestó.
- Aún está en el vehículo...
La médico la miró reprendiéndola por haber respondido, ya que suponía que aquello podría nervioso al chico japonés. Efectivamente, cuando Rukawa escuchó aquello sintió que se le helaba la sangre en las venas, e intentó girar el cuello para ver el coche.
- No, no se mueva! – exclamó intentando en vano impedir que se girara.
Rukawa se derrumbó al ver el estado del Audi, chafado por ambos lados y rodeado por médicos y bomberos, y saber que Hanamichi estaba aún dentro.
- No puede ser, no puede ser... – sollozó – Tienen que sacarlo de ahí, por favor, sáquenlo de ahí...
- Ya lo están haciendo, por favor, tranquilícese... – pidió la enfermera ayudando al médico a mantener sujeto a Kaede en el suelo.
- SÁQUENLO DE AHÍ, POR FAVOR, TIENEN QUE SACARLO DE ALLÍ! – gritó Rukawa desesperado e intentando levantarse – ONEGAI!
- Rápido, ponle un calmante – pidió el médico a la chica.
- ME LO PROMETISTE! NO PUEDES HACERME ESTO! HANAMICHI, ME LO PROMETISTE!
El kitsune continuó llorando a gritos e intentando levantarse hasta que el tranquilizante intravenoso que le suministraron empezó a hacer efecto a los pocos segundos. Su último pensamiento fue que aquello le resultaba dolorosamente familiar...
xXx
Un chico bajo y moreno corría por los pasillos del hospital de Son Llàtzer en dirección a la habitación que le habían dicho en información. Apenas una hora antes estaba en Barcelona, pero una llamada telefónica desde ese mismo hospital comunicándole el accidente de tráfico que habían sufrido sus dos amigos y representados hizo que cogiera el primer avión con destino a Palma de Mallorca.
Llegó a la habitación que justo en ese momento salía un médico.
- Perdone! Es esta la habitación de Kaede Rukawa...? – preguntó jadeante por la carrera que se había dado. De Hanamichi no le habían dicho nada, y no sabía si era bueno o malo.
- Sí, esta es – respondió el hombre - Es usted un familiar?
- No, trabajo para él. Soy Yohei Mito, su representante. Cómo está...?
- Yo soy el doctor Fiol. Está bien, no se preocupe. Sólo tiene unas leves contusiones en cabeza y tórax y un esguince cervical en el cuello. Pero tuvimos que sedarle porque estaba demasiado nervioso...
- Y Hanamichi Sakuragi? – preguntó angustiado porque esa fuera la causa.
- El chico que iba con él en el coche?
- Sí, es su marido.
- Tengo que informarme, creo que está en cuidados intensivos...
Yohei se pasó las manos por la cara, intentando tranquilizarse, pero no lo consiguió, y menos al recordar lo poco que le habían contado sobre como había sido el accidente.
- Y el otro coche implicado? Hay más heridos...?
- Lamentablemente sí... – suspiró el médico – Un matrimonio de mediana edad. Pero por fortuna su estado no es grave... si quiere también puedo ir a informarme.
- Sí, por favor... muchas gracias.
- No hay de qué. En seguida vuelvo.
El médico se alejó por el pasillo y Yohei, después de respirar hondo, entró en la habitación. Rukawa llevaba un aparatoso collarín, y aún estaba adormilado por la sedación. Agarró a Yohei de la muñeca en cuanto este se acercó a su cama.
- Hola Rukawa...
- Mito... – susurró – Cómo está Hanamichi...?
El chico más bajo le cogió de la mano; hacía mucho tiempo que había aceptado a Rukawa como pareja de Hanamichi y le había cogido cariño, además de ser también su representado. Lamentó profundamente no tener buenas noticias que ofrecerle.
- No lo sé... El médico ha dicho que volvería para contarnos...
Rukawa cerró los ojos y se mordió un labio. Se veía claramente que estaba a punto de estallar en llanto. Yohei le apretó la mano más fuerte en un vano intento tranquilizador, aunque él también tenía ganas de llorar.
- Yohei, si le pasa algo... – sollozó Rukawa de pronto – Si le pasa algo... yo...
- Shhh... – susurró Yohei, un poco sorprendido de que le hubiera llamado por el nombre – Tranquilo...
- No puedo estar tranquilo... no más al menos de lo que ya estoy por culpa de la maldita sedación con la que apenas puedo moverme... – maldijo entre dientes.
"Mejor así...", fue lo que pensó Yohei, pues conocía de primera mano lo que era capaz de hacer Rukawa cuando se sentía desesperado.
Unos minutos después el médico volvió a la habitación.
- Cómo está Hanamichi? – preguntó Kaede sin darle tiempo que decir nada.
El doctor Fiol se acercó a la cama y se colocó junto a Yohei.
- Lamento informarles que el señor Sakuragi está en estado grave... – Rukawa palideció en extremo – Ha sufrido un politraumatismo craneofacial, fractura de costillas con un pulmón afectado y fractura de tres vértebras, pero afortunadamente sin compromiso medular...
- Se pondrá bien? – preguntó Yohei asustado.
- No lo sabemos. Tiene un pulmón perforado por una costilla y hay que esperar y ver su evolución para poder operarle...
Yohei se pasó una mano por la cara mientras Rukawa permanecía en completo silencio.
- Y cómo está la otra pareja, la que iba en el otro vehículo...? – preguntó al recordarlo.
- Están bien, sólo algunas contusiones, como el golpe por el cinturón. Ha sido una suerte que todos llevaran el cinturón de seguridad, de lo contrario, dado la aparatosidad del accidente...
- Entonces Hanamichi se ha llevado la peor parte, no es así... – murmuró de pronto Rukawa interrumpiéndole.
- Eso me temo... – dijo el doctor.
- Quiero verle...
- Lo siento pero está en la UCI, y además usted debe guardar reposo.
- Quiero verle... – repitió apretando los puños.
- Pero...
- Por favor, no hay ninguna posibilidad? – intervino Yohei – Irá de todas formas... – añadió en voz baja, y aunque Rukawa lo oyó, no se ofendió, pues era cierto.
El médico se lo pensó un poco antes de responder.
- Está bien – aceptó - Pero sólo a través del cristal, no podrá entrar en la habitación.
- De acuerdo...
xXx
Entre un celador y una enfermera ayudaron a Rukawa a sentarse en una silla de ruedas y le llevaron a la habitación de la UCI donde Sakuragi estaba en observación. Para Rukawa fue un shock verle en ese estado, nunca en doce años, Hanamichi le había parecido tan... vulnerable.
Apoyó ambas manos en el cristal que les separaba, y le observó más atentamente. Observó los cables, máquinas y botellas de suero que rodeaban a su koi, quien inmóvil y con los ojos cerrados, parecía estar a kilómetros de él en lugar de a unos pocos metros.
- Cuándo despertará...? – escuchó que preguntaba Yohei a su lado.
- No lo sabemos con exactitud. Pero está estable y no necesita de momento respiración asistida.
- Y cuando le operarán?
- Depende de su evolución, podría ser en unas horas o en unos días.
- Es una operación complicada...?
- Toda operación conlleva un riesgo...
Rukawa apoyó también la frente en el cristal y apretó los puños contra él. Cerró los ojos, pero en contra de lo que pensaba Yohei, ninguna lágrima resbaló por sus mejillas.
- Quiero volver a mi habitación... – musitó.
- Qué? – se sorprendió Yohei.
- Es lo mejor, volvamos – convino el doctor Fiol.
Algo le dijo a Yohei que era mejor no dejar solo a Rukawa y volvió con él a la habitación.
xXx
Por la noche, Rukawa intentaba no pensar en nada y dormir, pero sin mucho éxito. El mismo recuerdo de la boda que había tenido esa tarde en el momento del accidente le asaltaba una y otra vez, en especial, las palabras de Hanamichi tras darse el beso, y que ahora le sonaban vacías, como una promesa sin sentido.
- Siempre estaré contigo...
N/A: Buenos días! otro capítulo más a la saca wehehehe. Espero que les guste aunque sea un poco triste, pero no se preocupen que ya dije que no había que asustarse. Besitos y hasta pronto!
Elena: ya has visto que me he portado... de momento...
Kaehana9: jajaja pobre ratón... La mujer se quedó tan shockeada que no atinó a decir más... normal, ponte en su lugar: se abren las puertas de un ascensor y ves a los dos orientales más guapos del mundo dándose el lote... babas... XDDD
LadyKaoru: hola! aquí tienes la continuación, espero que te guste. Besos y gracias por el review!
Hasta el próximo
Khira
