Alzo una ceja sonriendo divertido, se aparto un mechon de sus dorados cabellos de delante la cara para avanzar hasta ella, dejandose guiar, no tenia miedo, siquiera parecia preocupado, le estaba divirtiendo enormemente toda aquella situacion.
Suavemente arrincono a la dama.
"ahora no os escapeis.."
susurro sonriendo acariciandole el rostro con una mano.
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Que ella besó, dulcemente.
"no..."- sonrió, mordiendose los labios.
Llevó sus brazos alrededor de su cuello y lo atrajo hacia sí, para acariciarle los labios lenta y suavemente, jugando a ponerle nervioso, mientras apretaba su cadera contra la del joven cocinero.
"Pero algo tendrás que hacer para que me quede contigo..." - habló, entre susurros
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Entreabrio los labios, un suspiro se escapo entre ellos y un escalofrio recorrio su cuerpo al sentir como sus cuerpos se pegaban, el deseo aumento, cosa que se hizo notable, provocando un claro rubor en las mejillas del muchacho, tratando de concentrarse en lo importante empezo a deslizar sus dedos por su espalda, no debia desnudarla, no habia suficiente intimidad, bendijo que usara falda, pero aun no aria nada.
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"Ah"... - jadeó, estremeciéndose al notar los dedos del joven
"Dominic..." - susurró, relamiendos sus labios algo secos.
Acercó una mano a los dedos que acariciaban su espalda, para llevarla hasta su muslo ; mientras, mordisqueaba el cuello del chico, al que notaba respirar pesadamente.
"mmmm..." - gimió suavemente, notando la calidez del cuerpo del hombre que deseaba
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Agarro su trasero con fuerza, pero por desgracia llevaba demasiada ropa, resoplo levemente molestoy y se agacho para levantarle la falda, acariciando sus nalgas por encima la ropa interior.
"un poco mejor.."
susurro con una leve sonrisa, la beso en los labios ahora mas apasionadamente, descendiendo por su rostro a su cuello, el cual lamio sensualmente y beso.
"os deseo.."
susurro.
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Una risa juguetona escapó de sus labios.
Inquieta, se revolvió entre aquellos brazos, y llevó sus manos temblorosas hacia el pantalón del muchacho, con ánimo de juguetear un poco y ponerlo cada vez más nervioso.
Besando su frente y buscando sus labios, alcanzó el bajo vientre del cocinero, y, riendo, acarició por encima, muuy suavemente... esperando su reacción.
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