Tomo con cuidado su mano y la beso, soltandola despues.
"Por supuesto, enseguida are que nos las traigan, Brenna, hermoso nombre para una hermosa dama.."
Le pidio al mesero las bebidas, este se marcho, miro a la dama.
"y decidme señorita de Lyol, que hace tan hermosa y distinguida dama en este lugar..? Dudo que con vuestra belleza necesiteis allar compañia"
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Le sonrió.
"Señor Picard..Dominic... ¿puedo tutearle?" - susurró, aún sonriendo - "He venido aquí con ánimo de descansar. Mi trabajo a veces es.. desagradable... y suelo necesitar divertirme para no volverme.. loca"
Bebió un largo trago de su bebida.
"Respecto a lo de la compañía.. bueno..." - se encogió de hombros "me gusta elegir. Y, aunque no lo crea.. a veces se me hace muy difícil que se acerquen a mí.. creo que... me temen..."
Dió un trago más corto a su copa.
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"Claro, podeis tutearme, lamento que vuestro trabajo sea tan duro.., ademas, dudo que la teman, sois una mujer realmente hermosa.."
carraspeo, prefirio no preguntar sobre su trabajo, a decir verdad sin tan desagradable resultaba no querria hablar de ello, la idea era que no pensara.
"y como podeis ver, yo me he acercado.., pero quien no podria.."
tomo un trago de la bebida.
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"Hmm Sois muy amable, joven Dominic. Me alegra que os hayais acercado, estaba taaaan aburrida... Y, decidme, vos, a qué habeis venido aquí? Trabajais en el Velvet, por un casual?" - preguntó, interesada, mirándole de arriba abajo.
"Es apuesto... mmm..."
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"la verdad es que si, pero no soy una mercancia"
sonrio ampliamente con un deje de picardia.
"soy el cocinero, si alguna vez vais al restaurante sabreis que lo que comeis lo he preparado yo, ingredientes de primerisima calidad.."
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Le miró un poco aturdida.
"Bueno... realmente, eso me da igual..." - sonrió libidinosamente, acercandose un poco más al joven - "Así que... sois el cocinero? mmmm... me gustaría probar alguno de vuestros platos.. Seguro que son deliciosos..."
Se volvió a acomodar, y liberó uno de sus pies del zapato que lo aprisionaba, con el ánimo, tal vez, de acariciar al chico levemente.
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"Cuando vos querais podeis venir al restaurante, tambien os doy via libre para entrar en la cocina, aun que no es un lugar adecuado para una dama como vos"
sonrio ampliamente sin asustarse por la mirada, de hecho actuando como si no la hubiera visto.
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