Datos del fic.

Titulo: La promesa

Historia: Después de varios años de haber desaparecido Edward regresa, pero a un costo que preferiría jamás haber pagado...

Declaimer: Solo aclaro que Full Metal Alchemist no me pertenece y este fic lo hago por diversión nada más.

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CAPITULO XII
La Promesa

El lugar era frío y hasta cierto punto lúgubre, camino por un largo rato en aquella inmensa oscuridad sin encontrar ninguna clase de salida... hasta que finalmente pudo divisar a lo lejos una pequeña luz que a medida avanzaba se iba haciendo mas y más brillante .

Cuando estuvo cerca del final pudo vislumbrar a contra luz la figura de alguien parado al final del camino justo de donde provenía aquel resplandor, la joven parecía esperarlo pacientemente en ese lugar, sus largos cabellos negros ocultaban los rasgos de su fino rostro de tono nacarado, el chico avanzo apresuradamente hasta quedar frente a la joven.

Esta se encamino unos pasos mas acercándose lentamente a él y aferrándose a su pecho mientras que el joven la rodeaba suavemente con sus brazos, así permanecieron unos instantes sin decir nada, hasta que ella decidió romper con aquel silencio.

- Creo que esta será la ultima vez que nos veamos... – hablo bajamente mientras una ligera sonrisa nostálgica se dibujaba en su rostro

- Si, eso creo – dijo él mientras la abrazaba mas fuerte.

Ed... ¿por qué no has cumplido tu promesa? – le hablo con voz suave.

- ¿De que hablas? – la miro con algo de confusión reflejado en su semblante.

- ¿Tan pronto lo olvidaste? – levanto su cabeza para verlo directamente a aquellos profundos ojos dorados en los que continuamente se perdía – prometiste que serias feliz aunque yo no estuviera a tu lado...

- También prometí que te protegería y no pude hacerlo – sonrió con algo de ironía.

- ¿Por qué te niegas a ser feliz? – le miro con dulzura y tristeza entremezcladas mientras acariciaba sutilmente una de sus mejillas.

- Porque no quiero volver a experimentar el dolor que sentí el día que te marchaste – la joven se soltó un poco apartándose paulatinamente del chico.

- Pero ya no hay nada que se pueda hacer – le miro con ternura – lo mejor es que sigas con tu vida y trates de encontrar la verdadera felicidad.

- Entiéndeme, no puedo hacerlo – la vio con frustración y desconcierto en sus ojos ambarinos – por mas que lo intente me es imposible deshacerme de todo lo que siento así como así, me es imposible olvidarte… ¿que no lo entiendes?.

- Lo comprendo – le sonrió apaciblemente para tratar de tranquilizarlo – nadie te esta pidiendo que olvides tus sentimientos, lo único que te pido es que sigas con tu vida y trates de ser feliz... créeme que tu mas que nadie se lo merece ya has sufrido demasiado por mi culpa.

- Sarah no es tu culpa... – trato de justificarse rápidamente – soy yo, nunca debí arrastrarte a...

- ¿Te arrepientes entonces de haberte casado conmigo? – lo interrumpió antes de que acabara su frase.

- No, no es eso... jamás me arrepentiré de haber tomado esa decisión...

- Entonces Ed ¿ya no recuerdas todos aquellos momentos que vivimos juntos? – lo miro de frente esperando alguna clase de respuesta por parte del muchacho – ¿recuerdas aquel día cuando me hiciste esta promesa?

- Lo hago, pero aun así no quiero recordarlo – el también la miro a los ojos.

- Entonces yo te lo recordare lo que paso ese día... – empezó a decir la chica mientras el otro parecía no querer escucharla – tú te quedaste en casa y no fuiste al hospital, decidiste hacerlo porque la nieve no había parado de caer desde la noche anterior y parecía que a cada momento que pasaba la tormenta arreciaba mas y mas...

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El joven rubio estaba cómodamente sentado en el marco de una de las ventanas de la sala, ya llevaba un buen rato mirando como la nieve descendía hasta aquella alfombra blanca que ahora lo cubría todo, desde el asfalto hasta lo mas alto de los tejados, esa era la ultima tormenta de la temporada después de ella vendría la tan anhelada primavera.

De vez en cuado y siempre que no tenia nada que hacer acostumbraba a perder su mirada en el infinito del espacio ya que de alguna manera eso lo tranquilizaba y le daba cierta paz.

- Ed... ¿aun sigues ahí? – la irrupción de aquella suave voz hizo que se perdiera el silencio que había reinado por alrededor de una hora en la acogedora habitación.

Al percatarse de quien se trataba inevitablemente giro la cabeza para posar su mirada en la grácil figura que le hablaba, el joven reconocía al la perfección el timbre de aquella voz, ya que desde hacia dos meses compartía su vida con la de la persona a quien pertenecía.

- Te traje un poco de té – le dijo afablemente la joven que ahora se encontraba parada frente a él.

- Gracias Sarah – el joven tomo con cuidado la taza que la chica traía en las manos, para después dedicarle una cálida sonrisa que la hermosa joven de cabellos negros correspondió al instante.

Momentos después esta tomo asiento en uno de los mullidos sillones que se encontraba frente a la chimenea, la chica parecía como hipnotizada por el fuego que hacia mas cálida la atmósfera de aquella sala aun en un día tan frió como ese.

El rubio se percato de que algo no andaba bien con ella, su esposa jamás había actuado así, desde hacia unos días estaba distante y absorta en si misma, por mas que quería entender las razones de su comportamiento no encontraba una explicación lógica, los dos permanecieron en silencio durante un buen rato hasta que la voz del chico se hizo notar...

- ¿Esta todo bien? – dijo él sin moverse del lugar en que estaba, parecía tener la vista puesta en el horizonte pero lo cierto era que veía el reflejo de la chica en el vidrio de la ventana.

- Si... ¿por que lo preguntas? – contesto distraídamente sin perder en ningún momento la vista del fuego.

- ¿Estas segura? – pregunto tranquilamente el muchachote dorada cabellera pero esta vez giro su cabeza para verla de frente – cada vez que actúas de esa manera tan pensativa es que algo te preocupa – ahora si fijo completamente la vista a la hermosa joven.

- No es nada... – aparto su vista del fuego y miro al muchacho con una sonrisa un tanto fingida, lo que intentaba hacer era no preocuparlo.

- Sabes que puedes hablar conmigo siempre que lo necesites – le espeto él mientas se paraba de su lugar dirigiéndose hasta quedar a un lado de la joven.

- Es que es algo muy tonto... – le sonrió nuevamente – no tiene caso ni que siga pensando en eso.

- Sarah... – tomo sus pequeñas manos entre las suyas mirándola fijamente a los ojos – no importa lo que sea tan solo dilo.

- Esta bien... – dio un hondo suspiro y continuo hablando – pensaba ¿que pasaría si algún día tu y yo nos separáramos...? es que simplemente no puedo imaginar como seria mi vida si tu no estuvieses a mi lado... si alguien llegase a apartarme de ti, lo sé es absurdo pensarlo siquiera, pero hay una pesadilla que no me ha dejado en paz desde hace algún tiempo.

- Eso ha sido lo que te ha tenido tan inquieta estos días ¿no es así?... por eso no has podido conciliar el sueño las ultimas dos noches...

- Después de todo te diste cuenta...

- Por supuesto... te conozco lo suficiente para saber que algo anda mal...

- Edward yo...

- No tienes por que preocuparte de esa manera, yo siembre voy estar contigo...

- Lo sé...

- ¿Entonces?

- Es que esa pesadilla es tan real – desvió un poco su mirada a otro punto – quizás sea un absurdo de mi parte preocuparme de esta manera por algo tan insignificante, pero es que sencillamente no puedo borrarla de mi memoria...

- Porque no me hablas de ella – apretó mas fuerte sus manos contra las de él – así tal vez te sea mas fácil olvidar...

- Quizás tengas razón... – su voz se suavizo un poco antes de continuar – podría decirse que siempre es el mismo sueño, en el hay algo o alguien que me persigue, es un tipo de sombra ya que jamás he podido verle el rostro, aunque sin duda es alguien que te odia profundamente porque cuando logra atraparme pronuncia varias palabras antes de empezar con su ataque...

- ¿Qué es lo que dice? – dijo un poco intrigado por las palabras de la joven.

- Es algo referente a tu padre y a ti... – hablo pausadamente – recuerdo que siempre dice lo mismo... menciona que eres hijo de ese bastardo y que por tu culpa se encuentra atrapado aquí...

- ¿Recuerdas algo mas? – pregunto un poco incrédulo.

- Si... me dice que te quitara lo mas valioso que tienes para poder volver a su mundo – el muchacho sintió como si una cubeta de agua fría le cállese encima al escuchar lo ultimo ya que ella no sabia absolutamente nada acerca del trato que había hecho tiempo atrás.

- Yo siempre intento huir de él pero nunca puedo conseguirlo y aunque siempre te llamo desesperadamente tu nunca apareces... después de eso yo me encuentro en un lugar oscuro y muy frió en donde no encuentro la salida, trato de gritar pero mis gritos no se oyen por lo que mi desesperación aumenta y empiezo a llorar pero mis lagrimas no se sienten es entonces que finalmente despierto... ¿q-qué crees que signifique?

- Que esa cabecita tuya te esta jugando una muy mala pasada... – dijo el chico con la intención de serenarla un poco.

- Tal vez... – trato de escucharse lo mas calmada posible pero lo cierto era que el solo recordar ese sueño le causaba escalofríos – sin embargo todo es tan real...

- Sarah por favor... – tomo la barbilla de la joven entre sus manos - en primera yo jamás voy abandonarte, estaré a tu lado pase lo que pase y en segunda nunca voy a permitir que algo malo llegue a sucederte, siempre voy a estar ahí protegiéndote...

- Ed... gracias - dijo casi en un susurro mientras lo abrazaba – pero necesito que me prometas algo.

- Seguro... ¿de que se trata? – ella lo abrazo aun mas fuerte.

- De que si algo malo llegase a pasar trataras de encontrar la felicidad con alguien más...

- Ya te dije que nada malo va a pasarte... – dijo el chico un poco sorprendido por la petición – además de que yo no podría estar con nadie más.

- Eso no es cierto – se aparto abruptamente del chico – siempre habrá alguien para ti, alguien que incluso te haga mucho mas feliz que yo, es por eso que te lo pido...

- ¿Pero Sarah...? – el chico trato de replicar.

- Prométemelo Ed – le hablo subiendo un poco el tono de su voz – solo así podré estar tranquila...

- Si eso te hace feliz... y-yo te lo prometo, aunque creo estas exagerando...

- Júralo – lo miro de una manera no muy convencida.

- Esta bien te lo juro – termino accediendo ya que pocas veces podía negarle algo.

- Gracias – le sonrió aliviadamente – ahora me siento mas tranquila...

- Si, pero creo que nunca llegare a cumplir esta promesa porque tu y yo siempre estaremos juntos...

- Puede ser... pero quiero estar prevenida ahora que se que estoy... – se callo automáticamente ya que lo que estuvo a punto de decir era aun un secreto para el chico.

- ¿Estas...¿estas que...?... – pregunto suspicazmente.

- Edward hay algo que debo decirte...

♦♦♦♦♦♦

Después de una agotadora noche de insomnio y del extraño sueño que tuvo el poco tiempo que pudo dormir el chico abrió perezosamente los ojos, estaba muy cansado pero de una manera sorprendente se sentía feliz por lo último.

- Gracias Sarah... – murmuro mientras sonreía como hace tiempo no lo hacia... sinceramente – ahora se lo que debo hacer – boto las cobijas de la cama a un lado y se apresuro a arreglarse para salir.

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- Buenos días – saludo alegremente el castaño divisando mientras bajaba a la planta baja la silueta de la joven rubia que estaba sentada en un pequeño sofá rojo del recibidor de la posada.

- Buenos días Al... – le sonrió gentilmente aunque de manera un tanto forzada, la chica no pudo dormir muy bien a causa de su pequeña confesión hecha la noche anterior.

- ¿Pudiste arreglar el brazo de mi hermano? – le pregunto tranquilamente mientras tomaba asiento junto a ella, esta solo desvió su mirada para que el joven no se diera cuenta de la tristeza de sus ojos.

- Si... lo hice – su voz se escucho totalmente desanimada...

- ¿A caso sucedió algo entre ustedes? – le miro completamente extrañado por el tono que utilizo la joven al contestarle.

- No¿por qué lo preguntas? – se apresuro a negar esbozando una sonrisa bastante fingida – ¿a caso Ed te dijo algo?

- Pues no... – contesto calmadamente pero igual seguía intrigado por aquel comportamiento por parte de la joven – la verdad es que ni siquiera he podido hablar con él porque aun esta profundamente dormido.

- Ah... ya veo – volvió aquel desanimo a sus palabras.

- ¿De verdad esta todo bien entre tu y él? – insistió una vez mas tratando de que le dijese algo, a pesar de conocer a la chica de toda la vida, lo cierto era que solo recordaba su trato hacia ella de cuatro años a la fecha, pero a pesar de eso sentía un inmenso aprecio por ella y podía percatarse fácilmente cuando algo la molestaba o le inquietaba aunque lo negara rotundamente.

- Sabes Al creo que lo mejor es que no hubiese venido hasta aquí – dijo bajamente la joven causando una mayor preocupación por parte del chico castaño.

- ¿De que hablas? – la miro confundido – si es una casualidad que nos hayamos encontrado.

- No del todo... – le sonrió un poco.

- ¿A que te refieres Wynri? – el muchacho castaño seguía sin entender muy bien las palabras de su amiga.

- Lo que intento decir es que no estoy aquí por mi trabajo como mecánica... lo cierto es que averigüe en que lugar se encontraban para poder alcanzarlos.

- Pero no entiendo... ¿cómo fue que te enteraste donde estábamos?

- Fue por Riza... ella me dijo cual era la próxima misión que les había asignado el general – mantenía la mirada fija en el piso de madera sin atreverse a verlo a los ojos – estaba algo preocupada por ustedes ya que no había recibido ninguna noticia suya desde que nos despedimos en Central, lo lamento mucho en verdad...

- Descuida Win... – le sonrió apaciblemente mientras ponía su mano sobre el hombro de la joven – no tienes porque disculparte, además me alegra que estés con nosotros.

- Gracias Al... pero creo que lo mejor será que regrese a casa para no causarles mas problemas.

- Pero si no es ningún problema que estés con nosotros, a mi hermano y a mi nos encanta que nos acompañes – se apresuro a decir el muchacho.

- Tal vez a ti si pero creo que a Ed... – no pudo terminar la frase porque alguien la interrumpió.

- ¿Pero yo qué? – dijo calmadamente el ambarino que acababa de llegar...

Al oír su voz la chica sintió sus rostro arder por la vergüenza que sentía después de haberle confesado sus sentimientos y también por lo que si bien no fue un rechazo total tampoco lo que le contesto era algo que deseara.

- Le decía a Al que esta tarde partiré en el tren a Rizembull – desvió un poco la conversación ya que no quería enfrentar directamente al muchacho rubio.

- ¿Tan pronto tienes que irte? – le miro confundido – pero si apenas nos encontramos – contesto despreocupadamente como si nada hubiese pasado entre ellos.

- "Ni siquiera le dio importancia" – la forma en que dijo sus ultimas palabras hizo sentir a la rubia mas desdichada.

- Además ahora soy yo el que tiene algo que decir... – sonrió de una forma extraña, la chica se volvió rápidamente a él sin entender muy bien lo que quiso decirle, al hacerlo pudo notar que el brillo en sus ojos dorados había vuelto.

- ¿Ed...? – quiso decir algo pero su pregunta fue dificultada por la dueña de la pensión.

- Buenos días jovencitos – en ese momento interrumpió una mujer de mas o menos cuarenta años de edad, su complexión era robusta con una cabellera que le llegaba a la media espalda de un color rojizo oscuro.

- Buenos días señora Gray – contestaron afablemente al saludo, a decir verdad aquella mujer tenia un aspecto gentil y era bastante amable.

- ¿Ya desean que les sirva el desayuno? – aunque aun era temprano el día que le esperaba a los chicos era bastante agotador.

- Si, muchas gracias – dijo la rubia.

Los tres jóvenes al igual que la mujer se dirigieron al comedor donde ya los esperaba un apetitoso desayuno, estos se sentaron alrededor de la mesa mientras la mujer que era de un carácter un tanto alegre les servia el desayuno.

- Este es un pueblo bastante tranquilo – empezó a decir el ambarino tratando de sacar algo información a la mujer.

- Un poco... – le contesto ella sin la alegría que la caracterizaba – o al menos eso aparenta ser...

- ¿De que habla...? – dijo suspicazmente mientras trataba de que la mujer le dijera algo más.

- Pues veras, a la gente de por aquí no le gusta mucho hablar de esto ya que desconfían bastante de los extranjeros, pero sobre todo es porque en el ultimo mes ha habido un sin numero de personas desaparecidas en los alrededores...

- ¿Desapariciones? – pregunto mostrando mayor interés.

- Si, varios jóvenes han desaparecido de una forma misteriosa, pero hay algo más extraño aun ya que al parecer cuando fueron vistos por última vez estos iban acompañados por una joven.

- Enserio... y podría describir a esa joven... digo por si acaso nos la encontramos... – dijo como si fuera algo casual mientras degustaba la comida hecha por la dueña de la pensión, aunque el castaño sabia lo que trataba de hacer la rubia estaba un poco confundida por su repentino interés en el pueblo y sobre todo por la joven.

- Según los rumores es una chica extremadamente bella, tiene una larga cabellera color negro y su tez es muy blanca, de estatura mediana... y al parecer esta siempre aparece en las cercanías del bosque contiguo a la aldea.

- Disculpe ¿y por donde queda la entrada a ese bosque? – su semblante se había vuelto hasta cierto punto sombrío, lo único que pensaba era que muy pronto pondría fin a todo esto.

- Ah, pues... – estuvo a punto de darles las últimas indicaciones cuando alguien llamo inesperadamente a la puerta... – si me disculpan iré a abrir.

- No se moleste yo abriré... – dijo repentinamente el ambarino el cual se encontraba mas cerca de la entrada.

Se levanto de su lugar y se dirigió a la puerta de entrada, este giro lentamente la perilla y dejo al descubierto a la persona que estaba del otro lado llevándose la sorpresa de su vida.

- ¿Tu! – dijo casi en un grito, lo cual provoco que todos los presentes se dirigieran a la puerta a ver lo que ocurría – ¿Que haces aquí! – levanto la voz bastante molesto aunque mas que eso estaba sorprendido...

- Hola Edward ha pasado mucho tiempo... – sonrió el sujeto con relativa tranquilidad.

- No puede ser... – murmuro la rubia ganándose automáticamente la atención del muchacho castaño que tenia al lado.

- ¿Winry a caso conoces a ese señor? – pregunto un tanto desconcertado el menor de los Elric.

- Será mejor que Ed te diga quien es... – volteo a verlo con algo de nerviosismo.

- Contesta ¿que demonios haces aquí? – el chico parecía estar perdiendo completamente la calma, el sujeto solo sonrió y se dirigió a él sin prestar la mínima atención a las palabras ofensivas del muchacho...

Continuará...

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Ahora si no creo que no tengo derecho de pedir perdón (T.T), esta vez creo que me demore de mas en actualizar pero es que se me atravesaron las fiestas de navidad y fin de año, y si a eso le sumamos la perdida de inspiración en este capitulo que se fue de vacaciones junto conmigo (nada mas que ella no volvió como ya se abran dado cuenta (n.nU), pero prometo que ya no me voy a tardar tanto y tratare de que el próximo capitulo sea mejor (bueno eso si todavía quieren seguir leyendo (ú.ù)... en fin eso es todo por ahora, hasta la próxima...