Datos del fic.

Titulo: El principio del fin.

Historia: Después de varios años de haber desaparecido Edward regresa, pero a un costo que preferiría jamás haber pagado...

Declaimer: Solo aclaro que Full Metal Alchemist no me pertenece y este fic lo hago por diversión nada más.

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CAPITULO XIV

El principio del fin

El joven de dorados cabellos caminaba tranquilamente por las calles, después de varios días de clima agradable ahora en el cielo podían vislumbrarles gruesos nubarrones grises, el ambiente estaba frío y la temperatura había descendido considerablemente, sin temor a equivocarse el pronóstico era que esa noche caería una fuerte nevada.

Se dirigía a la posada misma en la que se hospedaban su hermano y su mejor amiga, sabia que tendría que dar muchas explicaciones sin embargo por alguna extraña razón el hablar con su padre había aligerado considerablemente su pesada carga.

Tardo un poco mas de lo acostumbrado al pensar y repasar una y otra vez la explicación que daría, sobre todo a su hermano menor ya que al parecer este estaba demasiado entusiasmando con la presencia de cierto individuo que sin duda alguna seria la ultima vez que verían.

Y claro también estaba su mejor amiga, indudablemente esta también pediría muchas explicaciones o tal vez no diría simplemente nada por la confesión hecha la noche anterior, solo esperaba que no llegase a odiarlo.

Aunque no quisiera admitirlo ahora todo era diferente entre ellos, lo supo desde el momento en que ella había depositado sus dulces labios sobre los de él, se sonrojo un poco al pensar aquello ya que aun podía sentir todas esas maravillosas sensaciones que provoco un simple beso, si en esos momentos la chica le platease nuevamente su postura con seguridad esta vez le daría una respuesta al ver sus sentimientos con mucha mas claridad.

Finalmente llego a la pensión, un pequeño edificio de dos pisos con todos los servicios requeridos para pasar una estadía cómoda y reconfortante, después de vislumbrar por unos momentos la fachada amarilla del lugar y también de dar un hondo suspiro para darse un poco de valor abrió con desgano la puerta principal, las campanillas en el marco anunciaron a los inquilinos su regreso.

Su hermano fue el primero en salir a recibirlo con la esperanza de que su padre estuviese todavía con él.

- Hola Al... – medio sonrió preparándolo así para la noticia.

- ¿Dónde esta papá? – pregunto con curiosidad y hasta cierto punto nerviosismo al no verlo llegar junto con él.

- Bien pues él tuvo que marcharse... – dijo con suma tranquilidad ante la mirada incrédula de su hermano menor.

- ¿Pero por que, ni siquiera se despidió de mi– hizo notar inmediatamente su desconcierto – ¿qué fue lo que le hiciste hermano? – se mostró muy enojado por aquello.

- Eh... yo no le hice nada – lo miro sorprendido por aquella reacción – si se fue era por que ya no podía permanecer mas tiempo en este lugar.

- O por que tu simplemente lo corriste – seguía molesto y sin entender las palabras del rubio.

- Al, yo no tuve que ver nada con su decisión – se defendió inmediatamente – tienes que entender que él ya no pertenece a este mundo.

- ¿D-de que hablas? – lo miro confundido.

- De que su lugar esta al otro lado... – trato de explicarle pero el castaño seguía sin entender – olvídalo, además no tiene caso seguir discutiendo esto… él ya jamás va a regresar...

- ¿Él te lo dijo? – pregunto con cautela, el otro solo hizo pequeños ademanes afirmativos con la cabeza, bajo la mirada con desilusión y entonces comprendió que de verdad el jamás regresaría, después de unos minutos de incomodo silencio y también de haber buscado instantemente con la mirada a la tercera integrante del grupo el rubio hablo.

- ¿Dónde esta Winry? – pregunto con inquietud, por alguna extraña razón se sentía intranquilo por ella desde la mañana.

- Aun no regresa... – contesto el chico de cabellos castaños claros mirándole con algo de preocupación reflejada en los ojos.

- ¿Cómo que aun no regresa¿a dónde fue? – lo miro detenidamente, este solo negaba con la cabeza al no tener ni la menor idea del actual paradero de la chica.

- Hace como tres horas salimos a buscarte al ver que tú no regresabas... yo le insistí que volviéramos pero ella dijo que te buscáramos por media hora mas al cabo de la cual regresaríamos a la pensión, sin embargo ella aun no ha regresado.

- No puede ser...

- ¿Sucede algo malo? – se expreso confundido al ver que el semblante de su hermano se había ensombrecido un poco.

- ¿Hace cuanto que paso eso? – le pregunto rápidamente.

- Hace como una hora y media más o menos... ¿c-crees que algo malo le haya pasado? – lo miro un tanto angustiado al ver que el chico parecía empezar a desesperarse por algo.

- No lo sé... – se giro rápidamente hacia la puerta saliendo apresuradamente del lugar, el castaño lo siguió de prisa sin entender muy bien lo que estaba ocurriendo.

- ¿Dónde la viste por ultima vez? – se dirigió al castaño que venia sus espaldas.

- Fue por haya... – señalo en una dirección hacia las cercanías del bosque.

El chico rubio cruzo a toda prisa el lugar siguiendo las indicación del muchacho castaño, tenia un muy mal presentimiento y no sabia porque pero tenia la ligera sospecha de que ese individuo tenia algo que ver con aquella desaparición misteriosa.

Mas que por las indicaciones del castaño se guío por sus insititos llegando rápidamente a los limites del bosque con el pueblo adentrándose en el sin pensarlo dos veces.

- Hermano explícame por favor que es lo que esta ocurriendo... – se escuchaba la voz agitada del mas joven que trataba de seguir el apresurado paso de su hermano mayor.

- Se que debí decírtelo hace mucho tiempo atrás pero antes debía confirmar mis sospechas... – hablaba sin detener su paso un solo momento.

- ¿De que me estas hablando? – la cara de confusión del chico lo decía todo.

- Al… te mentí... – detuvo inesperadamente su paso y giro lentamente sobre su eje para ver al muchacho castaño que tenia a sus espaldas.

- ¿Me mentiste? – él también se detuvo mirándole mas perturbado que antes – ¿me mentiste en que...?

- En mis verdaderos propósitos al hacerme nuevamente alquimista nacional – empezó a decir sin más, después de todo tenia que prepararlo para lo que fuese que les esperaba adelante – lo cierto es que tenias razón y todo este tiempo eh estado buscando algo...

- Espera un momento... ¿cómo que de verdad estabas buscando algo, explícate...

- Si... todo este tiempo estuve buscando al maldito desgraciado que me hizo volver a este mundo – su rostro ensombreció al caer los mechones rubios de su cabellos sobre su rostro – ese maldito engendro que no ha dejado de perseguirme desde antes de que cruzara la puerta cuatro años atrás.

- Me estas asustando... ¿quién es ese sujeto? – lo miro con mucha incertidumbre sin entender todavía bien lo que estaba ocurriendo.

Los dos se quedaron viendo por unos segundos, el muchacho rubio no sabia como decírselo pero debía hacerlo antes de seguir avanzando e internarse mas en ese bosque que seguramente no era mas que una trampa.

- Se trata de envidia, un homúnculo que antes estuvo bajo el control de Dante… ese maldito esta obsesionado con deshacerse de mí y de nuestro padre – el muchacho castaño no salía de su asombro.

- Pero yo creí que él... – trato de articular palabra – que él había desaparecido.

- Y lo hizo, ya que quedo atrapado junto conmigo del otro lado de la puerta donde adopto la forma de una serpiente monstruosa y aunque en ese estado seguía siendo bastante peligroso no lo era tanto como lo es aquí – le miro fijamente sin titubear un solo momento – lo que quiero decir es que al regresar a este mundo recupero todos sus poderes de metamorfosis y con ello su maldita obsesión.

- ¿Pero sigo sin entender por que secuestro a Winry?...

- Lo hizo para desquitarse… no descansara hasta quitarme todo lo valioso que posea incluyéndote a ti, así que deberás tener mucho cuidado... ese sujeto es bastante peligroso y no se que nuevos artificios tenga bajo la manga.

- Entiendo... – dijo finalmente el muchacho mostrando bastante seriedad, en realidad sabia defenderse muy bien y por consiguiente no seria una presa tan fácil de atrapar.

- Bien ahora hay que continuar antes de que algo malo suceda... – le señalo al chico siguiendo de nueva cuenta su camino hacia las profundidades del inmenso y espeso bosque.

Caminaron por alrededor de media hora mas sin encontrar ningún indicio que los llevara a la muchacha, pero la suerte puede cambiar en cualquier momento y en ese pequeño instante de fortuna o desgracia el ambarino tuvo un pequeño descuido tropezando con algo.

- Pero que demo... – no pudo terminar ya que un objeto brillante resplandecía con los pocos rayos dorados del sol vespertino, al darse cuenta de lo que era lo cogió con rapidez para asegurarse de lo que se trataba.

- ¿Hermano estas bien? – pregunto preocupado el chico castaño, el otro no respondió ya que estaba mas concentrado en el objeto que ahora tenia entre las manos - ¿qué es eso?

Al mostrárselo este quedo tan sorprendido como su hermano, se trataba de la llave inglesa que la chica siempre llevaba consigo, ahora ya no que cabía duda de que ella había estado en ese lugar y que algo realmente malo le había ocurrido.

Al caer los últimos rayos de la tarde, varias criaturas contemplaban atentas desde la espesura del follaje de los árboles la figura de esos dos jóvenes, todas ellas eran dirigidas por un ser regordete que ya se imaginaba el gran banquete que se daría al degustar a ese par, pero no podía atacarlos, no hasta que envidia le ordenara lo contrario, esperando pacientemente junto a los demás monstruos que estaban a su lado.

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La muchacha rubia abrió con pesadez sus hermosos ojos azules, aun estaba un poco aturdida por el golpe recibido unas horas atrás, al principio no atino a saber en que lugar se encontraba, cuando tuvo un poco mas de lucidez analizo con detenimiento el sitio el cual parecía ser una especie de laboratorio.

Intento moverse, pero entonces se percato que estaba fuertemente atada con una soga de las muñecas y los tobillos, se movió un poco para encontrarse a sus espaldas con un hombre de como cuarenta y cinco años de edad, piel morena y cabellos castaños oscuros, al igual que ella estaba atado y completamente amordazado, su aspecto era el de alguna clase de científico, su rostro desencajado reflejaba hasta cierto punto pánico, esto aumento la frustración de la chica, aunque sus dudas no tardaron en ser resueltas al percatarse de la figura que estaba de pie frente a ella.

- Valla... al fin despertaste – dijo burlonamente mientras se ponía en cuclillas para quedar a la altura de la ojiazul.

- ¿Q-quien...¿Quién eres tú? – se atrevió a preguntar, después de todo jamás había sido una cobarde y este no era el momento para empezar a serlo – ¿y por que estoy aquí?

- ¿Qué acaso el enanito de acero no te hablo de mi? – sonrió maliciosamente mientras la miraba con mas detenimiento y apoyaba su rostro en una de sus manos.

- ¿T-te refieres a Ed...? – dijo con cautela al ver los ojos llenos de maldad del sujeto de cabellos verdosos.

- Por supuesto… ¿a caso conoces a otro enano entrometido como él? – sus palabras se escuchaban bastante sarcásticas.

- Sigo sin entender ¿qué relación tienes tú con él¿y qué es lo que quieres de mi? – este se carcajeo abiertamente de la joven provocando mucho mayor desconcierto en ella, después de unos minutos de burla este por fin se digno a contestarle.

- Lo que quiero venganza… y tu me vas a ayudar a conseguirla – los ojos de la muchacha se dilataron al ver como ese individuo la tomaba por la barbilla observando detenidamente la fisonomía de la chica.

- ¿Q-que...¿qué sucede? – aunque no quisiera admitirlo el miedo empezaba a embargarla poco a poco sobre todo al ver tan de cerca el cruel semblante de su captor.

- Me preguntaba lo irónico que a de ser para ese bastardo el perder dos veces a la misma persona... – soltó su rostro inesperadamente con una amplia sonrisa en los labios para momentos después ponerse ágilmente de pie ante la agobiada mirada de la chica.

- ¿De que hablas? – fijo su mirada en él pero este solo seguía mostrando la misma sonrisa maliciosa, cuando estuvo a punto de contestarle fue interrumpido por otro sujeto, el cual tenia un aspecto bastante desagradable, era un ser regordete con cara idiota.

- Envidia... envidia... – dijo con su tonta sonrisa en los labios – ya están aquí...

- Perfecto... – murmuro mientras se dirigía al ser obeso que tenia al frente – mantenlos ocupados por un rato mientras yo me encargo de otras cosas.

- ¿Podré comerlos...¿dime podré? – puso su dedo índice sobre su boca de la cual escurría una baba bastante asquerosa.

- Haz lo que quieras con el mas joven... el otro es mío... – hablo con toda la tranquilidad del mundo mientras su semblante seguía mostrando aquella extraña felicidad.

- Estupendo... – sonrió el obeso con mayor diversión dejando en pocos segundos el lugar.

Al haber abandonado completamente el sitio el homúnculo se volvió nuevamente hacia la chica y al hombre que tenia al lado, los miro por unos minutos mas sin decir nada, al parecer su cabeza ya estaba maquilando alguna clase de plan.

- Primero que nada quiero agradecerle doctor porque me sirvió de mucho su ayuda – se dirigió al hombre que estaba a espaldas de la rubia – lo siento mucho pero creo que hasta aquí llega nuestro trato... ya no requeriré de sus servicios – sonrió maquiavélicamente lanzando una pequeña daga justo en el medio de la frente del hombre de lentes y bata blanca ante la mirada horrorizada de la chica.

- ¿Por qué lo hiciste? – se volvió incrédulamente a él con algunas lagrimas de desesperación que corrían abundantemente por sus sonrosadas mejillas.

- No creo que eso te importe... después de todo muy pronto llegara tu turno así que no te desesperes... – le miro divertido al ver el terror reflejado en el semblante de la chica.

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Los dos chicos buscaban con desesperación alguna clase de indicio del paradero de la joven a medida que el tiempo pasaba la luz se hacia mas escasa y el frío aumentaba y lo peor era que aun no tenían ninguna clase de pista que los guiara hacia ella.

Siguieron corriendo hasta que el rubio se detuvo de golpe y por consiguiente hizo que el castaño hiciera lo mismo.

- ¿Qué sucede? – pregunto inmediatamente el castaño a lo que el ambarino le hizo un pequeño ademán de que guardase silencio.

- ¿Escuchaste eso? – hablo en voz baja, el otro solo movió la cabeza negativamente.

Sin embargo no tardaron en corroborar las sospechas del chico de ojos dorados al ver como las hojas de los árboles caían, siendo posteriormente atacados de forma sorpresiva.

Los jóvenes lograron esquivar el sorpresivo embate, inmediatamente adoptaron una actitud defensiva mientras veían como eran rodeados por varios pares de ojos que se reflejaban a contra luz con los rayos plateados de la luna llena que a penas si se colaban por la espesa nubosidad del cielo.

- Lo sabia... esto no era más que una vil trampa... – sonrió el rubio con ironía.

- ¿Qué es lo que vamos a hacer ahora hermano? – el castaño lo miro de reojo esperando alguna clase de respuesta.

- No nos queda mas que pelear... – le devolvió la mirada, cuando sus ojos se cruzaron hicieron al mismo tiempo un ademán afirmativo lanzándose inmediatamente después contra las criaturas que los amenazaban.

Continuara...

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Aquí de nuevo con un capitulo mas, me quedo mas corto de lo planeado ya que tenia poco tiempo pero ojala y les haya gustado, sino ya saben que pueden dejarme sus dudas, quejas o sugerencias (me sentí como dependencia del gobierno (n.n), las cuales siempre son bien recibidas, y de antemano agradezco a todos los que se toman la molestia de dejarme sus comentarios y también a los que leen el fic, gracias por darme ánimos, ahora me despido, hasta el próximo capitulo.