Capitulo 3. LO QUE YO CREÍA SABER.
Mientras la pequeña Hermione mantenía una cruenta lucha en su interior tratando de analizar y descifrar los acontecimientos que tuvieron lugar Harry se encontraba sumamente lejos del hotel en el que la antes mencionada yacía, sentado placidamente en una de las tantas bancas del parque se preguntaba a si mismo si lo que ocurría era correcto, siempre había visto en Hermione un apoyo incondicional y hasta una figura fraternal, la hermana dulce y a la vez estricta que nunca tuvo, hasta cierto tiempo en el último año donde comenzó a ver que sus sentimientos no tenían un límite claro, conviviendo más con ella y recibiendo innumerables cartas durante la estadía de ambos en muy diferentes lugares llegó a la conclusión que necesitaba estar con ella más que como una amiga, la necesitaba como una persona a la cual darle todo de sí, sin alguna condición, necesitaba estar a su lado para sentirse completamente feliz, cada vez que recordaba los miles de kilómetros que lo separaban de ella entraba en una depresión incontrolable aunada a la incertidumbre del estado del corazón de su entrañable amiga, nunca la entendió por completo, aunque su relación como amigos era inmejorable siempre había un pequeño obstáculo que le impedía estar completamente seguro de lo que la chica de cabellos marrones estaba pensando; en cada carta trataba de hablar acerca de estos sentimientos tan confusos que surgían a cada instante pero siempre hubo algo que lo contuvo, al menos hasta darse cuenta de que pronto terminaría sus estudios y se convertiría en un auror y fue cuando decidió invitarla con la firme decisión de confesarle todos sus sentimientos, pero siempre existe un pero; y fue entonces cuando comenzó a revivir cada instante que aconteció el día anterior, pensó en la sonrisa de Hermione al encontrarla en la plataforma del tren y en el cálido abrazo que recibió, en el beso delicioso que compartieron y el camino hacia el hotel, y absolutamente todo lo que sucedió después, sintió un escalofrío que erizó su piel, recordó a la perfección las palabras de Hermione y algo golpeó su estomago y su cabeza; de repente se preguntó con incredulidad levantándose de su asiento:
- ¿Que es lo que hice¿Cómo dejé que todo esto pasara? No es correcto en lo más mínimo, no debí dejar que nada sucediera pero me dejé llevar por mis impulsos… soy un estúpido y un maldito desgraciado – sus ojos se cerraron con furia al igual que sus puños - ¿Cómo pude hacerle esto a ella, a la única persona que realmente amo, y como fui capaz de hacerla venir para enfrentarla a algo tan ajeno a ella, y con lo que sucedió anoche sé que todo empeorará… lo sé…
Súbitamente sus pensamientos tuvieron un fuerte choque contra la realidad al escuchar su nombre viajando en una dulce voz que reconocía a la perfección, Hermione se acercaba en un rápido paso sin llegar al trote exhalando vapor a causa del frío y del cansancio, su cabello estaba más alborotado que el día anterior y sus mejillas se encontraban encendidas debido al esfuerzo, estaba revestida de su ropa de viaje más abrigadora y Harry por un instante viajó a aquellos días de invierno en los que salían a Hogsmeade y ella siempre lo esperaba cuando en algunas de sus introspecciones se quedaba atrás en el camino, ella siempre lo esperaba y animaba; después de unos segundos sacudió la cabeza y vio como esa figura infantiloide de sus recuerdos se desvanecía para dejar a cambio la atractiva figura de una mujer joven en plenitud y en ese instante le pareció la mujer más bella del mundo, Hermione desaceleró su paso a unos cuantos metros de Harry y poco a poco se fue acercando; ninguno se atrevió a hablar y el silenció se prolongó demasiado hasta que Hermione metió las manos en los bolsillos y sacó de cada uno un bulto de tela de color oscuro; Harry se desconcertó y entonces miró hacia sus pies, levantó un poco sus pantalones y recordó que no traía puestos los calcetines, dirigió una dulce sonrisa hacia Herm y dijo:
- Creo que los había olvidado, gracias – tomó las prendas de manos de Hermione y se volvió a sentar en la misma banca de hace unos minutos, Hermione lo imitó y compartió el lugar a su lado, estaba sonriendo profundamente viendo a Harry colocarse sus calcetines y no dijo nada durante el momento, Harry terminó de colocarse los zapatos y alzó la mirada para encontrase con la de Hermione, no pudo hacer otra cosa mas que sonreír, en esa estática estancia se quedaron hasta que Hermione se atrevió a hacer su voz sonar por el aire:
- ¿Qué haces por aquí Harry?
- Nada, solo estaba pensando
- Y… ¿se puede saber que es lo que estabas pensando o, o no me corresponde saberlo?
- Pues, es acerca de ti y de mí así que me imagino que si te corresponde saberlo pero…
- ¿Pero que Harry¿Qué sucede?- inquirió Hermione con suma preocupación por que en el rostro de Harry se veían reflejadas una enorme frustración y una gran indecisión.
- Herm, soy una mala persona, lo que sucedió ayer no estuvo bien.
Estas palabras resonaron en el frío aire por más tiempo del que cualquiera de los dos lo hubiese preferido, Harry había bajado la mirada y cerrado los ojos para protegerse de cualquier cosa y Hermione no podía creer lo que escuchaba, sin embargo tuvo la fuerza para seguir hablando.
- Bien Harry… dime… ahhh… lo que te hace pensar… pensar tal cosa, en verdad necesito una razón para poder, comprender lo que me tratas de decir.
Harry se sentía de lo más culpable así que tardó en hacer contacto visual más de lo que Hermione pudo haber querido.
- Yo… es algo complicado y es totalmente mi culpa, es que…
Un pequeño plop desvió la mirada de ambos seres humanos, a unos tres metros aproximadamente de ellos acababa de aparecer una persona que dando una vuelta sobre su propio eje descubrió a Harry y Herm y se aproximo a ellos dos con un paso calmado.
Al llegar al frente de la banca Hermione vio a la recién llegada un poco molesta por la intrusión mientras que Harry denotaba una gran pero gran sorpresa al ver a esa mujer que se presentaba ante ellos, se trataba de una fémina envuelta en una abrigo fino que dejaba ver una figura agradable y subiendo la mirada estaba una cabellera rubia algo corta pero bien cuidada que enmarcaba un rostro de facciones aceptables, no era una mujer fea ni común pero tampoco era una belleza despampanante y tal vez en esto influían los anteojos de un exagerado aumento que portaba; sonrió a ambos y con toda naturalidad abrazó a Harry y volteó hacia Hermione dándole la mano.
- Hola, tú debes de ser Hermione ¿no? Yo soy Amy – y al decir esto agitó un poco más su mano acercándosela a Herm, ésta, desconcertada tomo la mano de la joven con una clara expresión que reflejaba toda su confusión; al notarlo la joven Amy volteó a ver a Harry y este comprendió, se levantó de su asiento y las dos mujeres lo imitaron.
- Amy, ésta es Hermione, la amiga de Hogwarts de la que te he hablado- y Amy asintió con la cabeza y una gran sonrisa – y Herm… ésta es, ésta es Amy… mi novia.
El momento después de estas palabras se alargó en la mente de Hermione toda una eternidad, la tal Amy se acababa de aferrar al brazo de Harry con todo el derecho del mundo porque ella era su… su novia, esa palabra, esa palabra que la hizo pensar tantas cosas y que esperaba ser la palabra que la identificaría pronto, todo su mundo se colapsó de repente sin que ella lo pudiera detener hasta que recordó donde estaba y con quien estaba, esto fue lo que más le dolió, recordar con quien estaba y desconocer a estas dos personas.
- ¿Herm, te encuentras bien? – preguntó la voz de Amy
- Ah si, si estoy bien, ningún problema Amy, es que recordé todo lo que Harry me ha dicho de ti, siento no haberlo recordado hace un instante- y usando todo lo que pudo en su interior logró que esta mentira sonara de lo más real.
- ¡Oh! no te preocupes en lo más mínimo, a veces hasta a mí se me olvida cada cosa… en fin¿donde te quedarás en estos días? – Harry permanecía callado y realmente impresionado por la reacción de Herm.
- Pues en un hotel que está cerca de aquí.
- ¿El hotel muggle?
- Si, en ese mismo… ¿hay algún problema?
- No, realmente no, he escuchado maravillas de ese lugar pero… pues me gustaría que te quedaras en mi casa, honestamente lo había pensado así.
- Me halagas con esa invitación Amy, pero no podría hacerlo, de verdad que no – y había un gran énfasis en estas palabras
- No te insisto Hermione, sé muy bien que eres decidida, pero confío en que tal vez consideres mi oferta más adelante; y por lo pronto me voy, tenía muchas ganas de conocerte por lo que hice un espacio en mi agenda pero estoy muy ocupada y ya me retrasé, tal vez nos veamos en la noche ¿si?
- Ah, si, si así lo deseas, no sabía nada pero si me invitas por supuesto que iré.
- Entonces hasta al rato, adiós.
Y después de otro pequeño plop Amy desapareció dejando a un estupefacto Harry y a una Herm con una convincente pero aún falsa sonrisa. De nuevo llegó un momento de silencio pero este era el más incómodo que cualquiera que hubiese habido en la historia de la amistad de Harry y Hermione.
- Gracias Herm por no decir nada de… bueno, te lo agradezco… pero tengo que decirte algo respecto a esto, no es lo que crees… yo…
- No te atrevas Harry James Potter, no te atrevas a decir absolutamente nada. – y diciendo esto Hermione dio la vuelta y apresuró el paso hacia el hotel.
Harry pensó en detenerla pero sabía que esto sería inútil y se sentó derrotado y con la más amarga culpa que alguna vez llegó a sentir, el frío que reinaba en aquel solitario parque parecía no inmutarlo, en su mente sólo se encontraban los hechos apenas ocurridos y sucedió lo que en mucho, mucho tiempo no había sucedido, una lágrima salió de sus verdes ojos, una lágrima tan llena de odio hacia él mismo que en una hora no se pudo levantar de su asiento, estaba aferrado a no abandonar ese lugar porque de alguna forma si salía de allí no podría detener a su mente de divagar sobre todo lo ocurrido pero, bueno, al fin y al cabo una vez fue elegido en Gryffindor por su valentía y en algún momento tendría que hacer frente a todo lo que ocurría así que desentumiéndose se levantó y emprendió su camino pensando en lo que pasaría de ahora en adelante.
Aja¿Qué creen? Aún sigo viva nnU estoy muy consiente de lo irresponsable que he sido porque alguna vez escribí que pronto subiría el siguiente capítulo de mi pequeña historia y… bueno, creo que desde la primera vez que dije eso ya ha pasado casi más de un año TT gomen! Lo siento en demasía, no tengo excusas! Aunque puedo decir en mi defensa que soy una ñoña y la universidad de verdad me exige mucho, y que aparte de todo los pocos avances que había logrado de vez en cuando se fueron al caño cuando mi compu murió por algún tiempo pero… bueno, creo que entienden el punto ¿no? Me siento culpable TTU
Pero bueno, estoy de regreso aunque no les prometo nada esta vez, sólo quería al menos dar fin a las historias que dejé a la mitad sin un desenlace decente y que espero recibir reviews porque… siendo honesta iba a dejar todo esto por la paz pero cuando entré una vez a la página y leí los reviews que me habían dejado ¡Ah! La inspiración tocó a mi puerta de nuevo y hasta me desvelé para avanzar esta historia aunque sea un poco; sé que este capítulo no es mucho pero, es una forma de mostrarles que aún existo y que aún me interesa compartir mis locas historias con personas que están dispuestas a leerlas.
Y de nuevo menciono a aquellos que dejan un review, y no sólo los menciono sino que les agradezco por regresarme una pasión que tenía algo olvidada por concentrarme en otras cosas.
Atenta y cariñosamente:
nn ARIZ nn
Posdata: No me odien por ser una tonta olvidadiza.
Posdata 2: Sean felices!
Posdata 3: Tal vez aprenda japonés este año nn
Posdata 4: Nunca den por muerto algo que en realidad aman nnU
