Datos del fic.

Titulo: La confesión

Historia: Después de varios años de haber desaparecido Edward regresa, pero a un costo que preferiría jamás haber pagado...

Declaimer: Solo aclaro que Full Metal Alchemist no me pertenece y este fic lo hago por diversión nada más.

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CAPITULO XI

La Confesión

Pasaba del medio día cuando los dos chicos llegaron a la población que el general les había señalado como su próxima misión de reconocimiento, era un pueblo pequeño pero muy pintoresco, sus pobladores daban la facha de ser gente amable y servicial, sin duda seria otro lugar en el que no ocurría realmente nada, una falsa alarma como tantas otras a las que acudieron los últimos tres meses.

El rubio comenzaba a impacientarse, el tiempo seguía su marcha y todavía no encontraba lo que estaba buscando con tanta desesperación y furia, la cual había estado conteniendo para que nadie se diera cuenta de sus verdaderos sentimientos.

Los chicos caminaron alrededor de dos horas por las angostas calles del pueblo, buscaban alojamiento y a la vez algo de información sobre algún acontecimiento extraño que los pobladores hubiesen notado, pero nadie quiso hablar con ellos, era como si detrás de esa fachada de tranquilidad se escondiera un enorme secreto que eran incapaces de revelar.

- ¿Por que será que siempre evaden nuestras preguntas? – pregunto serenamente el castaño que caminaba tranquilamente al lado de su hermano mayor por una acera de las calles principales que estaba en el centro del poblado, ahí habían varios establecimientos con diferentes tipos de negocios, podría decirse que era la zona comercial del pequeño pueblo.

- Porque obviamente están ocultando algo que no nos quieren decir – contesto el otro chico algo fastidiado – lo mejor será que busquemos una posada donde podamos dormir, ya mañana revisaremos con mas calma el lu... – no pudo terminar su oración ya que alguien llamo en extremo su atención.

De la nada este salió corriendo hasta donde esa persona estaba, la cual al percatarse de su presencia se fue de ahí velozmente internándose en uno de los muchos callejones que existían en las angostas calles.

- ¡Hermano, espera! – el otro chico trato de detenerlo pero este hizo caso omiso a sus palabras – ¡¿a dónde vas!

- ¡Detente! – decía con relativa desesperación el muchacho rubio para tratar de parar a esa persona que le llevaba varios metros de ventaja, aun así este la siguió de cerca por los serrados callejones.

De repente esa persona se detuvo haciendo que el chico también lo hiciera, en ese momento quedaron separados por una calle de intermedio, él quedando de un lado y ella quedando en la acera de enfrente.

Los largos y negros cabellos caían sobre la espalda de la joven que estaba de espaldas a él, esta se giro lentamente sobre su eje hasta quedar frente a frente con el chico rubio que en ese momento la miro estupefacto.

- Sarah... – sus ojos se dilataron enormemente al contemplar la fisonomía de la joven que hasta hacia unos momentos había estado persiguiendo – no puede ser... t-tu... tu estas muerta.

Esta solo le sonrió de una manera maliciosa mientras que unos mechones de su cabello caían sutilmente sobre su blanquecino rostro, ocultándolo de alguna manera a los ojos del chico.

Justo cuando el muchacho iba a cruzar la calle para llegar hasta ella, varias personas pasaron caminando por enfrente de la joven que desapareció junto con estas sin dejar rastro alguno.

El chico atravesó velozmente la calle, llegando al lugar donde hasta hacia unos momentos estuvo parada la joven de cabellera azabache y tez blanca.

- ¿Donde...? – dio la vuelta con la mirada hacia todas direcciones – ¿dónde estas maldita sea? – la voz del chico se escuchaba alterada y confundida a la vez.

Por unos momentos camino de espaldas tratando de ubicar la dirección que había tomado, después de analizar todo lo ocurrido mas fríamente llego a la conclusión de que la persona que perseguía no era otro mas que el engendro que estaba buscando desde que comenzó su viaje y del cual juro vengarse a penas lo encontrara.

Sin embargo un pequeño incidente lo saco inmediatamente de sus pensamientos, ya que sin querer choco con una persona que iba saliendo de una de las tiendas del lugar, esta lo hizo perder el equilibrio y sin querer los dos cayeron al piso por la inercia del encuentro.

- ¡Deberías de tener mas cuidado por donde caminas! – exclamo furiosa la joven rubia que no se había fijado muy bien en la fisonomía del muchacho.

Al escuchar esa voz tan familiar el chico giro su cabeza rápidamente para asegurarse si lo que escuchaban sus oídos era verdad.

- ¡¿Winry! – la miro con incredulidad ¿qué estaba haciendo ella ahí?

- ¿Edward? ¿qué haces aquí? – lo vio con mayor sorpresa.

- Eso era justamente lo que yo iba a preguntarte ¿qué estas haciendo tú aquí? – le dijo mientras se paraba nuevamente y le ofrecía una mano a su amiga para que se pusiera de pie.

- Ah… pues yo vine a realizar un pequeño trabajo de reparación de auto mail, parece ser que mi fama de excelente mecánica se ha extendido bastante – dijo con algo de presunción y orgullo.

- Tampoco deberías ser tan vanidosa... – dijo casi en un murmullo aunque la otra alcanzo a oírlo perfectamente.

-¿Qué dijiste? – un brillo extraño se formo en sus ojos, los cuales demostraban cierta furia.

- ¿Yo?... nada – sonrió con algo de nerviosismo.

- Como sea... ¿cuál es tu excusa? ¿por qué estas aquí? – lo miro de una forma inquisidora.

- Mustang nos envió a investigar algo en este lugar - dijo ya mas seriamente tratando de reincorporarse.

- En serio...y Al ¿dónde esta? – la chica movió su cabeza en todas direcciones tratando de encontrar al menor de los Elric.

- ¡Es cierto Al! – el chico pareció recordar algo importante – lo olvide por completo.

- ¿Cómo que lo olvidaste? – volvió la mirada cuestionante a los ojos de la chica.

- Pues veras... je, je, je... – después de reír nerviosamente por unos momentos mas, agacho la cabeza en forma de rendición.

- - -

Mientras tanto en otro punto de la población un joven castaño vagaba solo buscando con algo de desesperación a su hermano mayor.

- ¡¿A donde te metiste hermano!...

- - -

La chica lo miro con suma desaprobación manteniéndose de brazos cruzados.

- ¿Cómo fue que lo dejaste solo?...

- Ya no me regañes Winry, además Al se sabe cuidar perfectamente – trato de justificar sus acciones mientras se dirigían al lugar donde el chico rubio vio a su hermano por ultima vez.

- Seguro... – caminaban apresuradamente tratando de encontrar al chico castaño – eres un irresponsable lo sabias.

- Si, lo que digas... – siguió su paso sin detenerse, hasta que a lo lejos pudo distinguir la silueta del chico - ¡Al! – grito para llamar su atención – ¡por aquí!

- ¡Hermano! – saludo el otro mientras se encaminaba rápidamente hasta quedar frente a ellos

- ¿Por qué saliste corriendo de esa manera? – la voz del chico se escuchaba algo molesta.

- Lo siento mucho – sonrió apenado el otro chico – pero mira a quien encontré en el camino – trato de desviar un poco el tema de conversación, no quería dar muchas explicaciones en ese momento.

- ¿Winry? ¿qué haces aquí? – la miro de la misma manera confundida con la que la había visto el chico rubio momentos atrás.

- Es una larga historia que creo les contare en la cena – lo miro con aquella dulzura que siempre le profesaba.

- ¿¿Cena? – se oyó decir al uníoslo al par de chicos, mientras que sus estómagos producían un particular eco en reclamo de comida ya que no habían probado bocado alguno desde el desayuno, estos se sonrojaron un poco por ese sonido involuntario ante la risa de la joven que los veía con algo de gracia.

Al ver que aun no tenían un lugar donde alojarse la joven les ofreció felizmente que se quedaran en la misma posada que ella, los otros aceptaron de una manera un tanto gustosa porque el sol ya empezaba a declinar en el horizonte y ellos aun no tenían donde pasar la noche.

Cenaron en el pequeño comedor del establecimiento, estaban solos ya que al parecer eran los únicos huéspedes del lugar, durante la cena los chicos mantuvieron una conversación muy amena sobre todas las anécdotas que tuvieron el tiempo que estuvieron separados, Winry se sentía muy feliz al ver que los tres se reunieron nuevamente, pero sobre todo que ellos estaban bien y que Ed aun no cometía ninguna clase de locura, manteniendo su brazo intacto.

- Ya es algo tarde, deberíamos irnos a dormir – dijo el castaño entre pequeños bostezos, llevaban como dos horas platicando.

- Es verdad – intervino la rubia – el tiempo paso volando, lo mejor es irnos a dormir.

- Si... – el ambarino miro a la ojiazul – porque no te adelantas Al, necesito que Winry le haga unos pequeños ajustes a mi brazo.

- Esta bien – contesto con algo de cansancio el castaño, debido a su agitado día se sentía extremadamente agostado como para hacer otra pregunta – dejare la puerta abierta para cuando regreses – hablaba ya mas dormido que despierto.

- Que descanses – fue lo último que le dijo el rubio antes de que este subiera las escaleras y desapareciera en uno de los pasillos que daban a su habitación.

- ¿Y bien?... ¿qué necesitas que ajuste? – hablo finalmente la muchacha.

- Eso era solo un pretexto... la verdad es que necesito hablar contigo a solas – le dijo seriamente el joven de ojos ambarinos.

- E-esta bien – lo miro algo extrañada - ¿de que quieres hablar? – en ese momento tomo asiento junto a él.

- Antes de que nos despidiéramos la ultima vez tu intentabas decirme algo – empezó a hablar el chico mientras ella sentía como sus mejilla comenzaba a arder, aun no estaba preparada para decírselo – pero yo no puedo esperar tanto tiempo ¿qué era eso tan importante que me tenias que decir?.

- No lo olvidaste... – dijo en voz baja desviando su mirada a otro punto de la habitación.

- No... y ahora que estamos solos puedes decírmelo tranquilamente – le miro fijamente por unos segundos mas.

- Es verdad... pero si mal no recuerdo también te dije que eso solo te lo diría el día que regresaras a Rizembull – aun no se sentía lista para contarle aquel secreto que ella tan celosamente mantuvo guardado duarte varios años.

- ¿Entonces no me lo dirás? – el tono que utilizo se escuchaba en extremo serio pero a la vez sereno.

- Te lo diré cuando sea el momento indicado...

- En ese caso ya no te lo preguntare – su voz se escucho algo molesta – que descanses.

- ¿Por qué te enojas, yo te dije que solo hablaría contigo de esto si es que regresabas a casa – trato de reclamar ante el repentino cambio de actitud del chico, lo que hizo que el chico detuviera su paso y tomara asiento junto a ella nuevamente.

- Porque si es tan importante, no tienes razón esperar mas tiempo para decírmelo ¿o si? – le miro de frente – sabes que puedes hablar conmigo de lo que sea.

- Lo sé, pero...

- ¿Pero qué? – siguió sin quitarle la vista de encima

- Es que no sé como vallas a tomarlo – contesto bajamente

- Si no me lo dices como vas a saberlo...

- Tal vez, pero... – titubeo un poco – es que quizás lo que te diga arruine nuestra amistad por completo y lo que menos quiero es que eso suceda.

- ¿Tan grave es...? – le miro intrigado por la respuesta de la joven.

- Depende de cómo lo tomes... – seguía sin poder expresar lo que sentía – lo que sucede... hay, es que como te lo digo.

- Solo di lo que sientes y ya... – el chico estaba perdiendo la paciencia ante la indecisión de la chica.

- Ed, lo que pasa es que tu... – hizo una pequeña pausa – tu me gustas mucho... – su voz fue bajando de tono hasta que las ultimas palabras se oyeron casi como un susurro.

- Winry yo... – el chico no acababa de salir de su sorpresa, se quedo casi mudo de la impresión – yo no se que decir... – los rostros de ambos jóvenes estaban experimentando un color rojo intenso en sus mejillas.

- N-no tienes que decir nada... – bajo la vista al no ser exactamente las palabras que quería escuchar por parte del chico rubio – esto que siento es solo mío, tampoco te estoy obligando a que tu sientas lo mismo por mi.

- No es eso Win... – le hablo gradualmente, aun no asimilaba completamente aquella idea – tu también me gustas y mucho, pero es que yo no... – igualmente oculto la mirada tratando de escucharse tranquilo, aunque era evidente que estaba por demás nervioso y extremadamente confundido por la confesión de su amiga.

Su interior era un caos en ese momento, por primera vez se estaba haciendo un cuestionamiento importante sobre sus sentimientos hacia esa joven, cosa que jamás había hecho antes, se preguntaba ¿que era lo que realmente sentía por ella?... por esa chica a la que hasta ahora siempre vio como su mejor amiga y consejera, la que estuvo a su lado en algunos de los momentos mas difíciles de su vida, acompañándolo y mostrándole siempre una sonrisa o una palabra de aliento cuando mas lo necesitaba.

No podía negar que desde que eran pequeños había sentido siempre cierta atracción por ella, pero por otro lado ya no era lo mismo, las cosas cambiaron mucho desde entonces, al oír las palabras de la chica sus sentimientos se dividieron en dos, ahora se interponía la sombra de esa joven que no había apartado de sus pensamientos desde que dejo el otro mundo.

- ¿Qué pasa Ed?... ¿qué era lo que ibas a decirme? – la chica se inquieto un poco al no recibir respuesta del chico.

- Win... es que yo no puedo corresponderte de igual forma... – tenia que ser franco con ella, después de todo tampoco podía mentirle – no por ahora.

- E-entiendo... – su voz pareció entrecortarse y algunas lágrimas se formaron en sus ojos, le dolió mucho la respuesta del joven.

- Aun no estoy listo, necesito tiempo para poner en orden todas mis ideas – miro dulcemente al la chica que ahora derramaba varias lagrimas en silencio.

- Perdóname por favor... – el joven la tomo suavemente de la barbilla obligándola a verlo directamente a los ojos, esta trato de contener su llanto pero no pudo, sus ojos no se lo permitían.

- Edward... – trato de aclarar un poco su voz – tampoco te estoy pidiendo una explicación – le sonrió forzadamente pero sin dejar su llanto de lado – entiendo perfectamente si tu no sientes lo mismo por mi, no necesitas disculparte por eso.

- No es eso... – trato de explicarle que solo necesitaba tiempo para pensar y aclarar sus sentimientos hacia ella, pero esta puso suavemente uno de sus dedos sobre sus labios para callarlo, apartando sutilmente la mano del muchacho.

- Ya no digas nada mas... por favor... – en sus cristalinos ojos azules se podía entrever algo de suplica para que este no dijera otra palabra porque lo único que hacia con eso era aumentar mas su dolor.

- Lo lamento... – separo delicadamente la mano de la joven, la cual se puso de pie momentos después para retirarse de una buena vez.

- ¿Ed...? – le hablo por ultima vez.

- ¿Si...? – la miro fijamente y ella le sostuvo igualmente la mirada aun a pesar de sus lagrimas.

- Gracias por ser sincero conmigo… – se acerco nuevamente a él depositando un sutil beso sobre los labios del chico, el cual a su vez pareció corresponderlo de alguna forma.

- Buenas noches... – le dijo mientras se separaba lentamente del joven.

El chico no respondió, estaba tan sorprendido por la acción de la joven que ni si quiera pudo reaccionar, quedándose completamente mudo y a la vez desencadenándose en él un sin número de sentimientos nuevos, cosas que ni siquiera Sarah le había hecho sentir.

Cuando al fin pudo medio reaccionar la joven rubia ya se había retirado a su habitación, involuntariamente su primera acción fue rozar delicadamente sus dedos sobre sus labios, aun podía sentir la esencia de la joven impregnada de alguna forma en ellos.

Seria una larga noche para el ambarino que ahora se debatía entre mantener vivo el recuerdo de una persona que sabia jamás regresaría y su porvenir al lado de alguien especial que sin duda se encargaría de sanar todas sus heridas, pero a la cual tenia mucho miedo de lastimar como alguna vez lo hiciera con esa chica a la que juro proteger aun a costa de su propia vida.

Continuara...

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Ok, esto no salió como esperaba, pero igual me agrado de alguna forma, aunque creo que la historia se me esta saliendo un poco de control, en fin ya veré como arreglarla, por el momento eso fue todo, ojala y les haya gustado, nos vemos el próximo capitulo.