Cocinando algo para Madame Brenna

Asegurandose de que nadie les delataria, Dominic guio a madame Brenna hasta las cocinas, cerro tras de si, los posibles pedidos tendrian que esperar, de todos modos, en ese momento estaba cerrado, por tanto dudaba que le hicieran ningun pedido.

"bienvenida a mis dominios, esta es la cocina, como podeis comprobar, lo mantengo todo limpio y hay comida de sobra, me aseguro que este en buen estado.., no quiero que ningun cliente muera de intoxicacion"

rio levemente.

"decidme, que quereis comer?"

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"A tí!" - pensó oootra vez. Sus instintos se estaban revolviendo.

"Pues, no lo sé. ¿Qué me recomienda, Dominic?... ¿Puede sorprenderme?" - dijo, mientras buscaba cn la mirada dónde aposentarse cómodamente.

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Dominic le sonrio alegremente.

"tenemos carne, pescado, con patatas, verduras, pasta, pedid lo que os apetezca, un reto!"

sonrio observandola.

"vamos, algo os pide ese paladar.."

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Rió alegremente.

"Ay, si supieras..." - le miró, sonrojándose un poco al cruzar la mirada con esos ojos que, ahora, le parecieron felinos.

Llenando sus pulmones con el aire preñado de olores extraños, se acercó a Dominic, tanto, que su respiración se entrelazó con la del chico.

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Entreabrio los labios ruborizandose ante la cercania, pero una sonrisa se dibujo en sus labios.

"creo que no es comida lo que deseais devorar.., me equivoco..?"

susurro ahora rozando con sus labios los de ella, con esa sonrisa picara que a menudo ponia.

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Por respuesta, acortó los escasos milímetros que separaban sus labios, y le besó tentativamente, finalizando aquél excitante beso mordisqueandole el labio inferior, el cual le provocaba intensamente.

Le miró, gatuna, y ronroneó cuando se acercó a su piel, besándole el cuello suavemente...

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