Creo que el capitulo anterior fue algo corto así que decidí subir este capitulo mas rápido para compensarlo (XDDDD)

Datos del fic.

Titulo: Un Esperado Reencuentro (lo intente(¬¬)).

Historia: Después de varios años de haber desaparecido Edward regresa, pero a un costo que preferiría jamás haber pagado...

Declaimer: Solo aclaro que Full Metal Alchemist no me pertenece y este fic lo hago por diversión nada más.

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Capitulo IV

Un Esperado Reencuentro

Simplemente no podía creer lo que estaba viendo, sus ojos se dilataron enormemente y su corazón latía mas aprisa que antes, sintió como poco a poco perdía el equilibrio y sin mas cayo de rodillas.

Clavo su vista en el piso ocultándola tras algunos mechones dorados de su cabello mientras que sus lindos ojos azules se pusieron vidriosos para después dar paso a abundantes lagrimas que rodaron por sus mejillas, por mas que quería no podía articular palabra alguna, estaba completamente paralizada había sido muy fuerte la impresión que acababa de recibir.

El chico que aun estaba de pie frente a ella, la miraba un poco aturdido, de todas las reacciones posibles que pensó podía causar a su amiga jamás imagino que seria esa, la había visto llorar antes pero nunca de esa manera...

Se acerco lentamente hasta quedar a la altura de la joven...

- ¿Winry?... ¿estas bien? – pregunto un poco preocupado al verla en ese estado.

No, no era mentira, era realmente él, cuando escucho su voz nuevamente supo que no era una alucinación, que de verdad estaba ahí finalmente junto a ella, eso la hizo medio reaccionar y volver su azul mirada hacia el chico, en un impulso que no pudo controlar se lanzo sobre este haciéndolo perder un poco el equilibrio.

La joven se aferró fuertemente a su pecho sin dejar de llorar, no quería separarse de él, pensaba que si lo hacia se desvanecería tal como en sus sueños, el chico rubio correspondió el gesto con su brazo izquierdo, rodeando la espalda de ella y acercándola mas a él, ella no se movió y así quedaron unos momentos hasta que alguien los interrumpió.

Era la abuela Pinako que fue a ver que era lo que retrasaba tanto a su nieta, pero cual fue su sorpresa al descubrir el motivo de la demora, después de ver aquella escena solo pudo toser un poco para hacerse notar, al sentir la presencia de la anciana los dos jóvenes se separaron al instante.

- Pero mira nada mas, el hijo prodigo se digno a volver – dijo la anciana de un manera un tanto sarcástica mientras sorbía un poco el humo de su pipa, no obstante en su interior era otra historia, ya que ella también se sentía feliz que el chico rubio hubiese regresado al fin, pero sobre todo que estuviese sano y salvo.

- A mi también me da gusto verte tía Pinako – contesto el joven de la misma forma.

- ¿Se puede saber donde demonios te habías metido? – pregunto la rubia fingiendo molestia y a la vez secándose las lagrimas derramadas momentos antes tratando de recobrar un poco la compostura.

- Es una larga historia – sonrió con nerviosismo – ¿pero y Al, donde se encuentra?...

- Pues veras Ed... – titubeo un poco la chica. – Al esta en Central

- ¿En Central? ¿Y que hace haya? – pregunto con algo de curiosidad el ambarino.

- Es que él... – se detuvo al ver de frente al muchacho.

- ¿Él que…? – pregunto el joven un tanto confundido.

- El chico se hizo alquimista nacional hace dos años, por eso esta allá – interrumpió Pinako al ver que su nieta no daba señas de responder.

- ¡¿Alquimista nacional! ¿Por que Al hizo semejante estupidez, se supone que recupero su cuerpo ¿o no? – Ed se vio bastante molesto al escuchar las palabras de la anciana, no podía creer que su hermano terminara siendo un perro de los militares...

- Si, pero lo hizo para poder encontrarte, pensó que al ser alquimista nacional podría buscarte mas fácilmente, entiéndelo por favor – se apresuro a decir la chica para contener el evidente enojo del joven.

- Aunque así fuera. – dijo tratando de calmarse un poco – eso no lo justifica, debería disfrutar de su vida y no estar bajo las órdenes de nadie, ya tuvo que soportar bastante al estar dentro de esa armadura...

Winry entendió lo que quiso decir con aquello, lo que menos quería Ed era que su hermano volviese a sufrir por su culpa.

- Ya vasta de lamentaciones – intervino finalmente la anciana – la cena se esta enfriando…

- Es verdad, vamos Ed parece que llegaste justo a tiempo – la joven recupero por completo su alegre estado de animo, tomo al chico rubio del brazo y se dirigieron al comedor.

Pinako observo a su nieta detenidamente, pudo darse cuenta como el brillo en sus ojos regreso a ella y por otro lado noto la sonrisa sincera dibujado en el rostro de esta, hacia tanto tiempo que no la veía tan feliz que ya había perdido las esperanzas de volver a hacerlo.

Después volvió su mirada a Ed, el cual parecía estar tan contento como ella, a simple vista el chico no había cambiado su forma de ser en lo absoluto, pero al mirar dentro de sus ojos pudo notar cierta tristeza reflejada en ellos...

- Valla que creciste bastante… deberías desaparecer mas seguido, así tal vez algún día llegues a ser mas alto que el pasto del jardín – dijo la anciana con el buen humor que la caracterizaba...

- Pues tú no has cambiado en nada, sigues del mismo tamaño o quizás eres mas baja de lo que recuerdo – señaló el chico siguiéndole la corriente.

- Aunque hayas crecido un poco, sigues siendo casi igual de enano que la última vez que te vi...

- ¡Enano!... ¡¿a quien le dices enano bruja! – hizo una rápida protesta parándose de golpe de su asiento.

- Pues a ti enanito del jardín...

- ¡Dices que soy tan enano que para verme necesitas una lupa con aumento!...

- Si así quieres tomarlo, pues yo no lo… – no puedo terminar su oración ya que la fuerte voz de la chica los interrumpió.

- ¡Ya basta! – intervino la rubia en un tono molesto – escúchenme muy bien los dos quiero tener una cena tranquila así que dejen de pelear de una buena vez – al ver a la joven tan enfadada no les quedo mas remedio que obedecerla.

La cena se sirvió tal como se había dicho, mientras comían Winry le contaba emocionada a Ed todas las cosas que habían pasado durante su ausencia, Ed parecía escucharla atento y Pinako solo se limitaba a ver la euforia que ese chico le provoco a su nieta.

- Gracias por la comida tía Pinako estuvo deliciosa, hace mucho que no probaba algo así.

- No es nada muchacho – sonrió la anciana ante el halago.

- Por cierto Ed. – la joven los interrumpió.

- ¿Si?...

- Desde hace un rato note que no usas para nada tu mano derecha, ¿se puede saber que pasa con ella?...

- B-bien Winry, pues veras… – al escuchar la pregunta no pudo evitar ponerse nervioso, sabía que tenía que contestarle lo que paso, pero si le decía que había vuelto a descomponer su automail, su cabeza lo pagaría...

- ¿Y bien? – alzo la ceja con cierta molestia, aun estaba esperando una respuesta por parte del chico...

- E-este... pues... je, je, je… – empezó a reír con nerviosismo, la pequeña arma mortal de la chica había hecho su aparición...

- Winry... pues veras... – aun titubeaba – necesito que arregles mi brazo ya que esta completamente dañado – al fin lo dijo, en ese momento sintió como un proyectil se estrellaba contra su cabeza, el fuerte golpe lo hizo caer de la silla.

- ¡Se puede saber por que demonios me golpeas! – dijo este muy molesto y un poco mareado a causa del golpe que acababa de recibir, pero se reincorporo de inmediato al sentir la mirada furiosa de la joven.

- ¡Edward Elric! – al oír el tono que utilizo la chica se hizo un poco para atrás, lo que menos quería era volver a molestarla, sabia lo que ocurriría si lo hacia de nuevo... Pinako los veía sin inmutarse, al fin y al cabo conocía a la perfección a ese par, por lo que se dispuso a retirarse a su habitación, dejándolos solos.

- Y ahora que rayos le hiciste a mi precioso automail – la chica camino a pasos agigantados hasta estar frente a él, se puso de rodillas para quedar a la altura del chico, después descubrió su brazo, pero al verlo su rostro se noto sumamente sorprendido.

- ¡Este no es el que yo construí! – alzo la voz muy molesta – ¿qué le paso al que yo hice? – volteo a verlo con una mirada asesina, mientras tomaba su llave del piso.

- En serio hay una explicación para esto – dijo a manera de suplica – solo déjame explicarte – definitivamente no quería hacerla enfadar otra vez...

- Esta bien – respondió la chica calmando un poco su enfado y cruzándose de brazos – cuéntame que paso...

- Te advierto que es una larga historia...

- No te preocupes por eso... – le sonrió apaciblemente – tengo toda la noche para escucharla, puedes contármela mientras reparo tu brazo...

- ¿Eso quiere decir que lo arreglaras?

- Por supuesto, no voy a dejar que la mejor de mis creaciones se destruya a causa de un "enano" alquimista – le hablo con indiferencia aunque sabia perfectamente lo que esa palabra en la que había echo especial énfasis iba a provocar.

- Enano… – de un salto el chico se puso de pie – ¡¿A quien le dices enano! por si no te has dado cuenta ya soy mucho más alto que tú – realmente la chica sabia como hacerlo enfadar.

- Pues aun así sigues siendo un enano – ella también se puso de pie, quedando frente a frente – Al es tan alto como tu y solamente tiene quince años...

- ¿Quince años? – pregunto confundido – ¿De que estas hablando?... ¡¿Cómo que Al tiene quince años! – le dijo en un tono ya mas exaltado.

Lo olvido por completo, era verdad que le había contado todas las hazañas de su hermano menor durante la cena, pero omitió la parte más importante… ¿cómo iba a decirle que su hermano menor había perdido por completo la memoria y que su apariencia era la de un adolescente de quince años?

Se quedo callada y desvió su mirada al piso, ciertamente no quería enfrentar a Edward y mucho menos pretendía tener que ser ella quien tuviera que decirle lo que había ocurrido...

Continuara...

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Espero que les haya gustado y sigan dejando sus comentarios, quejas, sugerencias, felicitaciones, etc... todo es bien recibido, hasta la próxima…

"A una mujer perturba lo que un hombre olvida... a un hombre lo que una mujer recuerda"