Datos del fic.

Titulo: La ultima batalla.

Historia: Después de varios años de haber desaparecido Edward regresa, pero a un costo que preferiría jamás haber pagado...

Declaimer: Solo aclaro que Full Metal Alchemist no me pertenece y este fic lo hago por diversión nada más.

&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&

CAPITULO XV

La ultima batalla

Las cosas se volvieron bastante desfavorables en pocos minutos para los jóvenes alquimistas, de pronto se vieron cubiertos por un sinnúmero de engendros que los rodearon sin dejarles ninguna clase de escapatoria.

- Quimeras... – susurro el chico rubio a su hermano menor que ahora estaba a sus espaldas con una actitud defensiva.

Los animales les acorralaron en un solo punto y sin duda a equivocarse en cualquier momento serian atacados, el ambarino junto las palmas de las manos y toco su brazo derecho de el salió una resplandeciente espada de acero que estaba incorporada a su brazo, tal parecía que después de tantos años de no utilizar ese recurso este no había perdido en lo absoluto su toque característico, en ese pequeño instante las quimeras se lanzaron sobre ambos.

Edward corrió a toda velocidad con su arma, rasgando y cortando los cuerpos que se abalanzaban sobre él, mientras que el Alphonse transmuto algo en el piso con la ayuda de sus guantes especiales, un enorme círculo apareció debajo de las quimeras y posteriormente a eso empezaron a emerger armaduras cristalizadas, la habilidad del alquimista de hielo se hizo presente.

Las armaduras reaccionaban tal y como lo haría el muchacho que de alguna las manipulaba como si se tratase de su propio cuerpo, atacando sin titubeos al sinfín bestias que se les ponían en el camino.

- Hermano tu ve por Winry yo me encargare de esto – dijo repentinamente el castaño.

- Esta bien... – asintió al ver la determinación en los ojos de su hermano menor para después abrirse camino a toda velocidad entre el puñado de seres que le impedían el paso alejándose en cuestión de minutos del lugar.

Apenas el ambarino se perdió en la espesura del bosque una nueva figura regordeta apareció frente al castaño, en ese momento todas las quimeras detuvieron su ataque declinando ante el recién llegado, si bien este parecía tener una personalidad bastante tonta también de cierta forma era bastante siniestra.

- ¿Quien eres? – pregunto el chico con reserva mientras el otro le veía con un semblante un poco extraño como si detrás de esa cabeza aparentemente hueca escondiera sus verdaderas intenciones y estuviese tramando algo.

- - -

El muchacho corrió sin dirección fija, sus pensamientos ahora estaban completamente centrados en el bienestar de la chica de cabellos rubios, por ningún motivo permitiría que ese bastardo dañara nuevamente a alguien importante para él, no dejaría que hiciera con su amiga lo que hizo con su esposa, haría hasta lo imposible por llegar a tiempo guiado únicamente por su instinto que le decía ella no se encontraba muy lejos de ahí.

Estaba sumamente concentrado en sus pensamientos cuando súbitamente una enorme explosión causo un colosal estruendo a varios kilómetros a la redonda, para posteriormente alzarse en el sitio una enorme columna de humo, indicándole intencionalmente la dirección exacta a seguir.

Ahora todo quedaba claro para él, ese maldito homúnculo le estaba guiando justamente hasta donde se encontraba, no sabia con que motivo… pero no tardaría mucho en averiguarlo de eso estaba completamente seguro.

Siguió sin detenerse, mientras tanto el frío en la atmósfera y la intensidad del viento aumentaban a cada minuto que pasaba, la tormenta que estaba pronosticada desde la tarde no tardaría en caer obstaculizando considerablemente su trabajo

Pero ya estaba muy cerca, el fuego ocasionado por la explosión empezaba a hacerse visible siguiendo el trayecto hasta el lugar indicado en línea recta, abriéndose paso entre los arbustos mientras los copos de nieve empezaban a caer de los cerrados nubarrones del oscuro cielo nocturno.

Cuando finalmente llego a su objetivo se encontró con un terrible incendio en lo que parecía haber sido una cabaña.

Se acerco con cautela, sus sentidos estaban sumamente alerta tratando de localizar por todos los medios a ese individuo que seguramente estaría escondido entre las sombras de los numerosos pinos que rodeaban el lugar.

Viro su cabeza a todos lados, pero a parte del incendio que era avivado por los tempestuosos vientos que se habían desatado unos minutos atrás, nada parecía estar fuera de lo normal.

- ¿Dónde estas! – alzo la voz lo mas que pudo tratando de que este le contestara - ¡responde maldita sea!

El lugar se mantuvo en silencio por unos instantes más que fueron como siglos para el chico, hasta que de pronto sus reclamos tuvieron respuesta.

- Sabes… eres sumamente escandaloso para el diminuto tamaño que tienes – una figura muy conocida para él se puso justo a sus espaldas, este inmediatamente se giro hasta quedar frente a él retrocediendo instintivamente al sentir el inminente peligro.

- ¿Qué hiciste con Winry! – miro fijamente al sujeto que ahora tenia al frente con una cara llena de furia demostrada ampliamente en sus ojos ambarinos.

- ¿Te refieres a la doble de tu querida Sarah? – hablo con toda la tranquilidad del mundo el rubio solo le fulminaba con la mirada.

- No te hagas el gracioso conmigo y dime de una buena vez ¿donde esta? – el chico parecía estar perdiendo completamente los estribos causándole mucha mayor diversión al peliverde que estaba obteniendo su cometido.

- Tranquilízate, ella esta bien… – alzo los hombros naturalidad como si lo que le estaba diciendo no tuviera menor importancia – bueno al menos lo estará hasta que me encargue de ti, entonces ya veré que hacer con ella.

- Si te atreviste a tocarla te juro que… - no pudo terminar ya que fue abruptamente interrumpido.

- ¿Me mataras?... no creo que estés en posición de hacer esa clase de amenazas – su rostro cambio inmediatamente al de uno totalmente maquiavélico – ahora el que pone las reglas aquí son yo.

- No volverás a engañarme…. – bajo la miranda para en un abrir y cerrar de ojos transmutar de nueva cuenta la espada de su brazo derecho – ¿nunca mas volveré a caer en una de tus trampas! – inesperadamente se lanzo contra él apuntando la espada de su mano justamente a la altura del rostro….

- - -

- ¡Ayúdenme por favor! – la joven ojiazul gritaba con desesperación al encontrarse ahora encerrada en lo que parecía ser un pequeño cobertizo situado a unos pocos metros de la cabaña donde hasta hacia unos momentos había estado encerrada.

Intento aflojar las cuerdas para poder desatarse pero estaban muy bien amarradas y a pesar de todos sus intentos no cedían.

Cuando finalmente dejo de forcejear se venció completamente y se dejo llevar por la frustración, después de todo no tenia caso gritar ya que sus gritos no serian escuchados por nadie en un bosque tan solitario y temido por los campesinos del pueblo vecino.

Solía verse envuelta en situaciones peligrosas, pero jamás perdía la esperanza ya que estaba segura Edward siempre la rescataría y la protegería para que no le pasara nada malo y de hecho aun lo esperaba, rogaba por que así fuera y todo esto no resultara ser mas que una pesadilla como tantas otras.

Bajo la cabeza mientras interminables lágrimas brotaban de sus ojos y rodaban caprichosamente por sus mejillas sonrosadas.

- Ed… ¿donde estas? – fue lo ultimo que pudo decir ya que los sollozos y las lagrimas ahogaban sus palabras.

- - -

- Te comeré... – hablo finalmente el sujeto regordete que tenia frente, el castaño aun no acaba de salir de su sorpresa cuando fue envestido por tan abominable ser.

El primer ataque pudo evitarlo exitosamente, pero después de eso varias quimeras se lanzaron en ayuda del otro individuo ocasionando una mayor desventaja, como pudo transmuto nuevamente a las armaduras para que estas se encargasen de las quimeras mientras el lo hacia de ese engendro.

Los dos quedaron enfrascados en una terrible lucha en la que el castaño tenia una gran desventaja, el obeso volvió a envestirlo golpeándolo con tal fuerza que lo hizo caer a un par de metros de su posición original.

Cuando estuvo a punto de arremeter nuevamente el chico transmuto en el piso una barrera aunque el otro la atravesó como si nada quedando a escaso centímetros de lo que veía como su próximo entremés.

En ese pequeño lapso solo acato a interponer su pierna para que cayera y tratar así de apartarse de él rápidamente, sin embargo no obtuvo el propósito deseado puesto que este no cayo, si no que con un extraño movimiento se balanceo propinándole un fuete golpe en el rostro que lo dejo tambaléate.

Fue tanta la inercia del golpe que perdió completamente el equilibrio cayendo a un lado del monstruoso ser que ahora tenia una enorme sonrisa siniestra en los labios, se sentía un poco mareado pero aun así se levanto como pudo adoptando nuevamente una postura defensiva.

Su respiración se entrecortaba debido al agotamiento y desgaste físico, si no hacia algo para detenerlo seria solo cuestión de minutos para que por fin fuese vencido.

El siguiente asalto seria decisivo por lo que este decidió que era hora de dar comienzo a su contraataque, de esta manera se abalanzo en contra de su enemigo, mas sin embargo todo su esfuerzo fue inútil pues este lo cogió de su brazo derecho y lo azoto fuertemente contra uno de los troncos de los tantos pinos que había en el lugar.

El joven castaño solo pudo dejar escapar un fuerte grito de dolor al sentir como su brazo era fracturado por la desmesurada fuerza que utilizo el otro en el agarre, no obstante en ese pequeño instante pudo darse cuenta de un pequeño detalle que no había notado antes, fijando su atención en el signo de ouroburos que estaba tatuado en la lengua de ese despreciable engendro.

Al ver aquella marca vislumbro varias imágenes que parecía haber tenido lugar hacia tiempo, era como si múltiples imágenes se agolparan dentro de su cerebro, todo indicaba que sus recuerdos habían regresado y con ellos la forma de darle fin a esa pelea...

- Ahora si te comeré – dijo felizmente el ser regordete mientras mantenía fuertemente apretado el brazo del muchacho acercándose lentamente a él con las claras intenciones de cumplir lo que había dicho momentos atrás.

- ¡No lo creo! – lo pateo fuertemente en el estomago antes de que este cumpliera su amenaza, alejándolo lo suficiente para poder safarse de su agarre y separarse de él unos cuantos metros.

Cuando estuvo lo suficientemente lejos, dibujo a manera rápida lo que parecía ser un circulo de transmutación en el terreno que la nieve comenzaba a cubrir, el homúnculo no se percato de aquello y se lanzo inmediatamente contra el chico que ya lo esperaba pacientemente.

Sin querer este quedo justo en el medio del circulo que el joven no titubeo en activar con todo y su brazo roto, el circulo resplandeció anulando al momento los poderes especiales de aquel ser dejándole indefenso y sumamente debilitado.

En una nueva transmutación otro circulo apareció bajo los pies del sujeto obeso, después de eso empezaron a aparecer un sin numero de picos cristalizados los cuales salieron disparados como proyectiles dirigiéndose directamente al homúnculo, el cual no pudo hacer nada ya que se encontraba demasiado débil, los proyectiles dieron justo en el blanco y cumplieron con el cometido del muchacho que vio como aquel ser agonizaba y poco a poco desaparecía frente a sus ojos hasta que no quedo ningún rastro de él.

Miro a su alrededor viendo regados a su alrededor los cadáveres de las quimeras que hacia unos momentos le habían atacado, así también como los restos de las armaduras que había utilizado para detenerlas.

Quiso continuar adelante para ayudar a su hermano mas sus piernas ya no le respondieron y de un momento a otro su visión se nublo quedando en cuestión de segundos completamente inconsciente, su cuerpo fue cubriéndose poco a poco por la fina escarcha blanca que caía del cielo.

- - -

El rubio apunto directamente a la cabeza del despreciable ser que tenia al frente lo cual tomo por sorpresa al otro pero reacciono lo suficientemente rápido para apartarse justo a tiempo.

- Pero que tramposo resultaste ser... – aunque sorprendido su sonrisa llena de maldad no desapareció.

- Cállate y pelea de una buena vez – el de cabellos dorados estaba mas que furioso, aunque en el fondo sabia que debía calmarse o perdería completamente el control sobre si.

- Como quieras... – no pareció dar mayor importancia a sus palabras, sin embargo sus acciones decían todo lo contrario pues quiso tomar por sorpresa con una patada en la cabeza a su contrincante.

Edward antepuso su brazo mecánico para detenerla justo a tiempo y con en el otro propino un fuerte izquierdazo en el rostro del sujeto, esta acción enfureció de sobremanera al peliverde el cual no pudo esperar para desquitarse y también dar comienzo con su ataque.

La batalla fue brutal, ninguno de los dos parecía tener la ventaja ya que el más mínimo descuido ocasionaría su inevitable fracaso y más que eso su derrota.

Pero el cuerpo del rubio no iba a resistir mucho tiempo ya que a medida que se intensificaban los ataques el esfuerzo que realizaba provocaba un mayor deterioro a su entereza física que la ocasionada a su inhumano contrincante.

La pelea se prolongo por varios minutos en los cuales no se veía claramente cual de los dos seria el vencedor hasta que el peliverde acertó una fuerte patada en el rostro del muchacho, no pudiendo evitarla esta vez, recibiéndola así directamente.

Muchas mas siguieron a esa, ocasionando un daño tremendo en varias partes de su cuerpo y ocasionado un corte profundo con una pequeña daga a costado de su abdomen, dejándolo casi al punto de quedar inconsciente, estaba por dar el ultimo golpe que marcaría el fin de la existencia del ambarino pero se detuvo, quería verlo sufrir lentamente desangrándose poco a poco, así que solo se dedico a observarlo con cierto morbo.

- ¿P-por que te detienes? – con un esfuerzo sobrehumano logro enderezarse, recargando su cuerpo contra el tronco de un árbol, semejante acción solo provoco que se resintiera mas y expulsara varias bocanadas de sangre que quedo impregnada en la blanca superficie que ahora cubría el lugar.

- Solo quiero que sufras lo suficiente, que te desangres y que mueras lentamente – su sonrisa fue sumamente amplia al pronunciar las últimas palabras.

- ¿Puedo hacerte una pregunta? – el muchacho sonrió con algo de ironía al ver lo cerca que estaba del fin.

- Adelante... – se puso en cuclillas delante de él como si esperara ansiosamente lo que este tenia que decirle.

- ¿Por que hiciste todo esto...? – le observo con la mirada sumamente vacía como si toda su vida se estuviese yendo de él – ¿por qué tuviste que quitarme todo lo valioso que tenia?.

- Vamos enanito, la respuesta es mas que obvia... – respondió con cierto fastidio – lo hice por venganza.

- Si, tienes razón fue estúpido de mi parte haberlo preguntado... – una mediana sonrisa se dibujo en sus labios – lo que no entiendo fue para que armaste todo esta representación de desaparecer a los militares solo para encontrarte cuando simplemente hubieses podido buscarme.

- Lo de los militares fue porque necesitaba alimentar a Gula y también necesitaba uno que otro conejillo de indias para que estuviese a mi servicio – dijo despreocupadamente realmente aquello no tenia la menor importancia para él.

- ¿Entonces las quimeras...? – le miro un poco sorprendido.

- Así es, son parte de los individuos que estuvieron desapareciendo unos meses atrás – sonrió con satisfacción.

- ¿Y tuviste que usar la imagen de Sarah para atraerlos! – se expreso con sumo rencor, jamás había sentido tanto odio por alguien.

- ¿Que querías que hiciera? – se burlo totalmente del dolor del chico – no puedes negar que ese tipo de belleza atrae inevitablemente al genero masculino – de repente su figura cambio dejando al descubierto la fisonomía de la muchacha – ¿o no mi estimado Edward?.

- ¡Maldita sea deja tu enfermizo sentido del humor de una buena vez! – grito colérico al tener nuevamente frente a él la figura de su querida esposa.

- Vamos, no tienes que mostrar tanta hostilidad ¿acaso no te da gusto verla de nuevo? – su voz y su imagen eran idénticas a la de ella, por lo que el chico no pudo evitar bajar la guardia, momento que el otro aprovecho acercándose lentamente a él y sacando una pequeña daga de entre sus ropas – quien mejor que ella para matarte ¿no lo crees? – le murmuro con un tono de voz bastante suave al oído.

- - -

Después de tanto tiempo de permanecer encerrada la muchacha rubia había dejado completamente sus esperanzas de lado, se encontraba derrotada y no comprendía porque su amigo no había llegado aun.

En esas horas de cautiverio recapitulo gran parte de su vida en la cual siempre había estaba involucrado ese testarudo chico de rubios cabellos, incluso aun después de marcharse a ese mundo en el que había permanecido durantes esos cuatro largos años que para la joven habían sido como siglos interminables.

El solo pensar que no volvería a ver una de sus sonrisas e incluso las infantiles rabietas que a ella le divertían tanto le causo un terrible dolor en el pecho, pero aun mas el no volver a ver esos hermosísimos ojos dorados que siempre le daban consuelo en los momentos mas difíciles.

No, no podía darse por vencida tan fácilmente, lucharía hasta el final aun si eso le costase la propia vida, por lo que después de serenar todos sus sentimientos regreso a la lucha por desatar aquellas ataduras.

Movió con lentitud las muñecas, tratando de aflojar los amarres de la cuerda con la que estaba atada, siguió insistiendo hasta renacier de nueva cuenta en ella las esperanzas perdidas, tardo varios minutos pero al fin una de las ataduras cedió y logro liberar una mano e inmediatamente después le siguió la otra viéndose rápidamente libre aunque con las muñecas sumamente rojas por la fricción que había causado para liberarse.

Deshacerse de la soga de los pies ahora seria un juego de niños, a penas quedo liberada completamente busco entre sus ropas el estuche de herramientas que solía llevar consigo a todos lados.

- Bingo... – exclamo con cierta felicidad ya que al parecer ese individuo no se había dado cuenta, con suma agilidad y precisión abrió la cerradura de la puerta que cedió en un par de segundos.

La tormenta afuera era de proporciones épicas, el viento y la nieve caían con tal intensidad que el incendio en la cabaña ya casi se había extinguido, la joven siguió contra la corriente ya que a pesar del clima tenia que salir de ese lugar como fuera.

- - -

- Te equivocas – le dijo el rubio en voz alta antes de que el peliverde lograra su cometido de herirle con aquella daga, sosteniendo fuertemente su muñeca con la ayuda de su brazo derecho levantándolo en el aire.

- ¿Pero como...? – hablo un tanto sorprendido al ver que todavía le quedaban bastantes fuerzas para luchar e inesperadamente se empezó a sentir débil como si todo el esfuerzo de la pelea lo hubiese dejado completamente agotado - ¿Pero por que?.

- ¿Que pasa¿acaso no ibas a matarme? – en los labios del ambarino se formo una extraña sonrisa al momento que el otro se apartaba lentamente de él y perdía la forma que había mantenido, el rubio se levanto sacando algo de su bolsa y mostrándosela al sujeto que tenia al frente.

- ¡Aléjate de mi...! – el homúnculo lo miro horrorizado al ver como el rubio se acercaba mas y mas rápido a él, trato de escapar pero el otro palmeo sus manos haciendo que al contacto con el piso un enorme circulo de transmutación apareciera.

Al activarse Envidia comenzó a convulsionar y varias piedras rojas salieron de su sistema debilitándolo aun más.

La mirada del joven estaba perdida y completamente vacía, todas sus emociones se habían apagado ya que al parecer lo único que le movía era su venganza, entonces comenzó el ultimo ataque que definiría finalmente esa batalla.

Perfilo la espada de su brazo hacia el cuerpo de aquel sujeto que apenas si podía mantenerse de pie y en un veloz movimiento termino con su existencia atravesando su pecho de lado a lado.

El otro se desplomo sobre su hombro y susurro unas últimas palabras al oído del muchacho antes de desintegrarse y desaparecer con la fría ventisca de la tormenta.

El rubio sonrió cayendo con todo su peso sobre sus rodillas, permaneció por unos segundos de esta manera con los ojos nublados que lentamente se fueron extinguiendo hasta quedar inerte sobre el blanco manto que ahora cubría completamente la superficie del terreno.

Continuara….

&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&

Ok, prometí actualizar cada semana pero creo que tuve un pequeño bloqueo de escritor que me dejo trabada a la mitad de este capitulo (u.u), así que si notan algunos errores de secuencia es que no sabia muy bien como seguir (n.nU) a parte de que cuando por fin me llego la inspiración no tenia mucho tiempo para escribir por lo que no pude revisar como quedo, solo les pido que me tengan un poco de paciencia ya que el capitulo siguiente es el final (eso si no pasa otra cosa y decido hacerle un epilogo (¬¬), como sea (n.n) gracias por sus comentarios, nos vemos en siguiente capitulo.